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viernes, 5 de agosto de 2022

Gran Malvina: La Fuerza de Tareas Yapeyú

Fuerza de Tarea Yapeyú





Las acciones principales se llevaron a cabo en la Isla Soledad, pero las tropas apostadas en la Gran Malvina resistieron con estoicismo, sacrificio y valor la guerra que les tocó vivir. Se posicionaron dos guarniciones importantes, una en Bahía del Zorro, Regimiento de Infantería 5,
Dos Secciones de la Compañía de Ingenieros 3, La compañía de Sanidad 3, La Compañía de Comunicaciones 3 asumieron el control en Puerto Howard, rebautizada como Puerto Mitre bajo el mando del Coronel Mabragaña, la Guarnición Militar Fuerza de Tareas Yapeyú, sobre la base del Regimiento de Infantería 5.
El 25 de Abril de 1982 el Regimiento 5 llegó transportado en tres tandas de helicópteros, más un contingente de una centena de hombres con equipamiento y armas que llegaría por modo marítimo.
El 21 de Mayo, día del desembarco en San Carlos, marcó el comienzo de las acciones en puerto Howard, a partir de ese día y hasta el 14 de Junio de 1982 se sucedieron los bombardeos navales nocturnos (de 3 a 4 horas de duración) y los ataques diurnos aéreos que ocasionaron siete muertos y una treintena de heridos. La posición combatió con las armas que tenía y fueron abatidos dos aviones; uno de ellos, un Harrier, cayo por el fuego reunido de fusileros, armas automáticas y Blow Pipe; su piloto se eyectó y fue rescatado, también Fueron varias las acciones de rescates de pilotos propios que, patrulla de la Fuerza de Tarea Yapeyú realizaron.
Hacia fines de Mayo, las patrullas terrestres enemigas rondaban la zona. Se presentaron fuegos de cerrojo y emboscadas; en una de éstas patrullas Argentinas a cargo del teniente Duarte, sostuvo un combate con una británica con total éxito para los nuestros. Resultado un suboficial ingles capturado y el jefe de patrulla capitán (UK) John Hamilton muerto en acción. Este oficial fue sepultado con todos los honores militares en el cementerio local.
El 6 de Junio, arribó el Bahía Paraíso, constituido en hospital para evacuar a los heridos y traer algunos víveres secos, lo que provocó una reacción positiva en la moral ya que la situación era realmente complicada.

sábado, 12 de junio de 2021

Malvinas: El capitán Sergio Fernández derriba un Harrier desde el hombro

Harrier derribado desde el hombro





El 19 de mayo, a sabiendas de que se avecinaba el desembarco inglés en la isla Soledad (ocurrió dos días después) los generales Menéndez y Parada enviaron al grueso de la Compañía de Comandos 601 a la isla Gran Malvina. ¿Por qué y para qué? Supuestamente porque al norte de Howard el radar Rasit había detectado movimientos sospechosos, que nunca se comprobaron. Los comandos del mayor Mario Castagneto estaban furiosos. “Nos mandaron a correr sombras”, me decía el entonces teniente primero Sergio Fernández. “Eramos la reserva para actuar en el momento del desembarco. Estabamos preparados para atacar a los británicos ni bien pisaran tierra. Y nos rifaron”.
Ya los habían rifado en una ocasión anterior, cuando Menéndez los obligó a custodiar su puesto de comando, - distrayéndolos de sus misiones específicas - ante rumores de un golpe de mano inglés, que nunca ocurrió.
Frustrado por haber perdido la oportunidad de llevar a los hombres de su sección al combate, el Gallego Fernández no imaginaba que se iba a destacar por un hecho único en la historia militar argentina.
Durante tres años, desde el 79, había sido jefe del curso de lanzamisiles portátiles Blow Pipe, de fabricación británica. Una suerte de bazuca modernizada, de tres kilómetros de alcance, que dispara un misil de 14 kilos, a velocidad Mach 1, guiado manualmente después de los 400 metros, con lo cual no se lo puede interferir con contramedidas electrónicas, ni con chaff.
Cuando Castagneto tiene la idea de crear una Sección de Emboscada Antiaérea, manda a Férnandez para que hable con el general Jofre en Stanley House, la casa de gobierno. En Malvinas el Ejército tenía tan sólo tres unidades de lanzamiento y seis misiles, en tanto que en el continente había 20 y 120 respectivamente. Se imponía traer ese armamento al campo de batalla. Pero al Caballo Jofre no le interesó la iniciativa: “No, es mucho problema, nos arreglamos con lo que hay”.
El 21 de mayo se apostaron con sus Blow Pipe cerca del puesto comando del Regimiento 5 de Infantería, en Puerto Howard, rebautizado Yapeyú, el capitán Ricardo Frecha, el Gallego Férnandez y el cabo primero Jorge Martínez.

