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sábado, 25 de octubre de 2025

El espacio en la defensa: ¿Cómo protegen los satélites la seguridad nacional?

Tecnología espacial en defensa: ¿cómo protegen los satélites la seguridad nacional?

EMcL



Introducción: ojos en el cielo, guardia en la tierra

Imagínate una gran extensión de territorio: montañas, llanuras, ríos, mares que se extienden mar adentro. Ahora imagina que desde el espacio alguien observa cada movimiento, cada barco furtivo, cada pista clandestina, cada oleaje alterado. Esa mirada global, persistente y silenciosa es justamente lo que los satélites pueden aportar a la defensa moderna. No es ciencia ficción: ya ocurre en las potencias espaciales. La pregunta es: ¿cómo puede un país como Argentina fomentar esa capacidad sin perder su identidad pacífica pero con mirada estratégica?

En estas páginas te invito a recorrer ese camino. Empezaremos definiendo por qué el espacio se ha vuelto un nuevo frente estratégico. Luego veremos cómo la Argentina ha incursionado en la tecnología espacial, qué satélites ha lanzado, qué se puede adaptar para usos de defensa, cuáles serían los pilares técnicos a dominar, y con qué aliados internacionales podría caminar mejor ese camino. Finalmente, propondré una hoja de ruta para que la Argentina vaya construyendo paso a paso una defensa espacial creíble y soberana.

No está sólo en jugar a tener satélites “militares” (ese discurso ya quedó antiguo), sino en insertar capacidades espaciales robustas, resilientes y duales (uso civil/defensa) que refuercen la vigilancia territorial, la inteligencia, las comunicaciones estratégicas y la disuasión. Vamos a ello.

El espacio como dominio estratégico

Desde hace décadas, las fuerzas armadas pensaban en mar, tierra y aire. Con el advenimiento de la revolución digital se añadió el ciberespacio. Pero poco a poco hemos ido comprendiendo que el espacio —esa región más allá de los 100 km sobre la Tierra— ha dejado de ser solo un escenario de exploración científica y hoy es un dominio operacional más, tan relevante como los otros. Cualquiera con acceso confiable a él dispone de una palanca estratégica inmensa.

¿Por qué? Porque un satélite orbita por encima de nubes, montañas y fronteras. Un observador desde el espacio puede abarcar vastas regiones herméticas al ojo terrestre. Con revisitas frecuentes puede detectar cambios (movimientos, construcciones, acumulaciones) que serían imposibles de monitorear con patrullas terrestres o aviones. Además, establecer redes de comunicaciones satelitales robustas permite conectar puntos alejados con baja latencia, sin depender exclusivamente de cables o infraestructura terrestre vulnerable.

Pero el dominio espacial no es un dominio sin riesgos. Hay amenazas: cohetes antisatélite que pueden destruir plataformas; interferencia deliberada que bloquea señales; ataques cibernéticos a los controles de los satélites; colisiones con basura espacial; tormentas solares que degradan circuitos. Así, dominar el espacio no es solo tener satélites, sino protegerlos.

Así como los océanos definieron flotas navales y las alturas definieron aviación militar, hoy los estados que aspiren a seguridad estratégica deben tener una presencia significativa en el espacio. En ese sentido, lo que antes era privilegio de superpotencias empieza a volverse obligación para países con extensos territorios, fronteras marítimas amplias o retos de vigilancia interior. Ese es el terreno en que la Argentina puede pensar.

 

La experiencia espacial argentina: logros, limitaciones y capacidades

La historia espacial argentina arranca con modestia pero también con sueños. Tal vez uno de los hitos más humildes que arrancan esa tradición es el satélite LUSAT‑1, lanzado por radioaficionados argentinos mediante AMSAT, para experimentos y comunicaciones amateurs. Pero esa semilla preludia algo más ambicioso. Hoy la Argentina ya tiene plataformas más sofisticadas en el espacio, misiones operativas y capacidad técnica local.

Tomemos el caso de SAOCOM, el más destacado proyecto de observación con radar de apertura sintética (SAR). Se trata de dos satélites cuyas misiones principales tienen carácter civil: monitoreo ambiental, humedad del suelo, emergencias como inundaciones o derrames marítimos. Pero con un radar en banda L, pueden penetrar nubes y brindar datos incluso de noche, lo que les otorga un perfil cercano a lo estratégico. La Argentina los comenzó a construir en conjunto con INVAP, CNEA, VENG y otros actores del sistema tecnológico nacional, y hoy opera esos satélites desde estaciones terrenas nacionales. (Fuente )

Para mediar expectativas, conviene destacar que la misión principal de SAOCOM no fue defensa militar. Su empleo tiene prioridad civil (gestión de emergencias, agricultura, recursos hídricos). Pero ese diseño dual abre la puerta a una transformación evolutiva: incorporar módulos de inteligencia observacional que no desvirtúen su origen pacífico.

Más allá de SAOCOM, la Argentina ha lanzado misiones SAC (Satélite de Aplicaciones Científicas), como SAC‑C. También participan nanosatélites privados como los ÑuSat de la empresa Satellogic, orientados a aplicaciones comerciales de observación óptica. INVAP, la empresa estatal provincial, tiene un rol clave en diseño, integración y operación de satélites y estaciones, y es una de las pocas entidades latinoamericanas certificadas para construir misiones completas (excepto el lanzamiento). (Wikipedia)

Sin embargo, esas capacidades tienen límites claros: financiación fluctuante, falta de lanzador propio, dependencia tecnológica externa en componentes sensibles, escasez de profesionales especializados en áreas de punta (radar compacto, cifrado cuántico, micropropulsión espacial). Además, hasta hoy no existe una doctrina de defensa espacial en Argentina ni una institucionalidad que integre de modo sólido a la defensa nacional con los organismos espaciales.

Por otro lado, proyectos emergentes ya apuntan a esos desafíos. Se menciona el proyecto FOCUS (constelación de microsatélites con radar en banda X) como iniciativa de observadores argentinos que busca servir a vigilancia estructural, control territorial y eventual uso dual. (Pucará Defensa) Aunque aún incipiente, representa perfectamente el tipo de iniciativa estratégica que el país necesita si decide incorporar capacidades espaciales defensivas.

También hay un hito reciente: el satélite Atenea, desarrollado por CONAE junto a universidades, fue seleccionado para formar parte de la misión Artemis 2 de la NASA, para probar tecnologías argentinas en órbita elíptica a gran altura, con instrumentos de radiación y comunicaciones. Este paso fortalece no sólo prestigio científico sino también la experiencia técnica que puede trasladarse a usos estratégicos. (El País)

Catalizar esas capacidades hacia la defensa —sin caer en una “militarización del espacio” despiadada— es un desafío no trivial, pero con potencial real.

 

Satélites, vigilancia y defensa: cómo adaptar lo civil al estratégico

Cuando uno piensa en satélites militares, viene a la mente espionaje puro, misiones secretas. Pero la realidad moderna es más compleja: muchos sistemas estratégicos surgen de plataformas duales, que tienen una capa civil visible y una capa militar sensible. En ese sentido, Argentina podría evolucionar sus misiones espaciales hacia ese modelo híbrido, sin romper compromisos internacionales de uso pacífico.

El punto de partida está en identificar qué necesitan esas plataformas para cumplir funciones defensivas reales. No basta con tener un radar o una cámara: hay que elevar la resolución, acortar el tiempo entre revisitas, fortalecer los enlaces, blindar los sistemas contra interferencias, dotarlos de capacidad de maniobra, incorporar procesamiento a bordo y asegurar interoperabilidad con otros actores. Esa transformación no ocurre de un día para otro, pero la semilla ya existe con misiones como SAOCOM y los nanosatélites privados.

Por ejemplo, SAOCOM tiene un radar en banda L que, aunque concebido para aplicaciones ambientales, puede potencialmente usarse para vigilancia de bordes costeros, detección de cambios en superficies oceánicas e identificación de embarcaciones en aguas argentinas si se afina el procesamiento de datos. Al agregar algoritmos de detección automática, cifrado de los datos sensibles y asegurar que el control del satélite esté protegido contra interferencias, esa plataforma puede servir a funciones duales sin comprometer su identidad civil.

