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sábado, 15 de marzo de 2025

Argentina: La masacre peronista de Rincón Bomba

Rincón Bomba: el silencio de Perón y la masacre étnica en Formosa que fue ocultada durante más de medio siglo


En 1947, durante el primer gobierno de general, la Gendarmería, con el apoyo de la Fuerza Aérea, mató entre 500 y 750 hombres y mujeres del pueblo aborigen pilagá, por temor a un “un ataque indígena”. Más de setenta años después, la justicia calificó la acción como “genocidio”, aunque jamás llegó a condenar a los responsables
El pueblo indígena pilagá fue masacrado en 1947 y el horror fue silenciado durante más de medio siglo

En marzo de 2020, la Cámara Federal de Resistencia declaró que la masacre contra el pueblo indígena pilagá en la zona de Rincón Bomba, Formosa, debía ser calificado como un “genocidio”. El crimen contra el pueblo indígena, llevado a cabo por fuerzas de la Gendarmería y la Fuerza Aérea, era de larga data. Había sido perpetrado el 10 de octubre de 1947, durante el primer gobierno de Juan Perón. La sentencia ordenó la reparación económica colectiva del pueblo pilagá, con inversiones públicas de infraestructuras y becas de estudio, pero no la reparación individual de los familiares de las víctimas de la etnia.

La represión de los aborígenes era una triste herencia del peronismo, gestada desde la División de Informaciones Políticas de la presidencia de la Nación
, que dirigía el comandante de Gendarmería, general Guillermo Solveyra Casares.

Solveyra había creado y comandado el primer servicio de inteligencia de la fuerza en la década del ‘30 e internó a los gendarmes, vestidos de paisanos, en los bosques del Territorio del Chaco para buscar información que ayudara a capturar a Segundo David Peralta, alias “Mate Cosido” -a quien popularizó León Gieco en el tema “Bandidos rurales”- y otros bandoleros sociales que atormentaban, con asaltos y secuestros, a gerentes de compañías extranjeras y estancieros.

Para la época de la masacre del pueblo pilagá, Solveyra Casares tenía su despacho contiguo al del presidente Perón en la Casa Rosada y participaba en las reuniones de gabinete.

En octubre de 1947, la Gendarmería Nacional, que dependía del Ministerio del Interior, exterminó alrededor de 500 indios de la etnia pilagá en Rincón Bomba, Territorio Nacional de Formosa. Más de dos centenares de ellos desaparecieron durante los veinte días que duró el ataque de los gendarmes, con el apoyo de la Fuerza Aérea.

La operación había sido ordenada por el escuadrón de Gendarmería de la localidad de Las Lomitas en respuesta al temor a una “sublevación indígena”.

Para reducir ese temor, exterminaron a los indígenas.

El conflicto se había iniciado unos meses antes.

En abril de 1947, miles de hombres, mujeres y niños de diferentes etnias marcharon hacia Tartagal, Salta, en busca de trabajo. La Compañía San Martín de El Tabacal, propiedad de Robustiano Patrón Costas, se había interesado en contratar su mano de obra para la explotación azucarera.

Patrón Costas era el representante político de los terratenientes. Había fundado la Universidad Católica de Salta, luego fue gobernador de esa provincia y presidente del Senado de la Nación. Su candidatura a presidente por el régimen conservador se malogró en 1943 por el golpe militar del GOU. También se acusaba a Patrón Costas de apropiarse de tierras indígenas en Orán.

Lo cierto es que una vez que llegaron a Tartagal, los caciques se rehusaron a que los hombres y mujeres de la etnia trabajasen en condiciones de esclavitud. Habían acordado una paga de 6 pesos diarios y cuando iniciaron sus labores les pagaron 2,5.