1- Y muy pronto, a unos cuatro kilometros de distancia, avistan un Sea Lynx.
-¿Qué sentiste en ese momento?
-El adrenalinómetro se puso en rojo…
Pero el helicóptero no se acercó lo suficiente. Poco después, Fernández divisó un avión a reacción. Su reloj marcaba las diez menos cinco. La mira del Blow Pipe, de diez aumentos, no se prestaba a error: era la silueta inconfundible de un Harrier.
Frecha autoriza el tiro. El avión venía frontal sobre el agua y como los comandos se habían ubicado sobre una elevación, estaban parejos en altitud. Fernández decide tirarle desde lo más lejos posible, antes que descargue sus bombas. Pero de repente el Harrier quiebra la trayectoria sobre su derecha, hace un giro sobre las lomas y se pierde: los misiles no lo alcanzan.
Los comandos recargan y casi inmediatamente ven aparecer desde el sur lo que creyeron era un segundo Harrier; años después comprobaron que se trataba del mismo. Ahí Fernández decide cambiar de criterio: lo dejará acercar lo más posible.
-Eso implicaba mayor riesgo…
-A esa altura uno ya estaba jugado y sin fichas. El miedo aparece el algún momento de reflexión, no cuando estás enfocado.
-Y vos lo estabas.
- Lo único que tenía en la cabeza era: “¡Hijo de puta, te la voy a poner en el blanco del ojo!”
Cuando la máquina se empezó a colocar transversal, el Gallego disparó. Un segundo después, ante los ojos del comando, el avión caía en vivo y en directo, hecho una bola de humo y de fuego. Esos ojos también advirtieron el paracaídas desplegado del piloto.
-¿Qué te pasó por dentro?
- Estaba feliz por haber hecho bolsa al avión y doblemente feliz porque el inglés se había eyectado. Yo sólo buscaba neutralizar al Harrier.
Una balacera espectacular acompaño la explosión del cazabombardero: los efectivos del Regimiento 5 le tiraban con ametralladoras, fusiles y hasta pistolas.
Todo sucedió a una velocidad vertiginosa. Del disparo al impacto, pasaron menos de dos segundos. Del impacto a la eyección, menos de cinco.
2- El piloto Jeff Glover cayó al agua a unos 1800 metros de donde estaban los apuntadores de Blow Pipe: ahora urgía evitar que se ahogara. Corriendo, trotando, caminando por un terreno desconocido, sorteando los campos minados argentinos, frenados por el peso de sus fusiles y cargadores, los comandos se dirigieron al lugar. Demoraron unos 45 minutos en llegar, pero - de purísima casualidad - el único bote de todo Puerto Yapeyú estaba amarrado justo frente al lugar en que cayó Glover. Y el cabo primero Eduardo Ibarra, del Regimiento 5, viendo que el piloto flotaba moviendo un solo brazo, embarcó en él con un soldado para recuperarlo.
En la playa lo esperaban los comandos. Fernández le tendió la mano a Glover para ayudarlo a bajar y al verlo morado de frío, lo abrigó con su campera de duvet. En el puesto principal de socorro, adonde lo llevó en su moto el comando-médico Llanos para ser atendido, el piloto británico no se quedó atrás en materia de caballerosidad. Al enterarse que se necesitaba sangre para un soldado herido del 5, ofreció la suya.
Al día siguiente, un helicóptero lo evacuó de la Gran Malvina. Férnandez se acercó a despedirlo.
-Soy el que te derribó.
-Me place estar vivo.
-A mi también que lo estés.
Tras varios intentos fallidos, recién en el 2016 volvieron a encontrarse. Glover formaba parte de la tripulación VIP de un jerarca de Medio Oriente que había llegado a Buenos Aires de incógnito.

