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viernes, 4 de julio de 2025

EA: Maniobras del RI Parac 14

 

Ejercicios del Regimiento de Infantería Paracaidista 14




Durante intensos días de ejercitaciones, las secciones de la Unidad y el Escalón Logístico se desplegaron en el terreno para realizar su certificación de nivel sección en la localidad cordobesa de Serrezuela. La actividad se llevó a cabo de manera integrada, lo que permitió consolidar sus capacidades y elevar el nivel de instrucción.



Se ejecutaron marchas tácticas, entrenamientos en distintos tipos de operaciones, y ejercicios de tiro diurnos y nocturnos.

jueves, 3 de julio de 2025

EA: Personal militar argentino ya inspeccionó Stryker 8x8 en USA

Modernización en marcha: el Ejército inspeccionó vehículos Stryker 8x8 en Estados Unidos


En el marco de la modernización estratégica de sus capacidades operativas, y buscando concretar un proyecto de varios años, el Ejército Argentino avanza en la incorporación de Vehículos de Combate Blindados a Rueda.

Ministerio de defensa





Esta iniciativa, que contempla la adquisición de vehículos 8x8 Stryker, representa un paso importante para la Fuerza, ya que implicaría incorporar material de combate versátil y moderno.

Las reuniones mantenidas por las autoridades del Ejército Argentino, el Ministerio de Defensa y la Oficina de Cooperación de Defensa de la Embajada de los Estados Unidos, derivaron en el ofrecimiento del Gobierno norteamericano para inspeccionar ocho vehículos Stryker almacenados en el Regional Logistic Readiness Center (Tacoma - Washington), bajo la supervisión del Comando de Material del Ejército estadounidense y de la empresa General Dynamics Land Systems.



A tal efecto, en el mes de junio pasado, una comisión del Ejército Argentino visitó el mencionado centro logístico para evaluar los vehículos mediante la ejecución de pruebas estáticas y dinámicas, que contemplaron 78 ítems de verificación. A través de herramientas específicas de diagnóstico, se pudo comprobar que los vehículos se encuentran en estado operativo total y se confirmó la trazabilidad de su mantenimiento.



Como parte de la visita, los miembros de la comisión argentina presenciaron un ejercicio práctico con tiro real de una Brigada de Combate Stryker en el Centro de Instrucción de Yakima, oportunidad en que fue posible observar la movilidad, potencia de fuego y despliegue táctico de los vehículos.

Esta próxima adquisición de vehículos se enmarca en una estrategia más amplia y abarcativa que tiene como objetivo la transformación del instrumento militar terrestre para construir una Fuerza más moderna, interoperable y proyectable.


Acerca del 8x8 Stryker


‐ Diseñado para ofrecer movilidad rápida, protección balística moderada y versatilidad táctica.
‐ Se adapta a diversas funciones del combate: transporte, apoyo de fuego, reconocimiento y evacuación médica, entre otras.
‐ Concebido como un vehículo de infantería, puede transportar a un grupo de tiradores proporcionándole protección y un importante apoyo de fuego.
‐ Posee gran capacidad para desplazarse en diversos terrenos.
‐ Su blindaje modular protege contra armas ligeras, explosiones y esquirlas.
‐ Es un vehículo probado en operaciones reales.

miércoles, 2 de julio de 2025

Patagonia: Ejercitaciones del Esc Expl C Bl 11



Ejercicios de exploración en la Patagonia Austral




Bajo extremas condiciones climáticas de nieve y frío (-5°C), nuestros soldados del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 11 realizaron ejercitaciones en la Patagonia Austral.


Granaderos a Caballo de San Martín: Coraje, valor y audacia


San Martín y la creación de Los Granaderos a Caballo: el reclutamiento, una rigurosa disciplina y el “fanatismo frío del coraje”

Hace 213 años se inició la creación de una unidad militar emblemática del país. Diseñada y moldeada en cada detalle por José de San Martín, sus hombres demostraron gran valentía en la lucha por la independencia
Adrián Pignatelli || Infobae




Llegó el lunes 9 de marzo de 1812, luego de cincuenta días de navegación en la fragata George Canning, que había partido de Gran Bretaña el 19 de enero de ese año. Regresaba a América después de casi 30 años, cuando su familia se había radicado en España. Ahora, con 34 años, volvía convertido en un teniente coronel de caballería y una amplia experiencia militar.


