Kurassiers en Aonikenk
Los Sk-105 Kürassier del RCTan 13 "Teniente General Juan Esteban de Pedernera" también dijeron presente en el ejercicio AONIKENK
Una de las zonas elegidas para los ejercicios fue la estación marítima de Puerto Deseado
Diario Crónica
El Ejército Argentino realiza importante despliegue en toda la región como parte de los ejercicios anuales
Puerto Deseado, (C).- En un esfuerzo por fortalecer la operatividad y logística de las Fuerzas Armadas, efectivos militares han llevado a cabo una serie de ejercicios en toda esta región, abarcando desde La Plata hasta Río Gallegos. El general de Brigada, Miguel Ángel Salguero, comandante de la Tercera División del Ejército, y el coronel Mayor Claudio Cervigni, al mando de IX Brigada Mecanizada 9, han estado al frente de estas actividades.
Durante su visita a Puerto Deseado, Salguero explicó que la intención de su recorrido es supervisar las distintas guarniciones y coordinar esfuerzos logísticos. “Estamos realizando una ejercitación programada, que se lleva a cabo simultáneamente en Santa Cruz, Chubut y Buenos Aires, con un enfoque particular en lugares clave para el planeamiento de la defensa”, señaló.
A lo largo de casi diez días, el general ha recorrido diversas guarniciones, iniciando su viaje en Santa Cruz y continuando hacia Chubut, donde ya visitó Comodoro Rivadavia. Las actividades de adiestramiento operacional se han realizado en varias localizaciones, incluyendo Bahía Solano, Sarmiento y Río Mayo.
En Puerto Deseado, los ejercicios han incluido operativos en la zona de Tellier y la estación marítima, donde se llevó a cabo un alistamiento del personal y de los vehículos de combate. Este ejercicio permitió a los soldados familiarizarse con el puerto y coordinar con las autoridades locales, como Prefectura Naval y la Armada Argentina, en un esfuerzo conjunto para facilitar operaciones marítimas futuras.
El coronel Mayor Cervigni enfatizó que la naturaleza del ejercicio es principalmente logística, evaluando la capacidad del muelle y la aptitud de los buques para operar en la zona. “Este tipo de entrenamiento es crucial para que los jefes de regimiento puedan planificar despliegues efectivos en caso de ser necesarios”, afirmó.
Los militares destacaron la importancia de estar preparados, especialmente en una región tan rica en recursos como la Patagonia. Recordaron también un ejercicio realizado hace mes y medio en Bahía Blanca, donde se integraron diferentes fuerzas armadas, sumando alrededor de 5000 efectivos en un despliegue que involucró buques, aviones y tropas de diversas provincias.
Con estos ejercicios Cervigni destacó que las Fuerzas Armadas buscan no solo preparar a sus efectivos, sino también establecer vínculos sólidos con otras agencias y garantizar una respuesta efectiva ante cualquier eventualidad en la vasta y rica región patagónica.
La Gran Unidad de Combate desplegó vehículos y efectivos en el marco de las maniobras realizadas en el campo de instrucción Baterías.
Durante la actividad, se evaluó la integración de todos los sistemas y funciones de combate bajo un ritmo operacional intenso.
El Steyr SK-105 Kurassier es un cazatanques ligero con una plataforma
blindada ligera, utilizado principalmente para operaciones en terrenos
difíciles como montañas y nieve, características presentes en la
Patagonia. Se halla presente en el inventario del Ejército Argentino (EA) desde 1981 en una rocambolesca operación de adquisición. Si bien sigue siendo un activo importante del inventario blindado, el tiempo ya ha hecho mella su capacidad de combate para tiempos modernos. Dependiendo del estado de la disposición presupuestaria, del estado de los chasis, y de los requisitos que necesite cubrir el EA, los costos de su actualización (en caso de bateas con varios años de uso por delante) o reemplazo van desde casi 200 a 1.100 millones de dólares. A continuación, se presentan opciones de reemplazo que
cumplen con los requisitos establecidos: deben ser vehículos ligeros,
con capacidades modernas o fácilmente modernizables, equipados con un
cañón de 105 mm o superior y capaces de operar en condiciones
montañosas y nevadas. En este escenario específico donde, al contrario
de la zona noroeste argentina, existe alta probabilidad de nevadas que
pueden dificultar la movilidad de los vehículos sin orugas.
