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sábado, 31 de mayo de 2025

Argentina: Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOE)

El Comando Conjunto de Operaciones Especiales de Argentina: Conjuntez para la mayor eficacia

Entrevistamos al capitán de navío Eloy Eguren, Comandante Conjunto de Fuerzas de Operaciones Especiales, sobre el rol que cumple este nuevo comando para estandarizar la doctrina y el equipamiento de las Fuerzas de Operaciones Especiales en la Argentina, de manera de potenciar sus capacidades y cumplir su misión de una manera más eficaz.


Por Santiago Rivas || Pucara Defensa


En el año 2017 se creó el Comando Conjunto de Fuerzas de Operaciones Especiales (CCFOE) dentro del ámbito del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina. Entrevistamos a su actual comandante, capitán de navío Eloy Eguren, sobre cómo nace el comando, su misión y cómo viene trabajando en la estandarización de la doctrina, procedimientos y equipamiento de las distintas Fuerzas de Operaciones Especiales.



Pucará Defensa: ¿Cómo se llega al Comando Conjunto de Fuerzas de Operaciones Especiales?

Capitán de navío Eloy Eguren: Lo primero que hay que tener en cuenta es que en el mundo hay dos aspectos de las organizaciones militares que han crecido enormemente. Uno de ellos es el accionar militar conjunto; nada en las organizaciones militares contemporáneas occidentales se concibe en el marco específico, todo tiene que ser conjunto. Está comprobado que lo conjunto es lo que funciona, no se puede pensar en operaciones en las que no haya integración conjunta.

Paralelamente hay un crecimiento de la importancia de las operaciones especiales. Si tomamos la historia de las guerras, ha habido siempre fuerzas pequeñas que hacían operaciones muy puntuales, difíciles, pero que tenían un impacto desproporcionado con respecto a la cantidad de gente que estaba involucrada. En la Segunda Guerra Mundial aparecen, en la mayoría de los beligerantes, unidades específicas, con un adiestramiento y capacidades especiales que desarrollaron múltiples acciones contribuyentes a los grandes empleos de fuerzas navales, aéreas y terrestres. Ahí las operaciones especiales dan el gran salto y se institucionalizan, es decir, todos los países modernos comenzaron a mantener en forma activa y permanente unidades de operaciones especiales específicas.

En la Argentina, cada fuerza mirando algún espejo de países más avanzados, con mayor experiencia de guerra, toma estas ideas, en general entre los años 50 y 60.

Los más antiguos son los buzos tácticos, que se nutren de un instructor italiano, veterano de la Segunda Guerra Mundial, integrante de la legendaria Decima Flottiglia MAS (Decima Flottiglia Mezzi d’Assalto (Décima Flotilla de Vehículos de Asalto) que empieza a trabajar en la Base Naval Mar del Plata y desarrollar los primeros cursos de buceo táctico a mediados de los 50.

En el caso de la Infantería de Marina, como los Marines eran de donde sacábamos la mayor cantidad de experiencia y doctrina, se empiezan a organizar elementos de reconocimiento anfibio, que, andando el camino, pasan a denominarse Comandos Anfibios, también en Mar del Plata. Es decir, se podría decir que en Mar del Plata nacen las fuerzas de operaciones especiales de la Argentina.

En cuanto al Ejército, el año que viene se van a cumplir 60 años de la impartición del primer curso de comandos en 1964. Con el contacto permanente con el Ejército de Estados Unidos, toman el ejemplo de los Rangers.

Entre los años 1968 y 1973, el curso de comandos extendió su duración a 45 días, dividido en etapas que se desarrollaban en Campo de Mayo, Mazaruca, Córdoba, Bariloche, Tartagal y Mar del Plata.

En 1971, se creó oficialmente la Aptitud Especial de Comandos y se adoptó el actual brevet de la aptitud, se inició un período de intercambios y capacitaciones para adquirir experiencia en otros países como: Colombia, Brasil, Perú y Estados Unidos.

A partir de 1974 se adoptó la estructura actual del curso, con una duración de cuatro meses, dividido en etapas: básica, paracaidista, anfibia, montaña y monte, siempre bajo la órbita de la Escuela de Infantería.

En el año 1978, se creó en el ámbito de la Escuela de Infantería la primera unidad especial del Ejército, denominada Halcón 8, que tenía la finalidad de dar seguridad anti-terrorista durante el mundial de fútbol.

Hago hincapié en el curso de comandos del Ejército porque éste desde un principio tuvo egresados que eran de otras fuerzas. De hecho, el primer muerto en la Guerra de Malvinas es el capitán de corbeta IM Giachino, comando anfibio, quien, además de la capacitación específica recibida en la Armada, había realizado el curso de comandos.

A partir de la década del 90, el curso pasa a ser conjunto. En la actualidad, además de las etapas propias del Ejército ya mencionadas, la Armada conduce la etapa anfibia y la Fuerza Aérea la de búsqueda y rescate en combate.

Hablando de los orígenes del Grupo de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea, en 1980 se organiza el primer grupo, que incluso es desplegado en la Guerra de Malvinas. A lo largo del tiempo, fue creciendo en importancia y agregando funciones, pero siempre manteniendo una única Unidad y dependiendo del máximo nivel operativo de la Fuerza.



PD: Ya que menciona la Guerra de Malvinas ¿Qué nos puede decir al respecto de las unidades de Operaciones Especiales Argentinas?

EE: En la Operación Rosario participaron ambas unidades de la Armada, la Agrupación de Buzos Tácticos y la Agrupación de Comandos Anfibios, llevando con éxito tareas relevantes dentro del marco de la operación, y, de hecho, las únicas bajas propias son de personal perteneciente a las mismas.

