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martes, 13 de agosto de 2024
domingo, 27 de septiembre de 2020
sábado, 20 de abril de 2019
Argentina: Decretos secretos sobre la subversión, Condor II y otros
Qué dicen ocho decretos secretos dictados en democracia que Cristina Kirchner mantuvo bajo reserva
Infobae revela por primera vez su contenido. Son normas que la ex presidenta no desclasificó cuando dispuso la publicación de este tipo de documentos a partir de 2012Por Mariel Fitz Patrick y Sandra Crucianelli | Infobae
Impresentables inútiles al frente de la presidencia
Son decretos secretos dictados por presidentes democráticos que se mantienen ocultos. Se refieren al programa del misil Cóndor II promovido por Raúl Alfonsín que finalmente quedó trunco; a la "lucha contra la subversión" ordenada por Juan Domingo Perón y su viuda Isabel a mediado de los 70's; y a la venta de armas a Croacia y Ecuador dispuesta por Carlos Menem cuando el país no podía hacerlo. Ninguno de los 8 fue incluido en la desclasificación de decretos secretos que realizó Cristina Kirchner entre 2013 y 2015, y que abarcó el período que va desde 1957 hasta fines de 1983.
Dos de esos decretos reservados fueron liberados por Mauricio Macri recién en 2017. Pero los otros seis que se revelan en esta nota siguen estando bajo el rótulo de "secretos" aún hoy en día. Fueron hallados por la Unidad de Datos de Infobae en una búsqueda profunda que incluyó el cruce de distintos parámetros. Uno fue firmado por Perón durante su tercer mandato, dos por Isabelita, otros dos por Alfonsín y tres por Menem.
Proyecto Cóndor II
El 9 de abril de 1985, Alfonsín dictó el decreto secreto Nº 604 por el que aprobó los Programas Cóndor I y Cóndor II como parte del Plan de Satelización de la Fuerza Aérea Argentina. Este decreto convalidaba una serie de contratos firmados el 14 de diciembre del año anterior entre la Fuerza Aérea y la empresa estatal Tecnología Aeroespacial S.A. (TEA) por un lado, y un consorcio de empresas extranjeras – IFAT Corp. Ltd (con sede en Suiza) y CONSEN SAM (con sede en Mónaco)- por el otro, bajo la coordinación del Ministerio de Defensa de Egipto.Modelo de la cabeza de guerra del misil Cóndor II en una planta en Mendoza (Gentileza Pablo De León)
Los contratos preveían la exportación a Egipto de entre 12 y 30 motores de combustibles sólidos para propulsión de vectores y/o misiles, entre 1985 y 1988, sin control de la Aduana o de otro organismo civil. Se llegó a concretar el envío de 12 de ellos a través de aviones Hércules de la Fuerza Aérea.
A partir de 1987, el acuerdo firmado por 35 países -entre los que estaban las principales potencias- para impedir la exportación de tecnología misilística con posible uso nuclear a los países en vías de desarrollo, llamado Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR), aumentó la presión de Estados Unidos sobre el gobierno de Alfonsín para frenar ese proyecto.
Prueba estática de un motor del Cóndor I en la planta de Falda del Carmen en Córdoba (Gentileza Pablo De León)
Sin embargo, el mandatario radical decidió continuarlo y dictó un segundo decreto secreto – el Nº 1325 del 13 de agosto de 1987– , por el cual aprobó un acuerdo entre la Fuerza Aérea y las empresas CONSELTEC SA y DESINTEC SA, para la creación de la sociedad Integradora Aeroespacial S.A. (INTESA), destinar a ejecutar el cumplimiento de los programas Cóndor I y II.
El texto de estos dos decretos secretos y los detalles de este desarrollo tecnológico argentino fueron incluidos en la tesis realizada por el investigador aeroespacial argentino Pablo Gabriel de León, a la que accedió la Unidad de Datos de Infobae en un repositorio de la Universidad de San Andrés.
Esa investigación fue luego ampliada por De León en su libro "El Proyecto del Misil Cóndor", publicado en 2017 por la editorial Lenguaje Claro. De León reside actualmente en los Estados Unidos, donde dirige un laboratorio de trajes espaciales en el Departamento de Estudios Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte, y trabaja para la NASA desde hace 25 años.
Hasta ese momento, el contenido de ambos decretos era desconocido. Este experto en temas aeroespaciales pudo acceder a ellos a partir de un pedido de desclasificación de documentos sobre el proyecto Cóndor al Departamento de Estado de Estados Unidos y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), vía el Acta de Acceso de la Información de ese país (llamada Freedom of Information Act, FOIA, en inglés).
La CIA accedió finalmente a desclasificar parcialmente esos documentos, que incluían estos dos decretos que los argentinos no conocían, y que aún hoy se mantiene secretos.
Si bien los archivos que obtuvo De León tenían múltiples tachaduras de nombres y detalles que la inteligencia norteamericana buscó preservar, los textos de estos dos decretos secretos dictados por Alfonsín estaban transcriptos completos.
De León sostiene que si bien en una entrevista que le hizo al ex ministro de defensa de Alfonsín Horacio Jaunarena para su tesis, éste "aseguraba que el programa era un proyecto pacífico", para este investigador no había no había dudas que "los fines del Cóndor Il, eran claramente bélicos".
"Es probable que la Fuerza Aérea – que fue la única que protegió a Alfonsín en la época de los levantamientos carapintadas-, se lo haya 'vendido' así, y que el ex mandatario radical haya hecho la vista gorda para garantizarse la lealtad de esa fuerza", sostiene en diálogo con Infobae.
Modelo de la cabeza del misil Cóndor II montada en un mecanismo de elevación, en una planta en Mendoza (Gentileza Pablo De León)
Consultado por este medio, Raúl Alconada Sempé, ex vicecanciller del gobierno radical, asegura por su parte que el proyecto Cóndor II no fue concebido con objetivos bélicos. "Argentina desarrolló un combustible sólido, que es lo más complejo, capaz de propulsar vectores a gran distancia que podían llevar un satélite, un misil o armas nucleares".
También asegura que en distintas reuniones con el entonces secretario de Estado de Ronald Reagan, George Shultz, desde el gobierno de Alfonsín -incluido el propio presidente- "cuando en distintas reuniones sacaba el tema del Cóndor II, siempre le aseguraron a Shultz que Argentina no tenía ninguna de las armas que podían preocupar a su país, o al Reino Unido por la distancia que podría alcanzar un cohete con la tecnología del Cóndor II desde el continente hasta Malvinas".
Según recuerda este ex vicecanciller radical, durante su campaña Menem hizo un acuerdo con los ex carapintadas Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín para crear una cuarta fuerza armada con gran capacidad de movilidad, al estilo de los marines norteamericanos a cambio del apoyo a su candidatura. Tras su triunfo como presidente, en la Asamblea de la ONU de septiembre de 1989, "el gobierno de Estados Unidos le hizo saber a Menem que no iba a aceptar que siga financiando el proyecto de una cuarta fuerza armada, y le exigió que desmantele el programa del Cóndor II".
