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sábado, 23 de marzo de 2024

Malvinas: ¿Cómo se pudo cambiar el curso de la guerra terrestre?

¿Qué pudo haber hecho un general argentino enfrentando la situación de la defensa de Puerto Argentino?





En su momento, el periódico británico The Guardian hizo público una denuncia en un editorial titulado "Veinte años después", señalando que el público británico solo pudo acceder a información que se les negó hace dos décadas hasta el año 2002. Después de este largo período de silencio, el almirante Sir John Woodward, comandante de la Fuerza de Tarea enviada por Margaret Thatcher para recuperar las Islas Malvinas, reveló a los periodistas de The Guardian, Jeevan Vasagar y Alex Bellos: "Ganamos la guerra con un importante grado de suerte. Cuando los argentinos se rindieron, las pérdidas británicas estaban aumentando y estábamos a punto de quedarnos sin alimentos y municiones. Si hubieran resistido una semana más, la historia podría haber tomado un rumbo muy diferente. Imagínense qué diferente podría haber sido nuestra historia política reciente".
Woodward también recordó haber enviado un mensaje desesperado a las fuerzas de tierra el 6 de junio de 1982, advirtiéndoles que el grupo aeronaval bajo su comando estaba "exhausto". Estas revelaciones coinciden con las afirmaciones de otros altos mandos militares británicos, quienes sostienen que la guerra de Malvinas distó mucho de ser el "paseo" que ciertos propagandistas del tatcherismo pretendían. En una entrevista realizada en 1996 en Londres, uno de los coroneles que comandó el Regimiento 2 de Paracaidistas (2 Para) respaldó esta tesis, señalando que si el alto mando argentino hubiera resistido una semana más, las tropas británicas hubieran enfrentado un colapso logístico.
Las revelaciones del almirante Woodward son especialmente relevantes al conocerse ahora lo que escribió en su diario durante esos días de junio: "Estamos al borde del abismo: si los argentinos nos soplan en la nuca, nos mandan al fondo. A lo mejor les pasa lo mismo: espero que así sea porque de otra manera nos espera una carnicería".



Julián Thompson, líder de los Royal Marines durante la guerra, expresó: "Si hubieran esperado un poco más, seguramente no hubiéramos podido responder de la misma manera". En efecto, a finales de 1981, debido a una crisis interna, Gran Bretaña había decidido vender sus dos portaaviones y retirar del servicio sus grandes buques de desembarco, lo que la dejaría sin capacidad para realizar operaciones anfibias a gran escala. La Royal Navy se reduciría a una fuerza de defensa costera.



El general Jeremy Moore, comandante de las fuerzas terrestres británicas en Malvinas, afirmó que sin los portaaviones y los grandes barcos anfibios, no habrían podido enfrentar a la Fuerza Aérea Argentina ni llevar a cabo un desembarco terrestre de manera profesional con sus tropas. Además, en mayo de 1982, Argentina estaba programada para recibir una entrega de veinte misiles Exocet de Francia (a pesar de su caos económico, el gasto militar era alto), pero en abril, durante la ocupación de las islas, solo contaban con cuatro. El misil Exocet y el avión Super Etendard formaban un sistema ofensivo diseñado para atacar buques, una tecnología avanzada en ese momento y que aún se mantiene operativa en la actualidad.



Nos podemos hacer la pregunta de qué faltó hacer en tierra para devolver a los soldados británicos a sus barcos. Como general argentino estacionado en las Islas Malvinas con suministros limitados y enfrentando ataques terrestres a posiciones fijas propias, la situación ciertamente presentaría desafíos importantes. A continuación se presentan algunas estrategias que potencialmente podrían cambiar la dirección de la guerra en estas circunstancias:


Fortificación y defensa
se debió priorizar la fortificación de posiciones defensivas para resistir los ataques terrestres enemigos. Mejorar los sistemas de trincheras, búnkeres y fortificaciones para brindar cobertura y protección a las tropas contra ataques de artillería e infantería enemigas. Implementar tácticas de defensa en capas para crear obstáculos y perímetros defensivos que obliguen al enemigo a exponerse al fuego defensivo.

  • Identificar posiciones defensivas clave: evaluar el terreno e identifique posiciones defensivas clave que ofrezcan ventajas naturales, como terrenos elevados, cuellos de botella y áreas con buena visibilidad y campos de tiro. Priorizar la fortificación defensiva de estas posiciones para establecer fortalezas que puedan dominar el área circundante y negar al enemigo objetivos estratégicos.
  • Mejorar los sistemas de trincheras: mejorar los sistemas de trincheras existentes y establecer otros nuevos para brindar cobertura y protección a las tropas contra ataques de artillería e infantería enemigas. Construir trincheras con patrones en zigzag para minimizar el impacto del fuego enemigo y crear múltiples capas de defensa. Reforzar las zanjas con sacos de arena, movimientos de tierra y otros materiales para aumentar su durabilidad y resistencia.
  • Establecer búnkeres y puntos fuertes: construir búnkeres y puntos fuertes fortificados para que sirvan como centros de comando, puestos de observación y posiciones de apoyo de fuego. Construye búnkeres con hormigón armado y acero para resistir los bombardeos aéreos y los bombardeos de artillería enemigos. Coloca ametralladoras, armas antitanques y equipos de francotiradores en posiciones fortificadas para proporcionar campos de tiro superpuestos y apoyo mutuo.
  • Crea obstáculos y perímetros defensivos: coloca obstáculos como alambre de púas, zanjas antitanques y campos minados para impedir el movimiento del enemigo y canalizar su avance hacia zonas de muerte. Establecer perímetros defensivos alrededor de posiciones clave con campos de fuego superpuestos y sectores de responsabilidad entrelazados para evitar la infiltración y el cerco del enemigo.
  • Utilice cobertura y ocultación natural: aproveche las características naturales como colinas, crestas y vegetación para proporcionar cobertura y ocultación adicional para las posiciones defensivas. Camufle trincheras, búnkeres y fortificaciones para mezclarse con el terreno circundante y minimizar el riesgo de detección por parte del reconocimiento enemigo.
  • Implementar defensas antiaéreas: instalar defensas antiaéreas como misiles tierra-aire, armas de fuego y sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS) para protegerse contra las amenazas aéreas enemigas. Coloque baterías antiaéreas en ubicaciones estratégicas para proporcionar cobertura de espacio aéreo superpuesto y disuadir los ataques aéreos enemigos en posiciones defensivas.
  • Establecer nodos de comando y control: establecer nodos de comando y control dentro de posiciones defensivas para coordinar el movimiento de tropas, dirigir los activos de apoyo de fuego y comunicarse con los cuarteles generales superiores. Equipe los centros de comando con equipos de comunicaciones, mapas y pantallas de inteligencia para facilitar el conocimiento de la situación y la toma de decisiones en tiempo real.

Movilidad y flexibilidad
Mantener la movilidad y la flexibilidad en las operaciones defensivas para evitar que el enemigo se afiance o explote las debilidades en las posiciones defensivas. Se debió utilizar reservas y unidades de respuesta rápida (comandos e infantes de marina) para contrarrestar los intentos de avance del enemigo y reforzar los sectores críticos bajo ataque. Realizar retiradas tácticas cuando sea necesario para consolidar las líneas defensivas y preservar la mano de obra. Algo que fue recalcado en acción los por los comandos del EA y por el mismo Capitán Robacio que solicitó que las tropas que estaban en el capital se movilizaran a las trincheras para combatir.