El SK-105 Kürassier está equipado con un cañón de 105 mm G1 estriado, derivado del cañón francés utilizado en el AMX-13. Este cañón tiene la capacidad de disparar proyectiles de alto poder explosivo (HEAT) , con un alcance máximo efectivo de hasta 2,7 km para proyectiles HEAT. El cañón está integrado en una torreta oscilante, que permite un alto ángulo de elevación, lo que es útil para operaciones en terrenos montañosos y accidentados. La torreta era una versión modificada de la del tanque francés AMX-13,
ensanchada para otorgar mayor espacio a los tripulantes. La misma es del
tipo basculante, con el conjunto que forman el cañón y la parte
superior unidos, que oscilan sobre la base inferior. En la parte
posterior se encuentran dos cargadores a tambor tipo revólver que
permiten hacer hasta doce disparos seguidos en forma automática antes de
recargarlos, reduciendo así la tripulación a sólo tres hombres.
Condiciones Patagónicas: La Patagonia presenta desafíos únicos como terrenos difíciles, climas extremos y vastas distancias. El reemplazo debe tener capacidad todo terreno y autonomía, adecuado para estas condiciones, y debiera superar al SK-105 en movilidad y capacidad de operación en condiciones difíciles.
Consideraciones logísticas: El despliegue de estos vehículos requeriría una infraestructura adecuada, tanto en términos de transporte como de mantenimiento, lo cual puede ser complejo en la región patagónica. Sin embargo, con la correcta planificación y adaptación, estos vehículos serían una mejora significativa para las unidades allí desplegadas.
Las opciones que primero se presentan están disponibles en el mercado europeo, del cual proviene este modelo.
Torre HITFACT 105 de OTO Melara
Torreta HITFACT 105 (arriba) de OTO Melara y torreta CT-CV 105HP de CMI Defence sobre Pandur II.
Todas estas opciones ofrecen una mejora significativa en comparación con el Steyr SK-105 en términos de movilidad, protección y poder de fuego. La elección final dependerá de las necesidades específicas de Argentina, así como de consideraciones presupuestarias y geopolíticas.
En cuanto a costos, considerando la necesidad de reemplazar 120 unidades, la inversión total sería significativa, con un rango estimado de USD 720 millones a USD 1.200 millones, dependiendo de la elección y configuración del sistema seleccionado.
Aquí te presento algunas opciones de reemplazo del Steyr SK-105 Kurassier disponibles en Taiwán, Corea del Sur y Japón:
Tabla con costo básico del proyecto de reemplazo
Modelo | Precio por unidad (USD) | Precio para 120 unidades (USD) |
---|---|---|
CM-34 "Clouded Leopard" | 2.5 millones | 300 millones |
K21-105 | 5.5 millones | 660 millones |
CV90 | 6.5 millones | 780 millones |
Type 16 Maneuver Combat Vehicle | 6.5 millones | 780 millones |
Mowag Piranha V | 7 millones | 840 millones |
ASCOD 2 | 8 millones | 960 millones |
Centauro II | 9 millones | 1,080 millones |
Esta tabla facilita la comparación del costo total para adquirir 120 unidades de cada modelo.
Modernizar el Steyr SK-105 Kurassier con nuevas torretas y sensores puede ser una opción viable y más económica en comparación con el reemplazo completo de los vehículos. A continuación, se detallan las estimaciones de costos para cada una de las opciones de modernización. Veamos diferentes opciones de torretas presentes en el mercado. Hay dos que se mencionan muy frecuentemente en los medios sociales: la omnipresente Cockerill 3105 belga y el nuevo modelo Ascod 2/Sabrah israelí.
