lunes, 6 de octubre de 2025
sábado, 9 de agosto de 2025
Ucronías Argentinas: ¿Y si los planes de adquisiciones pre-Malvinas se hubiesen mantenido en democracia?

¿Los Mirage 2000 hubiesen reemplazado a los Mirage III/Dagger/Finger?
¿Y si Argentina no hubiera frenado su rearme? Un análisis contrafáctico sobre las Fuerzas Armadas 1983–2025
Cuando el 14 de junio de 1982 el general Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición argentina en Puerto Argentino, culminaba no solo la Guerra de Malvinas sino una etapa entera en la historia militar del país. Para muchos, esa derrota marcó un punto de inflexión definitivo. Lo que siguió fue la desarticulación de una política de defensa ambiciosa, un retroceso estratégico y la progresiva pérdida de capacidades militares. Pero ¿qué habría pasado si Argentina hubiese seguido el rumbo que venía trazando hasta ese momento? ¿Cómo serían hoy sus Fuerzas Armadas si la política de adquisiciones militares de los años setenta y principios de los ochenta no se hubiese interrumpido?
Una ucronía es una narración o hipótesis histórica alternativa que imagina cómo habría sido la historia si un hecho real hubiese ocurrido de manera distinta o no hubiese ocurrido. Si digo "ucronías argentinas", lo primero que viene a la cabeza son escenarios ficticios de historia alternativa en los que algún hecho clave de la historia argentina ocurre de otra manera y cambia el curso de los acontecimientos. Ya hemos trabajado en este blog muchos escenarios ucrónicos, sobre todo asociados a la crisis del Beagle (haga clic en 1, 2, 3, 4, 5... entre otros). Quedan muchos más por analizar pero hoy nos enfocaremos en añadir racionalidad a un período larguísimo de la historia argentina reciente que no la tuvo.
Este ejercicio contrafáctico propone una hipótesis alternativa: un país que, tras la recuperación democrática, opta por continuar y profundizar su proceso de modernización militar, no como instrumento de agresión, sino como pilar de disuasión regional, soberanía tecnológica y autonomía estratégica. Para explorar esa posibilidad, es necesario retroceder al momento previo a la guerra y comprender qué tipo de arquitectura militar estaba gestándose.
La Argentina que se armaba: visión y planificación hasta 1982
Durante la década de 1970 y los primeros años de la siguiente, la Argentina trazó un proyecto de modernización militar que combinaba adquisiciones de tecnología extranjera de punta con un incipiente desarrollo nacional. Se trataba de una política que, aunque encuadrada dentro de un régimen autoritario, respondía a una visión geopolítica más amplia, compartida por diversas líneas internas de las Fuerzas Armadas y parte del espectro político. En el contexto de la Guerra Fría, y bajo la doctrina de defensa nacional autónoma, el país aspiraba a convertirse en una potencia militar regional con proyección atlántica. 
Daggers argentinos, el núcleo de la defensa aérea por 30 años
En la Fuerza Aérea, se adquirieron cazas Mirage III y Dagger, se diseñó el IA-63 Pampa como entrenador jet y plataforma liviana de ataque, y se contemplaba la compra del Mirage 2000, un avión de cuarta generación que habría convertido a la aviación argentina en una de las más modernas del hemisferio sur.
En la Armada, el eje era la incorporación de destructores MEKO 360 y corbetas MEKO 140 —ambos de origen alemán—, junto con un ambicioso plan submarino. Este preveía la construcción de seis submarinos TR-1700, dos en Alemania y cuatro en el astillero Domecq García de Buenos Aires, con la intención de desarrollar posteriormente una versión nuclear. La existencia del portaaviones ARA 25 de Mayo completaba una doctrina de proyección naval oceánica, inédita en la región.
El Ejército, por su parte, modernizaba su parque blindado con el Tanque Argentino Mediano (TAM), desarrollado junto a Alemania y fabricado en la planta TAMSE, acompañado de sus vehículos complementarios: el VCTP, el VCA 155 de artillería autopropulsada y unidades logísticas blindadas. El objetivo era construir una fuerza mecanizada versátil, equipada cada vez con más componentes nacionales.
Era una política de defensa integrada, sostenida por una incipiente base industrial y tecnológica, con empresas como CITEFA, INVAP, Astilleros Río Santiago, Domecq García y Fábrica Militar de Aviones. Malvinas interrumpió este proceso. Pero si no lo hubiese hecho, ¿cuál sería el resultado?
1983–1990: Consolidación democrática y rearme progresivo
Imaginemos un escenario donde el gobierno de Raúl Alfonsín decide no desmontar el aparato de defensa, sino someterlo a control civil democrático y convertirlo en una herramienta de soberanía moderna. Se reconfigura la doctrina militar hacia un enfoque defensivo, se castiga la represión ilegal, pero se mantiene el plan de reequipamiento.
Los submarinos TR-1700 se terminan según el cronograma original: dos llegan desde Alemania (como en la realidad), y los otros cuatro son completados en el astillero nacional entre 1987 y 1992. Esto convierte a la Armada en la única de América Latina con una flota oceánica moderna y capacidad disuasiva submarina extendida.
Paralelamente, se concreta la adquisición de 36 Mirage 2000, que comienzan a llegar en 1987, reemplazando progresivamente a los Mirage III y Dagger. La Fábrica Militar de Aviones inicia una línea de producción mejorada del IA-63 Pampa, con aviónica modernizada y versiones artilladas para apoyo cercano. 
Imaginando un IA-63 Pampa NG, armado con radar y lanzamisiles en las alas
El Ejército continúa fabricando el TAM y sus derivados, completando más de 500 unidades hacia 1990. Se inician además procesos de mejora electrónica, sensores nocturnos y enlace digital. La doctrina de brigadas blindadas se actualiza bajo normas OTAN, con ejercicios binacionales regulares junto a Chile y Brasil.
1990–2001: Profesionalización y liderazgo regional
Durante la década de los noventa, en este escenario contrafáctico, la Argentina adopta una política de profesionalización militar sin renunciar a su capacidad operativa. El gobierno de Carlos Menem, en lugar de reducir el presupuesto de defensa, lo racionaliza. Se introduce una carrera militar universitaria y se vinculan institutos de investigación militar con universidades nacionales.
Para los años 90s debido a la experiencia de Malvinas se haría clara la necesidad de contar con un avión AWACS tanto para la FAA como para las operaciones del COAN. La necesidad ya se había presentado en 1985 cuando hubo sugerencias de intercambiar los dos DDG Tipo 42 de la ARA (ARA Santísima Trinidad y ARA Hércules) por un avión AWACS E-4 de Arabia Saudita. Obviamente el trueque nunca hubiese sido autorizado por el Congreso de Estados Unidos pero si presentaba la primera evidencia que era necesaria esa plataforma para nuestras fuerzas armadas. En los 90s, cambiado el escenario internacional, con las relaciones carnales de la administración Menem y el estado de socio extra-OTAN, esta necesidad, ahora sí, podría haberse negociado con el mismo país en la forma de los E-2C Hawkeye. Aviones altamente versátiles que podrían haber cumplido inicialmente de manera más que aceptable ese rol en el contexto de nuestro país.