Un diseño futuro ideal podría ser una constelación nacional de satélites SAR de alta resolución (tal vez en banda X o banda C) dispuestos para cubrir todo el litoral marítimo argentino con revisitas frecuentes, acompañados de satélites ópticos para complementar los detalles que el radar no capte. Cada satélite podría tener capacidad mínima de maniobra orbital (propulsión eléctrica), además de redundancias y blindaje de componentes críticos para resistir interferencias o eventos de radiación espacial. En paralelo, un satélite de comunicaciones exclusivo para uso militar cifrado permitiría que las fuerzas armadas se comuniquen con discreción y resiliencia aun en escenarios de crisis.

Pero para que esa visión no quede en el aire se requiere mucho trabajo técnico: elegir las órbitas adecuadas (LEO para vigilancia, GEO o MEO para comunicaciones), diseñar los enlaces seguros (uso de criptografía, técnicas anti‑jamming), desarrollar sensores compactos de alta resolución, lograr la estabilidad de actitud precisa, asegurar un segmento terrestre robusto (control de misión, estaciones terrenas distribuidas) y construir una infraestructura de respaldo ante fallas.

Al mismo tiempo, debe existir una política clara que defina qué datos se reservan para usos estratégicos y cuáles se comparten con fines civiles o de cooperación internacional; un mecanismo de seguridad, clasificación y protocolos de acceso que impida que información sensible caiga en manos indebidas.




martes, 14 de octubre de 2025

Irán: ¿Se recompone la defensa aérea con aviones rusos y chinos?

¿Salvarán los aviones rusos y chinos a Irán?



La guerra, victoriosa para todos, ha estallado con estruendo. Bueno, al menos todos se consideran vencedores, aunque en EE. UU. la Oficina de Responsabilidad del Congreso ya calcula con horror el coste de la "victoria" del aliado de Israel: casi 2.200 millones de dólares, un tercio de los cuales corresponden a interceptores antimisiles THAAD. Los estadounidenses quedaron atónitos ante la cantidad de misiles lanzados , porque quienes saben contar lo entienden: si algo ocurre, Estados Unidos tendrá problemas; los misiles gastados no serán reemplazados de inmediato. Además, hay un B-2 averiado colgado en Hawái por aproximadamente la misma cantidad, que nadie sabe cómo sacar de allí.

B-2 después de un aterrizaje de emergencia en Hawái

Está claro que los fabricantes se frotan las manos esperando los pedidos, los financieros piensan de dónde sacar dinero para ellos, y esto ocurre no sólo en Estados Unidos.

El "victorioso" Israel entiende que su defensa no es tan poderosa como desearía y no es capaz de cercar el país con una "cúpula de hierro". La próxima vez (y sin duda la habrá), sus vecinos y Estados Unidos podrían no arruinarse con tal cantidad de misiles para salvar a Israel. Irán puede lanzar más de todo, y de diversas maneras.

Israel aún tiene la ventaja de contar con una fuerza aérea funcional y servicios de inteligencia capaces de causar estragos en el territorio de un país no contiguo, ubicado a 1000 kilómetros de las fronteras de la tierra prometida. El "victorioso" Irán entiende que su defensa aérea tampoco es muy buena. Y si quiere que el país no sea bombardeado por aviones, tiene que desembolsar dinero.

Pero la principal comprensión de Irán es la necesidad de tener una Fuerza Aérea normal. Ya hemos escrito más de una vez que esta formación, que en Irán se considera una fuerza aérea y que se basa en aviones de los años 60 del siglo pasado, es inaceptable para un país capaz de librar una guerra.

F-14 de la Fuerza Aérea Iraní...

Y eso es lo que realmente ocurrió: si la defensa aérea iraní, considerablemente debilitada por saboteadores, seguía intentando repeler a la aviación israelí, la Fuerza Aérea ni siquiera lo intentó. Estaba claro que los F-14, remendados y con unos 40 años de antigüedad, sin mejoras razonables, no eran rival para los F-35 Agir israelíes (que, según muchos, son los mejores F-35). Por eso se quedaron en los aeródromos sin aparecer en los radares.

En cuanto a los Su-35 comprados en Rusia, que bien podrían haberles arrancado las plumas a los "pingüinos", la cosa no era tan importante: los que ya se habían comprado y entregado a Irán no eran especialmente eficaces. En primer lugar, debido a su reducido número, no se han entregado más de cuatro hasta la fecha, y en segundo lugar, aunque los pilotos iraníes habían recibido entrenamiento, este era completamente inútil para operaciones de combate. Se requiere un tiempo de vuelo normal, así como conocimientos y habilidad para operar un avión de combate.

Si Irán no hubiera tardado tanto en comprar el lote de Su-35 que Egipto rechazó, habría contado con un regimiento casi completo de estos aviones el 13 de junio. Sobre todo porque Egipto había solicitado el Su-35SE en la configuración máxima posible.




No juzguemos con dureza al ejército iraní; aparentemente, el período de aislamiento del país tuvo un fuerte impacto en ellos, y la comprensión de la complejidad de defender su espacio aéreo llegó después de que el país ya hubiera sido atacado.


Y es muy poco lo que se necesita entender. Se pueden desplegar misiles SAM por todo el territorio, pero en realidad son de defensa de corto alcance. Y si (como ocurrió específicamente en Irán) se desactiva el radar de largo alcance, los aviones generalmente pueden volar con calma y atacar objetivos desde una distancia segura. Las capacidades de los mismos AGM-154 y AGM-158 del conjunto de armas del F-35 son suficientes para no acercarse al área de cobertura de la mayoría de los misiles SAM en servicio en la defensa aérea iraní.



En cuanto al armamento de misiles de la Fuerza Aérea Israelí, también hay orden. Los misiles Rampage, Rooks y Delilah tienen un alcance operativo de hasta 250 km, y los Lora, de hasta 400.


Irán se encuentra en una situación lamentable. Sí, hay cierta cantidad de S-300PM2, nuevamente reducidos por saboteadores de la siguiente manera: los drones, que usaban para atacar las instalaciones de defensa aérea, no apuntaron a los lanzadores. Atacaron los radares de guía, sin los cuales los misiles no son realmente capaces de nada.

Y los radares de defensa aérea iraníes no solo no eran particularmente nuevos, sino que también fueron pisoteados. Es por eso que los aviones israelíes se sentían como en casa en el espacio aéreo iraní (y no iraní). Condiciones ideales: defensa aérea neutralizada, la Fuerza Aérea como si no existiera.

Pero ¿qué pasaría si Irán tuviera una fuerza aérea real que pudiera enfrentar a los aviones israelíes en la aproximación? ¿O en el punto donde repostan? La intercepción fuera de la zona de lanzamiento es grave. Sobre todo porque el F-35 Agir no volaba como caza, sino como bombardero. Claro que contaba con defensas a bordo, pero recordemos que hay cuatro puntos de suspensión dentro del compartimento de armas y seis externos, lo cual ya supone un inconveniente para el sigilo. Además, algunos F-35I volaban con nuevos tanques de combustible de lanzamiento conformados, que no parecían interferir con el sigilo, pero ocupaban espacio para bombas y misiles.

Y por muy moderno y sofisticado que fuera el F-35I israelí, el mismo Su-35S tenía muchas posibilidades de competir con él.

Así pues, la fórmula del éxito:
  1. Radares de alerta temprana detectan aeronaves enemigas;
  2. Aviones de defensa aérea interceptan a los agresores en aproximaciones lejanas;
  3. Sistemas de defensa aérea repelen el ataque de quienes logran penetrar.

Resulta que Irán no contaba con estos tres componentes, por lo que el enemigo hizo lo que quiso en el aire.

Por supuesto, no se puede dar la victoria a Israel, ya que los misiles iraníes resultaron ser mucho más potentes de lo esperado. Pero esto es solo una respuesta al ataque, lo que significa que hubo bajas. Y aunque hoy los generales "destruidos" del CGRI y del ejército iraní resucitan uno tras otro, es innegable que ambos países realizaron un reconocimiento enérgico. Y lo hicieron con éxito; la única pregunta es qué conclusiones se extraerán y qué medidas se tomarán.

Israel, por cierto, lo tiene más fácil. Más sistemas de defensa aérea, más misiles, más aviones. La base ya está ahí. Irán lo tiene más difícil, porque, de hecho, a pesar de contar con un buen arsenal de armas de ataque, prácticamente no dispone de armas defensivas.

Y, como era de esperar, Irán recurrió a donde pudo conseguir estas armas.

Con Rusia todo está claro: somos más caros que China, pero el tacaño construye un centro nuclear dos veces.

Es posible que podamos comprar radares de la serie "Nebo" simplemente magníficos. El sistema de misiles de defensa aérea probablemente tampoco causará grandes problemas. Pero con el Su-35SE, que tanto desean los pilotos iraníes, sin duda será una emboscada.



