domingo, 10 de marzo de 2024
lunes, 16 de octubre de 2023
sábado, 1 de abril de 2023
Malvinas: El fin de los combates
Últimos combates en Malvinas: la Guerra llega a su fin
El Batallón de Infantería de Marina Nº 5 se destacó debido al heroico y aguerrido comportamiento en la batalla por el Monte Tumbledown. También apoyó a comandos argentinos y a camaradas del Regimiento 7 del Ejército Argentino en la batalla de Monte Longdon.Gaceta Marinera
Sobre fines de mayo y los primeros días de junio, la Fuerza de Desembarco británica arribó a la zona del Puerto San Carlos e inició su campaña terrestre en aproximación hacia Puerto Argentino –distante a unos 100 km–. El 14 de junio se concretó la caída de la capital.
Las primeras alturas que conquistaron fueron Pradera del Ganso –distante del objetivo británico–, Monte Harriet y Monte Dos Hermanas y, posteriormente, entraron en el dispositivo de la Infantería de Marina que tenía como núcleo al Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5), apoyado por la Batería “Bravo” del Batallón de Artillería de Campaña Nº 1 Ec.
Los principales combates en los que intervino la Infantería de Marina
fueron en Monte Longdon, Monte Tumbledown, Sapper Hill y Pony’s
Pass; mientras que en los días previos, se produjeron los combates de
artillería y los ataques aéreos.
En la noche del 11 al 12 de junio, en el Monte Longdon, bajo responsabilidad del Regimiento de Infantería Nº 7 (RI7) del Ejército Argentino, con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm. de la Infantería de Marina, se produjo un cruento combate. Tal fue la magnitud y la violencia del ataque que obligó a las tropas del RI7 a replegarse por la fuerte presión recibida.
Debido al tipo de armamento que tenían, las tropas de la Infantería de Marina no pudieron replegarse. El entonces Cabo Segundo I.M. Carlos Colemil, que tenía que llevar la orden al Jefe de Sección, fue herido, y no pudo llegar a informar a las tropas el repliegue.
Heroicamente, la ametralladora Nº 4 del Batallón Comando (BICO) –a cargo de los conscriptos de Infantería de Marina Jorge Inchauspe, Sergio Giuseppetti, Jorge Maciel y Luis Fernández– mantuvo su posición. Los cuatro detuvieron a toda una compañía británica de casi 120 hombres, lo que les costó la vida. Por su épico accionar, el resto de la tropa pudo salvarse, sufriendo solo seis bajas, pudiendo haber sido muchas más.
Durante la noche del 12 de junio la presión británica fue en aumento y
se produjo un duelo de artillería cuyos fuegos se fueron incrementando,
batiéndose con las consiguientes bajas y destrucción de posiciones.
Esto anticipaba con mayor firmeza que se avecinaban los momentos más
críticos.
El ataque principal lo sufrió la 4º Sección de la Compañía “Nácar” en el extremo oeste de Tumbledown, a cargo del Teniente de Corbeta IM Carlos Daniel Vázquez.
El mismo comenzó con un asalto a bayoneta en las últimas horas del 13 de junio por parte del 2º Batallón de la Guardia Escocesa y una Compañía del 7º Regimiento Gurkha que también atacó la posición. En las primeras horas de la madrugada del 14 lanzaron sucesivamente dos asaltos más a bayoneta, con las restantes compañías del 2º Batallón.
Durante esa noche, el Jefe de Sección, luego de consumir 54 proyectiles de su mortero de 60 mm disparando sobre su propia posición, solicitó el apoyo de fuego de los morteros de 81mm, de 106,6 mm, de la Batería de Artillería “Bravo” y del Grupo de Artillería Aerotransportado 4 del Ejército Argentino, para que batieran con sus fuegos nuevamente su propia posición, al considerarla ya perdida.
Ejecutados esos fuegos y con una gran cantidad de bajas, la 4º Sección siguió combatiendo con su posición parcialmente ocupada por la infantería británica, hasta las 7:15.
Fueron cayendo en manos de los enemigos pozo tras pozo, a lo largo de las más de 8 horas de combate cuerpo a cuerpo, hasta que cayó finalmente la posición de la 4º Sección.
En este combate murió honorablemente, entre muchos otros, el Suboficial Segundo IM Julio Saturnino Castillo.
Paralelamente, la Compañía “Obra” del BIM5 sufrió ataques sobre Pony’s Pass donde se combatió, pero la superioridad enemiga obligó a replegarse al Jefe de Compañía. Para el 14 de junio, el BIM5 concentraba prácticamente toda su unidad en inmediaciones de Sapper Hill, bajo una fuerte presión producida por la artillería enemiga y los ataques aéreos.
El Monte Tumbledown fue el último punto estratégico defendido por los argentinos antes de la derrota en la Guerra de Malvinas.
