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sábado, 15 de febrero de 2025

Crisis del Beagle: Ataques en el frente central (Puerto Montt, Temuco)

 

Asalto a Puerto Montt y Temuco

Esteban McLaren


La Guerra del Beagle en 1978 casi ocurrió entre Argentina y Chile debido a la disputa por las islas Picton, Lennox y Nueva. Vamos a explorar un escenario alternativo en el que la guerra efectivamente comienza el 22/23 de diciembre de 1978 con los eventos que has descrito: un asalto argentino a Punta Arenas y un desembarco en las islas disputadas, junto con una invasión desde Neuquén a través del paso Puyehue/ Cardenal Samoré hacia Puerto Montt y desde Pino Hachado hacia Temuco.

Esta operación tenía como objetivo cerrar el asedio a la capital trasandina, el cual se había iniciado desde el flanco norte en el valle del Aconcagua. No obstante, en este sector la distancia hasta la capital sería mayor, y a diferencia del flanco norte, donde la propia cordillera dificultaba el flanqueo desde el noroeste o el este (dado que las ciudades costeras se encuentran a pocos kilómetros), aquí podrían existir flancos expuestos en un arco de 180°, con poblaciones de tamaño mediano como Osorno, Talca, Concepción, Talcahuano y Valdivia. En consecuencia, el combate urbano se presentaría como una posibilidad real, lo que ralentizaría el avance. Bajo esta perspectiva, estas campañas podrían entenderse más como un esfuerzo estratégico para dividir al país en dos y dificultar sus comunicaciones, en lugar de ser un apoyo directo al ataque sobre la capital, que se hallaría a cientos de kilómetros al norte. Concentrarse en dominar el territorio implicaba imbricarse en un desgaste de tropas. Mucho más efectivo hubiese sido, tal vez, incursionar para destruir activos de combate en todos los niveles (infraestructura, depósitos, aeropuertos, aeronaves, vehículos de transporte, etc.)

Otros escenarios ya se han analizado el asalto blindado a Santiago por el Norte, la especulación de una invasión chilena hasta Bahía Blanca, el asalto blindado a Punta Arenas, la batalla naval del Beagle, el ataque contra-aéreo sobre Chabunco y el asalto helitransportado a las islas del canal. En cualquier caso, todos estos escenarios así como este mismo es un trabajo en constante actualización y evolución dado que mucha información todavía no es pública y diversos puntos de análisis no han sido explorados. Versiones mejoradas se irán actualizando a futuro: empecemos entonces.

Geografía de referencia: Paso Puyehue (Cardenal Samoré) y Temuco (Norte) y Paso Pino Hachado y Puerto Montt (Sur)


Aquí corresponde una observación. Según algunas fuentes argentinas, las unidades encargadas de invadir territorio chileno a través de los pasos Puyehue y Pino Hachado (ambos en la provincia de Neuquén) estaban bajo el mando del general de división Menéndez. Sin embargo, la información recopilada por el teniente coronel Madrid Murúa indicaba que el avance por el paso Puyehue estaría a cargo del comandante del V Cuerpo de Ejército, el general de división Vaquero, y no mencionaba una invasión por el paso Pino Hachado (Soprano, 2021).

Esta discrepancia podría deberse a las fuentes de planificación a las que cada uno tuvo acceso. La fuente, un oficial de una unidad de artillería prevista para participar en el ataque a Chile a través del paso Puyehue en octubre de 1978, pudo haber conocido una versión preliminar del plan. En cambio, Madrid Murúa, al analizar los hechos con posterioridad, pudo haber accedido a otras fuentes de información o al planeamiento definitivo. En cualquier caso, ambas rutas de invasión fueron analizadas.

Fuerzas enfrentadas

La zona es central e histórica para Chile, posee regimientos tradicionales basados en la región así cómo la principal base naval del país.

1) ORBAT (Order of Battle) regional de cada fuerza:

Argentina:

  • 5ª Brigada de Infantería (Montaña): Con base en Mendoza, esta unidad tendría la responsabilidad principal en la invasión a través del paso Puyehue. Equipados con artillería ligera de montaña, morteros, y algunas unidades de apoyo blindado ligero. Compuesta por:

    • Regimiento de Infantería de Montaña 10 (RIM 10)
    • Regimiento de Infantería de Montaña 11 (RIM 11)
    • Regimiento de Caballería de Montaña 8
    • Grupo de Artillería de Montaña 8
  • VI Brigada de Infantería de Montaña: Con base en Neuquén, apoyaría el avance desde el sur, proporcionando refuerzos y cubriendo flancos. Compuesta por:

    • Regimiento de Infantería de Montaña 21 (RIM 21)
    • Regimiento de Infantería de Montaña 22 (RIM 22)
    • Grupo de Artillería de Montaña 6
  • XII Brigada de Infantería Mecanizada: Con base en Río Gallegos, tendría la responsabilidad del ataque a Punta Arenas. Compuesta por:

    • Regimiento de Infantería Mecanizado 24 (RIMec 24)
    • Regimiento de Caballería Blindado 9
    • Grupo de Artillería 3
    • Grupo de Artillería Antiaérea 11


Chile:

  • III División de Ejército: Responsable de la defensa de la región sur de Chile, con sede en Valdivia, tendría que movilizar unidades hacia la zona de Puerto Montt y Punta Arenas.
    • Brigada Acorazada "Coraceros": Con base en Puerto Varas, cerca de Puerto Montt, equipada con algunos viejos tanques Sherman sin modernización y una veintena de M-41 Walker Bulldog.
    • Brigada de Infantería N° 4 "Rancagua": Con base en Punta Arenas, con un papel crítico en la defensa de la ciudad.
    • Regimiento Reforzado N° 7 "Chacabuco": Con base en Concepción, sería movilizado hacia el sur.
    • Grupo de Artillería N° 12 "Aysén": Con artillería de campaña y antiaérea para la defensa de la región de Puerto Montt.


2) Invasión argentina a Puerto Montt:

Fase 1: Paso Puyehue/Cardenal Samoré

  • La invasión comenzaría con la 5ª Brigada de Infantería (Montaña) cruzando el paso Puyehue. Este paso es de gran altitud y difícil acceso, especialmente en invierno. La primera tarea sería asegurar el control del paso y las rutas de acceso a Chile, como Villa La Angostura y San Carlos de Bariloche, para asegurar la línea de suministro.

Fase 2: Avance hacia Osorno

  • Una vez asegurado el paso, la brigada se movería hacia Osorno, un punto estratégico por su ubicación y red de carreteras que conecta con Puerto Montt. La toma de Osorno sería crucial para cortar refuerzos chilenos que podrían venir desde Valdivia y otras partes del norte de la región.

Fase 3: Toma de Puerto Montt

  • Desde Osorno, las fuerzas argentinas se desplazarían hacia el sur, siguiendo la Ruta 5 Sur, el corredor principal hacia Puerto Montt. Los argentinos deberían tomar Río Bueno, La Unión y Llanquihue antes de llegar a las puertas de Puerto Montt. La ciudad es clave por ser un centro logístico y de transporte, así como por su puerto, que permite acceso al Pacífico.





3) Resistencia trasandina a la invasión

Defensa Inicial:

  • La Brigada Acorazada "Coraceros" sería la primera en responder, utilizando sus tanques y vehículos blindados para montar defensas móviles a lo largo de la Ruta 5 Sur, intentando retrasar el avance argentino. Además, utilizarían el terreno montañoso y los ríos para establecer líneas defensivas en profundidad.


Resistencia en Puerto Montt:

  • Las fuerzas chilenas defenderían ferozmente Puerto Montt, estableciendo defensas urbanas y utilizando artillería y fuerzas irregulares (reservistas y civiles) para reforzar la resistencia. Las fuerzas de la Brigada de Infantería N° 4 "Rancagua" en Punta Arenas podrían ser desplazadas por mar para reforzar la defensa de Puerto Montt.

Operaciones de contención y contraataque:

  • Si las fuerzas argentinas avanzaran demasiado rápido, Chile podría intentar un contraataque desde el norte con fuerzas de la III División, utilizando unidades del Regimiento Reforzado N° 7 "Chacabuco" desde Concepción y otras unidades movilizadas de Valdivia y Osorno.

Guerra de guerrillas:

  • En caso de que las fuerzas chilenas fueran superadas en la defensa convencional, podrían recurrir a una guerra de guerrillas, aprovechando el terreno accidentado y la red de ríos y lagos para hostigar las líneas de suministro argentinas.

Este escenario alternativo habría resultado en un conflicto extremadamente costoso para ambas naciones, con combates intensos en las regiones montañosas y urbanas del sur de Chile.

Puntos de estancamiento potencial al avance argentino

En el contexto de una invasión argentina hacia Puerto Montt a través del paso Puyehue/Cardenal Samoré, habría varios puntos críticos donde el avance argentino podría estancarse debido a la combinación del terreno difícil, la defensa chilena, y las limitaciones logísticas. A continuación, se detallan los puntos más probables de estancamiento.

Lo más caótico y ridículo era que los medios más poderosos, los ya viejos tanques AMX-13, iban a ser empleados en la zona de Pino Hachado, en la provincia de Neuquén. Estos blindados penetrarían en un área conocida como La Horqueta, por la boca ancha de un embudo, para luego salir —en columna y desfilando— por la boca estrecha de ese embudo, a través de un desfiladero montañoso. Esta maniobra facilitaría al adversario la destrucción de nuestros blindados con fuerzas de poca magnitud, equipadas con armas antitanques. Una vez más, quienes concibieron el plan se olvidaron de los manuales y de la doctrina más elemental. (Balza, un ex-militar muy citado por los trasandinos más no por sus connacionales)
Habría que recordar que con ese criterio jamás se hubiese invadido Normandía ni San Martín hubiese cruzado los Andes. Se debe tener en cuenta que Argentina iba a operar en condiciones de superioridad aérea, por lo que las dificultades en el plano bidimensional podían ser enfrentadas desde el plano tridimensional, sin grandes amenazas de contraataque aéreo.

Más aún, Balza y otros oficiales realizaron un reconocimiento encubierto en Chile, disfrazados de turistas. Identificaron puntos clave del terreno y concluyeron que la ofensiva presentaba serios problemas logísticos y estratégicos. La unidad debía avanzar por el paso Puyehue, pero este oficial advirtió que los puentes sobre el río Gol Gol podían ser destruidos por Chile, dejando su artillería atrapada. Además, el plan contemplaba un avance de tanques por el paso Pino Hachado, un desfiladero estrecho donde podrían ser fácilmente destruidos. La improvisación era evidente, reflejando errores estratégicos que también estarían presentes en la Guerra de Malvinas cuatro años después. Ahora, este oficial fue definitivamente parte de la improvisación al no solicitar ingenieros para lanzar puentes o reparar los detonados. En vez de quejarse como cada declaración anti-militar que ha hecho desde que probó las delicias del poder político, podría haber aportado desde la propuesta de solución. Si es por cobardes como Balza, Hitler hubiese sido emperador de Europa.

1) Paso Puyehue/Cardenal Samoré

  • Terreno y clima: El paso Puyehue es una ruta de alta montaña que, especialmente en invierno, puede ser extremadamente difícil de cruzar debido a la nieve, el hielo y las condiciones climáticas adversas. Incluso en verano, el terreno montañoso y boscoso presenta serios desafíos logísticos y de movilidad. Este sería el primer punto donde el avance podría estancarse, ya que las fuerzas argentinas tendrían que asegurar el paso mientras enfrentan posibles defensas chilenas o sabotajes de las rutas.

