Mostrando las entradas con la etiqueta infiltración. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta infiltración. Mostrar todas las entradas

sábado, 17 de mayo de 2025

Malvinas: El Equipo de Combate Bouchard enfrentando al SAS


El Equipo de Combate Bouchard enfrentando al SAS



 

La Península: una fortaleza entre las aguas

Enclavada entre las olas y el viento, la península se alza como un bastión estratégico de gran importancia. Su dársena, de 130 metros por 70, resguarda embarcaciones como un puerto natural. El muelle, construido mayormente en piedra, revela su lado más rústico al norte, donde la madera toma protagonismo. Hacia el oeste, un espigón de concreto alberga un pequeño pero vital muelle de combustible de 60 metros. Dos gigantescos tanques, con capacidad de más de dos millones de litros cada uno, dominan el terreno junto a una sólida casa de piedra y ladrillo, un galpón, un establo y otras construcciones que completan este enclave. Desde el sur, un camino serpentea hacia Puerto Argentino, conectando este punto clave con el corazón de la isla.

Pero fue el 5 de abril de 1982 cuando este rincón adquirió un papel trascendental. Un grupo de tiradores de la Infantería de Marina se desplegó en el muelle de Camber, dando inicio a la preparación defensiva de la península. Día tras día, posición tras posición, la estrategia se fue consolidando hasta el 30 de mayo, cuando una Sección de Marinería proveniente del Apostadero Naval se sumó al esfuerzo.

Lo que siguió fue un ejemplo notable de adaptación y espíritu de cuerpo. A pesar de sus distintas formaciones técnicas, estos marinos demostraron un fuerte compromiso militar. Se integraron por fracciones a cada “Loma”, adaptándose con naturalidad al terreno y a las condiciones de combate. Aquella experiencia los marcó. Aún hoy, décadas después, se reúnen con emoción, recordando su transformación temporal en Infantes de Marina y el lazo inquebrantable que los unió en aquella gesta.





La defensa quedo formada por dos Secciones de Tiradores de Infantería de Marina, una Sección de Tiradores de Marinería del Apostadero Naval y una batería antiaérea del GADA 101.Estas fracciones de distintos orígenes de la Armada más la Batería B del GADA 101 conformaron el Equipo de Combate Conjunto Bouchard nombre propuesto por el Mayor Jorge Alberto Monge
El conscripto clase 62 Gabriel Asenjo del Apostadero Naval que integró la Sección de marinería  formó parte de los defensores de Loma 4; específicamente su grupo debía proteger los tanques de combustible, nos dice: «Estábamos armados con fusil; nuestro grupo se ubicó al sur de la Loma, mirando hacia los 2 tanques de combustible. Durante el día dejamos una guardia y vivíamos en un refugio construido por los ingleses posiblemente durante la Segunda Guerra Mundial; su construcción circular de pirca contaba con un hogar a turba, su altura era de 1,50 metros, el techo de madera y chapa, fue cubierto con tepes de turba. Durante los ataques y de noche hacíamos guardias en pozos de zorro con techo de chapa que miraban hacia los tanques, alojábamos 2 o 3 hombres, estaban ubicados a unos 20 metros del refugio y a 20 metros entre ellos. Nuestro grupo se mantuvo muy unido y tratábamos de aprender a combatir como infantería de los infantes de marina cercanos. Recuerdo que el teniente Imboden nos daba e inspiraba confianza, su trato amable, siempre sonriente, pero firme nos tranquilizaba incluso en el último día de combate cuando esperábamos el asalto inglés. Nuestro grupo lo constituía el suboficial Aguirre, cabo Anauk, cabo Iñiguez y los conscriptos Corletto, Luna, Giri, Soler y yo».  Consolidado el despliegue en Camber la guarnición se preparó para soportar el inminente ataque  final.
En los últimos días previos a la noche del 13 de junio se habían visto movimientos de tropas y helicópteros en las alturas inmediatamente al norte de Camber. Se sabía que las tropas del RI Mec 7 estaban soportando un abrumador fuego del atacante británico; de hecho se había perdido el contacto con ese regimiento. Sólo se lo mantenía con la Batería del GADA 101 pues su jefe el Mayor Monge, se encontraba en el PC de Loma 1.



El fuego se intensificó aún más a partir de las 22:00. Este cuadro de situación se percibía con toda nitidez desde Camber. Se veían los efectos del fuego sobre Tumbledown, Wireless Ridge, en la profundidad del dispositivo propio y el fuego de contrabatería.
Los proyectiles iluminantes, las explosiones y las trazadoras de ametralladoras permitían «seguir» el combate de las primeras líneas en contacto.
El combate para estos hombres que estaban en Camber comenzó cuando los Ojos 1 y 2, puestos adelantados de los puntos fortificados en Loma 1 y 2 respectivamente, ven aproximarse a 3 botes de los cuales desembarcaron 1 hombre por bote los que permanecieron agazapados. Esta novedad fue informada al PC en Loma 1 donde el mayor Monge y el teniente Gazzolo, ordenan no abrir fuego en espera de clarificar la situación, no delatar la posición y coordinar los fuegos de las Lomas y de los cañones HS de la batería.
Recuerda el Ex conscripto de la infanteria de marina Víctor Villagra 


-Yo tenía visor nocturno y miraba hacia el aeropuerto y Rodríguez mi compañero miraba hacia Monte Longdon. 


Rodríguez dice: 


¨Villagra veo una mancha en el agua. Fijate que es eso. Yo con el visor nocturno veo una mancha en el agua, una sombra de una nube. Era una noche de luna. No le des bola Rodriguez.¨ 


Al poco tiempo Rodríguez me repite a Villagra:
 

¨Fijate de nuevo¨.


Al fijarse Villagra ve perfectamente tres botes de desembarco entre Ojo 1 y Ojo 2 que eran los otros puntos de guardia sobre la costa.
Dice Villagra:

¨Automáticamente doy aviso a Ojo 1 y Ojo 2 pero no me contestan. Eran dos soldados en cada puesto.
 Sigo llamándolos"
Ojo 1 Ojo 1 acá Ojo 3 cambio.:
Nada.
Ojo 2 Ojo 2 acá Ojo 3 cambio:

Tampoco. Pensé. A estos 4 soldados ya los degollaron y los próximos somos nosotros. Con el visor nocturno empezamos a mirar para todos lados. Estos gringos ya habían desembarcado y había degollado a 4 y los otros dos somos nosotros pensaba mientras con Rodríguez nos alistábamos a combatir. Doy aviso a los puestos pero nadie me responde. Pienso no debe andar el teléfono y de repente por el teléfono me contacta Loma 2 que era la del medio. Nos interrogan y dicen: ¿que ven Ojo 3? Le respondo tres botes en la playa con gente junto a los botes. Ademas no me contestan ni Ojo 1 ni Ojo 2 . Me responden: Quédense tranquilos ellos ya se replegaron. Es decir subieron a las posiciones de arriba y a los 3 botes ya se los vio y los tenemos en las miras.