Había hecho carrera militar en España y en nuestro país crearía una unidad que haría historia

En el ejército español, combatió en cinco campañas y participó en 17 acciones de guerra, destacándose por su arrojo e inteligencia, especialmente en el combate de Arjonilla y en la derrota del ejército francés en Bailén.

San Martín no venía solo. Lo acompañaban oficiales como: el capitán de infantería Francisco de Vera; el alférez de navío José Zapiola; el capitán de milicias Francisco Chilavert; el alférez de carabineros reales Carlos de Alvear y Balbastro; el subteniente de infantería Antonio Arellano y el primer teniente de guardias walonas barón Eduardo de Holmberg.


Noticia publicada en La Gaceta con la llegada de San Martín a Buenos Aires

Traía en mente un plan para libertar a América del dominio español.

No hubo en la ciudad de Buenos Aires quien no lo mirase con recelo. Era un perfecto desconocido, con un fuerte acento español y sin un peso en el bolsillo. Para colmo llevaba un sable corvo o mameluco, comprado en segunda mano en Londres, que era de confección oriental, difundido por los ingleses y muy parecido a los usaban los corsarios y no descartaban que fuese un espía británico.

Temerarios se buscan

El 16 de marzo de 1812 el Primer Triunvirato le ordenó la constitución de un cuerpo de caballería. Su proyecto fue formar una unidad de elite y tuvo donde inspirarse. En 1667 por orden de Luis XIV había sido creado los Granaderos de Infantería, los “enfant perdus”, por los temerarios que eran. Ocupaban siempre la primera línea de combate y eran los que encabezaban los asaltos.


Descripción del uniforme, tal como lo había diseñado San Martín (Guillermo Centeno - GDC Dreams www.gdcdreams.com.ar)

Eran altos, corpulentos, ágiles y arriesgados. Armados con sable y hacha, llevaban colgando un saco llamado granadera, que contenía una docena de granadas, una suerte de proyectiles huecos de hierro fundido, redondos, con un agujero por donde se les introducía la carga. Las arrojaban con la mano, con una honda o con una cuchara.

El 17 de marzo, San Martín elevó su plan para la formación del Escuadrón de Granaderos a Caballo. El 21 de marzo el Triunvirato lo aprobó y lo instó a ejecutarlo “sin pérdida de tiempo”. En Buenos Aires ya existía el Regimiento de Dragones de la Patria, que había sido organizado por el coronel José Rondeau, y que tenía su cuartel donde se levantan las Galerías Pacífico.

El 27 de marzo el gobierno impartió órdenes a Córdoba, La Rioja y San Luis para que cada provincia enviase 100 hombres cada una. Debían ser de regular estatura y con caballo.


Quince minutos al alba del 3 de febrero de 1813: el bautismo de fuego de los Granaderos, en San Lorenzo

Era preciso armar el primer escuadrón de los cuatro que tendría. Nombró a José Zapiola capitán de la primera compañía y Alvear fue ascendido a sargento mayor. Sus cuñados Mariano y Manuel de Escalada también fueron de la partida.

La primera docena de hombres que se integraron a esta unidad fueron soldados, cabos y sargentos de los Dragones de la Patria. También recibieron a 14 soldados pertenecientes al Regimiento 1 Patricios, que se habían sublevado en el Motín de las Trenzas, en diciembre del año anterior.

Envió a Francisco Doblas a Misiones, a quien le dio tres meses para que le llevase 300 guaraníes altos y robustos. De los 80 candidatos que el teniente José Ruiz trajo de Córdoba, San Martín descartó solo tres. Por el litoral estuvo el teniente coronel Toribio de Luzuriaga, quien reclutó, entre otros al correntino Juan Bautista Cabral. También se incorporaron hombres provenientes de San Isidro, Morón, Pilar y San Luis, entre otros.


El famoso sable corvo de San Martín, quien lo acompañó en su campaña libertadora (Adrián Escandar)

En agosto llegaron unos cincuenta riojanos que, sumados a la tropa que ya había reunido, completó el primer escuadrón con dos compañías de 70 hombres cada una. Cuando en septiembre llegaron los puntanos, se armó el segundo escuadrón.