  • Defensa chilena: Las fuerzas chilenas podrían utilizar unidades ligeras de infantería y artillería de montaña para hostigar a los invasores en el estrecho y accidentado terreno del paso. Tácticas de demolición y emboscadas podrían retrasar significativamente el avance argentino.


2) Osorno

  • Importancia estratégica: Osorno es un centro urbano clave, controlando el acceso al sur de Chile a través de la Ruta 5 Sur. La ciudad tiene una importancia estratégica debido a su red de carreteras y comunicaciones, por lo que las fuerzas chilenas seguramente establecerían una fuerte defensa aquí.

  • Defensas urbanas: Combates urbanos en Osorno podrían causar un estancamiento del avance argentino, ya que las tropas tendrían que lidiar con posiciones defensivas preparadas, posibles barricadas, francotiradores, y el uso del terreno urbano para ralentizar el avance. Las fuerzas chilenas, apoyadas por artillería y tanques ligeros de la Brigada Acorazada "Coraceros", podrían convertir a Osorno en un punto de resistencia significativo. Podría ser una opción para las fuerzas argentinas desviarse de tomar esta posición aislarla o someterla a bombardeo de artillería y aéreo.


3) Río Bueno y La Unión

  • Ríos como Obstáculos Naturales: Los ríos Bueno y Maullín, cerca de las ciudades de Río Bueno y La Unión, representan importantes obstáculos naturales. Estos ríos, con sus puentes y vados limitados, serían puntos ideales para que las fuerzas chilenas intentaran detener o retrasar el avance argentino.

  • Destrucción de Infraestructura: Chile podría destruir puentes clave y usar artillería para impedir la construcción de puentes temporales o cruces anfibios, causando un estancamiento significativo en el avance argentino.

4) Llanquihue y la Ruta 5 Sur

  • Terreno Controlado: Entre Llanquihue y Puerto Montt, la Ruta 5 Sur es un corredor clave que pasa a través de un terreno que, aunque más plano que el paso de montaña, sigue siendo ideal para la defensa en profundidad por parte de los chilenos.

  • Defensa en Profundidad: Las fuerzas chilenas podrían emplear tácticas de defensa en profundidad, con líneas defensivas sucesivas a lo largo de la Ruta 5 Sur. Los constantes ataques de artillería y posibles contraofensivas acorazadas desde Puerto Montt podrían causar un estancamiento argentino antes de llegar a la ciudad.

5) Puerto Montt

  • Defensa Urbana Intensa: Puerto Montt, al ser el objetivo principal, vería una defensa urbana intensa. El terreno costero, combinado con las infraestructuras urbanas, permitiría a los defensores chilenos organizar una defensa sólida y bien atrincherada.

  • Refuerzos Navales y Aéreos: Chile podría emplear su marina y aviación para reforzar la defensa de Puerto Montt, atacando las líneas de suministro argentinas y evitando un avance rápido. Además, el terreno costero permitiría un uso efectivo de artillería naval y ataques aéreos para hostigar a las fuerzas invasoras.

Resumen del avance en Puerto Montt

En este escenario, el avance argentino hacia Puerto Montt se estancaría probablemente en el Paso Puyehue/Cardenal Samoré, Osorno, y los ríos cercanos a Río Bueno y La Unión, antes de encontrar una defensa urbana intensa en Puerto Montt. La combinación de terreno difícil, defensas en profundidad y tácticas de guerrilla podría frenar considerablemente el avance argentino, haciendo que la campaña se prolongue y se vuelva más costosa.







Caso de Temuco

La crisis del Beagle de 1978 estuvo al borde de un conflicto armado entre Argentina y Chile, con el Plan "Soberanía" diseñado por Argentina para invadir Chile en múltiples frentes. En este escenario de historia alternativa, ahora nos enfocaremos en la hipótesis de que Argentina busca tomar Temuco, una ciudad clave en el sur de Chile, lo que implica un cruce por la cordillera de los Andes en una de sus zonas más difíciles.



Plan Argentino: La toma de Temuco

Objetivos de la ofensiva

  1. Cortar el sur de Chile: Tomar Temuco permitiría dividir el país en dos, impidiendo que Santiago refuerce la región sur.
  2. Controlar la Ruta 5 Sur: La carretera longitudinal es la principal vía de comunicación de Chile; su captura facilitaría la movilidad argentina.
  3. Debilitar la resistencia chilena en la Araucanía: La zona era menos defendida que Santiago o Valparaíso, con menos tropas y menor capacidad logística.

 


Fuerzas Argentinas para la operación

Para esta ofensiva, el Ejército Argentino habría empleado unidades de montaña y blindadas, con apoyo aéreo y fuerzas especiales.

  • V Cuerpo de Ejército (con base en Bahía Blanca)
    • VI Brigada de Infantería de Montaña (con efectivos entrenados en combate en la cordillera).
    • Brigada Blindada III (para explotar avances en terreno más abierto).
    • Elementos de la IV Brigada Aerotransportada (para posibles infiltraciones).
    • Grupo de Artillería de Montaña 6 (con obuses para apoyo de fuego).
    • Escuadrones de Fuerzas Especiales (para sabotajes y reconocimiento).

Apoyo de la Fuerza Aérea Argentina (FAA):

  • Escuadrón de aviones A-4 Skyhawk y Mirage III para ataques aéreos.
  • Helicópteros Puma para transporte rápido de tropas.



Ejes de avance

Para llegar a Temuco desde Argentina, los principales pasos cordilleranos utilizables en una ofensiva serían:

  1. Paso Cardenal Samoré (Bariloche - Osorno - Ruta 5 Sur - Temuco)

    • Ruta con buena infraestructura, apta para vehículos pesados.
    • Desventaja: Expone la ofensiva a ataques desde Valdivia y Puerto Montt.
  2. Paso Pino Hachado (Zapala - Lonquimay - Temuco)

    • Opción viable para una fuerza de montaña con blindados ligeros.
    • Más difícil en términos logísticos y de movilidad.

Plan de avance:

  1. Operación Relámpago: Se envían comandos aerotransportados a cortar puentes y rutas de escape.
  2. Ataques simultáneos desde Cardenal Samoré y Pino Hachado con apoyo aéreo y artillería.
  3. Rápida penetración hacia Temuco con fuerzas blindadas explotando cualquier brecha en la defensa chilena.
  4. Toma del aeropuerto Maquehue para recibir refuerzos aerotransportados.
  5. Fortificación de la ciudad y preparación para una contraofensiva chilena.

Tácticas argentinas

  • Blitzkrieg Andina: Se combinan ataques aéreos, movilidad blindada y fuerzas aerotransportadas para avanzar rápidamente.
  • Fintas y engaños: Pequeños ataques en otros pasos cordilleranos para dispersar las fuerzas chilenas.
  • Guerra psicológica: Difusión de mensajes sobre una supuesta victoria rápida para desmoralizar al enemigo.


Defensa chilena: Resistencia en Temuco

Fuerzas disponibles en el Sur

En 1978, el Ejército Chileno tenía menos efectivos y material pesado que Argentina, pero contaba con experiencia en guerra de montaña y un profundo sentido de defensa territorial.

Unidades en la zona de Temuco:

  • Regimiento de Infantería N° 8 "Tucapel" (con base en Temuco).
  • Regimiento Reforzado N° 3 "Yungay" (Valdivia, disponible para reforzar).
  • Destacamento de Montaña en Lonquimay (vital para retardar el avance argentino).
  • Brigada de Aviación del Ejército (BAVE) con helicópteros UH-1H para movilidad táctica.

Apoyo de la Fuerza Aérea de Chile (FACh):

  • Escuadrón de Hawker Hunter (cazas-bombarderos). Dudosa disponibilidad dado que se hallaban resguardados en Cerro Moreno, Antofagasta.
  • Escuadrón de A-37 Dragonfly (ataques a unidades blindadas). Más factible de operar en la zona.

Tácticas de defensa chilena

  1. Defensa en profundidad: En vez de enfrentar de inmediato a los argentinos, las tropas chilenas se habrían retirado lentamente, desgastando al enemigo con emboscadas y ataques puntuales.
  2. Destrucción de infraestructura clave: Puentes volados y caminos bloqueados para ralentizar el avance argentino.
  3. Uso del terreno: La densa vegetación y el relieve montañoso favorecen la guerra de guerrillas.
  4. Defensa del aeropuerto Maquehue: Impedir su uso por los argentinos sería clave para evitar refuerzos aerotransportados. El aeropuerto sería blanco de la Fuerza Aérea Argentina.
  5. Contraataques con fuerzas aeromóviles: Equipos de asalto en helicópteros atacarían las columnas argentinas vulnerables. Se desconoce el estado operativo de la flota de helicópteros chilenos pero tranquilamente podía tener un estado de muy baja operatividad debido a las restricciones de la Enmienda Kennedy.
  6. Coordinación con la Armada: Posible desembarco de tropas en la costa para cortar el avance argentino por la retaguardia. También altamente improbable debido a que la ACh se encontraba enfrascada en la campaña del Beagle.


Escenario final: ¿Quién habría ganado?

La captura de Temuco no habría sido una tarea sencilla para Argentina debido a la combinación de obstáculos geográficos, la resistencia chilena y la logística extendida de las fuerzas invasoras.

📌 Posibles desenlaces:

  1. Argentina logra tomar Temuco: Una vez tomada la ciudad, es muy probable que hubiese sido usada como base para el avance al Norte hacia Santiago o como cuartel general de toda la región para ocupación del territorio. Asimismo, si se prolongaba la guerra, una contraofensiva chilena desde Concepción y Valdivia podría haber rodeado a las tropas argentinas, forzándolas a retirarse si es que no capitulaba Santiago.
  2. Chile logra contener la invasión: Mediante defensa en profundidad y ataques puntuales de infantería, las fuerzas chilenas pueden frenar el avance antes de que Temuco caiga.
  3. Guerra prolongada y estancada: Sin un avance rápido, la guerra se estanca en la cordillera, con enfrentamientos prolongados en la región.

Conclusión

Si bien Argentina tenía superioridad numérica y material, Chile poseía la ventaja defensiva del terreno y un mando cohesionado con tropas más numerosas. La toma de Temuco habría requerido una operación relámpago extremadamente bien ejecutada, y cualquier retraso habría dado tiempo a los chilenos para reorganizarse y contraatacar.

En este escenario alternativo, el destino de la batalla habría dependido de la velocidad argentina y la capacidad chilena de resistir y desgastar al enemigo. En cualquier caso, el objetivo principal de estas dos campañas (Puerto Montt y Temuco) debería haber sido destruir la mayor cantidad de activos militares chilenos para deshabilitar su uso con el fin de interrumpir el avance hacia Santiago por el Paso Puyehue desde el Sur. Dentro de esta dinámica, no se debiera retener terreno por mucho tiempo debido a la enorme probabilidad de ser rodeados por la misma ubicación geográfica de los objetivos en el centro del dispositivo enemigo.