Menem con George Bush (padre) en el inicio de las "relaciones carnales"
El proyecto fue finalmente desactivado por el ex mandatario riojano mediante el decreto 995 del 28 de mayo de 1991,a partir del establecimiento de las "relaciones carnales" con Estados Unidos.
-¿Por qué Cristina Kirchner pudo haber decidido mantener secretos esos dos decretos de Alfonsín?, le preguntó Infobae a De León.
–Una posible respuesta es por la responsabilidad de Argentina de tener que pagar por los contratos incumplidos por el país cuando el programa Cóndor I y II fue desactivado por Menem.
De León también menciona en su libro la posibilidad de que los atentados a la embajada de Israel y la AMIA hayan podido ser una represalia de los clientes finales de la tecnología del misil Cóndor desarrollada por Argentina, luego de que Menem incumpliera los compromisos asumidos.
Esos clientes serían Irak, a través del contrato de la Fuerza Aérea argentina con Egipto, Siria -que tenía un acuerdo para el desarrollo de armas nucleares con Irak- y Libia. Este último país habría financiado la campaña de Menem a la presidencia a cambio de la posterior transferencia de tecnología para un posible uso nuclear.
La preocupación de los Estados Unidos por los posibles destinatarios finales de la tecnología del Cóndor II fue admitida por el ex canciller de Menem, Domingo Cavallo, en una reunión en la casa de Alfonsín en la que participó Alconada Sempé, cuando el ex ministro ya se había ido del gobierno de Menem. Según recordó ante Infobae el ex vicecanciller radical, en ese encuentro Cavallo comentó que Menem habría recibido fondos para su campaña de Libia, e incluso de Siria, a cambio de transferencia de tecnología del Cóndor II.
La hipótesis de una posible represalia de países árabes se manejó en la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA. Así se lo confirmó a Infobae Raúl Woscoff, quien fuera asesor en esa Secretaría de Estado hasta que fue absorbida por la Secretaría de Derechos Humanos.
Los decretos secretos de Perón e Isabelita
Entre los decretos reservados que Cristina Kirchner no desclasificó, hay también uno firmado por Perón, en 1974, y dos rubricados por su viuda Isabel, en 1975, cuando el país ya estaba convulsionado por los ataques de la guerrilla y el accionar represivo paraestatal de la Triple A.De los 481 decretos reservados dictados entre 1974 y 1975 que fueron publicados por la ex presidenta entre 2013 y 2015, solo uno estaba referido a la "lucha contra la subversión" encarada por el tercer gobierno peronista. Era el decreto S 261 del 5 febrero 1975 firmado por María Estela Martínez de Perón, que dispuso que "el Comando General del Ejército proceda a ejecutar las operaciones militares que sean necesarias para neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán".
La mafia del peronismo en reunión de gabinete. Isabel firmó dos decretos secretos en 1975 para la lucha contra la “subversión”(Getty Images)
Otros tres referidos a la represión de la lucha armada no fueron desclasificados por la ex mandataria. Uno es el decreto S 1.302 del 27 de abril de 1974 firmado por Perón dos meses antes de morir, en el que el ex presidente acusaba a la "subversión armada de grupos radicalizados" de "buscar la toma del poder para modificar el sistema de vida democrático pluripartidista".
El decreto secreto firmado por Perón en 1974 para combatir a la "subversión"
El texto, que también lleva la firma del entonces ministro del Interior, Ángel Federico Robledo, comunicaba la aprobación de "las Directivas para los "Conflictos Graves Nº 1 denominado 'Topo' y Nº 2 denominado 'Yacaré'".
Para el "conflicto grave" bautizado Topo", se fijaba el objetivo de "eliminar las acciones subversivas violentas y no violentas, las causas que las provocan y consolidar espiritual y materialmente al régimen democrático como ámbito de realización integral del hombre".
Un año después, su viuda Isabel firmó el decreto S 993 del 16 de abril de 1975, en el que dispuso elaborar un plan para "eliminar las acciones subversivas violentas y no violentas".
Ambos decretos fueron desclasificados por Mauricio Macri en mayo de 2017, que dispuso su envío al Museo de la Memoria, "por ser parte de la Historia Nacional".
En cuanto al tercer decreto secreto sobre el tema que hasta ahora permanece secreto, solo se tiene una referencia de su existencia. Aparece publicado en el libro de Cristian Gutiérrez Tapia, bajo el título "La contrasubversión como política". El autor, que es historiador y magíster en Historia de América de la Universidad de Santiago de Chile, publicó su trabajo en 2018.
El libro de Gutiérrez Tapia donde se hace referencia al otro decreto secreto.
Se trata del Decreto S 404 de 1975, firmado por la viuda de Perón y hace referencia a una directiva del Comandante General del Ejército para la lucha contra la subversión. También señala los puntos centrales de la represión que se implementó en Argentina.
Venta de armas camufladas
Finalmente, otros tres decretos secretos que Cristina Kirchner no desclasificó se refieren a la venta de armas por parte de Menem a Panamá y Venezuela a principios de los 90's, cuando en realidad esos embarques fueron destinados a Ecuador -que en ese momento libraba una guerra con Perú- y a Croacia, que tenía un embargo internacional.La ex mandataria no los hizo público pese a que para marzo de 2013, Menem había sido condenado por la Cámara de Casación Penal, y tres meses después, un Tribunal Oral le fijó una pena de siete años de prisión como el responsable de mayor jerarquía del contrabando de armas del Ejército a dos países a los que Argentina no debía venderle armamento.
Se trata de los decretos S 1697 del 27 de agosto de 1991 y el S 2283 del 31 de octubre de ese mismo año, que decían que el supuesto destinatario de las armas era Panamá.
El tercero es el S 103 del 24 de enero de 1995 y autorizaba la venta de armas a Venezuela, que nunca las había pedido, y su destino final era Ecuador y Croacia. Fue publicado en 2006 en el libro "Servicios de Inteligencia: ¿fuera de la ley?", de Fernando Rueda, doctor en Periodismo por la Universidad Complutense y uno de los máximos especialistas españoles en asuntos de espionaje.
El decreto ordenaba a la Aduana que permitiera la salida del material bélico verificando únicamente el peso, el valor y la cantidad de bultos, no así el contenido.
El decreto S 103 firmado por Menem, citado por el español Fernando Rueda
La condena a siete años de prisión contra Menem fue confirmada por Casación Penal en 2017, pero el caso llegó a la Corte y el año pasado el actual senador nacional terminó absuelto en un nuevo fallo por el tiempo transcurrido en la realización del proceso.
Menem terminó absuelto en la causa de venta ilegal de armas (NA)
Decretos que aún permanecen en el misterio
La ex presidenta había liberado 9.037 decretos secretos firmados por distintos gobiernos, tanto militares como democráticos, que van desde 1957 al 2003, tal como Infobae reveló el pasado 24 de marzo.Lo hizo mediante el decreto 2.103 del 2012. Sin embargo mantuvo una cantidad que aún se desconoce sin desclasificar y sin que se sepan fehacientemente los motivos en cada caso. El artículo 1º de esa norma preveía como excepciones "razones de defensa nacional, seguridad interior o política exterior; y los relacionados con el conflicto bélico del Atlántico Sur y cualquier otro conflicto de carácter interestatal".