La primera baja que sufrió la incipiente fuerza fue por invalidez, la del sargento primero de la segunda compañía del primer escuadrón Gregorio Miltos, enfermo de tuberculosis, que tenía una brillante foja de servicios.

Cada escuadrón tenía un capitán, dos tenientes, un subteniente, un sargento primero, tres sargentos segundos, un trompeta, cuatro cabos primeros, 70 soldados montados y seis soldados desmontados. La plana mayor incluía un comandante, un sargento mayor, un ayudante, un porta estandarte, un capellán, un trompeta, un sillero y un herrador, tal como describe Camilo Anschütz en su historia del regimiento.

San Martín asumió la responsabilidad de la organización, la disciplina, la instrucción, el vestuario y el equipo. Debía pasar los requerimientos al Estado para la provisión de todo lo que necesitase.

De todas formas, San Martín se encontró con que el Estado tenía las arcas casi vacías y dependió bastante de donaciones de particulares. De su primer sueldo donó 50 pesos, mientras que Alvear lo cedió íntegro.


Disciplinados, aguerridos, fueron instruidos bajo la atenta supervisión de San Martín (Revista Caras y Caretas)

La organización fue lenta porque el propio San Martín seleccionó uno por uno a sus oficiales. Tuvo el percance de no contar con la ayuda de su segundo, el sargento mayor Alvear, arrestado en su casa por haber sableado a un grupo de ingleses y por abrirle la cabeza a uno de ellos, el comerciante Diego Winthon. Para colmo Zapiola, el capitán de la primera compañía, era un marino de formación que de pronto tuvo que adaptarse como oficial de caballería. En lugar de ayudar a su jefe, se convirtió en otro de sus alumnos.

El 23 de abril presentó la lista de oficiales para que se les extendieran los despachos correspondientes. También se incorporaron, en calidad de cadetes 16 niños, provenientes de las mejores familias de la ciudad.

Sables de latón y lanzas

Como primer cuartel se usó el de la Ranchería, ubicado en Perú y Alsina y cuando en mayo los Dragones de la Patria partieron a la Banda Oriental, ocuparon su cuartel, junto al Parque de Artillería. Como caballerizas se usó las instalaciones de la Plaza de toros, que se levantaba más sobre la actual Avenida Santa Fe y Marcelo T. de Alvear. El resto de lo que es plaza San Martín se usaba para prácticas de combate.

Desde entonces se llamó Plaza de Marte y no importaba el momento del día, siempre se escuchaba el estridente sonido de clarines.


Los granaderos se ocupan de la custodia de la Casa Rosada, del mausoleo de su jefe en la Catedral, el izamiento y arrío de la bandera en Plaza de Mayo y en la participación en actos oficiales (AP)

En sus comienzos, los sables que colgaron de sus cinturas eran de latón de 36 pulgadas y si en un principio usaron lanzas fue por la escasez de ellos. Fueron hechas según las especificaciones dadas por San Martín: cortas con asta de madera dura. También los granaderos usaban carabinas de chispa con 10 cartuchos o tercerolas, una suerte de carabina pero más corta. Por lo general, eran los oficiales que usaban pistolas, que debían adquirir con su propio dinero.

Pero como nada parecía alcanzar, se requisaron a particulares sables y pistolas.

Tanto las técnicas de ataque y defensa con el sable y la lanza las enseñaba, con paciencia y claridad, el propio jefe, que solía aparecerse montado en un alazán tostado o un zaino oscuro de cola larga y abundante. “San Martín formó soldado por soldado, oficial por oficial, apasionándolos con el deber, y les inoculó ese fanatismo frío del coraje que se considera invencible y es el secreto de vencer”, escribió Bartolomé Mitre en la biografía del prócer.

Los primeros caballos fueron comprados gracias a donaciones de dinero de varios vecinos de la ciudad y del interior.

El uniforme pensado por San Martín constaba de fraque, forro, pantalón, capote, maleta, chaqueta de cuartel y gorra, todo en azul. Además, cuellos carmesí, chaleco blanco, botones cabeza de turco blancos (usados por los Húsares y Cazadores), casco con carrilleros o gorra y botas altas con espuelas.

El morrión era alto y tenía en la frente una granada y alrededor la leyenda “Libertad y Gloria”.