Fuentes

  • Soprano, Germán (2021), "Conflicto de límites con Chile y operaciones militares de las Fuerzas Armadas argentinas en 1978. Experiencias de la artillería de campaña en el «Operativo Soberanía»", incluido en Soprano Manzo, Germán Flavio (editores), Fuerzas Armadas, fronteras y territorios en Sudamérica en el siglo XX: Perspectivas y experiencias desde Argentina y Brasil,   Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (ISBN 978-950-34-2005-8)

domingo, 10 de noviembre de 2024

Historia alternativa: Paracaidistas norteamericanos sobre Berlin

Paracaidistas estadounidenses luchando en Berlín

Weapons and Warfare



Me parece muy improbable. El 7 y 8 de mayo de 1945, unos 60.000 soldados aerotransportados fueron desplegados en la ETO de la siguiente manera: – XVIII Cuerpo Aerotransportado (Ridgeway) en Hagenow, Alemania – 82.ª División Aerotransportada (Gavin) en Ludwigslust, Alemania – 101.ª División Aerotransportada (Taylor) en Berchtesgarden . – 17.ª División Aerotransportada (Miley) cerca de Essen, en el Ruhr. – 13ª División Aerotransportada. En espera en Auxerre, Francia: 501 PIR (Ballard) y 508 PIR (Linquest), ambos en bases en Francia para posibles saltos a campos de prisioneros de guerra.


Excepto por las misiones de reabastecimiento aéreo de emergencia a la 101 en Bastogne. La grande y costosa FAAA de Lewis Brereton no había logrado nada importante desde MARKET-GARDEN, en septiembre. No hubo operaciones de paracaidistas; en las Ardenas y posteriormente. las cuatro divisiones de paracaidistas se habían comprometido a la acción terrestre. La apertura de Amberes como puerto de suministro en noviembre había eliminado la necesidad de utilizar los mil cuatrocientos transportes aéreos de la FAAA para transportar gasolina y municiones al continente. El personal de la FAAA y sus vastos recursos aéreos se estaban desperdiciando. La FAAA, sin embargo, siguió generando planes. La mayoría de ellos fueron diseñados para apoyar a Montgomery. Bradley o Patch al cruzar el río Rin hacia Alemania, pero uno, ECLIPSE (anteriormente TALISMAN), fue un lanzamiento estadounidense sobre Berlín. en caso de que el Tercer Reich colapsara repentinamente. Justo antes de la Ardena. los planes aerotransportados para cruzar el Rin se habían reducido a tres, en este orden de prioridad: VARSITY (en apoyo del cruce de Montgomery en Wesel); CHOKER II (en apoyo del cruce del Séptimo Ejército de Patch en Worms); NÁPOLES II (en apoyo del cruce de Bradley en Colonia).

La tarde del 7 de marzo, cuando Bradley telefoneó a Eisenhower para informarle por primera vez de la toma del puente de Remagen, Eisenhower estaba cenando en su nuevo cuartel general en Reims. Sus invitados de la velada fueron la mayoría de los principales comandantes aerotransportados: Ridgway, Doc Eaton, Gavin, Taylor y Gerry Chapman, comandante de la recién llegada 13.ª División Aerotransportada. Eisenhower los había convocado para discutir futuras operaciones aéreas propuestas: CHOKER II, ECLIPSE y una nueva, enorme y espectacular operación llamada ARENA”.

En sus memorias de guerra. Gavin y Taylor recordaron vívidamente la llamada telefónica de Bradley a mitad de la cena anunciando la captura del puente de Remagen y el entusiasmo que generó. Ridgway, sin embargo, no mencionó el incidente en sus memorias. Quizás fue un momento que no quería recordar. Si el XVIII Cuerpo Aerotransportado no hubiera sido retirado para VARSITY, en contra de sus deseos, habrían sido sus fuerzas, no las de Millikin, las que capturaron el puente de Remagen, y Ridgway y el XVIII Cuerpo Aerotransportado habrían tenido el gran privilegio de explotar la cabeza de puente con Joe. Collins y VII Cuerpo. Además, al haber estado presente cuando Eisenhower autorizó a Bradley a explotar la cabeza de puente, Ridgway sabía que todo el curso de la guerra iba a cambiar, que el verdadero impulso vendría ahora en el centro y que el cruce del Rin de Montgomery -y VARSITY- se convertiría en un sobre un espectáculo paralelo escenificado. "



Cuando el entusiasmo se calmó, la charla en la cena de Eisenhower volvió a centrarse en las futuras operaciones aerotransportadas, centrándose en ARENA. Concebido por el fecundo personal de planificación de la FAAA, cumplió el deseo de larga data de George Marshall y Hap Arnold de realizar una operación aerotransportada estratégica grande y decisiva en lo profundo del territorio enemigo. Durante la visita de Max Taylor a Washington en diciembre, Marshall había instado una vez más a llevar a cabo tal operación. Según Taylor, Marshal había “maldito sin límites” el MARKET-GARDEN de Montgomery y había sido “enfático al hablar de la ‘timidez’ de nuestra planificación [aerotransportada]”. La idea de Marshall de “operaciones aerotransportadas adecuadas”, informó Taylor, seguía siendo “tomar una cabeza aérea y luego enviar grandes cantidades de tropas”. Ahora que los ejércitos aliados se acercaban al Rin y Alemania parecía tambalearse hacia el colapso, la FAAA creía que por fin había llegado la oportunidad (y el buen tiempo para volar) de poder montar una operación aerotransportada estratégica. "

Impresionante en tamaño y alcance, el plan para ARENA abandonó la doctrina conservadora recientemente adoptada de “un solo levantamiento”. Inicialmente, una fuerza de cuatro a seis divisiones aerotransportadas aliadas, traídas mediante múltiples transportes, tomaría una cabeza aérea a unas cien millas al este del Rin en un área de terreno elevado situada entre Paderborn y Kassel. En esa zona había tres aeródromos alemanes bien organizados y comparativamente intactos y numerosas pistas de aterrizaje periféricas. Estos se utilizarían para volar en cuatro o cinco divisiones de infantería regulares más, lo que haría una fuerza total de la FAAA de unas diez divisiones.

Al ejército aerotransportado así reunido en las profundidades de Alemania se le podrían encomendar varias misiones principales dependiendo de la situación del frente de batalla. Podría atacar hacia el oeste, hacia el Ruhr, ayudando a Montgomery y Bradley a atrapar a los ejércitos alemanes. O podría más o menos quedarse quieto, negando a los ejércitos alemanes que se retiran del Ruhr un lugar para hacer una última resistencia, mientras proporciona a los ejércitos de Patton y Patch un enclave amigo hacia el cual avanzar. Es concebible que un ejército aliado tan grande que desembarcara tan profundamente en Alemania pudiera por sí solo causar el colapso total del Tercer Reich.

Ridgway había oído hablar de ARENA tres días antes, el 3 de marzo, en una reunión con Floyd Parks y el G-3 de Eisenhower, Harold R. (Pink) Bull. En ese momento, Parks había esbozado un esbozo del plan y había dicho a Ridgway y Bull que Brereton tenía intención de exponerlo todo a Eisenhower en unos pocos días. Ridgway había quedado asombrado... y no poco molesto. Brereton había prometido mantenerlo al tanto de la planificación de la FAAA; le había dicho a Parks que él, Ridgway, debería haber sido informado detalladamente sobre ARENA antes de que Brereton llevara ese plan a Eisenhower.

Profundizando en el plan durante los siguientes días, Ridgway conoció más detalles: la FAAA tenía la intención, si era posible, de utilizar las seis divisiones aerotransportadas aliadas (las estadounidenses 13.ª, 17.ª, 82.ª y 101.ª, y las británicas 1.ª y 6.ª) en el asalto. fase. A éstas les seguirían en la cabeza hueca cuatro divisiones regulares: la 2.ª de Walter Robertson, la 84.ª de Alex Bolling, la 103.ª de Tony McAuliffe y otra (aún sin designar). Habría tres cuerpos: XVIII Aerotransportado, I Aerotransportado Británico y otro para las divisiones de infantería regulares. Se utilizaría el máximo puente aéreo de la FAAA y todos los aviones realizarían dos viajes de ida y vuelta al día desde bases en Francia y Bélgica. Además, grandes cantidades de bombarderos pesados ​​de la Octava Fuerza Aérea ayudarían a transportar suministros a razón de trescientas toneladas por división por día, es decir, hasta un total de tres mil toneladas por día.

A pesar de su resentimiento inicial, Ridgway, como todos los oficiales aerotransportados que fueron informados sobre ARENA, quedó electrizado por su alcance y su audacia y lo apoyó plenamente. Sin embargo, tenía varias reservas importantes. El principal de ellos fue el uso de fuerzas aerotransportadas británicas. Para entonces sabía que Dempsey tenía la intención de conservar la 6.ª División Aerotransportada de Bois para rodear el Ruhr, y estaba seguro de que Montgomery (en apuros de tropas) no la liberaría voluntariamente. Los británicos no habían presionado mucho para que se reequipara el personal de la 1.ª División Aerotransportada después de Arnhem. Ridgway dudaba que pudiera desarrollarse y entrenarse a tiempo para el 1 de mayo, fecha propuesta originalmente para ARENA. En vista de estos factores, sugirió que ARENA se llevara a cabo estrictamente con tropas estadounidenses -con el asalto aerotransportado compuesto por las cuatro divisiones estadounidenses organizadas en un solo cuerpo- su XVIII Aerotransportada. Sin embargo, Brereton vetó esta propuesta, con la intención de hacer todo lo posible para incorporar a las operaciones a las divisiones 1.ª y 6.ª británicas (así como al 1.º Cuerpo Aerotransportado Británico de Gale).

Cuando Eisenhower conoció ARENA por primera vez, él también se mostró entusiasmado. Tal vez recordando sus viejas promesas a Marshall y Arnold, comentó que “le encantaría tener una gran operación aérea antes de que terminara la guerra” y pensó que ARENA “sería realmente divertido de hacer”. Pero insistió en que su composición fuera internacional: que se utilizaran las fuerzas aerotransportadas británicas. Telegrafió al alto mando británico en Londres solicitando la transferencia de la 6.ª División Aerotransportada británica a ARENA y un programa intensivo para tener lista a tiempo la 1.ª División Aerotransportada británica. Telegrafió a Marshall a Washington para preguntarle si era posible arrebatarle una división de infantería regular a Mark Clark en Italia para que sirviera como cuarta división de infantería aerotransportada regular. Así resultó que mientras Ridgway y el XVIII Cuerpo Aerotransportado estaban afinando el plan VARSITY, simultáneamente estaban elaborando planes detallados no sólo para CHOKER II sino también para ARENA. Ninguno de estos planes fue nunca “definitivo”, pero durante varias semanas la mejor solución pareció ser reducir el tamaño de CHOKER II y asignarlo a la 13.ª División de Gerry Chapman y llevar a cabo ARENA con las divisiones 17.ª, 82.ª y 101.ª más todas las tropas aerotransportadas británicas. podría-o pondría-a disposición. En cualquier caso, frente al desafío y la promesa de ARENA, VARSITY se volvió cada vez más insignificante, y Ridgway, más que nunca, debe haberse sentido decepcionado al tener que cargar con ello.

[fuente: Blair, “Ridgeway’s Paratroopers” (Nueva York: Doubleday, 1985)]



Para empezar, “On to Berlin” del general James Gavin. Allí relató que se le había encomendado la tarea de formular la parte de infantería aerotransportada de un plan para crear una cabeza aérea en Berlín, basada en el aeródromo de Templehoff. La idea era emular ciertas operaciones de naturaleza similar realizadas en el Teatro de Operaciones del Pacífico. Es decir, un lanzamiento en paracaídas inicial fue diseñado para asegurar por un corto tiempo un aeródromo o incluso simplemente una larga extensión plana de tierra capaz de aterrizar aviones. A esto le seguiría un refuerzo tan masivo en términos de tropas, artillería, combustible y municiones como lo permitieran el tiempo y el transporte aéreo, y desde allí sería apoyado por una columna de columnas de tropas terrestres que se unirían a los paras.

