Mostrando las entradas con la etiqueta doctrina naval. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta doctrina naval. Mostrar todas las entradas

lunes, 21 de abril de 2025

Países Bajos: La política naval holandesa apuesta a la modularidad

Y no está en inventario, ni está afinada. ¡Y todavía nos falta una fragata!


Países Bajos refuerza su flota con buques multifunción armados con tecnología israelí

La Haya — El Ministerio de Defensa de los Países Bajos anunció la construcción de dos nuevos buques de apoyo multifunción que estarán destinados a operar junto a las fragatas de la clase De Zeven Provinciën, con el objetivo de reforzar la defensa aérea y proteger infraestructuras clave en el Mar del Norte.

Las nuevas embarcaciones, de diseño modular y tripulación reducida, estarán equipadas con misiles tierra-aire de largo alcance Barak-ER, municiones de precisión de fabricación israelí y avanzados sistemas de guerra electrónica. Su función principal será la de actuar como plataformas de respaldo en caso de ataques masivos con misiles o drones, operando como “almacenes flotantes” que respalden la capacidad ofensiva y defensiva de las unidades principales.

El astillero Damen Naval estará a cargo de la construcción de los buques, mientras que la firma israelí Israel Aerospace Industries (IAI) suministrará los sistemas de armamento y electrónica embarcada.

La iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para aumentar la resiliencia y autonomía operativa de la Armada Real de los Países Bajos, especialmente en escenarios de alta intensidad, donde el agotamiento rápido de municiones podría comprometer la respuesta defensiva.

No obstante, la decisión ha suscitado críticas en el ámbito político y académico. Algunos expertos en seguridad cuestionan la necesidad de semejante inversión militar, señalando que los Países Bajos no enfrentan amenazas inminentes en el Mar del Norte. Los detractores apuntan que la medida podría responder más a consideraciones geopolíticas, industriales o de alianzas estratégicas, particularmente con socios como Israel, que a una evaluación basada estrictamente en riesgos militares.

El Ministerio, por su parte, defiende el proyecto como parte de un esfuerzo para prepararse ante un entorno de seguridad cada vez más impredecible, y garantizar la protección de rutas marítimas, cables submarinos y plataformas energéticas clave en aguas europeas.

Con un pie en la disuasión y otro en la polémica: Países Bajos avanza con buques de apoyo multifunción para su flota naval

La Haya — En un movimiento que combina visión estratégica, modernización naval y cierta dosis de controversia, el Ministerio de Defensa de los Países Bajos ha confirmado la adquisición de dos buques de apoyo multifunción de bajo costo y dotación reducida, diseñados para potenciar la capacidad de fuego y vigilancia en el Mar del Norte, especialmente en apoyo a sus fragatas clase De Zeven Provinciën.

La decisión ha despertado interés no solo por su alcance técnico, sino también por lo que algunos analistas consideran una inesperada proyección de fuerza en una región sin amenazas inmediatas. Pero en tiempos de disuasión flexible y alianzas estratégicas cada vez más dinámicas, la lógica de defensa parece abrir paso a enfoques no tradicionales.

Los nuevos Multifunctionele Ondersteuningsvaartuigen (MOUV) estarán equipados con misiles superficie-aire Barak-ER de largo alcance y municiones guiadas israelíes, además de avanzados sistemas de guerra electrónica. Su objetivo: funcionar como plataformas de refuerzo móvil, capaces de suplir rápidamente la falta de municiones durante un ataque masivo con drones o misiles, un escenario cada vez más plausible en conflictos contemporáneos. Damen será la empresa encargada de la construcción, mientras que Israel Aerospace Industries (IAI) proveerá los sistemas de armamento y sensores.

Si bien la propuesta naval ha sido presentada como una respuesta a las crecientes amenazas híbridas en espacios marítimos europeos —incluyendo ataques cibernéticos y sabotajes a infraestructuras críticas como cables submarinos o parques eólicos—, no han faltado voces críticas que señalan lo innecesario de semejante despliegue ante la aparente calma geopolítica del Mar del Norte.

Los detractores no ocultan su escepticismo: para ellos, el programa responde más a intereses industriales, alianzas tecnológicas y, en parte, a la presión del contexto OTAN, que a una evaluación objetiva del entorno de seguridad neerlandés. No obstante, en el Cuartel General de la Marina Real se insiste en que se trata de una apuesta por la versatilidad y la disuasión efectiva, especialmente en un momento en que la guerra en Ucrania ha revalorizado el concepto de reaprovisionamiento en combate y el valor de plataformas logísticas armadas.