En la mañana del 14 de junio, con Puerto Argentino prácticamente
rodeado, el gobernador, General Mario Benjamín Menéndez, decidió la
rendición. El BIM5 inició su repliegue, según las órdenes que había
recibido, pero dejó una fracción en la retaguardia de combate en Sapper
Hill, que era la última altura. Esta fracción, cubriendo la retaguardia
de combate del batallón que se replegaba, se enfrentó a una sección de
infantería británica que desembarcó en helicópteros, desarrollándose el
combate de Sapper Hill, donde se produjeron las últimas bajas.
BIM5 – Ametralladora 12,7 mm
BIAC – Batería Bravo 105 mm
BIM5 – Rancho en Monte Tumbledown
A partir del mediodía del 14 de junio, dada la orden de deponer las armas, los Infantes de Marina ingresaron a Puerto Argentino marchando con su armamento y pasaron a condición de prisioneros de guerra de las tropas británicas, que iban tomando las distintas posiciones. Inicialmente estuvieron bajo control de los paracaidistas británicos que luego fueron reemplazados por Royal Marines británicos, que no habían estado empeñados en combate.
La Infantería de Marina estuvo concentrada en el aeropuerto durante cuatro días, hasta que fueron transportados al transporte polar ARA “Bahía Paraíso” y al rompehielos ARA “Almirante Irízar”, buques hospital reconocidos por la Cruz Roja Internacional, para ser trasladados al continente. “Bienvenidos Infantes de Marina”, rezaba un cartel en la cubierta del buque, esperándolos.
Desde el 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982 murieron 34 Infantes
de Marina en combate, sin considerar a los heridos. El primero en caer
en la guerra y el último fueron infantes de Marina. Malvinas generó en
cada integrante de ese componente de la Armada Argentina un sentimiento
particular e íntimo de orgullo y patriotismo por el deber cumplido.
miércoles, 31 de agosto de 2022
viernes, 19 de agosto de 2022
jueves, 7 de julio de 2022
Malvinas: Ingenio y coraje del BIM 5 en la experiencia del Capitan de Navío (R) Waldemar Aquino
viernes, 1 de julio de 2022
miércoles, 15 de junio de 2022
domingo, 26 de septiembre de 2021
miércoles, 25 de agosto de 2021
Tumbledown: Robacio retrocede al pueblo derribando dos helicópteros
Robacio y el derribo de 2 helicópteros britones
Carlos Robacio, Capitán de Fragata de Infantería de Marina y Comandante del glorioso Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5), tuvo bajo su mando a 800 marinos de este batallón de la Armada Argentina y a 200 soldados pertenecientes a 2 Compañías adscriptas correspondientes a los Regimiento de Infantería Nº 3 y 6 del Ejército Argentino durante los combates terrestres por Puerto Argentino. En la noche y madrugada del 13 al 14 de Junio, desoyendo la ya impartida orden de rendición emanada del General Menéndez, Gobernador y Comandante Militar Argentino de las Islas️, siguió junto a todos sus valientes, combatiendo a los británicos y logrando mantenerlos aferrados por varias horas y haciéndolos retroceder en 14 kilómetros el avance de las fuerzas británicas, derribando además en la mañana del 14, dos helicópteros ingleses. Cuando el 14 de Junio a media mañana, finalmente el BIM5 inició el repliegue final desde las colinas hacia Puerto Argentino, habían agotado totalmente la munición de combate. Así entran a la ciudad, manteniendo en su poder la totalidad de sus armas, con todas sus tropas encolumnadas, marchando a paso redoblado y con el orgullo de haber combatido a la elite de las tropas británicas como nadie hubiera imaginado.
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Pintura : @albertonassivera
miércoles, 18 de agosto de 2021
Malvinas: Recorriendo Pony Pass, Monte Williams, Tumbledown y la posición Nácar
domingo, 15 de agosto de 2021
miércoles, 28 de julio de 2021
Malvinas: El último cargador en Tumbledown
El último cargador
En el cerro Tumbledown en la madrugada del 14 de Junio de 1982.
Me quedaba un solo cargador, pude observar bultos que se concentraban para asaltar el lugar dónde me encontraba.
Decidí salir, pude hacerlo y descargar mi último cargador, fue una sorpresa para mis enemigos, pude observar a varios que caían, pero reaccionaron rápidamente y comenzaron a perseguirme.
Yo procuraba llegar a la Segunda Sección, bajaba la colina, sentí estallar una bomba, caí, pero no tenía heridas y seguí corriendo, atrás mío venían varios ingleses cómo a unos 50 mts.
Sentía las ráfagas de ametralladora por sobre mi cabeza, Estalló otra bomba y sentí como una gran mano me hubiera detenido y arrojaba hacia arriba. Tenía los ojos llenos de barro, pero no sentía dolores, ni palpé sangre en ninguna parte de mi cuerpo. Volvía correr y pude alejarme en la oscuridad de mis perseguidores.