En octubre de 1947, la Gendarmería Nacional, que dependía del Ministerio del Interior, exterminó alrededor de 500 indios de la etnia pilagá en Rincón Bomba, Territorio Nacional de Formosa. Más de dos centenares de ellos desaparecieron durante los veinte días que duró el ataque de los gendarmes, con el apoyo de la Fuerza Aérea

Patrón Costas decidió echarlos y los aborígenes retornaron a sus comunidades. Eran cerca de ocho mil.

El regreso se hizo en condiciones miserables, con una caravana que arrastraba enfermos y hambrientos. Durante varios días de marcha, desandaron a pie más de 100 kilómetros hasta llegar a Las Lomitas.

La caravana estaba compuesta por mocovíes, tobas, wichís y pilagás, la etnia más numerosa. Tenían la costumbre de raparse la parte delantera del cuero cabelludo, hablaban su propio idioma, además del castellano, y habitaban en varios puntos de Formosa. Vivían como braceros de los terratenientes, o de lo que cazaban y recolectaban.

Luego de su paso frustrado por Tartagal, se asentaron en Rincón Bomba, cerca de Las Lomitas. Allí podían conseguir agua. La miseria de la etnia asustaba.

La Comisión de Fomento del pueblo pidió ayuda humanitaria al gobernador del Territorio Nacional, Rolando de Hertelendy, nacido en Buenos Aires y educado en Bélgica, y designado en el cargo por el Poder Ejecutivo el 10 de diciembre de 1946.

La falta de recursos en las arcas de la tesorería del Territorio hizo que Hertelendy trasladara el pedido al gobierno nacional.

Perón reaccionó rápido. Conocía el tema.

En el año 1918, al frente de una comisión militar, había ido a negociar con obreros de La Forestal en huelga en el bosque chaqueño y había logrado apaciguar el conflicto. Les había aconsejado que hicieran los reclamos de buenas maneras.

De inmediato, Perón ordenó el envío de tres vagones de alimentos, ropas y medicinas.

Luego de su paso frustrado por Tartagal, se asentaron en Rincón Bomba, cerca de Las Lomitas. Allí podían conseguir agua. La miseria de la etnia asustaba

En la segunda quincena de septiembre de 1947, la Dirección Nacional del Aborigen ya los tenía en su poder en la estación de Formosa.

Pero la carga fue recibida con desidia por las autoridades. La ropa y las medicinas fueron robadas, los alimentos quedaron a la intemperie varios días y luego fueron trasladados a Las Lomitas para ser entregados a los aborígenes. Ya estaban en estado de putrefacción.

El consumo provocó una intoxicación masiva: vómitos, diarreas, temblores. Dada la falta de defensas orgánicas, los ancianos y los niños fueron los primeros en morir. Los indios denunciaron que habían sido envenenados. Las madres intentaban curar a sus bebés muertos en sus brazos.

El asentamiento indígena se convirtió en un mar de dolores y de llantos que retumbaban en el pueblo. El cementerio de Las Lomitas aceptó los primeros entierros, pero luego les negó el paso del resto de los cuerpos. Ya había más de cincuenta cadáveres.

Los indígenas los llevaron al monte y enterraron a los suyos con cantos y danzas rituales.

El consumo de los alimentos enviados, que por desidia estaban en mal estado, provocó una intoxicación masiva: vómitos, diarreas, temblores. Dada la falta de defensas orgánicas, los ancianos y los niños fueron los primeros en morir

En Las Lomitas se instaló la creencia de que ese grupo de enfermos y famélicos estaba preparando una venganza. Se difundió el rumor del “peligro indígena”, una rebelión en masa contra las autoridades y los vecinos del pueblo.

Desde hacía días, las madres aborígenes golpeaban las puertas del cuartel de la Gendarmería y de las casas de Las Lomitas con sus hijos. Al principio se las ayudó. Pero de un día para otro se las dejó de recibir. La fuerza armó un cordón de seguridad en su campamento y no se les permitió el ingreso al pueblo.

Más de cien gendarmes armados las vigilaban con ametralladoras.