San Martín era obsesivo, minucioso para imbuir a cada uno de los granaderos “el espíritu de cuerpo, de orden, de aseo y de disciplina”. Todo era revisado por el jefe: la comida, la ropa y el cuidado del caballo. Todos los días a la misma hora se lo limpiaba, se los alimentaba y se les daba agua. Todas las actividades con toques de corneta.


Los granaderos participaron de toda la campaña libertadora. Del millar inicial, regresaron unos ochenta

Diariamente se hacía una revista del aseo y antes de que los soldados abandonaran el cuartel, en la puerta un suboficial revisaba a uno por uno.

Cada granadero recibía un nombre de guerra por el que debía contestar cuando se pasaba lista; debían sostener la mirada un poco más arriba del horizonte. Domingo F. Sarmiento escribió que de diez cuadras se distinguía un oficial de Granaderos, porque llevaba la cabeza erguida con exageración e inclinaba el pecho hacia adelante con altanería. San Martín había dispuesto que lucieran, en sus orejas, aros metálicos.

El jefe les preparaba emboscadas y ataques nocturnos. “Prueba del miedo”, los llamaba.

San Martín redactó un severo código de conducta que todo oficial debía cumplir. Era tomado como cobardía el solo hecho de agachar la cabeza en batalla; constituía un delito no admitir un desafío y no exigir satisfacción ante un insulto, así como no defender el honor del regimiento, por falta de integridad y por hablar mal de compañeros con terceras personas. Asimismo, estaba penado revelar disposiciones internas; por familiarizarse “en grado vergonzoso” con los sargentos, cabos y soldados, por pegarle a una mujer aun cuando ella lo hubiera insultado; por no ayudar a un compañero en batalla; por presentarse en público con una prostituta; por asistir a casas de juegos que no pertenezcan a la clase de los oficiales y por el uso inmoderado de la bebida.

El primer domingo de cada mes San Martín reunía en su casa a los oficiales del regimiento, y en unas tarjetas en blanco escribían los hechos que merecían ser discutidos. En caso de haber algún acusado, se lo hacía salir y se deliberaba cómo proceder.

Su primer combate fue San Lorenzo el 3 de febrero de 1813 y el último Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Los últimos granaderos regresaron a Buenos Aires en 1826 y de ellos solo siete habían estado desde un principio. Entonces esta unidad fue disuelta.

En el parte del combate de San Lorenzo, San Martín escribió que “el valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria”.

De esa unidad, en sus 13 años de vida, surgieron 19 generales, 60 coroneles y más de 200 oficiales, que le haría decir a su jefe que “de lo que mis muchachos son capaces, solo lo sé yo. Quien los iguale habrá, quien los exceda no”.

El regimiento fue reorganizado el 25 de mayo de 1903 por disposición del presidente Julio A. Roca. “Queda reconocido como cuerpo permanente del Ejército, el Regimiento de movilización creado por resolución ministerial del 3 de febrero del corriente año, el cual se denominará, en homenaje a su antecesor, “Regimiento de Granaderos a Caballo”, establece el decreto. Y así, diez de ellos combatieron en Monte Harriet y Monte Longdon en Malvinas donde, una vez, revelaron ese alma guerrera de cuando su jefe los educó en el arte de la guerra.


Fuentes: Historia del Regimiento de Granaderos a Caballo (1812-1826), de Camilo Anschütz; Historia de San Martín y la emancipación americana, de Bartolomé Mitre; San Martín. La fuerza de la misión y la soledad de la gloria, por Patricia Pasquali.

martes, 1 de julio de 2025

EA: Ejercicios de la Compañía de Ingenieros Paracaidista 4

Ejercicios de ingenieros en Córdoba

 
 



La Compañía de Ingenieros Paracaidista 4 realizó adiestramiento operacional en el campo de instrucción de la Guarnición Ejército Córdoba, el lago San Roque y Villa Carlos Paz. La instrucción incluyó actividades propias de la función de movilidad y franqueo de cursos de agua.


lunes, 30 de junio de 2025

Patagonia: RIMec 8 en prácticas de tiro de combate

 

Tiro de combate en Chubut 



El Regimiento de Infantería Mecanizado 8 llevó adelante una intensa jornada de adiestramiento operacional con sus secciones de Infantería en Bahía Solano.