Producida la recuperación del Archipiélago, el Ejército creó la Compañía de Comandos 601 sobre la base del equipo Halcón 8, la cual fue desplegada de inmediato. A ésta le siguió la Compañía de Comandos 602. Ambas subunidades desarrollaron una enorme cantidad de misiones de todo tipo. La Armada destacó una sección de Comandos Anfibios e incluso la Gendarmería Nacional destacó al Grupo Alacrán. En numerosas acciones todas estas fracciones fueron empleadas con unidad de comando, es decir que el accionar conjunto se plasmó en combate. Y todas mostraron que el adiestramiento recibido fue diferenciador, hicieron una generosa ofrenda de sangre y valentía a través de numerosos muertos, heridos y condecorados, y estuvieron a la altura de las circunstancias, tanto en lo profesional como en lo espiritual.

Volviendo a la pregunta anterior, entonces, para nosotros esto de ‘conjuntizar’ las fuerzas de operaciones especiales no es algo difícil, porque todos los que hicimos nuestro curso específico tenemos experiencia de haber tenido capacitaciones, instrucción particular o haber participado en ejercicios, desde el desde el inicio de nuestra formación, con otra fuerza. Eso nos facilita muchísimo el entendimiento y, por las mismas características de los cursos, la intensificación del compañerismo hace que esos vínculos se mantengan a lo largo del tiempo. Y, cuando somos más antiguos, nos facilita enormemente establecer coordinaciones y hacer acuerdos para realizar adiestramiento o cualquier tipo de actividad en el marco conjunto. Todo se resuelve mucho más rápido.


PD: Además, ustedes siempre trabajan en todos los ámbitos, en el agua, en el aire y en tierra.

EE: Hay una cosa para particular que caracteriza a las fuerzas de operaciones especiales es que todos los que conforman las fuerzas de operaciones especiales son voluntarios y se someten a ese tipo de entrenamiento porque quieren. Aspirar a tener una mejor condición de soldado, a desempeñar tareas más riesgosas, es decir, a distinguirse de alguna manera. Se toma normalmente como un desafío personal profesional, superar los estándares normales en algún tipo de exigencia.

Particularmente en la Argentina, si bien cada fuerza tiene su ámbito de operación o sus particularidades, todas las unidades desarrollan, en términos generales, la misma cantidad de capacidades: todos son paracaidistas, todos tienen adiestramiento anfibio, todos hacen etapas de formación en ambientes geográficos particulares, como el monte o la montaña. Hay un montón de técnicas comunes, esas vivencias que uno desde el inicio empieza a adquirir y que nos acompañan durante toda la carrera, son comunes. Lo que nos diferencia es la especialización en algún tipo de técnica, por una facilidad de medios o por estar desplegado en un ambiente geográfico particular.

No es que todos hagan lo mismo de la misma manera, pero sí que todos tienen cierta capacidad de adiestramiento para operar en las diversas formas posibles que tienen las fuerzas de operaciones especiales.

Todo esto contribuye a que el accionar militar conjunto de las fuerzas de operaciones especiales sea mucho más fácil.

Después de Malvinas, la impronta que se le puso a las Fuerzas Armadas de tender hacia lo conjunto y, por otro lado, el crecimiento generalizado de las fuerzas de operaciones especiales, terminan llevando a la creación del Comando Conjunto de Fuerzas de Operaciones Especiales.



PD: ¿Cómo es la evolución post Malvinas?

EE: Como ya lo mencioné, en el ámbito del Ejército, apenas desatado el conflicto, se crea la Compañía de Comandos 601, y a las pocas semanas se activa la Compañía 602 e inclusive se convocó una Compañía 603, que no alcanzó a ser desplegada a Malvinas. Terminada la contienda se desactivan las últimas dos, quedando solamente la 601. En 1999 se activa nuevamente la 602 y a fines del 2005 se crea la Agrupación Fuerzas de Operaciones Especiales, es decir, el Ejército crea un elemento de comando a cargo de un oficial superior con un Estado Mayor, para conducir las unidades de comando que existían hasta ese momento y que se fueron creando a partir de esa activación de la Jefatura de Agrupación. De hecho, el Ejército vuelve a activar la compañía 603, crea una nueva especialización, que es la de fuerzas especiales, distinta de los comandos, crea una unidad de apoyo logístico específica para operaciones especiales y crea una compañía de buzos de Ejército capacitados en operaciones especiales.

Esa agrupación es la que empieza a desarrollar actividades conjuntas aglutinadoras con las unidades de las otras fuerzas. Es la primera que empieza a pensar en la ejecución de operaciones especiales en forma conjunta. Esta Jefatura empieza a organizar seminarios, discusión de temas, hablar sobre equipamiento común, y empieza a desarrollar una serie de ejercicios que se denominan Castor, que ya van por la edición número diez.


PD: ¿Son anuales?

EE: Es anual, casi todos los años se ha dado con ejecución en el terreno. Se elige un ambiente geográfico particular, se convoca a las unidades y se cumple una misión en la cual todos intervienen en forma integrada, cumpliendo cada una su misión particular. Siempre cuentan con el apoyo de aeronaves para poder lanzarlos en paracaídas, normalmente de la Fuerza Aérea. Si es cerca del litoral marítimo o de los grandes ríos, con apoyo de buques de la Armada, es decir, no solo trabajan integradamente las unidades de operaciones especiales, sino que lo hacen también unidades de propósito general de las fuerzas, que prestan los apoyos para que las operaciones se puedan ejecutar. Para esas ejercitaciones se creaba una Agrupación Conjunta de Operaciones Especiales, que se puede decir que es el embrión del Comando Conjunto.

Avanzar en la conjuntez viene también de la mano de que en el año 2006 el gobierno redefinió una serie de empleos de las Fuerzas Armadas y hay un concepto que se estableció y que hoy está totalmente en vigor, qué es que las Fuerzas Armadas adiestran, alistan y sostienen y el que opera es el Estado Mayor Conjunto. Es decir, no hay más operaciones militares específicas, todas las operaciones son conjuntas.

Siguiendo esta misma impronta, el Estado Mayor Conjunto crea el Comando Operacional para que conduzca las operaciones en tiempo de paz, operaciones convencionales o especiales.

