domingo, 22 de octubre de 2023
martes, 11 de abril de 2023
domingo, 13 de noviembre de 2022
Patagonia: La cueva de las manos pintadas
La cueva de las manos: un importante ejemplo de arte prehistórico que se cree que se creó hace entre 9000 y 13 000 años
David Gorán || The Vintage NewsUbicada en Río Pinturas en la provincia de Santa Cruz, Argentina, esta cueva contiene un excepcional conjunto de arte rupestre, realizado hace entre 13.000 y 9.500 años.
La cueva es conocida como la “Cueva de las Manos”, que literalmente significa “la Cueva de las Manos”.
La región donde se encuentra la cueva ha sido un área de gran interés para la investigación arqueológica durante más de 25 años.
Los arqueólogos especulan que las pequeñas huellas de manos grabadas en las paredes de la cueva pertenecían a los antecesores de la tribu Tehuelche, un grupo de pueblos indígenas de la Patagonia con una historia de más de 14.500 años.
Las escenas de caza son representaciones naturalistas de una variedad de técnicas de caza, incluido el uso de "bolas", un arma arrojadiza hecha de piedras redondeadas al final de correas de cuero crudo interconectadas, que fue diseñada para capturar animales enredando sus piernas.
Las huellas de las manos se realizaron utilizando diferentes técnicas.
Las más antiguas y famosas son imágenes negativas superpuestas, que se hacen colocando la mano sobre la superficie de la roca y creando un contorno soplando pigmentos a través de un tubo.
Además de los contornos estarcidos a mano, también hay representaciones muy precisas de animales y siluetas humanas, y signos geométricos como círculos, estrellas, diseños curvos y espirales.
Las pinturas se hacían a partir de la vegetación (raíces, cortezas, etc.) y las tonalidades que se manejaban eran el negro, el rojo violáceo, el amarillo, el blanco, el morado y muy raramente el verde.
La cueva no es muy grande en tamaño, por lo que probablemente la gente vino aquí para relajarse después de cazar y realizar varios rituales.
El sitio ha sido declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) en 1999, no solo por su magnificencia artística sino como uno de los principales testimonios de los cazadores prehistóricos que ocuparon la zona.
sábado, 1 de octubre de 2022
Sierra de la Ventana: La expedición punitiva de Juan de la Piedra de 1785
Cerro Ventana: morada del Dios del Mal
Sierra de la VentanaPor Sergio Marto
Las Sierras de la Ventana fueron escenario de diferentes batallas entre los mal llamados “Indios” y el hombre blanco con sed colonizadora.
Una de esas batallas, fue gestada en 1826 por un europeo que tenía en su haber, estado bajo las órdenes de Napoleón. Fue así que el gobierno de Rivadavia, contrato a Federico Rauch para “limpiar” la pampa de los indios.
Esta batalla se desarrolló en las proximidades del actual Cerro Bahía Blanca (próximo a Villa Ventana), y fue recordada por la peculiaridad de que los nativos no querían subir al actualmente denominado “Cerro Ventana” , ni a sus cerros aledaños, por su creencia de que allí habitaba “el dios del mal”, o más conocido comúnmente como “Gualichú”. Estaban convencidos de que el hueco era por donde miraba para ambos lados del cerro.
Otra de esas batallas se registró muchos años antes, sobre las márgenes del Río Sauce Grande, en las proximidades de la actual Sierra de la Ventana. A continuación, un relato del libro «El Fortín» por María C. Torelli:
En 1785, una expedición comandada por Juan de la Piedra, junto a Basilio Villarino, salen de Patagones con rumbo hacia las Sierras de la Ventana. Cuando atraviesan el Rio Colorado, sin argumento, matan a unos aborígenes que encontraron, entre ellos a uno de los hermanos del Cacique Chanel, el cual los había recibido diciéndoles “amigos”. Muchos murieron y otros escaparon.
Este era el cuarto hermano del Cacique Chanel que De la Piedra mataba. Las noticias llegaron a Chanel ubicado en Sierra de la Ventana, por lo que convocó a otros Caciques en su auxilio, entre ellos a Lorenzo Calpìsquis.
El 22 de enero de 1785, llega y acampa la expedición, que provenía desde Patagones, en la zona de Sierras de la Ventana al mando de Juan De la Piedra y secundado por Basilio Villarino. Una patrulla de exploración adelantada regresó al campamento un día después informando que a 25 km. adelante había 6 toldos.