De acuerdo a la información obtenida hasta ahora por Infobae, hay al menos 1.696 decretos secretos firmados durante la última dictadura que Cristina Kirchner dispuso no liberar, aunque es posible que haya más.
No se conoce su contenido porque se mantienen en reserva, tal como confirmó la respuesta de la Secretaria Legal y Técnica al Ministerio de Defensa, en base a un pedido de Acceso a la Información realizado por este medio.
Infobae presentó esta solicitud luego del fallo de la Corte Suprema en marzo pasado, a partir de una demanda iniciada en 2009 por el periodista Claudio Savoia para conocer el contenidos de los decretos secretos emitidos durante la última dictadura militar.
El Máximo tribunal le ordenó a la Cámara Contencioso Administrativo que le exija al actual Gobierno la divulgación de todos los decretos secretos dictados entre 1976 y 1983 que hubieran quedado desclasificar. Y si el Estado considerase que, aún hoy, algunos de ellos debían permanecer en secreto -por referirse, por ejemplo, a cuestiones vinculada a Malvinas-, que esas razones se expliciten y sean supervisadas por la Justicia.
Cómo se procesó la información
Se realizó un rastreo documental del término "decreto secreto" vía búsqueda avanzada en la Web, que arrojó 2.480 resultados para Argentina. De este total, 340 contenían información sobre decretos que no fueron incluídos en la desclasificación impulsada por el gobierno anterior.Relevados en su totalidad e identificados los números y año de cada resolución, se cruzó esa información con la base de datos de los 9.037 decretos desclasificados por CFK entre 2013 y 2015, cuyos resultados dieron origen a la nota que Infobae publicó el pasado 24 de marzo.
Los decretos desclasificados, así como los 354 anexos, fueron subidos a la plataforma Document Cloud (ver aquí), que permite acceder al contenido en formato texto y buscar dentro de los mismos. Luego se automatizó el conteo de cada norma, para la serie temporal completa, que va desde 1957 al 2003 (consultar en este enlace).
También se relevaron patrones de repetición, a través de distintas variables que se pusieron bajo estudio. Los datos abiertos de los decretos secretos en formato texto se pueden consultar desde este enlace.
domingo, 13 de mayo de 2018
Argentina: La dubitativa administración Alfonsín y el mercado de armas
Las Relaciones con los Países asiáticos
Historia de las Relaciones Exteriores
Alfonsin: la situación post:Malvinas
En marzo de 1984, llegó a Buenos Aires una delegación de parlamentarios de Israel con el objetivo de solicitar a la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) informes sobre la situación de casi 400 ciudadanos de ese país desaparecidos durante el Proceso militar (1).
Cabe destacar también el viaje a Israel emprendido entre fines de marzo y principios de abril de 1989 por el ministro de Defensa argentino, José Horacio Jaunarena, con el objetivo de destrabar la venta de aviones norteamericanos Skyhawk, que venía congelada desde 1982. Pero las gestiones de Jaunarena se toparon con un requisito planteado por los negociadores israelíes: la venta de aviones estaría condicionada a que la Argentina rompiera el acuerdo con Egipto para fabricar el misil Cóndor II -que había sido probado exitosamente en una base de la Fuerza Aérea en la Patagonia el 3 de marzo-, y negociara la participación de Tel Aviv en el proyecto (2).
Mirages israelíes fueron adquiridos para reponer las perdidas de Malvinas
Por otra parte, el fin del Proceso militar y la instauración del gobierno democrático no interrumpieron el negocio de la venta de armas a Irán. Paradójicamente, esta continuidad se debió a la decisión del presidente Alfonsín de reducir el presupuesto militar total del 4% del PBI al 2,5%. Esta medida obligó a que el Ejército argentino, hasta entonces principal adquirente de armas y municiones a la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), interrumpiera sus compras. A su vez, esta situación movió a que un dirigente radical amigo del ministro de Defensa Raúl Borrás, el contador Raúl Abel Tomás, secretario de Producción para la Defensa a cargo de la DGFM, decidiera incrementar las exportaciones de armas como "una forma de paliar la disminución del mercado interno y de conseguir fondos frescos" para mantener las fuerzas armadas (3).
Misil Cóndor II fue quizá el proyecto mas ambicioso y controvertido de la industria militar argentina
Operativo EZARIM: antes de los atentados, buenos negocios
El decreto presidencial secreto 1723 del 7 de junio de 1984 -firmado por el ministro de Defensa Raúl Borrás, el canciller Dante Caputo y el ministro de Economía Bernardo Grinspun- puso en marcha la primera venta de armas a Irán durante el gobierno democrático, el "Operativo Ezarim", que consistió en la venta al contado de 18 cañones CITER de 155 milímetros; 200.000 proyectiles para dichos cañones; 100 equipos electrónicos de vigilancia terrestre y 100 radios mochila (4). Por su parte, el titular de Defensa desmintió que hubiera efectuado una venta de 100 tanques argentinos medianos (TAM) y de dos destructores tipo 42 -el Hércules y el Santísima Trinidad- al mercado iraní (5).Además del comercio de armas, otro rubro de intercambio relevante con Irán fueron las exportaciones argentinas de granos. A fines de abril de 1984, la Junta Nacional de Granos de la Argentina concretó la venta de 60.000 toneladas de arroz a la República Islámica de Irán (6).
Decididas a no perder el lucrativo negocio que implicaba la existencia por esos años del conflicto entre Irán e Irak, las autoridades de la DGFM presionaron al gobierno del presidente Alfonsín para que no interrumpiera el comercio de armas. Así, el secretario de Producción para la Defensa Tomás logró convencer a Alfonsín de que aprobara un nuevo decreto presidencial secreto, el 987 del 5 de junio de 1985, que autorizó la exportación a Irán con fines de demostración los siguientes elementos: un avión Pucará; dos lanzadores de cohetes para Pucará; 56 cohetes Pampero para Pucará; cuatro bombas de 250 kilos y proyectiles para Pucará; diez tanques con dotación de armamentos y munición completa; diez misiles antitanque hiloguiado Mathogo y setenta y seis misiles aire-superficie Albatros y ocho coheteras para lanzarlos. En esa misma fecha, Alfonsín autorizó otro decreto secreto, el 988, por el cual el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas de la Argentina (CITEFA) enviaba a Irán un sistema de comando para misil Mathogo 2000 y otro para misil Mathogo 3000 disparado desde helicóptero (7).