  • Creación urgente de unidades de respuesta rápida: Establecer unidades de respuesta rápida compuestas por infantería altamente móvil, apoyadas por vehículos blindados ligeros (AML-90) y elementos de reconocimiento. Estas unidades deben estar estacionadas en ubicaciones estratégicas en toda la isla para reaccionar rápidamente ante los intentos de avance del enemigo o para reforzar sectores críticos bajo ataque. Sobre todo puede alimentarse de tropas ya probadas en combate y descansadas.
  • Fuerzas de reserva: mantener fuerzas de reserva que puedan desplegarse rápidamente para reforzar las posiciones de primera línea o explotar oportunidades de contraataques. Estas reservas deben mantenerse preparadas y coordinar sus movimientos en función de la evolución de la situación táctica y la evaluación de las amenazas.
  • Postura de defensa ágil: se podía adoptar una postura de defensa ágil que permita la asignación flexible de fuerzas en función de los movimientos e intenciones del enemigo. En lugar de comprometer todas las fuerzas en posiciones defensivas estáticas, mantenga una reserva de tropas capaces de realizar operaciones de defensa móviles, incluidas maniobras de flanqueo y contraataques.
  • Artillería móvil: desplegar unidades de artillería móviles equipadas con obuses autopropulsados o piezas de artillería remolcadas para brindar apoyo de fuego a las posiciones defensivas en toda la isla. Estas unidades de artillería deben ser capaces de desplazarse rápidamente para evitar la detección y el fuego de contrabatería enemigo, manteniendo al mismo tiempo la capacidad de brindar apoyo de fuego preciso y oportuno a las unidades comprometidas.
  • Operaciones aerotransportadas y de asalto aéreo: utilizar operaciones aerotransportadas y de asalto aéreo para realizar ataques profundos detrás de las líneas enemigas, interrumpir las líneas de suministro enemigas y capturar objetivos clave. Despliega fuerzas de operaciones especiales y unidades de infantería aerotransportadas mediante helicópteros o aviones de transporte para llevar a cabo misiones de reconocimiento, incursiones y sabotaje contra zonas de retaguardia enemigas.
  • Retiradas coordinadas: cuando se enfrente a una presión enemiga abrumadora o posiciones defensivas insostenibles, realiza retiradas coordinadas para consolidar las líneas defensivas y reagrupar las fuerzas en posiciones más defendibles. Utilice la movilidad y la flexibilidad para ejecutar retiradas tácticas mientras mantiene el contacto con el enemigo e inflige bajas mediante emboscadas y acciones dilatorias.
  • Redespliegue estratégico: se pudo mantener la capacidad de redistribuir fuerzas estratégicamente entre diferentes sectores de la isla en función de las amenazas cambiantes y los requisitos operativos. Utilice activos de movilidad como aviones de transporte, helicópteros y lanchas de desembarco anfibio para trasladar rápidamente tropas y equipos a las áreas de mayor necesidad.
  • Explotar las características naturales: explota el terreno accidentado y las características naturales de las Islas Malvinas, como colinas, valles y acantilados costeros, para crear oportunidades para defensa móvil y tácticas de emboscada. Usa camuflaje y enmascaramiento del terreno para ocultar movimientos y sorprender al enemigo con contraataques inesperados o maniobras de flanqueo.

Contraataques y emboscadas
Se pudo aprovechar el conocimiento local del terreno para lanzar contraataques y emboscadas contra las fuerzas enemigas. Identificar líneas de suministro enemigas vulnerables, rutas de comunicación y áreas de retaguardia para ataques selectivos que interrumpan las operaciones y la moral del enemigo. Utilizar tácticas de ataque y fuga para infligir bajas y desmoralizar a las tropas enemigas mientras conserva sus propios recursos.

Reabastecimiento y refuerzo
Establecer rutas de suministro alternativas y redes de apoyo logístico para garantizar el flujo continuo de suministros esenciales, municiones y refuerzos a las posiciones de primera línea. Se pudo utilizar lanzamientos aéreos desde helicópteros o aviones desde el continente, misiones clandestinas de reabastecimiento y logística encubierta nocturna para evitar los bloqueos enemigos y mantener la preparación operativa.

Coordinación con activos navales y aéreos
Se pudo coordinar estrechamente la labor con activos navales y aéreos argentinos para proporcionar capacidades de apoyo de fuego, reconocimiento e interdicción en apoyo de las operaciones terrestres. Utilizar fuego y ataques aéreos y tácticas de bloqueo aeronaval para interrumpir los movimientos del enemigo (tal como se intentó en sus casos extremos con los Hercules bombarderos y los Pucará torpederos), reforzar las posiciones defensivas y mantener el control de las vías marítimas de aproximación críticas.

Mantener la moral y la disciplina

En todo momento se debe fomentar un sentido de camaradería, moral y disciplina entre las tropas para mantener la resiliencia y la determinación frente a la adversidad. Proporcionar servicios adecuados de descanso, recreación y apoyo para mantener la moral y la eficacia en el combate. Implementar una disciplina y un liderazgo estrictos para garantizar la cohesión y la unidad de esfuerzo en la defensa contra los ataques enemigos. Asimismo, se debía acceder a pleno a los recursos alimenticios civiles de la población kelper (sobretodo, el abundante ganado ovino presente en el territorio).

Tácticas de guerra urbana
Finalmente, si el avance británico se tornaba indetenible, entonces enfrentar la posibilidad del combate urbano en Puerto Argentino. Si se defiende áreas urbanas o urbanizadas, se debe emplear tácticas de guerra urbana para maximizar la ventaja defensiva. Utilizar edificios, calles y otras características urbanas para crear obstáculos y puntos de emboscada para las fuerzas enemigas. Llevar a cabo combates cuerpo a cuerpo y combates callejeros para negar al enemigo el control de infraestructuras y áreas urbanas clave. La infraestructura mayormente hecha de madera no brindaba un buen escenario para la creación de escombros y estructuras de cobertura y protección, pero es una alternativa que podía ser explorada.

Guerra psicológica

También se pudo explotar y aprovechar las tácticas de guerra psicológica para socavar la moral y la resolución del enemigo. Utilizar propaganda, desinformación y engaño para sembrar dudas y confusión entre las filas enemigas. Explotar factores culturales, lingüísticos y psicológicos para crear divisiones y disidencia dentro de las fuerzas enemigas.

En conclusión, se debía enfrentar dificultades abrumadoras en una situación defensiva en las Islas Malvinas lo cual requeriría una combinación de ingenio táctico, resiliencia y determinación para resistir los ataques enemigos mientras se buscan oportunidades para recuperar la iniciativa y cambiar la dirección de la guerra.


sábado, 12 de noviembre de 2022

Malvinas: Opción 13, los planes de la RAF de bombardear Buenos Aires


"Opción 13": el plan secreto de los ingleses para bombardear Buenos Aires durante la guerra de Malvinas

La información desclasificada en los archivos británicos revela que existieron planes para lanzar las bombas de los aviones Vulcan sobre la capital. “Ataque a blancos seleccionados en el Continente”, dicen los documentos que detallan las estrategias que se iban perfeccionando o descartando según la evolución del conflicto. La "Opción 13" nunca llegó a materializarse, pero la amenaza jugó un importante papel en la guerra psicológica
Por Alejandro Amendolara || Infobae



El documento secreto del ministerio de Defensa británico con el plan de las operaciones para los aviones Vulcano,, elegidos para bombardear Buenos Aires y otros blancos del continente

Ante la inminencia de una acción militar argentina sobre las islas Malvinas, alertados por los servicios de inteligencia propios y de EE.UU., en una reunión en el Ministerio de Defensa británico en Whitehall, se asumió que nada podía hacerse en el corto plazo para impedirla. En esos momentos, la flota de desembarco argentina aún se encontraba en navegación hacia su objetivo final: la recuperación de las Islas Malvinas.

Eran las 14.00 horas del 31 de marzo de 1982, en la Sala 5301 del edificio del Ministerio de Defensa, cuando se inició el estudio de sanciones y represalias para el supuesto que se concretara la amenaza. En la minuta de esa reunión, se incluyó como posible represalia contra Argentina, que la Real Fuerza Aérea realizara ataques aéreos "sobre ciudades argentinas o a buques en el mar, que tendrían que ser lanzados desde la isla de Ascensión. Sin el apoyo de aviones cisternas, debido a la distancia involucrada en la aproximación, la aeronave tendría que aterrizar para completar la misión en el continente sudamericano, posiblemente Montevideo o Santiago. En consecuencia, en el probable supuesto de negativa en el uso de aeródromos en América del Sur, los ataques sobre blancos argentinos no son factibles".

Para entonces, el ministro de Defensa John Nott ya había ordenado la zarpada de un submarino nuclear hacia el Atlántico Sur, y el alistamiento de dos más. La Marina Real (Royal Navy) desempolvó los planes de contingencia para Malvinas y colocó en alerta a la flota, mientras que la Real Fuerza Aérea (RAF) apresuradamente preparó un plan para bombardear objetivos en Argentina.

La Operación Rosario: 2 de abril de 1982, la Argentina recupera las islas Malvinas

En la reunión de Jefes de Estado Mayor de las fuerzas armadas británicas del 2 de abril a las 15.10 horas de Londres (+3 respecto de Buenos Aires), se discutió la "posibilidad de obtener asistencia de potenciales aliados, particularmente Chile, y en menor medida Brasil", para el empleo de bases aéreas en América del Sur, y se encomendó al Foreign Office para "obtener autorización para el uso de aeródromos en Chile, si se intentara desplegar aviones de la RAF dentro del alcance operacional de las islas Malvinas".

En ese mismo momento, en el Atlántico Sur, se cumplían las etapas finales de la Operación Rosario, que culminarían con la evacuación del Gobernador Rex Hunt y la dotación de Royal Marines de las islas.

A las 9 de la mañana del 3 de abril, se realizó una nueva reunión de Jefes de Estado Mayor para evaluar los acontecimientos ocurridos desde el día anterior. En su transcurso se informó que Chile había recibido una solicitud argentina para que no reabasteciera buques y aeronaves del Reino Unido en ruta hacia las Islas Malvinas, y que Brasil no brindaría instalaciones o asistencia a las fuerzas británicas comprometidas en operaciones contra los argentinos.