El 24 antes del alba, De la Piedra ordena “…y ataca las tolderías más cercanas, pero lejos de sorprender a los indios, es sorprendido por éstos, que caen como una avalancha sobre su campo, y después de arrebatarle el ganado, lo cercan obligándole a retroceder, ante cuyo inesperado contraste se rompen las fibras de su corazón y cae muerto como fulminado por un rayo” (citado por María C. Torelli en su libro El Fortín).
Envía una partida de 98 jinetes para atacarlos. Los tehuelches septentrionales, venían siguiendo y observando ocultos a la expedición de De la Piedra. A la mañana del 24, luego de que los jinetes se fueran a buscar a los toldos que habían sido identificados, los serranos sorprenden a las fuerzas que se habían quedado en el campamento principal, robándoles todo el ganado e inmovilizando a las tropas. Tal fue la sorpresa, que le produzco un infarto a De la Piedra.
Los serranos sitian el campamento todo el día y en la mañana del 25, reclaman parlamentar con Villarino. Cuando éste se encontraba parlamentando, vuelve la expedición que había salido el día anterior a atacar las tolderías, que es atacada por los serranos a campo abierto sobre los márgenes del Rio Sauce Grande, en dirección a Saldungaray. En esta acción muere Villarino.
El Cacique Lorenzo, aliado del Cacique Chanel, les perdona la vida a los 157 sobrevivientes e insiste en volver a los tratados de paz firmados con el Virrey. A pesar de todo lo que habían hecho, le ofrece caballos a los sobrevivientes para que puedan llegar a Patagones.»
… fín del relato de Maria C. Torelli en su libro “El Fortín”.
Estas historias de batallas en nuestras Sierras de la Ventana, representan un patrimonio que no debemos desconocer ni olvidar, por las vidas que en ambos bandos se perdieron, y por todo lo demás que culturalmente nos heredan con su tradición oral, en la memoria colectiva de nuestra comunidad.
viernes, 10 de diciembre de 2021
Patagonia: ¿Aonikens o Araucanos?
¿Aonikenks o Araucanos?
Lamentablemente la ignorancia histórica hace que muchos ciudadanos se presten a colaborar con esta campaña contra el Gral. Julio A Roca.
"El general Roca no encabezó una campaña privada en 1879. Fue como Comandante en Jefe del Ejército Nacional a cumplir la misión que Avellaneda, presidente de la Nación Argentina, elegido por el pueblo, le había asignado.
Y esa campaña estuvo destinada a integrar, a incorporar de hecho a la geografía argentina, prácticamente la mitad de los territorios históricamente nuestros, y que estaban bajo el poder tiránico del malón araucano, cuyos frutos más notables eran el robo de ganado, de mujeres y la provocación de incendios.
Los araucanos, hoy denominados mapuches, llegaron a la Argentina allá por 1830, cuando la Nación Argentina era ya independiente y soberana.
Por lo tanto, fueron invasores. El primer grupo de invasores los constituyeron aproximadamente unos 100 indígenas capitaneados por Yanquetruz.
Se afincaron en Neuquén y desde allí se fueron extendiendo hacia el sur y el norte.
El verdadero genocidio lo cometieron los araucanos (hoy llamados Mapuches) cuando aniquilaron a los Guenaken, (en el campo de batalla de Llanguiñeo), también llamados Tehuelches, que eran los auténticos aborígenes de la Patagonia norte.
Actualmente como argentinos tienen todos los derechos al igual que los demás argentinos que llegaron como inmigrantes a este país y sus hijos posteriormente nacidos en Argentina, PERO NO A RECLAMAR LO QUE NO ES SUYO Y MENOS A INTENTAR FALSEAR LA HISTORIA Y PRETENDER LES DEVUELVAN TIERRAS QUE NUNCA LES PERTENECIERON."
1.- En 1879 las tropas de Cafulcurá eran poderosas, lo prueba el hecho de que ganaron las primeras batallas contra el Ejército Nacional.
2.- Ambos bandos contaba con fusiles Remington. Los araucanos los traían de Chile, a donde se los vendían los ingleses a cambio del ganado argentino robado en los malones. Prueba de ello es que la columna del Ejército Nacional comandada por el Gral. Villegas, tenía como objetivo clausurar y controlar los pasos andinos por donde les llegaban a los araucanos los Remington.