Otra opción relevante podría ser simplemente mejorar los sensores y sistemas de tiro tal como se ha hecho con el programa TAM 2CA2. Con ello el cañón podría apuntar y acertar bajo cualquier condición meteorológica y compatibilizaría en su mantenimiento con el tanque principal del EA. Veamos brevemente estas opciones.
Opción de modernización | Costo por unidad (USD) | Costo para 120 unidades (USD) |
---|---|---|
Torreta ASCOD 2 Sabrah | 2-3 millones | 240-360 millones |
Torreta Cockerill 3105 | 1.5-2.5 millones | 180-300 millones |
Sensores TAM2C A2 | 1-1.5 millones | 120-180 millones |
Aunque el cañón de 105 mm del SK-105 fue adecuado en el momento de su desarrollo, hoy enfrenta limitaciones frente a las amenazas modernas. Sus proyectiles pueden ser efectivos contra vehículos blindados ligeros y estructuras, pero son insuficientes contra tanques de batalla principales (MBT) modernos, que poseen un blindaje mucho más resistente.
Para mantener su relevancia en el combate moderno, una actualización sería necesaria. Esto podría incluir la modernización del sistema de control de fuego, la integración de nuevos sistemas de estabilización y la posibilidad de equiparlo con misiles antitanque avanzados. Las actualizaciones también podrían mejorar la protección balística y añadir sistemas de defensa activa, como lanzadores de granadas de humo y sistemas de alerta y contramedidas electrónicas.
Abramos el abanico ahora. El mercado ofrece distintas alternativas de modernización de la torreta del vehículo SK-105. La información organizada en una tabla, ordenada desde la opción más económica hasta la más costosa:
Torreta Scorpion 90 Upgrade con cañón Cockerill 105 mm: Opción más económica, pero con capacidades limitadas y un FCS básico, aunque existe la posibilidad de modernización.
Torreta LAV-105: Proporciona una capacidad de fuego efectiva, pero con un FCS más antiguo. Es una opción accesible y probada en combate.
Torreta HITFACT 105: Una opción equilibrada en cuanto a costo y capacidades, con un FCS avanzado que podría incluir integración con sistemas israelíes si se moderniza.
Torreta Cockerill CT-CV 105HP: Ofrece capacidades avanzadas, incluyendo la capacidad de disparar misiles guiados, lo que le añade versatilidad. El FCS es de alta calidad, con opciones para integración de tecnología israelí.
Torreta Stryker MGS: La opción más costosa, pero también la más avanzada, con un FCS robusto y capacidad de fuego en movimiento, ideal para operaciones de alta intensidad.
Torreta MGS
Torreta HITFACT 105
LAV 105
Modernizar el Steyr SK-105 Kurassier con nuevas torretas y sensores puede ser una opción viable y más económica en comparación con el reemplazo completo de los vehículos. A continuación, se detallan las estimaciones de costos para cada una de las opciones de modernización
Información organizada en formato de tabla de las opciones y el costo de modernizar 120 unidades.
Torreta | Precio Individual (USD) | Costo para 120 Unidades (USD) |
---|---|---|
Torreta Scorpion 90 Upgrade con Cañón Cockerill 105 mm | 1 - 1,5 millones | 120 - 180 millones |
Torreta LAV-105 | 1 - 1,5 millones | 120 - 180 millones |
Torreta HITFACT 105 | 1,5 - 2,5 millones | 180 - 300 millones |
Torreta Cockerill CT-CV 105HP | 2 - 3 millones | 240 - 360 millones |
Torreta Stryker MGS | 3 - 4 millones | 360 - 480 millones |
Estos podrían ser los costos de programas completos de modernización de la torreta.