A veces, los planes navales —como los experimentos mentales inspirados por algún "estimulante químico" legal del Benelux— rozan lo extravagante, pero apuntan a un fondo serio: la defensa del territorio y de los intereses estratégicos del país en tiempos donde la guerra moderna ya no se libra solo en tierra o aire, sino también en el mar… y en el espectro electromagnético.

Por aquí o por ahí

Holanda arma su vigilancia en el Mar del Norte: nuevos buques con sello Damen e innovación israelí

La Haya – En una decisión que mezcla velocidad estratégica y tecnología de punta, el Ministerio de Defensa de los Países Bajos ha dado luz verde a la construcción de dos buques de apoyo multifunción, pensados para operar como refuerzo logístico y de combate en el siempre activo —aunque raramente hostil— Mar del Norte.

La pregunta, inevitablemente, se hace presente: ¿Contra quién exactamente se prepara Países Bajos para combatir en esas aguas? ¿Se trata de una amenaza real o de un movimiento preventivo en clave OTAN? Por ahora, las respuestas oficiales se enfocan más en la capacidad que en el enemigo. La duda, sin embargo, queda flotando como las propias plataformas que Damen ya se prepara para construir.

El 24 de septiembre, durante una presentación en la Cámara de Representantes, el Secretario de Estado de Defensa, Gijs Tuinman, formalizó el anuncio: los buques serán desarrollados a partir de una plataforma de diseño comercial de “Crew Supply Vessel”, adaptada para uso militar. El astillero Damen Shipyards Group, una de las joyas industriales del país, liderará la construcción. Pero la sorpresa vino por el lado de la artillería: Israel Aerospace Industries (IAI), líder global en tecnología de defensa, será el proveedor de los sistemas de armas en contenedores y de guerra electrónica (EW) que transformarán a estos buques en plataformas de combate polivalente.

El plan contempla que ambas unidades estén listas y completamente equipadas para finales de 2027, integrando sistemas de vigilancia, sensores avanzados y capacidad de disparo de precisión de largo alcance.

Este “cóctel tecnológico” entre ingeniería naval holandesa e innovación militar israelí ha sido calificado por expertos como una alianza prometedora. La combinación de rapidez en la construcción, modularidad operativa y capacidad de integración con fuerzas aliadas refuerza la intención de Países Bajos de mantenerse como un actor relevante en los escenarios marítimos europeos, aún en ausencia de un enemigo claramente definido.

Y aunque por ahora no hay un blanco concreto a la vista, el mensaje queda claro: quien pretenda perturbar el orden en el Mar del Norte, tendrá que enfrentarse a una nueva clase de buques rápidos, armados y silenciosamente disuasivos.


¿Cómo serán?

Holanda adopta el concepto TRIFIC: misiles listos en contenedores, menos tripulación, más disuasión

La estrategia no es nueva, pero su adaptación al entorno naval sí lo es. Inspirándose en décadas de doctrina terrestre, los Países Bajos han dado un paso firme hacia la implementación del concepto TRIFIC —siglas en inglés de Traveling Rapidly Increasing Firepower—, una iniciativa concebida en 2022 por la Armada Real de los Países Bajos (RNLN) para multiplicar rápidamente el poder de fuego a bordo de plataformas modulares, flexibles y poco tripuladas.

La idea básica remite al conocido TEL terrestre (Transporter Erector Launcher), o en terminología hispana, TPM: Transporte, Posicionamiento y Lanzamiento. Se trata de un vehículo o plataforma que combina movilidad con capacidad ofensiva: transporta misiles en contenedores, los eleva, los prepara y los lanza sin necesidad de recarga inmediata o intervención técnica compleja. Una vez disparado el armamento principal, basta con reemplazar el contenedor —no recargar el sistema—, ganando en rapidez y seguridad operativa.

La diferencia clave con un lanzacohetes múltiple (MLRS) o un sistema de misiles balísticos de corto alcance (OTRK) reside en su independencia de los sistemas de guía a bordo. La plataforma TRIFIC no busca actuar por cuenta propia, sino integrarse como nodo periférico en una red de combate más amplia. En este caso, como “arsenal flotante” al servicio de las fragatas De Zeven Provinciën y del Comando de Defensa Aérea y Antimisiles de la Armada neerlandesa (ADCF).

El concepto TRIFIC apuesta por reducir la dotación a bordo al mínimo, automatizar procesos logísticos y actuar como extensión del armamento de los buques principales. En términos prácticos, se trata de multiplicar lanzadores sin multiplicar costos de personal ni comprometer grandes naves de combate. Algo así como tener un “depósito móvil” armado, listo para integrarse, recibir órdenes y ejecutar lanzamientos de precisión cuando las fragatas principales agoten sus propios misiles.