Al cabo de unos años de desarrollo del Comando Operacional, se determinó que había algunos aspectos de operaciones particulares que debían ser conducidas por comandos conjuntos dependientes de éste. Por eso, por ejemplo, se activa en forma permanente el Comando Conjunto Antártico y también se creó el Comando Conjunto Aeroespacial, el Comando Conjunto de Ciberdefensa, y más recientemente el Comando Conjunto Marítimo.

En el año 2017 el Jefe del Estado Mayor Conjunto de ese momento, el general Bari del Valle Sosa, ordena la conformación de una serie de comisiones de estudio para analizar diversos problemas para profundizar la conjuntez y, entre esas comisiones, una se dedicó a estudiar la conveniencia o no de un Comando Conjunto de Fuerzas de Operaciones Especiales y qué características debía tener. Con la participación de representantes de todas las fuerzas se analizó detalladamente la misión funciones y tareas que el mismo debía tener y se propuso una organización tentativa. Lo pusimos a consideración del Jefe de Estado Mayor Conjunto y finalmente a través de una Resolución, el Ministro de Defensa aprobó la creación del CCFOE.

Fue a fines del 2017, y la prueba de fuego del comando, cuyo primer comandante era el entonces Coronel Berredo, actual Comandante Operacional, fue dentro del marco de la cumbre del G20 realizada en Buenos Aires a fines del 2018. El presidente ordenó la conformación de una fuerza conjunta de rescate de rehenes que estuviera a la orden, alistada para actuar en caso de que se produzca algún problema con las delegaciones que vinieron de todos los países.



PD: Fue la primera operación.

EE: Exacto. La primera operación real que concretó el CCFOE, y como en ese momento tenía una escasa estructura, el comando de la operación lo asumió el comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido del Ejército, que en ese momento era el general Paleo.

Se trasladaron todas las unidades especiales, tanto de la Armada como de la Fuerza Aérea y del Ejército a Buenos Aires. Se planificó operar en los distintos lugares donde podían ser empleadas, se alistó todo el material. Se trabajó sobre previsiones de emplearlas en tierra utilizando medios aéreos y navales de superficie, es decir, con todas las variantes de posibilidades que tienen las unidades de operaciones especiales en cuanto a sus capacidades para llegar a los objetivos.

A partir del fin de ese año se designa a un nuevo comandante que empieza a armar esta estructura, a escribir la doctrina, a capacitar a la gente y a conducir el adiestramiento militar conjunto. Transcurridos cinco años se ha avanzado mucho.


PD: ¿Cómo se ha ido haciendo esa integración?

EE: El lugar de la Agrupación FOE del Ejército, lo pasó a ocupar el CCFOE cuando se crea el 28 de diciembre del 2017, y a partir del 2019 se hizo cargo de planificar, organizar y conducir los Ejercicios “Castor”. La misión concretamente que nos asignan es ‘conducir las operaciones especiales en situación de crisis o conflicto armado, a fin de contribuir al cumplimiento de los objetivos impuestos por el nivel estratégico militar’. Si hay un tipo de elemento al que rápidamente se le puede echar mano para que solucione una crisis son las fuerzas de operaciones especiales. Hay un comandante que tiene un Estado Mayor, que conoce las unidades que le pueden poner a disposición, y que está en capacidad de planificar cualquier tipo de operación en una crisis para dar una respuesta inmediata a algún requisito del poder político.

La misión no solo dice lo que tienen que hacer, lo que se espera del comando, sino que, acorde con las capacidades que tiene actúe, comande; no se puede esperar a que se a que se haya desatado un conflicto para activarlo.

En la paz, el CCFOE cumple funciones de adiestramiento conjunto, de establecer la doctrina conjunta y de estandarizar el equipamiento. Vayamos primero al adiestramiento, todas las unidades de operaciones especiales tienen un nivel de adiestramiento muy bueno, sean de la fuerza que sean. Ahora, cuando hay que hacerlos trabajar en conjunto, hay pequeñas diferencias de procedimientos o de vocabulario o de la forma de realizar alguna cosa, entonces el CCFOE tiene que intervenir.


PD: ¿Para estandarizar?

EE: Absolutamente, una estandarización de procedimientos, es decir, todos saben lo que tienen que hacer, con mínimos márgenes de error, sin confusiones. ¿Se hace necesario normalizar todo? Sí, y para eso el CCFOE realiza periódicamente actividades de adiestramiento conjunto en diversas técnicas, sin necesariamente incluir una situación táctica. ¿Vamos a trabajar en paracaidismo? Entonces convocamos y vamos todos a Córdoba o Bahía Blanca y se normalizan las pequeñas diferencias. Nos nutrimos de la experiencia común, determinamos de común acuerdo y queda como un procedimiento que ya todos utilizan; se saca una circular de conocimiento y cumplimiento obligatorio por parte de las fuerzas. Lo mismo se puede decir con respecto al combate a cuarto cerrado, que también tiene sus pequeñas diferencias.



PD: ¿Había muchas diferencias en procedimientos cuando empezaron?

EE: No, pero cada fuerza tiene su forma de enseñar. Es bueno intercambiar opiniones y ver lo que hace cada fuerza, y de común acuerdo seleccionar la mejor. Eso hace que no solo se estandarice, sino que crezca el nivel de adiestramiento general y facilita la operación conjunta.

Eso en cuanto al adiestramiento en técnicas. Después, cuando hacemos ejercicios de adiestramiento en tácticas, que ya trabajamos las unidades sobre un mismo sistema o varios objetivos en forma simultánea, vamos a otro tipo de estandarización, a los procedimientos de planeamiento, de comunicaciones, a cómo enlazarnos con cada una de las fuerzas subordinadas, cómo coordinar los efectos de cada una de las unidades, aunque estén muy dispersas en el terreno.

Todas esas tareas que parecen de pequeña magnitud son de una enorme fortaleza, porque preparan a estas unidades para operar en forma conjunta con máxima eficacia.

Y a su vez, todo esto también sirve para aunar lazos, porque normalmente el operador de fuerzas especiales tiene una autoestima elevada, se siente satisfecho de sus capacidades, es competitivo. Esa competitividad sana la transformamos en cooperación.