Villagra dice: 


Quedamos nosotros solos abajo. Los botes distaban 300 m, de Loma 1 y 200 m de Loma 2 y 500 de Loma 3 donde el Guardiamarina IM Barrios contaba con una ametralladora 12,7mm con mira nocturna con la cual observaba claramente a los tres botes. Loma 2 nos preguntó si teníamos munición trazante. Le contestamos que si.
Bueno, tiren Uds y donde tiren Uds tiramos todos. Tengan cuidado porque la munición trazante dirige el fuego pero marca su posición. Le avise a Rodriguez la orden es fuego libre. Loma 2 nos dice: Cuando Uds dispongan tiren. La tension aumentaba . Rodríguez en ese momento me dice: No traje mi correaje. Es decir donde llevan 6 cargadores cada costado. Tenia puesto un cargador con 20 tiros y uno dado vuelta atado al primero como les habían enseñado. Yo tenia 80 tiros en mi correaje y 21 tiros con mi PARA FAL.

Villagra y Rodríguez abren fuego. A su vez se concentran las ametralladoras de Loma 1 y 2 y los fusileros de las tres lomas,  30 tiradores aproximadamente y luego el de los cañones del Ejército argentino. Ante este volumen de fuego el enemigo inicia la retirada.



Cuando abrimos fuego relata Villagra los ingleses prendieron sus motores y se fueron en abanico: uno a la derecha, otro a la izquierda y el otro para el medio-Ellos se replegaban pero tirando desde los botes, pero las balas claramente hacian blanco. Uno de los botes ellos se vino para nuestro lado. Lo teníamos a pocos metros. Pobrecito, a ese lo teníamos como tiro al pichón. Además de tirarles nosotros de arriba también le tiraban, los botes se alejaron pero de seguro les causamos bajas.
Mientra esto pasaba el rompehielos  Irizar ilumina con reflectores sumándose a los proyectiles iluminantes de los morteros de las Lomas. Esto permite ver el espejo de agua con toda claridad. Gracias a esto se detectó una segunda ola de asalto de 5 botes que estaban cerca del Irizar, los comandos ingleses de la segunda ola habían aprovechado el buque para pasar sin ser vistos, pero ahora  al verse descubiertos tratan de alejarse y continuar con su desembarco más hacia el oeste. Pero son atacados por los defensores de camber, ahora los ingleses volvían escapando hacia la orilla de donde habían salido. Los disparos los perseguían. Cuando estaban llegando al punto de partida caen piques de los morteros de 120 mm pero caen en cortos inmediatamente se corrigen el tiro y caen en la costa opuesta desde donde se había lanzado el ataque.
Recuerda Villagra - después de rechazarlos- Nos tuvimos que quedar 2 horas en el lugar con poca munición . Una patrulla de IM salió a rastrillar porque no sabíamos si habían dejado comandos ahí. Al amanecer se podía observar en la costa opuesta dos botes abandonados y uno a la deriva. Ese  medio día se terminaron las hostilidades y debemos rendirnos
Según fuentes británicas. Eran entre 6 y 8 comandos por bote.



Observación del combate desde el ARA Almirante Irizar

El buque hospital Almirante Irizar, que había quedado en la línea de fuego, durante este combate. Había ocupado impensablemente un sitio destacado del encuentro desde donde, como si fuese un cuadro alucinante, algunas instrumentadoras como Maria Marta Lemme pudieron ver azoradas como una gran cantidad  de proyectiles trazantes llegaban picando hasta las proximidades del buque mientras los comandos británicos buscaban desesperadamente alejarse del fuego de fusiles y artillería argentina que impidió su avance y logró dispersarlos. Con las primeras luces del día, desde el Almirante Irizar, se alcanzó a ver en una playa cercana a varios botes semirrígidos y gomones, con evidentes averías causadas por el fuego y algunos cuerpos sin vida junto a los mismos. Ya a media mañana un grupo de tres helicópteros SH Sea King de la Armada británica se acercó a los restos de botes y cuerpos esparcidos en la playa. Sin que los aparatos tocaran tierra, varios hombres descendieron con sogas y comenzaron a recoger, todo lo que allí había quedado. Con ayuda de malacates izaron a bordo además de armas, cascos, botes, radios, visores y salvavidas, a los cuerpos yacentes, previo haberlos colocado en bolsas negras. Cumplida esa maniobra cuya evidente intención era borrar las huellas del desastre, las aeronaves se retiraron del lugar.

Acción del desembarco- versión británica

Esta acción fue vista por los británicos de la siguiente forma: Al tiempo que los Guardias luchaban por Tumbledown, una igualmente dramática serie de acciones se desarrollaba al extremo norte de las líneas británicas. Mientras la Brigada 5 presionaba desde el sur, el 2 de Paracaidistas debía tomar Wireless Ridge como punto inicial desde el cual el 3 de Paracaidista lanzaría la fase siguiente del ataque inglés en la noche del 14 de junio. . Esta operación empezó la noche del 12 de junio cuando 4 hombres del SBS desembarcaron en la isla Kidney, al noroeste de Wireless Ridge. Se mantuvieron ocultos durante el día y en la noche del 13 salieron para cumplir una rápida gira de ataque a las posiciones enemigas en el confín este de Wireless Ridge. Ya en ruta, se les informa un cambio en la misión, ahora debían atacar Camber, en el camino se le sumaron 20 hombres del Escuadrón D, SAS, que habían participado el ataque a la isla Pebble (Borbón),. El objetivo de la operación consistía en un desembarco y posterior infiltración, para luego realizar ataques con el objetivo de distraer la atención de los Argentinos y darles mas posibilidades de éxito a las actividades del 2 de Paracaidistas en el oeste. Estos hombres del SAS estaban ansiosos por darle el golpe final a los Argentinos y es así que partieron en sus botes hacia una zona que se creía que estaba sin protección, se desplazaron sigilosamente, mientras se acercaban no detectaron movimientos, los Argentinos estaban ocupados con los combates en los montes, todo marchaba bien, los exploradores dieron aviso que era seguro el desembarco.  El resto de los botes emprendieron el avance hacia allí, mientras los primeros comandos resguardaban la zona de desembarco fueron sorprendidos y se descargó sobre ellos un fuego abrumador de fusiles, ametralladoras y morteros. Los botes del Escuadrón de Ataque fueron alcanzados y dañados, la presión era muy fuerte, Las fuerzas especiales Argentinas los emboscaron, viendo las circunstancias y que seguramente serian aniquilados, el jefe de la partida debió ordenar retirada hasta lugar seguro. Mientras se movían otra mal se sumó, un barco argentino encendió inmediatamente sus faros rastreadores e iluminó el área. Antes de que la partida pudiera ponerse a cubierto, dos SAS y un SBS fueron heridos. Como si fuera poco los botes que se aproximaban fueron iluminados y atacados desde la costa. Tuvieron que escapar de ahí con dirección al punto de partida. . Fue una operación aparatosa, que a muchos oficiales pareció más propia de la piratería que de las artes militares, y que estuvo a punto de resultar un desastre total. Pero por suerte pudieron romper el contacto y alejarse.