La ventaja es clara: velocidad de reposición, volumen de fuego y flexibilidad táctica. ¿La desventaja? Al igual que un TEL terrestre, un TRIFIC naval no sobrevive solo. Requiere escolta, defensa y guía externa. Pero en el esquema de guerra en red que visualiza la OTAN para los próximos años, esta limitación se convierte en una oportunidad para reorganizar la estructura naval moderna.

Así, mientras las amenazas convencionales en el Mar del Norte siguen siendo escasas, Holanda apuesta por prepararse para lo improbable, pero posible: una guerra de saturación donde cada misil cuenta… y cada contenedor puede marcar la diferencia.

Holanda acelera su programa MICAN: buques modulares para misiones múltiples en el Mar del Norte

La transformación de la Armada Real de los Países Bajos avanza a toda máquina con el ambicioso programa MICAN (Modular Integrated Capabilities for the AADC and North Sea), una evolución del ya innovador concepto TRIFIC. Lo que comenzó como una iniciativa para ampliar el poder de fuego a través de plataformas simples y modulares, hoy se convierte en una respuesta integral a los desafíos operativos del siglo XXI en la región del Mar del Norte.

En su versión actual, el MICAN deja de ser únicamente un apoyo técnico y se proyecta como una pieza central del esquema naval neerlandés: un buque de apoyo multifunción diseñado para actuar en tres frentes clave. Según anunció el Secretario de Estado de Defensa Gijs Tuinman ante la Cámara de Representantes, los nuevos buques tendrán una configuración de carga útil flexible, capaz de cumplir con estas misiones principales:

  1. Aumentar la capacidad antiaérea de las fragatas De Zeven Provinciën con misiles tierra-aire de largo alcance.

  2. Ejecutar ataques de precisión de largo alcance contra blancos costeros, en apoyo directo a las operaciones de desembarco de los Marines Reales.

  3. Proteger infraestructuras críticas en el Mar del Norte, en respuesta a amenazas emergentes como sabotajes o ataques híbridos.

Además de su rol ofensivo y defensivo, estas plataformas modulares tendrán la capacidad de portar sofisticados equipos de guerra electrónica, incluyendo sistemas de interceptación y perturbación electromagnética, una herramienta clave para garantizar la superioridad táctica en entornos densamente saturados de señales y amenazas.

Damen e IAI: los socios industriales detrás del concepto

El programa, acelerado por el Ministerio de Defensa holandés, ha sido concebido bajo la directriz de adquisición urgente de soluciones ya probadas y listas para ser integradas. Según Tuinman, Damen Shipyards será el encargado de construir los dos buques, mientras que Israel Aerospace Industries (IAI) suministrará tanto el sistema de misiles —que incluye los interceptores Barak-ER— como las municiones guiadas de precisión y los sistemas electrónicos.

Amparado en el artículo 346 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), el Ministerio justifica esta adjudicación directa en función de los intereses esenciales de la seguridad nacional.

¿Por qué ahora?

La decisión responde a un escenario operativo realista y preocupante: la saturación de misiles o ataques en enjambre por drones —una amenaza que ha dejado de ser teórica, como lo demuestran los recientes ataques hutíes en el Mar Rojo. Un análisis interno concluyó que los actuales sistemas de armas de las fragatas podrían quedar rápidamente sin munición en un escenario de conflicto intenso. De ahí la urgencia de dotar a la flota con unidades de apoyo capaces de almacenar y lanzar misiles adicionales directamente desde contenedores modulares.

El concepto de “operaciones distribuidas” ya no es una visión de futuro, sino una arquitectura operacional en desarrollo. Las nuevas plataformas MICAN funcionarán como socios tácticos de las fragatas principales, operando en conjunto y duplicando la capacidad de respuesta de la Armada en tiempo real.

La Armada neerlandesa está construyendo un nuevo paradigma naval: menos tripulación, más flexibilidad, más poder de fuego. Lejos de representar una simple ampliación de la flota, los buques MICAN apuntan a reconfigurar la forma en que se entienden la defensa costera, la guerra electrónica y las operaciones anfibias en el teatro europeo. Con la mirada puesta en 2027, los Países Bajos están decididos a que su línea de defensa en el Mar del Norte no sea solo simbólica, sino efectiva, modular… y lista para el combate.