El 10 de octubre de 1947 se reunieron el cacique Nola Lagadick y el segundo jefe del escuadrón 18 de Las Lomitas, comandante de Gendarmería Emilio Fernández Castellano. Era una entrevista a campo abierto.

El comandante tenía dos ametralladoras pesadas apuntando contra la multitud de indígenas, dispuestos detrás de su cacique. Eran más de mil, entre hombres, mujeres y niños. Muchos de ellos portaban retratos de Perón y Evita.

El cacique exigió ayuda a la Gendarmería. Querían tierras para la explotación de pequeñas chacras, semillas, escuelas para sus hijos. Invitó al comandante para que visitara el campamento y tomara conciencia de sus miserias.

Hay distintas versiones de cómo sucedieron los hechos.

Una indica que los aborígenes comenzaron a avanzar hacia la reunión. Otra, que los hechos se desencadenaron como ya habían sido planeados: provocar una “solución final” al problema indígena en el Territorio de Formosa.

Como fuese, la fuerza estatal abrió fuego contra la etnia desarmada. Lo hizo con ametralladoras, carabinas y pistolas automáticas. Fernández Castellano se sorprendió del ataque y ordenó detenerlo. Sus dos baterías no habían disparado. Pero el segundo comandante Aliaga Pueyrredón, que no estaba de acuerdo con parlamentar con los indígenas, había desplegado ametralladoras en puntos estratégicos y acababa de dar la orden.

El ataque provocó la huida de la etnia pilagá hacia el monte. Algunos arrastraban los cadáveres de sus familiares. Los heridos fueron siendo rematados. La persecución continuó durante la noche; los gendarmes lanzaron bengalas para iluminar un territorio que desconocían. Desde el pueblo se escuchaba el tableteo de las ametralladoras.

La Gendarmería continuó la matanza porque no quería testigos. Muchos civiles de Las Lomitas, miembros de la Sociedad de Fomento, colaboraron para que el “peligro indígena” cesara en forma definitiva y brindaron asistencia logística. Recorrieron los montes Campo Alegre, Campo del Cielo y Pozo del Tigre para marcar los escondrijos en la espesura.

El trauma que produjo la represión, y el temor a otras nuevas muertes, fue enterrando el etnocidio bajo un muro de silencio. Nadie se hizo eco de la masacre. Perón no pronunció una sola palabra

Muchos cadáveres fueron incinerados. La persecución no dejaba tiempo para enterrarlos. Otros cuerpos fueron tirados en el descampado, en un camino de vacas, y la tierra y la maleza los fueron cubriendo con el paso del tiempo.

El trauma que produjo la represión, y el temor a otras nuevas muertes, fue enterrando el etnocidio bajo un muro de silencio. El diario Norte del Chaco mencionó que había habido un “enfrentamiento armado” ante la sublevación de los “indios revoltosos”.

Los diarios de Buenos Aires, a mediados de octubre de 1947, informaron sobre la incursión de un “malón indio”, para justificar la masacre.

Perón hizo silencio.

Nadie de la Gendarmería fue castigado.

Lo mismo había sucedido en Napalpí, en el Chaco, en 1924, durante el gobierno de Marcelo T. de Alvear, aunque en ese caso existió un proceso judicial para convalidar el ocultamiento.

En Las Lomitas no. Se calcula que entre 750 hombres, mujeres y niños de distintas etnias, en especial los pilagás, murieron a manos de la Gendarmería.

Octubre pilagá, relatos sobre el silencio, de Valeria Mapelman

Desde 2005, un grupo de antropólogos forenses realizaron excavaciones por orden judicial en el cuartel de la fuerza de seguridad. Los huesos que encontraron estaban apenas por debajo del nivel de la superficie.

La matanza, además de la tradición oral que se extendió en los pilagá, fue narrada por uno de los represores , el gendarme Teófilo Cruz, que publicó un artículo en la revista Gendarmería Nacional.