Un desayuno de cuatro horas en el Hotel Alvear sirvió para reconstruir minuciosamente lo que había acontecido aquel 21 de mayo en Puerto Yapeyú. En una reunion subsiguiente, en La Biela, se sumó el comando Llanos. Aclararon algunos tantos. “Sentí un bang grande, pero el ruido de armas portátiles se percibe como un granizo, y no experimenté eso”, comentó entre otras cosas Glover.
-Pero, Gallego, y emocionalmente, ¿cómo fue ese reencuentro?
-Fuerte. Era el abrazo que nos teníamos que dar dos tipos que casi nos matamos entre nosotros. Y si Dios quiso que sobrevivieramos, fue para que seamos mejores.



Créditos a @nkasanzew


miércoles, 19 de junio de 2019

Malvinas: La ayuda militar libia y peruana con SA-7 Grails


Malvinas, documentos desclasificados: Perú y Libia ayudaron a la Argentina con misiles soviéticos

Por Mariano Sciaroni || Infobae


 

A partir del bombardeo de Aviones Vulcan, seguido por ataques de aviones Sea Harrier, del 1° de mayo de 1982, las fuerzas argentinas en las Islas Malvinas tomaron conciencia que la cobertura antiaérea debía, de alguna forma, mejorarse.

Es que, si bien zonas puntuales de las islas se encontraban protegidas por un buen número de cañones y unos pocos lanzadores de misiles (Roland y Tiger Cat), gran parte de las tropas desplegadas en el terreno no contaban con medios para hacer frente a los aviones y helicópteros británicos.

En el país solo existía un tipo de misil antiaéreo portátil, el Blowpipe, del cual solo había pocos ejemplares y, para peor, su uso requería un gran entrenamiento ya que el misil era guiado al objetivo por un pequeño joystick.

La solución más accesible estaba dada por un arma soviética: conocida en occidente como SA-7 (Código OTAN "Grail") y cuyo nombre original era 9K32 Strela, era un misil tierra – aire de muy corto alcance y guiado calórico (en este caso, busca los gases de escape de los motores de los medios aéreos) que era cargado en el hombro y disparado por un único operador.

De primera generación, daba una probabilidad de derribos modesta, agregándose que permitía atacar principalmente aviones en alejamiento o helicópteros. Había sido utilizado por primera vez por fuerzas egipcias, que el 19 de agosto de 1969 derribaron a un avión A-4 Skyhawk israelí, 12 millas al Oeste del canal de Suez.

Sin embargo, se lo consideró útil para Malvinas, en tanto daría finalmente aquella protección misilística a las tropas desplegadas por las islas. En especial, a aquellas fuera del poderoso paraguas defensivo en la zona de Puerto Argentino y el aeropuerto militar.

Un país amigo tenía este tipo de armas: Perú. Y, contactos de las más altas esferas mediante, comenzaron las gestiones para que un lote de estos misiles llegara a Malvinas.

 
Un militar peruano opera un misil SA-7 durante la Guerra del Cénepa, en 1995

Poco después, a principios de mayo (el día 6) llegó a la Base Aérea El Palomar -ubicada en territorio bonaerense- un cargamento de 120 de estos misiles con alrededor de 40 lanzadores, provenientes de stock peruanos y en un avión carguero L-100 de la misma Fuerza Aérea Peruana (FAP).