Holanda apuesta por la interoperabilidad modular: los nuevos buques de apoyo adoptarán misiles Barak-ER tras el fin del SM-2

En el marco del programa MICAN, la Armada Real de los Países Bajos (RNLN) ha tomado una decisión clave que marcará el futuro de su arquitectura de defensa aérea. Las nuevas plataformas multifunción en construcción no solo ampliarán la potencia de fuego de las fragatas principales, sino que también operarán con un sistema de armamento diferente al que utilizan actualmente las De Zeven Provinciën. La razón: la obsolescencia del misil SM-2 Block IIIA, hasta ahora el pilar antiaéreo de la flota neerlandesa.

La dirección y el lanzamiento de los misiles no se harán de forma autónoma desde los nuevos buques, sino que será la fragata de escolta quien mantendrá el control de fuego y asignación de blancos. Esto asegura una cadena de mando coherente y centralizada, lo cual es clave para operaciones en escenarios saturados o de alta complejidad.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa confirmó que las nuevas unidades recibirán misiles IAI Barak-ER, integrados en contenedores listos para el uso. El Barak-ER, un interceptor de largo alcance con guía activa y capacidad contra misiles balísticos, se integrará fácilmente al sistema holandés gracias a su versatilidad y diseño modular.

Fin del SM-2: limitaciones técnicas e industriales

El Secretario de Estado de Defensa, Gijs Tuinman, explicó con claridad las razones de este cambio estratégico:

“La producción del misil SM-2 en la versión requerida por los Países Bajos ha sido interrumpida. La nueva variante disponible, el SM-2 Block IIICU, no es compatible con el sistema de control de tiro instalado en nuestras fragatas. La adaptación requeriría una remodelación profunda y compleja del sistema de combate naval”.

Actualizar los cuatro buques De Zeven Provinciën implicaría un desmontaje casi completo de sus sistemas de guiado y control, con consecuencias logísticas y económicas significativas. Frente a esta realidad, el Ministerio optó por una solución pragmática: mantener los sistemas actuales y desplegar las nuevas capacidades de fuego desde una plataforma externa, pero vinculada digitalmente a la fragata.

Barak-ER: elección técnica por eliminación

Según el informe presentado por Defensa, se evaluaron tres opciones de misiles alternativos:

  • El Aster de MBDA, que ofrece prestaciones similares pero no existe en versión contenedorizada, lo que complica su uso modular.

  • El Stunner de Rafael Advanced Defense Systems, con gran capacidad contra misiles balísticos, pero que no cumple plenamente con los requisitos técnicos y operativos de la RNLN.

  • El Barak-ER de IAI, que demostró ser el único sistema que reunía interoperabilidad con radares existentes, disponibilidad inmediata en versión contenedor y prestaciones técnicas alineadas con los estándares de la flota.

Además del Barak-ER, Israel Aerospace Industries también suministrará una versión contenedorizada de su munición merodeadora de largo alcance Harop, un sistema de ataque autónomo que amplía el radio ofensivo de las nuevas embarcaciones, especialmente en operaciones de negación de área y contra blancos estratégicos costeros.

Una solución holandesa a una amenaza moderna

Con esta decisión, los Países Bajos no solo resuelven el problema de reemplazo del SM-2, sino que también avanzan hacia un concepto de defensa distribuida más ágil y adaptable. Al usar buques modulares como extensores de poder de fuego —conectados digitalmente a fragatas mayores—, logran mantener sus capacidades de defensa aérea sin comprometer tiempo ni recursos en reformas estructurales complejas.

El sistema Barak-ER, junto con el Harop, convierte a los nuevos buques MICAN en nodos flotantes de disuasión: autónomos en movilidad, pero integrados en el tejido operativo del grupo de combate. Un enfoque inteligente en tiempos de saturación misilística y amenazas impredecibles.


Los Países Bajos integrarán el Harop: precisión estratégica para la proyección de poder naval

El Ministerio de Defensa neerlandés ha confirmado que el sistema Harop de Israel Aerospace Industries (IAI) será parte integral de la configuración armamentística de sus nuevos buques de apoyo multifunción. Esta incorporación refuerza el concepto holandés de defensa distribuida y ofrece una nueva capacidad ofensiva de largo alcance, adecuada para escenarios de negación de área y operaciones anfibias de precisión.

Harop: munición merodeadora con alcance estratégico

El Harop no es un misil convencional ni un dron de reconocimiento armado. Se trata de una munición merodeadora (loitering munition) capaz de patrullar el espacio aéreo durante extensos períodos, identificar objetivos de alto valor y destruirlos mediante impacto directo. El sistema fue concebido específicamente para detectar, adquirir y neutralizar blancos móviles o estáticos en un rango de varios cientos de kilómetros.

Equipado con una ojiva de 23 kg, el Harop puede impactar con precisión quirúrgica sobre:

  • Centros de mando y control;

  • Lanzadores de artillería o misiles;

  • Infraestructura logística avanzada;

  • Posiciones defensivas costeras en apoyo de operaciones anfibias.