Aunque el SK-105 sigue siendo útil en ciertos escenarios, su cañón de 105 mm es menos efectivo contra amenazas modernas, y una actualización sería esencial para mantener su capacidad en el campo de batalla actual. El SK-105 se puede reemplazar completamente o modernizar la torreta. Los rangos para programas de modernización/reemplazo de todo el lote de vehículos varían en un amplío rango desde 180 a 1.100 millones USD. La modernización depende mucho del estado de los chasis de los vehículos. Si los vehículos pueden mantenerse operativos por los próximos 20 años, convendría modernizarlos. Sino, reemplazarlos. En cuanto al reemplazo, los 8x8 son más baratos de comprar en general y mantener en particular. Gran parte de los repuestos mecánicos se adquieren en el mercado civil (off-the-shelf). Por el contrario, los orugas son mas caros de mantener dado que el repuesto de movilidad es la oruga metálica con zapata de goma que se hace muchas veces particulares de cada modelo. Dicho esto, en condiciones de muy malas condiciones climáticas (nieve) comunes en la Patagonia, la oruga garantiza con más probabilidad la movilidad que las ruedas. La decisión final debe considerar todas las variables analizada, incluyendo el grado de prioridad que puede tener mantener la capacidad disuasiva en ese escenario en particular.
Aspectos finales a tener en cuenta:
Personalmente me inclinaría por una modernización y estandarización a los sistemas del TAM2CA2 con la inclusión algún ATGM (lanzador externo o GLATGM si fuese compatible) y, sobre todo, se deben incluir a toda la flota blindada protección contra drones FPV que ya son actualmente la pesadilla de un ataque blindado.
Esteban McLaren para FDRA
Imagine que usted tiene un problema grave con un vecino. Compra un rifle para defenderse. Luego, se entera que su vecino comprará una escopeta con el mismo propósito. Aprovecha esa información y desbarata esa operación ofreciéndole más dinero al armero y se queda también con la escopeta. La situación es doblemente peor para su vecino: no solamente no tiene arma, sino que ayudó a que su vecino duplique las armas que posee. Así fue como Argentina convirtió la provisión de protección blindada a la Patagonia Austral en un juego de suma cero: lo que Chile perdió, lo ganó Argentina. ¡Una domada histórica!
En la década de 1970, las relaciones entre Argentina y Chile se encontraban en un estado de tensión extrema, en parte debido a disputas territoriales como la del Canal de Beagle. En 1978, la situación se agravó al punto de casi estallar en un conflicto armado. En este contexto, ambos países comenzaron a reforzar sus capacidades militares.
Esa situación suena como una pesadilla geopolítica y militar, un escenario donde la planificación meticulosa se ve frustrada por factores fuera del control de los expertos. Imaginar a esos técnicos chilenos analizando cada detalle del terreno del sur de Chile—con sus montañas escarpadas, ríos, canales y caminos difíciles—y luego seleccionar cuidadosamente un tanque ligero que prometía cumplir con todas sus necesidades, sólo para descubrir que su adquisición ha sido frustrada por una jugada estratégica de último momento, añade un nivel de complejidad emocional e histórica.
"los tanques que solicitaron y fabricaron para nosotros quedaron del otro lado de la frontera"
Este tipo de situaciones no solo representa una derrota técnica, sino también una derrota moral, ya que esos tanques, diseñados para enfrentar desafíos similares en terrenos duros, están ahora en manos de una nación vecina con quien hay tensiones históricas. Además, podría verse como un reflejo de las dinámicas geopolíticas de la región, donde las decisiones de compra de armamento no solo dependen de las capacidades técnicas, sino también de las alianzas y rivalidades internacionales.
La ironía de que todo ese esfuerzo técnico y logístico haya terminado beneficiando indirectamente al "enemigo" sería devastadora para los involucrados. Además, esa situación pone en evidencia la fragilidad de la seguridad nacional cuando se depende de proveedores externos para equipos de defensa, y cómo un cambio inesperado puede alterar significativamente el equilibrio de poder en una región tan volátil como la del Cono Sur de América.
Por otro lado, también subraya la importancia de la diplomacia y la inteligencia en la adquisición de equipo militar, donde no solo se evalúan las capacidades del material, sino también la confiabilidad de los socios comerciales y las posibles consecuencias geopolíticas de tales adquisiciones.
La decisión de Chile de adquirir el tanque ligero austríaco SK-105 Kürassier en la década de 1980 se enmarca dentro de un contexto geopolítico y militar complejo, influenciado por diversas restricciones y necesidades operativas específicas del país.