Durante la actividad, se ejecutaron procedimientos de combate con armas de tiro tendido de la Unidad.
El entrenamiento fortaleció la capacidad táctica de las fracciones, desde el planeamiento hasta el desarrollo completo del combate simulado.

domingo, 29 de junio de 2025

Patagonia: Ejercitaciones con el B Ars 602 y BAL RG en la 9° Brigada Mecanizada



Apoyo técnico y logístico en el sur del país




El personal del Batallón de Arsenales 602, y de las Bases de Apoyo Logístico de “Río Gallegos” y “Comodoro Rivadavia” desplegó sus capacidades para mantener medios clave de la XIra Brigada Mecanizada.



Se realizaron tareas de mantenimiento sobre vehículos blindados y sistemas de transporte, se capacitaron mecánicos locales y se ejecutaron traslados logísticos en apoyo a las ejercitaciones.

sábado, 28 de junio de 2025

Argentina: Infraestructura para entrenamiento en MOUT

Entrenamiento MOUT (combate de localidad) en ejércitos modernos y aplicación a Argentina 

 Por Esteban McLaren


 

Introducción

En la historia militar argentina, pocos episodios fueron tan decisivos y formativos como las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807. A menudo vistas como un mero antecedente colonial, estos enfrentamientos dejaron una huella mucho más profunda: en las calles de Buenos Aires —entre sus casas, conventos y callejones— se libraron combates que, sin pretenderlo, forjaron una experiencia fundacional en el arte de la guerra urbana. No existía aún un ejército nacional, pero fue precisamente esa resistencia organizada, en pleno entorno urbano, la que sentó las bases tácticas, humanas y simbólicas de lo que más tarde sería el Ejército Argentino.

Aquella defensa improvisada reveló de forma dramática la complejidad del combate en ciudad: emboscadas entre paredes de adobe, disparos desde balcones, repliegues por pasajes angostos, y la necesidad de coordinar milicias civiles en medio del caos urbano. Más de dos siglos después, ese tipo de escenario ha vuelto a convertirse en el foco de atención de los ejércitos del mundo, bajo una nueva denominación: MOUT (Military Operations on Urban Terrain).

Lejos de ser un fenómeno lejano o exclusivo de los conflictos internacionales, el combate urbano plantea desafíos inmediatos también para Argentina, tanto por su participación en operaciones de paz como por la evolución del propio entorno doméstico. Este trabajo busca analizar el estado actual del entrenamiento MOUT en ejércitos modernos y evaluar su aplicación concreta en el contexto argentino, proponiendo soluciones realistas y estratégicamente viables.
 

1. ¿Qué es el MOUT?

Las siglas MOUT hacen referencia a Military Operations on Urban Terrain, es decir, operaciones militares desarrolladas en entornos urbanos. Este tipo de escenarios plantea desafíos tácticos y logísticos que difieren completamente de los del combate convencional en espacios abiertos. El combate urbano exige habilidades específicas: control de edificaciones, combate en espacios cerrados, manejo de la población civil, respuesta a amenazas asimétricas, emboscadas, francotiradores y navegación por espacios densamente construidos. En los conflictos contemporáneos —como en Irak, Siria o Ucrania— las operaciones en ciudades han demostrado ser no sólo inevitables, sino también determinantes para el desenlace de las guerras. Esto ha llevado a las fuerzas armadas modernas a repensar sus métodos de entrenamiento, priorizando la práctica en escenarios urbanos realistas.

2. Tendencias actuales en los ejércitos modernos

  • Construcción de "urban training villages" (pueblos de entrenamiento): estructuras permanentes o semi-permanentes simulando barrios urbanos.

  • Uso de tecnología mixta: escenarios físicos combinados con simuladores virtuales (realidad aumentada, sensores, cámaras).

  • Reciclaje de espacios reales: reutilización de barrios abandonados, bases desactivadas o zonas urbanas degradadas con bajo valor inmobiliario.

 A lo largo del mundo, los ejércitos han adoptado diferentes estrategias para entrenar a sus tropas en MOUT. Una de las más difundidas es la construcción de "urban training villages", es decir, aldeas o barrios artificiales creados específicamente para simular entornos urbanos complejos. Estas instalaciones combinan estructuras físicas con sistemas tecnológicos avanzados, como simuladores virtuales, sensores de movimiento, cámaras de seguimiento y escenarios interactivos.