Ese conocimiento personal y profesional en el marco del adiestramiento, sirve muchísimo para derribar un montón de prejuicios o cosas que dañan la eficacia de las operaciones y no tienen sustento.


PD: ¿Cómo ha sido la integración en cuanto a equipamiento?

EE: Con respecto a eso, a partir de este gobierno se inició un proceso de planeamiento del ámbito de la defensa, con una serie de pasos y documentos que llevan al diseño del instrumento militar. Se define claramente qué problemas hay que solucionar y qué tipo de fuerza se necesita para solucionar esos problemas. A diferencia de cada una de las fuerzas, que intervino en el diseño de sus capacidades, presentándolo en el Estado Mayor Conjunto, en el caso de las operaciones especiales ese trabajo lo hizo por completo el CCFOE. Nosotros dijimos qué equipos de comunicaciones van a tener todas las unidades, qué tipo de armamento deben tener, qué tipo de visores nocturnos, por nombrar algunos. Obviamente se busca la congruencia técnica y operacional, que lo que se compre sea compatible entre todos los usuarios, de modo que no haya cosas que, a lo mejor tienen muy buenas características, pero que no pueden ser integradas al ámbito conjunto. Por otro lado, que eso sirva para los fines del diseño general del instrumento militar.

Por esa razón el CCFOE participó en varias ferias internacionales cuya asistencia fue ordenada por el Jefe del Estado Mayor Conjunto, para nutrirse de los últimos adelantos tecnológicos y ponerlos a consideración y decir ‘esto es lo que deberíamos comprar y lo que nos conviene a todos’. Si hay materiales que son específicos de una unidad, no vamos a intervenir, por ejemplo, si los buzos tácticos necesitan ser equipados con minisubmarinos para hacer operaciones puntuales. No todas las unidades de operaciones especiales van a tener minisubmarinos, pero si se va a tratar de que sea compatible para ser operado por buzos tácticos junto con otras con los medios de otras fuerzas sin inconvenientes.


PD: ¿Las compras las hacen ustedes o las fuerzas?

EE: La gestión en gran parte del material de operaciones especiales para utilizar el FONDEF la hace el CCFOE. Hay cosas que las compran las fuerzas, pero hay otras que se compran centralizadas a través del CCFOE, obviamente con la aprobación del Estado Mayor Conjunto. Si no existiese el CCFOE sería mucho más complicado, tiene un claro rol de facilitador.

A nivel adiestramiento, volviendo a ese punto, por ejemplo, el CCFOE también se encarga de facilitar. Por ejemplo, el Ejército necesita ir a ejercitarse a una base de la Armada, se coordina con la otra fuerza la autorización, se ve la posibilidad de incorporar unidades de otras fuerzas, para que se aproveche ese entrenamiento, se puede indicar hacer particular hincapié en determinada técnica que les sirva a todos, es decir, es un facilitador, un orientador. Sirve a su vez para ver el nivel de adiestramiento en determinadas técnicas y siempre tendiendo a la integración.


PD: ¿Cómo evalúan junto con las unidades los cambios doctrinarios?

EE: Por un lado, toda la doctrina de conducción y de planeamiento conjunto de operaciones especiales se desarrolló en el CCFOE y está en vías de aprobación. Además, se desarrolló un curso principalmente destinado a oficiales jefes y superiores de todas las fuerzas capacitados en operaciones especiales, que es un aspecto que no es muy tratado en las escuelas de guerra específicas, ni en la escuela de guerra conjunta. Cubre un vacío importante para decir ‘las operaciones especiales conjuntas se conducen de esta manera o se planifican de esta manera y sirven a la estrategia operacional de esta manera’, es decir que hay toda una educación interna de la comunidad de operaciones especiales y una educación externa a otros elementos que participan de la solución de un problema militar que tienen que conocer cómo operamos nosotros y qué nos pueden ordenar y qué no. No somos un fin en sí mismo, formamos parte de un sistema, por ahí hacemos cosas muy puntuales, chicas, pero que a lo mejor nadie las puede hacer en nuestro lugar. Entonces, qué mejor que los decisores conozcan exactamente cuáles son las capacidades y limitaciones, los alcances que tienen nuestras operaciones, para emplearlas lo más correctamente posible y que beneficie al conjunto en el éxito de la campaña como un todo.


PD: ¿Cómo se denomina el curso?

EE: Se llama Curso Conjunto de Conducción de Operaciones Especiales, es un curso que está también en vías de aprobación en el ámbito conjunto. Destaco además que participan suboficiales que integran las planas o los estados mayores de las unidades y que son potenciales integrantes del CCFOE. Esto ayuda muchísimo a normalizar el vocabulario de cómo se clasifican las operaciones, cuáles son las finalidades, cómo se integran en los niveles superiores. Esto también ha significado un gran avance en el tema doctrinario.


PD: ¿Cómo se trabaja con fuerzas de otros países para poder adquirir doctrina o conocimientos?

EE: El CCFOE desde un principio ha participado en varias ejercitaciones en el extranjero. Por ejemplo, el ejercicio PANAMAX, que desarrolla el Comando Sur de Estados Unidos, en el cual se analiza un problema militar puntual en torno a la libre navegación del Canal de Panamá. Ese comando de fuerza tiene cuatro componentes, terrestre, naval, aéreo y de operaciones especiales. Tanto Estados Unidos como la OTAN manejan siempre las operaciones especiales con un componente separado por diversas razones, porque normalmente son empleados muy tempranamente en el conflicto y porque eso evita que las fuerzas sean utilizadas en cosas que a lo mejor no tienen un gran rédito operacional. Nosotros participamos desde el 2017 en todas las ediciones del ejercicio Panamax, integrando en diversos puestos el comando del componente de operaciones especiales. Eso nos permite visualizar y experimentar cómo es un comando de una coalición de grandes proporciones y ver el vocabulario y los procedimientos de planificación de países que están en el marco de la OTAN o que tienen mucha más experiencia de combate que nosotros.