En 2010 la documentalista Valeria Mapelman estrenó dos documentales sobre la masacre, Octubre pilagá, relatos sobre el silencio y La historia en la memoria en el que logró registrar historias personales de algunos sobrevivientes y sus hijos, y testigos de la masacre.

Dado que la incursión de la Gendarmería había contado con el apoyo de un avión con ametralladora, la justicia federal en la última década -cuando se inició el expediente-, llegó a procesar a Carlos Smachetti en 2014, que disparó contra los originarios de la comunidad de pilagá desde un avión que había despegado el 15 de octubre desde la base de El Palomar. Murió al año siguiente, a los 97 años. Otro de los imputados que participó de la masacre como alférez de Gendarmería, Leandro Santos Costa, luego se había graduado de abogado y fue juez de la Cámara Federal de Resistencia. Había utilizado una ametralladora pesada para eliminar a los aborígenes, y la Gendarmería lo había condecorado por su “valerosa y meritoria” intervención en el hecho. Murió en 2011, antes de que el proceso finalizara.

Desde 2005, un grupo de antropólogos forenses realizaron excavaciones por orden judicial en el cuartel de la fuerza de seguridad. Los huesos que encontraron estaban apenas por debajo del nivel de la superficie

En su sentencia de 2020, la Cámara Federal destacó la responsabilidad del Estado Nacional al momento de la masacre y lo condenó a reparaciones colectivas, un monumento en el lugar de la masacre, incluir el 10 de octubre como fecha recordatoria, becas estudiantiles a jóvenes escolarizados y un dinero anual para inversiones de infraestructura y otro para sostener a la Federación de pilagá. Y calificó la masacre como genocidio, que había sido rechazada por primera instancia.

Pasaron más de siete décadas del crimen masivo, y las comunidades indígenas perdieron sus tierras y los montes fueron arrasados por las topadoras. Todavía viven en las vías muertas de los ferrocarriles o en la periferia de las ciudades, en busca de una vivienda, un trabajo o algo para comer. Como hace más de setenta años.

Marcelo Larraquy es periodista e historiador (UBA). Su último libro publicado es “Fuimos Soldados. Historia secreta de la Contraofensiva Montonera”. Ed. Sudamericana, noviembre de 2021.












sábado, 4 de enero de 2025

Guerra contra la Subversión: ¿Podría repetirse la historia en Argentina hoy?

La Guerra Antisubversiva en Argentina: Tácticas antiterroristas y descentralización operativa y evolución al presente

Por Esteban McLaren



Control de rutina durante la guerra antisubversiva: Conscriptos realizan el control de documentación.


¿Se podría repetir la intervención militar para combatir a la guerrilla o el terrorismo como en los 70s en Argentina? La respuesta es con alta probabilidad no. La evolución de las formas de combatir, no solo a la guerrilla sino a fuerzas convencionales, a evolucionado de modo que pocas tropas altamente especializadas a nivel de la policía con una logística específica y muñidos de inteligencia y análisis pueden desarrollar esa tarea que comprometió a todas las fuerzas armadas en su momento. El compromiso política y judicial, en todo caso, siempre será el responsable final de la eficiencia de todas las operaciones.

Parte 1: Doctrina y operatividad de la Guerra Antisubversiva

La denominada Guerra Antisubversiva en Argentina (1976-1983) marcó un período de intensa actividad militar y de seguridad interna orientada a combatir organizaciones insurgentes consideradas terroristas por el régimen militar. Esta etapa, impulsada por la Junta Militar, se caracterizó por la adopción de tácticas antiterroristas que buscaban neutralizar a grupos armados como los Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). A diferencia de otros países que adoptaron modelos más centralizados de coordinación, las operaciones argentinas se destacaron por una descentralización operativa significativa, permitiendo una autonomía notable a las unidades militares y policiales locales.

Tácticas antiterroristas en el terreno

Las tácticas antiterroristas implementadas en Argentina pueden analizarse desde tres ejes principales.