Malvinas Historias de Coraje

jueves, 3 de abril de 2025

Malvinas: Combates en el continente

Soldados argentinos rechazan el desembargo inglés en Comodoro Rivadavia

Malvinas secreto: el día que Inglaterra invadió la Patagonia

A más de cuatro décadas del conflicto, el olvido oficial sobre los combatientes que defendieron objetivos en el continente refleja una deuda histórica que persiste

Por Cynthia Castro || Infobae



El 21 de mayo de 1982, comandos británicos pisaron suelo argentino, no en Malvinas, sino en el continente. La Base Aérea Militar (BAM) de Comodoro Rivadavia, pieza clave en la logística de defensa argentina, fue el objetivo de una incursión enemiga que quedó sellada como “secreto de Estado”. Esa noche, la amenaza de un ataque británico sobre el territorio patagónico fue real, y el alerta roja encendió la posibilidad de un conflicto aún más amplio.

Según el testimonio del excombatiente Antonio González, “pretendían atacar la BAM (Base Aérea Militar) comodorense que funcionaba en ese momento como base de operaciones militares, como búnker de la Fuerza Aérea Argentina... ese episodio provocó que se disparara una alerta roja que afectó a toda la ciudad de Comodoro Rivadavia, en Chubut.”

A lo largo de la costa patagónica, desde Puerto Madryn hasta Ushuaia, las Fuerzas Armadas argentinas desplegaron a miles de soldados para garantizar la defensa del territorio continental. Eran jóvenes, la mayoría con escasa preparación militar y sin experiencia en condiciones extremas. Sin embargo, su misión era clara: proteger la soberanía del país ante cualquier intento de invasión. Y la amenaza británica era tangible.

Las incursiones británicas en el continente no son una teoría conspirativa ni un rumor infundado. Excombatientes, historiadores e incluso exmilitares británicos han reconocido que hubo múltiples ataques en el continente. Edward Denmark, integrante de la Task Force británica, lo admitió en una carta enviada al exmiembro de la Fuerza Aérea Sur, Julio Herrera Vidal.

Herrera Vidal, quien participó en la defensa del continente, respaldó esa afirmación con su propio testimonio: “Se está desclasificando todo y gracias a Dios se va a hacer justicia. Hubo muchos ataques en el continente. De hecho, el 23 de mayo de 1982 a las 19:00 entramos en combate aéreo con un avión que no se identificó. Fue en la base aérea militar Santa Cruz, ubicada al sur de (Puerto) San Julián”, sostuvo en declaraciones a Noticias Argentinas.

El reconocimiento de estos hechos por parte de un exmilitar británico y el testimonio directo de un excombatiente argentino ponen sobre la mesa un hecho incómodo para la Argentina: mientras el Reino Unido desclasifica información y admite la magnitud de su intervención en el continente, nuestro país sigue negando a sus propios soldados.

No todo pasó en Malvinas

El 2 de abril de 1982 se crea el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) como comando estratégico operacional para la recuperación de las Islas.

El 7 de abril las operaciones del comando TOM se extiende a todos los espacios aéreos y marítimos del litoral atlántico argentino, creando el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), con unidades militares en la Patagonia Austral , en el sur del paralelo 42º, donde se cumplían tareas de logística, comunicaciones, inteligencia, protección de la población civil y costera, transporte de víveres y se protegía la seguridad de las bases desde las que partían las aeronaves.

De las 649 argentinos que murieron en el conflicto bélico, el 9% fueron argentinos caídos con órdenes de operaciones en bases aéreas y costas patagónicas en defensa de la Patagonia Austral. Estos son, 39 pilotos de combate y tripulación abatidos en el aire en misión de combate que habían partido de las Bases Aéreas Militares (BAM) y 17 caídos con órdenes de operaciones en las costas patagónicas.

Un ejemplo de ello fue cuando, el día 30 de abril de 1982 en la zona entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia, en una misión de combate en el continente, un helicóptero argentino fue en búsqueda de un grupo comando británico que habría desembarcado cerca de Caleta Olivia, refugiándose en una estancia. El helicóptero fue interceptado y murieron 10 argentinos. El 1º de mayo de 1982, se descubre ese grupo comando británico, dos submarinos ingleses detectados en las cercanías de las costas patagónicas, en las cercanías a Caleta Olivia, con rumbo a Puerto Argentino.

Da cuenta de las invasiones a la Patagonia en el Libro Histórico y el Diario de Guerra del Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia que contiene documentación archivada por el Coronel Fabian Brown, jefe del Servicio Histórico del Ejercito.

La batalla por el reconocimiento

Aquellos soldados que protegieron el continente bajo órdenes de combate, agrupados en lo que se conoce como el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), enfrentaron no solo la amenaza británica, sino también el desprecio de su propio país. Más de cuatro décadas después, siguen luchando para que se les reconozca lo que la historia y la ley les concedieron: la condición de excombatientes de Malvinas.

Desde la inmediata posguerra, la cuestión del reconocimiento a los veteranos de Malvinas estuvo envuelta en arbitrariedades y omisiones. Las primeras normativas, como la Ley 22.674/82 y la Ley 23.118/84, incluyeron a los soldados del TOAS entre los excombatientes. Sin embargo, en 1988, un decreto presidencial modificó ese criterio y los excluyó sin más.

Esa decisión no solo contradijo las leyes vigentes, sino que violó la propia Constitución Nacional, que prohíbe al Poder Ejecutivo derogar leyes mediante decretos. No obstante, la omisión persiste hasta el día de hoy: los soldados del TOAS siguen fuera del reconocimiento oficial, mientras que Gran Bretaña ya ha comenzado a desclasificar archivos sobre los ataques continentales durante la guerra.

El argumento oficial para negar el reconocimiento a los soldados del TOAS es que no participaron directamente en el combate en las islas. Sin embargo, este criterio resulta arbitrario e inconsistente con la propia normativa nacional e internacional. La Ley 23.379 define como combatiente a todo aquel que contribuye militarmente a un mismo objetivo, ya sea en funciones de combate o defensivas. Los soldados del TOAS cumplían órdenes de guerra en bases militares estratégicas, protegían la retaguardia y garantizaban la operatividad de las Fuerzas Armadas en el conflicto.

El olvido no es solo una cuestión burocrática. Es una herida abierta en la historia argentina. Negar el reconocimiento a estos soldados implica desconocer su sacrificio y despojarles del honor de haber servido a la Patria en tiempos de guerra.


Una deuda con la historia

Negar el reconocimiento a los miembros del TOAS es una traición a la memoria nacional. Sin ellos, la Patagonia pudo haber caído bajo el control británico. Sin ellos, las bases militares en el continente, esenciales para el desarrollo de la guerra, no habrían resistido.

El Estado argentino todavía tiene una deuda con los hombres que defendieron su soberanía. La sociedad, que durante años les dio la espalda a los combatientes, tiene el deber moral de exigir justicia. No puede haber reclamo de soberanía sobre Malvinas si la Argentina no es capaz de honrar primero a todos aquellos que la defendieron.