La industria de defensa comienza a exportar: el TAM y el VCTP se podría haber vendido a países de África y Asia, el Pampa pudo tranquilamente haber encontrado mercados en Centroamérica, y piezas electrónicas desarrolladas por INVAP se integran a sistemas de vigilancia aérea y misiles de países socios. Esto permite sostener la inversión sin depender exclusivamente del presupuesto nacional. TAMSE inicia también la modernización y generación de capacidades largamente esperadas como los vehículos de defensa aérea (SPAAG), MRLS y obuses autopropulsados (TAM VCA) todos basados en la célula TAM, para gestionar distintas capacidades de ataque y defensa de los regimientos de caballería de tanques. También se modificarían los excedentes de M113 como SPAAG al estilo de los actuales Korkut turcos (foto abajo) así como la estandarización de la torreta blindada de 20mm (Torblin).

En paralelo, se mantienen las inversiones estratégicas: se inicia el desarrollo del primer reactor nuclear naval argentino, pensado como etapa previa al primer submarino nuclear. Se modernizan los MEKO 360 con sistemas AEGIS ligeros y misiles de crucero de medio alcance.
La Fuerza Aérea comienza a evaluar reemplazos para el Mirage 2000 con miras a 2010. Un camino que se analiza es adquirir el AMD Rafale debido a la gran confianza en los sistemas franceses, aunque las limitaciones presupuestarias post-1998 hacen más viable una asociación regional con Brasil para desarrollar un avión de combate sudamericano (posiblemente derivado del Gripen sueco).
2001–2010: Crisis y resistencia estratégica
La crisis económica de 2001 golpea duramente al país. Sin embargo, en esta línea contrafáctica, el Estado Mayor Conjunto cuenta con una reserva estratégica para continuidad de programas esenciales, sostenida por exportaciones y cooperación internacional.
La construcción del primer submarino nuclear argentino continúa a ritmo lento pero constante, y se logra botar en 2009 el ARA Santa Fe, equipado con propulsión nuclear luego de haber estudiado instalar la propulsión híbrida AIP de origen sueco. La Armada, aunque con operaciones reducidas, mantiene presencia efectiva en el Atlántico Sur.

De la Meko 360, que por problemas de motorización británica, podían ser reemplazados en los 1990/2000 por la clase Meko 200 con motorización norteamericana para luego poder llegar a modelos más modernos como la FREMM para los 2020s.
La Fuerza Aérea moderniza la flota de Mirage 2000 y produce localmente una versión del Pampa con radar multimodo y capacidad aire-aire. Se inician proyectos con Israel para incorporar drones de ataque ligeros y misiles BVR, en una estrategia que privilegia calidad por sobre cantidad.
El Ejército implementa el programa TAM 2C, con blindaje reactivo, sensores térmicos y mando digitalizado. Las brigadas de montaña y selva se modernizan con apoyo logístico aéreo propio, incluyendo helicópteros ligeros de fabricación nacional.
2010–2025: Soberanía tecnológica y reafirmación del poder disuasivo
En el período reciente, esta Argentina contrafáctica afianza su autonomía estratégica. La cooperación con Brasil y Suecia da lugar a la producción conjunta de 24 cazas Gripen NG adaptados a los requisitos argentinos, con transferencia de tecnología completa. Esto permite retirar finalmente los Mirage 2000 y mantener una flota mixta de Gripen y Pampa III+.
¿Gripens argentinos sobre Buenos Aires?
La Armada recibe en 2015 el segundo submarino nuclear, ARA Santiago del Estero con reactor compacto CAREM, con capacidad de lanzar misiles de crucero. Tal vez misiles franceses SCALP comprados y adaptados gracias a un contrato. Se evalúa la reactivación de la capacidad portaaviones mediante la adquisición de un buque ligero STOVL de segunda mano modernizado en Tandanor, adaptado para operar drones y aviones de despegue corto.
ARA Santiago del Estero, un Tipo TR-1700 ampliado con un reactor CAREM, morro más hidrodinámico y sistemas mejorados
La industria nacional lanza el satélite SARA-D para comunicaciones militares cifradas, y se establece una red C4ISR nacional que integra a las tres fuerzas. INVAP provee radares 3D para todo el país y el sistema de defensa aérea ya cubre el 85% del espacio nacional con misiles de corto y medio alcance.
La política exterior argentina se reposiciona: participa activamente en misiones de paz bajo mandato de la ONU, exporta sistemas de defensa livianos a África y mantiene una relación estratégica con países como India, Egipto e Indonesia.
Un escenario subversivo pero, por lo menos, con entrega de material
¿Qué habría pasado si, a pesar del ascenso de gobiernos de izquierda —como efectivamente ocurrió—, se hubieran concretado finalmente las repetidas promesas o intentos de adquirir material militar no occidental? Esto en un contexto político marcado por una fuerte desconfianza hacia las Fuerzas Armadas.
Durante el gobierno peronista se evaluaron diversas alternativas: los Mirage F1 españoles, el IAI Kfir Block 60 israelí, el KAI F/A-50 Golden Eagle surcoreano, y finalmente el CAIC JF-17 Thunder de origen chino-pakistaní. De todos ellos, el que estuvo más cerca de concretarse fue el último.
Pilotos argentinos llegaron a volar el JF-17 en Pakistán, y de haberse adquirido, las unidades habrían operado desde la Base Aérea Militar de Tandil. Sin embargo, la cantidad prevista nunca superó los 12 aviones más 2 adicionales, por lo que habrían conformado el único escuadrón de combate real del país, junto a un puñado de entrenadores Pampa III —estos últimos con capacidad de combate extremadamente limitada.
De haberse optado por este camino, lo más probable es que se hubieran adquirido vehículos blindados 6x6 Guaraní de la empresa brasileña IVECO, y quizás una cantidad limitada de VN-1 8x8 para equipar unidades de despliegue rápido. Pero no mucho más que eso.
En cuanto a la Armada, no se preveían incorporaciones significativas, salvo quizás algunos viejos avisos de origen ruso. Todas las naves de clase Meko se hundirían del puro óxido.
El principal problema de seguir esta vía habría sido el alejamiento total de la esfera de influencia de la OTAN, lo que implicaría una colisión directa con Estados Unidos. Un factor estratégico a considerar es que abrir esa puerta habría llevado con alta probabilidad a que Washington refuerce militarmente a Chile, en un intento de equilibrar la presencia de equipamiento chino en la región.
El acuerdo surcoreano
Otro escenario puede haber sido la cooperación con Corea del Sur. Un emergente productor de aviones de combate luego de haber ganado experiencia muy valiosa en la producción bajo licencia de los KF-16 en las instalaciones de KAI. El país ofrece los flamantes entrenadores avanzados y de ataque ligero F/A-50 Golden Eagle. Equipados con una pieza del legendario motor F404 de los F/A-18 Hornet, Argentina decide que es una buena opción para reemplazar a los todavía omnipresentes aviones A-4AR Fightinghawk.
Aviones F/A-50 Golden Eagle argentinos volando sobre Santa Rosa, La Pampa.
Coproducidos en la FAdeA reestatizada, los aparatos tendrían su propio centro de mantenimiento en el Área Material Río Cuarto, teniendo estos aviones las capacidades de entrenar tripulaciones y plena capacidad de combate ligero. Con una extensión de este acuerdo, la KAI (ávida por extender sus operaciones en los cuatro puntos cardinales) ofrecería participar en el desarrollo del caza KF-21, un bimotor de altas prestaciones bimotor con dos motores F-404. Con unos pocos cientos de millones de dólares de co-financiamiento y el envío de un gran equipo de técnicos argentinos para la participación del diseño y adaptación de la aeronave a las necesidades de las fuerzas armadas argentinas. Basta con ver los esfuerzos enormes que ha hecho Corea del Sur para obtener el contrato de cazas peruanos donde llegó a oferta 24 F/A-50 y 24 KF-21 por menos de 4 mil millones USD.
El KF-21 sería rebautizado en Argentina como Proyecto SAIA-20, una adaptación del viejo SAIA-90 que ya preveía que la FAA debía contar un caza pesado de altas prestaciones bimotor, precisamente, equipados con los dos motores que portaba el F/A-18. El sueño podría haber vuelto a ser realidad. El modelo nacional estaría equipado con bombas Dardo III, radar AESA diseñado por INVAP y diversa aviónica desarrollada en conjunto con KAI y Elbit. El avión producido y adaptado para las fuerzas armadas argentinas podría haberse denominado IA-81 Shotel, que significa Flecha en el lenguaje de los legendarios Patagones. Si, ya va siendo hora al fin de sacar toda la nomenclatura de los araucanos (ahora autodenominados mapuches) los nombres de los productos militares argentinos.