Alfonsín, un enorme incapaz |
Por cierto, esta medida contrastaba con la aparición, en la sesión del 19 de junio en la Cámara Alta, de un proyecto de resolución que, en clave abiertamente pacifista, condenaba el uso de armas químicas en el conflicto entre Irán e Irak. Dicho proyecto fue firmado por senadores pertenecientes tanto a las filas del oficialismo -Adolfo Gass, Luis León, Miguel Mathus Escorihuela, Fernando de la Rúa- como de la oposición -los peronistas Julio A. Amoedo, Luis Salim, Eduardo Menem, Olijuela del Valle Rivas, Edgardo Murguía, Jorge Castro y el bloquista sanjuanino Carlos Gómez Centurión 8.
El 9 de octubre de 1985, el decreto presidencial secreto 1978 autorizó la venta a Irán de 1500 cohetes del modelo Cohete Argentino Mediano (CAM), 7 lanzadores de esos cohetes y 2 sistemas de guiado. Este decreto tiene las firmas de los ministros de Defensa, Roque Carranza; Relaciones Exteriores, Dante Caputo, y Obras Públicas, Roberto Tomasini (9).Más tarde, el 27 de febrero de 1987, Alfonsín firmó el decreto secreto 307 que autorizó un contrato para vender al gobierno de Irán 18 mil granos propulsantes para cohetes, por medio de la empresa argentina Proveedores Argentinos de Equipos Sociedad Anónima (PRADESA) (10). El 3 de junio de 1987, Alfonsín autorizó a través del decreto secreto 852 un nuevo convenio con Irán para la venta de 600.000 fojas negras, 1400 toneladas de pólvora para los cañones de 155 milímetros y 100 toneladas de pólvora CBI (a base de nitroglucosa monobásica). Esta operación había sido impulsada por el titular de PRADESA, José Mondino, quien de acuerdo con el decreto recibiría 10% del total del contrato (cuyo monto ascendía a 38.174.000 dólares en condiciones FOB en el puerto de Buenos Aires). Pero cuando se había cumplido con una parte del decreto, la Argentina e Irán decidieron de común acuerdo suspender el contrato, lo que desató una batalla legal de Mondino para cobrar la totalidad de la comisión. El proceso judicial finalizó con el fallo de la Suprema Corte de Justicia del 15 de marzo de 1994 en contra de las exigencias de Mondino, ya que la resolución sostenía que se trataba de una comisión del 10% que "revestía un carácter de tope máximo y no de suma fija e irrevisable (11)".
Irak: Con Dios y con el Diablo o cordobeses versus entrerrianos
Meses después de concretada la "Operación Ezarim" con Irán, a principios de 1985, el gobernador de Córdoba, Eduardo Angeloz, se reunió con el presidente Alfonsín en forma reservada. En dicha ocasión, Angeloz pidió al primer mandatario el permiso para concretar la venta de 20 aviones argentinos Pucará a Irak al precio de 3.825.000 dólares, es decir, una operación cuyo monto total ascendía a casi 80 millones de dólares. Pero esta demanda iraquí dividió las opiniones de las personas que tenían poder de decisión al respecto. A favor de la operación estuvieron el gobernador de Córdoba -quien sostenía que la venta del Pucará, producido en el Area Material Córdoba de la Fuerza Aérea daría trabajo a cientos de personas en su provincia- y el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Ernesto Crespo. En contra de la venta de los aviones argentinos estuvieron el ministro de Defensa, Raúl Borrás; el secretario de Producción para la Defensa a cargo de la DGFM, Raúl Tomás -quien temía el impacto negativo de esta operación en las ventas de armas a Irán-; el canciller Dante Caputo -por sus efectos para la imagen externa de la Argentina tanto en Washington como en el resto de la comunidad internacional-; y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Montiel -en representación de los intereses de los productores de arroz que exportaban a Irán y no querían interrumpir sus operaciones comerciales por una venta de Pucará a Irak-. Así, a pesar de que el 29 de marzo de 1985 se firmó un contrato que contemplaba la venta de seis Pucará a Irak en seis meses, y el entrenamiento de pilotos de la Fuerza Aérea Iraquí por parte de oficiales argentinos, la compra de estos aviones se frustró porque el presidente del Banco Central, José Luis Machinea, negó la prefinanciación necesaria argumentando que se necesitaban divisas para el inminente lanzamiento del Plan Austral (12).Se quiso vender Pucará a Irak para combatir a la guerrilla kurda
Extremo Oriente
Por otra parte, cabe mencionar la visita del presidente de la India, Zail Singh, a la Argentina, a fines de abril de 1984. Fruto de las conversaciones con su colega argentino Alfonsín fue la firma de un acuerdo naviero para que las embarcaciones de ambos países pudieran operar en forma conjunta tanto en puertos argentinos como indios. Asimismo, ambos presidentes trataron la convocatoria a una reunión extraordinaria de Países No Alineados (13).Al año siguiente, en ocasión de la Reunión del Grupo de los Seis sobre Desarme en enero de 1985 en la capital india, Nueva Delhi, el presidente Raúl Alfonsín y el primer ministro Rajivh Gandhi firmaron, en un contexto de importantes convergencias políticas en torno del desarme y de un intercambio comercial cuyo saldo era notoriamente favorable a la Argentina, tres acuerdos sobre complementación en materia económica y comercial; científica y tecnológica, y cultural y educativa. Un punto relevante de estos acuerdos fue la decisión de crear empresas comunes para la fabricación y exportación a terceros países de manufacturas de cuero, productos farmacéuticos, petroquímica y máquinas herramientas de alta tecnología (14).
En el caso de China, cabe destacar que, a fines de agosto de 1984 llegó a la Argentina una delegación de este país encabezada por el viceministro de Gestiones Económicas Estatales, Lin Zhontag, y compuesta por nueve especialistas en temas nucleares, con el objeto de establecer vinculaciones económicas en el campo de la energía nuclear con fines pacíficos -ámbito en el que China tenía falencias dado su énfasis en el aspecto militar de dicha energía (15)-.
En abril de 1985 el canciller Caputo viajó a China, ocasión en la que firmó con su colega, Wu Xuequian, un acuerdo para la aplicación de los usos pacíficos de la energía nuclear. Este convenio preveía el uso pacífico de cualquier material o equipo transferido; coloca toda transferencia de tecnología nuclear bajo el sistema de salvaguardias de la OIEA y establece las siguientes áreas de cooperación: a) investigación, diseño, construcción y operación de centrales nucleares y reactores; b) exploración, minería y procesamiento de minerales de uranio; c) ingeniería, fabricación y suministro de elementos combustibles nucleares, incluyendo materiales para su uso en reactores nucleares; d) gestión de desecho radiactivo; e) producción y aplicación de radioisótopos; f) protección radiológica y seguridad nuclear, y g) protección física de materiales nucleares (16).