Permítanme recordarles que en 2018 Egipto firmó un contrato para la compra de 24 (30) Su-35, y en 2022 violó el acuerdo al negarse a comprar los cazas. Algunos de los aviones (17 unidades) ya estaban listos. Fue una maniobra magistral, porque los egipcios simplemente fueron engañados: en lugar de Su-35, EE. UU. prometió la misma cantidad de F-35 (¡y qué, solo que un poco más caros!), y luego esta decisión, amparada por el Tratado de Camp David, fue vetada por Israel, que no se rindió a los egipcios con aviones convencionales. Por si acaso.


Así que Egipto se quedó sin ningún avión nuevo, y aparentemente no ha encontrado una salida a la situación desde 2022. Pero ese es otro tema. Irán recibirá

estos 24 aviones, como ya he dicho, prácticamente un regimiento, ¡pero querían más! Pero esto podría presentar problemas, ya que nuestras Fuerzas Aeroespaciales necesitan el Su-35, y la capacidad de la planta de Komsomolsk del Amur, lamentablemente, es limitada.

Es evidente que Irán necesitaba los aviones ayer, pero... creo que, dada la situación actual, la adquisición de un segundo regimiento de Su-35 podría retrasarse. Claro que podemos encontrar una solución elegante, pero Irán comprende la situación. Por eso, idearon una maniobra muy interesante: recurrir a China para obtener aviones.

China es un socio muy importante de Irán, tanto en la compra de petróleo como en la venta de armas. Por lo tanto, es improbable que Irán sea rechazado. La pregunta es qué han ideado los persas para fortalecer rápidamente su Fuerza Aérea. Y, cabe destacar, han tomado una decisión muy peculiar. Tan peculiar que dejaremos de lado el Su-35, sobre todo porque ya se ha escrito mucho sobre él, y nos ocuparemos de esto:

Chengdu J-10 "Dragón Veloz"

Es muy curioso, pero el avión que Irán va a comprar se basa en el desarrollo de su enemigo. Sí, el caza israelí Lavi fue tomado como base por ingenieros chinos, cuya historia es interesante porque fue derribado por Estados Unidos.



El desarrollo del Lavi, que pretendía sustituir al Kfir, comenzó en febrero de 1980. El primer prototipo voló el 31 de diciembre de 1986 y el segundo el 30 de marzo de 1987.


El plan consistía en construir cinco prototipos y 300 aviones de producción, incluyendo 60 entrenadores de combate biplaza. El reequipamiento de la Fuerza Aérea Israelí debía comenzar en 1990 y completarse para el año 2000. Sin embargo, Estados Unidos, cuya asistencia financiera y técnica (motores) era indispensable, no estaba dispuesto a ayudar a su aliado. Los estadounidenses estaban más interesados ​​en vender sus aviones a Israel, por lo que se les cerró el grifo financiero por completo, y la Fuerza Aérea Israelí recibió F-16 a cambio del Lavi.

El Lavi realizó casi cien vuelos, y luego (no tenía sentido desperdiciarlo) unos judíos emprendedores vendieron el avión y toda la documentación a los chinos. También querían un renacimiento en la Fuerza Aérea, así que el acuerdo les convenía a todos.



El "Lavi" era un avión realmente bueno, de la misma clase que el "Mirage", el MiG-29, el SAAB Gripen y el F-16. Equipado con el motor Pratt & Whitney PW1120, el avión mostraba excelentes características: altitud máxima de 18 metros, velocidad a 000 metros - 11 km/h, a ras de suelo - 000 km/h, y autonomía de vuelo de hasta 2266 km. El armamento consistía en un cañón de 1 mm y 106 kg de armas en dos nodos de suspensión externos.


En general, China recibió un avión de muy buena calidad.

El problema residía en que, en aquel momento, China se encontraba en una situación muy lamentable con respecto a los motores de aviación. Todavía era regular, pero en aquel entonces los motores chinos apenas estaban en desarrollo. Y entonces, el ejército chino hizo lo más acertado: pidió ayuda a especialistas rusos de TsAGI y MiG con la petición de que "introdujeran algo similar". En general, no es una tarea fácil; normalmente, un avión se construye en torno a los motores, y no al revés, pero el nuestro, como siempre, cumplió con creces.

Este avión se convirtió en el AL-31FN o Woshan WS-10B "Taihang", que es lo mismo, pero ensamblado bajo licencia en China. Junto con su diseño ligero, esto le proporcionó una mayor ganancia de velocidad que el mismo F/A-18E/F "Super Hornet", y una maniobrabilidad comparable a la del "Rafale" y el "Typhoon". El radar "Pearl" instalado inicialmente, capaz de operar con la misma fiabilidad contra objetivos aéreos, terrestres y marítimos, elevó al J-10 a la generación 4+.

Además, los cambios en la forma del fuselaje han reducido la firma radar, y hoy podemos clasificar este avión con seguridad como "4++". El J-10 es significativamente superior a su "pariente" F-16C Bloque 60, y otro compañero de clase, el caza japonés F-2A/B, es inferior. El Rafale y el Typhoon, modelos con el nuevo radar Captor-E, pueden competir con el Dragon, pero con características similares, el precio del avión chino será aproximadamente un 30-40% más bajo. Para el mercado mundial, esto es bastante significativo.



En general, los estadounidenses se comportaron con mucha calma en su momento, eliminando el "Young Lion" (así se traduce "Lavi" del hebreo), ya que incluso en la versión china el avión resultó ser bastante decente. Pero Israel se vio obligado a adoptar el F-16, y luego el F-35, y sus rivales serán fácilmente un antiguo avión israelí modificado por ingenieros rusos. Y considerando que los chinos ya cuentan con el motor de control vectorial de empuje WS-10B, que le otorga al avión una gran maniobrabilidad, esto ya se está volviendo interesante a largo plazo.


Típico de nuestra trayectoria de desarrollo. Pero el avión ya es bastante bueno, y con su gran maniobrabilidad será aún más competitivo, tanto en combate como en licitaciones.

¿Qué tiene el J-10C, además del motor ruso de la Oficina de Diseño Lyulka?

- Radar de a bordo con AFAR. Además, el radar tiene unas cifras impresionantes: cuenta con unos 1200 módulos de recepción y transmisión, significativamente más que el radar con el que está equipado el caza Dassault Rafale (960). Es difícil decir cuánto mejor puede ser el radar chino que el francés, pero el éxito de China en radioelectrónica en los últimos años es innegable: 
-
Guerra electrónica 
compleja integrada, y para ello, el módulo de guerra electrónica K/RKL700A; 
- Estación de localización óptica con cámara termográfica; 
-
Sistema de puntería K/JDC01A en un contenedor suspendido para guiar bombas guiadas; - Sistema de designación de objetivos montado en el casco con pantalla montada en el casco; 
- Sistema de advertencia de irradiación de radar enemigo; - Antena de comunicación satelital con canal de transmisión de datos; 
- Indicador de parabrisas; 

- Tres pantallas multifuncionales en la cabina.
Un equipo bastante decente, digan lo que digan. Además, el precio, y para Irán no será igual que para otros. Un socio petrolero es, como saben, un motivo de conversación de peso. Poco después del final de la Guerra de los Doce Días, el ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, acompañado por la cúpula militar del país, viajó a China. El pretexto fue una reunión de ministros de defensa de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) el 26 de junio. La OCS no es un bloque militar, pero, como suele decirse, al margen se puede hablar de cualquier cosa, incluso de comprar aviones. El ministro de Defensa chino, Dong Jun, recibió a Nasirzadeh y a otros invitados en el destructor Tipo 052D Kaifeng de la Armada del EPL. Buena pista, buena demostración. A pesar de las conversaciones, los analistas creen que Nasirzadeh visitaba China para comprar material militar. Y la adquisición más codiciada de esa lista, según informes, es el J-10C chino. ¿Tiene sentido tal operación? A la luz de la compra del S-35S a Rusia, sin duda.



El J-10C es un caza económico y eficaz con aviónica moderna y armamento de alta potencia. Los pilotos chinos disponen de una gran cantidad de armamento moderno, lo que les permite crear configuraciones robustas tanto para un caza de superioridad aérea como para atacar objetivos terrestres o de superficie.


La única desventaja del J-10C es su radio de combate, más que modesto. Comparado con el Su-35, es simplemente minúsculo: 800 km sin tanques de lanzamiento frente a los 3600 km (en altitud) del Su-35. Sin embargo, China cuenta con una extensa red de aeródromos, y la profundidad que necesitan para penetrar en territorio enemigo es una incógnita. ¡Pero Irán la necesita! Necesitan enfrentarse al enemigo en fronteras lejanas...