Un KF-21 Boramae coproducido en Argentina e imaginado localmente con el nombre IA-81 Shotel ("Flecha" en lenguaje Aonikenk) volando sobre la ciudad de Jujuy.
Finalmente, el mismo acuerdo podría extenderse a tecnología de guerra terrestre, como los tanques K2 Black Panther como complemento de los TAMs. En términos de la Armada, diversos sistemas navales se analizarían para su adquisición, entre ellos USV y UUV así como sistemas de sonar. Corea del Sur es, sin dudas, de las industrias más productivas en términos militares del Mundo.
La Argentina militar de 2025: balance final del escenario contrafáctico
En este presente alternativo, Argentina contaría con una fuerza militar moderna, profesional y plenamente subordinada al poder civil. No se trataría de un país militarizado, sino de una nación que supo construir poder disuasivo inteligente y base industrial nacional.
Su aviación de combate empezaría a integrar tecnologías de quinta generación en drones y sensores, lanzaría desde sus propios vectores sus satélites y micro-satélites militares, su flota submarina aseguraría la soberanía atlántica, y su Ejército dispondría de una capacidad de maniobra mecanizada, artillada y digitalizada inédita en América Latina. Todo esto sostenido por una industria de defensa competitiva, con exportaciones anuales por encima de los 500 millones de dólares.
Además, el país ha fortalecido su posición geopolítica: no dependería de alianzas militares con potencias externas, mantendría la iniciativa en la cuestión Malvinas en foros internacionales, y sería visto como garante de estabilidad regional.
Reflexión final: entre el “pudo haber sido” y las lecciones para el futuro
Este ejercicio contrafáctico no busca idealizar una carrera armamentista, ni ignorar los desafíos éticos, económicos y políticos que implica sostener un complejo militar moderno. Pero sí propone repensar el abandono sistemático de capacidades estratégicas que Argentina sufrió durante décadas, muchas veces no por necesidad, sino por desidia, desconfianza o inercia política.
Argentina debió seguir con los planes de inversión y encarar el abastecimiento de la industria militar mundial. ¿Qué diferencia había en el complejo militar argentino de finales de los 1980s con el complejo militar turco actual? ¿Por qué el KAAN turco de hoy no pudo haber sido en SAIA-90 en 1990s? La democracia argentina ha sido el aprendizaje durísimo de 40 sufrir el país la administración de un banda organizada de delincuentes e incompetentes que no lograron casi ningún objetivo socialmente deseable: ¡no mejoró la educación, ni la vivienda, ni la justicia ni tampoco creció la economía! Los únicos que mejoraron su vida fueron los propios políticos.
¿Esta era la línea de sucesión para la FAA si no hubiese la democracia desmantelado todo el complejo militar argentino?
Sin dudas el sector más castigado fue la defensa con el desmantelamiento casi completo de toda la infraestructura de producción militar. De haber seguido mínimamente un nivel de gasto militar acorde, los Mirage III hubiesen sido suplantados por los Mirage 2000 y luego complementados con F-16s reemplazando los A-4 y, mas cercano en nuestros tiempos, el salto final hacia el Rafale, el Gripen (sin tecnología británica) y, por que no, el KF-21 o los F-16 Block 70. De lado de las fuerzas terrestres, la modernización del TAM ya debió haber llegado a finales de los 90s, con la incorporación de Leopard 2 en los 2000s con modernizaciones hasta el día de hoy. De lado de las fuerzas navales, las Meko se debieron vender en los 90s por la motorización británica y su reemplazo por Meko 200 primero con motorización americana para llegar a los 2020s con FREMM francesas o italianas. Ello junto a incorporar algún LPH, LST ó LPD, tal vez usado de Francia o Italia.
Hoy debiéramos tener una fuerza respetable, pequeña, altamente móviles y profesionales, sin necesidad de tener tanto poder de proyección como en los 80s pero si con capacidad de disuasión frente a la Royal Navy en las Malvinas: esa es nuestra hipótesis de conflicto permanente y el desafío más importante en el futuro. La Argentina de 2025 podría haber sido muy diferente. Con voluntad, planificación y control democrático, el país pudo haber mantenido su autonomía tecnológica y su capacidad de defensa sin recurrir al militarismo ni a aventuras geopolíticas irresponsables. Demás está añadir, ninguno de estos escenarios (ni ningún escenario de crecimiento económico) es factible bajo un gobierno populista, sea del partido o alianza de partidos que sea.
Hoy, en un mundo cada vez más incierto, donde la disuasión sigue siendo parte del lenguaje internacional, mirar atrás no es solo nostalgia: es una advertencia. Lo que se pierde una vez, cuesta generaciones recuperarlo. Y en defensa, como en historia, las decisiones no tomadas también escriben el destino.
Por Esteban McLaren (con colaboración de Warbook2023 y OpenIA )
miércoles, 23 de julio de 2025
domingo, 27 de abril de 2025
sábado, 1 de febrero de 2025
FAdeA: Sin grandes ideas y sin excusas de soberanía
Aeronaves Pampa, Pucará e IA 100: las apuestas de FAdeA