En el marco de las relaciones con China -en ese momento un importante socio comercial de la Argentina, y uno de los que sostenían junto con Irán y la URSS el reducido saldo favorable de la balanza comercial argentina-, se destacó en mayo de 1988 el viaje de Alfonsín a Pekín. En esta ocasión, el primer mandatario argentino estuvo acompañado de una nutrida comitiva integrada por representantes de grandes empresas comerciales y de la pequeña y mediana industria. De acuerdo con Russell, el resultado más importante de esta visita presidencial fue la decisión de los gobiernos argentino y chino de crear un órgano de consulta permanente de alto nivel, con el objetivo de intercambiar ideas sobre la evolución de la situación política internacional. Este acuerdo político se vio en gran medida facilitado por las coincidencias existentes en los dos países en el seno de Naciones Unidas, donde China respaldó más del 80% de las posiciones sustentadas por la diplomacia argentina (entre ellas los reclamos de soberanía argentinos sobre las islas Malvinas); y por el diagnóstico coincidente respecto del rol moderador y crecientemente activo que deberían jugar tanto Buenos Aires como Pekín en un contexto global más complejo e interdependiente que el de los años de la pax americana (17).
Por cierto, los temas más conflictivos de la agenda política fueron intencionalmente dejados de lado para no perturbar el alto nivel de convergencias políticas. Entre aquéllos figuraban la indefinición de la Cancillería argentina respecto de la situación de las islas Spratly -disputadas entre China y Vietnam desde 1979-; el acuerdo firmado en 1985 por el canciller Caputo -que despertó la preocupación norteamericana ya que ninguno de los dos países había firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)-, y el frustrado ofrecimiento chino de armamentos a la Fuerza Aérea argentina -en particular aviones F7, que no cubrían los requerimientos argentinos porque no tenían suficiente autonomía de vuelo como para alcanzar las islas Malvinas (18)-.
Argentina se interesó por el J7 pero se lo descartó por sus pobres funcionalidades
No obstante la existencia de estos acuerdos políticos de mediano y largo plazo, la visita de Alfonsín evidenció también la persistencia de obstáculos económicos: la naturaleza de las importaciones argentinas, centradas en equipos y materias primas, rubros donde China no ha sido competitiva; el excesivo peso de los productos primarios en las exportaciones argentinas (principalmente lanas, cereales, productos oleaginosos y cueros); la limitada capacidad de compra del mercado chino en este rubro de las exportaciones argentinas; y las rígidas políticas cambiarias adoptadas por ambos países, que han impedido la diversificación del intercambio comercial bilateral (19).
De todas maneras, la visita presidencial dejó como saldo la firma de seis acuerdos bilaterales entre Alfonsín y su colega chino Yang Sankjun, sobre temas tan diversos como la cooperación aeroespacial, el intercambio tecnológico-agropecuario, la sanidad animal, las compras de carbón mineralizado para SOMISA y térmico para Agua y Energía y SEGBA, y la puesta en marcha de una granja experimental modelo, en la que China cedía unas 2000 hectáreas y la Argentina proveía la tecnología (20).
Por último, respecto del Japón, debe mencionarse, en julio de 1986 el viaje del presidente Alfonsín a dicho país, en el contexto de una nueva política que buscaba formas de asociación con potencias económicas que, en palabras del canciller Caputo no intentaban "ninguna forma de hegemonía política", y que por esta razón no ofrecían "riesgos de generar ninguna posibilidad de dependencia económica (21)".
Como resultados concretos de la visita presidencial a Japón, se destacaron: la constitución de un grupo bilateral de seguimiento -integrado por representantes de entes oficiales y privados de ambos países-; el crédito de 100 millones de dólares otorgado por el Eximbank a la Argentina -relevante porque, a diferencia del resto de los créditos, era de libre disponibilidad, aunque debía utilizarse para la compra de productos de origen japonés-; la firma de dos convenios de pesca -uno para el financiamiento de investigaciones de pesca de fondo en la zona económica exclusiva de la Argentina, y otro que consistía en un acuerdo marco para la cooperación bilateral en la explotación de la misma área; y el compromiso de Japón de comprar a la Argentina alrededor de 3 millones de granos -paso importante dado que durante 1986 la URSS no había cumplido plenamente el convenio de granos firmado con la Argentina (22).
En octubre de 1987 Japón otorgó otro respaldo financiero importante a la economía argentina, cuando el Eximbank de Japón, aprobó, conjuntamente con el Banco Mundial, la concesión de un crédito por 737 millones de dólares a bajo interés y amortización prolongada para proyectos petroquímicos y de gas natural. Lo importante de este nuevo crédito radicó en que, a diferencia del otorgado en 1986, la Argentina no estaba obligada a adquirir productos de fabricación japonesa (23).
Notas
1. Ver al respecto "Misión israelí", Clarín, 16 de marzo de 1984, p. 11; "Un grupo de parlamentarios de Israel llegó a esta ciudad", La Prensa, 18 de marzo de 1984, p. 4; y Cronología relaciones internacionales de Argentina, marzo / diciembre de 1984, op. cit., p. 51.
2. Ver al respecto los editoriales "Jaunarena negocia aviones en Israel", Ambito Financiero, 30 de marzo de 1988, p. 11, y "El Cóndor voló 504 km y llegó a la mesa de negociación en Israel", por Horacio Verbitsky, Página /12, 4 de abril de 1989, p. 4.
3. Esta decisión de Tomás de incrementar las exportaciones de armas argentinas tropezó con varios obstáculos: uno fue la autonomía con la que se movían los representantes de la DGFM en el exterior. Nombrados durante el Proceso, éstos seguían negociando ventas de armas a países lejanos o limítrofes, lo cual atentaba contra la imagen de credibilidad externa que buscaban Alfonsín y Caputo en la política exterior. Para tratar de solucionar este problema, Tomás quitó todas las representaciones de Fabricaciones Militares en el exterior y centralizó en su secretaría todo tipo de venta de materiales bélicos para tratar de desmantelar los negocios turbios en los que estaban involucrados los militares argentinos y sus socios civiles. Pero los países sin conflictos compraban directamente las armas a las grandes potencias y no a un país como la Argentina, lo cual, sumado al compromiso del gobierno de Alfonsín de no violar los embargos de armas dispuestos por la ONU, reducía el espectro de posibles compradores a países en conflicto como Taiwán, Irak o Irán. Taiwán debió ser descartado porque venderles armas implicaba entrar en conflictos con Pekín, que consideraba a la isla de Formosa como parte irredenta de su territorio. Irak tampoco podía ser un cliente de la Argentina. Ante el peligro de una proyección de la Revolución Islámica en su territorio, el régimen de Bagdad obtenía armas directamente de la URSS, Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña. Por lo tanto, el único candidato posible era Irán, pero esta opción contaba con la oposición norteamericana. D. Santoro, op. cit., pp. 52-53.