Según el Secretario de Estado de Defensa Gijs Tuinman, “Este es el único sistema de armas en el mercado que actualmente está lo suficientemente maduro y cumple con todos los requisitos en términos de alcance, precisión y operatividad para los escenarios contemplados por la RNLN”.

Expansión futura: del buque modular al transporte anfibio

El Ministerio de Defensa holandés también contempla la posibilidad de integrar cápsulas lanzadoras Harop en los futuros buques de transporte anfibio de la Armada Real. Esto abriría un nuevo espectro de operaciones ofensivas: además de dar soporte a las tropas en la costa, el Harop podría neutralizar defensas enemigas antes del desembarco, cumpliendo una función equivalente a la de una artillería naval táctica de precisión.

El sistema también permite ataques preventivos sobre blancos críticos en profundidad —una capacidad vital cuando la superioridad aérea o la cobertura satelital no están garantizadas.

Guerra electrónica: interceptar, interferir y dominar el espectro

La suite de guerra electrónica que acompañará a los buques MICAN ha sido desarrollada por el mismo proveedor israelí. Este sistema cumplirá funciones duales:

  1. Intercepción pasiva de emisiones enemigas, proporcionando inteligencia electrónica (ELINT) sobre redes de radar y comunicaciones;

  2. Interferencia activa sobre enlaces de control de drones y sistemas de guía, desorganizando las operaciones aéreas enemigas en tiempo real.

Al seleccionar un único fabricante para misiles tierra-aire (Barak-ER), municiones de ataque (Harop) y equipos de guerra electrónica, la Armada neerlandesa reduce los riesgos de incompatibilidades y simplifica la integración de sistemas. Este enfoque garantiza un proceso de adquisición y operación más ágil, lo que es fundamental en un entorno de amenazas acelerado y tecnológicamente complejo.

Con la incorporación del Harop, los Países Bajos consolidan su visión de defensa marítima: plataformas modulares, armamento versátil, interoperabilidad completa y una nueva capacidad de ataque selectivo. El Harop no solo incrementa la profundidad operativa de la flota; representa un salto cualitativo hacia una marina europea con poder ofensivo de precisión, adaptable a conflictos híbridos, litorales o convencionales. Una inversión inteligente, con visión táctica y relevancia estratégica.



Países Bajos acelera su flota modular: inversión estratégica o exceso sin enemigo visible

Con una inversión de mil millones de euros, el Ministerio de Defensa de los Países Bajos ha dado luz verde definitiva a la construcción de dos nuevos buques de apoyo multifunción, que no solo ampliarán la capacidad de combate de sus fragatas clase De Zeven Provinciën, sino que buscan sentar las bases para operaciones navales con tripulación reducida y, a futuro, con buques no tripulados.

Tecnología modular y tripulación reducida: ensayo para una Armada del mañana

El Secretario de Estado de Defensa, Gijs Tuinman, ha sido claro: la clave está en minimizar riesgos y tiempos, optando por soluciones “listas para usar” y evitando la complejidad de integrar sistemas de múltiples fabricantes. La elección de Israel Aerospace Industries (IAI) como único proveedor de misiles de largo alcance, municiones guiadas y sistemas de guerra electrónica refleja esta filosofía de interoperabilidad total.

Más aún, los nuevos buques no solo tendrán capacidades ofensivas, sino también experimentales. Serán plataforma de pruebas para nuevos conceptos de armamento —como defensa contra enjambres de drones— y para ensayos científicos en colaboración con institutos neerlandeses. Se trata de una inversión proyectada hasta 2039, que incluye costos operativos, reservas de riesgo y adaptación tecnológica.

Una estrategia sin teatro de operaciones claro

Aunque el planteo parece sólido sobre el papel, surgen dudas legítimas: ¿contra quién se prepara esta flota en el Mar del Norte?

La doctrina de “operaciones distribuidas” del RNLN se fundamenta en un escenario donde una fragata escoltada por uno de estos buques actúa como núcleo de fuego combinado. En caso de saturación enemiga —como un ataque masivo con misiles antibuque o drones suicidas— el buque de apoyo serviría como arsenal flotante, disparando bajo orden de la fragata principal.

El sistema Barak-ER de IAI será el eje defensivo, en reemplazo del misil SM-2 Block IIIA, cuya producción ha cesado. Mientras tanto, el sistema de ataque Harop brindará alcance estratégico y precisión contra blancos clave en tierra.