PD: Les permite ver el equipamiento, la doctrina y cómo se incorpora en la Argentina.

EE: Claro, también tenemos contacto con el Comando Conjunto de Operaciones Especiales de España, que es muy similar a éste. Hemos trabajado con Perú y trabajado con otros países, hay intercambios que nos enriquecen. Es claro que la Argentina ha dado un paso importante y es un precursor en el tema de las operaciones especiales conjuntas, pero el aprendizaje es continuo.


PD: ¿Hay otro país de la región que tenga un comando conjunto?

EE: No de estas características, la mayoría tienen esbozos de trabajo conjunto, pero no existen comandos como tal. Creo que Colombia es el único país latinoamericano, además de Argentina, que tiene un comando conjunto de estas características.


PD: ¿Cuáles son las unidades que dependen operacionalmente?

EE: Ejército tiene la Agrupación de Fuerzas de Operaciones Especiales del cual dependen tres compañías de comando, las 601, 602 y 603, una compañía de fuerzas especiales, una compañía de buzos de operaciones especiales y una compañía de apoyo. La Armada tiene su Agrupación de Buzos Tácticos y la Agrupación de Comandos Anfibios, y recientemente creó un Comando de Fuerzas Navales Especiales, en una situación similar al Ejército, se consideró que era necesario en la Armada aglutinar a las unidades de operaciones especiales y que dependan orgánicamente de ese comandante único y no como se hacía hasta ese momento en que los Buzos Tácticos dependían de la Fuerza de Submarinos y los Comandos Anfibios de la Brigada Anfibia.

LA Fuerza Aérea tiene el GOE, conducido por un oficial superior. Está nucleado en la VII Brigada Aérea en Moreno, muy asociado a donde tienen asientos los helicópteros, porque es el medio primario que ellos utilizan para operar.


PD: ¿Cómo se integra el CCFOE en el empleo del instrumento militar?

EE: El comando conjunto cumple un rol muy importante en lo que es la estrategia defensiva, de restricción de áreas por capas, que es el concepto que ha adoptado el instrumento militar. Las operaciones multidominio, que se desarrollarán sobre las distintas capas y cómo emplear los medios que tiene la nación para una supuesta agresión estatal militar externa. En todas las capas está previsto el uso de unidades de operaciones especiales y este comando va a hacer directamente lo que el comandante de teatro decida para conducir las operaciones especiales.


PD: Ustedes quedarían subordinados al comandante del teatro de operaciones.

EE: Exacto, lo importante de esto es que ya desde la paz funciona aceitadamente, es una enorme ventaja porque ya sabemos las capacidades de las unidades y conocemos el nivel de adiestramiento que tienen. Hemos hecho multitud de ejercicios, para saber en qué empleos nos pueden utilizar y, llegado el caso, es subordinarnos a la autoridad militar que se designe para contribuir a solucionar el problema.

Se conocen las técnicas, las tácticas y las personas y es fundamental, porque eso nos facilita el entendimiento.

Pero también hay que tener en cuenta el empleo en situaciones de crisis. por ejemplo, en la reciente Operación “Regreso Seguro”, conducida por el Comando Operacional para evacuar a los compatriotas argentinos que estaban en Israel, iba un elemento de operaciones especiales a bordo de los aviones.


PD: ¿Del GOE?

EE: Si, del GOE. Principalmente para dar seguridad, pero además, porque pueden hacer muchas otras cosas y facilitar las operaciones, más en un marco absolutamente incierto, en un ambiente complejo, como era el de esa operación. Es imprescindible que hayan participado.


PD: Si bien algunos los vieron como vuelos comunes, se estaba entrando a una zona de guerra.

EE: Exactamente. EL GOE en este caso particular, al igual que el resto de las unidades mencionadas, está compuesto por personal que está habituado a actuar en forma independiente lejos de sus mandos, tienen un entrenamiento para hacer un adecuado uso de la libertad de acción, de aplicar criterios sin recibir órdenes detalladas, ahí está una de las grandes fortalezas que tienen las unidades de operaciones especiales. Están acostumbrados a niveles de riesgo alto, a operar en ambientes complejos. Sobre todo, en ese tipo de operaciones donde cualquier error se magnifica. Entonces ¿conviene tener ese tipo de perswonal que está habituada a operar en ese marco complicado? Sí. A lo mejor son oficiales y suboficiales de baja jerarquía, pero tienen ese entrenamiento particular.


PD: En relación a la recientemente implementada Estrategia de Restricción de Áreas por capas, ¿Qué rol juegan los FOE?

EE: La “Restricción de Áreas por capas”, concepto central inherente de la concepción estratégica militar, busca en primer lugar denegar al enemigo el acceso al teatro de operaciones, accionando sobre el mismo desde las más largas distancias y; en caso de que el agresor logre ingresar, negarle el control efectivo de áreas consideradas estratégicamente críticas.

Por las mismas capacidades de las FOE, pueden operar en ámbitos aislados, con gran autosuficiencia, sobre la base de la austeridad logística y resistencia que las caracteriza. Siempre generan una relación costo – beneficio que resulte favorable.

Sus efectos se potencian al integrarse sin inconvenientes en todos los dominios. Su capacidad para infiltrarse en cualquier tipo de terreno, permaneciendo “invisibles”, junto al empleo de medios satelitales, están en capacidad de obtener, transmitir y proveer información en tiempo real, y esto resulta fundamental para agilizar el proceso de toma de decisiones en todos los niveles. Sus efectos se harán sentir a través del conocimiento acabado de la propia geografía, potenciando el alcance efectivo de las armas letales y no letales, a través de un control efectivo y adelantado de las mismas.

Siempre podrán contribuir a limitar al agresor accionando sobre sus vulnerabilidades críticas y así degradar su capacidad para combatir y, principalmente, en su aptitud para controlar el espacio que ocupa, pasando a denegarle áreas críticas de importancia estratégica y operacional por períodos cortos. E inclusive, llegado el caso, recuperar objetivos de alto valor, cuando hayan caído en poder del agresor.