No obstante el intenso despliegue diplomático británico, el 4 de abril, el Foreign Office debió informar a los jefes militares que la mayoría de los países sudamericanos habían expresado su apoyo a la Argentina. Pero la embajada británica en Santiago de Chile había comunicado que "existía la posibilidad de apoyo chileno" (Telegrama N° 66 del 3 de abril 82), por lo que se decidió que debían continuar los esfuerzos para determinar la posibilidad de usar aeródromos en ese país.

La RAF echaría mano a los viejos bombarderos Avro Vulcan, cuyo retiro gradual del servicio se encontraba a medio completar cuando estalló la crisis. A pesar de tantos años asignados a operaciones para ataques con cargas nucleares a baja altura dentro de la OTAN, con su gran alcance y capacidad para llevar una importante carga de bombas convencionales, resultaba ideal para la tarea.

Desde comienzos de la década del 70, no habían ejercitado su capacidad de bombardeo convencional ni el reabastecimiento en vuelo, por lo que resultaba indispensable el entrenamiento de las tripulaciones y capacidades de las aeronaves, previo a su despliegue a la Isla de Ascensión.

Las distancias hacia objetivos en Argentina eran más de lo que podía lograr el avión, por lo que –además de sucesivos reabastecimientos en vuelo-, resultaba vital obtener permisos de sobrevuelo y eventual aterrizaje en países sudamericanos para que el bombardeo sea efectivo.

Avión Avro Vulcan B.2 utilizado por la Real Fuerza Aérea para cumplir operaciones en el Atlántico Sur. Esta aeronave, matrícula XM597, cumplió misiones sobre Malvinas con misiles antirradar “Shrike” norteamericanos

Se encomendó al Foreign Office obtener esos permisos para sobrevolar Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y así asegurar la aproximación aérea para incursionar sobre territorio argentino. Las Cancillerías de estos países negaron en forma inmediata los permisos a los británicos.

Quedaba aún abierta la opción de operar desde Chile. Las horas pasaban y la planificación comenzó a contemplar el envío de aviones Vulcan para operar desde bases trasandinas, para lo cual tendrían que trazar una ruta de vuelo desde su base en Gran Bretaña hasta Santiago/Punta Arenas. Ante las negativas de sobrevuelo sobre América del Sur, se debió delinear una ruta que implicaba cruzar el Atlántico Norte, sobrevolar Estados Unidos, y llegar a Chile desde el Pacífico.

Con estas premisas, el 8 de abril se emitió el primer borrador titulado "Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión", para utilizar estos bombarderos contra blancos en Argentina. El concepto de la operación sería el siguiente:

1. Los Vulcan a gran altura, particularmente de día, serían extremadamente vulnerables a las fuerzas de defensa conocidas. Se recomienda que las operaciones deberían ser contempladas solo de noche y a baja altura. El bombardeo sería realizado por radar, y en consecuencia, los blancos deberían ser de área más que de naturaleza puntual; poblados, aeródromos e instalaciones portuarias serían esa mejor opción.

2. La distancia extrema desde Ascensión, aún a Buenos Aires con regreso a Ascensión, requeriría el apoyo de 7 aviones cisterna Víctor para un único Vulcan cargando solo 7 bombas de 1.000 libras. Las misiones desde Ascensión hacia blancos en o alrededor de Buenos Aires y la recuperación a la base más cercana con capacidad para Vulcan en Chile, que es Santiago, sería de todos modos considerablemente más efectiva en costo. El requerimiento de cisternas sería de xx Víctor para cada Vulcan; el último reabastecimiento sería realizado apenas antes de las últimas luces a gran altura con una penetración del espacio aéreo argentino realizado en la oscuridad y a bajo nivel.

3. Una vez en Santiago, los Vulcan proveerán un blanco muy vulnerable para misiones ofensivas de apoyo. De todos modos, desde esta base podrían realizarse ataques convencionales a bajo nivel, y sin recurso de AAR (Reabastecimiento en Vuelo). Sin embargo, se requeriría un sustancial soporte terrestre en términos de hombres y equipamiento para apoyar operaciones sostenidas.

El informe concluía que "Un despliegue hacia Ascensión y una operación única por cada avión desde Ascensión, es una propuesta factible. La capacidad máxima de 56 bombas de 1.000 libras es, sin embargo, de escasa significación real, pero el rápido y despliegue abierto de los Vulcan a Ascensión con sondas de reabastecimiento visibles, Víctor cisterna aparcados a lo largo y anunciando que cada Vulcan es capaz de cargar 21 bombas de 1.000 libras, debe imponer una amenaza real y significativa a Argentina –si ellos creen que tenemos la voluntad de emplearlos".

Primer borrador del 8 de abril de 1982. “Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión”

Una consulta informal entre oficiales aeronáuticos de Gran Bretaña y Chile, dio como resultado que John Heath, embajador británico en Santiago de Chile informara, por Telegrama Secreto N°89 del 9 de abril, que "el General López, Jefe de Operaciones de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), ha pasado el mensaje vía Griffin para expresar que la FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate".

Pero, previendo una represalia argentina sobre los aeródromos chilenos, la ayuda tendría sus condiciones, por lo que el mensaje proseguía: "En razón de la debilidad de la defensa aérea en los aeródromos del sur, especialmente Punta Arenas y Balmaceda, la FACH necesita urgentemente lo siguiente, en anticipación de un posible ataque argentino: a) 4 ó 5 unidades antiaéreas móviles Bofors 40/70 (usadas); b) 2 unidades de Bloodhound".

La urgencia resultaba ser tal, que Heath aclaró en el telegrama que "la FACH estaría lista para comprarlos inmediatamente por contrato comercial y a precio normal, y enviar mañana un C-130 al Reino Unido si fuera necesario para recogerlos. Como no tienen experiencia en unidades Bloodhound en particular, la FACH estaría lista para recibir expertos británicos vestidos sin insignias para operar las unidades, lo que será normal para contratos comerciales similares para armamento nuevo".

El diplomático británico solicitó respuesta inmediata sobre estas posibilidades y requerimientos para poder contar con información para la reunión del 12 de abril, a la que lo había convocado el Comandante en Jefe de la FACH, general del aire Fernando Matthei Aubel, en la cual "seguramente se levantará el tema".

El mensaje era música para los oídos de los oficiales aeronáuticos británicos. Contarían con una base a pocos cientos de kilómetros de las bases argentinas, y la factibilidad de la opción de bombardear Buenos Aires comenzaba a tomar forma.

Pero el general Augusto Pinochet dejó en claro a sus Jefes de Estado Mayor, que no autorizaría que los británicos iniciaran operaciones militares contra Argentina desde territorio chileno, por temor a provocar a "un vecino inestable". A pesar de ello, no habría problemas en recibir en aeródromos chilenos aeronaves británicas "en emergencia".

Telegrama Secreto N°89 del 9 de abril de 1982 del embajador británico en Santiago de Chile. “La FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate”

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Terence Lewin, encomendó la preparación de un documento de trabajo estableciendo las opciones para la Operación Corporate. Siguiendo sus instrucciones, y tras la consulta a cada una de las fuerzas armadas, al ministerio de Defensa, y al Foreign Office, se confeccionó un listado de opciones, que se dividía entre aquellas que se encontraban en curso y las que quedarían disponibles para su futura consideración. Se pretendió formular una graduación en orden ascendente de acuerdo al impacto político-militar de cada una, en base a apreciaciones eminentemente subjetivas, que se revisarían y eventualmente se modificarían a medida que evolucionara la situación.

Entre las opciones futuras, bajo el título "Ataque a blancos seleccionados en Argentina Continental" se encontraba la "Opción 13", bajo la cual se fijaba el objetivo y las circunstancias que se consideraban operarían a favor y en contra de la iniciativa.

Entre los primeras, se señalaban la obtención de la sorpresa; la reducción de la efectividad de la Fuerza Aérea Argentina; la posibilidad de aferrar la defensa aérea argentina en forma remota al área del conflicto. Las desventajas serían las repercusiones internacionales; el cuestionamiento de la legalidad de los ataques; la justificación directa para aplicar represalias contra expatriados británicos en Argentina, entre otras.

Contando con nuevos datos y estimaciones, el 10 de abril se introdujeron modificaciones a la planificación. Se concluyó en el informe que "un despliegue hacia Ascensión, y un solo vuelo saliendo de Ascensión por cada uno de los ocho Vulcan a fin de atacar blancos en los alrededores de Buenos Aires, es una proposición factible. La capacidad de 168 bombas de 1.000 libras es significativa, a pesar de la limitada precisión de los Vulcan operando de noche en misión convencional".