Pero el escenario de guerra real en el Mar del Norte parece tan improbable como lejano. Rusia no posee capacidad de proyección directa en esa zona: ni su Flota del Báltico ni la del Norte pueden alcanzar esas aguas sin superar antes estrechos y barreras navales de países vecinos —Suecia, Dinamarca, Alemania— con flotas bien preparadas.

Irán tampoco representa una amenaza naval directa en esta región. E incluso si se plantea una operación combinada OTAN para defender infraestructura crítica marítima o lanzar un desembarco, no hay un objetivo regional claro. ¿Kaliningrado? El planteo pierde sentido geoestratégico bajo la realidad de 2025.

¿Enemigos imaginarios y soluciones infladas?

Las decisiones técnicas y logísticas tienen lógica: buques modulares, sistemas integrados, menor tripulación, flexibilidad táctica. El problema no está en el cómo, sino en el por qué. La pregunta que flota es tan directa como incómoda: ¿a quién espera enfrentar la Armada neerlandesa con esta configuración?

Con Holanda declarando oficialmente que no hay amenazas en el Mar del Norte y con una región que no ha visto hostilidades navales reales en décadas, los nuevos buques pueden verse, al menos en parte, como un ejercicio de planeamiento sin adversario. Un ejemplo de adquisición proactiva, sí, pero también de ambición estratégica en busca de contexto operativo.

La referencia a situaciones como Yemen —donde fragatas occidentales han enfrentado ataques reales con drones y misiles— introduce un matiz de verosimilitud, pero la extrapolación directa al Mar del Norte resulta forzada.

Entre la doctrina y el delirio

Lo cierto es que los Países Bajos están apostando fuerte por un nuevo modelo de guerra naval: flota modular, interoperabilidad total, fuego distribuido, sensores combinados y tripulación mínima. Pero sin un conflicto latente o un adversario cercano, el proyecto corre el riesgo de caer en la categoría de diseño sin guerra, o incluso, de capricho industrial respaldado por buenos contratos y una buena dosis de optimismo.

Al final, más allá de los Harop, los Barak-ER y los sistemas de guerra electrónica, la verdadera cuestión que los Países Bajos deberán responder no será técnica, sino política: ¿para qué construir una lanza si no hay dragón?


Análisis | Fragatas y barcazas misilísticas: ¿visión de futuro o exceso estratégico neerlandés?

Ni 40 ni 160 misiles cambian el desenlace si lo que impacta en el costado del barco es un Onyx supersónico a baja cota. Así lo han dejado en claro no solo los campos de batalla ucranianos, sino las experiencias más recientes con sistemas como el Patriot o el IRIS-T, enfrentados a misiles modernos y drones suicidas.

Y sin embargo, el Ministerio de Defensa de los Países Bajos ha tomado una decisión que, incluso entre expertos, genera cejas levantadas: reforzar la defensa aérea de sus fragatas de clase De Zeven Provinciën agregándoles... un arsenal flotante adicional. Un concepto sencillo, casi intuitivo en su planteamiento: si una fragata puede disparar 40 misiles, ¿por qué no permitirle acceder a 120 más desde un buque escolta que actúe como almacén de municiones y multiplicador de potencia de fuego?

La lógica está ahí. El respaldo industrial, también: la firma israelí IAI aportará misiles antiaéreos Barak-ER, municiones merodeadoras Harop y sistemas de guerra electrónica de última generación. Damen, por su parte, construirá los buques. El cóctel tecnológico parece atractivo.

Pero lo que no está claro es el escenario. ¿Contra quién? ¿Dónde?

¿La defensa de qué, exactamente?

La idea es reforzar la "protección de infraestructura crítica" en el Mar del Norte. Una frase que suena bien en un informe técnico, pero que despierta dudas cuando se la analiza en detalle. La OTAN no ha detectado amenazas marítimas creíbles en la zona. Rusia no tiene capacidad de proyección en esas aguas. Bielorrusia no tiene flota. Y lo demás suena más a delirio geopolítico que a planificación táctica.

La decisión, presentada por el Secretario de Estado de Defensa, Gijs Tuinman, pretende adelantarse a futuras amenazas y preparar al país para nuevos tipos de guerra —con buques no tripulados, inteligencia electrónica e interoperabilidad modular—. Pero en paralelo, parece responder más a compromisos industriales y geopolíticos que a necesidades reales.

¿Israel necesitaba compradores para su nuevo ecosistema modular? ¿Damen necesitaba contratos urgentes para su astillero? ¿El gobierno holandés necesitaba exhibir músculo militar en Bruselas?