Además, como multiplicador de fuerzas, las FOE están en condiciones de operar con fuerzas locales, por lo que resulta fundamental el adiestramiento previo en coordinación con otras agencias, ya sean gubernamentales o privadas.

Finalmente, quiero aclarar que todo esto es posible principalmente por la elevada motivación de nuestras unidades, su actitud profesional y proactiva, las características de nuestro personal hasta en las más bajas jerarquías, habituado a hacer uso de la libertad de acción y de la iniciativa, sumado a una silenciosa y humilde contracción a todos los detalles que hacen a nuestra profesión, movidos por un espíritu de cuerpo formidable.

En síntesis, las FOE han ganado su lugar es todas las organizaciones por propio derecho, y sin lugar a dudas tienen un futuro promisorio, lleno de desafíos profesionales.


lunes, 10 de febrero de 2025

Guerra de Vietnam: Las misiones de la MAC-SOG


Equipo MACV-SOG en Vietnam siendo extraído por un helicóptero CH-53 Sea Stallion via SPIE, 1970.

Dentro de las Misiones Atrevidas de MACV-SOG, Fuerzas Especiales Estadounidenses en Vietnam

El vigésimo escuadrón de operaciones especiales de la Fuerza Aérea fue apodado los "avispones verdes". Volaron los Sikorsky CH-3C y CH-3E y Bell UH-1F/P Huey.

por Stavros Atlamazoglou ||  The National Interest

Esto es lo que debe recordar:  algunas misiones notables de SOG incluyen Operation Tailwind, una operación de Hatchet Force en Tailandia y una de las misiones más exitosas en la historia de SOG; la operación de Acción de Gracias, cuando el equipo de seis hombres del operador SOG John Stryker Meyer encontró y evadió a 30.000 norvietnamitas; la misión de Navidad, cuando el equipo de Meyer fue a Laos para destruir un oleoducto de combustible, pero casi fue quemado vivo por rastreadores norvietnamitas que incendiaron la jungla; Operation Thundercloud, en la que SOG reclutó y entrenó a tropas norvietnamitas capturadas y las envió a operaciones de reconocimiento al otro lado de la frontera vestidos como sus antiguos camaradas; y la misión de octubre de 1968 de Recon Team Alabama, que causó la friolera de  9.000  norvietnamitas muertos o heridos en acción.

Si alguna vez un conflicto en la historia de EE. UU. vino con equipaje, tiene que ser la Guerra de Vietnam. Aunque el servicio y las acciones de los millones de estadounidenses que lucharon en el sudeste asiático han sido lentamente reconocidos, la impopularidad de la guerra en ese momento, y durante muchos años después, dejó una cicatriz en la sociedad estadounidense. Esta impopularidad también significó que hombres y unidades extraordinarios, como el Grupo de Estudios y Observaciones de Vietnam del Comando de Asistencia Militar (MACV-SOG), han caído en las grietas de la conciencia de Estados Unidos, y solo son conocidos por algunos viejos camaradas, sus familias, y un puñado de entusiastas de la historia militar.

El MACV-SOG, que suena inocuo, es una de esas organizaciones, aunque su oscuridad también tiene que ver con su naturaleza altamente reservada.

Los operadores de SOG llevaron a cabo algunas de las operaciones especiales más impresionantes de toda la guerra; incluyendo algunos que parecían desafiar la lógica misma. Como las sucesivas administraciones estadounidenses afirmaron que no había tropas estadounidenses fuera de Vietnam del Sur, varios cientos de tropas de operaciones especiales lucharon contra todo pronóstico y contra un enemigo que siempre disfrutó de una ventaja numérica que a veces excedía una proporción de 1:1000.  

La unidad más secreta de la que nunca has oído hablar

Activada en 1964, MACV-SOG era una organización de operaciones especiales conjuntas encubiertas que realizaba operaciones transfronterizas en Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam del Norte.

Compuesto por operadores de las Fuerzas Especiales del Ejército,  Navy SEAL , Recon Marines y Air Commandos, SOG también trabajó en estrecha colaboración con la Comunidad de Inteligencia, a menudo ejecutando misiones a pedido de la CIA.

Durante su guerra secreta de ocho años (1964-1972), SOG llevó a cabo algunas de las operaciones especiales más atrevidas en la historia de EE. UU. y plantó la semilla para la creación del Comando de Operaciones Especiales de EE. UU. (SOCOM) y el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC).

El principal campo de batalla y enfoque de SOG fue el infame sendero Ho Chi Minh, un complejo que se extiende por cientos de millas por encima y por debajo del suelo, desde Vietnam del Norte a través de Laos y Camboya hasta Vietnam del Sur, que los norvietnamitas y el Vietcong usaron para impulsar su lucha en el sur. .

Lo peculiar de las operaciones SOG fue el hecho de que ocurrieron donde se  suponía que las tropas estadounidenses no debían estar . Las sucesivas administraciones estadounidenses habían insistido en que no había tropas estadounidenses operando fuera de Vietnam del Sur.

Los comandos SOG, por lo tanto, no usaban etiquetas de nombre, rango o cualquier otra insignia que pudiera identificarlos como estadounidenses. Incluso sus armas no tenían números de serie.

El deber en SOG era voluntario y estrictamente confidencial. A las tropas SOG no se les permitía revelar su ubicación, misiones o cualquier otro detalle relacionado con su equipo encubierto y no podían tomar fotografías, como todos los buenos comandos. Sin embargo, SOG rompió esa regla con frecuencia, como sugieren las numerosas imágenes de la época. Pero en lo que respecta al público en general, cada uno de ellos era solo otro soldado estadounidense que luchaba contra el comunismo en Vietnam.

SOG estaba comandado por un coronel del Ejército, llamado "Jefe SOG", que reflejaba el predominio de los Boinas Verdes en la organización, y se dividía en tres secciones geográficas: Comando y Control Norte (CCN), Comando y Control Central (CCC) y Comando y Control. Control Sur (CCS).