El reconocimiento de los soldados del TOAS no es solo una cuestión de derechos adquiridos. Es una cuestión de justicia histórica. Y en esa batalla, el olvido no puede ser la última palabra.





sábado, 22 de febrero de 2025

Argentina: La des-araucanización de las tierras argentinas


La des-araucanización de la toponimia argentina


Propuesta de cambio de toponimia en Argentina: Reivindicación de los pueblos originarios auténticos ante la apropiación Araucana/Mapuche

Resumen

El presente informe analiza la propuesta de modificación de la toponimia en Argentina para reemplazar los nombres de origen mapuche o araucano por denominaciones en lenguas de los pueblos ancestralmente asentados al oriente de la cordillera de los Andes, como los tehuelches o aonikenk. Se fundamenta en la evidencia histórica y lingüística que demuestra que los mapuches son un pueblo originario de la vertiente occidental de los Andes, en lo que hoy es Chile, y que su presencia en la Patagonia argentina es producto de una expansión relativamente reciente, ocurrida a partir del siglo XVII. Se revisarán los estudios del antropólogo Rodolfo Casamiquela sobre este fenómeno, así como la influencia de organizaciones extranjeras, como Mapuche International Links, que sostienen reclamos sin fundamentos históricos sólidos y con un notable sesgo ideológico.

 

1. Introducción

La toponimia en Argentina refleja la historia de los pueblos que han habitado su territorio. Sin embargo, en las últimas décadas ha surgido un movimiento que busca imponer una narrativa en la que el pueblo mapuche es presentado como el único pueblo originario de la Patagonia, lo que contradice las investigaciones arqueológicas, antropológicas y lingüísticas. Dada la importancia de la identidad histórica y territorial, este informe plantea la necesidad de reivindicar los nombres tradicionales vinculados a los pueblos auténticamente preexistentes en la Patagonia argentina, principalmente los tehuelches (aonikenk y gününa küne) y los pampas, desplazando los topónimos impuestos por la expansión mapuche desde Chile.

2. Origen transcordillerano de los araucanos y su expansión hacia el Este

2.1 Evidencia histórica y antropológica

La evidencia arqueológica y etnohistórica indica que los mapuches no habitaban la Patagonia oriental antes del siglo XVII. Rodolfo Casamiquela, en su obra "¿Quiénes eran los Tehuelches? Una etnia en vías de extinción" (1969), refuta la idea de que los mapuches sean los habitantes originarios del territorio argentino y documenta su avance desde Chile a través de un proceso de aculturación y sometimiento de los pueblos indígenas preexistentes. Casamiquela señala que el término "araucanización" define la imposición cultural, lingüística y política de los mapuches sobre los tehuelches y otros pueblos que habitaban la región oriental de los Andes.

Los tehuelches, que incluían a los grupos aonikenk y gününa küne, ocupaban extensas áreas de la Patagonia argentina desde tiempos prehispánicos. Su presencia ha sido confirmada por estudios arqueológicos en la meseta del centro y sur del país. En cambio, los mapuches aparecen en la región en tiempos relativamente recientes, como resultado de migraciones y conflictos interétnicos.

2.2 Pruebas lingüísticas y culturales

Casamiquela también destaca la desaparición progresiva de las lenguas tehuelches debido al proceso de mapuchización. Antes del siglo XVII, la Patagonia argentina estaba poblada por grupos que hablaban lenguas diferentes al mapudungun. Sin embargo, con la expansión mapuche, estas lenguas fueron reemplazadas y hoy solo sobreviven vestigios en la toponimia y en los registros etnográficos.

El lingüista Viegas Barros (1998) refuerza esta idea al señalar que el idioma tehuelche (aonikenk) tiene raíces propias y diferenciadas del mapudungun, lo que refuerza la evidencia de que los aonikenk fueron los habitantes originarios de la región antes de la llegada de los mapuches.

2.3 La presencia histórica de los Aonikenks y la llegada tardía de los mapuches

Los aonikenks, comúnmente conocidos como tehuelches o patagones, fueron los habitantes originales de la región patagónica argentina. Sus primeros registros datan de la llegada de expediciones europeas, como la de Magallanes en 1520 y la de Fitz Roy y Darwin en el siglo XIX. Estudios antropológicos y lingüísticos han confirmado su presencia en el territorio desde tiempos precolombinos.

El antropólogo e historiador Rodolfo Casamiquela (1978) fue uno de los principales exponentes en demostrar la existencia previa de los tehuelches en la Patagonia oriental. En su obra "Las áreas tecno-culturales del sur de Argentina y Chile", argumenta que la migración mapuche hacia el este de los Andes es un fenómeno relativamente reciente y que la araucanización de los tehuelches fue un proceso forzado de asimilación cultural y lingüística (Casamiquela, 1978).

Casamiquela sostiene que los mapuches eran originarios del lado occidental de la cordillera y que cruzaron a territorio argentino en busca de nuevos recursos y oportunidades comerciales, aprovechando la introducción del caballo traído por los españoles. Este proceso, que se intensificó entre los siglos XVII y XIX, generó un reemplazo lingüístico y cultural que, con el tiempo, derivó en la errónea concepción de que los mapuches eran los habitantes ancestrales de la Patagonia.

Por otro lado, registros coloniales y testimonios de viajeros europeos corroboran que hasta mediados del siglo XVIII no se documenta presencia mapuche en la región pampeana y patagónica. En cambio, sí se registran asentamientos tehuelches en vastas zonas del actual territorio argentino (Bridges, 1948; Borrero, 2001).

3. Toponimia y la necesidad de un cambio

La toponimia en Argentina ha sido profundamente alterada por la expansión mapuche. Muchos nombres de origen tehuelche han sido reemplazados por términos en mapudungun debido a la imposición cultural sufrida por estos pueblos. Ejemplos claros son:

  • Chubut, originalmente Tchubut, un término aonikenk que significa "transparente", aunque ha sido reinterpretado bajo una fonética mapuche.
  • Neuquén, un término mapuche que se superpuso a denominaciones previas de los pueblos indígenas del área.
  • Río Negro, cuya región estaba poblada por pampas y gününa küne antes de la llegada de los mapuches.

Un proceso de restitución de nombres ancestrales sería un acto de justicia histórica, permitiendo recuperar la identidad real de los pueblos que habitaron Argentina antes de la expansión mapuche.


Ciudades y regiones de la Provincia de Buenos Aires con nombre araucano que podrían cambiar a su correspondiente aonikenk (o castellano)

4. Interferencia externa: Mapuche International Links y su rol en la distorsión histórica

4.1 Origen y composición de la organización

Una de las principales fuentes de apoyo a la narrativa de la ancestralidad mapuche en la Patagonia es la organización Mapuche International Links, cuya página web (https://www.mapuche-nation.org/) promueve una versión sesgada de la historia. Llamativamente, esta organización tiene su sede en el Reino Unido y está financiada por fuentes británicas, lo que genera interrogantes sobre sus verdaderos intereses en la región.


Además, su composición es altamente irregular: si bien se presenta como una organización defensora del pueblo mapuche, solo uno de sus miembros es de origen chileno, mientras que el resto son ciudadanos británicos. Esta desproporción sugiere que la organización podría estar operando con una agenda geopolítica encubierta más que con un genuino interés por los derechos indígenas.

4.2 Falta de evidencia en sus reclamos

Mapuche International Links basa sus reclamos en la tradición oral sin respaldo arqueológico o documental. Las fuentes históricas argentinas y chilenas, incluyendo las crónicas de misioneros y viajeros del siglo XVIII y XIX, confirman que los mapuches no habitaban la Patagonia oriental antes del proceso de araucanización. Su llegada se debió a una serie de movimientos migratorios que, en muchos casos, implicaron la conquista y absorción de pueblos locales.