Gavin creía que toda la operación era ultrasecreta. Más tarde, un oficial soviético lo desengaño de la idea, sin embargo, ya que los soviéticos, indicó el oficial, habían penetrado en la planificación casi desde su inicio. Es interesante que durante este tiempo, el general Eisenhower le había dicho a Stalin a través de sus representantes militares en Moscú que, en lo que a él concernía, Berlín ya no era un objetivo de importancia y, en consecuencia, no tenía planes de avanzar hacia esa ciudad. No estoy seguro de que a Stalin le divirtiera cuando le dijeron eso, pero es un hecho que al escuchar esta afirmación, autorizó a dos comandantes del Ejército Rojo a avanzar hacia Berlín, ahora mismo.

Habría comprometido a las tropas aliadas occidentales a una “carrera” inútil con los soviéticos por una ciudad que ya no tenía importancia más que para fines propagandísticos (y que también estaría claramente dentro del área de responsabilidad soviética una vez que hubieran terminado las hostilidades); habría provocado un número ridículo de bajas entre las fuerzas comprometidas, e incluso podría haber prolongado la guerra. Se trataba de una operación planificada por la que el Alto Mando Aliado debería sentirse aliviado de que no se llevara a cabo.

¡La 101 nunca “casi saltó sobre Berlín”! En la primavera de 1945, el XVIII Cuerpo y el 82.º estaban en funciones terrestres en el norte de Alemania y recibieron el Día D en el área de Lübeck. Mientras tanto, el 101 desempeñaba una función similar en Baviera, por lo que no estaba disponible para NINGUNA misión de salto. Las misiones de guerra tardías en la ETO habrían recaído en los puestos 17 y 13; El 13.º tenía dos lanzamientos seriamente planeados, ambos en el suroeste de Alemania, pero los muchachos de Patton y luego los franceses invadieron los objetivos antes de lo esperado y las misiones fueron canceladas. Se consideró una operación aérea conjunta británico-estadounidense-polaca al oeste de Berlín (área de Letzlinger Heide, un área de entrenamiento soviético de la Guerra Fría), pero se canceló porque los soviéticos la considerarían una trampa: querían Berlín como propia, para vengarse. gloria, y como un primer paso para que los aliados occidentales se vuelvan contra la URSS (como decía la propaganda nazi).

La idea surgió del Estado Mayor del Primer Ejército Aerotransportado del General Brereton, y se consideró que involucraba a los 13.º y 17.º de EE. UU., el 6.º británico y los restos de la 1.ª, la Brigada Aerotransportada polaca y al menos una División de Infantería convencional de EE. UU. que aterrizaría en el aire en la siguiente. fases de preparación. Los británicos estaban en contra; Los polacos querían saltar al propio Berlín. Otros factores fueron la perspectiva de tener que lidiar con/abastecer/alimentar a decenas de miles de prisioneros de guerra y civiles alemanes, y la brillante idea de Brereton de desviar los pesados de la 8.ª Fuerza Aérea hacia el lanzamiento de carga no fue recibida con agrado. En resumen, una Operación Aerotransportada contra Berlín nunca fue más que una quimera.

“Casi” es un término discutible, pero a principios de marzo de 1945 las divisiones 82.ª y 101.ª aerotransportadas estaban retenidas en la reserva del ejército para la Operación Eclipse. Este era un plan de contingencia en caso de que cayera el gobierno nazi: serían lanzados en paracaídas sobre Berlín para asegurar la ciudad. Las divisiones no estaban contentas de estar en reserva para una contingencia, y el 13 de marzo, Eisenhower ideó un plan que consistía en que ambas divisiones se lanzaran en paracaídas sobre Kassel para formar una cabeza hueca, a la que volarían otras 3 o 4 divisiones más. Sin embargo, Omar Bradley presentó una larga lista de objeciones y el plan fue archivado. El capítulo 43 de la autobiografía de Bradley “La vida de un general” tiene un relato.

La historia de la 101, Rendezvous With Destiny, hace una referencia de cuatro líneas a ECLIPSE, en un párrafo sobre su “…amplio programa de entrenamiento…en un cronograma de seis semanas…para estar preparado para…una misión…ECLIPSE”. Esta formación comenzó el 5 de marzo, por lo que no habría finalizado hasta finales de abril. No se hace más mención de ello ni de ninguna planificación al respecto, y en cambio la División fue enviada al Ruhr como terrestre el 1 de abril. Otros libros consultados: Ridgway's Paratroopers de Clay Blair, Airborne Album y la serie histórica oficial de la USAF No 97: Airborne Operations in WWII, European Theatre, no mencionan ECLIPSE, pero todos se refieren a la Operación CHOKER II (13, Worms-Mainz). , el 22 de marzo o alrededor de esa fecha), EFECTIVO (13, al sur de Stuttgart en apoyo del avance del Séptimo Ejército, para el 22 de abril) (ambos cancelados debido a que los ejércitos terrestres hicieron avances inesperados) y ARENA (la pieza de resistencia de Brereton con todos los posibles [4 a 6] Las Divisiones Aerotransportadas de EE. UU. y Gran Bretaña, la Brigada Polaca que completó la diezmada 1.ª Aerotransportada británica, y las Divisiones de Infantería 2.ª, 84.ª, 103.ª y una TBD de EE. UU. aterrizaron en el aire, todas las 8.ª AF dedicadas al apoyo, en el área de Kassel, el 1 de mayo o alrededor de esa fecha. ). Dudo que ECLIPSE alguna vez haya sido tomado en serio por debajo del nivel SHAEF/FAA.

En septiembre de 1944, Eisenhower afirmó que su principal objetivo era Berlín. Todavía en marzo de 1945 había planes para que la 101.ª División Aerotransportada se apoderara del aeródromo de Gatow y, hasta donde yo sabía, la 82.ª iba a apoderarse de Tempelhof y una brigada aerotransportada británica de las fábricas de Heinkel (todas en Berlín, por supuesto). El 31 de marzo, Eisenhower hizo público de repente que Berlín era sólo un elemento geográfico y que su objetivo era la destrucción del enemigo. Montgomery pareció sorprendido y calificó eso como un error terrible. Parece que Churchill era de la misma opinión. A mediados de abril, Eisenhower ordenó que la 13.ª División Aerotransportada viajara de Estados Unidos a Europa; su tarea parecía ser los Alpes alemanes. El 21 de abril, el jefe del Estado Mayor de Eisenhower, el general Walter Bedell-Smith, dijo en una conferencia de prensa que, aunque no había certeza sobre la retirada nacional, ese era el principal problema en ese momento y, finalmente, se necesitaba la ayuda de los soviéticos para apoderarse de él. Tres días después, Bradley dijo que el Reducto Alpino requería al menos un mes más de lucha, si no un año entero.


sábado, 5 de octubre de 2024

Crisis del Beagle: La batalla aeronaval del Beagle/Cabo de Hornos


Crisis del Beagle: Las flotas se enfrentan en el Mar Austral

Esteban McLaren para FDRA


El 22 de diciembre de 1978, Día D, se hubiera iniciado coordinadamente a lo largo de las fronteras con Chile, diversas acciones militares dentro del marco de la operación Soberanía. Es muy difícil estimar a ciencia cierta cuál de todas las acciones planificadas iniciaría propiamente la guerra pero sí está claro que hubiese sido un asalto simultáneo en, por lo menos, cuatro frentes. El principal sería la batalla naval y desembarco en el canal de Beagle donde la infantería de marina de la Armada de la República Argentina (IMARA) desembarcaría tropas en las islas Lennox, Nueva (ya ocupada por tropas del Cuerpo de Infantería de Marina, CIM, chilenas) y Picton. El propósito de este artículo es ensayar un escenario de historia alternativa. La guerra nunca ocurrió, pero ¿qué hubiese ocurrido si Argentina no aceptaba la mediación papal?

En diciembre de 1978, las tensiones entre Argentina y Chile por la soberanía de las islas Picton, Lennox y Nueva en el Canal de Beagle alcanzaron un punto crítico. La diplomacia había fallado, y ambos países se preparaban para una confrontación armada. La Flota de Mar (FLOMAR) argentina, con su poderosa combinación de portaaviones, cruceros, destructores y submarinos, se preparaba para enfrentar a la Armada de Chile (ACh), una fuerza bien equipada pero en desventaja numérica y tecnológica. Autores chilenos especulan que las fuerzas argentinas en términos de infantería levemente duplicaban en número a las chilenas, en términos de blindados la diferencia era 5:1, en términos de aviones era 3:1 y en términos navales era levemente superior en algunos aspectos (combatientes de superficie), en otros decisivamente inferior (submarinos operativos en la zona) y otros cualitativamente incomparable (portaaviones).

Orden de Batalla al 20 de Diciembre de 1978

Armada de Chile (ACh)

  • Buques Principales:
    • Crucero ligero clase Tre Kronor: Almirante Latorre.
    • Crucero ligero clase Brooklyn: Capitán Prat.
    • Destructores clase Almirante: Almirante Riveros, Blanco Encalada y Cochrane.
    • Fragatas clase Leander: Almirante Williams, Almirante Condell y Almirante Lynch.
    • Destructores clase Fletcher: Blanco Encalada (DD-14) y Cochrane (DD-15).
    • Destructores clase Allen M. Sumner: Ministro Portales.
  • Submarinos:
    • SS-21 Simpson, el único operativo, ya que los submarinos clase Oberon estaban en mantenimiento mayor.
  • Aviación Naval:
    • Bell Jet Ranger 406, Helicópteros AS-332 Super Puma.

Flota de Mar (FLOMAR) de Argentina

  • Buques Principales:
    • Portaaviones ARA Veinticinco de Mayo.
    • Crucero clase Brooklyn: ARA General Belgrano.
    • Destructores Tipo 42: ARA Hércules
    • Destructor clase Gearing: ARA Py
    • Destructores clase Allen M. Sumner: ARA Comodoro Seguí. ARA Bouchard y ARA Piedrabuena.
    • Destructores clase Fletcher: ARA Rosales (D-22), ARA Almirante Domecq García (D-23) y ARA Almirante Storni (D-24) 
    • Corbeta clase A69: ARA Drummond y ARA Guerrico
  • Submarinos:
    • ARA Santiago del Estero, ARA Salta, ARA San Luis y ARA Santa Fe.
  • Aviación Naval:
    • 8 A-4Q Skyhawk embarcados en el portaaviones, con uno en alerta caza interceptor en cubierta 24/7. El caza de interceptor en cubierta interceptó 2 veces a un CASA 212 de patrulla marítima asentado en Puerto Williams.
    • Helicópteros SH-3 Sea King.


2. Análisis cualitativo y cuantitativo de ambas flotas

Armada de Chile (ACh)

  • Cualitativo:

    • Alta capacidad defensiva con fragatas equipadas con misiles Exocet.
    • Limitada capacidad submarina con un solo submarino operativo.
    • Buena coordinación entre unidades de superficie y aérea.
  • Cuantitativo:

    • 1 crucero ligero
    • 3 fragatas
    • 6 destructores
    • 1 submarino operativo

Flota de Mar (FLOMAR) Argentina

  • Cualitativo:

    • Superioridad aérea con el portaaviones Veinticinco de Mayo.
    • Mayor capacidad submarina con 4 submarinos operativos.
    • Alta capacidad de proyección de fuerza con destructores y fragatas modernas.
  • Cuantitativo:

    • 1 portaaviones
    • 1 crucero ligero
    • 8 destructores
    • 2 corbetas lanzamisiles
    • 4 submarinos

 

Expansión del Conflicto

El conflicto no se disolvió, por el contrario, se agravó. La FLOMAR decidió lanzar un ataque a la Armada de Chile, que rápidamente zarpó desde Valparaíso hacia el sur, dirigiéndose al Canal de Beagle. La última posición detectada de la FLOMAR estaba a 120 millas (alguna fuente cita 193 millas) al suroeste del Cabo de Hornos, preparándose para apoyar la operación Soberanía, cuyo objetivo principal era el desembarco anfibio y captura de las islas Picton, Lennox y Nueva.