Ironías estratégicas

El concepto no es malo. El modelo TRIFIC (Traveling Rapidly Increasing Firepower) y su evolución a MICAN (Modular Integrated Capabilities for the North Sea) podrían tener valor si hubiese un escenario que justificara tal despliegue. Pero a falta de enemigos reales, las justificaciones parecen tan improvisadas como creativas.

¿Una operación de desembarco en Bielorrusia? ¿Una flota bielorrusa que amenaza desde el Mar del Norte? Incluso en tono sarcástico, la imagen resulta reveladora: en la práctica, no hay teatro operativo que justifique la inversión estratégica.

Y si lo hubiera, como ha demostrado la experiencia con sistemas avanzados en otros conflictos, ninguna cantidad de misiles almacenados resolverá por sí sola la vulnerabilidad táctica de una fragata bajo saturación electrónica y ataque coordinado con drones y misiles de última generación.

¿El futuro? Tal vez.

Tal vez este esfuerzo neerlandés sea, simplemente, una apuesta a futuro: ensayar con buques modulares, con tripulación reducida, con drones, con sensores, antes de que la necesidad real toque a la puerta. En ese caso, tiene valor como inversión tecnológica.

Pero mientras tanto, la imagen sigue siendo la misma: una fragata real con un cofre flotante de misiles a su lado, patrullando un mar donde nadie ataca, nadie amenaza, y nadie —realmente— necesita ser defendido.

Y como suele ocurrir con ciertas decisiones estratégicas, tal vez la amenaza no esté en el mar… sino en las salas donde se escriben los informes, se diseñan los programas, y —sobre todo— se firman los contratos.


Basado en el artículo de Román Skomorokhov || Revista Militar

lunes, 22 de enero de 2024

Doctrina naval: Letalidad distribuida

¿Qué es el concepto de “letalidad distribuida”?


Foto cortesía de la Marina de los EE. UU.

La letalidad distribuida se convertirá en el nuevo cambio de paradigma en el combate de superficie ofensivo.

La guerra naval de superficie está atravesando un período de rápidos cambios tecnológicos y operativos. Durante los casi 30 años transcurridos desde el final de la Guerra Fría, las armadas encontraron entornos relativamente permisivos y los sistemas defensivos mejorados pudieron derrotar en gran medida las amenazas que enfrentaron. Sin embargo, ha surgido una nueva generación de desafíos, que incluyen sensores pasivos ubicuos, submarinos silenciosos, misiles antibuque supersónicos e hipersónicos (ASM), minas “inteligentes” y el uso cada vez mayor de fuerzas paramilitares en operaciones navales. Como resultado, muchas flotas están revisando sus conceptos y capacidades para misiones de superficie tradicionales como la defensa aérea, la guerra antisubmarina (ASW), los ataques marítimos y terrestres y la guerra contra minas (MIW).

La letalidad distribuida (DL) se anunció oficialmente como un concepto en desarrollo por la USN en un artículo escrito conjuntamente por tres oficiales de bandera de la USN para el Instituto Naval de los Estados Unidos en enero de 2015. El artículo se refería a un cambio en curso en la fuerza de superficie que era " no sutil y… no accidental”. Los almirantes se refirieron a la pérdida de habilidades y competencias básicas en la flota de superficie debido al predominio de tácticas basadas en portaaviones que dependían del control indiscutible del mar.

Básicamente, la USN se había acostumbrado a dominar el dominio marítimo tras el fin de la Guerra Fría. Como resultado, se había permitido que se atrofiara la capacidad de los buques de superficie para realizar tareas básicas como la guerra antisubmarina (ASW) y la guerra antisuperficie (ASUW). Proteger a los portaaviones en aguas no disputadas, lejos de las áreas controladas por el enemigo, se había convertido en el único objetivo de la USN. Para corregir este problema, los almirantes han ideado la letalidad distribuida.


Concepto de letalidad distribuida: lanzamiento de la Marina de EE. UU.

El concepto de operación futura de la Marina de los EE. UU.

El concepto de Letalidad Distribuida (DL) es el que se está desarrollando para mejorar la viabilidad y las capacidades ofensivas de la flota estadounidense en un entorno Anti-Acceso y Anti-Denial (A2/AD). Desde el final de la Guerra Fría, Estados Unidos ha dominado casi todos los campos de batalla con su abrumador poder militar. Sin embargo, las mayores capacidades A2/AD del enemigo, incluido el desarrollo de misiles de largo alcance, amenazan la libertad de acción de Estados Unidos.

Además, Distributed Lethality planea distribuir geográficamente fuerzas llamadas Grupo de Acción de Superficie Hunter-Killer (SAG), lo que dificulta que el enemigo apunte a las fuerzas estadounidenses. La Marina de los EE. UU. espera que el concepto DL proporcione más opciones de ataque a los Comandantes de las Fuerzas Conjuntas (JFC), tome la iniciativa y aumente la complejidad para el enemigo.