El modelo táctico argentino en la lucha contrainsurgente se construyó sobre un enfoque dual: reactivo y proactivo. Este diseño buscaba identificar, localizar y neutralizar objetivos insurgentes mediante una combinación de inteligencia precisa, operaciones directas y métodos coercitivos. La inteligencia humana (HUMINT) jugó un rol crucial en esta estrategia, con un amplio uso de informantes infiltrados y agentes dobles que penetraron las estructuras insurgentes. Gracias a estas operaciones, se lograron resultados significativos, como frustrar ataques planificados o desarticular acciones insurgentes críticas, incluyendo el conocido asalto al batallón de arsenales de Monte Chingolo, donde la anticipación y la información obtenida demostraron ser determinantes.

Sin embargo, no toda la información se obtuvo mediante infiltración. Los interrogatorios coercitivos se convirtieron en un componente oscuro pero central del esfuerzo contrainsurgente. Realizados en detenciones clandestinas, muchas veces fuera de cualquier registro oficial, estos interrogatorios emplearon métodos de tortura para extraer datos estratégicos. Este enfoque, aunque efectivo en términos operativos, permitió la identificación y neutralización de miembros clave dentro de las organizaciones insurgentes, incluidos altos mandos. Las consecuencias éticas y legales de estas prácticas siguen siendo objeto de debates históricos y políticos, pero su impacto operativo fue innegable en la desarticulación de redes rebeldes.

En los centros urbanos, la acción directa adquirió una forma particularmente agresiva con los denominados "grupos de tareas". Estas unidades, pequeñas pero altamente móviles, fueron desplegadas para llevar a cabo operaciones de asalto directo. Con precisión quirúrgica, se dedicaron a capturas, ejecuciones extrajudiciales y la desmantelación de células urbanas. Entre sus logros más destacados se encuentra la eliminación del jefe máximo del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), un golpe que desarticuló significativamente la capacidad operativa de esta organización. Estas operaciones urbanas, aunque polémicas, fueron el punto culminante de una estrategia diseñada para erradicar la insurgencia con eficacia implacable.

La combinación de inteligencia, coerción y acción directa formó un esquema táctico que resultó devastador para las fuerzas insurgentes. Aunque cuestionable desde una perspectiva ética y legal, este enfoque logró su propósito operativo: desmantelar las estructuras insurgentes y neutralizar su capacidad de amenaza. No obstante, dejó un legado de tensiones sociales y dilemas morales que continúan resonando en la memoria histórica de Argentina.







En las áreas rurales de Argentina, la lucha contrainsurgente tomó un cariz implacable, modelado por tácticas que evocaban las empleadas por Estados Unidos en Vietnam. Tucumán se convirtió en el epicentro de estas operaciones durante el Operativo Independencia, un despliegue militar que, más allá de los montes tucumanos, se extendió a otras regiones rurales del país en un intento de sofocar las insurgencias. Las patrullas móviles emergieron como uno de los recursos tácticos más eficaces, pequeñas unidades que se adentraban en la espesura de la selva y los montes, rastreando a los guerrilleros y llevando la guerra hasta el corazón de sus escondites. Este enfoque, diseñado para minar la capacidad de las fuerzas insurgentes de moverse y operar con libertad, resultó devastador en muchos aspectos.

Paralelamente, la destrucción de la infraestructura logística de los insurgentes fue clave para debilitar sus capacidades operativas. Campamentos enteros eran desmantelados, redes de abastecimiento desarticuladas y arsenales clandestinos destruidos. Incluso las imprentas, símbolo de la resistencia y herramienta propagandística, eran objetivos prioritarios en esta guerra asimétrica. Cada armería destruida y cada línea de suministro cortada representaban un golpe que buscaba aislar a las fuerzas insurgentes, empujándolas al colapso operativo.