Durante los años 70 y 80, Chile, bajo la dictadura de Augusto Pinochet, enfrentaba importantes restricciones internacionales para la compra de armas, en gran parte debido a sanciones impuestas por varios países occidentales y la ONU debido a las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen. Estas restricciones limitaban las opciones de Chile para adquirir material bélico de países con los que tradicionalmente había mantenido relaciones comerciales en defensa, como Estados Unidos y algunos países europeos. Por ejemplo:
En este contexto, Austria emergió como una opción viable para Chile, dado que no estaba alineada con los bloques de poder que imponían sanciones. Austria, siendo un país neutral y no perteneciente a la OTAN, no tenía restricciones políticas significativas para la venta de armas a Chile en ese momento. Además, la industria de defensa austríaca buscaba expandir sus mercados y el SK-105 Kürassier representaba una oportunidad para ellos.
El SK-105 Kürassier fue diseñado por Austria como un tanque ligero destinado a la defensa territorial, particularmente adaptado para operar en terrenos montañosos y accidentados, lo cual coincidía con las necesidades geográficas de Chile, un país con extensas zonas montañosas en la Cordillera de los Andes.
Aunque muy similar al AMX-13, el SK-105 Kürassier es 4 toneladas más pesado, con una presión sobre el suelo de 0,78 kg/cm². Su chasis es más grande que el del tanque francés, y está equipado con un motor más potente de 320 HP, refrigerado por agua. La transmisión es manual, con 6 velocidades hacia adelante y una marcha reversa. Estas mejoras permiten que el vehículo alcance una velocidad máxima de 70 km/h en carretera.
El sistema de rodadura consta de cinco pares de ruedas de rodamiento, tres rodillos de apoyo, y dos ruedas dentadas: una tensora y otra tractora. La primera rueda de rodamiento está equipada con un amortiguador y un resorte para mejorar la suspensión.
El vehículo cuenta con un tanque de combustible interno de 350 litros de gasoil, lo que le otorga una autonomía de 520 km en asfalto. Su cañón principal de 105 mm, el mismo utilizado en la versión AMX-13 105, es capaz de penetrar 360 mm de blindaje y está montado en una torreta oscilante.
Entre las características que hicieron al SK-105 atractivo para Chile están:
En los anales de la historia militar, pocas operaciones han sido tan cargadas de intriga y controversia como la que involucró a Chile, Austria y, finalmente, Argentina. La historia, digna de un thriller cinematográfico, comienza con un pedido ambicioso: Chile ordena a la Steyr austríaca una lista de 100 cazatanques SK-105 Kurassier, seis tanques de recuperación, tres vehículos de combate de infantería Saurer, tres vehículos de combate de infantería de mando, 360 metralletas y 124 ametralladoras. Todo ello, a un costo de unos 2.075 millones de chelines austríacos, lo que se traduce en unos 148.1 millones de dólares de 1978, o cerca de 721 millones de dólares a valores de 2024 (Pilz, 1982, págs. 125-127).
Chile, en medio de su dictadura militar, estaba a punto de recibir estos tanques Steyr SK-105 Kürassier cuando un giro inesperado cambió el rumbo de la historia. Bajo una presión política abrumadora, el gobierno austríaco canceló el envío. Este pedido, desde el principio, había sido una fuente de intensa controversia. En una Austria democrático, vender armamento a un régimen acusado de violaciones sistemáticas a los derechos humanos resultaba impensable. Exiliados chilenos y movimientos políticos de izquierda se movilizaron con fuerza, exigiendo al gobierno austríaco que bloqueara la exportación, aunque los vehículos ya estaban listos para ser enviados (Kabl, 2022).