En el mismo vuelo arribaron dos oficiales que cruzarían a Malvinas, así como un tercero quedaría en Comodoro Rivadavia para adiestrar a los argentinos en el uso de estos equipos.

El 7 y 8 de mayo, en dos vuelos de C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina, fueron trasladadas a Malvinas una cantidad limitada de lanzadores y misiles. Los oficiales peruanos cruzaron recién el 9 y fueron llevados rápidamente a la zona de Darwin / Pradera del Ganso para dar un curso acelerado de estos misiles a las tropas aeronáuticas allí desplegadas. Cumplida la tarea, silenciosamente como habían llegado, los militares peruanos volvieron a su patria.

También hubo otro proveedor de estas armas: un día después de la recuperación de Malvinas, el 3 de abril, concurrió el encargado de negocios de Libia en Argentina, el Sr. Alsharushi Albarrani a la Casa Rosada, a los fines de ofrecer armamento de todo tipo, así como dinero y petróleo "sin condicionamientos de ningún tipo, comisiones ni intermediarios". Agregó que la oferta "era de gobierno a gobierno".

Si bien la propuesta, basada en las convicciones ideológicas del líder libio Muamar El Gaddafi, fue considerada, no fue profundizada en el momento, cuando todavía se especulaba que Inglaterra no combatiría por las islas.

Vale agregar que la inteligencia naval brasileña consideraba (dando a esa información un elevado grado de certeza) que la Unión Soviética había pedido a Gaddafi este acercamiento con Argentina, para que el país "no fuera visto como responsable de esta entrega de armas". Es más, indicaba que la visita del embajador cubano a Buenos Aires (que había sucedido poco tiempo antes) había sido motivada para orquestar un puente aéreo entre Libia y Buenos Aires que tuviera su escala en Angola, país en el cual se encontraban luchando tropas cubanas.

La CIA también consideraba que la Unión Soviética podría encontrarse detrás del ofrecimiento libio. Sin embargo, ninguna de estas especulaciones constaba al gobierno argentino.

Recién el 15 de mayo de 1982 a las 20:00 hs arribó a Trípoli, capital de Libia, una comitiva integrada por un miembro de cada fuerza: el Brigadier Teodoro Waldner, el Coronel José Dante Caridi y el Capitán de Navío Juan Carlos Marengo, a fines de requerir finalmente la ayuda militar de aquel país africano.

Luego de una reunión formal apenas aterrizaron el día 16 a las 10:00 hs, los representantes de las tres armas se reunieron con quien se presentó como el vicepresidente libio, Abdul Salam Ahmed Jalub y tres coroneles (de aviación, de defensa y de marina). Todos se encontraban bien predispuestos para ayudar a la causa argentina.

Los militares argentinos se sorprendieron cuando, sin demasiados preámbulos, sus anfitriones libios les solicitaron que hicieran una lista de lo que necesitaban. Sin embargo, les advirtieron de entrada (entre otras cosas), que no había problemas en entregar armamento portátil, pero que en lo que hacía a armamento pesado occidental iba a resultar complicado. Y respecto del soviético, necesitaban "conseguir autorización para entregar armamentos significativos".

A todo evento, pidió tres días para contestar que podía o no entregarles. En lo que hace a los misiles SA-7, puede leerse en el requerimiento entregado a Libia, que el Ejército Argentino solicitó 50 lanzadores y 150 misiles. La Armada, por su parte, pidió 30 lanzadores y 100 de los misiles. Hay que recordar que la Fuerza Aérea ya contaba con dichos misiles, en tanto Perú se los había facilitado.

Con todo ello, con una respuesta casi totalmente positiva de Libia (entre las negativas se encontraron aviones Mirage y misiles antisuperficie AS-30), se firmó un convenio y, desde fines de mayo, en un número de vuelos de aviones Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas y de la Fuerza Aérea Argentina, fue llegando a Buenos Aires un cargamento que totalizó la cantidad de 50 misiles y 10 lanzadores. No obstante, otras versiones hablan de 60 misiles con 20 lanzadores.