Sin embargo, una tendencia cada vez más común —y más económica— es la reutilización de espacios reales. Barrios abandonados, zonas degradadas con baja densidad poblacional o antiguas instalaciones industriales en desuso están siendo recicladas como espacios de entrenamiento militar. Estos entornos, además de proveer un realismo difícil de replicar en estructuras artificiales, permiten un uso eficiente del suelo y del presupuesto estatal.
 

3. Necesidad de espacios MOUT en Argentina

3.1. Justificación

  • Modernización doctrinaria: el Ejército Argentino ha incorporado nociones de combate urbano en ejercicios conjuntos y en UNPROFOR.

  • Escenario realista local: con urbanización creciente, cualquier conflicto interno o externo implicaría zonas densamente pobladas (Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba).

  • Participación en misiones ONU: requiere habilidades MOUT, en especial para operaciones de estabilización y control civil.

  • Entrenamiento en seguridad interior y apoyo a Fuerzas Federales en situaciones de crisis (disturbios urbanos, toma de rehenes, terrorismo, narcotráfico).

 En el contexto argentino, la necesidad de contar con instalaciones dedicadas al entrenamiento en combate urbano es tan evidente como urgente. Por un lado, la doctrina militar argentina ha comenzado a incorporar progresivamente los conceptos y tácticas del combate urbano, tanto en ejercicios internos como en entrenamientos combinados con fuerzas extranjeras. Por otro, el crecimiento urbano sostenido en el país —especialmente en el Gran Buenos Aires— hace que cualquier escenario de conflicto, crisis civil o amenaza asimétrica ocurra casi inevitablemente en áreas urbanizadas.

Además, la participación recurrente de tropas argentinas en misiones de paz de las Naciones Unidas demanda una preparación específica para actuar en entornos urbanos densos, muchas veces en situaciones de gran tensión social o política. A esto se suma la potencial colaboración de las Fuerzas Armadas con fuerzas de seguridad federales ante situaciones de extrema gravedad, como terrorismo, narcotráfico o disturbios urbanos, donde el entrenamiento MOUT se vuelve indispensable.


4. Opciones de entrenamiento urbano en Argentina

4.1. Actualidad

Actualmente, el país cuenta con campos de instrucción tradicionales que resultan útiles para maniobras generales, pero no alcanzan el nivel de complejidad que impone un entorno urbano moderno. Por lo tanto, se hace necesario explorar otras alternativas viables y realistas que permitan entrenar adecuadamente a las tropas.
  • Existen instalaciones militares tradicionales (campos abiertos, polígonos, zonas boscosas) pero carecen de complejidad urbana realista.

  • Ejercicios en espacios civiles reales son limitados por riesgos y logística (traslados, permisos, incomodidad pública).


 

4.2. Alternativas viables

a) Reutilización de pueblos abandonados o en retroceso demográfico

Una primera opción es la reutilización de pueblos abandonados o en franco retroceso demográfico. En varias provincias argentinas, particularmente en el interior de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe o La Pampa, existen localidades rurales casi deshabitadas, con infraestructura aún en pie. Estos pueblos podrían cederse al Ministerio de Defensa para ser transformados en centros de entrenamiento urbano. La ventaja principal radica en el bajo costo de adquisición y en el valor estratégico de contar con estructuras reales: casas, calles, almacenes y edificios públicos. 
  • Ejemplos: pueblos rurales semiabandonados en Buenos Aires, La Pampa, Córdoba o Santa Fe.

  • Ventajas: bajo costo de adquisición, ya poseen infraestructura básica (casas, calles, almacenes).

  • Desventajas: alejados de grandes centros militares, inversión inicial en reacondicionamiento.

b) Zonas urbanas marginales o deshabitadas del Gran Buenos Aires

Otra posibilidad consiste en aprovechar zonas urbanas marginales o deshabitadas del conurbano bonaerense. En el Gran Buenos Aires existen predios fiscales, ex complejos ferroviarios, villas relocalizadas o instalaciones industriales abandonadas que podrían adaptarse con inversiones menores. Su principal fortaleza es la cercanía a guarniciones relevantes como Campo de Mayo, La Plata o El Palomar, lo cual reduciría los costos logísticos y facilitaría el uso frecuente.
  • Ejemplos posibles: predios fiscales o ferroviarios abandonados, villas deshabitadas tras relocalización, ex fábricas.