Cuando tomaba un curso de costos en la universidad, recuerdo a un profesor que inició una de sus clases mencionando una anécdota personal. "Cuando realizaba una auditoría en una empresa, surgió en el inventario un avión que dicha firma había adquirido por razones que ni ellos mismos podían terminar de definir. Mi primera pregunta fue: ¿Qué hace ese avión en tierra y no está en el aire generando su pago?." Mientras FAdeA avanza en su reestructuración para lograr rentabilidad, tres proyectos clave buscan consolidarse en la industria aeronáutica ¿generarán ganancias esos proyectos?
La Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) es una de las pocas en el mundo con capacidad estratégica para la defensa y busca posicionarse en el mercado. A pesar de enfrentar rumores de privatización en 2024, la empresa sigue siendo clave para la Fuerza Aérea Argentina, su principal cliente. Ya empezamos mal la historia.
En la actualidad, FAdeA busca equilibrio entre la producción de aviones militares y civiles, con el objetivo de reducir su dependencia del Estado y ampliar su cartera de clientes. Su capacidad incluye la fabricación del Pampa e IA 100, el mantenimiento del Hércules C-130, la producción de aeroestructuras para Embraer y servicios de ingeniería y mantenimiento (MRO) para aerolíneas como Aerolíneas Argentinas, Flybondi y Jetsmart.
A pesar de rumores sobre una posible privatización en 2024, la empresa sigue bajo control estatal, pero con la necesidad de mejorar su eficiencia operativa y rentabilidad. Para ello, apunta a cumplir contratos en tiempo y forma, optimizar costos y generar nuevas oportunidades de negocio.
Uno de sus mayores desafíos es la producción del IA 100, un avión de entrenamiento primario fabricado con material compuesto, cuyo prototipo ya está en construcción. Además, trabaja en la modernización del Pucará Fénix, adaptándolo a misiones de vigilancia y control.
La llegada de los F-16 a la Fuerza Aérea podría beneficiar a FAdeA, ya que permitiría que la empresa asuma mayor mantenimiento de otras aeronaves. Sin embargo, sus instalaciones no pueden operar estos cazas por limitaciones en sus pistas.
En sus instalaciones, FAdeA opera con tecnología de alta precisión, desarrollando piezas metálicas y materiales compuestos en salas de ambiente controlado. También produce paracaídas militares y componentes aeronáuticos de extrema precisión para clientes internacionales.
A pesar de desafíos financieros y la suspensión temporal de trabajadores debido a la baja carga de producción, FAdeA continúa siendo un activo estratégico para Argentina, con potencial para insertarse en el mercado global si logra diversificar su producción y consolidar alianzas internacionales. Asimismo, FAdeA debiera explorar asociaciones internacionales a todo nivel para explorar mercados conjuntamente con socios de riesgo. Mucho nos queda por aprender de la experiencia de Embraer, que empezó mucho después que nosotros y hoy es líder mundial en producción aeronáutica.
Los principales desarrollos de FAdeA
FAdeA fabrica y mantiene aeronaves como el Pampa e IA 100, realiza mantenimiento de Hércules C-130 y produce componentes para Embraer. También brinda servicios MRO tanto para la aviación comercial como militar.

El Pampa, utilizado en la Escuela de Pilotos de Caza en Mendoza, ha tenido tres modernizaciones. Además, FAdeA realiza su inspección mayor cada 1.200 horas de vuelo y ha desarrollado un simulador de vuelo. Este modelo ya lleva 50 años en desarrollo y no parece tener un mercado excepto el propio de los pedidos de las Fuerza Aérea Argentina. Sinceramente, FAdeA sigue estafando al erario público con modelos que no generan en lo más mínimo los recursos necesarios para producirlos, dado que no han sido exitosos en ninguna exportación. Pero peor aún, se lo sigue promocionando como con expectativas de desarrollo, es decir de más gasto tributario en esta plataforma, cuando no se menciona ninguna transformación útil del modelo para ubicarlo en el mercado internacional. Seguimos teniendo gerentes míopes que sólo quieren pescar en la pecera del mercado local. ¿Dónde están los planes, los bosquejos, las ideas para convertir esa plataforma en un UCAV o en un caza tripulado o no tripulado para acompañar al F-16 u otras plataformas? Desde este blog ya propusimos mínimamente aprovechar los galpones de esta empresa para aterrizar en el Siglo 21 con una plataforma como el Vanguard de Scaled Composites que puede llegar a tener algo de FUTURO. Evidentemente vamos a tener que esperar aterrados como a alguno se le ocurre revivir el Pulqui II o algún IA-6xxx de la década del 80. Variaciones de las células ya producidas, como el mismo Pampa, pueden convertirse en activos más valorados en el mercado internacional de productos no pilotados multi-misión.

El Pucará Fénix es la versión modernizada del bimotor IA 58, utilizado en la Guerra de Malvinas. FAdeA planea actualizar sus motores, cabina e instrumental, transformándolo en una aeronave de inteligencia y vigilancia. Pero no nos engañemos: es otro proyecto zombie. Si el Pampa ya es un caballo de carreras muerto, el Pucará resulta ser aún peor. Su fabricación fue tan caótica que cada unidad posee piezas distintas a las de cualquier otro. El proyecto quedó obsoleto en los años 90. Con los escasos recursos de FAdeA, esos fondos se podrían invertir en la producción de componentes para aviones en serie —como ya se hace con el Embraer C-390 Millennium—, al menos para costear su operación. Existen múltiples proyectos donde la empresa podría generar ingresos, y de paso aprender a fabricar piezas a nivel internacional. Mientras países como Corea del Sur, Japón y naciones europeas producen aviones en serie, FAdeA se empeña en proyectos sin futuro, perdiendo la oportunidad de colaborar por esos siempre tan necesarios dólares. Ojalá el futuro encuentre a una FAdeA dedicada de verdad a abastecer al mercado exterior, y que se entienda de una vez que, si no se vende, no se puede sostener el negocio.