El servicio en la unidad fue  muy selectivo . No solo reclutó únicamente de unidades de operaciones especiales, sino que el riesgo inherente requería que todos tuvieran que ser voluntarios. Aproximadamente 3,2 millones de estadounidenses sirvieron en Vietnam. De ese número, alrededor de 20,000 eran Boinas Verdes, de ellos, solo 2,000 sirvieron en SOG, con solo  400 a 600  ejecutando operaciones de reconocimiento y acción directa.

El servicio en SOG vino con un acuerdo tácito de que recibirías un Corazón Púrpura o una bolsa para cadáveres. SOG tuvo una tasa de bajas del 100 por ciento : todos los que sirvieron en SOG resultaron heridos, la mayoría varias veces, o murieron. Y hasta el día de hoy, 50 SOG Green Berets siguen desaparecidos en acción.

Nuestra “Gente Pequeña

Lo que permitió las operaciones de SOG fue un suministro constante de combatientes locales leales y feroces que odiaban apasionadamente a los norvietnamitas y, a veces, entre sí. Estos guerreros locales trabajaron con los comandos estadounidenses como mercenarios. La "gente pequeña", como los llamaban cariñosamente los estadounidenses, demostró su valía en el campo, contra viento y marea, una y otra vez.

Estas fuerzas socias locales incluían montañeses, vietnamitas del sur y nungs chinos, entre otras tribus y etnias. De hecho, los mercenarios locales componían la mayoría de los equipos de reconocimiento SOG y las Fuerzas Hatchet (más sobre ellos más adelante). Por ejemplo, la mayoría de los equipos de reconocimiento realizarían operaciones transfronterizas con entre dos y cuatro estadounidenses y entre cuatro y nueve mercenarios locales. Los lugareños tenían una extraña habilidad (algunos operadores SOG dirían un  sexto sentido ) para detectar el peligro. Esta habilidad los convertía en hombres clave perfectos durante las operaciones de reconocimiento. 



Por lo general, al iniciar una operación de reconocimiento transfronteriza, los equipos SOG entrarían en una "cuarentena" previa a la misión, al igual que lo hacen los destacamentos operativos de las Fuerzas Especiales del Ejército de hoy en día antes de desplegarse.
Durante este período de cuarentena, comían la misma comida que los norvietnamitas, principalmente arroz y pescado, por lo que ellos, y sus desechos humanos, podían oler como el enemigo mientras estaban en la jungla.

Hoy en día, donde las bebidas antes del entrenamiento y las energéticas son casi obligatorias, incluso en operaciones activas, tales medidas pueden sonar extravagantes. Pero en una noche sin luna, en medio de la jungla camboyana, rodeado de miles de rastreadores y tropas norvietnamitas, algo tan trivial como tu  olor  podría marcar la diferencia entre que un equipo SOG sea aniquilado o regrese a casa.

Las tropas locales, que tenían un gran conocimiento del entorno operativo, fueron cruciales para la supervivencia de muchos equipos de reconocimiento SOG. Cuando terminó la guerra, algunos de ellos, como el  legendario “Cowboy”,  lograron escapar a Occidente y venir a EE.UU.

Operaciones especiales que desafían a la muerte

SOG se especializó principalmente en reconocimiento estratégico, acción directa, sabotaje y búsqueda y rescate en combate.

Aunque el conjunto de misiones principal de SOG era el reconocimiento estratégico a través de sus equipos de reconocimiento, también se especializó en operaciones de acción directa, como incursiones y emboscadas. Para estas operaciones más grandes, había diferentes equipos dentro de SOG.

Las "Fuerzas Hacha" se especializaron en redadas y emboscadas, pero también actuaron como una fuerza de reacción rápida para los equipos de reconocimiento. Por lo general, las Fuerzas Hacha eran del tamaño de un pelotón y estaban compuestas por cinco estadounidenses y 30 tropas indígenas. A veces, varias fuerzas de hacha se combinaban para crear un elemento del tamaño de una empresa, llamado "Havoc" o "Hornet", que podía ser muy eficaz contra los centros logísticos o los cuarteles generales enemigos conocidos.

Además de las Fuerzas Hacha, también estaban las compañías “SLAM”, que significan Buscar, Localizar, Aniquilar, Monitorear/Misión, que eran compañías SOG de tamaño completo con unas pocas docenas de estadounidenses en roles de liderazgo y unos cientos de mercenarios indígenas que SOG había reclutado.  

Los primeros equipos de reconocimiento SOG se llamaron "Equipos Spike" (ST), por ejemplo,  ST Idaho , con el término "Equipos de reconocimiento" (RT), por ejemplo, RT Ohio, que se hizo más popular más adelante en la guerra. Por lo general, los comandos SOG nombraron a los equipos según los estados de EE. UU., pero también usaron otros títulos, como "Bushmaster", "Adder" y "Viper". El número de equipos de reconocimiento activos fluctuó a lo largo de la guerra, reflejando bajas y una demanda creciente. Por ejemplo, en un momento, CCC dirigió casi 30 equipos de reconocimiento.

Algunas misiones notables de SOG incluyen Operation Tailwind, una operación de Hatchet Force en Tailandia y una de las misiones más exitosas en la historia de SOG; la operación de Acción de Gracias, cuando el equipo de seis hombres del operador SOG John Stryker Meyer encontró y evadió a 30.000 norvietnamitas; la misión de Navidad, cuando el equipo de Meyer fue a Laos para destruir un oleoducto de combustible, pero casi fue quemado vivo por rastreadores norvietnamitas que incendiaron la jungla; Operation Thundercloud, en la que SOG reclutó y entrenó a tropas norvietnamitas capturadas y las envió a operaciones de reconocimiento al otro lado de la frontera vestidos como sus antiguos camaradas; y la misión de octubre de 1968 de Recon Team Alabama, que causó la friolera de  9.000  norvietnamitas muertos o heridos en acción.

Lo que destaca de SOG es cuánta responsabilidad se asignó a sus jóvenes operadores. El legendario operador SOG  John Stryker Meyer , por ejemplo, estaba ejecutando reconocimiento como One-Zero (líder de equipo) a la edad de 22 años y solo como E-4. Y las reglas de enfrentamiento eran bastante diferentes, con menos burocracia que obstaculizaba a los muchachos sobre el terreno.