Se insistía con el aspecto psicológico que la maniobra pudiera causar entre los argentinos: "el despliegue rápido y abierto de los Vulcan a Ascensión, con sondas de reabastecimiento visibles, y los Víctor cisterna aparcados a su lado, constituirá una amenaza real y significativa a Argentina –si están convencidos que tenemos la voluntad de emplearlos".

En paralelo se confeccionó un informe con los posibles blancos de carácter económico en territorio argentino, apuntando principalmente a campos y refinerías petrolíferas; yacimientos y sistemas de gasoductos, sobre nudos de las redes ferroviarias, y el sistema de carreteras, y de sus efectos para el esfuerzo militar y sobre la población.

En la reunión del Gabinete de Guerra del mediodía del viernes 16 de abril, presidida por Margaret Thatcher, se discutió la filtración a la prensa sobre el reacondicionamiento de los aviones Vulcan y su capacidad para llegar a blancos sobre territorio continental argentino

La isla de Ascensión se encontraba en medio del Océano Atlántico, y lejos de los ojos argentinos. Había que difundir los preparativos de las misiones de bombardeo, y que los mandos militares y opinión pública argentina tomaran conocimiento de ellos. Pero ¿cómo se lograría?

Cumpliendo directivas del Gabinete británico, el 11 de abril de 1982 se constituyó el Grupo de Proyectos Especiales, bajo la dirección del Coronel T.S. Sneyd, en el ámbito del Ministerio de Defensa, para la preparación y promulgación de las operaciones de decepción y propaganda. Sus planes serían implementados por el Servicio Secreto de Inteligencia y por el Foreign Office.

El arte del engaño o decepción, es tan antiguo como la guerra misma. En las operaciones militares convencionales, los comandantes no solo deben motivar a sus tropas, sino también buscar afectar la del enemigo. La propaganda, como elemento crucial de las acciones psicológicas, debe basarse en información que resulte creíble para el enemigo.

Apenas dos días después de los desembarcos argentinos en Malvinas, el 4 de abril, el periodista Jon Connell, del Sunday Times, realizó un análisis sobre las distintas opciones militares para "recapturar las Falklands", expresando que "una posibilidad, por supuesto, sería no atacar las Islas Falklands sino Argentina misma –sus bases militares y navales costeras".

Los cuadros comparativos de las fuerzas de ambos países mostraban un claro desbalance a favor de Argentina en el número de medios aéreos. La opinión pública británica comenzaba a preocuparse sobre el éxito de la fuerza de tareas.

En la reunión del Gabinete de Guerra del mediodía del viernes 16 de abril, presidida por Margaret Thatcher, se discutió la filtración a la prensa sobre el reacondicionamiento de los aviones Vulcan y su capacidad para llegar a blancos sobre territorio continental argentino.

La noticia sería publicada el próximo domingo en el Sunday Express en primera plana. A pesar que el acta de la reunión refleja la lamentación por no haber logrado detener la filtración, los asistentes concluyeron que "si bien en realidad no hay intención de atacar el continente argentino, podría existir alguna ventaja militar si los argentinos lo temieran".

Ese mismo domingo 18 de abril, la portada del Sunday Express titulaba "Los Vulcan listos para golpear Argentina". La nota, firmada por Michael Toner, relataba con detalle el alistamiento de los bombarderos y de su despliegue al Atlántico Sur, y que si bien no estarían equipados con bombas nucleares, "tendrán la capacidad para destruir cada aeródromo y puerto naval argentino", y que "si los Vulcan eran empleados adecuadamente, toda la estructura militar argentina podría ser destruida".

El periodista reconocía en su nota que la decisión de utilizar los Vulcan contra Argentina "puede ser un resultado del trabajo de 'operaciones psicológicas'" dentro del Ministerio de Defensa. "Un poco conocido grupo de expertos ha estado trabajando horas extras para desalentar y desestabilizar la opinión militar en Argentina". Tal vez, al decirlo, Toner reconocía implícitamente su participación en la acción de propaganda. Su nota contenía detalles similares a la planificación del 10 de abril, y que el Gabinete ahora había considerado oportuno que llegara a oídos argentinos.

Toner concluyó describiendo la amenaza en términos inequívocos: "No hay duda que la mera amenaza de operaciones de Vulcan aterrorizará a cualquier experto en Argentina que conozca lo que pueden hacer estos aviones. Pueden destruir cualquier blanco virtualmente a voluntad. Solo con ese hecho, se le podría prácticamente garantizar inmunidad a la flota británica en el Atlántico Sur contra ataques aéreos argentinos".

La acción psicológica ya había dado su puntapié inicial. La noticia, tomada por las agencias internacionales, fue replicada profusamente en los medios británicos y argentinos durante los días siguientes. La "diplomacia de cañoneras" hacía una nueva demostración de lo que estaba en condiciones de hacer.

“Por qué deberíamos bombardear Argentina”, declaraciones de Winston Churchill (nieto), en el periódico The Sun,  el 23 de abril de 1982

Fue el vocero del Partido Conservador, el parlamentario Winston Churchill, nieto del famoso primer ministro británico, quien, en una nota publicada por el periódico The Sun el 23 de abril, bajo el título "Por qué deberíamos bombardear Argentina", justificaba las acciones sobre el continente ante la amenaza de la aviación argentina operando desde sus bases en el litoral Atlántico contra la fuerza de tareas británica.

Expresaba Churchill: "Un factor adicional evidente, que hasta ahora podría haber sido pasado por alto por la Junta, es la capacidad de la fuerza de bombarderos Vulcan de la RAF para eliminar –si fuera necesario-, todas las bases aéreas argentinas clave en el continente con un único ataque sincronizado al estilo israelí. Desde bases en el Atlántico Sur los Vulcan tienen el alcance y la capacidad para hacer cráteres en las pistas con bombas convencionales y destruir en tierra la mayor parte de la Fuerza Aérea Argentina con bombas de racimo… Eliminar a la Fuerza Aérea Argentina con un golpe rápido y devastador, garantizaría la victoria para la Fuerza de Tareas, y aseguraría un mínimo de bajas británicas".

Si bien las fuerzas argentinas estaban tomando las medidas adecuadas para la defensa del territorio argentino, de sus bases aéreas y de las instalaciones estratégicas en el territorio nacional, también comenzaron a actuar las organizaciones de Defensa Civil y las delegaciones locales de la Cruz Roja Argentina.

Pero la reacción más pintoresca fue la del Semanario Tal Cual, en su edición del 23 de abril, que esbozó una serie de interrogantes y respuestas ante "estos momentos de tensión e incertidumbre que vive el país", con recomendaciones prácticas ante un bombardeo de la ciudad de Buenos Aires.

* Si [la guerra] llega al continente ¿llegará a Buenos Aires? – Si es una guerra abierta entre los dos países, puede ser bombardeada tanto Buenos Aires como Londres o cualquier ciudad.

* Si llega a Buenos Aires ¿se construirán refugios? – Seguramente, ya que no serán suficientes los refugios naturales (sótanos especiales, subterráneos, etc.)

* ¿Hay que evacuar la ciudad? – Esta posibilidad se atenderá únicamente si existiese un ataque con invasión a Buenos Aires.

* En caso de bombardeo, ¿qué hay que hacer? – Los miembros de la Defensa Civil instruirán a la población a su debido tiempo, por todos los medios de información que están a su alcance (radio, TV, etc.).

* ¿Cuáles son los refugios para bombardeo? – Los naturales, las construcciones de hormigón armado que estén bajo la superficie. Subterráneos, garajes subterráneos, sótanos de grandes edificios (el Barolo en Avenida de Mayo al 1300, tiene sótano anti-bombardeo).

 
El 4 de mayo de 1982, el destructor HMS Sheffield fue alcanzado por uno de los dos misiles Exocet lanzado por los Super Etendard. La opción de bombardear Buenos Aires se diluía y los ingleses se concentraron en las Bases Aéreas

En Buenos Aires la guerra todavía parecía muy lejana, y se confiaba en una solución pacífica del conflicto. No había necesidad de buscar refugio o prestar atención a las prevenciones. En cambio, en las principales ciudades del sur argentino, en donde eran incesantes los movimientos de tropas y armamentos, las autoridades y la población habían tomado completa conciencia de la eventualidad de un ataque, realizando ejercicios de oscurecimiento y simulacros de evacuación a refugios y medidas de protección ante bombardeos.

En el atardecer del 30 de abril, llegó a los comandantes argentinos el aviso del despegue de aviones Vulcan y Víctor cisternas desde la Isla de Ascensión, apreciándose que tendrían como destino el litoral continental.

Los soviéticos habían desplegado un buque "científico" para que navegara en proximidades de la isla, por lo que presumiblemente fue quien dio el alerta ante semejante movimiento de aviones. Sin embargo, el rumbo tomado por los atacantes sería Malvinas.