El IA 100, fabricado íntegramente con material compuesto, es un avión de entrenamiento y enlace con capacidad para cuatro pasajeros. Su producción ha avanzado en un 80%, con el ensamblaje final y la instalación de sistemas en proceso. ¿En serio hay mercado para este avioncito kirchnerista? ¿En serio el mercado no está saturado con productos como el KAI KT-1, Beechcraft T-6 Texan II, Piper Archer TX, Piper Pilot 100i, Cirrus SR20/22 Trainer Embraer EMB-314 Super Tucano, o hasta incluso el Pillan 2 chileno? ¿En serio hay lugar en el mercado cuando también se ofrecen los Grob G 120TP, Diamond DA40 NG Trainer, Pilatus PC-7 Mk II y Pilatus PC-21? ¿O también se pueden pedir los HAL HTT-40 o los PAC CT-4 Airtrainer? ¿En serio? Otra vez la FAA va a ser la única usuaria de este proyecto de escuela técnica. Tal vez sería bueno pensar en una versión ucraniana del IA-100 como una plataforma sin tripulación, cargada a tope de explosivos y usada como dron suicida para ataques de interdicción: ese sí que es un nicho de mercado no abastecido.
FAdeA apuesta a estos desarrollos no solo para fortalecer la defensa nacional, sino también para posicionarse en el mercado internacional. Para eso, debe redirigir la gestión de la empresa a la
internacionalización de su cartera de producción produciendo aquello por
lo que pueden pagar sin afectar el erario público. Pero nada se dice de adaptarse a las nuevas necesidades ni a concretar ventas fuera de sus fronteras ni a adquirir tecnologías de punta ni a modernizar ni mucho menos ampliar sus instalaciones. Dicho esto, cuando no tenemos claro hacia donde vamos, cualquier puerto es buen destino.
JMcL
viernes, 3 de enero de 2025
sábado, 14 de diciembre de 2024
Fuerza Aérea Argentina: La formación de los futuros pilotos de F-16
Cuerpo de élite: así se forman los pilotos de caza argentinos que volarán los F-16
Para operar los sistemas de armas de caza que tiene Argentina, la Fuerza Aérea les exige a los pilotos una rigurosa capacitación, tanto intelectual como física. DEF visitó el lugar y pudo ser testigo de cómo viven los efectivos militares esa etapa bisagra para sus carreras
Por Patricia Fernández Mainardi || Infobae
Existe el mito popular –quizá reforzado por la película Top Gun con sus míticos F-16– de que solo los mejores pueden acceder a volar los más costosos y complejos sistemas de armas aéreos que tiene un Estado: las aeronaves de caza.
Para comprobar si eso es cierto, DEF visitó las instalaciones de la Escuela de Caza, en la IVta Brigada Aérea de Mendoza. Desde dentro, pudo ser testigo del riguroso curso de Estandarización de Procedimientos para Aviador de Caza que tienen que aprobar los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina para volar sistemas como el Pampa, los A4 y, en un futuro muy cercano, los F-16.
A la izquierda un helicóptero Lama y a la derecha un avión Pampa, ambas unidades de la Fuerza Aérea Argentina. (Foto: Fernando Calzada)
El detalle: sin duda alguna, en este lugar, se respira épica guerrera. Primero, la Brigada está emplazada en la localidad de El Plumerillo, al pie de la cordillera de los Andes. Fue allí donde San Martín preparó a su ejército para protagonizar la histórica proeza americana.
Unos 165 años después de aquella campaña, el destino quiso que, nuevamente, los héroes llevaran el sello de aquel lugar. Esta vez, se trató de un grupo de bravos pilotos que, dispuestos a todo, arriesgaron su vida en defensa de la soberanía argentina en las islas Malvinas.
DEF fue testigo del riguroso curso de Estandarización de Procedimientos para Aviador de Caza que tienen que aprobar los pilotos de la Fuerza Aérea en Mendoza. (Foto: Fernando Calzada)
Cuna de la aviación de caza
En diálogo con el comodoro Ariel Ambrogi, oficial a cargo de la IVta Brigada Aérea, DEF pudo saber que esta unidad cuenta con dos escuadrones: el Pampa (donde se realiza el curso de la Escuela de Caza) y el Lama. Este último es el responsable de los helicópteros (Lama y Bell 407) que llevan adelante la tarea de búsqueda y rescate en la alta montaña.
“Por supuesto, hay más gente que trabaja para esto y que conforma el Grupo Técnico y el Grupo Base. El primero se encarga de sostener esta actividad; el segundo, de la logística”, contó.
Sobre el pasado glorioso de la unidad, Ambrogi fue contundente: “El ejemplo de nuestros ocho héroes caídos del escuadrón A4C y de muchos veteranos de guerra que regresaron cultiva el espíritu de nuestros jóvenes y futuros pilotos de caza”.
La IV Brigada Aérea cuenta con dos escuadrones: el Pampa y el Lama. (Foto: Fernando Calzada)
Además, el oficial no evitó compartir su sentimiento sobre la inminente llegada del sistema F-16. “Lo vivo con orgullo y estoy agradecido de estar en este momento de quiebre con el salto tecnológico que significa la incorporación de este nuevo sistema de armas. Y, al vivirlo desde la cuna de los aviadores de caza, se hace más relevante. La responsabilidad es muy alta porque trabajamos con gente joven que va a ocupar unos lugares determinantes para nuestra querida patria”, confesó.
Por su parte, el comodoro Adrián Gustavo Del Río, jefe del Grupo 4 de Caza, unidad dependiente de la Brigada, explicó que una de las misiones principales es la formación de los futuros pilotos de caza que, tras egresar, son destinados a otras unidades operativas que la Fuerza tiene a lo largo y ancho del país: “El piloto general sale de la Escuela de Aviación Militar y el Comando de Adiestramiento, del que dependen todas las brigadas aéreas, hace su formación específica: piloto de transporte, de helicóptero y de caza”.
Básicamente, esa es la razón por la que la IVta Brigada Aérea tiene la responsabilidad de formar al personal en lo pertinente a aviación de caza.
La IVta Brigada Aérea de Mendoza tiene la responsabilidad de formar al personal en lo pertinente a aviación de caza. (Foto: Fernando Calzada)
Los aviones Pampa
Desde Mendoza, detallaron que el sistema que se vuela en el marco de la Escuela de Caza es el IA 63 Pampa II. Aunque, no descartaron que, en un futuro, comiencen a utilizar los Pampa III.
¿A qué se debería este cambio? Con la incorporación de los F-16, la VIta Brigada Aérea de Tandil podría dejar de operar momentáneamente (en virtud de los trabajos que se deben realizar). En consecuencia, los Pampa III que están ahí serán redistribuidos e irán a Mendoza y a Río Gallegos.
Los Pampa III que están en Tandil serán redistribuidos e irán a Mendoza y a Río Gallegos. (Foto: Fernando Calzada)
Para los efectivos de la Escuela, el IA 63 Pampa II, de producción nacional y fabricado por FADEA, es ideal para la instrucción: “Lo beneficia su capacidad biplaza: en el puesto trasero, se ubica el alumno y, detrás, el instructor. Tiene doble comando. Todo está duplicado para que el instructor pueda mostrar y solucionar cualquier problema. También tiene capacidad para realizar las maniobras necesarias en la formación de un piloto de caza y disponer del armamento requerido en el proceso básico de instrucción”.
Además, este avión cuenta con tecnología y motores más modernos y avanzados que los que poseen los A-4: están optimizados para consumir menos y tener más empuje.
El Pampa III tiene doble comando. (Foto: Fernando Calzada)
El moderno simulador de Pampa fabricado por FADEA
Este año, la Brigada incorporó un moderno simulador de Pampa III fabricado por FADEA, un dispositivo fundamental para la preparación de los futuros pilotos e, incluso, para la habilitación que deben hacer periódicamente.
Esta tecnología permite que el piloto pueda familiarizarse con todo aquello que debe controlar durante un vuelo, como los instrumentos, las velocidades, las ubicaciones, la fuerza-G y las comunicaciones. De hecho, el simulador también permite recrear situaciones de emergencia, escenario que no se puede imitar en un vuelo real.
Según el personal, este equipo es el más moderno que existe en el país. Además, una de las cuestiones más importantes es que ahorra recursos. “Una hora de simulador cuesta mucho menos que una de vuelo”, contaron.
El simulador también permite recrear situaciones de emergencia, escenario que no se puede imitar en un vuelo real. (Foto: Fernando Calzada)
El circuito de un futuro piloto de caza
En diálogo con DEF, el vicecomodoro Germán Esteban Sosa, jefe del Escuadrón I IA63 Pampa II e instructor de la Escuela de Caza, contó que quienes son parte del curso fueron seleccionados tras un riguroso proceso que se inicia en la Escuela de Aviación Militar.
Por eso, quienes quieren ser pilotos de caza primero deben ingresar a ese instituto de formación, ubicado en Córdoba, y cursar una licenciatura de cuatro años. Una vez aprobada, se convierten en oficiales de la Fuerza Aérea Argentina.
Además, allí los cadetes pueden recibir las “alas de aviador militar” que los habilitan a especializarse en aeronaves de transporte, caza o helicóptero.