Análisis de Capacidades

Armada de Chile (ACh) La ACh contaba con un crucero ligero, destructores y fragatas, todos capaces de defensa antiaérea y antisubmarina. Sin embargo, los problemas operativos del SS Simpson dejaban a la flota sin una cobertura submarina efectiva, una desventaja crucial en una guerra naval moderna.

Flota de Mar (FLOMAR) La FLOMAR, por su parte, tenía la ventaja del portaaviones ARA Veinticinco de Mayo, que proporcionaba superioridad aérea con sus A-4Q Skyhawk. Los destructores modernos y los múltiples submarinos operativos daban a la FLOMAR una capacidad robusta de defensa y ataque.

 

Puntos clave de avance y lugares de refugio de la ACh

Para llegar al Canal de Beagle, la flota chilena avanzaría desde Valparaíso hacia el sur, pasando por Puerto Montt, el Canal Chacao, el Golfo de Penas, Bahía Inútil y el Estrecho de Magallanes, antes de dirigirse al Canal de Beagle. En caso de necesitar refugio, los fiordos chilenos como el Fiordo de Última Esperanza, el Fiordo Quintupeu, Fiordo de Aysén o el Fiordo Comau serían lugares estratégicos para esconderse y lanzar contraataques.

Fiordos Quintupeu y Comau 


Fiordo o Seno de la Última Esperanza 

Aproximación final al Canal de Beagle (o Cabo de Hornos)


El mapa superior marca el recorrido de la Flota trasandina de acuerdo a la bibliografía oficial chilena y argentina. Nótese que la derrota de la flota araucana pasa por encima de la posición del submarino ARA Santa Fé porque, precisamente, éste los detectó días previos al 21 de diciembre. Es decir, la flota enemiga había sido detectada y seguida ya por un submarino del CFS. La misma se dirigía al sur del Cabo de Hornos en apostaderos de combate, con dos buques anclados a la par esperando la orden de ataque. Los buques se hallaban dispuesto de este modo para poder intercambiar personal y vida social en la espera (Arancibia Clavel y Bulnes Serrano, 2017). Volveremos a este punto más adelante.

Estrategias de detección y enfrentamiento

La FLOMAR emplearía sus S-2 Tracker y P-2 Neptune para misiones de reconocimiento (tal como se emplearían exitosamente cuatro años después en Malvinas) y los A-4Q Skyhawk para ataque, mientras que los submarinos argentinos emboscarían a los buques chilenos en puntos críticos del Estrecho de Magallanes y el paso de Drake. Los destructores y fragatas de la FLOMAR proporcionarían apoyo de fuego y defensa antiaérea para proteger operaciones anfibias y de asalto helitransportado.

Resulta clarificadora nuevamente caer en la lectura del libro "oficial" sobre el desplazamiento de la flota trasandina (libro Arancibia Clarivel y Bulnes Serrano, 2017). En ella se detalla cómo los oficiales chilenos se entrenaban en un simulador terrestre (no es broma) llamado Redifon, que en forma de cubículos interconectados simulaban buques y ensayaban maniobras en un sótano del Centro de Entrenamiento Táctico de la Academia de Guerra Naval de Valparaíso. Merino y López, ensayando con este simulador analógico, diversas combinaciones de ataque a la FLOMAR llegaron a la conclusión que se debía lograr el "dominio en el mar", buscando una batalla naval decisiva estilo Mahan. El resultado de estos ensayos determinó una formación de ataque donde "todos los misileros iban por delante y los artilleros atrás" (p. 86). No entiendo por qué se requirió del Redifon para algo de simple sentido común ¿O acaso mandar a los cañoneros primero (Prat, Latorre) y los misileros detrás (clase Almirante, Leander) tenía alguna lógica?

Por su parte, la FLOMAR "carecía" de este simulador simplemente porque las tripulaciones no simulaban sino que pasaban gran parte del año naval embarcados maniobrando con los buques reales, en tiempos reales y enfrentando problemas reales. Aproximadamente dos tercios del año las tripulaciones permanecían embarcadas, algo que cualquiera con parientes marinos en esa época lo puede corroborar. Gran parte de quiénes fueron marinos en este período de oro de la ARA y que fueron padres al inicio del año terminaron conociendo a sus hijos con 8 o 9 meses de vida dado que su vida embarcada les impidió visitarlos antes. La distancia entre ambas flotas, más allá de la geográfica propiamente dicha, era sideral. Tome nota de otro evento: en octubre de 1978, el Teniente de Corbeta Augusto Bedacarratz del Grupo Aéreo Embarcado del ARA "25 de Mayo" realizó el primer aterrizaje nocturno. Es decir, para diciembre, si la "Escuadra" era iluminada por un radar naval argentino, podría echada a pique entera de noche sin esperar a la luz diurna. Bedacarratz fue quién 4 años después, echo a pique al HMS Sheffield. Ya veremos en futuras entregas que los pilotos chilenos ni manuales de sus aviones tenían.

 

Análisis del choque de fuerzas

En el marco de la crisis del Beagle de 1978, las tensiones entre Argentina y Chile alcanzaron un punto crítico, llevando a ambas naciones al borde de un conflicto armado. La operación Soberanía, planificada por Argentina, tenía como objetivo principal el desembarco anfibio y la captura de las islas Picton, Lennox y Nueva, ubicadas en el canal de Beagle. Esta operación debía realizarse bajo una sólida cobertura naval y aérea proporcionada por la Flota de Mar (FLOMAR) argentina.

Preparativos y composición de Fuerzas

A finales de diciembre de 1978, la FLOMAR estaba plenamente equipada y lista para la acción. Contaba con el portaaviones ARA Veinticinco de Mayo, un activo crucial que embarcaba A-4Q Skyhawks y S-2 Trackers, proporcionando tanto capacidad de intercepción aérea como de patrullaje marítimo y guerra antisubmarina. La flota incluía también varios destructores modernos, como el ARA Hércules, así como fragatas como el ARA Piedrabuena y el ARA Espora. Adicionalmente, Argentina disponía de una fuerza submarina significativa con los submarinos ARA Santiago del Estero, ARA Salta, ARA Santa Fe y ARA San Luis.

La Armada de Chile (ACh), aunque menos numerosa, mantenía una fuerza defensiva robusta. Su principal activo era el crucero ligero CL-02 Capitán Prat y el todavía amenazante Almirante Latorre, acompañado por fragatas y destructores equipados con misiles Exocet MM-38. La flota chilena incluía también el submarino SS-21 Simpson, el único operativo en ese momento, ya que los otros submarinos de la clase Oberon estaban en mantenimiento mayor.

 

Desarrollo de la Operación

La operación de desembarco planificada por Argentina se centraba en la Isla Nueva, donde se sabía que había unos 150 infantes de marina chilenos atrincherados. La estrategia argentina consistía en desembarcar en la costa sur de la isla, evitando las defensas chilenas en el norte. Para ello, se emplearía el transporte anfibio ARA Cabo San Antonio, escoltado por destructores y fragatas que proporcionarían apoyo de fuego y protección.


Los chilenos esperaban una imagen de este tipo en las islas cuando lo más probable era que la ocupación de las mismas se haría por asalto vertical helitransportado.

La fase final de aproximación de la FLOMAR se estableció con la flota argentina avanzando desde su última posición detectada, a 120 millas al sur del Cabo de Hornos, hacia el este, aproximándose al canal de Beagle. Mientras tanto, la ACh se movilizaba desde Puerto Williams, dirigiéndose hacia el canal para interceptar las fuerzas argentinas. Aquí podemos evaluar dos cursos de acción simultáneos: el primero, la flota principal se dirigía la Mar de Drake para enfrentar a la FLOMAR a mar abierto; segundo, las torpederas más pequeñas (Quidora, Fresia, Tegualda y Guacolda) enfrentarían a la fuerza de desembarco.


En cualquier caso, barcos de desembarco se hallaban apostados en la BNU (base naval de Ushuaia) para que, una vez tomadas las islas o una sección de las mismas, se ocuparan con tropas.

La guerra submarina

El libro ya mencionado, La Escuadra en Acción, de Arancibia Clavel y Bulnes Serrano, relata la actividad militar y política del conflicto, con un enfoque en la Armada de Chile. Aunque el texto no es muy técnico en cuanto a los medios empleados, resulta interesante por su descripción general de las operaciones de la Escuadra en el sur de Chile.

En este relato se menciona que la Fuerza de Submarinos chilena estaba compuesta por el submarino de la clase Balao "Simpson" (SS-21) y los modernos, para la época, submarinos de la clase británica Oberon, denominados "Hyatt" (SS-23) y "O'Brien" (SS-22).

De acuerdo con esta fuente, el "O'Brien" se encontraba en dique seco durante el conflicto y el "Hyatt" tuvo que interrumpir su tránsito hacia el sur y regresar a su base en Talcahuano debido a una avería mecánica. El otro submarino de la clase Balao, el "Thomson" (SS-20), ni siquiera es mencionado, posiblemente porque ya había sido retirado del servicio debido a su antigüedad. De hecho, tanto Brasil como Argentina habían retirado sus submarinos de esta clase a principios de la década de 1970, tras recibir los Guppy.


Vistas desde periscopio de submarinos argentinos: a la izquierda, una de las fotos obtenidas del submarino Simpson chileno, único activo submarino de la ACh. A la derecha, un S-2 Tracker argentino, avión antisubmarino del que carecía Chile.

A pesar de que el "Simpson" no estaba a la altura tecnológica de las circunstancias, logró cumplir su misión de pasearse por el teatro de operaciones con el capitán en un alto estado de nerviosismo. El viejo submarino debía emerger con frecuencia para recargar sus baterías, exponiéndose peligrosamente a los radares y periscopios argentinos. Por lo menos dos veces fue fotografiado por los submarinos argentinos en superficie (una foto se ve arriba). Por su desgaste, no sería sorprendente que esta operación tuviera que realizarse con mayor frecuencia de lo normal. Habiendo sido detectado en dos ocasiones por submarinos argentinos, éstos optaron por no disparar sus torpedos. Aun así, es posible que su comandante, Rubén Scheihing, intentara atacar, pese a su desventaja tecnológica.

Áreas de patrulla asignadas a los submarinos argentinos. (Fuente: Deyseg)

Sin poder precisar las fechas exactas, los submarinos Guppy estuvieron muy cerca de entrar en combate, aunque afortunadamente sus comandantes interpretaron las órdenes con buen criterio. A mediados de diciembre, el submarino "Santa Fe" patrullaba la entrada de Bahía Cook a una profundidad de 50 metros. Los sonaristas detectaron el sonido de hélices de buques de guerra en aproximación. El comandante del S-21 dio la alarma de combate, la tripulación tomó sus posiciones y se alistaron todos los tubos lanzatorpedos. Los sonidos de las hélices se fueron sumando hasta convertirse en lo que parecía ser "una flota". La escuadra chilena navegaba sobre el S-21, abriéndose hacia las aguas abiertas del Pacífico sur.

Los sonaristas contaron tres, cuatro, seis... hasta 13 naves. Algunas tenían hélices "pesadas", como cruceros, y la mayoría hélices "livianas", similares a las de destructores.