La insistencia en una supuesta "ancestralidad" mapuche en la Patagonia argentina carece de fundamento y parece responder más a intereses políticos y económicos que a la realidad histórica.


5. Conclusión y recomendaciones

La revisión de la toponimia en Argentina es una cuestión de justicia histórica para los pueblos realmente originarios del territorio. Dado que la presencia mapuche en la Patagonia argentina es el resultado de una expansión reciente y no de una ocupación ancestral, es necesario restaurar los nombres de origen tehuelche, aonikenk y pampa, en detrimento de las denominaciones impuestas por la influencia mapuche.

Asimismo, es crucial visibilizar la injerencia de organizaciones extranjeras como Mapuche International Links, cuya agenda parece estar más alineada con intereses externos que con la realidad histórica de los pueblos indígenas de Argentina. La identificación y el estudio de estos actores permitirán entender mejor el trasfondo político de la manipulación histórica que buscan imponer.

La restitución de la toponimia auténtica no solo corrige una distorsión histórica, sino que también refuerza la identidad nacional y la memoria de los verdaderos pueblos originarios de la Patagonia argentina. Lamentablemente, la Universidad Nacional de Buenos Aires, auto-proclamada como si fuese una institución privada Universidad de Buenos Aires (UBA), fortalece esta posición de invasión cultural enseñando el idioma del invasor entre sus opciones. La Universidad Nacional del Comahue también participa en esta invasión cultural e indigenismo promoviendo el izamiento de la bandera araucana y adhiriendo a absurdas festividades precolombinas.

Dado el análisis expuesto, es razonable plantear una revisión de la toponimia actual en Argentina con el fin de restaurar nombres que reflejen con mayor precisión la identidad histórica y cultural de la región. Esto implicaría:

  1. Sustituir nombres mapuches por denominaciones aonikenks/tehuelches, en reconocimiento de su presencia anterior en la Patagonia y la Pampa.
  2. Promover estudios históricos y lingüísticos que rescaten los nombres originales de ríos, montañas y localidades antes de la araucanización.
  3. Generar conciencia pública sobre la historia real de los pueblos indígenas argentinos, evitando manipulaciones ideológicas o intereses extranjeros en la construcción de identidades artificiales.

 

Referencias

  • Borrero, L. (2001). Los Tehuelches: Historia y Arqueología de un Pueblo Nómade.
  • Bridges, L. (1948). Uttermost Part of the Earth.
  • Casamiquela, R. (1969). ¿Quiénes eran los Tehuelches? Una etnia en vías de extinción. Buenos Aires: Eudeba.
  • Viegas Barros, J. (1998). Estudios sobre la lengua tehuelche. Universidad de Buenos Aires.
  • Mandrini, R. (2006). Los pueblos originarios de la Argentina: su historia desde los primeros pobladores hasta la conquista europea. Buenos Aires: Eudeba.
  • Crónicas de viajeros y misioneros del siglo XVIII y XIX sobre los tehuelches y mapuches.

Este informe propone una acción concreta para la recuperación de la identidad histórica de la Patagonia, basada en la evidencia arqueológica, lingüística e histórica disponible. Abajo se presentan una serie de lugares nombrados con términos de la lengua araucana/mapuche en columna "Mapuche", luego las columnas "Castellano" y "Aonikenk" traducen de una manera aproximada los términos a cada lenguaje. Se propone realizar la sustitución de la toponimia araucana al castellano o aonikenk. Como parte de la guerra cultural contra el falso indigenismo que victimiza al pueblo araucano, es necesario tomar la senda de la evidencia histórica para reponer la herencia cultural de los pueblos que poblaron realmente la Patagonia.

Lugares con toponimia araucana y su traducción, cuando es factible, al idioma aonikenk

