Opinión: qué cambió en el entrenamiento de las Fuerzas Armadas argentinas
El
abordaje relativo a la gestión de las políticas de Defensa y, en
particular, sobre la forma en la que se adiestran y alistan los
militares argentinos cambió. Qué ejercicios tiene previsto hacer en el
corto y mediano plazo la cartera que dirige Luis Petri
Por Juan Battaleme || Infobae

Sun Tzu, en su libro El arte de la guerra,
señala que “los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la
guerra, mientras que los derrotados primero van a la guerra y después
ven la forma de ganar”. Esta simple afirmación brinda la razón central
por la cual las Fuerzas Armadas, antes de enfrentar un desafío real, pasan cientos de horas entrenando: para poder abordarlos de la mejor forma posible, tratando de asegurar el éxito de la misión.
El entrenamiento permite conocer la condición operacional, estimar la
del oponente y, especialmente, limitar al máximo posible los
imponderables que, en una situación de enfrentamiento real, cuestan
vidas.
Poner
en valor a las FF. AA. es la directiva que el presidente Javier Milei,
como comandante en jefe, dio al ministro de Defensa, Luis Petri, y así
estableció el norte de la política de defensa. Para lograrlo, se trabaja
en una política integral de defensa que tiene como eje central la modernización operativa, la cual se encuentra integrada por cuatro elementos: equipamiento; entrenamiento; operaciones militares de espectro amplio con el marco legal y regulatorio adecuado; e inserción internacional funcional a los intereses de Argentina.
Esas premisas se deben cumplir en un contexto donde la política pública está definida por el ordenamiento de las cuentas fiscales,
que alcanza a todas las áreas del Estado y que, en el caso específico
de la jurisdicción, tanto el equipamiento como el entrenamiento
internacional se miden en dólares.
En segundo lugar, considerando que el ambiente internacional es de guerra,
cuya intensidad varía según las regiones, pero con consecuencias que
llegan hasta nuestro país, las cuales deben ser consideradas al momento
de cooperar con naciones amigas y socias.

Entrenamiento militar: el contraste entre la gestión anterior y la actual
El entrenamiento combinado con socios internacionales busca mejorar y aumentar las condiciones operativas de nuestras Fuerzas Armadas en el mayor espectro de operaciones militares posibles. Durante los años de Alberto Fernández, se presentaron al Congreso solamente 13 ejercicios, basados exclusivamente en el Decreto 727, donde la llamada “doctrina Garré” proponía un esquema de entrenamiento basado en entornos operacionales que concebían exclusivamente la agresión estatal externa, cuya característica principal estaba relacionada más con lo que no podían hacer que con pensar y entrenar para dar respuesta a un mundo en plena transformación.
Entrenaban bajo las condiciones operacionales del siglo XX, y conforme a la premisa de no innovar, que tenían como directiva política. Había control de salida, control del que y control acerca dé con quién, en particular, para limitar el entrenamiento con EE. UU. bajo el mantra de “son aliados del Reino Unido de Gran Bretaña”.

Una nueva era para la Defensa
A partir del ciclo 2024-2025, el ministro de Defensa Luis Petri presentó al Congreso 15 ejercicios, sumando además dos entrenamientos extra que se formalizaron mediante decreto del poder ejecutivo nacional para totalizar 17, entre ellos Tradewins, que involucra a la Fuerza Aérea Argentina en un complejo escenario de asistencia humanitaria multilateral y Estrella Austral, donde se unieron las Fuerzas Especiales de Chile, Paraguay, Argentina y EE. UU. para realizar operaciones en ambientes hostiles.
Para el próximo ciclo 2025-2026, los ejercicios ascienden a 21. El nuevo Decreto Reglamentario 1112/2024 permite considerar escenarios que van más allá de la agresión estatal externa, realizando entrenamiento para operaciones en condiciones reales de despliegues ajustados a los complejos escenarios internacionales, ya sea participando en coaliciones de voluntad, operaciones de las Naciones Unidas, o bien despliegues bilaterales o multilaterales para responder a los desafíos que afectan la estabilidad internacional.
El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas argentinas (EMCO) y el Ejército argentino realizarán dos entrenamientos internacionales cada uno, tres la Fuerza Aérea Argentina, y la Armada Argentina, con sus distintos componentes, realizará un total de 14 ejercitaciones. Ocho de los entrenamientos son multilaterales y 12 tienen carácter bilateral, mientras que uno de ellos, conocido como Passex, es un ejercicio considerado de oportunidad, puede ser tanto bilateral como multilateral, ya que depende del tránsito naval que navegue por nuestra Zona Económica Exclusiva.
Durante el 2024, y a pesar de las críticas de una oposición que desea mantener una situación de desarme unilateral y un bajo nivel de entrenamiento que impuso la doctrina Garré y sus sucesores, volvimos a entrenar integrando el máximo nivel de las operaciones marítimas como parte de un grupo de batalla de portaaviones en los ejercicios Gringo Gaucho o Unitas Pacífico y a acompañar a fuerzas militares amigas, como la de Brasil, en geografías distantes, pero que forman parte de la compleja dinámica que existe en el Atlántico Sur, como Zona de Paz y Cooperación.
Recuperar la vocación global está también en nuestro horizonte operacional, como lo demuestra nuestra incorporación como miembro de la Fuerza Marítima Combinada en la Fuerza de Tarea n.º 154 a los efectos de aprender y de disponer de una nueva generación de oficiales que puedan actuar y decidir en los complejos entornos operacionales que se encuentran bajo constante presión militar, como son los vasos conectores de un comercio mundial del que nosotros también dependemos. Hemos decidido enviar observadores a ejercicios militares en geografías tan distantes como la India y Marruecos, para entender el valor que pueden llegar a tener los ejercicios militares multinacionales, en entornos distantes pero relacionados con los nuestros.
Entrenar con las FF. AA. más capaces, esa es la directiva general que lleva a que año tras año se discuta, en las distintas reuniones bilaterales, qué tipo de ejercitación se puede y es conveniente llevar a cabo, en torno a los desafíos que se quieren atender desde la perspectiva de la defensa. Operar en todo tipo de ambiente y condiciones para ser una fuerza que no tenga restricciones. Tanto en el hemisferio norte como en el sur, con socios y con quienes competimos y tenemos diferencias, porque de ellos también necesitamos aprender. Entrenamos porque somos un garante clave en mantener alejadas las competencias geopolíticas que aquejan a otras regiones del mundo en nuestro entorno austral.
Como señala el ministro Luis Petri, entrenamos de manera conjunta y combinada porque nos toca vivir en un mundo en guerra, y porque nuestros guerreros son los guardianes de la paz y la seguridad de todos los argentinos.
(*) El autor, Juan E. Battaleme Martínez, es secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa del Ministerio de Defensa argentino