  • Ventajas: cercanía a guarniciones importantes (Campo de Mayo, La Plata, etc.), menor costo logístico, acceso inmediato.

  • Desventajas: posible rechazo social, necesidad de controles estrictos de seguridad.


c) Construcción de pueblo MOUT artificial dedicado

Una tercera opción es la construcción desde cero de un complejo MOUT dedicado, diseñado a medida para el entrenamiento de combate urbano. Esta alternativa permitiría mayor control, escalabilidad y adaptación tecnológica, aunque implicaría un gasto inicial considerable tanto en infraestructura como en mantenimiento a largo plazo.
  • Requiere financiamiento estatal específico.

  • Diseño controlado, escalable y modular.

  • Costo estimado: alto (infraestructura, mantenimiento, control)




5. Análisis 

Comparando estas alternativas, la reutilización de pueblos abandonados se presenta como la opción más económica y realista. El costo de adquisición tiende a ser simbólico o nulo, especialmente si los terrenos son cedidos por autoridades provinciales o nacionales. El mantenimiento es manejable, y el valor táctico del entorno real supera ampliamente al de una construcción artificial. Además, el impacto social es mínimo, ya que se trata de espacios ya deshabitados o sin actividad económica significativa. Debe destacarse, como se aprecia abajo en la lista de pueblos abandonados en Argentina, la infraestructura es casi nula en la mayoría de los casos por lo que no aportarían tanto a la simulación de un espacio urbano estándar. Más aún, cualquiera espacio rural de unas pocas hectáreas podría recrear un espacio urbano con la ayuda de contenedores y un poco de creatividad.



El uso de espacios marginales del Gran Buenos Aires puede ser aún más económico en términos logísticos, pero plantea mayores desafíos en cuanto a seguridad, interacción con la comunidad y aceptación política. Por su parte, la construcción de una instalación artificial específica, aunque óptima en diseño, resulta poco viable bajo el actual contexto presupuestario nacional.

En síntesis, la alternativa de reciclar un pueblo semiabandonado con infraestructura básica disponible, buena conectividad y posibilidad de acceso vehicular, emerge como la opción más rentable y estratégica para desarrollar un centro de entrenamiento MOUT en Argentina.
 
AlternativaCosto inicialMantenimientoAccesibilidadRealismoRecomendación
Reutilizar pueblo abandonadoBajoMedioBajoAlto✔✔✔✔
Usar áreas marginales del GBAMuy bajoBajoAltoMedio✔✔✔
Construcción artificial nuevaAltoAltoVariableAlto✔✔


6. Potencialidades estratégicas

La creación de un espacio dedicado al combate urbano abriría un abanico de oportunidades para las Fuerzas Armadas. En primer lugar, permitiría la formación sistemática de tropas en un entorno adaptado a los desafíos reales que impone la urbanización moderna. En segundo lugar, habilitaría el desarrollo de doctrina propia, pensada para el entorno argentino y sus características sociales, demográficas y geográficas. Además, el centro podría funcionar como ámbito de entrenamiento conjunto con fuerzas de seguridad federales o provinciales, fortaleciendo la interoperabilidad entre agencias.

A largo plazo, un centro nacional de entrenamiento urbano podría posicionar a la Argentina como un referente regional en la materia, ofreciendo capacitación para fuerzas de países vecinos o incluso misiones internacionales. También podría integrarse con simuladores virtuales y programas de cooperación académica y tecnológica.

7. Conclusión

El entrenamiento en operaciones urbanas se ha vuelto una prioridad para los ejércitos del siglo XXI. Argentina no es la excepción. La falta de espacios adecuados para este tipo de instrucción constituye una brecha estratégica que debe ser abordada con urgencia. La reutilización de pueblos abandonados como centros MOUT representa una solución pragmática, de bajo costo, con alto potencial táctico y bajo impacto social.

Avanzar en esta dirección no sólo permitiría a las Fuerzas Armadas adaptarse a las demandas del entorno moderno, sino que también sentaría las bases para una doctrina nacional robusta y orientada al futuro.



Pueblos abandonados en Argentina













Lista de pueblos abandonados