Obviamente, la Unión Soviética no había vetado la entrega de aquellos misiles a la Argentina. Hay que agregar que desde 1973 a 1986 Libia había recibido unos 20.000 misiles Strela-2, por lo que tenía una gran cantidad de estas armas. Muchos de estos misiles se tornaron luego en un dolor de cabeza para las agencias de inteligencia occidentales al caer el gobierno de Gaddafi (en el 2011) y quedar accesibles los depósitos militares de Libia para grupos terroristas de Medio Oriente.

Como nota, desde Puerto Argentino no estaban tan interesados en los misiles de corto alcance, sino que, cansados de los ataques fuera del alcance de las armas antiaéreas desplegadas consideraron como "único medio posible de atenuar continuación hostigamiento" el conseguir misiles soviéticos "mediano alcance tipo SA-6 o SA-2".

 
Soldados de Vietnam del Norte posan frente a un misil SA-2. Una batería de estos misiles requería de decenas de operadores entrenados y muchos equipos asociados. Hubiera sido imposible operar estos misiles en Malvinas

Claro que hubiera sido casi imposible transportar dichos sistemas a las islas (siendo el SA-2 especialmente voluminoso para ser transportado: se hubiera necesitado a un buque entero para mover una batería), que hubieran requerido una gran cantidad de operadores, no solo para los misiles, sino también para los sensores asociados.

Más allá del pedido de Puerto Argentino (efectuado el 18 de mayo), no hay constancias concretas que siquiera se intentaran conseguir este tipo de lanzadores de misiles durante el conflicto (aun cuando si existieron gestiones en la inmediata postguerra con la Unión Soviética, que terminaron en nada).


 
Mensaje de Puerto Argentino hacia el continente: manden misiles “mediano alcance” soviéticos

El 28 de mayo, en otro C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, se cruzaron otros 60 misiles SA-7 a las islas, los cuales habían arribado a Comodoro Rivadavia el día anterior. Los mismos fueron repartidos entre los Regimientos de Infantería del Ejército Argentino, el Batallón de Infantería de Marina (BIM) 5 de la Armada Argentina y otras unidades militares.

La inteligencia británica había para entonces escuchado rumores acerca que Libia podía estar entregando armas a Argentina. Un diplomático británico que operaba desde Libia, sin embargo, había recibido el 30 de mayo de "una fuente confiable" la afirmación que "Libia no estaba entregando armas a Argentina".

La fuente seguía diciendo que "una delegación argentina de tres hombres había llegado a Trípoli diez 10 atrás, pero que solo los habían recibido porque los acompañaba alguien de la Cruz Roja. Los argentinos habían pedido ayuda financiera y militar, pero los libios les dijeron que tenían problemas financieros y, en lo que hace a las armas, las necesitaban" y no las podían entregar. La "fuente confiable" (claramente, muy poco confiable) siguió diciendo que Gaddafi estaba especialmente molesto con los argentinos.



 
En una foto de reconocimiento británica, se puede ver un soldado argentino apuntando un misil SA-7 y, detrás y en una zona de carpas, otro con un misil Blowpipe

Más allá de las presunciones del mundo de los espías, el 31 de mayo un piloto civil británico había observado un Boeing 707 con colores de Aerolíneas Argentinas en el aeropuerto de Trípoli, detenido en la zona militar. El civil británico, quizá con intenciones de emular a James Bond, había contactado entonces a un ciudadano sueco que se encontraba en el lugar, quien le dijo que trabajaba asesorando militarmente al gobierno libio y que en el avión argentino se habían cargado 400 misiles "ERM", equivalentes a un "mini – Exocet". Obviamente, dicha información era (nuevamente) enteramente falsa.