Quienes quieren ser pilotos de caza primero deben ingresar a ese instituto de formación, ubicado en Córdoba, y cursar una licenciatura de cuatro años. (Foto: Fernando Calzada)
“De acuerdo a sus preferencias y selección, son enviados a realizar el curso de aviador de caza en la IVta Brigada Aérea”, explicó, y agregó: “El curso dura un año e implica 100 horas de vuelo. Inicia a principios de año. Primero tienen una parte teórica, en la que se los introduce en los materiales, los sistemas del avión, los procedimientos normales y de emergencia, y el pilotaje. Ellos ya son aviadores militares, así que se los adapta al Pampa para recibir el curso de caza”.
Con los exámenes de esa etapa aprobados, continúa una nueva, la aérea. “Cada uno tiene que ir cumpliendo distintas exigencias e inspecciones para pasar a la parte de pilotaje, instrumental, formación, combate aire dos vs. uno y uno vs. uno, tiro, bombardeo y navegaciones tácticas”, indicó Sosa. Cabe destacar que las materias que forman parte del curso ponen el foco en aspectos teóricos y en otros relativos al sistema de armas que vuelan.
Comodoro Adrián Gustavo Del Río, jefe del Grupo 4 de Caza. (Foto: Fernando Calzada)
“La idea es que todos los días puedan volar hasta alcanzar las 100 horas. Para eso, buscamos despegar a las 8 de la mañana, así que dos horas antes nos reunimos para hacer el briefing. Terminamos las actividades a las seis de la tarde aproximadamente”, dijo Sosa. Para poder cumplir con los objetivos, hay un grupo de siete instructores para orientar a cada alumno: “No deja de ser un equipo. En caso de conflicto, nos debemos la vida a otro. En cualquier situación compleja o de emergencia, el que te va a salvar es quien está volando con vos”.
¿Cómo es el nivel de competitividad? “Alto pero sano”, resumieron desde la Brigada.
El comodoro Ariel Ambrogi es el oficial a cargo de la IVta Brigada Aérea. (Foto: Fernando Calzada)
El instructor de vuelo, una variable indiscutible
Para Sosa, un oficial que ya tiene 25 años en la Fuerza Aérea, el poder llegar a ser instructor es una manera de devolver a la institución y al país la formación que recibió: “El sueño de poder ser piloto de caza lo tengo desde chico y poder transmitir los conocimientos que adquirí en este tiempo a las distintas generaciones es un orgullo muy grande”.
Por su parte, Del Río considera que los instructores tienen un papel fundamental: “Son la variable indiscutible”. Según el oficial, ellos transmiten los conocimientos, el entusiasmo y la pasión. “El instructor tiene que estar con el alumno al menos cuatro horas: en el briefing, durante el vuelo y en el debriefing posterior. En el 95 % de los vuelos, los cursantes están acompañados por el instructor”, comentó.
Los emblemáticos pañuelos distintivos de cada sistema de arma de la Fuerza Aérea Argentina. (Foto: Fernando Calzada)
Además, gracias a la tecnología, todo lo realizado en el vuelo queda registrado en la aeronave. Tras un vuelo o un tiro, esa información se descarga y es analizada en tierra, tanto por el instructor como por el cursante.
¿Qué es lo más difícil para el cursante? “Uno va al avión a poner en práctica lo que aprendió en tierra. Tiene muchas exigencias intelectuales, pero también físicas. Incluso, al soportar la fuerza-G, hasta puede sentirse mal y descomponerse. Por eso, si bien el equipo ayuda, tienen que saber cuáles son las maniobras de resistencia. Básicamente, en esos casos, la sangre desciende hacia los pies. Al piloto se le nubla la vista y está próximo a desmayarse. Hay que anticiparse”, respondieron.
La IV Brigada Aérea participó activamente y de forma heroica en la guerra de las Malvinas. (Foto: Fernando Calzada)
La palabra de un futuro piloto de F-16: “Las expectativas están al máximo”
El alférez Marcos Verón tiene 25 años, es oriundo de la localidad bonaerense de Necochea y es uno de los oficiales que en este momento realiza el curso de aviador de caza. “Fue a raíz de los héroes de Malvinas, la verdad es que me siento identificado con ellos y es un gran honor y respeto estar desarrollando mis actividades acá, donde se formaron”, confesó.
Sobre los duros filtros que tuvo que atravesar para llegar a esta instancia, Verón contó que, de un grupo de 13 aviadores militares de su promoción, solo seis pudieron ir a Mendoza para hacer el curso de caza.
“Es un curso muy exigente. Demanda tiempo, esfuerzo y sacrificios. Las expectativas están al máximo”, relató, y fue concluyente: “Ahora que se dio la compra de los F-16, es un desafío para todos nosotros. Los esperamos con ansias”.
“La Fuerza Aérea es literalmente mi hogar. Vivo acá, como acá y vuelo acá. Todo lo que me ha formado me va a quedar para el resto de mi vida”, resumió.
Pilotos de caza, ¿qué pasa después del egreso?
“De acá, salen los pilotos que pueden volar Pampa III, los futuros F-16 y los otros sistemas que podemos tener en las unidades de caza”, explicó Del Río, jefe del Grupo 4 de Caza, no sin antes detallar que la Escuela no solo cuenta con instructores nacionales y extranjeros (de Estados Unidos, por ejemplo), sino que también recibe cursantes de otras fuerzas, como la Armada, y de otros países, como el caso de Uruguay.
Ya en las unidades de caza, los pilotos recibirán otras misiones. “Están en condiciones para actuar en caso de conflicto”, contó.
Fachada de la entrada de la IV Brigada Aérea de Caza de la Fuerza Aérea Argentina. (Foto: Fernando Calzada)
“No todos van a poder egresar de acá, los que quedan son los mejores en el sentido que tiene que ver con nuestro lema, enfocado en cumplir con la misión de la mejor manera: ‘Ser más’. La aviación de caza es la esencia de una fuerza aérea, pues es la que va a combatir. Para eso estamos: nos preparamos para algo que no queremos que ocurra pero, si mañana sucede, estamos listos. Entonces, acá nos dedicamos a la formación del piloto. Luego, si tenemos un F-16, Pucará, Tucano, Pampa III o A4, exprimiremos al máximo esa capacidad tecnológica”, indicó el jefe del Grupo 4.
Una vez que finalizan esta etapa, los oficiales se subespecializan: están quienes se dedican a lanzar bombas con los cazabombarderos (la guerra contra un objetivo terrestre o naval) y aquellos que operan las aeronaves interceptoras, básicamente para el combate en el aire, un avión contra otro.
¿Qué pasa si a uno de los cursantes le va mal? “Queda separado del curso, pero sigue siendo piloto. Normalmente, se lo deriva para que haga las otras especialidades”, respondió Del Río.
"Si tenemos un F-16, Pucará, Tucano, Pampa III o A4, exprimiremos al máximo esa capacidad tecnológica”, indicó a DEF el jefe del Grupo 4. (Foto: Fernando Calzada)
Equipos anti-G
“El equipamiento que usamos está pensado para soportar las exigencias físicas del vuelo y una eventual eyección ante una emergencia y sobrevivir en el terreno el tiempo suficiente para poder ser rescatados”, adelantó Sosa.
En ese sentido, contó que visten borceguíes y botas de vuelo con punteras de acero para “soportar cualquier golpe e, inclusive, la caída en paracaídas tras una eyección”.
Por su parte, el buzo de vuelo es antiflama para aguantar las altas temperaturas como consecuencia de una situación de emergencia dentro del avión.
“El pantalón anti-G posee una manguera que se conecta a la aeronave y se infla a medida que uno realiza maniobras con gravedad elevada. Eso permite que la sangre no vaya a los pies y mantener el estado de conciencia de los pilotos”, aclaró y añadió: “Después, tenemos el chaleco de supervivencia, que cuenta con un salvavidas por si uno cae en el agua y elementos como comida, agua y una radio”.
Un avión Pampa II de la Fuerza Aérea Argentina en pleno vuelo. (Foto: archivo DEF)
Parches, pañuelos e indicativos de vuelo
Alrededor del cuello de Del Río, se luce un pañuelo de color celeste. “Es el que representa al Pampa II. Cada sistema de armas tiene su pañuelo. Eso se remonta a la Primera Guerra Mundial, momento en el que se usaban aviones con cabina abierta y se sufría el viento y la temperatura. Entonces, en principio, era un abrigo”, cuenta el oficial. Además, explicó que el primer pañuelo fue de color blanco, ya que era una tradición, entre enemigos que combatían en el aire, sacarlo en caso de rendición.
“Cada sistema de armas tiene también sus escudos”, agregó Del Río. En ese sentido, desde Mendoza, contaron que todos portan el escudo representativo de cada escuadrón y del sistema de armas que vuelan.
Además, todos los pilotos son llamados por su indicativo de vuelo. ¿De qué se trata? “El indicativo se elige en la Escuela de Aviación. Tiene que cumplir ciertas cuestiones: dos sílabas (para que sea entendible por frecuencia en las comunicaciones) y mística”, respondió Del Río.
martes, 26 de noviembre de 2024
viernes, 22 de noviembre de 2024
CEV: Visto Pampa III con bomba planeadora Dardo 2