“Las misiones Bright Light [búsqueda y rescate de combate] rara vez se desplegarían bajo las Reglas de enfrentamiento actuales”, dijo Meyer a Sandboxx News.

“Y, hoy, no pueden creer que los humildes E-4 dirigieran ataques aéreos, control total sobre el terreno, y tropas experimentadas tenían la última palabra sobre los equipos, independientemente de su rango. Experiencia sobre rango.

Meyer ha  escrito extensamente  sobre SOG y sus espeluznantes experiencias en la unidad.

Aunque las técnicas, tácticas y procedimientos fueron generalmente los mismos entre los tres subcomandos SOG, los equipos SOG ajustaron sus enfoques de acuerdo con su área geográfica. Laos, por ejemplo, tiene más montañas y selva que Camboya, que es más plana y abierta.

Salvadores desde arriba: Comandos Aéreos de SOG

Un elemento fundamental para el éxito y la eficacia de las operaciones MACV-SOG a través de la frontera fueron varios escuadrones de aviones de todos los servicios y también de Vietnam del Sur.

El 20º Escuadrón de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea fue  apodado los “Avispones Verdes”. Volaron los Sikorsky CH-3C y CH-3E y Bell UH-1F/P Huey. El primer teniente James P. Fleming, un piloto de Green Hornet, ganó la Medalla de Honor por salvar a un equipo de reconocimiento SOG de una muerte segura en 1968.

Los Hueys de los Green Hornets venían repletos de una variedad de armas, incluidas ametralladoras M-60, miniguns GAU-2B/A y cápsulas de cohetes de 2,75 pulgadas. Si se acababa la munición, los artilleros de las puertas lanzaban granadas o disparaban con sus rifles individuales.

Además de los Green Hornets, el Escuadrón 219 de la Fuerza Aérea de Vietnam del Sur ,  que volaba H-34 Kingbees, era un partidario dedicado de las operaciones SOG. Estos pilotos y tripulaciones de Vietnam del Sur eran realmente intrépidos y siempre acudían al rescate de los equipos de reconocimiento comprometidos, independientemente del peligro. El capitán Nguyen Van Tuong, un piloto legendario, destaca por su frialdad y mano firme bajo el fuego.

Otras unidades notables de ala giratoria que apoyaron las misiones SOG fueron el Escuadrón 367 de helicópteros de ataque ligero del USMC, que voló el ataque AH-1 Viper y los helicópteros de transporte UH-1 Venom; la 189ª Compañía  de Helicópteros de Asalto “Ghost Riders”, que voló variantes de asalto y transporte del helicóptero UH-1 Huey.  

Los comandos SOG en tierra también podrían confiar en el apoyo aéreo cercano de ala fija, siendo el turbohélice A-1 Skyraider una plataforma favorita para el apoyo aéreo cercano y el F-  4 Phantom  una buena opción en un día determinado.

“La política militar siempre interfirió, y nuestro liderazgo tuvo que luchar con recursos de apoyo aéreo cercano, como los escuadrones A-1 Skyraider”, dijo Meyer a Sandboxx News.

“Por ejemplo, los jefes del SOG tuvieron que luchar para mantener el Ala de Operaciones Especiales 56 ,  operando desde la Ubicación Alfa en Da Nang.

“Los SPAD [A-1 Skyraiders] de esa unidad fueron consistentes e intrépidos y fueron considerados la columna vertebral de CAS durante  la Operación Tailwind . En el día 4, por ejemplo, el NVA estaba a punto de invadir el HF [Hatchet Force] cuando Tom Stump hizo disparos devastadores que rompieron la parte posterior de esos ataques frontales, dando tiempo a McCarley para sacarlos de la LZ y fuera del objetivo como el tiempo cerró.”

El apoyo aéreo cercano fue vital y probablemente el factor más importante en la supervivencia de numerosos equipos SOG. Sin embargo, aunque los comandos SOG disfrutaron de la superioridad aérea y los aviones norvietnamitas nunca representaron un peligro, los Air Commandos que apoyaban a SOG tuvieron que enfrentarse a las capacidades antiaéreas extremadamente potentes de los norvietnamitas, que incluían desde ametralladoras ligeras hasta cañones antiaéreos pesados. a los misiles tierra-aire. Cada extracción en caliente obligaba a una sanción de helicópteros y cazas/ o bombarderos derribados, o al menos unos cuantos acribillados a balazos.

Los comandos SOG solicitaron apoyo aéreo cercano, generalmente mediante el uso de una brújula y botes de humo. Los controladores aéreos avanzados, apodados "Covey", volaron por encima y ayudaron a coordinar con el equipo en tierra y controlar todos los activos aéreos y el apoyo aéreo cercano. En CCS, Covey generalmente volaba solo, haciendo ambas tareas mientras volaba su avión. En CCN, sin embargo, Covey era un asunto de dos hombres, lo que generalmente implicaba que un operador SOG experimentado se uniera al piloto y lo ayudara con su experiencia única, habiendo estado en el extremo receptor del apoyo aéreo cercano de numerosos equipos.

Años después de que terminara la Guerra de Vietnam, se descubrió que había un topo en la sede de SOG en Saigón que había estado pasando información sobre las misiones y ubicaciones del equipo al enemigo.

Los operadores de SOG, incluidas leyendas de operaciones especiales como el coronel Robert Howard y el sargento mayor Roy Benavidez, obtuvieron 12  medallas de honor  durante el conflicto.

Aunque el servicio en SOG vino con el acuerdo tácito de una vida peligrosa llena de peligros y riesgos, también vino con un sentido inquebrantable de lealtad y confianza entre los hombres que sirvieron allí. Un sentido de lealtad y confianza que los operadores SOG demostraron una y otra vez a través de su compromiso de no dejar a nadie atrás, vivo o muerto. Ese esfuerzo, ese compromiso, continúa hasta el día de hoy.