Relato del Conscripto de Infantería de Marina Clase 62 Jorge Sanchez
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Pintura : José Garay
miércoles, 30 de junio de 2021
lunes, 21 de junio de 2021
Carlos Robacio: Charla sobre su despliegue en las islas y Tumbledown
"Yo al general Parada lo hubiese fusilado"
martes, 15 de junio de 2021
lunes, 14 de junio de 2021
IMARA: El comandante Robacio comenta detalles de Tumbledown y los Gurkhas
domingo, 13 de junio de 2021
Malvinas: Robacio presenta batalla hasta agotar munición
El “Batallón del Infierno” que diezmó al enemigo inglés
Diario PrensaGRANDES HEROES DE CUYO ACCIONAR EN MALVINAS POCO SE CONOCE:
El Batallón de Infantería de Marina 5, reforzado con 200 hombres del Ejército, pasó a ser una leyenda heroica por su extraordinario desempeño en la guerra de 1982. Esa unidad fue entrenada, formada y preparada para el combate por su jefe, el entonces Capitán de Fragata Carlos Robacio.
En nuestras Islas Malvinas, Carlos Hugo Robacio combatió al frente de sus hombres de una manera tan decidida que asombró al enemigo. The Sunday Times dijo: “No se rindieron ni se retiraron los argentinos en la montaña de Tumbledown, donde la Guardia Escocesa debió enfrentar la más violenta de todas las acciones. Allí se hallaba el Batallón de Infantes de Marina argentinos muy expertos y bien atrincherados que disparaban sin cesar y de una manera impresionante”.
Robacio y su BIM 5 no acataron la orden de rendición el 14 de junio de 1982. Siguieron combatiendo con furor hasta agotar la munición y luego en combate cuerpo a cuerpo con armas blancas. Entraron a Puerto Argentino en perfecta formación, armas al hombro y a paso de desfile. Los ingleses, asombrados por tanto derroche de coraje, se formaron para saludarlos militarmente y recibirlos con honores.
El testimonio de Robacio revela detalles que ponen la piel de gallina a cualquiera por el orgullo, la valentía y el coraje que demostraron nuestros soldados en la batalla de Tumbledown: “Tenía a mi mando 700 hombres del Batallón, y alrededor de 200 efectivos del Ejército, con los que luchamos en el momento más crítico y más feroz del ataque británico; pese a ello, se registró un grado increíblemente ínfimo de bajas: 30 muertos y 105 heridos. Como contrapartida, les provocamos al enemigo el más alto número de muertos: aunque no lo reconocen oficialmente, en la zona donde peleó el BIM 5 los británicos perdieron 359 hombres, ¿de dónde saco esa cifra? ellos mismos me la dijeron”.
“A las 3 de la madrugada del 14 de junio hicimos uno de los contraataques más intensos contra el enemigo, en Tumbledown, junto con la compañía de Ejército del Mayor Jaimet. Ellos son los que chocan con los famosos gurkhas. Los nuestros eran más o menos 150 hombres. Ellos eran entre 800 y 1.000. Allí concentré fuego de la artillería de Ejército . Según me contó luego el General inglés Wilson, de la Quinta Brigada –con quien conversé cuando estuve prisionero- allí sólo quedó un tercio en pie. Los barrimos. Aunque ahora lo niegue, fue así”.
En la fotografía, parte del glorioso “Batallón del Infierno”. Eran unos 150 hombres que se enfrentaron a alrededor de mil soldados británicos y ghurkas.
“Todo un regimiento de ellos chocaba contra 60 u 80 hombres míos, y los bajamos sin asco, y los paramos. Una de las preguntas que me hicieron fue por qué no había contraatacado, si les habíamos quebrado el ataque. Yo tenía a la Compañía Mar lista para el contraataque. Pero la realidad es que, cuando pudimos hacerlo, ya no teníamos munición. Por otra parte, había llegado la orden de repliegue. Sobre nuestras posiciones caían mil proyectiles de obuses por hora, además del bombardeo naval, más los aviones y los helicópteros. Era tremendo. Así y todo, podíamos haber contraatacado, de haber tenido un poco de munición. Pero no hubiera cambiado el curso de la batalla. La suerte estaba echada. Claro: los ingleses no sabían mi situación real. Esperaban el contraataque nuestro. Rezaban, me dijeron, para que no contraatacáramos. Pero ¿Con qué? Cuando les conté que nosotros éramos un batallón, no lo podían creer. También recuerdo que, en el momento de decidir el contraataque, llamo a los oficiales de mi Estado Mayor y les cuento mi plan. Tomo la carta y hago un esbozo de las órdenes. Ellos se miran entre sí. No dicen nada. Cumplen. Pero después del 14 de junio, a mí me había quedado una duda: ¿Por qué se miraron entre ellos? Un día se los pregunté. Me dijeron que pensaban que yo estaba loco. Entonces, una vez que pasaron las cosas y terminó, yo seguí preguntando: ¿Y ustedes que hubieran hecho, aun así? “Hubiéramos cumplido la orden. Punto”.
“Eso era el BIM 5. Eso es lo que vale. La confianza. Pero quisiera destacar que en Malvinas cada uno luchó con lo que pudo, y con lo que tuvo. Por cada uno de nosotros caían seis o siete de ellos. Ahora ya saben que no les tenemos miedo, que no somos indios y que sus soldados no van a venir de picnic”.
Fuente: Reconocimiento de Tomás Bertotto.
Edición:
Noticias de: Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.