3.- Los indígenas araucanos eran tradicionalmente muy guerreros. Recordemos que en los primeros tiempos de la conquista española asolaron varias importantes ciudades en Chile que los chilenos tardaron siglos en reconquistar.
4.- Los araucanos, en el año 1250 subieron hacia el norte y destruyeron el Imperio de Tiahuanaco. Este Imperio era mayor y mucho más civilizado que el posterior imperio de los Incas que comenzó luego en el año 1280.
5.- El uso actual del término "mapuche" y las falsas reivindicaciones de éstos, son maniobras disolventes y disgregantes que practican algunos políticos en las últimas décadas por ignorancia o para beneficio propio.
Araucanos y Tehuelches
Los mapuches son sólo ORIGINARIOS de la inventiva del Foreign Office británico (Cancillería Británica).Ni Rosas o Roca los mencionan en la Campaña al Desierto, tampoco los historiadores, ni la famosa expedición a los Indios Ranqueles. Tampoco los menciona la historia oficial en las Provincias ni Museos de Historia del Neuquén, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Mendoza, ni San Juan, ¿Desde cuándo han aparecido estos mapuches en escena? Su propia bandera es similar a la nueva Sud Africana; luego del apartheid utilizaron a Mandela, y ahora desean utilizar a un pueblo que no es originario de nada, sólo los Tehuelches lo son.
Quede en claro que la expedición de Roca, resultó la primer guerra contra Chile y no una campaña contra el indio, como muchos pretenden hacerlo notar.
A las pruebas me remito cuando sostengo que por entonces el 90% de la población chilena era indígena, que no es cosa menor.
En síntesis, nuestro país defendía la soberanía sobre una Patagonia que esos caciques deseaban y ellos (los hoy llamados Mapuches)... eran chilenos”.
Enciclopedia Salvat - Diccionario - Editado en Barcelona - 1972:
Mapuche:
Adj.- Natural de Arauco - Perteneciente a esta Provincia de Chile.
viernes, 12 de octubre de 2012
Conquista del desierto: Los Aoniken argentinos y los mapuches chilenos
Por Rolando Hanglin | Para LA NACION
Los argentinos tenemos un defecto que es, a la vez, nuestra virtud cardinal. Somos, en gran parte, nietos de gringos. Por lo tanto, lo ignoramos casi todo respecto de la historia de nuestro país. Formamos parte de la marea humana que bajó de los barcos entre 1880 y 1920, cuando aún no estaban bien tapados por la tierra piadosa los cadáveres de miles de víctimas. Indios y cristianos, rehenes y cautivas, caciques y milicos, todos ellos caídos en la gran guerra indio-cristiana, entre 1820 y 1890.
Siendo, pues, medio gringos, poco podíamos saber de los malones, los fortines, de Roca y Villegas, de Pincén y Calfucurá. ¡Para nosotros, los indios eran unos tipos con plumita que aparecían en las películas de cowboys! Siempre perdiendo la batalla.
Somos, en gran parte, nietos de gringos. Por lo tanto, lo ignoramos casi todo respecto de la historia de nuestro país
Por eso nos sorprende que, hoy día, los supuestos descendientes de aquellos indios, hoy llamados "mapuches", reclamen propiedades de lugares como Bariloche, Aluminé, La Angostura e incluso Toay, La Pampa.
Vamos por partes.
En realidad, el término "mapuche" fue inventado por el etnólogo norteamericano Edmond E. Smith en 1850, y luego difundido en distintos países de América. El significado es claro: mapu:tierra; che:gente. Del mismo modo, yo mismo, aficionado a la lengua de la Patagonia (mapu-dungún) he bautizado a mi quinta de fin de semana "Epu-Trehua" (los dos perros) y a un chalecito que tengo en Chapadmalal, "Antu-Catán" (casa del sol) sin por ello reivindicar ninguna raíz histórica.