4. Este "Operativo Ezarim" de venta de armas argentinas a Irán estuvo precedido por una historia no exenta de presiones externas. Vale mencionar que antes de que esta operación se concretara, los representantes del Ministerio de la Juventud de Irán (controlado por el ala radical de la Revolución Islámica) se reunieron en Buenos Aires con el secretario de Producción para la Defensa a cargo de la DGFM, Raúl Tomás, y exigieron una serie de armamentos de enorme poder de fuego, entre ellos las fragatas misilísticas de origen británico Santísima Trinidad y Hércules -que la Armada argentina no podía usar desde 1982 por el embargo militar británico- y el excedente de misiles franceses Exocet. Debido a que Irán era en ese momento uno de los principales compradores de granos argentinos (800.000.000 de dólares anuales), Tomás decidió ganar tiempo. Por un lado, contestó a los iraníes que primero había que empezar con armas de poco poder de fuego antes de pasar a los armamentos solicitados por Teherán. Paralelamente, inició consultas con el resto del gobierno radical. El canciller Caputo, alarmado con el pedido iraní, decidió a su vez sondear la opinión de Washington, subrayando la necesidad del gobierno democrático de vender las dos fragatas misilísticas a Irán para obtener fondos para mantener a las fuerzas armadas. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, respondió que la venta de fragatas de ese tipo alteraría el equilibrio estratégico en la guerra Irán-Irak, altenativa que no era del agrado de las autoridades de la Casa Blanca, que apoyaban a Irak. En cambio, Shultz transmitió a Caputo que la administración Reagan no tenía objeciones a la venta de armas argentinas con poco poder de fuego. Tomando en cuenta la posición norteamericana, Alfonsín dio órdenes discretas de congelar las negociaciones por la venta de las dos fragatas a Irán, y autorizó la venta de otras armas que no alteraran el equilibrio en la guerra entre Teherán y Bagdad. Ver al respecto D. Santoro, op. cit., pp. 54-56.
5. "Desmienten la venta de tanques a Irán", Clarín, 7 de junio de 1984, p. 14, y Cronología relaciones internacionales de Argentina, marzo / diciembre de 1984, op. cit., p. 51.
6. Cronología relaciones internacionales de Argentina, marzo / diciembre de 1984, op. cit., p. 51.
7. Ambas variantes de misil Mathogo (2000 y 3000) eran de corto alcance y disparo directo. Ver al respecto D. Santoro, op. cit., p. 60.
8. Proyecto de resolución de los senadores Gass, Amoedo y otros, Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cámara de Senadores 1985, Reunión 8ª, Junio 19 de 1985, Tomo I, op. cit., pp. 622-623.
9. D. Santoro, op. cit., p. 60.
10. Ibid., pp. 77-80.
11. Ibid., pp. 80-81.
12. Ibid., pp. 57-59; "La venta de aviones Pucará a Irak. Será vetada por la Cancillería y Defensa", La Nación, 20 de mayo de 1985, p. 5; "Crespo apoya la venta de los aviones Pucará a Irak", La Nación, 21 de mayo de 1985, p. 5; "Con la guerra de Irán-Irak como trasfondo. A pesar de los ataques, el canciller está firme", La Nación, 28 de junio de 1985, p. 1; "En cielos árabes. El Pucará va a Irak y aquí se reactiva el Pampa", Somos, Nº 481, 11 de diciembre de 1985, p. 21, que consigna la venta de 40 aviones Pucará IA-58 a un país árabe como cobertura de una operación cuyo mercado de destino final fue Irak; y "Pacifismo con dificultades", por Oscar Raúl Cardoso, Somos, Nº 568, 12 de agosto de 1987, p. 15; proyecto de resolución del diputado Luis S. Casale, Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cámara de Diputados año 1985, Reunión 8ª, Junio 5 y 6 de 1985, Tomo II: Sesiones ordinarias (del 29 de mayo de 1985 al 19 de junio de 1985), Buenos Aires, Imprenta del Congreso de la Nación, 1987, pp. 1218-1219.
13. Cronología relaciones internacionales de Argentina, marzo / diciembre de 1984, op. cit., p. 50.
14. "La balanza comercial con la India. Intercambio favorable", Clarín, 19 de enero de 1985, p. 8; "Coincidencias de Alfonsín y Gandhi, que firmaron acuerdos bilaterales", Clarín, 25 de enero de 1985, pp. 4-5; "Un ‘enfoque común’ de los dos jefes de Estado. El desarme imprescindible", por Carlos Quirós, Clarín, 25 de enero de 1985, p. 6. Para Roberto Russell, no cabe duda de que el incremento de los vínculos comerciales entre la Argentina y la India durante la primera etapa del gobierno de Alfonsín estuvo íntimamente ligado al restablecimiento de la democracia en la Argentina. Las importaciones de productos argentinos por parte del mercado hindú crecieron de 37 millones en 1983 a 200 millones en 1984. Ver al respecto R. Russell, "La política exterior de Argentina en 1985", op. cit., pp. 44-45.
15. Cronología relaciones internacionales de Argentina, marzo/diciembre de 1984, op. cit., p. 49. Ver también editorial "Cooperación nuclear con China. El contacto con Pekín", por Oscar Raúl Cardoso, Clarín, 4 de septiembre de 1984, p. 12.
16. "Compraría Pekín acero argentino", La Nación, 15 de abril de 1985, pp. 1 y 2; R. Russell, "La política exterior de Argentina en 1985", op. cit., p. 47.
17. R. Russell, "Política exterior de Argentina en 1988...", op. cit., p. 25.
18. "Primer día en Beijing de la comitiva oficial. Un banquete de acuerdos políticos" y "La Argentina en el interés estratégico", Página /12, 14 de mayo de 1988, p. 3; "Alfonsín en China. Fuerte contenido político de la visita presidencial", La Prensa, 14 de mayo de 1988, p. 3; y "Organo de consulta permanente con China", La Prensa, 15 de mayo de 1988, pp. 1 y 4.
19. R. Russell, "Política exterior de Argentina en 1988...", op. cit., p. 26.
20. "Alfonsín viajó a China para incrementar el intercambio", La Prensa, 12 de mayo de 1988, pp. 1 y 4; "Después de marchas y contramarchas, Alfonsín levanta vuelo hacia China", Página /12, 11 de mayo de 1988, p. 6; "Culminó Alfonsín su visita oficial a China", Ambito Financiero, 17 de mayo de 1988, p. 14; "Se firmaron con China importantes acuerdos", La Prensa, 16 de mayo de 1988, pp. 1 y 3; y "Alfonsín", Página /12, 17 de mayo de 1988, p. 4.
21. Declaraciones del canciller Caputo citadas en Roberto Russell y Juan Tokatlian, "La visita del presidente Alfonsín a Japón: Límites y posibilidades", América Latina / Internacional, Vol. 3, Nº 10, octubre-diciembre 1986, p. 66.
22. Sobre un balance del viaje de Alfonsín a Japón ver los trabajos de R. Russell y J. Tokatlian, op. cit., p. 68; M. Wilhelmy, "La política exterior argentina en 1986...", op. cit., p. 40; y A. Frohmann, "¿Occidentalismo o interés nacional?. Argentina y los países desarrollados", op. cit., pp. 38-39. Ver también editorial "Hora de balance. El viaje de Alfonsín a Japón tuvo más logros en lo político que lo económico, donde todavía subsisten las dudas", Somos, Nº 514, 30 de julio de 1986, p. 20.