A las 4.40 de la madrugada del 1° de mayo se efectivizaba la amenaza del Vulcan, lanzando sobre la pista del aeropuerto la cantidad de 21 bombas de 1.000 libras, de las cuales solo una impactó en forma efectiva, rápidamente reparándose los daños. Se iniciaban así las misiones denominadas "Black Buck" por los británicos.

Con el desarrollo de las operaciones militares, y el acceso a mayor información de inteligencia, la "Opción 13" continuó reformulándose. El 4 de mayo de 1982, el destructor HMS Sheffield fue alcanzado por uno de los dos misiles Exocet lanzado por un par de aviones Super Etendard que operaban desde la Base Aeronaval de Río Grande, en Tierra del Fuego.

La opción de bombardear Buenos Aires se diluía de las planificaciones, que ahora se concentraron principalmente sobre las Bases Aéreas Militares en el sur del continente. En cada oportunidad en que la flota británica recibía un golpe certero de la aviación argentina, se ajustaban las planificaciones ante la presión parlamentaria y de la opinión pública.

No obstante, la idea de bombardear Buenos Aires, que había surgido aún antes del 2 de abril y descartada a medida que evolucionaban las operaciones, recobró vigencia el 13 de mayo, pero para una nueva acción psicológica.

Recorte del periódico “Daily Express” del 19 de abril de 1982, con la especulación de los posibles blancos en territorio continental argentino.

Previo a los desembarcos británicos en San Carlos, en la isla Soledad, la aviación argentina basada en tierra era considerada como la principal amenaza para el establecimiento de una cabeza de playa segura.

El Grupo de Proyectos Especiales realizó una propuesta para "pasar el rumor por medios discretos no atribuibles que se están planificando ataques diurnos con bombarderos Vulcan contra blancos al norte en el continente, previos a cualquier desembarco principal en las Islas Malvinas". Con ello se intentaría reducir la cantidad de aviones atacantes en el área de operaciones de Malvinas, replegando algunos elementos hacia los aeródromos en el norte.

De todos modos, para que fuera efectivo, el rumor debía resultar creíble y atractivo para los mandos argentinos, el Grupo consideró que "si se difundiera que los ataques están siendo cambiados a horas diurnas, ello podría motivar a la Fuerza Aérea Argentina a buscar activamente el enfrentamiento a fin de lograr una victoria prestigiosa derribando un Vulcan. Indicando que los ataques serán realizados contra una instalación grande de combustible cerca de Buenos Aires, una opción creíble, se espera que atraiga algunos cazas al norte".

El Coronel T.S. Sneyd, finaliza su informe expresando: "Se recomienda que se otorgue autorización para emplear medios discretos y no atribuibles para informar a las autoridades argentinas que aviones Vulcan van a atacar instalaciones de combustible en el área de Buenos Aires a la luz del día en el futuro cercano. Se destacará que el cambio a bombardeo en horas diurnas es a fin de lograr mayor precisión y así reducir bajas civiles".

Las consecuencias políticas de una acción británica sobre el continente condicionaron cualquier ataque de estas características. Argentina encontraba apoyo en el ámbito de la Organización de Estados Americanos, y siempre quedaba latente la posibilidad de regionalizar el conflicto. Era un riesgo que Gran Bretaña no pretendía asumir. Había justificado su reacción militar en el principio de legítima defensa del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y en la Resolución 502 del Consejo de Seguridad, por lo que un ataque abierto sobre el continente parecía innecesario, y ello pondría en peligro la legalidad de sus acciones.

Siempre existió la posibilidad de que Gran Bretaña pudiera fracasar en su objetivo militar primario en las Islas Malvinas, y que la Fuerza de Tareas fuera humillada. Fue así que, hasta el final del conflicto nunca se descartó la idea de estos ataques sobre el continente, ni se suspendieron las planificaciones.

La opción quedaría reservada para cuando las necesidades operativas militares así lo requirieran, siempre que justificara el medio empleado, y se soportara la condena internacional. La "Opción 13", de "Ataques a blancos seleccionados en Argentina Continental", siempre estuvo sobre la mesa de planificación, a la espera de obtener luz verde en el Gabinete de Guerra.

El bombardeo de la ciudad de Buenos Aires permaneció vigente en la mente de los planificadores británicos como también en el diseño de las acciones de guerra psicológica.

Cumplidos 37 años de que Charly García compusiera la canción "No bombardeen Buenos Aires", ahora sabemos que su plegaria no fue ficción.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Aislamiento en ambientes urbanos: Creando burbujas de tropas enemigas

Rodeado, pero inadvertido: lograr el aislamiento en el futuro terreno urbano


Rodeado, pero inconsciente: lograr el aislamiento en el futuro terreno urbano

Ryan Orsini || Small Wars Journal

Los entornos operativos futuros proyectan un rápido aumento del espacio urbano en disputa y la conectividad tecnológica, lo que proporciona una convergencia de capacidad de amenaza para que los comandantes tácticos negocien. Este artículo identifica las complicaciones futuras para lograr el aislamiento físico y psicológico, que tanto histórica como doctrinalmente son tan esenciales para lograr con éxito los objetivos militares en el terreno urbano. Además, este artículo describe la aplicación del líder táctico de un nuevo marco operativo urbano para comprender y lograr el aislamiento físico y psicológico en este entorno futuro.

El enfoque del terreno urbano

Out of the Mountains de David Kilcullen identificó cuatro megatendencias clave en todo el mundo: urbanización, crecimiento de la población, litoralización y conectividad, que impondrán demandas abrumadoras sobre los escasos recursos de la ciudad y el campo, aumentando así la probabilidad y la dificultad de conflictos en las áreas urbanas. [i] En este entorno futuro, es probable que las fuerzas terrestres estadounidenses vean empleo a través y por debajo del umbral del conflicto armado, desde la ayuda humanitaria en casos de desastre y el apoyo a la paz hasta el conflicto entre grandes potencias. Esta probabilidad se refleja en la declaración de la Conferencia AUSA de 2016 del Jefe de Estado Mayor del Ejército de los EE. UU. General Milley: "En el futuro, puedo decir con muy alto grado de confianza, que el Ejército de los EE. UU. probablemente peleará en áreas urbanas". [ii] El concepto de batalla multidominio codifica estas conclusiones. El concepto de diciembre de 2017 identificó un entorno operativo futuro (OE) con elementos básicos del terreno urbano: tecnología de la información acelerada; amenazas híbridas que sincronizan células convencionales, irregulares, criminales y terroristas; aumentando la convolución del terreno urbano y la colección de redes globales. [iii] Las fuerzas terrestres deben prepararse para esta convergencia latente de amenaza, complejidad y conectividad.



Nuestro enfoque debe estar en lograr el aislamiento en terrenos urbanos

Tanto la historia como la doctrina apuntan al aislamiento como el efecto operativo decisivo en el terreno urbano. Concrete Hell, de Lou DiMarco, es un estudio de la guerra urbana moderna. DiMarco escribe que en todo el espectro del conflicto "la historia del conflicto urbano deja en claro que cuando el enemigo está aislado, entonces sigue el éxito". [Iv] Concrete Hell identifica la incapacidad del ejército alemán para aislar a las fuerzas soviéticas a través del Volga como decisiva en última instancia en su pérdida. de impulso y atrapamiento resultante. Además, señala que el aislamiento de Aquisgrán por parte de los aliados es esencial para la toma de la ciudad, mientras que los superan en número 3: 1. Él atribuye el éxito de EE. UU. en Hue solo después del aislamiento de los elementos enemigos del santuario del norte y el uso innovador de la potencia de fuego protectora móvil letal con TTP no letales como el gas CS para aislar físicamente un objetivo urbano tras otro. Por último, DiMarco informa sobre el éxito del sistema de cuadrilaje de la 10ª Para División francesa en Argel y la estrategia de despejar, mantener y construir del 3º ACR en Ramadi debido al aislamiento de los grupos de amenaza del apoyo físico y psicológico en las operaciones de estabilidad.

Estos ejemplos históricos y conceptos futuros de guerra fundamentan la importancia del aislamiento en la doctrina actual de la fuerza terrestre. La publicación conjunta del Ejército y la Infantería de Marina de los EE. UU. de diciembre de 2017 ATP 3-06 / MCTP 12-10B Urban Operations califica el aislamiento como esencial en todo el espectro de las operaciones terrestres unificadas. En la ofensiva el aislamiento altera las ventajas de las etiquetas de defensa urbana y manipula la maniobra combatiente. [V] Además, en la defensa “la falta de prevención del aislamiento del área urbana conduce rápidamente al fracaso de toda la defensa urbana. No se puede exagerar su importancia ”. [Vi]

La guerra futura hará hincapié en la capacidad de los líderes en todos los escalones para operar separados y crear estos efectos aislantes en escalones cada vez más bajos. El concepto de batalla multidominio describe un espacio de batalla cambiante en el que los niveles estratégicos, operativos y tácticos de la guerra se comprimen debido a las capacidades adversas convergentes que acortan los ciclos de decisión de los comandantes. [Vii] Los líderes de unidad deben estar preparados para crear estas pequeñas ventanas de efecto en sus propios porque pueden encontrarse operando con capacidades degradadas sin flancos asegurados. [viii] Por lo tanto, en el futuro, los líderes del terreno urbano en todos los escalones deben concentrar los recursos en crear focos de aislamiento, independientemente del tamaño del objetivo, para controlar lo absolutamente esencial y tener éxito.