Número Mapuche Castellano Aonikenk
1 Aconcagua Monte que vigila  
2 Aluminé Brillo en el fondo  
3 Angaco Gente de las alturas Chantel Al
4 Anguil Zorro Patnk
5 Añelo Lugar donde se escucha Yaich Aike
6 Aruncohue Lugar de barro Tako Aike
7 Atreucó Agua del trueno Karut Katenke
8 Banderaló Lugar con banderas Bandera Käiken
9 Bariloche Gente detrás de la montaña  
10 Buta Ranquil Corral grande Chaink Uorkenk
11 Caleufú Río verde Jestateltenk Katenke
12 Calfucurá Piedra azul Jeshteltenk Yaten
13 Carhué Lugar verde Jestateltenk Aike
14 Carilafquén Lago verde Jestateltenk Tamle
15 Carirriñe Lugar con piedras Yaten Aike
16 Carrenleufú Río de corral Uorkenk Katenke
17 Chachín Tronco grueso Chaink Majen
18 Chapalcó Agua del barro Katenke Tako
19 Chascomús Laguna salada Jechen Tamle
20 Chimehuin Lugar de encuentro Komuaen Aike
21 Chimpay Lugar de sacrificio Jamenke Aike
22 Chivilcoy Lugar de algarrobos Akel Aike
23 Choele Choel Raza con flor amarilla Guijarro
24 Chos Malal Corral amarillo Uaitenk Uorkenk
25 Claromecó Tres aguas Kaash Katenke
26 Colan Conhué Lugar de paso Kei Aike
27 Colhué Huapi Isla roja Kápenken Sekten
28 Collón Curá Río de piedras Yaten Katenke
29 Comahue Lugar de aguas cristalinas Jechen Katenke
30 Comicó Lugar del agua escondida Kioosh Jechen
31 Copahue Agua de azufre Joche Tamle
32 Cuchillo-Có Agua de cuchillos Páijen Tamle
33 Cura Malal Corral de piedra Yaten Uorkenk
34 Curí Leuvú Río de piedra Yaten Katenke
35 Curruhué Lugar de piedras Yaten Aike
36 Currumahuida Colina de piedras Yaten Yeut
37 Domuyo Que tiembla y retumba Nauneuen 
38 El Nihuil El que brilla Keóken
39 Epecuén Casi quemado Uair
40 Epulafquen Dos lagos Tamle Jauke
41 Epulef Dos ríos Katenke Jauke
42 Epuyén Lugar del remolino Uarrekenk Aike
43 Filo Hua Hum Donde el filo toca el río Katenke Filo
44 Futalaufquen Lago grande Chaink Tamle
45 Futaleufú Río grande Chaink Katenke
46 Ganzú Lauquen Laguna grande Chaink Koi
47 Guaminí Lugar del tordo Kiken Aike
48 Guatraché Lugar del rastro Choiols Aike
49 Huanguelén Aguada amarilla Uaitenk Koi
50 Huechulafquen Lago largo Keikel Tamle
51 Hui Hui Lugar de entrada Aiken Aike
52 Huiliches Gente del sur Aonikenk
53 Huinca Renancó Aguada del huinca Kade Koi
54 Huinganco Lugar de huesos Ko Aike
55 Kilka Dibujo o escritura Ajnun
56 Leubucó Aguada del río Katenke Koi
57 Lihué Calel Sierra de la vida Asher Yeuternk
58 Limay Río cristalino Kuol Katenke
59 Limay Mahuida Cerro del río cristalino Yeut Kuol Katenke
60 Lin Calel Tres cerros Kaash Yeuternk
61 Litrán Aguada de piedra blanca Orrenk Yaten Koi
62 Llao Llao Hierba amarga Jechen Ueicurru
63 Loncopué Cabeza de sapo Ualuelen Teuko
64 Los Coihues Los árboles de coihue Kápenken
65 Los Menucos Los lugares pedregosos Yaten Aiken
66 Loventuel Lugar de los hierros Taam Aike
67 Macachín Lugar de algarrobos Akel Aike
68 Machónico Lugar de agua amarilla Uaitenk Tamle Aike
69 Mainqué Loro barranquero Keke / Chetjarre
70 Maipo Agua de la tierra Jerum Tamle
71 Malargüe Lugar de corrales Uorkenk Aike
72 Meliquina Cuatro montañas Kaaje Yeuternk
73 Moquehue Lugar de agua quieta Tamle Aike
74 Nahuel Huapi Isla del tigre Jaluel Sekten
75 Nahuel Mapá Tierra del tigre Jaluel Jerum
76 Nahuel Pan Tigre de piedra Jaluel Yaten
77 Nahuel Rucá Casa del tigre Jaluel Ku
78 Nahueve Río del tigre Jaluel Katenke
79 Naicó Aguada de fuego Iaik Koi
80 Napaleofú Río de las ciénagas Koluel Katenke
81 Neuquén Aguada atrevida  
82 Nonthué Lugar de encuentro de aguas Tamle Komuaen Aike
83 Ñacuñán Lugar de algarrobos Algarrobo Aike
84 Ñorquín Zorzal Segdep
85 Ñorquinco Aguada del zorzal Segdep Aike
86 Paimún Lugar del remolino Uarrekenk Aike
87 Palantelén Lugar del paso Kei Aike
88 Pehuen-Có Aguada de araucarias Peenkal Tamle
89 Pichi Huinca Pequeño huinca Kade Telenke
90 Pichi Leufú Río pequeño Telenke Katenke
91 Pichi Mahuida Pequeño cerro Telenke Yeut 
92 Picún Leufú Río del norte Penkenk Telenke
93 Picunches Gente del norte Penkenk Al
94 Pigüé Lugar de siembra Kaichelo Aike (trigal)
95 Pilcaniyeu Lugar de cañas amarillas Uaitenk Chank Aike
96 Pilhué Lugar de agua de flechas Shotel Koi Aike
97 Pillahuincó Aguada de las flechas Shotel Koi
98 Pilo Lil Arroyo de ramas Kake Kon
99 Piltriquitrón Cerro colgado de las nubes Kochkoch Kauen Yeut
100 Polcahué Lugar de barro rojo Kápenken Tako Aiken
101 Prahuaniyeu Lugar del cañaveral de fuego Iaik Chank Aike
102 Puan Laguna de agua turbia Epolenk Koi 
103 Puelén Lugar del este Penkoken Aike
104 Puelmapu Tierra del este Penkoken Geute
105 Puelo Agua del este Penkoken Tamle
106 Pulmari Lago gris Temeltenk Tamle
107 Quehué Lugar de juncos Korpen Aike
108 Quemquemtreu Gente de las quebradas Konkashken Al
109 Queñi Aguada escondida Eica Koi
110 Quequén Lugar de barrancas Jono kuinekon Aike
111 Quetrequén Lugar de temblores  
112 Quili Malal Corral de tres puntas Kash Orrka Uorkenk
113 Quillén Lugar de sueños Kotenkesh Aike
114 Quiñihual Lugar de tres montes Kaash Yeuternk Aike
115 Rancul Carrizal Telshen Aike
116 Realicó Lugar de caldenes Calden Aike
117 Renca Caña brava Gankenk Chank
118 Ruca Choroy Casa de loros Keke Uake
119 Salliqueló Lugar de greda amarilla Uaitenk Ko Aike
120 Somuncurá Piedra que habla Aish Yaten
121 Tandil Roca que late Sheg Yaten
122 Tapalqué Aguada dividida Gluen Koi
123 Telén Lugar de barro Tako Aike
124 Traful Unión de aguas Katenke Komuaen



Wikipedia
Pueblos originarios







lunes, 10 de febrero de 2025

Guerra de Vietnam: Las misiones de la MAC-SOG


Equipo MACV-SOG en Vietnam siendo extraído por un helicóptero CH-53 Sea Stallion via SPIE, 1970.

Dentro de las Misiones Atrevidas de MACV-SOG, Fuerzas Especiales Estadounidenses en Vietnam

El vigésimo escuadrón de operaciones especiales de la Fuerza Aérea fue apodado los "avispones verdes". Volaron los Sikorsky CH-3C y CH-3E y Bell UH-1F/P Huey.

por Stavros Atlamazoglou ||  The National Interest

Esto es lo que debe recordar:  algunas misiones notables de SOG incluyen Operation Tailwind, una operación de Hatchet Force en Tailandia y una de las misiones más exitosas en la historia de SOG; la operación de Acción de Gracias, cuando el equipo de seis hombres del operador SOG John Stryker Meyer encontró y evadió a 30.000 norvietnamitas; la misión de Navidad, cuando el equipo de Meyer fue a Laos para destruir un oleoducto de combustible, pero casi fue quemado vivo por rastreadores norvietnamitas que incendiaron la jungla; Operation Thundercloud, en la que SOG reclutó y entrenó a tropas norvietnamitas capturadas y las envió a operaciones de reconocimiento al otro lado de la frontera vestidos como sus antiguos camaradas; y la misión de octubre de 1968 de Recon Team Alabama, que causó la friolera de  9.000  norvietnamitas muertos o heridos en acción.

Si alguna vez un conflicto en la historia de EE. UU. vino con equipaje, tiene que ser la Guerra de Vietnam. Aunque el servicio y las acciones de los millones de estadounidenses que lucharon en el sudeste asiático han sido lentamente reconocidos, la impopularidad de la guerra en ese momento, y durante muchos años después, dejó una cicatriz en la sociedad estadounidense. Esta impopularidad también significó que hombres y unidades extraordinarios, como el Grupo de Estudios y Observaciones de Vietnam del Comando de Asistencia Militar (MACV-SOG), han caído en las grietas de la conciencia de Estados Unidos, y solo son conocidos por algunos viejos camaradas, sus familias, y un puñado de entusiastas de la historia militar.

El MACV-SOG, que suena inocuo, es una de esas organizaciones, aunque su oscuridad también tiene que ver con su naturaleza altamente reservada.

Los operadores de SOG llevaron a cabo algunas de las operaciones especiales más impresionantes de toda la guerra; incluyendo algunos que parecían desafiar la lógica misma. Como las sucesivas administraciones estadounidenses afirmaron que no había tropas estadounidenses fuera de Vietnam del Sur, varios cientos de tropas de operaciones especiales lucharon contra todo pronóstico y contra un enemigo que siempre disfrutó de una ventaja numérica que a veces excedía una proporción de 1:1000.  