Sea Control es el foco principal

El concepto de DL es establecer control marítimo y evitar que un adversario haga lo mismo. Se logra aumentando la capacidad ofensiva y defensiva de los buques de guerra individuales, empleándolos en formaciones dispersas en una vasta extensión geográfica y generando incendios distribuidos. Las fuerzas de superficie equipadas con sistemas defensivos robustos y armadas con armas de enfrentamiento creíbles lanzadas desde la superficie, que puedan sobrevivir tanto en entornos disputados como en entornos degradados en las comunicaciones, ayudarán a asegurar el territorio marítimo y permitirán que las fuerzas fluyan para operaciones de proyección de poder de seguimiento. El control del mar no significa dominar todos los mares, todo el tiempo. Más bien, es la capacidad y la capacidad de imponer un control localizado del mar cuando y donde sea necesario para permitir otros objetivos y mantenerlo durante el tiempo necesario para lograr esos objetivos.

La letalidad distribuida tiene características distintivas a nivel táctico y operativo. A nivel táctico, aumenta la letalidad de las unidades y reduce la susceptibilidad de los buques de guerra a la detección y el objetivo. Emplea buques de guerra como elementos de paquetes de fuerzas adaptables ofensivos que están orientados a tareas y son capaces de realizar operaciones ampliamente dispersas a nivel operativo. Los paquetes de fuerza adaptables permiten a los comandantes operativos la capacidad de escalar las capacidades de la fuerza según el nivel de amenaza. Esta forma de empleo está diseñada para abrir el espacio de batalla y permitir que el ocultamiento y el engaño inyecten incertidumbre y complejidad en la elección de objetivos del adversario.




Imagen de la Marina de los EE. UU.

SAG cazadores-asesinos

El enfoque de la USN volverá a la ofensiva manteniendo las habilidades necesarias para apoyar a los grupos de batalla CVN existentes. La letalidad distribuida es la condición que se obtiene al aumentar el poder ofensivo de los componentes individuales de la fuerza de superficie (cruceros, destructores, buques de combate litorales [LCS], buques anfibios y buques de logística) y luego emplearlos en formaciones ofensivas dispersas conocidas como “cazadores- SAG asesinos”. Armar a toda la flota con armas de mayor alcance ha sido un objetivo importante para la Armada durante muchos años. Por ejemplo, armar al LCS con un misil Hellfire lanzado desde cubierta para ampliar el alcance de la defensa aérea desde el barco y darle al barco el nuevo misil NSM "sobre el horizonte", la estrategia que también se empleó en la nueva fragata de la Armada, surgió hace años. como parte del concepto de Letalidad Distribuida.


Foto de la Marina de los EE. UU.

Los SAG cazadores-asesinos se apoderan de áreas de operaciones marítimas para actividades posteriores (incluida la proyección de energía), realizan operaciones de detección de más formaciones gigantes y mantienen en riesgo objetivos terrestres adversarios. Además, al distribuir el poder entre un número más significativo de unidades más espaciadas geográficamente, la selección de objetivos por parte del adversario se complica y la densidad de ataque se diluye. Los SAGS cazadores-asesinos pueden defenderse contra ataques aéreos y con misiles y extender esa protección a las fuerzas expedicionarias que llevan a cabo sus propias operaciones ofensivas. Estos SAG cazadores-asesinos estarán conectados en red e integrados para respaldar operaciones complejas incluso cuando no estén respaldados por el ala aérea del portaaviones y los aviones de patrulla terrestres.

Limitaciones de la letalidad distribuida

Sin embargo, existen muchas limitaciones para hacer realidad este concepto. Es prácticamente difícil cubrir la vasta zona A2/AD sólo con los Estados Unidos. Existe una alta probabilidad de que también se produzcan problemas de apoyo logístico en dominios dispersos debido a la falta de apoyo logístico adecuado para las fuerzas estadounidenses. En otras palabras, con el sistema de suministro existente, no sería capaz de hacer frente de manera eficiente a la demanda de suministros en diferentes momentos y lugares.

Conclusión

Como resultado, si se eliminan los problemas que pueden experimentarse en logística y comando y control, la letalidad distribuida brinda la capacidad de aplicar todos los elementos del poder marítimo para la disuasión, para responder a crisis, agresión o conflicto, para desarrollar la preparación para proyectar poder para rechazar o derrotar ataques en múltiples teatros y para proporcionar una sólida capacidad para atacar objetivos con una sorpresa desde el mar.