Sin embargo, la flota chilena navegaba sin emitir señales, es decir, sin usar sonares activos en los buques de escolta. La decisión de un comandante de escuadra de navegar sin emitir puede tener varias justificaciones, como no estar buscando submarinos, o preferir ser más discreto, ya que las emisiones de sonar se propagan a grandes distancias y pueden ser detectadas por los equipos de contramedidas de los submarinos, revelando su rumbo o trayectoria.

No es difícil imaginar la gran tensión que vivió la tripulación del "Santa Fe". Suspendidos en silencio a decenas de metros bajo el Pacífico, esperaban la actitud de la flota chilena, con las armas listas para ser lanzadas si llegaba el momento adecuado para atacar desde una posición táctica favorable.

Finalmente, la flota chilena se adentró en aguas abiertas, alejándose del S-21. Siguiendo sus órdenes, el comandante del "Santa Fe" no interpretó la maniobra de la escuadra chilena como un acto hostil, especialmente en un momento en el que no había una declaración formal de guerra.

Con esto queda claro que el ARA Santa Fe sabía la posición de la flota chilena, en caso de guerra hubiera sido la primera en lanzar torpedos contra la flota trasandina.



Punto de encuentro y enfrentamiento

El punto de encuentro de las flotas se situaría en las proximidades del canal de Beagle. La FLOMAR debía enfrentar la amenaza de los misiles MM-38 Exocet de la ACh, con un alcance de 35-40 km. Existe recurrentemente en los diálogos, discusiones e intercambios con expertos y neófitos transcordilleranos una cierta contabilidad de Exocets para presuponer que una supuesta batalla naval se volcaría "claramente" a favor de la ACh. Chile dispondría de 4 u 8 bocas de fuego más que la ARA en ese momento. Es el negacionismo de la evidente derrota que hace a estos gestores de opinión sacar del juego analítico a los principales activos de la ARA: su portaaviones y sus 4 submarinos operativos. Para brindar más claridad, el portaaviones ARA Veinticinco de Mayo proporcionaba a Argentina una ventaja significativa, permitiendo ataques desde distancias de más de 200 millas (370 km). Otro detalle no menor, comparado con el caso de la experiencia de Malvinas, es que la aviación naval argentina tenía experiencia plena en los ataque antibuque y las espoletas de las bombas estarían ajustadas correctamente para detonar al impacto de los buques. Detectada la flota chilena con los S-2 Tracker y P-3 Neptune, su posición sería informada a las bases aéreas de la FAA y a los submarinos del CFS y sería cuestión de tiempo ver quien llegaba primero a la cacería.

Escenarios de Desembarco y Enfrentamiento

  1. Aproximación de la Flota Chilena para detener el desembarco La ACh avanzaría con rapidez desde Puerto Williams hacia el canal de Beagle, desplegando sus fragatas y destructores para interceptar y atacar las fuerzas de desembarco argentinas. Emplearía las lanchas rápidas también para detener los desembarcos y barcos de apoyo. Los chilenos lanzarían misiles Exocet y usarían su artillería naval para hostigar las lanchas de desembarco. Además, coordinarían ataques aéreos desde Punta Arenas utilizando aviones Hawker Hunter y A-37 Dragonfly. Introducirse en el canal de Beagle es una estrategia perdedora para cualquiera de las dos flotas por las restricciones de movimiento, perturbación de sensores por terreno (clutter) y consecuente baja en la performance de las armas.

  2. Respuesta de la FLOMAR a este movimiento Ante la aproximación chilena, la FLOMAR desplegaría sus A-4Q Skyhawks y S-2 Trackers desde el portaaviones para realizar ataques preventivos contra las unidades de la ACh. Los submarinos argentinos patrullarían áreas estratégicas para interceptar buques chilenos. La FLOMAR utilizaría sus sistemas de defensa aérea para interceptar aviones aproximándose y lanzaría sus propios misiles antibuque para neutralizar las amenazas principales. Al contrario de la flota trasandina, la ARA contaba con un elemento externo a las naves para el ataque como era la aviación embarcada. La encerrona del canal facilitaba el ataque aeronaval y hubiese sido un elemento ideal para una secuencia de ataques y rearmes para reiniciar el ciclo.

  3. ACh se enfoca en buscar a la FLOMAR para derrotarla directamente. Por la literatura citada, este fue el camino elegido por la armada araucana. Si la ACh hubiese decidido buscar y enfrentar directamente a la FLOMAR, rodearía la isla Navarino o accedería por el mar de Drake hacia el cabo de Hornos (derrota sureste). Coordinarían con el submarino Simpson y patrullas aéreas para localizar la flota argentina y lanzarían misiles y ataques de artillería naval en cuanto la detectaran. También por la literatura, el ARA Santa Fe estaba debajo de la flota cuando está accedió al mar abierto: objetivo detectado primero. Nuevamente aquí, la aviación naval argentina los encontraría a medio camino en cualquier escenario y debería soportar varias oleadas de ataques de A-4Q Skyhawks. Lo que quede remanente de estas oleadas es lo que podrían enfrentar a una FLOMAR intacta. Jaque.

  4. FLOMAR se enfoca en buscar la ACh para derrotarla directamente Si la FLOMAR decidiera buscar y enfrentar directamente a la ACh, avanzaría desde su posición al sur del Cabo de Hornos hacia el noreste. Utilizarían sus aviones embarcados para reconocimiento y ataque, primero realizaría ataques aéreos repetidos para hundir o dejar fuera de combate a los principales activos de superficie, luego hundir o averiar diversos buques, acercaría para lanzar misiles antibuque desde sus destructores y fragatas, y coordinarían ataques con sus submarinos. Y aquí traemos a colación la formación de "apostadero de combate" de la ACh: los buques se hallan anclados apareados para compartir la espera con vida social e intercambio de insumos. Si la ARA lanzaba los A-4Q Skyhawk cuando esta formación no se hubiese desarmado, hubiese facilitado enormemente el accionar de las bombas. Una misma pasada de bombardeo de 3 aviones con 3 bombas de 450 kilos hubiesen impactado de a dos buques duplicando su eficiencia. Mate.


Roles de la Aviación Naval y Militar

  • Aviación Naval embarcada argentina:

    • A-4Q Skyhawk: Realizarían misiones de intercepción y superioridad aérea, así como ataques a buques enemigos para proteger las fuerzas de desembarco. 8 unidades embarcadas.
    • S-2 Tracker: Efectuarían patrullas marítimas, detección de submarinos y coordinación de ataques antisubmarinos y antibuque. 2 unidades embarcadas.
    • P-3 Neptune: Operando desde bases terrestres, tenía muy largo alcance y eran tripulaciones altamente entrenadas a lo largo del año en el Mar Argentino.
  • Aviación Naval con Base en Río Grande:

    • T-28 Fennec: Misiones de apoyo aéreo cercano y ataques a tierra para cubrir las tropas desembarcadas (dispersos en Río Grande y Estancia La Sara). 19 unidades.
    • MB-326 Aermacchi: Misiones de interdicción y ataque a tierra para apoyar las operaciones anfibias y terrestres (Río Grande). Número indeterminado.
    • T-34C Turbo Mentor: Misiones de ataque ligero, apoyo logístico y transporte de suministros. Más de 12 unidades.
  • Aviación Militar Chilena en Chabunco:

    • Hawker Hunter: Intercepción y combate aéreo, ataques a buques y apoyo a las fuerzas terrestres (6 unidades).
    • A-37 Dragonfly: Ataques a tierra y apoyo cercano, interdicción y hostigamiento de fuerzas de desembarco argentinas (12 unidades).
  • Aviación Militar Argentina en Río Gallegos:

    • A-4B/C/P Skyhawk: Ataques a buques y apoyo a las fuerzas terrestres, intercepción y combate aéreo en caso necesario (12 unidades).
    • Mirage IIIEA/Mirage 5 Dagger/IAI Nesher: Más de 30 unidades de los tres modelos.
    • F-86 Sabre: Caza de intercepción puro, desplegado para enfrentarse a los Hawker Hunters debido a la experiencia de las guerras indo-pakistaníes. El número concreto no está claro pero por declaraciones de pilotos había más de 4 unidades.
    • Sus objetivos eran, primero, iniciar bombardeos contra objetivos militares de las ciudades de Punta Arenas (base aérea Chabunco) y Puerto Williams (aeródromo Zañartú) y la destrucción de la Fuerza Aérea de Chile, usando una técnica muy semejante a la utilizada por Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967. Lo mismo sería implementado en todos los frentes abiertos.

 


A-4Q despegado del portaaviones ARA "25 de Mayo" impacta al APD-29 Uribe de la ACh

 

La ofensiva sobre Chile seguiría la siguiente secuencia (Wikipedia):

  • A partir de las 20:00 horas (H-2) del Día D, el 22 de diciembre de 1978, la FLOMAR y la Infantería de Marina —Batallón N.º 5— ocuparían las islas Freycinet, Hershell, Wollaston, Deceit y Hornos (ver mapa debajo).
  • A las 22:00, la Hora H, la FLOMAR e infantes de marina —Batallones N.º 3 y N.º 4— ocuparían las islas Picton, Nueva y Lennox, logrando además el control del canal Beagle (ver mapa debajo).
  • La ofensiva terrestre se iniciaría a las 24:00 horas (Hora H+2). El V Cuerpo de Ejército atacaría desde la zona de Santa Cruz tratando de conquistar el máximo territorio chileno de la zona patagónica. Simultáneamente, la Fuerza Aérea Argentina iniciaría bombardeos estratégicos.
  • A las 06:00 (H+8) del día 23 de diciembre de 1978 (23.06:00.DIC.978) se procedería a la destrucción de la Fuerza Aérea de Chile en tierra.

 


El enfrentamiento naval entre Argentina y Chile en 1978 hubiera sido una compleja operación multidimensional, involucrando fuerzas navales, aéreas y terrestres en un entorno geográfico desafiante. La superioridad aérea y submarina de Argentina le daba una ventaja significativa, aunque las defensas costeras y la coordinación táctica de Chile ofrecían una resistencia formidable. Los resultados habrían dependido de numerosos factores tácticos y estratégicos, así como de la eficacia en la ejecución de las operaciones planificadas por ambas naciones.


En este escenario específico, debe notarse que las fuerzas armadas argentinas poseían tres bases aéreas en el frente, una de ellas móvil (ARA Veinticinco de Mayo) y las dos bases bases aéreas en Río Grande y Río Gallegos, las cuales demostrarían ser altamente operativas cuatro años más tarde en Malvinas. Contra ello, sólo la base aérea de Chabunco en Punta Arenas llevaría la carga de intentar detener las operaciones de desembarco, realizar misiones antibuque contra la FLOMAR, combatir los ataques aéreos desde el Noreste de la base aérea Río Gallegos y desde el Este-noreste de la base aeronaval Río Grande y luego planear ataques ABA (Airbase Attack) contra las mismas. ¿No es demasiados objetivos para una sola pista de despegue y aterrizaje? Por su parte, el COAN se dedicaría exclusivamente a ataques antibuques o de apoyo aéreo muy cercano, mientras que la FAA apoyaría el avance del asalto blindado a Punta Arenas, un ABA contra la base aérea Chabunco y la superioridad aérea sobre Punta Arenas así como, a pedido de la ARA, proporcionaría apoyo aéreo a las operaciones de desembarco.