800 km/1200 km con tanques de lanzamiento rápido no son suficientes. Para resolver las tareas que enfrenta la Fuerza Aérea Iraní, el Su-35, por supuesto, parece preferible, ya que sus capacidades son incomparablemente superiores.

Sin embargo, cabe reconocer que hoy en día un avión en un aeródromo no teme a otro avión, ni a un misil de crucero ni a un misil balístico, sino a un dron kamikaze, más barato en comparación con ellos, lanzado a quemarropa, desde un par de kilómetros. Así que, en principio, hoy en día la distancia del aeródromo al escenario de combate no es tan importante. Puede volar a cualquier lugar.

Pero aquí también el Su-35 tiene una ventaja, ya que, tras despegar, puede flotar en el aire a una altitud inalcanzable para los drones durante un tiempo considerable y, tras recibir una tarea, desplazarse a la zona indicada. Pero los aspectos tácticos deberían dejarse en manos de los generales; basta con destacar un punto más: la velocidad de producción.



El Su-35 se produce desde 2008 y, hasta la fecha, se han fabricado más de 200 aeronaves.


El J-10 se produce en serie desde 2002 y se han producido más de 600 aeronaves de todas las modificaciones.

Es evidente que el Su-35 consume más energía, por lo que su ensamblaje y depuración requieren más tiempo. Las capacidades de China como fabricante son conocidas en todo el mundo.

La situación es similar a la de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, China o la Unión Soviética: dos aviones de combate principales, uno ligero y otro más pesado. Los estadounidenses tienen el F-16 y el F-15, mientras que nosotros teníamos el MiG-29 y el Su-27. Hoy en día, muchos países intentan arreglárselas con un solo modelo, lo que, en teoría, abarata mucho el proceso operativo.

Irán, sin duda, no podrá arreglárselas solo con el J-10C. Es evidente que este avión no es inferior al F-16. El problema radica en que todas las modificaciones israelíes del F-16, F-15 y F-35 difieren notablemente de los originales estadounidenses. Y para mejor, especialmente en aviónica, sistemas de guiado y guerra electrónica.

Por ejemplo, el J-10C está equipado con el radar JKL-24, desarrollado a partir del radar LKF601E. La estación pesa 145 kg, tiene un buen rendimiento (4,0 kVA) y el alcance de detección de un objetivo de caza es de 170 km. Esto es menor que el del AN/APG-77 (F-22), el AN/APG-81 (F-35) y el H006 del Su-35. Además, es necesario considerar qué RCS del objetivo de caza se tiene en cuenta. Un caza furtivo (de 0,3 a 0,6 m²) es una cosa, y un caza promedio de cuarta generación (de 3 a 10 m²) es algo completamente diferente.

Pero es demasiado pronto para inclinarse ante la aviónica china. En cierto modo, es bastante decente, y los radares aún se consideran "buenos". Y es cierto, solo que los diseñadores estadounidenses, europeos y rusos tienen algo más de experiencia. Unos 50 años. En

cuanto al armamento, el J-10C no está mal en este aspecto, pero... 11 puntos de suspensión, y uno o tres estarán ocupados por tanques de combustible; de ​​lo contrario, el avión no podrá volar mucho. O lejos, que es lo mismo. Tres tanques de combustible de 800 litros cada uno: eso supone unas tres toneladas de peso desde la carga útil hacia abajo. Es decir, quedan 4 kg. Y esto no es mucho, si se trata de combatir contra aviones: 260 PL-2/PL-11 y 12 PL-2. Quizás en sobrecarga es posible tener más, pero difícilmente mucho.


En general, es un compromiso total: llevar combustible o llevar armas. Considerando que en combate nunca hay suficientes armas, la cuestión es compleja. Así que tres cubos bajo el fuselaje: no se puede prescindir de ellos.

El Su-35, si nos fijamos en las cifras, tiene casi lo mismo: 12 nodos, en los que se pueden colgar 8 kg de diversas armas letales. Pero no necesita tanques de desembarco, en absoluto. Es decir, toda esta cifra se utiliza al 000%. Y no se pueden llevar 100 misiles, sino 4. En el surtido, por así decirlo: 12 R-4, 73 R-4-77, 1 R-4M. Y con un conjunto así se puede hacer frente a cualquier enemigo.



Resulta que el Su-35, que, por cierto, tiene una visibilidad casi el doble que la del caza chino, lleva tres veces más misiles que el J-10C. Es decir,
un Su-35 puede reemplazar de dos a tres J-10C .

No quiero decir que el J-10C sea un avión malo o débil. Al contrario, los chinos, tras haberlo superado todo, consiguieron un avión realmente bueno. Pero, en sus condiciones. Para operaciones defensivas en China, con su red de radares y aeródromos, es simplemente maravilloso. Despegar, alcanzar, atacar y marcharse.



En Irán, especialmente en un conflicto con Israel, un país situado a 1000 kilómetros de distancia, esto es problemático. Pero si consideramos el escenario de una guerra de 12 días, esta, como muchas anteriores, se desarrollará según una misma estrategia: supresión de la defensa aérea por cualquier medio, seguida de ataques aéreos. Y en este caso, para interceptar aviones israelíes a 300-400 km de la línea de lanzamiento de misiles, el J-10C será bastante eficaz. Con una pequeña aclaración:


si los oponentes de Irán (y, a juzgar por los nuevos acontecimientos, hay varios más que quieren sumarse a la acción) comienzan a lanzar sus bombarderos (cazabombarderos equipados para atacar objetivos terrestres) con cobertura de cazas, la situación será algo diferente.

Por supuesto, no nos referimos a cómo Estados Unidos desplegó sus F-22 por medio mundo; no sé por qué eran necesarios en Irán, pero, al parecer, para que no se oxidaran sin coste alguno. Estamos hablando del hecho de que la próxima vez que los F-15I vayan a Irán, estarán reemplazados por los F-35I en su variante de caza.



Y aquí será muy necesario un avión con un radar capaz de detectar todos estos aviones furtivos desde una distancia considerable (y el alcance del radar del Su-35S es impresionante) y, si es posible, convertirlos en modelos furtivos.


Siendo sincero, creo en las capacidades de los radares rusos, pues ya se han probado cientos de veces en la SVO contra sistemas de defensa aérea anticuados de países de la OTAN y los mismos radares. Y, según los registros, nuestros pilotos observaron toda la situación con detalle, incluso los más mínimos detalles, en forma de misiles de defensa aérea de ataque. Sin embargo, existen ciertas dudas sobre el funcionamiento de los radares chinos. Los únicos que podrían aportar información son los pakistaníes, que probaron el J-10C en combates con aviones indios, pero aquí, lamentablemente, el silencio es absoluto.

En general, la idea de comprar estos aviones es buena y tiene cierta lógica. En cualquier caso, con el tiempo, Irán contará con una Fuerza Aérea lista para el combate, que podría convertirse en uno de los componentes de la defensa nacional. Si a esto le sumamos radares modernos y sistemas de defensa aérea, y en Jerusalén o Bakú (de donde ahora también provienen las amenazas), se lo pensarán dos veces antes de lanzar campañas pequeñas pero victoriosas.

Es solo cuestión de tiempo, dinero y personal. Todo sigue como siempre, pero Irán tiene una oportunidad. Reparar los errores puede dar resultados muy efectivos.

sábado, 9 de agosto de 2025

Ucronías Argentinas: ¿Y si los planes de adquisiciones pre-Malvinas se hubiesen mantenido en democracia?


¿Los Mirage 2000 hubiesen reemplazado a los Mirage III/Dagger/Finger?

¿Y si Argentina no hubiera frenado su rearme? Un análisis contrafáctico sobre las Fuerzas Armadas 1983–2025


Cuando el 14 de junio de 1982 el general Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición argentina en Puerto Argentino, culminaba no solo la Guerra de Malvinas sino una etapa entera en la historia militar del país. Para muchos, esa derrota marcó un punto de inflexión definitivo. Lo que siguió fue la desarticulación de una política de defensa ambiciosa, un retroceso estratégico y la progresiva pérdida de capacidades militares. Pero ¿qué habría pasado si Argentina hubiese seguido el rumbo que venía trazando hasta ese momento? ¿Cómo serían hoy sus Fuerzas Armadas si la política de adquisiciones militares de los años setenta y principios de los ochenta no se hubiese interrumpido? 