Imagen editada de un Pampa 3 con 4 mockups de Dardo 2C en sus alas
Pampa con Dardo 2C

Un Pampa III del CEV (Centro de Ensayos de Vuelo) de la Fuerza Aérea Argentina fue fotografiado, gracias a la labor del profesional Jorge Méndez, ayer volando con una bomba planeadora Dardo 2, proyecto cancelado por el gobierno peronista, junto a bomba inerte de 250kg y un pod con camáras en la misma ala. Por ahora se desconoce el alcance del proyecto de evaluación pero no es difícil suponer que la Dardo 2 pase a integrar la dotación de armas del futuro F-16 argentino.

La bomba Dardo 2 es del tipo stand-off y puede llegar a un alcance de 200km guiada por INS/GPS. Para ello requiere de un motor impulsor y luego, con la extensión de las alas plegables, puede volar hacia el blanco.



jueves, 31 de octubre de 2024
viernes, 6 de septiembre de 2024
Argentina: Cada piloto de F-16 costará entre 27/52 millones USD en toda su carrera

Costos de formar y mantener pilotos de F-16 Fighting Falcon para la Fuerza Aérea Argentina
- ¿Cuánto cuesta crear y mantener calificado a un piloto de F-16?
- ¿Cómo sería el ciclo de vida de un piloto en la Fuerza Aérea Argentina?
- Cifras al 2024 y un análisis económico-financiero al final
Por Esteban McLaren para FDRA
Supongamos un futuro piloto argentino, oficial recién graduado. Los aviones disponibles para entrenamiento son los Grob G 120, AT-6 Texan II, EMB 312 Tucano y FMA IA-63 Pampa, luego viene, a partir del año que viene, el F-16 Block 15 MLU ex-Dinamarca. ¿Cuántas horas de vuelo se requiere que cumpla en cada aparato un piloto para llegar a volar en un F-16? Luego, si el piloto llega a calificar para volar F-16, cuantas horas por año debe mantener para seguir calificado en el aparato. Buscamos sumar en una tabla todas las horas realizadas por aparato más las horas por año de volar un F-16 hasta alcanzar el límite de edad permitido para un piloto para poder volar un moderno caza de combate. Para ello vamos a suponer un ciclo de vida del piloto, suponiendo edades razonables del piloto cuando inicia con el Grob G-120 y luego establecer una edad de corte para poder operar el F-16 tal como se emplea bajo los estándares de la OTAN. Un análisis económico-financiero optativo se encuentra al final.
Para determinar cuántas horas de vuelo un piloto argentino, siguiendo los estándares de la OTAN (NATO), necesita completar en cada avión antes de calificar para volar un F-16 Block 15 MLU, así como cuántas horas anuales debe mantener para seguir calificado, es necesario basarnos en el perfil estándar de entrenamiento de pilotos militares en fuerzas aéreas occidentales. A continuación, se desglosan las etapas de formación y la acumulación de horas de vuelo según los tipos de aviones disponibles: Grob G 120, AT-6 Texan II, EMBV 312 Tucano, FMA IA-63 Pampa, y finalmente el F-16 Block 15 MLU.