Definición del problema y los componentes de la solución

El aislamiento es "... una tarea de misión táctica que requiere que una unidad selle, tanto física como psicológicamente, a un enemigo de las fuentes de apoyo, niegue la libertad de movimiento del enemigo y evite que la fuerza enemiga aislada tenga contacto con otras fuerzas enemigas". [ix] Como resultado, el aislamiento es una tarea de dos partes, física y psicológica, que debe adaptarse a la dinámica tanto del terreno urbano como del conflicto futuro. Como resultado, llegamos al siguiente planteamiento del problema: ¿cómo logran los líderes terrestres el aislamiento en el terreno urbano dados los entornos operativos cada vez más complejos que crean una convergencia de la capacidad de amenaza física y psicológica en todo el espectro del conflicto?

Como explica el concepto de batalla multidominio del Ejército, los componentes de esta solución incluirán postura de fuerza, formaciones resistentes y convergencia. Las formaciones tácticas necesitarán competencia en amplios rangos de postura de fuerza para incluir presencia disuasoria hacia adelante, capacidad expedicionaria sostenible y compatibilidad con las fuerzas asociadas. Requerirán resiliencia para operar indistintamente entre dominios y sobrevivir a la detección y el contacto persistentes del enemigo. Finalmente, las unidades tácticas deben poder converger capacidades creando ventanas de ventaja sincronizando recursos escasos en tiempo, espacio y propósito para abrumar una amenaza. [X]

Lograr el aislamiento físico de los líderes tácticos

El desafío del aislamiento físico en el terreno urbano

El aislamiento físico comienza con una comprensión fundamental del último desafío físico del terreno urbano: la ubicuidad de estructuras de subsuperficies, intrasuperficies y superesuperficies desconocidas. Desde el metro convencional y los rascacielos hasta los escombros urbanos no convencionales y los callejones congestionados, la omnipresencia de las características de cuatro dimensiones (4D) dificulta el análisis del terreno. El conflicto futuro presenta dominios del espacio aéreo y del ciberespacio en disputa. Esto incluye capacidad aérea de amenazas y acceso amigable reducido a tecnología satelital como GPS e inteligencia de imagen, lo que limita muchas de las herramientas históricamente aprovechadas para superar los desafíos del terreno urbano. En conjunto, esto limita el alcance operativo de una unidad táctica, lo que resulta en esfuerzos compartimentados, movimiento canalizado, poder de combate reducido y mando y control degradados (C2).


En este entorno físico, la ventaja va para el actor que mejor puede desagregarse, dispersarse y volverse a agregar repetidamente en una fuerza sincronizada dentro del terreno urbano. La desagregación proporciona flexibilidad a las unidades tácticas que se mueven sobre terrenos complejos, minimizando el problema de la canalización. La dispersión proporciona la capacidad de controlar solo lo esencial y evitar las amenazas que contrarrestan el desgaste. Finalmente, la re-agregación brinda la capacidad de sincronizar los esfuerzos para mitigar la compartimentación y la degradación de C2. Dada la ubicuidad del terreno urbano, las operaciones solo serán efectivas a través de un proceso iterativo desde el objetivo urbano al objetivo urbano. Las unidades distribuidas a grandes distancias deben orientarse, consolidarse y atacar rápidamente para limitar la susceptibilidad a las amenazas emergentes dentro del terreno urbano. Esto requiere ciclos de desagregación, dispersión y reagregación.

Nuevo marco operativo para el terreno urbano: la mentalidad de incumplimiento

Operacionalizando la brecha mental esquema operacional  en terreno urbano

Tarea clave # 1 sin curso de acción específica (ofensa/defensa/estabilidad)

Alistamiento continueo para romper la brecha, evaluar y fijar condiciones en diversos dominios con SOSRA MINFOR adaptado (física)

Frente a estos desafíos y oportunidades urbanos emergentes, las formaciones requieren un nuevo marco operativo. Estas son herramientas cognitivas que se utilizan para visualizar y dirigir la asignación del poder de combate. [Xi] Un nuevo marco operativo para lograr el aislamiento es la mentalidad de brecha. Las complejidades del terreno urbano forman un obstáculo acumulativo aparentemente interminable que ofrece amenazas de forma continua y precipitada a lo largo del tiempo. Para superar este obstáculo, las unidades tácticas deben poder priorizar y controlar solo lo esencial y disgregarse, dispersarse y volver a agregarse rápidamente para lograr efectos masivos y obtener aislamiento. Como resultado, debemos infringir continuamente o estar preparados para hacerlo. La pauta de fuerza mínima es una pieza vital de la intención del comandante. Afortunadamente, estas son tácticas que conoce nuestra fuerza de combate. En la mentalidad de violación, los líderes usan el acrónimo doctrinal SOSRA (suprimir, oscurecer, asegurar, reducir, asaltar) para evaluar iterativamente la fuerza mínima. Esto establece las condiciones contra la amenaza 4D y multidominio dondequiera que se encuentren en el espectro del conflicto: en la ofensiva, la defensa o la estabilidad. Los líderes tácticos usan el modelo mental de fuerza mínima SOSRA para establecer condiciones de aislamiento antes de despejar una habitación, iniciar un área de participación o comenzar una participación a nivel de calle en un mercado abarrotado. Esto impulsa a las tropas a consolidarse en función de la situación y los requisitos, en lugar de la estructura orgánica o cursos de acción endurecidos. Cada objetivo tiene un requisito de fuerza mínima para establecer las condiciones para el inicio del ataque. Siempre que se establezcan las condiciones tácticas, el plan táctico de tierra comienza en un proceso iterativo a medida que se capturan más objetivos y llegan nuevos recursos.

Creación de ventanas de aislamiento físico

Los líderes pueden habilitar este marco operativo urbano a través de ciertas tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) enfocados en la infiltración, exfiltración, comunicaciones y habilitadores para crear pequeñas ventanas de aislamiento físico. Primero, las medidas de control gráfico efectivas, como el área de reunión, el eje de avance, la posición de ataque, la posición de asalto y la dirección del ataque, permiten una iniciativa disciplinada en el movimiento y el ensamblaje de hombres, armas y equipo (MWE) a medida que las unidades se disgregan, se dispersan y re-agregar dentro del terreno urbano a través de objetivos urbanos iterativos. Las unidades pueden designar puntos críticos para volver a agregar en sucesivos movimientos de infiltración y exfiltración alrededor de su movimiento descentralizado. Fundamentalmente, estas medidas de control anidan con reacciones amigas, enemigas o civiles anticipadas al aislamiento físico para dar cuenta de los procesos iterativos tanto en la ofensiva como en la defensa. [Xii] Finalmente, las formaciones emplean flexibilidad en la infiltración y exfiltración a través de la organización de tareas o entrenamiento cruzado para crear una ventaja de movilidad o contramovilidad para crear o denegar avenidas de aproximación de superficie, intra-superficie y subterráneas. [xiii]

La planificación eficaz de las comunicaciones también permite la mentalidad de violación. Las unidades crean comunicaciones redundantes con nodos de retransmisión internos planificados, así como una ubicación de líder predecible en puntos críticos designados que guían a MWE. Además, los líderes logran comunicaciones efectivas con un gráfico operativo compartido listo para el paisaje urbano expansivo. Las técnicas de superposición, como el mapa DOT del ejército británico, combinan una combinación de letras y colores simples para orientar rápidamente una fuerza sobre un área amplia, ampliando la comprensión en un área grande donde un gráfico de referencia de cuadrícula de estilo estadounidense es insuficiente. Finalmente, las unidades utilizan matrices de respuesta graduada como las detalladas en el ATP 3-39.33 Civil Disturbance del Ejército de los EE. UU. Para proporcionar una escalada colectiva descentralizada de fuerza basada en la evaluación de amenazas de masas, lo que brinda más opciones tácticas para el aislamiento físico dado el riesgo de daño colateral.