Leyendo las obras de Lucio V. Mansilla, Estanislao Zeballos, Manuel Prado y otros autores del tiempo de los fortines, no encontramos nunca la palabra "mapuche". Jamás se habló de semejante tribu o nación. La literatura de 1820-1880 habla, sí, de los pampas, los serranos, los araucanos o chilenos, los vorogas, los tehuelches, los tubichaminís. Pero la palabra mapuche no aparece jamás. La historia y la antropología coinciden en que el territorio argentino, de San Luis hacia el sur, estaba ocupado por los tehuelches septentrionales (pampas, aoniken) los tehuelches meridionales (pampas, guenaken) y los tehuelches que habían pasado a la isla, conocidos como onas. Estos paisanos integraban una comunidad de cazadores-recolectores. No cultivaban la tierra ni mantenían el concepto de propiedad privada o límites nacionales. Apenas el de "espacio vital", que mudaban de asentamiento en aquellas inmensas extensiones, buscando siempre caza abundante de guanacos, venados, piches, avestruces. Ocupaban, pues, sin ocuparlo, un país inmenso. Se cree que estos tehuelches (o sus antepasados) estamparon las paredes rocosas de la Cueva de las Manos hace 8000 años. Afirma Casamiquela que, cuando se fundó Carmen de Patagones, los tehuelches se arrimaron a traficar plumas de ñandú y cueros de guanaco. Lo mismo hacían en Punta Arenas, en 1850, y en 1865 con la colonia galesa, en el valle del Chubut. Era una actividad de significación económica muy superior a lo que hoy puede parecer. Todos los testimonios concuerdan en que la gente tehuelche era pacífica y dispersa.
Por eso es raro que hoy, en 2012, surjan comunas o movimientos o sindicatos de identidad "mapuche" que reclaman campos o tierras en Chubut , Río Negro, Neuquén y Santa Cruz. ¿De dónde vienen? ¿Son pueblos originarios de nuestro país, a los que la República les debe algo porque les ha jugado sucio, ocupando sus espacios y estrangulando sus medios de vida?
El mapuche es chileno y entra al ámbito de las pampas argentinas en 1820, expulsado por las guerras intestinas de Chile.Vamos a dejar la respuesta a don Rodolfo Casamiquela, etnólogo y antropólogo fallecido en el año 2008, pero no sin escribir 24 libros y 200 monografías sobre el tema. Casamiquela, nacido en Jacobacci, se consideraba el último hombre capaz de pronunciar correctamente el idioma tehuelche del norte (o sea, "pampa") y su veredicto fue contundente: "Los mapuches son chilenos".
Otros conceptos: "Hoy sólo se habla del mapuche. Los tehuelches se auto-suprimieron u olvidaron su propia historia, a pesar de que hoy existen muchos descendientes, como los Chagallo, Yanquetruz, Sayhueque, Foyel, Catriel, Chiquichano, Chelqueta, Chingolé, Chalao, Chacamata, Cual. Estas familias son los tehuelches que quedan, es decir los llamados pampas. Fueron un linaje de enorme poder potencial, que se fue araucanizando o mapuchizando a partir de la lengua. El mapuche es chileno y entra al ámbito de las pampas argentinas en 1820, expulsado por las guerras intestinas de Chile. Muchos jefes indios chilenos tomaron partido por el Rey de España y, en el contexto de una guerra a muerte, cruzaron la cordillera para salvar la vida. Aquí fueron recibidos por algunos parientes y, poco a poco, autorizados por el brigadier Juan Manuel de Rosas a instalarse en las provincias del Río de la Plata.
Uno se pregunta si los tehuelches, pueblo originario de Pampa y Patagonia, fueron exterminados por los araucanos chilenos, o por las fuerzas militares argentinas, o por alguien.
Casamiquela: "El tema es la lengua. Para negociar con el español, se celebraban los llamados parlamentos, o sea, asambleas de oratoria y diplomacia donde cada jefe (ulmén) con sus capitanejos o caciquillos, y los representantes del blanco o huinca (derivado de los incas, que también intentaron someter a los araucanos con poca suerte) rivalizaban en alocuciones y figuras retóricas para "ajustar las paces". En este terreno diplomático, el idioma mapuche era muy superior al tehuelche. Preciso, claro, bello, simple, rudo, el mapudungun es una lengua muy valiosa. Con ella penetra la religión, predominando entonces lo mapuche sobre lo tehuelche".
Llegamos a la conclusión de que los mapuches chilenos no exterminaron a los tehuelches argentinos, sino que se agruparon en distintas federaciones, en las cuales predominó siempre la jefatura militar mapuche. Según atestiguan con todo detalle viajeros históricos como el inglés Musters, los tehuelches eran tenidos por "gitanos, vagabundos, bohemios, indisciplinados".