Una ucronía es una narración o hipótesis histórica alternativa que imagina cómo habría sido la historia si un hecho real hubiese ocurrido de manera distinta o no hubiese ocurrido. Si digo "ucronías argentinas", lo primero que viene a la cabeza son escenarios ficticios de historia alternativa en los que algún hecho clave de la historia argentina ocurre de otra manera y cambia el curso de los acontecimientos. Ya hemos trabajado en este blog muchos escenarios ucrónicos, sobre todo asociados a la crisis del Beagle (haga clic en 12345... entre otros). Quedan muchos más por analizar pero hoy nos enfocaremos en añadir racionalidad a un período larguísimo de la historia argentina reciente que no la tuvo.

Este ejercicio contrafáctico propone una hipótesis alternativa: un país que, tras la recuperación democrática, opta por continuar y profundizar su proceso de modernización militar, no como instrumento de agresión, sino como pilar de disuasión regional, soberanía tecnológica y autonomía estratégica. Para explorar esa posibilidad, es necesario retroceder al momento previo a la guerra y comprender qué tipo de arquitectura militar estaba gestándose.

 

La Argentina que se armaba: visión y planificación hasta 1982

Durante la década de 1970 y los primeros años de la siguiente, la Argentina trazó un proyecto de modernización militar que combinaba adquisiciones de tecnología extranjera de punta con un incipiente desarrollo nacional. Se trataba de una política que, aunque encuadrada dentro de un régimen autoritario, respondía a una visión geopolítica más amplia, compartida por diversas líneas internas de las Fuerzas Armadas y parte del espectro político. En el contexto de la Guerra Fría, y bajo la doctrina de defensa nacional autónoma, el país aspiraba a convertirse en una potencia militar regional con proyección atlántica. 


Daggers argentinos, el núcleo de la defensa aérea por 30 años

En la Fuerza Aérea, se adquirieron cazas Mirage III y Dagger, se diseñó el IA-63 Pampa como entrenador jet y plataforma liviana de ataque, y se contemplaba la compra del Mirage 2000, un avión de cuarta generación que habría convertido a la aviación argentina en una de las más modernas del hemisferio sur.

En la Armada, el eje era la incorporación de destructores MEKO 360 y corbetas MEKO 140 —ambos de origen alemán—, junto con un ambicioso plan submarino. Este preveía la construcción de seis submarinos TR-1700, dos en Alemania y cuatro en el astillero Domecq García de Buenos Aires, con la intención de desarrollar posteriormente una versión nuclear. La existencia del portaaviones ARA 25 de Mayo completaba una doctrina de proyección naval oceánica, inédita en la región.

El Ejército, por su parte, modernizaba su parque blindado con el Tanque Argentino Mediano (TAM), desarrollado junto a Alemania y fabricado en la planta TAMSE, acompañado de sus vehículos complementarios: el VCTP, el VCA 155 de artillería autopropulsada y unidades logísticas blindadas. El objetivo era construir una fuerza mecanizada versátil, equipada cada vez con más componentes nacionales.

Era una política de defensa integrada, sostenida por una incipiente base industrial y tecnológica, con empresas como CITEFA, INVAP, Astilleros Río Santiago, Domecq García y Fábrica Militar de Aviones. Malvinas interrumpió este proceso. Pero si no lo hubiese hecho, ¿cuál sería el resultado?

 

1983–1990: Consolidación democrática y rearme progresivo

Imaginemos un escenario donde el gobierno de Raúl Alfonsín decide no desmontar el aparato de defensa, sino someterlo a control civil democrático y convertirlo en una herramienta de soberanía moderna. Se reconfigura la doctrina militar hacia un enfoque defensivo, se castiga la represión ilegal, pero se mantiene el plan de reequipamiento.

Los submarinos TR-1700 se terminan según el cronograma original: dos llegan desde Alemania (como en la realidad), y los otros cuatro son completados en el astillero nacional entre 1987 y 1992. Esto convierte a la Armada en la única de América Latina con una flota oceánica moderna y capacidad disuasiva submarina extendida.

Paralelamente, se concreta la adquisición de 36 Mirage 2000, que comienzan a llegar en 1987, reemplazando progresivamente a los Mirage III y Dagger. La Fábrica Militar de Aviones inicia una línea de producción mejorada del IA-63 Pampa, con aviónica modernizada y versiones artilladas para apoyo cercano. 


Imaginando un IA-63 Pampa NG, armado con radar y lanzamisiles en las alas

El Ejército continúa fabricando el TAM y sus derivados, completando más de 500 unidades hacia 1990. Se inician además procesos de mejora electrónica, sensores nocturnos y enlace digital. La doctrina de brigadas blindadas se actualiza bajo normas OTAN, con ejercicios binacionales regulares junto a Chile y Brasil.

 

1990–2001: Profesionalización y liderazgo regional

Durante la década de los noventa, en este escenario contrafáctico, la Argentina adopta una política de profesionalización militar sin renunciar a su capacidad operativa. El gobierno de Carlos Menem, en lugar de reducir el presupuesto de defensa, lo racionaliza. Se introduce una carrera militar universitaria y se vinculan institutos de investigación militar con universidades nacionales. 

Para los años 90s debido a la experiencia de Malvinas se haría clara la necesidad de contar con un avión AWACS tanto para la FAA como para las operaciones del COAN. La necesidad ya se había presentado en 1985 cuando hubo sugerencias de intercambiar los dos DDG Tipo 42 de la ARA (ARA Santísima Trinidad y ARA Hércules) por un avión AWACS E-4 de Arabia Saudita. Obviamente el trueque nunca hubiese sido autorizado por el Congreso de Estados Unidos pero si presentaba la primera evidencia que era necesaria esa plataforma para nuestras fuerzas armadas. En los 90s, cambiado el escenario internacional, con las relaciones carnales de la administración Menem y el estado de socio extra-OTAN, esta necesidad, ahora sí, podría haberse negociado con el mismo país en la forma de los E-2C Hawkeye. Aviones altamente versátiles que podrían haber cumplido inicialmente de manera más que aceptable ese rol en el contexto de nuestro país.



La industria de defensa comienza a exportar: el TAM y el VCTP se podría haber vendido a países de África y Asia, el Pampa pudo tranquilamente haber encontrado mercados en Centroamérica, y piezas electrónicas desarrolladas por INVAP se integran a sistemas de vigilancia aérea y misiles de países socios. Esto permite sostener la inversión sin depender exclusivamente del presupuesto nacional. TAMSE inicia también la modernización y generación de capacidades largamente esperadas como los vehículos de defensa aérea (SPAAG), MRLS y obuses autopropulsados (TAM VCA) todos basados en la célula TAM, para gestionar distintas capacidades de ataque y defensa de los regimientos de caballería de tanques. También se modificarían los excedentes de M113 como SPAAG al estilo de los actuales Korkut turcos (foto abajo) así como la estandarización de la torreta blindada de 20mm (Torblin).



En paralelo, se mantienen las inversiones estratégicas: se inicia el desarrollo del primer reactor nuclear naval argentino, pensado como etapa previa al primer submarino nuclear. Se modernizan los MEKO 360 con sistemas AEGIS ligeros y misiles de crucero de medio alcance.

La Fuerza Aérea comienza a evaluar reemplazos para el Mirage 2000 con miras a 2010. Un camino que se analiza es adquirir el AMD Rafale debido a la gran confianza en los sistemas franceses, aunque las limitaciones presupuestarias post-1998 hacen más viable una asociación regional con Brasil para desarrollar un avión de combate sudamericano (posiblemente derivado del Gripen sueco).

 

2001–2010: Crisis y resistencia estratégica

La crisis económica de 2001 golpea duramente al país. Sin embargo, en esta línea contrafáctica, el Estado Mayor Conjunto cuenta con una reserva estratégica para continuidad de programas esenciales, sostenida por exportaciones y cooperación internacional.

La construcción del primer submarino nuclear argentino continúa a ritmo lento pero constante, y se logra botar en 2009 el ARA Santa Fe, equipado con propulsión nuclear luego de haber estudiado instalar la propulsión híbrida AIP de origen sueco. La Armada, aunque con operaciones reducidas, mantiene presencia efectiva en el Atlántico Sur.

De la Meko 360, que por problemas de motorización británica, podían ser reemplazados en los 1990/2000 por la clase Meko 200 con motorización norteamericana para luego poder llegar a modelos más modernos como la FREMM para los 2020s.