Finalmente, los líderes deben gestionar cuidadosamente sus facilitadores dentro de la mentalidad de violación. El conflicto urbano requiere constantemente la integración de armas combinadas de incendios terrestres y aéreos escalonados. Esto crea capacidades redundantes de sensor a tirador necesarias para una supresión y maniobra adecuadas. [Xiv] Esto requiere competencia en un entorno de entrenamiento. Las unidades terrestres sin blindaje orgánico, como los IBCT del ejército, pueden buscar oportunidades de interoperabilidad con elementos de la Guardia Nacional blindados locales. De manera similar, las unidades deben buscar oportunidades con elementos de artillería de defensa aérea de corto alcance y equipos de actividades ciber-electromagnéticas para prepararse para la capacidad multidominio de la fuerza terrestre. Además, el conflicto futuro, particularmente con los poderes competitivos, traerá las operaciones de los países socios posiblemente en comunicaciones cifradas compartidas. Esta integración de la fuerza requiere ensayos minuciosos sobre plataformas de comunicaciones compartidas utilizando pro-palabras fácilmente traducibles. El plan de un líder debe ser simplemente planeado y bien ensayado para permitir que las unidades pequeñas combinadas se reúnan en un tercer objetivo urbano sucesivo y establezcan rápidamente una fuerza mínima basada en SORSA para lograr el aislamiento físico.

 

Operacionalizando la brecha mental esquema operacional  en terreno urbano

Tarea clave # 2 sin curso de acción específica (ofensa/defensa/estabilidad)

Usar medidas de control flexibles para facilitar la desagregación iterativa, agregación y dispersión de MWE (física)

 

En el futuro terreno urbano cuatridimensional competitivo en múltiples dominios, la ventaja física recae en el actor que mejor puede disgregarse, dispersarse y volverse a agregar repetidamente en una fuerza sincronizada. Los líderes tácticos pueden optimizar su efecto de aislamiento físico contra este obstáculo urbano convergente y ventanas creativas de ventaja al aprovechar un nuevo marco operativo urbano que se centra en una mentalidad de brecha compartida.

Lograr el aislamiento psicológico de los líderes tácticos

El desafío del aislamiento psicológico en el terreno urbano

El aislamiento psicológico comienza con el reconocimiento del último desafío psicológico del terreno urbano: las fuerzas terrestres carecen del poder de combate técnico y las autoridades necesarias para dar forma de manera efectiva a la velocidad de la interacción humana debido a la proliferación de la tecnología de Internet (TI), así como a la competencia en el dominio del ciberespacio de la competencia. La proliferación de TI beneficia tanto al consumidor en general como a la competencia con dispositivos de comunicación que superan la capacidad de la fuerza terrestre en términos de peso, alcance, ancho de banda, velocidad, tasa de innovación, cifrado y precio por unidad. La proliferación de TI conecta la información con el poder de los grupos sociales para agilizar tanto los movimientos lentos a gran escala como la acción rápida a pequeña escala. Esto presenta un poderoso incentivo para manipular la información que absorbe una comunidad, lo que influye en la distribución y el contenido de la información para que sirva a los propios intereses de un actor. Por lo tanto, si el efecto dominante en el terreno urbano futuro es el aislamiento y la ventaja física pertenece a la mejor forma de repetir los ciclos de desagregación, dispersión y reagregación, entonces la ventaja psicológica es para el actor que puede manipular la información. [Xv]

Sin embargo, las fuerzas terrestres carecen del poder técnico de combate y de las autoridades necesarias para manipular la información. A través de habilitadores, las fuerzas terrestres tienen la capacidad de interferir con los servicios públicos o las comunicaciones de los combatientes. Sin embargo, estos recursos son escasos y pueden resultar en un daño excesivo a los sistemas de la ciudad para un beneficio táctico limitado. Como resultado, la capacidad de la unidad táctica para aislarse psicológicamente en una era de conectividad generalizada probablemente se limite a los segundos de supresión orgánica y oscurecimiento del objetivo urbano. Esto brinda una amplia oportunidad para la conexión psicológica de la competencia que respalda las operaciones de información y C2 antes, durante y después del contacto. Esta brecha se debe en parte a la organización de tareas. La fuerza terrestre actual todavía se modela después de la Batalla aire-tierra, todavía no la Batalla multidominio. [Xvi] Al colocar a los partidarios del fuego y los coordinadores del espacio aéreo en el nivel del pelotón, nuestras fuerzas terrestres pueden sincronizar letalmente los incendios terrestres y aéreos. Sin embargo, con los coordinadores de información y asuntos civiles a nivel de brigada, nuestros intentos de aislamiento psicológico fracasan debido a la falta de comprensión contextual y toma de decisiones centralizada. Como resultado, las fuerzas terrestres en Irak y Afganistán cedieron continuamente impulso psicológico a nuestro adversario. Es probable que esta tendencia negativa continúe hasta que las unidades tácticas en el batallón e inferiores estén preparadas y autorizadas para actuar de manera efectiva dentro del dominio de la información.

Además, las fuerzas terrestres se encuentran en entornos operativos con competidores que están equipados doctrinal y materialmente para manipular información en el dominio cibernético. A diferencia de nuestra fuerza terrestre, estos adversarios potenciales reconocieron desde hace mucho tiempo su efecto psicológico debilitante en todo el espectro del conflicto. La Doctrina rusa Gerasimov y el Plan Estratégico chino 2025 describen los esfuerzos para lograr el control social a través del dominio cibernético. [Xvii] La intervención rusa en Ucrania en 2014 incluyó una maniobra terrestre sincronizada con una campaña cibernética más amplia de desinformación, manipulación económica e intimidación que fijó efectivamente a las fuerzas ucranianas en el nivel táctico. [xviii] El ataque cibernético ruso NotPetya en junio de 2017 paralizó la infraestructura crítica de Ucrania, empresas selectas y computadoras de ciudadanos privados en masa. [xix] Nuestros competidores, tanto cercanos como irregulares, muestran constantemente competencia, intención y umbral de bajo riesgo para lograr el control social local y el aislamiento psicológico mediante la manipulación de la información. Esta es una asombrosa discrepancia en el enfoque, las autoridades y la capacidad para manipular la información entre nuestra fuerza terrestre y los adversarios potenciales.

Permanecer competitivo mediante la comprensión de la manipulación de la información

Frente a la proliferación de TI y un dominio cibernético de información competitivo con capacidad orgánica multidominio limitada y restringida, las unidades tácticas deben primero poner un énfasis renovado en la comprensión del entorno de información para maximizar el efecto aislante disponible. Si bien está superado psicológicamente, la comprensión de la fuerza básica de la manipulación de la información es el primer paso insustituible para seguir siendo competitivo en el entorno de la información y lo suficientemente flexible como para crear las ventanas necesarias de ventaja de aislamiento.

Comprender la manipulación de la información requiere un análisis de cómo una comunidad interconectada encuentra, consume y reacciona a la información. En este nuevo entorno de información competitivo, el típico paso de peatones PMESII-ASCOPE de análisis civil es insuficiente. Sin embargo, el marco del trastorno de la información de Wardle y Derakhsan es una herramienta analítica de este tipo. Estratifican la información en tres tipos conocidos como información errónea, falta de información y mala información. La falta de información es falsa y se distribuye deliberadamente para causar daño a un objetivo previsto. La información errónea es falsa pero se crea con una intención desconocida. Finalmente, la información errónea es verdadera, pero se distribuye deliberadamente para causar daño a un objetivo previsto. Al distinguir entre lo verdadero y lo falso, así como lo dañino y lo pacífico, podemos comprender la influencia y la reacción de los competidores en el medio ambiente. [Xx] Este marco también permite a los líderes tácticos observar críticamente nuestro propio equilibrio de esfuerzos de distribución de información.

Wardle y Derakhsan también analizan los tres elementos de la información: el agente que crea y distribuye, el mensaje que tiene información especialmente formateada y el intérprete que recibe, interpreta y actúa. Este marco proporciona una comprensión íntima de las respuestas emocionales, la identidad cultural y la visión del mundo existente que son tan poderosas para crear o manipular información. [xxi] Sin embargo, también proporciona a los líderes tácticos conciencia de importantes mecanismos de transmisión, como medios clave, vulnerabilidades y efectos. Este análisis revela importantes focos de resistencia y vulnerabilidad en el terreno o en el dominio cibernético, como un líder o una idea que tiene un efecto magnificado dentro de la comunidad para la posterior selección de objetivos tácticos para interrumpir, destruir o evitar.