Etapas de Entrenamiento de Vuelo
- Grob G 120 (Entrenamiento Primario)
- Este es el avión de entrenamiento primario básico. Los estándares de la OTAN y los de muchas fuerzas aéreas occidentales requieren que los cadetes completen entre 70 y 100 horas de vuelo en esta etapa antes de avanzar.
- AT-6 Texan II o EMB 312 Tucano (Entrenamiento Intermedio/Avanzado)
- Después del entrenamiento primario, los cadetes pasan a un avión de entrenamiento turbohélice como el AT-6 Texan II o el Tucano. Este entrenamiento intermedio/avanzado suele requerir entre 120 y 150 horas de vuelo, dependiendo de la fuerza aérea.
- FMA IA-63 Pampa (Entrenamiento en Jet)
- En esta etapa, los cadetes vuelan un jet de entrenamiento avanzado como el IA-63 Pampa para familiarizarse con las características de los aviones a reacción. Normalmente, se requieren entre 150 y 200 horas de vuelo en este avión antes de pasar a un caza supersónico.
- F-16 Block 15 MLU (Conversión Operacional)
- Tras completar el entrenamiento en jet, el piloto entra en un curso de Conversión Operacional para volar el F-16. Este curso incluye tanto simulación como horas reales de vuelo. Por lo general, se requiere un mínimo de 200 horas de vuelo en el F-16 para obtener la calificación completa.
Horas de Vuelo para Mantener la Calificación en el F-16
Una vez calificado en el F-16, para mantener la calificación como piloto operativo, los estándares de la OTAN requieren que el piloto mantenga entre 120 y 180 horas de vuelo anuales en un avión de combate moderno como el F-16.
Edades y Progresión
Asumimos que el piloto comienza su entrenamiento alrededor de los 21 años (tras haber completado la formación académica en la Escuela de Aviación Militar - EAM) y que la edad de retiro de un piloto de caza en un moderno avión de combate se sitúa alrededor de los 45 años, siguiendo los estándares de las fuerzas aéreas occidentales.
A continuación, se presenta una tabla que resume las horas de vuelo por cada etapa de entrenamiento y las horas necesarias para mantener la calificación en el F-16 hasta la edad de retiro:
Tabla Resumen de Horas de Vuelo
| Etapa | Avión | Horas Requeridas | Edad Aproximada |
|---|---|---|---|
| Entrenamiento Primario | Grob G 120 | 80 | 21 años |
| Entrenamiento Intermedio | AT-6 Texan II / Tucano | 140 | 22 años |
| Entrenamiento en Jet | FMA IA-63 Pampa | 180 | 23 años |
| Conversión Operacional | F-16 Block 15 MLU | 200 | 24 años |
| Horas Totales Entrenamiento | 600 | ||
| Horas de Vuelo Anuales | F-16 Block 15 MLU | 150 (promedio anual) | 25-45 años |
| Horas Anuales por 21 años (de los 24 a los 45 años) | 3,150 |
Total de Horas de Vuelo
| Concepto | Horas Totales |
|---|---|
| Horas totales de entrenamiento (hasta F-16) | 600 |
| Horas de vuelo anuales en F-16 (21 años) | 3,150 |
| Total de horas de vuelo | 3,750 |
Un piloto argentino, siguiendo los estándares de la OTAN, necesitaría acumular aproximadamente 600 horas de vuelo en entrenamiento básico, intermedio y avanzado antes de calificar para volar un F-16. Una vez calificado, deberá mantener alrededor de 150 horas anuales de vuelo en el F-16. A lo largo de una carrera de 21 años (desde los 24 hasta los 45 años), el piloto habrá acumulado aproximadamente 3,750 horas de vuelo.
Cálculo de costos
Para calcular el costo total de entrenar a un piloto argentino y mantener su calificación en el F-16 Block 15 MLU, vamos a utilizar estimaciones razonables del costo por hora de vuelo para cada avión en la flota de entrenamiento y operación mencionada: Grob G 120, AT-6 Texan II, EMBV 312 Tucano, FMA IA-63 Pampa, y el F-16 Block 15 MLU. Luego, sumaremos todos los costos para tener un estimado total del costo de entrenar y operar a un piloto en su vida útil como piloto de combate en Argentina.
Estimaciones de costo por hora de vuelo
- Grob G 120: Fuentes globales estiman alrededor de $500 USD por hora de vuelo.
- AT-6 Texan II o EMBV 312 Tucano: El costo estimado por hora de vuelo para el AT-6 es de alrededor de $1,000 USD, y el EMBV 312 Tucano se ubica en una categoría similar.
- FMA IA-63 Pampa: Siendo un entrenador a reacción, sus costos operativos son más altos, estimados en alrededor de $2,000 USD por hora según datos disponibles de jets comparables.
- F-16 Block 15 MLU: De acuerdo con varias fuentes, el costo por hora de vuelo del F-16 varía entre $8,000 y $22,470 USD, dependiendo de factores como mantenimiento y condiciones operativas (Executive Flyers)(Wikipedia).
Estas cifras son aproximadas y pueden variar dependiendo del país, la estructura de costos, mantenimiento, combustible y otros factores. Sin embargo, son cifras razonables basadas en el costo de operación de aviones similares en fuerzas aéreas occidentales.
Con base en la información actualizada, incluiremos dos estimaciones del costo de volar el F-16 Block 15 MLU: una basada en un límite inferior de $8,000 por hora de vuelo y otra basada en un límite superior de $22,470 por hora de vuelo. A continuación se muestra la tabla revisada y el desglose de costos.
Tabla actualizada: Horas de vuelo y costos por aeronave (F-16 Block 15)
| Etapa | Avión | Horas Requeridas | Costo por Hora (USD) | Costo Total (USD) | Edad Aproximada |
|---|---|---|---|---|---|
| Entrenamiento Primario | Grob G 120 | 80 | 500 | 40,000 | 21 años |
| Entrenamiento Intermedio | AT-6 Texan II / Tucano | 140 | 1,000 | 140,000 | 22 años |
| Entrenamiento en Jet | FMA IA-63 Pampa | 180 | 2,000 | 360,000 | 23 años |
| Conversión Operacional | F-16 Block 15 MLU | 200 | 8,000 | 1,600,000 | 24 años |
| Horas Totales Entrenamiento | 600 | 2,140,000 | |||
| Horas de Vuelo Anuales (baja estimación) | F-16 Block 15 MLU | 150 (anual) | 8,000 | 1,200,000 (anual) | 25-45 años |
| Horas Totales por 21 años (baja estimación) | 3,150 | 8,000 | 25,200,000 | ||
| Costo Total con estimación baja | $27,340,000 USD |
Estimación Alta: F-16 a $22,470 por hora (F-16C)
| Etapa | Avión | Horas Requeridas | Costo por Hora (USD) | Costo Total (USD) | Edad Aproximada |
|---|---|---|---|---|---|
| Entrenamiento Primario | Grob G 120 | 80 | 500 | 40,000 | 21 años |
| Entrenamiento Intermedio | AT-6 Texan II / Tucano | 140 | 1,000 | 140,000 | 22 años |
| Entrenamiento en Jet | FMA IA-63 Pampa | 180 | 2,000 | 360,000 | 23 años |
| Conversión Operacional | F-16 Block 15 MLU | 200 | 22,470 | 4,494,000 | 24 años |
| Horas Totales Entrenamiento | 600 | 5,034,000 | |||
| Horas de Vuelo Anuales (alta estimación) | F-16 Block 15 MLU | 150 (anual) | 22,470 | 3,370,500 (anual) | 25-45 años |
| Horas Totales por 21 años (alta estimación) | 3,150 | 22,470 | 47,327,500 | ||
| Costo Total con estimación alta | $52,361,500 USD |
Cálculo del Costo Total
Costo total de entrenamiento (600 horas):
- Baja estimación: $2,140,000 USD
- Alta estimación: $5,034,000 USD
Costo total de operación en el F-16 (21 años):
- Baja estimación: $25,200,000 USD
- Alta estimación: $47,327,500 USD
Resumen de Costos
| Estimación | Costo Total (USD) |
|---|---|
| Estimación baja | $27,340,000 USD |
| Estimación alta | $52,361,500 USD |
Conclusión
El costo total de entrenar y mantener a un piloto argentino calificado para volar un F-16 Block 15 MLU oscila entre $27,340,000 USD y $52,361,500 USD a lo largo de su carrera, dependiendo del costo por hora de vuelo en el F-16.