La Fuerza Aérea moderniza la flota de Mirage 2000 y produce localmente una versión del Pampa con radar multimodo y capacidad aire-aire. Se inician proyectos con Israel para incorporar drones de ataque ligeros y misiles BVR, en una estrategia que privilegia calidad por sobre cantidad.

El Ejército implementa el programa TAM 2C, con blindaje reactivo, sensores térmicos y mando digitalizado. Las brigadas de montaña y selva se modernizan con apoyo logístico aéreo propio, incluyendo helicópteros ligeros de fabricación nacional.

 

2010–2025: Soberanía tecnológica y reafirmación del poder disuasivo

En el período reciente, esta Argentina contrafáctica afianza su autonomía estratégica. La cooperación con Brasil y Suecia da lugar a la producción conjunta de 24 cazas Gripen NG adaptados a los requisitos argentinos, con transferencia de tecnología completa. Esto permite retirar finalmente los Mirage 2000 y mantener una flota mixta de Gripen y Pampa III+.

¿Gripens argentinos sobre Buenos Aires?
 

La Armada recibe en 2015 el segundo submarino nuclear, ARA Santiago del Estero con reactor compacto CAREM, con capacidad de lanzar misiles de crucero. Tal vez misiles franceses SCALP comprados y adaptados gracias a un contrato. Se evalúa la reactivación de la capacidad portaaviones mediante la adquisición de un buque ligero STOVL de segunda mano modernizado en Tandanor, adaptado para operar drones y aviones de despegue corto.

ARA Santiago del Estero, un Tipo TR-1700 ampliado con un reactor CAREM, morro más hidrodinámico y sistemas mejorados

La industria nacional lanza el satélite SARA-D para comunicaciones militares cifradas, y se establece una red C4ISR nacional que integra a las tres fuerzas. INVAP provee radares 3D para todo el país y el sistema de defensa aérea ya cubre el 85% del espacio nacional con misiles de corto y medio alcance.

La política exterior argentina se reposiciona: participa activamente en misiones de paz bajo mandato de la ONU, exporta sistemas de defensa livianos a África y mantiene una relación estratégica con países como India, Egipto e Indonesia.

 

Un escenario subversivo pero, por lo menos, con entrega de material

¿Qué habría pasado si, a pesar del ascenso de gobiernos de izquierda —como efectivamente ocurrió—, se hubieran concretado finalmente las repetidas promesas o intentos de adquirir material militar no occidental? Esto en un contexto político marcado por una fuerte desconfianza hacia las Fuerzas Armadas.

Durante el gobierno peronista se evaluaron diversas alternativas: los Mirage F1 españoles, el IAI Kfir Block 60 israelí, el KAI F/A-50 Golden Eagle surcoreano, y finalmente el CAIC JF-17 Thunder de origen chino-pakistaní. De todos ellos, el que estuvo más cerca de concretarse fue el último.

Pilotos argentinos llegaron a volar el JF-17 en Pakistán, y de haberse adquirido, las unidades habrían operado desde la Base Aérea Militar de Tandil. Sin embargo, la cantidad prevista nunca superó los 12 aviones más 2 adicionales, por lo que habrían conformado el único escuadrón de combate real del país, junto a un puñado de entrenadores Pampa III —estos últimos con capacidad de combate extremadamente limitada.


De haberse optado por este camino, lo más probable es que se hubieran adquirido vehículos blindados 6x6 Guaraní de la empresa brasileña IVECO, y quizás una cantidad limitada de VN-1 8x8 para equipar unidades de despliegue rápido. Pero no mucho más que eso.

En cuanto a la Armada, no se preveían incorporaciones significativas, salvo quizás algunos viejos avisos de origen ruso. Todas las naves de clase Meko se hundirían del puro óxido.

El principal problema de seguir esta vía habría sido el alejamiento total de la esfera de influencia de la OTAN, lo que implicaría una colisión directa con Estados Unidos. Un factor estratégico a considerar es que abrir esa puerta habría llevado con alta probabilidad a que Washington refuerce militarmente a Chile, en un intento de equilibrar la presencia de equipamiento chino en la región.


El acuerdo surcoreano

Otro escenario puede haber sido la cooperación con Corea del Sur. Un emergente productor de aviones de combate luego de haber ganado experiencia muy valiosa en la producción bajo licencia de los KF-16 en las instalaciones de KAI. El país ofrece los flamantes entrenadores avanzados y de ataque ligero F/A-50 Golden Eagle. Equipados con una pieza del legendario motor F404 de los F/A-18 Hornet, Argentina decide que es una buena opción para reemplazar a los todavía omnipresentes aviones A-4AR Fightinghawk. 

Aviones F/A-50 Golden Eagle argentinos volando sobre Santa Rosa, La Pampa.
 

Coproducidos en la FAdeA reestatizada, los aparatos tendrían su propio centro de mantenimiento en el Área Material Río Cuarto, teniendo estos aviones las capacidades de entrenar tripulaciones y plena capacidad de combate ligero. Con una extensión de este acuerdo, la KAI (ávida por extender sus operaciones en los cuatro puntos cardinales) ofrecería participar en el desarrollo del caza KF-21, un bimotor de altas prestaciones bimotor con dos motores F-404. Con unos pocos cientos de millones de dólares de co-financiamiento y el envío de un gran equipo de técnicos argentinos para la participación del diseño y adaptación de la aeronave a las necesidades de las fuerzas armadas argentinas. Basta con ver los esfuerzos enormes que ha hecho Corea del Sur para obtener el contrato de cazas peruanos donde llegó a oferta 24 F/A-50 y 24 KF-21 por menos de 4 mil millones USD.

El KF-21 sería rebautizado en Argentina como Proyecto SAIA-20, una adaptación del viejo SAIA-90 que ya preveía que la FAA debía contar un caza pesado de altas prestaciones bimotor, precisamente, equipados con los dos motores que portaba el F/A-18. El sueño podría haber vuelto a ser realidad. El modelo nacional estaría equipado con bombas Dardo III, radar AESA diseñado por INVAP y diversa aviónica desarrollada en conjunto con KAI y Elbit. El avión producido y adaptado para las fuerzas armadas argentinas podría haberse denominado IA-81 Shotel, que significa Flecha en el lenguaje de los legendarios Patagones. Si, ya va siendo hora al fin de sacar toda la nomenclatura de los araucanos (ahora autodenominados mapuches) los nombres de los productos militares argentinos. 


Un KF-21 Boramae coproducido en Argentina e imaginado localmente con el nombre IA-81 Shotel ("Flecha" en lenguaje Aonikenk) volando sobre la ciudad de Jujuy. 

Finalmente, el mismo acuerdo podría extenderse a tecnología de guerra terrestre, como los tanques K2 Black Panther como complemento de los TAMs. En términos de la Armada, diversos sistemas navales se analizarían para su adquisición, entre ellos USV y UUV así como sistemas de sonar. Corea del Sur es, sin dudas, de las industrias más productivas en términos militares del Mundo.

La Argentina militar de 2025: balance final del escenario contrafáctico

En este presente alternativo, Argentina contaría con una fuerza militar moderna, profesional y plenamente subordinada al poder civil. No se trataría de un país militarizado, sino de una nación que supo construir poder disuasivo inteligente y base industrial nacional.

Su aviación de combate empezaría a integrar tecnologías de quinta generación en drones y sensores, lanzaría desde sus propios vectores sus satélites y micro-satélites militares, su flota submarina aseguraría la soberanía atlántica, y su Ejército dispondría de una capacidad de maniobra mecanizada, artillada y digitalizada inédita en América Latina. Todo esto sostenido por una industria de defensa competitiva, con exportaciones anuales por encima de los 500 millones de dólares.

Además, el país ha fortalecido su posición geopolítica: no dependería de alianzas militares con potencias externas, mantendría la iniciativa en la cuestión Malvinas en foros internacionales, y sería visto como garante de estabilidad regional.

 

Reflexión final: entre el “pudo haber sido” y las lecciones para el futuro

Este ejercicio contrafáctico no busca idealizar una carrera armamentista, ni ignorar los desafíos éticos, económicos y políticos que implica sostener un complejo militar moderno. Pero sí propone repensar el abandono sistemático de capacidades estratégicas que Argentina sufrió durante décadas, muchas veces no por necesidad, sino por desidia, desconfianza o inercia política.