Las justificaciones morales se convirtieron en el eje de las protestas: ¿Cómo podía Austria, un país comprometido con la defensa de los derechos humanos, vender armas a un dictador como Pinochet, señalado por la represión y las ejecuciones extrajudiciales? Por otro lado, existían un dilema de reputación que enfrentaba Austria al incumplir un contrato tan significativo. Ello se "mitigaba" al señalar que Chile podría adquirir vehículos similares en otros mercados, como el AMX-13 francés. También se había buscado que Chile firmara un condicionante con la compra, difícilmente controlable a posteriori: los tanques no podían ser usados para reprimir a la población, solo para la defensa en caso de ataque exterior. Así y todo, el envío fue cancelado, y los tanques fueron enviados a depósito, lo que desató una nueva polémica en Austria, pues la cancelación de la operación amenazaba con pérdidas económicas y la eliminación de puestos de trabajo.
En medio de este escándalo, la inteligencia militar argentina, siempre atenta a las oportunidades, vio la ocasión de convertir la desgracia de Chile en una victoria para Argentina. Con una astucia digna de una novela de espionaje, los servicios de inteligencia argentinos orquestaron un plan para desviar esos tanques a su propio país. El 15 de junio de 1981, el New York Times (haga clic aquí) reveló la audaz maniobra: Argentina había adquirido los vehículos austríacos por un sobrecosto de 32 millones de dólares respecto al pedido original de Chile. La noticia sacudió al mundo.
La operación no estuvo exenta de drama en su fase final. Manifestantes se congregaron a las puertas de Steyr-Werks, la fábrica donde se construyeron los tanques, con la intención de impedir su salida hacia Argentina. Sin embargo, la historia tomó un giro violento cuando los propios trabajadores de la planta, furiosos por la posible pérdida de sus empleos, arremetieron contra los manifestantes, dejando a 60 de ellos malheridos y allanando el camino para que los tanques partieran.
La historia culminó con un giro irónico: al año siguiente, Steyr, que había estado en una delicada situación económica, pasó de tener un déficit a un superávit, gracias en gran parte a esta operación. Así, lo que comenzó como una disputa moral en Austria terminó con un beneficio económico inesperado, recordando al mundo que, en el intrincado juego de suma cero de la política y la guerra, siempre hay vencedores y vencidos.
En el mundo de la diplomacia y la venta de armas, nada es lo que parece, y la historia de cómo Argentina logró desviar los tanques destinados a Chile es un ejemplo perfecto de intriga y corrupción. Es casi seguro que el plan argentino incluyó sobornos a funcionarios y personas clave involucradas en el proceso de entrega de los tanques. No hay que olvidar que todo el proceso de venta de armas en Austria estaba profundamente politizado, un terreno fértil para maniobras bajo la mesa.
A través de un intermediario astuto, los argentinos ofrecieron a Austria un precio mayor que el acordado con Chile. De este modo, los tanques, que originalmente debían ser enviados a Santiago, terminaron en Buenos Aires. Pero aquí surge una pregunta incómoda: ¿por qué Austria prohibió la venta al régimen de Pinochet, pero no aplicó el mismo criterio a la junta militar argentina? La respuesta sigue siendo esquiva para los historiadores, aunque es probable que los problemas económicos de Steyr, que amenazaban con llevar a la empresa a la quiebra, hayan influido significativamente en la decisión de permitir esta segunda operación. Cabe aquí mencionar que de no haber presentado Argentina la oferta, esos tanques hubiesen quedado en depósito, produciendo costos de almacenamiento y hubiesen sido el recordatorio de una mala decisión. La oferta de Buenos Aires fue una segunda oportunidad para Viena para entender que era un negocio y no una lucha por principios.
¿Por qué se aceptó la venta a Argentina? Primero, a pesar de las similitudes en cuanto a violaciones de derechos humanos, la relación diplomática entre Austria y Argentina era diferente. Austria consideraba a Argentina un mercado estratégico en Sudamérica y, en parte, la decisión de vender los Kürassier fue influenciada por el interés económico y las relaciones comerciales entre ambos países. En segundo lugar, aunque Argentina también estaba bajo una dictadura militar, la percepción internacional de su situación de derechos humanos, aunque también condenada, no tuvo el mismo nivel de escrutinio que Chile en algunos círculos europeos en ese momento. Esto facilitó que la venta pudiera justificarse de manera diferente ante la comunidad internacional.