Pero ya había sido suficiente de rumores y luego de informar al Foreign Office, el embajador en Libia se puso directamente en contacto personal con Gaddafi, quien "negó categóricamente" (en concordancia con la "fuente confiable") que estuviera entregando material a nuestro país.

Sin embargo, los británicos no le creyeron. Un par de días más tarde, un espía en Brasil les revelaría la existencia del puente aéreo que unía Trípoli con Buenos Aires (vía Recife). Pero ya era tarde, la ayuda de Libia seguiría llegando.

Para el 1° de junio, el alto mando militar señalaba que no se podían enviar más misiles portátiles antiaéreos a Malvinas (y, con ello, cumplir un pedido desde las islas) ya que "no hay más en existencia en el país".

Sin embargo, al muy poco tiempo llegó otra parte del cargamento de misiles desde Libia, cruzando el 12 de junio (en otro vuelo de Hércules) los últimos 6 lanzadores y 24 misiles. La guerra terminaría dos días después.

 
Misiles SA-7 capturados por los británicos luego de la rendición argentina

Si bien fueron lanzados una cantidad apreciable de misiles (que, vale la pena aclarar, pareciera fueron todos de la versión ligeramente mejorada "Strela-2M" o SA-7b para la OTAN), no hay derribos confirmados atribuibles a este sistema de armas.

Más allá que el misil tenía una efectividad limitada, el conocimiento del arma que recibieron las fuerzas de Ejercito y de la Armada, en algunos casos, fue un panfleto con las instrucciones más básicas de como mantenerlo y dispararlo. Y, hasta parte de esos panfletos ¡estaban en ruso!

Aún sin conseguir derribos, su mera presencia limitó el accionar de los aviadores británicos sobre nuestras tropas. Una cuestión no menor que ayudó a que no se perdieran vidas argentinas.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

MANPADS: Short Blowpipe (UK)



MANPADS Blowpipe 



Un destacamento de misiles canadiense de la 129o Batería de Defensa Aérea de Aeródromo, RCA, con Blowpipe durante el Ejercicio Cornet Phaser de la OTAN. Los hombres llevan equipo de protección Nuclear, Biológica y Química (NBQ). 

Tipo misil tierra-aire portátil (MANPADS
Lugar de origen Reino Unido
Historia del servicio 
En servicio desde 1975 hasta 1985 [1]
Guerras Guerra de las Malvinas, la invasión soviética de Afganistán, la guerra del Golfo, la Guerra del Cenepa
Historia de producción 
Diseñador Thales Air Defence Limited
Diseñado 1975
Fabricante Thales Air Defence Limited
Producido desde 1975 hasta 1993 [1]
Número construido 34.382 [1]
Especificaciones
Peso 
14,5 kg (misiles en tubo de lanzamiento)
22 kg (sistema completo)
6,2 kg (lanzador)
Longitud 1,35 m
Diámetro 76 mm
Dotación 1
Campo de tiro eficaz 0,5 a 3,5 km
Ojiva Carga hueca
Peso de la ojiva 2.2 kg
Motor Cohete de combustible sólido
Velocidad Mach 1.5
Sistema de guiado sistema MCLOS

El Shorts Blowpipe es un misil sistemas portátiles tierra-aire (MANPADS) que estaba en uso en el ejército británico y la Royal Marines desde 1975 Fue reemplazado por un diseño provisional, jabalina, y más tarde el misil Starstreak mejorado mucho.


Descripción

El misil es enviado como una sola ronda en un tubo de almacenamiento de cilindros / despido. La unidad objetivo se recorta al tubo de lanzamiento y disparó desde el hombro del operador. Para reducir el tamaño total del recipiente, las aletas posterior del misil se almacenan en el cilindro de mayor diámetro en la parte delantera del tubo (esto también contiene la antena Yagi para transmitir señales de orientación); durante la cocción de las aletas se deslizan sobre la parte posterior del misil, ya que vuela a través de y se mantienen allí por cintas de adhesivo activado por calor. Esto le da al contenedor de lanzamiento una forma única, aparentemente de gran tamaño en la parte delantera y extremadamente delgada en la parte trasera. El misil está propulsado por un corto período de combustible sólido para el lanzamiento, y luego por un cohete sustentador principal una vez que está bien lejos del tubo de lanzamiento.