La unidad más secreta de la que nunca has oído hablar

Activada en 1964, MACV-SOG era una organización de operaciones especiales conjuntas encubiertas que realizaba operaciones transfronterizas en Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam del Norte.

Compuesto por operadores de las Fuerzas Especiales del Ejército,  Navy SEAL , Recon Marines y Air Commandos, SOG también trabajó en estrecha colaboración con la Comunidad de Inteligencia, a menudo ejecutando misiones a pedido de la CIA.

Durante su guerra secreta de ocho años (1964-1972), SOG llevó a cabo algunas de las operaciones especiales más atrevidas en la historia de EE. UU. y plantó la semilla para la creación del Comando de Operaciones Especiales de EE. UU. (SOCOM) y el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC).

El principal campo de batalla y enfoque de SOG fue el infame sendero Ho Chi Minh, un complejo que se extiende por cientos de millas por encima y por debajo del suelo, desde Vietnam del Norte a través de Laos y Camboya hasta Vietnam del Sur, que los norvietnamitas y el Vietcong usaron para impulsar su lucha en el sur. .

Lo peculiar de las operaciones SOG fue el hecho de que ocurrieron donde se  suponía que las tropas estadounidenses no debían estar . Las sucesivas administraciones estadounidenses habían insistido en que no había tropas estadounidenses operando fuera de Vietnam del Sur.

Los comandos SOG, por lo tanto, no usaban etiquetas de nombre, rango o cualquier otra insignia que pudiera identificarlos como estadounidenses. Incluso sus armas no tenían números de serie.

El deber en SOG era voluntario y estrictamente confidencial. A las tropas SOG no se les permitía revelar su ubicación, misiones o cualquier otro detalle relacionado con su equipo encubierto y no podían tomar fotografías, como todos los buenos comandos. Sin embargo, SOG rompió esa regla con frecuencia, como sugieren las numerosas imágenes de la época. Pero en lo que respecta al público en general, cada uno de ellos era solo otro soldado estadounidense que luchaba contra el comunismo en Vietnam.

SOG estaba comandado por un coronel del Ejército, llamado "Jefe SOG", que reflejaba el predominio de los Boinas Verdes en la organización, y se dividía en tres secciones geográficas: Comando y Control Norte (CCN), Comando y Control Central (CCC) y Comando y Control. Control Sur (CCS).

El servicio en la unidad fue  muy selectivo . No solo reclutó únicamente de unidades de operaciones especiales, sino que el riesgo inherente requería que todos tuvieran que ser voluntarios. Aproximadamente 3,2 millones de estadounidenses sirvieron en Vietnam. De ese número, alrededor de 20,000 eran Boinas Verdes, de ellos, solo 2,000 sirvieron en SOG, con solo  400 a 600  ejecutando operaciones de reconocimiento y acción directa.

El servicio en SOG vino con un acuerdo tácito de que recibirías un Corazón Púrpura o una bolsa para cadáveres. SOG tuvo una tasa de bajas del 100 por ciento : todos los que sirvieron en SOG resultaron heridos, la mayoría varias veces, o murieron. Y hasta el día de hoy, 50 SOG Green Berets siguen desaparecidos en acción.

Nuestra “Gente Pequeña

Lo que permitió las operaciones de SOG fue un suministro constante de combatientes locales leales y feroces que odiaban apasionadamente a los norvietnamitas y, a veces, entre sí. Estos guerreros locales trabajaron con los comandos estadounidenses como mercenarios. La "gente pequeña", como los llamaban cariñosamente los estadounidenses, demostró su valía en el campo, contra viento y marea, una y otra vez.

Estas fuerzas socias locales incluían montañeses, vietnamitas del sur y nungs chinos, entre otras tribus y etnias. De hecho, los mercenarios locales componían la mayoría de los equipos de reconocimiento SOG y las Fuerzas Hatchet (más sobre ellos más adelante). Por ejemplo, la mayoría de los equipos de reconocimiento realizarían operaciones transfronterizas con entre dos y cuatro estadounidenses y entre cuatro y nueve mercenarios locales. Los lugareños tenían una extraña habilidad (algunos operadores SOG dirían un  sexto sentido ) para detectar el peligro. Esta habilidad los convertía en hombres clave perfectos durante las operaciones de reconocimiento. 



Por lo general, al iniciar una operación de reconocimiento transfronteriza, los equipos SOG entrarían en una "cuarentena" previa a la misión, al igual que lo hacen los destacamentos operativos de las Fuerzas Especiales del Ejército de hoy en día antes de desplegarse.
Durante este período de cuarentena, comían la misma comida que los norvietnamitas, principalmente arroz y pescado, por lo que ellos, y sus desechos humanos, podían oler como el enemigo mientras estaban en la jungla.

Hoy en día, donde las bebidas antes del entrenamiento y las energéticas son casi obligatorias, incluso en operaciones activas, tales medidas pueden sonar extravagantes. Pero en una noche sin luna, en medio de la jungla camboyana, rodeado de miles de rastreadores y tropas norvietnamitas, algo tan trivial como tu  olor  podría marcar la diferencia entre que un equipo SOG sea aniquilado o regrese a casa.

Las tropas locales, que tenían un gran conocimiento del entorno operativo, fueron cruciales para la supervivencia de muchos equipos de reconocimiento SOG. Cuando terminó la guerra, algunos de ellos, como el  legendario “Cowboy”,  lograron escapar a Occidente y venir a EE.UU.

Operaciones especiales que desafían a la muerte

SOG se especializó principalmente en reconocimiento estratégico, acción directa, sabotaje y búsqueda y rescate en combate.

Aunque el conjunto de misiones principal de SOG era el reconocimiento estratégico a través de sus equipos de reconocimiento, también se especializó en operaciones de acción directa, como incursiones y emboscadas. Para estas operaciones más grandes, había diferentes equipos dentro de SOG.

Las "Fuerzas Hacha" se especializaron en redadas y emboscadas, pero también actuaron como una fuerza de reacción rápida para los equipos de reconocimiento. Por lo general, las Fuerzas Hacha eran del tamaño de un pelotón y estaban compuestas por cinco estadounidenses y 30 tropas indígenas. A veces, varias fuerzas de hacha se combinaban para crear un elemento del tamaño de una empresa, llamado "Havoc" o "Hornet", que podía ser muy eficaz contra los centros logísticos o los cuarteles generales enemigos conocidos.

Además de las Fuerzas Hacha, también estaban las compañías “SLAM”, que significan Buscar, Localizar, Aniquilar, Monitorear/Misión, que eran compañías SOG de tamaño completo con unas pocas docenas de estadounidenses en roles de liderazgo y unos cientos de mercenarios indígenas que SOG había reclutado.  

Los primeros equipos de reconocimiento SOG se llamaron "Equipos Spike" (ST), por ejemplo,  ST Idaho , con el término "Equipos de reconocimiento" (RT), por ejemplo, RT Ohio, que se hizo más popular más adelante en la guerra. Por lo general, los comandos SOG nombraron a los equipos según los estados de EE. UU., pero también usaron otros títulos, como "Bushmaster", "Adder" y "Viper". El número de equipos de reconocimiento activos fluctuó a lo largo de la guerra, reflejando bajas y una demanda creciente. Por ejemplo, en un momento, CCC dirigió casi 30 equipos de reconocimiento.