El desenlace de esta historia tuvo lugar en 1981, cuando, en el puerto francés de Le Havre, se embarcaron los primeros 57 cazatanques austriacos SK 105 Kürassier a bordo de un buque argentino, con destino a Argentina. Este envío inicial formaba parte de un pedido mayor de 120 unidades. Para noviembre de 1982, los últimos 27 cazatanques completaron el lote. Pero la relación entre Argentina y Steyr no terminó ahí; en 1985 se enviaron diez vehículos de recuperación adicionales, y en 2006, cuatro SK-105 más.
Hoy en día, estos tanques están en servicio en el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 11 “Coronel Juan Pascual Pringles,” con cuartel general en Rospentek Aike, y en el Regimiento de Caballería de Tanques 11, con sede en Puerto Santa Cruz. Curiosamente, Rospentek Aike está ubicado a pocos kilómetros de la frontera con Chile, un recordatorio silencioso de las tensiones que alguna vez llevaron a esta compleja danza de poder y engaño.
Escuadrón
de Exploración de Caballería Blindado 11 “Coronel Juan Pascual
Pringles” (Rospentek Aike) y Regimiento de Caballería de Tanques 11
(Puerto Santa Cruz)
Es importante destacar que la operación no solo implicó un acto de inteligencia y potencial soborno, sino también una táctica de desinformación para asegurarse de que las autoridades chilenas no descubrieran lo que estaba ocurriendo hasta que ya fuera demasiado tarde. Chile, descubrió con la nota del New York Times, que "sus" tanques pasaban al otro lado de la frontera, que habían sido desviados a Argentina, y con ello se vio obligado a buscar una solución alternativa para reforzar su capacidad militar en medio de una escalada de tensiones con su vecino.
Así,
lo que comenzó como una simple transacción comercial se convirtió en
una obra maestra de intriga internacional, donde la necesidad económica
de una empresa se encontró con la ambición militar de un país. Y en este
juego de suma cero, Argentina salió ganando, dejando a Chile con las
manos vacías y a Austria con una conciencia pesada, pero con las arcas
llenas.
La operación tuvo un impacto considerable en las relaciones diplomáticas y militares entre Argentina y Chile. Si bien no desencadenó un conflicto abierto, precisamente porque jamás Chile podía haber resistido un conflicto en el Teatro de Operaciones Austral con este desbalance militar, aumentó la desconfianza entre ambos países y evidenció las tensiones subyacentes en una época de dictaduras militares y rivalidades regionales.
Desde un punto de vista militar, Argentina logró reforzar su flota de tanques en un momento crítico, aunque a un costo considerable debido al sobreprecio pagado y al riesgo involucrado en la operación. Chile, por su parte, tuvo que reevaluar sus estrategias de adquisición de armamento y la seguridad de sus operaciones internacionales.
Esta historia es fascinante por varias razones:
El engaño y la audacia: La operación fue un acto de espionaje y negociación encubierta que involucró una serie de movimientos rápidos y arriesgados. La capacidad de Argentina para ganar de mano y comprar un cargamento de tanques destinados a su enemigo potencial y adquirirlos para su propio ejército demuestra un nivel de audacia y habilidad en operaciones encubiertas que es digno de mención.
Las repercusiones geopolíticas: El evento exacerbó las tensiones en una región ya volátil. Aunque no llevó directamente a una guerra, contribuyó al clima de desconfianza y paranoia que caracterizó las relaciones entre los dos países durante esa época.
El costo de la operación: Desde un punto de vista económico y estratégico, el hecho de que Argentina pagara un sobreprecio para adquirir estos tanques muestra hasta qué punto estaba dispuesta a llegar para mantener una ventaja militar sobre Chile, subrayando la importancia que ambos países otorgaban al poder militar en su relación bilateral.
En resumen, la operación para re-adquirir los tanques Steyr SK-105 Kürassier es un ejemplo de la compleja y a menudo oscura interacción entre espionaje, diplomacia y estrategia militar en América del Sur durante la Guerra Fría. Es una historia que resalta cómo los países pueden recurrir a métodos extraordinarios para asegurarse una ventaja estratégica en situaciones de alta tensión.