El aislamiento era una constante en esta estrategia de contrainsurgencia. Los cercos operativos se erigían como murallas invisibles pero letales alrededor de las áreas en las que los insurgentes encontraban refugio y apoyo civil. Estas operaciones, desplegadas con precisión luego de atentados, secuestros y otras acciones insurgentes, buscaban cortar todo vínculo entre los guerrilleros y las comunidades locales. En un entorno rural donde el apoyo civil era vital para la supervivencia de las fuerzas rebeldes, estos cercos demostraron ser una herramienta tan contundente como las patrullas móviles o las operaciones directas.

No obstante, la lucha no se limitó a las acciones en el terreno. El gobierno desplegó una maquinaria de propaganda y guerra psicológica que complementaba las acciones cinéticas con un sofisticado arsenal de mensajes destinados a desmoralizar a los insurgentes y consolidar el apoyo social. A través de mensajes intimidantes, exhibiciones de fuerza y narrativas diseñadas para justificar la represión, el Estado buscaba erosionar la moral de las fuerzas rebeldes mientras reforzaba el relato de la "guerra contra el terrorismo". Este esfuerzo no solo apuntaba a legitimar las operaciones militares, sino también a obtener el respaldo de sectores específicos de la sociedad, apelando a sus miedos y alineando su percepción con los objetivos del régimen.

La combinación de tácticas rurales y operaciones psicológicas en Argentina se convirtió en un ejemplo emblemático de contrainsurgencia multidimensional, donde cada patrulla en el monte y cada mensaje difundido desde los medios formaban parte de un entramado destinado a sofocar la rebelión a cualquier costo. Sin embargo, este modelo dejó un legado de lecciones y controversias, especialmente en cuanto al balance entre eficacia táctica, impacto social y respeto por los derechos humanos.


Descentralización operativa: Autonomía y fragmentación del mando

Argentina, a diferencia de otros países que optaron por enfoques centralizados como el modelo francés en Argelia, adoptó una estrategia descentralizada en su lucha contra las guerrillas. Este método otorgaba a las unidades locales la responsabilidad de planificar y ejecutar las operaciones, lo que resultó en una notable eficacia táctica. En cuestión de meses, las organizaciones guerrilleras quedaron al borde de la desarticulación operativa, un logro sin parangón en escenarios donde se emplearon estrategias más centralizadas.

La autonomía regional fue uno de los pilares de esta estrategia. Las zonas militares se dividieron en regiones estratégicas, cada una bajo un comando regional que gozaba de amplia libertad para diseñar y llevar a cabo operaciones. Este enfoque, basado en el principio militar de la Auftragstaktik, permitió respuestas rápidas y adaptadas a las necesidades locales. Sin embargo, esta descentralización también dio lugar a una falta de uniformidad en las tácticas empleadas y en los métodos de recolección de inteligencia, lo que debilitó la cohesión estratégica.

Otro elemento distintivo fue el uso de grupos de tareas compuestos por efectivos de diversas fuerzas, como el Ejército, la Policía Federal y Provincial, y la Gendarmería. Estos grupos operaban con una independencia considerable y sin una supervisión central constante. Si bien esta flexibilidad facilitó decisiones rápidas en el terreno, también incrementó los riesgos asociados a la falta de controles superiores.

La fragmentación, si bien eficaz en el nivel táctico, tuvo consecuencias de gran alcance. Aunque las acciones específicas, como capturas y eliminaciones de insurgentes, fueron ágiles y precisas, la coordinación estratégica quedó relegada, dificultando una evaluación integral de las operaciones. Además, la descentralización exacerbó los niveles de abuso de autoridad y discrecionalidad, lo que llevó a violaciones sistemáticas de los derechos humanos.

Este modelo argentino, con sus logros y controversias, ilustra el delicado equilibrio entre autonomía táctica y supervisión estratégica, dejando lecciones clave para futuras operaciones de contrainsurgencia.


Evaluación de la eficiencia militar

Desde un enfoque estrictamente militar, la estrategia argentina de contrainsurgencia logró resultados magníficos hacia el final del conflicto, desmantelando gran parte de las capacidades operativas de los grupos insurgentes. Sin embargo, esta eficacia táctica estuvo acompañada de serias limitaciones y costos que dejaron un impacto profundo en las Fuerzas Armadas y en el país.