Algunas misiones notables de SOG incluyen Operation Tailwind, una operación de Hatchet Force en Tailandia y una de las misiones más exitosas en la historia de SOG; la operación de Acción de Gracias, cuando el equipo de seis hombres del operador SOG John Stryker Meyer encontró y evadió a 30.000 norvietnamitas; la misión de Navidad, cuando el equipo de Meyer fue a Laos para destruir un oleoducto de combustible, pero casi fue quemado vivo por rastreadores norvietnamitas que incendiaron la jungla; Operation Thundercloud, en la que SOG reclutó y entrenó a tropas norvietnamitas capturadas y las envió a operaciones de reconocimiento al otro lado de la frontera vestidos como sus antiguos camaradas; y la misión de octubre de 1968 de Recon Team Alabama, que causó la friolera de  9.000  norvietnamitas muertos o heridos en acción.

Lo que destaca de SOG es cuánta responsabilidad se asignó a sus jóvenes operadores. El legendario operador SOG  John Stryker Meyer , por ejemplo, estaba ejecutando reconocimiento como One-Zero (líder de equipo) a la edad de 22 años y solo como E-4. Y las reglas de enfrentamiento eran bastante diferentes, con menos burocracia que obstaculizaba a los muchachos sobre el terreno.

“Las misiones Bright Light [búsqueda y rescate de combate] rara vez se desplegarían bajo las Reglas de enfrentamiento actuales”, dijo Meyer a Sandboxx News.

“Y, hoy, no pueden creer que los humildes E-4 dirigieran ataques aéreos, control total sobre el terreno, y tropas experimentadas tenían la última palabra sobre los equipos, independientemente de su rango. Experiencia sobre rango.

Meyer ha  escrito extensamente  sobre SOG y sus espeluznantes experiencias en la unidad.

Aunque las técnicas, tácticas y procedimientos fueron generalmente los mismos entre los tres subcomandos SOG, los equipos SOG ajustaron sus enfoques de acuerdo con su área geográfica. Laos, por ejemplo, tiene más montañas y selva que Camboya, que es más plana y abierta.

Salvadores desde arriba: Comandos Aéreos de SOG

Un elemento fundamental para el éxito y la eficacia de las operaciones MACV-SOG a través de la frontera fueron varios escuadrones de aviones de todos los servicios y también de Vietnam del Sur.

El 20º Escuadrón de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea fue  apodado los “Avispones Verdes”. Volaron los Sikorsky CH-3C y CH-3E y Bell UH-1F/P Huey. El primer teniente James P. Fleming, un piloto de Green Hornet, ganó la Medalla de Honor por salvar a un equipo de reconocimiento SOG de una muerte segura en 1968.

Los Hueys de los Green Hornets venían repletos de una variedad de armas, incluidas ametralladoras M-60, miniguns GAU-2B/A y cápsulas de cohetes de 2,75 pulgadas. Si se acababa la munición, los artilleros de las puertas lanzaban granadas o disparaban con sus rifles individuales.

Además de los Green Hornets, el Escuadrón 219 de la Fuerza Aérea de Vietnam del Sur ,  que volaba H-34 Kingbees, era un partidario dedicado de las operaciones SOG. Estos pilotos y tripulaciones de Vietnam del Sur eran realmente intrépidos y siempre acudían al rescate de los equipos de reconocimiento comprometidos, independientemente del peligro. El capitán Nguyen Van Tuong, un piloto legendario, destaca por su frialdad y mano firme bajo el fuego.

Otras unidades notables de ala giratoria que apoyaron las misiones SOG fueron el Escuadrón 367 de helicópteros de ataque ligero del USMC, que voló el ataque AH-1 Viper y los helicópteros de transporte UH-1 Venom; la 189ª Compañía  de Helicópteros de Asalto “Ghost Riders”, que voló variantes de asalto y transporte del helicóptero UH-1 Huey.  

Los comandos SOG en tierra también podrían confiar en el apoyo aéreo cercano de ala fija, siendo el turbohélice A-1 Skyraider una plataforma favorita para el apoyo aéreo cercano y el F-  4 Phantom  una buena opción en un día determinado.

“La política militar siempre interfirió, y nuestro liderazgo tuvo que luchar con recursos de apoyo aéreo cercano, como los escuadrones A-1 Skyraider”, dijo Meyer a Sandboxx News.

“Por ejemplo, los jefes del SOG tuvieron que luchar para mantener el Ala de Operaciones Especiales 56 ,  operando desde la Ubicación Alfa en Da Nang.

“Los SPAD [A-1 Skyraiders] de esa unidad fueron consistentes e intrépidos y fueron considerados la columna vertebral de CAS durante  la Operación Tailwind . En el día 4, por ejemplo, el NVA estaba a punto de invadir el HF [Hatchet Force] cuando Tom Stump hizo disparos devastadores que rompieron la parte posterior de esos ataques frontales, dando tiempo a McCarley para sacarlos de la LZ y fuera del objetivo como el tiempo cerró.”

El apoyo aéreo cercano fue vital y probablemente el factor más importante en la supervivencia de numerosos equipos SOG. Sin embargo, aunque los comandos SOG disfrutaron de la superioridad aérea y los aviones norvietnamitas nunca representaron un peligro, los Air Commandos que apoyaban a SOG tuvieron que enfrentarse a las capacidades antiaéreas extremadamente potentes de los norvietnamitas, que incluían desde ametralladoras ligeras hasta cañones antiaéreos pesados. a los misiles tierra-aire. Cada extracción en caliente obligaba a una sanción de helicópteros y cazas/ o bombarderos derribados, o al menos unos cuantos acribillados a balazos.

Los comandos SOG solicitaron apoyo aéreo cercano, generalmente mediante el uso de una brújula y botes de humo. Los controladores aéreos avanzados, apodados "Covey", volaron por encima y ayudaron a coordinar con el equipo en tierra y controlar todos los activos aéreos y el apoyo aéreo cercano. En CCS, Covey generalmente volaba solo, haciendo ambas tareas mientras volaba su avión. En CCN, sin embargo, Covey era un asunto de dos hombres, lo que generalmente implicaba que un operador SOG experimentado se uniera al piloto y lo ayudara con su experiencia única, habiendo estado en el extremo receptor del apoyo aéreo cercano de numerosos equipos.

Años después de que terminara la Guerra de Vietnam, se descubrió que había un topo en la sede de SOG en Saigón que había estado pasando información sobre las misiones y ubicaciones del equipo al enemigo.

Los operadores de SOG, incluidas leyendas de operaciones especiales como el coronel Robert Howard y el sargento mayor Roy Benavidez, obtuvieron 12  medallas de honor  durante el conflicto.

Aunque el servicio en SOG vino con el acuerdo tácito de una vida peligrosa llena de peligros y riesgos, también vino con un sentido inquebrantable de lealtad y confianza entre los hombres que sirvieron allí. Un sentido de lealtad y confianza que los operadores SOG demostraron una y otra vez a través de su compromiso de no dejar a nadie atrás, vivo o muerto. Ese esfuerzo, ese compromiso, continúa hasta el día de hoy.