Estado de situación

En cuanto al posible desembarco anfibio argentino, la "Escuadra" chilena se encontraba en la zona, adoptando una estrategia liderada por el Contraalmirante López Silva. Sin embargo, esta estrategia resultaba cuestionable, ya que algunas fuentes comentan que se basaba en la idea de atacar de manera secuencial y en mar abierto a los Grupos de Tareas (GT) de la FLOMAR. Este plan asumía, de forma poco realista, que cada ataque sería decisivo para destruir por completo cada grupo de tareas argentino, mientras que el resto de la flota, e incluso el portaaviones ARA 25 de Mayo, no responderían de manera alguna. Algunos oficiales buscaban confiar en el mal clima que detuviera al COAN de operar desde el POMA. Algunos especialistas chilenos sugieren que se podría haber sido un combate naval en fases prolongadas durante varios días, bajo la premisa de que los marinos argentinos observarían pasivamente la destrucción de su flota (Arancibia Clavel y Bulnes Serrano, 2017).

La aparente división de la FLOMAR en dos grupos parecía apuntar a un desembarco anfibio, pero este no era el plan real. El ataque a las islas del Cabo de Hornos estaba diseñado para ser helitransportado. Como se indicó, solo una sección del BIM4 se encontraba embarcada en el portaaviones ARA 25 de Mayo, mientras que los transportes "Cándido de Lasala" y "Cabo San Antonio" permanecían vacíos. En este contexto, dividir las fuerzas en dos grupos carecería de sentido estratégico, salvo que se tratara de una maniobra de distracción destinada a atraer a la Escuadra Chilena y obligarla a gastar sus misiles MM-38 Exocet prematuramente. Sin embargo, esta hipótesis parece improbable, ya que la Armada Argentina (ARA) probablemente no estaba dispuesta a sacrificar buques y tripulaciones al estilo que sí lo estaba dispuesta la ACh con sus formaciones Acero y Bronce.

Es más razonable suponer que, para el 22 de diciembre, la FLOMAR estaba organizada en una formación óptima para el combate aeronaval, con el objetivo de neutralizar a la Escuadra Chilena en mar abierto. El plan argentino habría consistido en una serie de ataques aéreos persistentes contra la flota chilena, seguidos de un eventual enfrentamiento de superficie decisivo. La disposición de los submarinos argentinos a la salida de los canales refuerza esta hipótesis, ya que estaban posicionados para alertar sobre la salida de la Escuadra Chilena —algo que efectivamente ocurrió— y atacar a las unidades sobrevivientes durante su repliegue.

La estrategia argentina era lógicamente sólida, considerando que las fuerzas chilenas anticipaban un ataque directo a las islas en disputa: Picton, Lennox y Nueva. Esto llevó a Chile a concentrar una gran cantidad de personal y equipo en estas islas, lo que inmovilizó a dichas tropas, dejándolas vulnerables a ser aisladas y desgastadas mediante ataques aéreos antes de que se produjera un hipotético asalto directo. Este enfoque buscaba maximizar la eficacia operativa de las fuerzas argentinas al tiempo que debilitaba las posiciones defensivas chilenas.

Hay que tener en cuenta que la ARA no podía operar como una sola formación debido a las características del portaaviones ARA 25 de Mayo (POMA), que debía mantenerse a una distancia segura del combate directo de misiles y artillería. Una vez que lanzaba sus aviones A-4, ya sea para misiones de ataque naval o para neutralizar a los aviones de patrulla marítima (MPA) chilenos, el portaaviones quedaba comprometido hasta el regreso de las aeronaves, lo que generaba una situación de vulnerabilidad operativa. De los 8 A-4 disponibles, 2 estaban configurados para interceptación, 3 para ataques navales y 3 en tareas de apoyo logístico, con uno de estos últimos funcionando como tanqueros: todos factibles de cambiar a ataque naval. Esta dependencia del portaaviones y su aparente limitada capacidad motriz —que lo restringía a una velocidad máxima de 28 nudos y solo por cortos períodos— obligaba a dividir la FLOMAR en tres grupos operativos.

Otra razón para esta división era que la FLOMAR, aunque entrenada habitualmente en dos grupos, no estaba preparada para operar en tres. La escasez de buques adecuados fue paliada con la incorporación de dos corbetas A-69 adquiridas en 1978, que llegaron en agosto y octubre de ese año. El grupo del POMA quedó conformado principalmente por el destructor Tipo 42 ARA Hércules (único en el TOA con misiles de medio alcance Sea Dart) en servicio, mientras los otros dos grupos cumplían roles tácticos complementarios. Uno de ellos se presentaba como una fuerza con capacidad anfibia para atraer a la "Escuadra" hacia un enfrentamiento directo, alejándola del portaaviones.

Por último, el tercer grupo, compuesto por destructores, tenía la misión de actuar como un "tapón" para interceptar cualquier movimiento de la flota chilena que intentara alcanzar al grupo del POMA. En caso de que no se produjera una segregación de fuerzas chilenas, este grupo debía maniobrar para atacar desde el flanco. Esta estrategia buscaba maximizar la efectividad de las fuerzas argentinas mientras protegía los activos más valiosos, como el portaaviones y su ala aérea, en un entorno de combate altamente desafiante.

Probabilidades de éxito

Fuerzas Argentinas: Con la superioridad aérea proporcionada por el portaaviones y una flota de superficie y submarinos modernos, las fuerzas argentinas tenían una ventaja significativa. Las operaciones conjuntas aire-mar-submarino de la FLOMAR aumentarían sus probabilidades de éxito.


Comparativo de fuerzas entre la ACh (izquierda) y FLOMAR (derecha). Las franjas rosadas indican una distancia del alcance de sus armas principales (MM38 Exocet, 35 a 42km). El portaaviones ARA V2 "25 de Mayo" indica un A-4Q con carga completa de bombas y combustible de 350km de alcance. Esos son los espacios vitales a cubrir antes de hablar de una amenaza real para el adversario. Me cuesta como analista ver siquiera un atisbo de igualdad entre ambas fuerzas.

Previo al análisis del caso chileno, repasemos que probabilidad tenía la "escuadra" de repeler un ataque aéreo, que iba a ser la principal arma de la ARA. Todos los destructores chilenos contaban con un (1) cañón de 20mm para uso antiaéreo. Algunos destructores (clase Almirante) chilenos poseían la instalación de un sistema Short Seacat británico. Es un pequeño misil subsónico, impulsado por un motor cohete de combustible sólido con dos etapas. En vuelo es dirigido por cuatro alas en flecha, de estructura cruciforme y es estabilizado por cuatro aletas pequeñas en la cola. Se guía por la línea de comandos de visión (CLOS) a través de un radio-enlace, es decir, comandos de vuelo que se transmiten a partir de un operador remoto tanto con el misil y el objetivo a la vista. El mismo sistema lo poseía el crucero ARA General Belgrano argentino y, en su versión terrestre Tigercat, se encontraban desplegados en Tierra del Fuego (IMARA) y Río Gallegos (EA). El misil se mostró enormemente impreciso en Malvinas dado que no es autónomo y depende de la coordinación del pulso y visión del operador, con los concurrentes problemas del ojo humano de apreciar claramente las profundidades y distancias en el espacio sobre un blanco altamente maniobrable. Para marcar otra diferencia, el único buque de defensa aérea moderno se hallaba en la FLOMAR y era el ARA Hércules (Tipo 42), equipado con el Sea Dart con 40km de alcance con guiado de radar semiactivo. Más aún, el Sea Dart se podía usar como complemento del Exocet en función antibuque sin volar en modo sea-skimming (volar pegado al mar). Luego, tal vez el buque chileno mejor equipado para autodefensa aérea era tal vez el crucero Almirante Latorre o el Prat con hasta 14 instalaciones del pom-pom Bofors de 40mm. Este hubiese sido el blanco más difícil de aproximar y atacar y, si las comunicaciones lo hubiera permitido, una tarea tal vez delegada a los submarinos.

Otro ejercicio intelectual válido que nadie ha realizado hasta donde mi conocimiento alcanza es el siguiente:

Los buques chilenos se aproximarían a 21/28 nudos (velocidad media/toda máquina) hacia la FLOMAR (si es que los CASA -212 ubicaban correctamente a la misma, otros "ojos" no tenía Chile; existe el mito de la intercepción electrónica que se menciona más abajo). La distancia a cubrir se encontraba en el rango de entre 140/193 millas según diversos reportes chilenos. Ello llevaría a flota trasandina poco más de 5/8 horas de navegación para llegar a 20 millas de los barcos argentinos (siendo 20 millas el primer momento para intentar golpear a la flota dado que era el alcance de un MM38 Exocet, única arma decisiva chilena). Durante 5/8 horas los buques no podría hacerle ningún disparo/daño al enemigo. Bien, durante ese período de tiempo, el portaaviones ARA "25 de Mayo" podrían lanzar y recuperar 3 a 5 salidas de combate de todo su GAE (Grupo Aéreo Embarcado). Para ello, supongamos que cada grupo de ataque volara a  400 nudos ida y vuelta, aterrizara y tardara 25 minutos en recargar bombas y combustible para despegar de nuevo. A la distancia de ataque y dependiendo de los vientos, cada A-4Q Skyhawk despegaría con 3 bombas de 450kg en el pilón central con espoleta adaptada para impactar buques. La primera pasada sola, arrojaría 24 bombas sobre la "Escuadra". Suponiendo ausencia de bajas en los aviones argentinos, a la cuarta/quinta pasada, serían 96/120 bombas las arrojadas sobre los buques. Si suponemos que por cada pasada, un avión argentino es derribado hasta 4 bajas, serían en el peor escenario hasta 36 bombas lanzadas contra la "Escuadra". Es decir, en el lapso de cortar la brecha entre las flotas, la flota chilena recibiría entre 36 y 120 bombas (ver la tabla abajo). Todo eso antes de que ningún operador de puesto de combate pudiera apretar el botón de lanzamiento de un solo Exocet chileno. ¿Se entiende lo grave de esta planificación para el mando chileno? ¿En qué estaban pensando? Tal vez lo peor de todo es que al final de ese pasillo de la muerte, esperaba una armada básicamente similar a la Escuadra en términos de bocas de fuego de Exocet de sus combatientes de superficie pero intacta. Los que lograran sobrevivir serían recibidos por una andanada del misil francés.

Tiempos de aproximación a las 20 millas, pasadas y cantidad de bombas considerando bajas


Fuerzas Chilenas: La flota chilena a mar abierto estaba a merced de la aviación naval, primero, y submarinos argentinos, posteriormente. Como se expuso arriba, la distancia entre ambas flotas jugaba a favor de la FLOMAR. Si la ACh era detectada a 190 millas, las pasadas de bombas lanzadas por los Skyhawks hubiesen dejado poco a flote aún considerando derribos. Es hasta triste imaginar una flota acelerando para poder golpear el enemigo siendo progresivamente bombardeada una y otra vez sin absolutamente ninguna ayuda. Posibilidad de éxito: Cero.

Jorge Martínez Bush, un oficial chileno, declaraba lo siguiente en el libro Soldados de Mar en Acción (Sánchez Urra, 2020), una recopilación de las actividades del CIM.

De lo que pudo haber sido la “Batalla Naval de Drake”, el entonces Capitán de Fragata Jorge Martínez Bush, Segundo Comandante del crucero “Prat” señala que “estuvimos a punto de entrar en combate e íbamos preparados. En táctica naval la posición estaba con nosotros, porque el mar y el viento jugaba a nuestro favor, de manera que los argentinos tenían una posición muy complicada” (p. 196)
Este oficial acusa al Vicealmirante López Silva de confiar en el mar y en el viento para derrotar a la aviación naval argentina. ¿Sus afirmaciones tienen algún asidero? ¿Qué opinará Martínez Bush del GAE del 25 de Mayo? ¿O no existía? Por cierto, Sánchez Urra hace un racconto de la FLOMAR que es sospechosamente incompleto (olvida 2 submarinos argentinos y habla de "submarinos chilenos", en plural, poniendo al Simpson como plenamente operativo a la par de los argentinos), lo que pone en duda muchas otras descripciones y listados que presenta a lo largo de su obra.