Argentina debió seguir con los planes de inversión y encarar el abastecimiento de la industria militar mundial. ¿Qué diferencia había en el complejo militar argentino de finales de los 1980s con el complejo militar turco actual? ¿Por qué el KAAN turco de hoy no pudo haber sido en SAIA-90 en 1990s? La democracia argentina ha sido el aprendizaje durísimo de 40 sufrir el país la administración de un banda organizada de delincuentes e incompetentes que no lograron casi ningún objetivo socialmente deseable: ¡no mejoró la educación, ni la vivienda, ni la justicia ni tampoco creció la economía! Los únicos que mejoraron su vida fueron los propios políticos.


¿Esta era la línea de sucesión para la FAA si no hubiese la democracia desmantelado todo el complejo militar argentino?


Sin dudas el sector más castigado fue la defensa con el desmantelamiento casi completo de toda la infraestructura de producción militar. De haber seguido mínimamente un nivel de gasto militar acorde, los Mirage III hubiesen sido suplantados por los Mirage 2000 y luego complementados con F-16s reemplazando los A-4 y, mas cercano en nuestros tiempos, el salto final hacia el Rafale, el Gripen (sin tecnología británica) y, por que no, el KF-21 o los F-16 Block 70. De lado de las fuerzas terrestres, la modernización del TAM ya debió haber llegado a finales de los 90s, con la incorporación de Leopard 2 en los 2000s con modernizaciones hasta el día de hoy. De lado de las fuerzas navales, las Meko se debieron vender en los 90s por la motorización británica y su reemplazo por Meko 200 primero con motorización americana para llegar a los 2020s con FREMM francesas o italianas. Ello junto a incorporar algún LPH, LST ó LPD, tal vez usado de Francia o Italia. 

Hoy debiéramos tener una fuerza respetable, pequeña, altamente móviles y profesionales, sin necesidad de tener tanto poder de proyección como en los 80s pero si con capacidad de disuasión frente a la Royal Navy en las Malvinas: esa es nuestra hipótesis de conflicto permanente y el desafío más importante en el futuro. La Argentina de 2025 podría haber sido muy diferente. Con voluntad, planificación y control democrático, el país pudo haber mantenido su autonomía tecnológica y su capacidad de defensa sin recurrir al militarismo ni a aventuras geopolíticas irresponsables. Demás está añadir, ninguno de estos escenarios (ni ningún escenario de crecimiento económico) es factible bajo un gobierno populista, sea del partido o alianza de partidos que sea.

Hoy, en un mundo cada vez más incierto, donde la disuasión sigue siendo parte del lenguaje internacional, mirar atrás no es solo nostalgia: es una advertencia. Lo que se pierde una vez, cuesta generaciones recuperarlo. Y en defensa, como en historia, las decisiones no tomadas también escriben el destino.


Por Esteban McLaren (con colaboración de Warbook2023 y OpenIA )

sábado, 26 de julio de 2025

Argentina: Qué recibiremos en 2025/26 y qué se analiza a mediano plazo


Política de defensa de Argentina: Adquisiciones, entrega de material y negociaciones

Esteban McLaren



Argentina se encamina a recuperar el tiempo perdido por gobiernos con políticas de defensa diseñadas directamente por traidores a la Patria. Esta recomposición del gasto y la política de adquisiciones no es en ningún caso una carrera armamentista sino una simple recuperación de capacidades que, desde la guerra del Paraguay, el país había mantenido o incrementado pero que la democracia argentina decidió traicionar. El objetivo lamentablemente ha sido el desvío de recursos públicos más grande de la Historia, demoliendo la provisión de todos los servicios públicos encabezando esta lista los gastos de defensa. Por lo pronto, la Fuerza Aérea, luego de 24 años de espera, empieza a recibir sus F-16s en una versión recuperada a lo mejor que se le podía incluir gracias al reino de Dinamarca. Todavía no se habla pero ya se debe poner manos a la obra en negociaciones por AWACS, que se vienen reclamando desde 1985. La Armada disfruta sus primeros P-3C, espera recibir helicópteros italianos y, Dios quiera, fragatas mientras se discute la reposición del arma submarina, y el Ejército reacondiciona sus amados TAM, compra camiones, espera sus primeros Stryker (también un pedido con 40 años de retraso), negocia Blackhawks americanos mientras se analiza un complemento al fusil FAL.Queda mucho por solucionar, el problema salarial de las fuerzas, la fuga de especialistas al sector privado, las necesarias fábricas de municiones en todos los calibres, el desarrollo de radares y satélites militares, la producción para la defensa y, sobre todo, no caer en el error histórico de producir únicamente para el autoabastecimiento. 

Analicemos qué recibiremos los pagadores de impuestos este año y el que viene, mientras también echamos un vistazo a qué se analiza para un futuro a mediano plazo. Es un cambio que se deja ver bien, pero falta mucho para volver a las mejores épocas.



Gloriosos granaderos nacionales

Cambio de política y prioridades
El gobierno de Javier Milei redefinió la política de defensa argentina orientándola a la recuperación de capacidades y a una cooperación estrecha con EE. UU. La compra de 24 aviones F‑16 a Dinamarca y la firma de un acuerdo con EE. UU. para vehículos Stryker son ejemplos de este giro (breakingdefense.comarmyrecognition.com). El presupuesto 2025 planteado por el Ministerio de Defensa (MinDef) incorpora fondos para recuperarse de años de desinversión: incluye la adquisición de submarinos, fragatas y 8×8, la sustitución de helicópteros y la modernización del Ejército (iprofesional.com).


Stryker evaluado por personal del EA

Contexto general

  • Cambio de política y prioridades – El gobierno de Javier Milei redefinió la política de defensa argentina orientándola a la recuperación de capacidades y a una cooperación estrecha con EE. UU. La compra de 24 aviones F‑16 a Dinamarca y la firma de un acuerdo con EE. UU. para vehículos Stryker son ejemplos de este giro (breakingdefense.com; armyrecognition.com). El presupuesto 2025 planteado por el Ministerio de Defensa (MinDef) incorpora fondos para recuperarse de años de desinversión: incluye la adquisición de submarinos, fragatas y 8×8, la sustitución de helicópteros y la modernización del Ejército (iprofesional.com).




P-3C del COAN


Veamos que va a llegar en lo que queda de este año.

1. Material adquirido con entregas previstas para 2025

ProgramaEstado y entregas previstasDetalle
F‑16AM/BMAdquiridos 24 aviones a Dinamarca. Un F‑16B de entrenamiento ya fue presentado en Buenos Aires. El jefe de la FAA afirmó que los restantes aviones se entregarán en cuatro vuelos de traslado a partir de diciembre de 2025 (flightglobal.com); otras fuentes indican que 6 aparatos estarán en Argentina antes de terminar 2025 (breakingdefense.com).Modernización con apoyo estadounidense; aviones se actualizan al estándar Block 20 MLU (flightglobal.com).
Vehículos 8×8 M1126 StrykerLa carta de aceptación firmada el 2 de julio de 2025 establece la adquisición inicial de ocho transportes Stryker (derechadiario.com.ar). Según el Pentágono, los vehículos llegarán a finales de 2025 o comienzos de 2026 (armyrecognition.com).Parte de la modernización del Ejército y de la alineación con EE. UU. No se ha confirmado el número final de vehículos; hay una oferta estadounidense por 27 unidades (armyrecognition.com).
Segundos P‑3C OrionTras la llegada del primer P‑3C en septiembre de 2024, la Armada alistaba en enero de 2025 el segundo avión ex‑noruego; el MinDef señaló que se encuentra en la etapa final de certificación y fortalecerá la vigilancia de largo alcance, la guerra antisubmarina y las operaciones de interdicción marítima (armyrecognition.com). La recepción se espera para el primer semestre de 2025.El contrato incluye cuatro P‑3 (tres P‑3C y un P‑3N); los dos restantes seguirán en línea de modernización.
Helicópteros Bell 407 GXiContrato de 2022 por seis aparatos (tres para el Ejército y tres para la Fuerza Aérea). Dos helicópteros del Ejército fueron inspeccionados en diciembre de 2024 y se preveía su llegada en el primer trimestre de 2025 (aviacionline.com). La Fuerza Aérea recibió su primer Bell 407 GXi en octubre de 2023 (aviacionline.com).Se emplearán para operaciones de altura y reconocimiento en zonas fronterizas.
Modernización TAM 2C‑A2El programa prevé modernizar 74 tanques medianos hasta 2027. Tras completar diez unidades en 2024, el plan continúa durante 2025–2026 (armyrecognition.com).Mejora sistema de control de tiro, visión nocturna y comunicaciones (armyrecognition.com).
Radres RMF‑200VContrato de enero de 2023 para tres radares tácticos RMF‑200V de INVAP con plazo de 42 meses (aviacionline.com). Su entrega y mantenimiento se extienden hasta 2026.Estos radares complementan los misiles RBS‑70 NG para defensa antiaérea.
Cascos y armamentoEl presupuesto 2025 contempla compra de chalecos balísticos, fusiles y ametralladoras (iprofesional.com). La Fuerza Aérea recibió dos entrenadores IA‑63 Pampa III Block II en junio de 2024 como parte de un contrato plurianual (data24.com.ar).