23. R. Russell y G. Fernández, op. cit., p. 29.
domingo, 22 de enero de 2017
Tecnología Argentina: Argentina y el proyecto de cohetes de Egipto
Argentina y el programa de cohetes de Egipto
Egipto tiene una capacidad muy desarrollada de producción de armas, en segundo lugar en el Oriente Medio sólo después de Israel. En la década de 1960, el presidente Gamal Abdel Nasser llevó a cabo un accidentado programa de producción de misiles con ayuda alemana en la "Fábrica 333" en Heliópolis, a pocos kilómetros al este de El Cairo. (1) Tres cohetes fueron informados como en fase de desarrollo allí: del rango de 375 kilometros Al-Zafar, del rango de 600 km Al-Kahir, y de aproximadamente 1.000 km al-Raid. Los tres sistemas fueron canceladas cuando el gobierno de Alemania Occidental puso fin a la cooperación en 1966. (2) Sin embargo, a principios de 1970, la Unión Soviética suministró a Egipto con Frog-7 y Scud-B, algunos de los cuales fueron disparados contra Israel en la Guerra de Yom Kipur con poco o ningún efecto. (3)
SRBM Al-Kahir (Egipto)
Egipto se cree que ha producido el Scud-B autóctonamente - quizá modificándolos para ampliar su área de distribución - con cierta ayuda de Corea del Norte. (4) Una mayor Scud-C (denominado "Proyecto T"), con alcance/carga útil de 450 kg km/985, se informa que se han desarrollado y puede estar en servicio. (5) En colaboración con la francesa Société Nationale des poudres et Explosifs (SNPE), Egipto ha desarrollado, producido, y desplegó la Sakr-80 cohetes como un reemplazo de los misiles rana envejecimiento. La fábrica Sakr es responsable de producir las cabezas, los lanzadores y los sistemas de control de fuego para el Sakr-80. Varias cabezas se están desarrollando allí a principios de 1988, incluyendo una cabeza de guerra antiblindaje, una cabeza de guerra antipersonal/ojiva submunición antimaterial, y una ojiva dispersadora de minas antitanques, sin embargo, una ojiva química no fue planeada. (6) Según la prensa de presentación de informes a partir de junio de 1990, China ha firmado un protocolo con Egipto para ayudar a modernizar la fábrica de misiles Sakr, "lo que le permite producir una nueva versión de misiles antiaéreos soviéticos, la superficie-superficie Scud-B y Silkworm y el cohete egipcio Sakr. " (7)
SRBM Condor II
En cuanto a la proliferación de misiles, Egipto, aunque no es un miembro del MTCR, no parece querer la explotación de su supuesta capacidad de producción de misiles en el mercado este tipo de armas. La escasez de recursos puede ser una explicación para las modestas capacidades de misiles de Egipto. Otra puede ser que su fuerza de misiles se ha desarrollado sólo para el nivel necesario para mantener la condición de líder entre los estados árabes y un negociador con Occidente. A medida que el destinatario de dos billones de dólares de ayuda de EE.UU. al año, Egipto tiene una buena razón para elegir la presión diplomática, en lugar de armar a los enemigos de Israel, para conseguir que Israel firme el TNP como parte del proceso de paz en Oriente Medio. Continuar sus esfuerzos diplomáticos así lo demuestran.
Cooperación de misiles de la década de 1980
Fue en la década de 1980 que Egipto inició su primer raid con éxito para la capacidad de producción de misiles. Argentina, Irak y Corea del Norte fueron reclutados todos como ayudantes. El primer paso de Egipto fue enviar al menos dos de sus misiles Scud soviético suministrados a Corea del Norte para ingeniería inversa. A cambio de los misiles, Pyongyang accedió a ayudar a construir misiles Scud a El Cairo por su cuenta. Corea del Norte proporcionó documentos técnicos, planos y un amplio acceso al propio programa de producción de misiles Scud de Corea del Norte.
Al mismo tiempo que estaba trabajando con Corea del Norte, Egipto comenzó un proyecto secreto con Argentina e Irak para construir un misil de 1.000 kilómetros de rango conocido como el Cóndor II en la Argentina y el Badr-2000 en Egipto. "El objetivo era desarrollar un misil en la Argentina y luego pasar el libro de cocina a Egipto e Irak", dice un conocedor funcionario de EE.UU.. El proyecto comenzó en 1982, con la promesa de Egipto de ayudar a la Argentina con la tecnología y a Iraq de pagar las facturas. El Condor-II/Badr-2000 era un misil de dos etapas de combustible sólido diseñado para volar 800-1.200 kilómetros con una carga útil de 500 kg.
El trabajo sobre el Cóndor II comenzó en un sitio cerca de Falda del Carmen, en las Sierra Chicas (provincia de Córdoba) de la Argentina. Sitios similares se construyeron más tarde en Egipto e Irak. El sitio de Egipto se informa, entre un combustible de misiles y la zona de pruebas en Abu Zaabal y una planta de producción de misiles de Helwan. Argentina, Egipto e Irak adquirieron la tecnología necesaria de una serie de armamento occidental y empresas del sector aeroespacial, principalmente en Alemania e Italia. El proveedor líder de Messerschmitt alemán-Boelkow-Blohm (MBB), había diseñado el predecesor argentino del misil, el Cóndor-I.
Debido a la sensibilidad del proyecto, sus proveedores trataron de ocultar su participación después de 1985. Para llevar a cabo este trabajo, en el Cóndor II fue adquirida por un consorcio de empresas conocidas como "Consenso", entre ellos algunos de los gigantes de la industria europea de defensa. Toda la operación tenía su sede en Munich y se utiliza subsidiarias en el extranjero. Los informes de prensa han vinculado varias empresas de proveedores para el proyecto, incluida la SNIA-BPD, una filial de la italiana Fiat, Transtechnica, una filial de MBB, la empresa francesa Sagem, y la empresa alemana MAN. Cerca de otras 20 personas se reportaron haber jugado un papel en la adquisición de tecnologías para el Cóndor, incluidas las empresas con nombre de Delta Consult, IFAT, Desintec, Projeckt Cóndor y Aerotec.