Escenario de derrota y consuelo en los fiordos chilenos

Si la ACh sufría una derrota un resultado probable hubiese implicado el hundimiento o puesta fuera de combate de sus principales activos. Por valor como objetivo naval, sin dudas las fragatas clase Leander serían el primer foco del ataque y los cruceros ligeros Prats/Latorre, el segundo, dada la capacidad de sus cañones de afectar las operaciones desembarco. El resto de los objetivos se iría definiendo por circunstancia. Cabe agregar aquí una información que no poseía el Almirante López Silva (teóricamente el mejor preparado en guerra aeronaval) de la ACh: Cuatro años después los aviones argentinos demostraron que una flota encajonada en un canal (como el estrecho de San Carlos) o muy cercana a la costa (como lo es el sur de islas del cabo de Hornos) era blanco perfectamente alcanzables para aviones jets volando a baja altura. La Royal Navy, armada con misiles de defensa aérea mucho mejores que los poseía la ACh, sólo obtuvo derribos puntuales y sólo la falla en la espoletas de las bombas lanzadas por la FAA impidió su anulación como fuerza de combate de superficie antes del fin del conflicto. Quiénes atacarían a la ACh serían los A-4 Skyhawk, tanto en sus variantes B y P y Mirage israelíes de la FAA así como los consabidos A-4Q del COAN, y todos probarían ser letales atacando una flota. ¿La flota trasandina esperaba que para su caso emergería un resultado diferente?



Si la ACh pasara por el canal sería su fin asegurado. Estaría encerradas en el canal de Beagle o avanzando cercana a la costa sur de las islas, facilitando la aproximación de los aviones fuera de la detección del radar. El ataque, tal como ocurriría luego en Malvinas, se realizaría con el aprovechamiento de la geografía, tal cual lo fue en el estrecho de San Carlos. Ahora sabemos que la probabilidad de escape de los principales unidades de la ACh de un ataque aéreo eran casi nulas. Una vez puestas fuera de combate las unidades principales, el resto de flota chilena sería atacada por los destructores y corbetas argentinas y sus Exocets. Ese no sería la derrota elegida de acuerdo al libro de Arancibia Clavel y Serrano Bulnes.

La ACh estaría obligada a recurrir a la ayuda aérea de la FACh, asentada en la base aérea Chabunco. A las 6 AM del 21 de diciembre dicha base sería el objetivo principal de un ataque preventivo de todos los activos aéreos de la BAM Río Gallegos. Sobre llovido, mojado: si los cazas chilenos lograban despegar, el COAN aguardaba escondido a poco menos de 200km de Chabunco con una docena de T-28 Fennec esperando que los cazas chilenos aterrizaran para atacarlos con metralla y cohetes.

Aún así, si consideramos un remanente de unidades a flote, en caso de derrota en los canales fueguinos, se retiraría a fiordos como el Fiordo de Última Esperanza, el Fiordo Quintupeu o el Fiordo Comau. Con superioridad aérea argentina, las fuerzas chilenas tendrían pocas probabilidades de éxito, ya que la FLOMAR podría llevar a cabo ataques precisos y sostenidos. Sin superioridad aérea, las fuerzas chilenas tendrían una mejor oportunidad de defenderse, pero aún enfrentarían una amenaza significativa debido a la capacidad de la FLOMAR para coordinar ataques desde el aire y el mar.


Corbeta clase D'Estienne D'Orves (A69) ARA Guerrico (P-35), equipada con 4 MM-38 Exocet y recién ingresada a la FLOMAR para Diciembre de 1978.

Quiero agregar dos últimos detalles antes de las conclusiones. Primero, la literatura chilena, sea académica o periodística, así como los reportes de medios televisivos, desarrollan un repetido juego de fingir demencia. Es casi imposible encontrar libros refrendados por la ACh u otras fuerzas militares y, mucho menos, por medios periodísticos que mencionen la palabra clave "A-4Q Skyhawk". Aparentemente esta arma no existió en el TOA. Y si existió nunca fue una amenaza. Es más, probablemente ni volasen. Ah, si... y los marinos argentinos se marearon por un mar picado. Fingen demencia los libros del CIM o el de la "Escuadra" dado que reflejan en todo momento y absolutamente, sin desvío, que lo que se iba a presenciar era una batalla naval, al estilo Jutlandia/Latakia. Dos grandes escuadras, ahora sin cañones pero con misiles, llegarían a distancia de tiro y cada una tiraría sus salvas y ganaría el mejor. Hasta parece que el portaaviones argentino se iba a quedar en la retaguardia mirando la escena como si fuese un aficionado en una tribuna. Es una completa falta de respeto al lector informado ese escenario. Es realmente vergonzoso que oficiales navales profesionales chilenos esquiven el bulto de no apreciar un clara batalla aeronaval que estaba en ciernes y mientan a su público hablando de coraje y patriotismo para tapar un aspecto completa y básicamente técnico. Tristemente llena está la literatura "técnica" chilena de esta apelación al valor y no a los instrumentos ni tácticas.

Finalmente, esa misma literatura apela a un estado de información sobre el movimiento de las fuerzas argentinas mucho mejor del que disfrutarían hoy mismo teniendo dos AWACS británicos donados por la colaboración en la guerra de Malvinas. Aparentemente se tenía información del movimiento de tropas, del movimiento de aviones, de la posición de la flota argentina, del orden de operaciones de las distintas unidades y Dios sabe que más. Es más, esa información era actualizada hora a hora. Ni con satélites propios hubiesen tenido un panorama en tiempo real tan instantáneo. Aparentemente las comunicaciones argentinas había sido "descifradas" al estilo código Púrpura japonés. Ello aparece mencionado por autores anónimos con el misterioso término "intercepción o seguimiento electrónico". Bueno, no era el caso. Las comunicaciones argentinas cifradas no fueron decodificas y, lo que si hizo la inteligencia naval, era mantener canales abiertos para difundir la información que se deseaba estuviera al alcance de los puestos de escucha chilenos (contrainteligencia). Las comunicaciones argentinas sí fueron interceptadas pero eso fue en 1982 y por agencias de inteligencia de la OTAN, específicamente una estación en Noruega. Pero no confundamos OTAN con Chile jamás bajo ninguna circunstancia. El mismo Martinez Smith en la declaración previa comenta que la flota argentina estaba a una hora de navegación de los límites chilenos, sabiendo ésto solo por intercepción de comunicaciones. Estimado, en la lucha aeronaval no se ordena un ataque a una flota cuya ubicación no ha sido confirmada por sensores propios (un observador o radar que informe la posición). Si se iba a atacar a la FLOMAR por información "interceptada", era probablemente una emboscada planificada por el mando naval argentino.

La Escuadra trasandina, tal y como la detectó el ARA Santa Fe

En resumen, la superioridad tecnológica, doctrinaria y operativa de la FLOMAR otorgaba a las fuerzas argentinas una ventaja considerable en un enfrentamiento directo con la ACh. La geografía de los fiordos chilenos proporcionaría un refugio natural, pero las fuerzas chilenas seguirían enfrentando desafíos significativos sin la capacidad de contrarrestar la superioridad aérea y naval argentina.

Huida a los fiordos, tal vez el mejor final para la ACh...

Este informe no desmerece el desempeño ni la planificación ejecutada por la ACh. Hicieron lo mejor que pudieron con lo que tuvieron. Dicho esto, no era suficiente. Los planetas se alinearon para no poseer una capacidad submarina suficiente (el SS-21 Simpson fue detectado y fotografiado dos veces previo al 21 de diciembre mientras sus mejores submarinos estaban en mantenimiento mayor). El apoyo aéreo iba a ser nulo porque se carecía de aviación naval de ataque y los activos aéreos de la FACh iban a recibir su bautismo de fuego esa misma madrugada por lo que estarían luchando por su propia supervivencia. Por la planificación prevista, para el 21 de diciembre a la tarde Chabunco iba a dejar de estar operativa, sea por los A-4 y Mirage de la FAA a la madrugada o los T-28 Fennec/MB326 todo el resto del día. Eso lo exploraremos en un artículo posterior donde quedará claro que la FACh en el TOA iba a dejar de existir es mismo día.

Una crítica que se puede hacer a la planificación de López Silva es la de seguir con su filosofía mahaniana de buscar la gran batalla naval decisiva. Estaba comprometiendo a toda la escuadra (all-in) en una maniobra de la que iba a sufrir muchas bajas antes de siquiera llegar a ver en las pantallas de sus radares al enemigo. Una vez desencadenado los eventos, la suerte de la flota chilena estaría echada para el resto del conflicto. Y aquí vale reflexionar alternativas: cuando una flota más pequeña enfrenta a una más grande, pues debe recurrir mejor a guerrilla naval o pequeños combates de desgaste. La armada argentina nació así: enfrentando a marinas mucho mayores, como la española o la imperial brasileña, arrastrándola a pequeños combates que favorecían pequeñas pero desgastantes victorias contra el enemigo. Sin ir más lejos, el marco de los fiordos es ideal para esa tarea: esconder buques para realizar posteriormente ataques coordinados. Con superioridad aérea enemiga ese ejercicio puede perder efectividad pero los alemanes demostraron en la SGM que se puede resguardar un buque en un fiordo protegido para densas capas de defensa aérea y tener éxito. Esta alternativa podría ser más razonable que enfrentar en mar abierto a un portaaviones con brazo aéreo completo, sin superioridad aérea propia y con un submarino rengo. Y aquí, el término "flota más grande" es más cualitativo que cuantitativo: la "Escuadra" iba en solitario muy escaso apoyo desde las profundidades y ningún apoyo aéreo a enfrentar a pilotos aeronavales que practicaban a destajo cada año en como hundir buques y estaban muy afinados.

¿Acaso pensaba López Silva que la ARA iba a acercar a sus activos navales principales a la distancia de los Exocet chilenos para que se diera un duelo de caballeros? ¿Acaso López Silva estaba esperando un Jutlandia o un Latakia mientras se dirigía a un Midway? ¿Habrá ocurrido que el comando naval chileno pensaba que la ARA no iba a ordenar el aprovechamiento de la ventaja submarina y aeronaval empeñando sus submarinos y cazas embarcados antes de que siquiera pudieran detectar en sus radares a la FLOMAR? ¿Sería que pensaba López Silva que los A-4Q Skyhawk no iban a ser lanzados contra sus barcos? Mucho antes que permitirle a un marino trasandino apretar el botón de disparo de un Exocet, la flota chilena iba a conocer al COAN y al CFS en secuencia o en simultáneo.




Fuentes consultadas

  • Arancibia Clavel, Patricia y Bulnes Serrano, Francisco. La escuadra en acción. 1978: el conflicto Chile-Argentina visto a través de sus protagonistas, Santiago, Chile: Catalonia, 2017 (ISBN: 978-956-324-298-0)
  • Burzaco, Ricardo. La Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina en la crisis de 1978. DeySeg
  • Sánchez Urra, Francisco, Los soldados del mar en acción (1958-1978), Colección Historia Militar y Pensamiento Estratégico, 2020. ISBN 978-956-9839-08-5