 

Material esperado para 2026

Partiendo de las decisiones de 2025, entonces para 2026 el panorama de la defensa se completará con la llegada de los siguientes elementos. Entre ellos, los primeros Stryker, AW109SP y los esperados radares de INVAP.

 

2. Material ya adquirido con entregas previstas para 2026

ProgramaEstado y entregas previstasDetalle
F‑16 restantesTras la entrega de 6–8 aviones en 2025, el resto (alrededor de 16–18 cazas) se transferirá desde Dinamarca a lo largo de 2026 (flightglobal.com; armyrecognition.com).Se prevé la modernización logística e infraestructura de bases.
Stryker 8×8Los primeros ocho vehículos se entregarían a comienzos de 2026. El acuerdo podría ampliarse con más unidades si prosperan las negociaciones (armyrecognition.com).
P‑3C Orion 3º y 4ºUna vez entregado el segundo avión, el tercero y el cuarto (P‑3C y P‑3N) se incorporarán durante 2025–2026.Una vez completada la flota, repondrán la vigilancia marítima de largo alcance.
Helicópteros AW109SPLa administración Milei firmó en noviembre de 2024 un contrato por cuatro helicópteros AW109SP que incluyen simulador, entrenamiento y repuestos. Dos aparatos deben entregarse en 12–18 meses (2025) y los otros dos después (2026) (derechadiario.com.ar; derechadiario.com.ar).Equipados con radar de búsqueda, FLIR, grúa de rescate y cabina digital para misiones SAR y vigilancia marítima.
Radares RMF‑200VComo se indicó, la entrega completa se prevé para finales de 2025 o 2026 según el cronograma de 42 meses (aviacionline.com).
Modernización TAM y VCTP/M113El plan de modernización de 74 TAM 2C‑A2 continúa hasta 2027(armyrecognition.com). Además, se estudia modernizar los vehículos de la familia VCTP y los transportes M113 (armyrecognition.com), por lo que podrían firmarse contratos en 2025–2026.




RMF‑200V


Negociaciones en marcha

¿Qué se está negociado para el futuro cercano para recuperar capacidades perdidas? Mucho análisis, todavía en fase especulativa y exploratoria. Diversas opciones danesas y turcas en ofertas navales y norteamericanas en aviación para el ejército.

 

3. Programas en negociación o en evaluación

Programa/temaSituación actualEvidencias
SubmarinosLa Armada busca recuperar la capacidad perdida desde el hundimiento del ARA San Juan. En noviembre de 2024 el MinDef envió a Naval Group una carta de intención para adquirir hasta tres submarinos Scorpène Evolved; no se registran avances posteriores (elsnorkel.com). Otras alternativas son el Tipo 209 NG propuesto por ThyssenKrupp (elsnorkel.com) y modelos europeos (Saab C71, Navantia S‑80) de mayor tamaño (elsnorkel.com).La reducción del presupuesto hace más probable la compra de submarinos de segunda mano. Brasil ofreció vender su clase 209‑1400 (quedando disponible solo el Tupi) (elsnorkel.com); Argentina también solicitó información a Noruega para adquirir dos submarinos Ula (clase 206) (elsnorkel.com) y existen ofertas de Países Bajos (clase Walrus) y Turquía (dos 209‑1200 “Atilay” y fragatas MEKO 200 Barbaros) que podrían entregarse este año o el próximo (elsnorkel.com). Hasta julio de 2025 el MinDef no ha decidido cuál opción seguirá.
Vehículos 8×8 (VCBR)El Ejército reactivó el Programa VCBR para dotarse de vehículos blindados a rueda. En 2023 se firmó una carta de intención con Brasil para 156 Guaraní 6×6, pero el acuerdo no se concretó. En 2024–2025 se evaluaron los Stryker 8×8, Guaraní y el Pandur II: se valoran cuestiones técnicas, logística y financiación (armyrecognition.com). La nueva oferta brasileña incluye financiación y producción local, lo que devuelve competitividad al Guaraní. La elección final aún no está tomada.
Helicópteros medianos y Black HawkEl presupuesto 2025 y declaraciones del ministro Luis Petri priorizan la compra de helicópteros UH‑60 Black Hawk y de 8×8 para el Ejército (ciudad24.com.ar). En diciembre de 2024 se abrió un concurso para tres UH‑60 de segunda mano que fue cancelado en enero de 2025 por falta de crédito y sospechas de irregularidades (aviacionline.com); se barajan alternativas como el Airbus UH‑72B o helicópteros indios, pero no se ha anunciado un nuevo proceso.
FragatasEl presupuesto 2025 prevé la adquisición de dos fragatas (iprofesional.com). La oferta turca de fragatas MEKO 200 Barbaros aparece asociada a la propuesta de submarinos Atilay (elsnorkel.com), pero no hay negociación pública todavía. Recientemente se suma las propuestas dinamarquesas de las FFG clase Iver Huitfeldt (FDRA) y, en una gran especulación, la clase Absalon (FDRA)
Fusiles de asaltoEn septiembre de 2024, delegados argentinos evaluaron en Israel el fusil ARAD 7 de IWI para reemplazar al FAL. La propuesta contempla producción bajo licencia en Argentina; el MinDef estudia opciones y es probable que el presupuesto limite una sustitución masiva (armyrecognition.com).
Otros sistemasAdemás de las adquisiciones ya descritas, el MinDef continúa negociando la modernización de transportes M113, la conversión de aeronaves IA‑58 Pucará a la variante Fénix (ISR), la compra de radar 3D secundarios y posibles sistemas de artillería autopropulsada. Estos proyectos aún no tienen contratos firmes. Asimismo, queda por analizar la adquisición de los UAV MALE y del desarrollo de las bombas guiadas Dardo III.



SSK U209 Atilay

Finalmente, las negociaciones a mediano plazo son analizadas en la sección siguiente. La compra de nuevos SSK, junto con los helicópteros y fusiles del EA, será necesariamente un proceso de varios años.

4. Aspectos que requieren avanzar en negociación

  1. Definición de la línea de submarinos – La carta de intención con Naval Group y las múltiples ofertas de submarinos usados muestran un abanico de opciones. Para recuperar la capacidad submarina en el corto plazo, especialistas sugieren adquirir uno o dos submarinos de segunda mano y planificar un programa de submarinos costeros y oceánicos a más largo plazo (elsnorkel.com).

  2. Reemplazo de helicópteros medianos – Tras cancelarse el concurso para UH‑60 de segunda mano, el MinDef deberá decidir si inicia un nuevo proceso FMS con helicópteros nuevos, opta por alternativas como el UH‑72B, o recurre al mercado indio. La capacidad de transporte táctico del Ejército depende de esta decisión (aviacionline.com).

  3. Modernización del armamento individual – La adopción de un fusil modular como el ARAD 7 requerirá un plan de producción local y financiación que reemplace gradualmente el FAL. El MinDef aún evalúa propuestas (armyrecognition.com).

 

ARAD 7
 
 

Conclusión

El viraje de la política de defensa argentina hacia la modernización y la cooperación con EE. UU. ha generado un paquete de adquisiciones con entregas escalonadas. La Fuerza Aérea recibirá los primeros F‑16 en diciembre de 2025 (flightglobal.com), y el Ejército incorporará vehículos 8×8 Stryker y helicópteros Bell 407 GXi para renovar sus medios. En paralelo, la Armada está a punto de recibir el segundo P‑3C Orion y negocia la recuperación de la capacidad submarina con opciones nuevas y usadas (elsnorkel.com; elsnorkel.com).

Sin embargo, varias iniciativas siguen en el terreno de la negociación: la compra de helicópteros medianos, el programa de fragatas y la modernización del fusil de asalto. La concreción de estos proyectos dependerá de la asignación de recursos en el presupuesto y de la capacidad del Estado para sostener acuerdos con proveedores extranjeros sin desatender la industria nacional. Las noticias son buenas, que no nos mate la impaciencia.