Dice el Profesor Casamiquela: "El mapuche no tiene profundidad histórica en Argentina. Lleva 100 años aquí". En este sentido, es como los italianos, los irlandeses o los croatas. Sigue diciendo Casamiquela: "Cuando vino a nuestro país el Profesor Erice, autor del máximo diccionario mapuche, no encontró ningún hablante de esa lengua en Viedma. Aquí en Jacobacci quedaban los Linares, descendientes de un cautivo de ese apellido que se casó con la hija de un cacique, radicado en la laguna del Juncal, pero eran tehuelches. También son tehuelches los criollos de apellido Entraiga o Castelo. En resumen: los derechos que reclaman hoy los mapuches sobre la tierra... no existen. Esto es historia, no teoría. Actualmente las cosas se mueven políticamente. Entonces, los mapuches chilenos dicen que son argentinos y empiezan a reivindicar toda una vida en nuestro país. Al historiador, eso no le interesa. Lo que pueda decir un político, un abogado... eso es otra cosa".
Los altos y melancólicos tehuelches han sido colonizados y, sin duda, estafados por los blancos argentinos y los araucanos chilenos.
Históricamente, el nombre de Patagonia evoca a un territorio habitado por hombres de pies enormes, y muy altos.
Dice Casamiquela: "Lo que pasa es que los españoles eran bajitos, y además miraban desde abajo a los tehuelches, que estaban subidos a la loma de un médano. De cualquier modo, en 1896, un francés llamado Delavaux, que recorría el trazado de la ruta 40, en el sur de Chubut, excavó una tumba tehuelche y midió el esqueleto del hombre allí enterrado. Le dio 1,99m. Otra excavación, en Península Valdez, permitió verificar los dos metros. Son la etnia más alta del mundo".
Grandotes pero muy dados al vicio, demasiado libres en sus costumbres, mansos y bondadosos, los tehuelches hicieron buenas migas con los galeses de Chubut y, en general, no molestaron a nadie. Se dejaron colonizar por los araucanos chilenos, primero, y por la República Argentina, después.
Uno de los últimos héroes del linaje tehuelche o pampa fue, sin duda, el cacique Pincén. Se lo recuerda como Vicente, Juan o Francisco Pincén. Según la paisanada, el apellido se pronuncia correctamente Pisen, o Piseñ o Pincel, pero siempre con acento en la "i".
Existen cuatro fotos de Pincén. Lo vemos con su chiripá, sus botas de potro, su lanza corta, sus bolas enroscadas al cuello, el torso desnudo, la melena larga sujetada por una vincha, y lo apreciamos idéntico a.¡Alberto Olmedo!. También podría parecerse a don Alberto Rodríguez Saá, aunque este último, más corpulento , conserva la altura y el carisma de sus antepasados ranquelinos.
Algunos rechazan el Día de la Raza porque parece clasificarnos a nosotros, los seres humanos, tan espirituales, como perros de raza "golden retriever" o vacas, de raza Heresford. La verdad es que todos los hombres pertenecemos a la misma raza, pero con grandes variaciones étnicas: no es lo mismo un sueco que un senegalés.
Los altos y melancólicos tehuelches han sido colonizados y, sin duda, estafados por los blancos argentinos y los araucanos chilenos, que entraron a nuestras pampas -básicamente- a robar ganado y capturar mujeres rubias. En el camino, resultaba inevitable lancear o degollar a unos cuantos argentinos. ¿Qué se le iba a hacer? ¡Eran huincas!
Pero esa es otra historia. Por el momento cerramos este modesto apunte con el saludo que se utiliza aún hoy en la Patagonia, al cruzarse los caminos de los viajeros: "Mari-marí". Esto significa textualmente "diez-diez". Que te vaya bien, que te vaya "de diez". Y a veces, para que esa salutación al paso resulte más cálida, se la enuncia más completa. "Mari-marí peñí". O sea: Adiós, hermano.
NOTA: Las fuentes de este artículo son el sitio de internet "Los Matuastos- Periodismo" (domingo 9 de septiembre de 2012) y "Pincén, vida y leyenda" de Juan José Estévez, publicado en 2011.