La orientación del Blowpipe es inicialmente semi-automática con el misil reunido para el centro de la mira de la vista por la óptica infrarroja encima de la unidad de puntería. De dos a tres segundos después del lanzamiento, la dirección del misil se conmuta al modo totalmente MCLOS, y el operador recupera el control completo del misil. El operador tiene que dirigir el misil todo el camino a su destino de forma manual a través de un pequeño joystick pulgar. El operador puede optar por no utilizar autogathering cuando atacar objetivos en vuelo bajo como helicópteros, pero luego tiene que super-elevar el lanzador para asegurar el misil no chocar con el suelo. Cuatro bengalas en la cola del misil hacen que sea visible en vuelo, a la primera óptica de infrarrojos, a continuación, al operador. La detonación es ya sea por la proximidad o contacto del fusible. En situaciones de emergencia, el operador puede terminar un compromiso por parte del operador interrumpir la alimentación al transmisor con el interruptor del sistema, después de lo cual el misil será inmediatamente autodestrucción. La unidad objetivo puede entonces ser retirado del recipiente de misiles vacío y se ajustaron a una nueva ronda.

Blowpipe fue desarrollado como un SAM para submarinos, equipado como un racimo de cuatro misiles contra un mástil que se podría plantear de torre de mando del submarino bajo el nombre Submarino Lanzado locations saisonnieres Misiles (SLAM) probado en el HMS Eneas (P427) en 1972 Estos fueron durante un tiempo instalado en submarinos de la clase Gal israelíes. [2]

Rendimiento en combate 

Blowpipe fue utilizado por ambos bandos durante la Guerra de las Malvinas en 1982 con los objetivos de ser vuelo rápido aviones, volando a baja altura y el uso de la tierra para ocultar su acercamiento al operador Blowpipe tenía unos 20 segundos para detectar el objetivo, alinear la unidad y el fuego. Brigadier Julian Thompson comparó con el arma a "tratar de disparar a los faisanes con una tubería de desagüe." El informe oficial indicó que de los 95 misiles disparados por los británicos, sólo el 9 logró destruir sus objetivos y todos ellos eran aviones que vuelan y helicópteros lenta [3] Un informe posterior determinó que sólo dos derribos podían atribuirse a Blowpipe:. Un Harrier GR3 (XZ972) británico fue atacado por fuerzas especiales (Compañía de Comandos) del Ejército argentino , y un Aermacchi MB-339 de Argentina (0766 (4-A-114)) durante la batalla de Goose Green. [4]


Blowpipe resultó ser particularmente ineficaz cuando se utiliza para atacar a un blanco de cruce o para perseguir un objetivo en movimiento rápidamente lejos del operador. Los malos resultados se llevó a ser retirado del servicio del Reino Unido. En 1986 algunas de las unidades clausurados fueron enviados clandestinamente a equipar a los muyahidines lucha contra los soviéticos en Afganistán. [5] El sistema de nuevo ha demostrado ser ineficaz, [6] y fue finalmente suplantado por el estadounidense con misiles Stinger. Mientras Blowpipe estaba disponible en el mercado internacional de armas y por lo tanto sus orígenes estaban abiertas a la especulación, el Stinger fue restringido, que en el momento indicado un reconocimiento más abierto del apoyo occidental a los muyahidines. Sistemas de misiles Blowpipe todavía se están encontrando en depósitos de armas recientemente, en mayo de 2012 en Afganistán. [7]

El ejército canadiense tomó Blowpipe de almacenamiento para dar cierta protección a su contribución naval de la guerra del Golfo de 1991, aunque la edad absoluta se había degradado las armas, y nueve de cada 27 misiles ensayados fallaron de alguna manera. [8]

Blowpipe vio un uso más efectivo en la Guerra del Cenepa de 1995 entre Ecuador y Perú, donde se desplegó principalmente contra helicópteros Mil Mi-17 y Mil Mi-18 peruanos. [9]



Desde el lado, la diferencia en el diámetro del tubo en la parte delantera y trasera son evidentes.