Este requisito de comprender las redes de información es fundamental para seguir siendo competitivo en el entorno urbano de IO dada la limitada capacidad orgánica. Dado que ya no podemos evitar la manipulación de la información, debemos mejorar en el aprovechamiento de su energía y la comprensión de sus tendencias. La manipulación continua de la información dentro de la OE es el obstáculo psicológico que continuamente superamos, consciente o inconscientemente, en el terreno urbano desde la acción directa hasta las operaciones de apoyo a la paz. Al comprender los contextos locales de manipulación de la información, los líderes pueden lograr dos efectos críticos. Primero, pueden anticipar recursos e ideas demasiado impactantes, ya sea que sean vulnerables o estén bajo la influencia de los competidores, para dirigir contra ellos los escasos recursos psicológicos, desmoralizando así al enemigo. En lugar de reaccionar ante la destrucción de la infraestructura de transporte de una comunidad por un ciberataque, podemos preponer y reorientar las fuerzas para disuadir su ocurrencia. En segundo lugar, este entendimiento puede moldear la voluntad de las sedes superiores de liberar activos y aprobar efectos a medida que se refinan los objetivos, lo que reduce el riesgo para los sistemas de macrociudades. Por ejemplo, en lugar de cortar la electricidad de un vecindario, podemos evitar temporalmente su acceso a un canal de YouTube en particular, interrumpiendo la manipulación de información. Como resultado, las unidades están en mejor posición para identificar rápidamente los efectos de la información dentro del sistema del terreno urbano e interrumpir las acciones multidominio de la competencia.

 

Operacionalizando la brecha mental esquema operacional  en terreno urbano

Tarea clave # 3 sin curso de acción específica (ofensa/defensa/estabilidad)

Permanezca competitivo en el ambiente IO entendiendo la manipulación de información (psicológica)

 

Creando ventanas de aislamiento psicológico

Armados con una comprensión de la manipulación de la información local, los líderes pueden ejecutar la interrupción y la explotación psicológicas específicas que apoyan el marco operativo de la mentalidad de violación del terreno urbano. Estas ventanas de aislamiento psicológico no se limitan a los dominios terrestres, aéreos y cibernéticos. Más bien, las unidades tácticas coinciden con la capacidad orgánica (líderes de pelotón, posiciones de bloqueo o socios de la nación anfitriona) para aprovechar mejor el efecto deseado. Estos esfuerzos se descentralizan en unidades tácticas, se sincronizan como disparadores técnicos que complementan la maniobra táctica y se adaptan al ritmo del conflicto. Nuestra perturbación y explotación psicológica pueden ayudar a establecer las condiciones para lograr o prevenir el aislamiento en el terreno urbano.

La disrupción psicológica respalda la típica "supresión" del requisito de fuerza mínima SOSRA de la mentalidad de violación para simplificar el complejo problema táctico en cuestión. Esta supresión debe centrarse en los elementos clave de la infiltración, exfiltración, comunicaciones y habilitadores de la competencia para complementar mejor el aislamiento físico. Por ejemplo, los líderes pueden lograr una perturbación psicológica por la infiltración y la exfiltración dirigiendo a los civiles a través de medios conocidos a lo largo de rutas de dispersión ventajosas para reducir los daños colaterales. Los líderes interrumpen psicológicamente las comunicaciones al negar los medios de apoyo clave identificados, como los canales importantes de las redes sociales durante las operaciones tácticas o de forma intermitente a lo largo del tiempo. Por último, las unidades pueden perturbar psicológicamente a los habilitadores de la competencia que niegan el acceso a importantes nodos de apoyo, como una ONG o un vecindario, aprovechando el compromiso local o el posicionamiento adecuado de las posiciones de bloqueo y los puntos de control del tráfico para aislarlos.

Operacionalizando la brecha mental esquema operacional  en terreno urbano

Tarea clave # 4 sin curso de acción específica (ofensa/defensa/estabilidad)

Usa información mal y desinformación para permitir supresión y asalto (psicológico)

La explotación psicológica respalda el requisito de fuerza mínima de "asalto" SOSRA de la mentalidad de violación para intensificar el efecto y permitir operaciones futuras. Las unidades utilizan información errónea y desinformación específicas para lograr la explotación psicológica en los dominios terrestres y cibernéticos. La mala información se transmite a través de medios de información poderosos conocidos y se anida con una comprensión de las ideas culturales clave, aprovechando la verdad en tiempo real para respaldar la maniobra terrestre. Por ejemplo, las unidades pueden publicar evaluaciones de daños de batalla personalizadas y violaciones de normas culturales descubiertas por parte de los competidores. La mala información es especialmente importante durante las fases de estabilidad y apoyo a la paz debido a su impacto en la opinión pública local y regional importante. Las unidades tácticas utilizan la desinformación dirigida para disfrazar los esfuerzos amigos o causar confusión dentro de los nodos competidores críticos cuando hay una necesidad militar de sorpresa. Habilitadas por la comprensión de la manipulación de la información, las unidades pueden superar la proliferación de TI y mitigar la competencia cibernética de la competencia, estableciendo condiciones para lograr o interrumpir el aislamiento psicológico mediante el uso específico de información errónea y desinformada.

Enfrentando hoy el problema del mañana

El conflicto urbano futuro presenta una convergencia de capacidad de amenaza que los líderes tácticos deben negociar. La guerra nunca espera a que los militares estén listos y el próximo no será diferente. El conflicto urbano futuro requerirá no solo un alto nivel de competencia en maniobras de armas combinadas en todo el espectro del conflicto. Requerirá competencia y autorizaciones en todos los dominios, incluido el espacio y el cibernético, para incluir la manipulación de información, en escalones por debajo de la brigada. Hasta que la fuerza terrestre genere un marco para emplear las capacidades necesarias para combatir estos cambios, los líderes tácticos requerirán un marco operativo renovado, la mentalidad de brecha, para lograr o prevenir el aislamiento físico y psicológico en el terreno urbano.


Bibliografía

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Notas al final

[i] David Kilcullen, Out of the Mountains: The Coming Age of the Urban Guerrilla (New York: Oxford University Press, 2013), 25.

[ii] Michelle Tan, “Army Chief: Soldiers Must Be Ready To Fight in Megacities,” Defense News, October 5, 2016, https://www.defensenews.com/digital-show-dailies/ausa/2016/10/05/army-chief-soldiers-must-be-ready-to-fight-in-megacities/ (accessed May 16, 2018), in paragraph 9.

[iii] U.S. Army, Multi-Domain Battle: Evolution of Combined Arms for the 21st Century (Washington, D.C.: Government Printing Office, 2017), 5.

[iv] Louis DiMarco, Concrete Hell: Urban Warfare from Stalingrad to Iraq (Oxford: Osprey Group, 2012), 7.

[v] U.S. Army, Urban Operations, ATP 3-06 (Washington, D.C.: Government Printing Office, 2017), 4-14.

[vi] U.S. Army, Urban Operations, ATP 3-06 (Washington, D.C.: Government Printing Office, 2017), 5-7.

[vii] Multi-Domain Battle: Evolution of Combined Arms for the 21st Century, 8.

[viii] Ibid, 35.

[ix] U.S. Army, Terms and Military Symbols, ADRP 1-02 Washington, D.C.: Government Printing Office, 2017), 1-33.

[x] Multi-Domain Battle: Evolution of Combined Arms for the 21st Century, 23-25.

[xi]U.S. Army, Doctrine Primer, ADP 1-01 (Washington, D.C.: Government Printing Office, 2014), 4-8.

[xii] Urban Operations, 5-7.

[xiii] Ibid, 5-8.

[xiv] Urban Operations, 4-15.

[xv] David Maxwell, “David Maxwell on Unconventional Warfare,” The Security Studies Podcast, Podcast audio, November 7, 2016, https://itunes.apple.com/us/podcast/the-security-studies-podcast/id1110393903?mt=2

[xvi] David Perkins, “Multi-Domain Battle,” US Army TRADOC, October 7, 2017, https://www.youtube.com/watch?v=nfOgPayfATo&index=9&list=PLiX4QSJW9_Q9-evZSvunqY3dMrcgSCJII (accessed May 16, 2018), 9:00.

[xvii] Stefan Banach, “Virtual War—A Revolution in Human Affairs,” Small Wars Journal, February 2, 2018, http://smallwarsjournal.com/jrnl/art/virtual-war-revolution-human-affairs (accessed May 16, 2018), in paragraph 16.

[xviii] Janis Berzins, “Russia’s New Generation Warfare in Ukraine,” National Defense Academy of Latvia Center for Strategic and Strategic Research, April, 2014, http://www.naa.mil.lv/~/media/NAA/AZPC/Publikacijas/PP%2002-2014.ashx (accessed May 16, 2018), 4.

[xix] Dustin Volz and Sarah Young, “White House Blames Russia for Reckless NotPetya Cyber Attack,” Reuters Cyber Risk, February 15, 2018, https://www.reuters.com/article/us-britain-russia-cyber-usa/white-house-blames-russia-for-reckless-notpetya-cyber-attack-idUSKCN1FZ2UJ (accessed May 16, 2018).

[xx] Claire Wardle and Hossein Derakhsan, “Information Disorder,” Council of Europe, October 2017, https://rm.coe.int/information-disorder-toward-an-interdisciplinary-framework-for-researc/168076277c (accessed May 16, 2018), 21-22.

[xxi] Ibid, 23-29.