Además de la adquisición de la tecnología en Europa, Egipto fue de compras para productos sometidos a control en los Estados Unidos. Un genio de California, nacido en Egipto, Abdelkader Helmy, fue contratado por el ministro de Defensa, general egipcio Abdel Halim Abu Ghazala para obtener materiales para el programa de misiles Badr-2000. Helmy se dispuso a exportar materiales restringidos de cohetes de EE.UU. a Egipto. Pero el plan se frustró en junio de 1988, cuando un oficial del ejército egipcio fue detenido en Baltimore cuando intentaba cargar ilegalmente "carbono-carbono" en un avión de transporte militar con destino El Cairo. Un año más tarde, Helmy se declaró culpable de un cargo de exportar ilegalmente alrededor de 420 libras de carbono-carbono. El carbono-carbono se utiliza en la fabricación de los conos de ojiva del cohete, boquillas y protectores de calor en los vehículos de reentrada. Se mejora la precisión de los misiles mediante la protección del cono de la nariz del tremendo calor por fricción causados durante el reingreso de la atmósfera. El gobierno egipcio insistió en la inmunidad diplomática para los oficiales egipcios que estaban implicados. Pero Helmy fue condenado en junio de 1989 a 46 meses de prisión y una multa de más de $ 350.000. También fue condenado a perder la mayor parte de lo que dijeron los fiscales fueron de US $ 1 millón en pagos realizados por agentes de inteligencia de Egipto a través de bancos suizos. James Huffman, un asociado de Helmy, quien había ayudado a organizar la exportación, fue condenado a 41 meses de prisión y una multa de $ 7,500. El juez de distrito de EE.UU. que conoció del caso en California, según los informes se describe el régimen de Helmy para adquirir el material confidencial de misiles de EE.UU. como una "gran conspiración compleja e intrincada", elaborado por Egipto con el apoyo financiero de Irak. El Presidente Mubarak echó a Abu Ghazala, en abril de 1989, pero las reacciones oficiales de América y de Egipto en este incidente fueron silenciados. El incidente no afectó a los $ 2 mil millones en ayuda militar y económica para Egipto de cada año a partir de los Estados Unidos.
Al mismo tiempo, Helmy estuvo activo en los Estados Unidos, expertos egipcios en misiles estaban en Irak trabajando en el Cóndor II. Desde 1987 hasta la invasión iraquí de Kuwait en 1990, los expertos egipcios estuvieron trabajando junto a los iraquíes en un complejo de misiles a unos 40 kilómetros al sur de Bagdad. En agosto de 1989, una explosión en el sitio mató a cientos de trabajadores, incluidos a los ingenieros militares egipcios. La cooperación de misiles egipcios e iraquíes incluyó el trabajo sobre la ampliación del alcance de los misiles Scud y en el Cóndor II. Como parte del acuerdo de El Cairo había planeado siempre para importar los medios para producir su propia versión, el Badr-2000. Egipto recibió una tecnología de Argentina y comenzó a construir sus propias instalaciones de producción, pero la tecnología crítica faltaba a finales de 1980. Jane's Defence Weekly informó de que un 1988 "prueba simulada" en la Argentina, que incluyó los ensayos de preparación de lanzamiento y de software, mostró que el Cóndor tenía problemas técnicos importantes. Su desarrollo no fue completado cuando, bajo la presión de los Estados Unidos, la Argentina decidió cancelar su participación en el proyecto en 1990.
"Afortunadamente, hemos diseñado la desaparición del Cóndor en Argentina antes de que el libro de cocina o planos estuviesen listos", dice un funcionario de EE.UU.. Si bien Argentina está ahora fuera de la empresa Cóndor, los funcionarios de EE.UU. dicen el Informe de Riesgo de que Irak y Egipto no puede estar. "En Egipto, el Cóndor [Badr-2000] nunca ha muerto del todo, pero es en apoyo a la vida - una enfermera vigila los signos vitales y una investigación está siendo conducido, pero la reanimación completo es poco probable", dice un funcionario del Departamento de Estado. El alcance de la cooperación de misiles secretos de Egipto con Irak antes y después de la Guerra del Golfo todavía no se sabe. El Cairo ha negado las solicitudes de información sobre el Cóndor II de los inspectores de la ONU en Irak, encargado de la vigilancia continua de Saddam esfuerzos de misiles.
La prioridad principal de misiles de Egipto ha pasado de la Condor/Badr-2000 a la simple tecnología Scud, que Egipto sigue adelante con todo su vigor. El programa Scud está recibiendo infusiones constante de equipo, tecnología y capacitación. A principios de este año, de inteligencia de EE.UU. detectado varios envíos de misiles de Corea del Norte a Egipto. De acuerdo con la CIA (Agencia Central de Inteligencia) Informe citado en el Washington Times, en junio, Pyongyang ha hecho al menos siete cargamentos de materiales para los misiles Scud-C, incluyendo las hojas de acero y equipo de apoyo. Las transferencias se llevó a cabo en marzo y abril y la CIA fue citado diciendo que "podría permitir a Egipto para iniciar Scud-C la producción en serie."
La meta de Egipto es construir su propia versión de los Scud-C de Corea del Norte, que puede volar hasta 600 kilómetros dependiendo de la carga útil, y tiene una mejor precisión que el Scud-B. Esto permitiría a Egipto para alcanzar objetivos en Israel, así como en Libia, Sudán y Siria. De acuerdo con funcionarios de EE.UU., Egipto se acerca rápidamente el éxito. "Es seguro asumir que Egipto ha logrado mejorar el alcance de sus misiles Scud," un funcionario de EE.UU. dice el Informe de Riesgo.
Antes de la votación por parte de 171 naciones en 1995 la ampliación del Tratado de No Proliferación Nuclear, Egipto lanzó una campaña de alta visibilidad para presionar a Israel a firmar el Tratado. Desde los inicios de su programa nuclear en la década de 1960, Israel ha fomentado una deliberada ambigüedad sobre si se ha desarrollado y desplegado operativos de armas nucleares y se ha negado a ser un signatario del TNPN. Esta ambigüedad ha permitido a Israel mostrar su espada de Damocles nuclear sobre cualquier estado árabe que sea potencial amenaza con armas de destrucción masiva, mientras que preserva la libertad de las restricciones del TNPN. A pesar de las primeras pruebas creíbles de que Israel tenía la intención de convertirse en un estado de armas nucleares y el voto de Nasser que, en respuesta, Egipto sería "lograr armas atómicas a toda costa," Egipto parece no haber hecho ningún esfuerzo significativo para asignar recursos o buscar ayuda externa en el desarrollo de una armas de capacidad nuclear. (12) Tampoco hay pruebas de que Egipto haya intentado desarrollar ojivas químicas o biológicas. Por lo tanto, Egipto no muestra ninguna intención de convertir su Scud-Bs y Cs-en armas de destrucción masiva.
Para el año 2000, si la cooperación de Corea del Norte Egipto sigue en su nivel actual, Egipto también podría tener acceso a más avanzadas misiles "Nodong" de Corea del Norte. Pyongyang es ya el intercambio de tecnología Nodong con Irán. El Nodong es un misil de mediano alcance que fue probado por primera vez en 1993 en el Mar de Japón. Si Pyongyang no ayuda a El Cairo a construir grandes misiles como el Nodong, el Gobierno de los EE.UU. pueden sentir más presión para intervenir. Pero es más fácil para Washington para sancionar a Corea del Norte, como lo hizo en 1992 para la venta de misiles a Irán, que para castigar a Egipto, un aliado con estrechos vínculos militares de EE.UU.. Un funcionario de EE.UU. admite que "es más fácil para que nos concentremos en los estados canallas como Irán, Irak y Corea del Norte que para hablar de nuestros amigos como Egipto o Israel."
Fuente 1
Defence Talk
jueves, 23 de abril de 2015
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