Reemplazo 

El Blowpipe fue reemplazado por el misil tierra-aire Javelin, que era de un diseño similar en general, pero mejoró en rendimiento y con un sistema de guía semi-automático (SACLOS) - el operador controla ahora el misil manteniendo el objetivo en la vista, y la unidad con el objetivo dirige el misil para permanecer centrados en la vista.


El cuerpo básico de misiles Javelin fue retenido en el misil tierra-aire Starburst, pero el sistema de guiado se ha mejorado aún más a un sistema autónomo en el propio misil. A diferencia de la Javelin donde la orientación se calcula en la unidad de control y se envía a través de la radio del misil, en Starburst un láser en la unidad de control "pinta" el objetivo, y el misil se guía de forma pasiva para interceptar el láser. Esto hace que sea en gran medida inmune a cualquier posible interferencia.

Starburst se utilizó sólo brevemente, antes de ser reemplazado por Starstreak. Starstreak utiliza el mismo concepto de haz-riding de Starburst, pero mejora considerablemente el misil y cabeza nuclear. En Starstreak el misil acelera rápidamente a Mach 3,5, a continuación, separa a liberar a tres interceptores de los dardos. Cada dardo es guiado de forma independiente por montar el rayo láser, lo que mejora las posibilidades de un golpe. Los dardos también son eficaces contra la armadura.

Operadores 

Afganistán
Ejército Argentino

Ejército canadiense - (111 lanzadores)
Armada de Chile
Fuerza Aérea de Chile
Ejército ecuatoriano - (220 lanzadores)
Guatemala (82 lanzadores)
Marina israelí - (3 sistemas instalados en los submarinos clase Gal) [10]
Militares de Malawi - (12 lanzadores)
Malasia
Ejército nigeriano - (48 lanzadores)
Ejército Real de Omán
Ejército Portugués - (57 lanzadores - reemplazado por FIM-92 Stinger)
Militares de Qatar
Real Fuerza Aérea Tailandesa
Real Ejército Tailandés
Emiratos Árabes Unidos (alrededor de 20 lanzadores)
(285 lanzadores en el almacenamiento no esté en uso reemplazados por MANPADS Starstreak)
Ejército británico
Royal Marines

Referencias 

  1. Forecast International Blowpipe
  2. http://www.whq-forum.de/cms/39.0.html
  3. BARRAGE BALLOONS FOR LOW-LEVEL AIR DEFENSE, Airpower Journal Summer 1989
  4. FREEDMAN, Sir Lawrence, The Official History of the Falklands Campaign (Abingdon, 2005). Volume II, page 732-735
  5. Web of Deceit, Mark Curtis, Chronology
  6. The Campaign for the Caves: The battles for Zhawar, Lester W. Grau and Ali Ahmad Jalali 13 missiles fired for no hits
  7. "Op Slipper - SOTG weapon cache find in Tarin Kot". Australian Defence Imagery Library. Australian Defence Force. June 7, 2012. Retrieved 10 June 2012. "Afghan National Security Force and Special Operations Task Group uncovered a substantial weapon and munitions cache in during a mission in Tarin Kot, Uruzgan province. The cache contained ... three Blowpipe missiles ..."
  8. Espirit de corps.ca
  9. ACIG.org Peru vs. Ecuador; Alto-Cenepa War, Tom Cooper and Esteban Rivera
  10. Malawi
  11. Falklands Air War, Chris Hobson, ISBN 1-85780-126-1
  12. The Battle for the Falklands, Max Hastings & Simon Jenkins, ISBN 0-330-35284-9