Operativamente, la estrategia cumplió con muchos de sus objetivos. Los principales líderes insurgentes fueron neutralizados, debilitando gravemente la capacidad ofensiva de organizaciones como los Montoneros y el ERP. Las operaciones urbanas, rápidas y contundentes, se adaptaron con eficacia a los entornos complejos de las ciudades, donde la insurgencia intentaba consolidar su presencia. Estas acciones reflejaron una capacidad táctica que, en el plano inmediato, logró frenar la amenaza insurgente.

Sin embargo, a nivel estratégico, el enfoque descentralizado mostró serias fallas. La falta de coordinación centralizada limitó la capacidad de consolidar los logros operativos en un marco nacional coherente. Esta fragmentación, aunque útil en el nivel táctico, impidió articular una estrategia unificada que capitalizara las victorias locales en un resultado estratégico definitivo. Además, la autonomía otorgada a los grupos operativos fomentó un clima de impunidad y corrupción interna. Recursos valiosos se desviaron, y los esfuerzos perdieron eficacia debido a la falta de supervisión y control central.

Los costos internos de esta estrategia también fueron profundos y duraderos. El enfoque descentralizado multiplicó los abusos y ejecuciones sumarias, lo que dañó gravemente la legitimidad de las Fuerzas Armadas. Este impacto negativo se vio exacerbado tras la derrota en la guerra de Malvinas, cuando la imagen institucional ya estaba seriamente deteriorada. Además, la carencia de tropas especializadas en tácticas no convencionales obligó a emplear a conscriptos, suboficiales y oficiales con un entrenamiento limitado y muchas veces improvisado. La falta de preparación adecuada dejó brechas operativas que pudieron haberse mitigado con una fuerza más capacitada.

Los recursos dedicados a la contrainsurgencia también debilitaron otras áreas críticas de la defensa nacional. Al embarcar a las tropas en una guerra no convencional, se comprometió su preparación para enfrentar conflictos convencionales, dejando vulnerabilidades estratégicas en el ámbito militar. Además, el abandono de una legislación que permitía combatir a los insurgentes con respaldo legal socavó la legitimidad de las acciones y contribuyó a un marco operativo que, aunque efectivo a corto plazo, resultó perjudicial en el largo plazo.

En definitiva, la estrategia argentina alcanzó su objetivo inmediato de desarticular la insurgencia, pero lo hizo a un costo significativo. La falta de coordinación estratégica, los abusos cometidos y el desvío de recursos erosionaron tanto la capacidad militar como la confianza social en las Fuerzas Armadas. Este legado, a la vez eficaz y controvertido, sigue siendo una lección de los dilemas inherentes a las guerras de contrainsurgencia.


Análisis legal: Costos nacionales e internacionales

La Guerra Antisubversiva dejó un legado de costos legales y éticos para los militares argentinos. A medida que las democracias volvieron a consolidarse, tanto a nivel nacional como internacional, las tácticas utilizadas fueron condenadas.

1. Impacto nacional

  • Juicios por delitos de lesa humanidad: Con el regreso de la democracia en 1983, comenzó una serie de procesos judiciales contra oficiales y agentes involucrados en desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales.
  • Reputación institucional dañada: La descentralización, que facilitó excesos y abusos, contribuyó a una deslegitimación pública de las Fuerzas Armadas.


2. Repercusiones internacionales

  • Condenas en foros internacionales: Organismos como las Naciones Unidas y la OEA señalaron que las tácticas empleadas constituían violaciones graves de derechos humanos.
  • Impacto diplomático: Argentina enfrentó aislamiento internacional durante la dictadura, lo que limitó su acceso a apoyo militar y económico.

3. Lecciones estratégicas:

La descentralización, aunque útil para responder rápidamente a amenazas insurgentes locales, demostró ser contraproducente en términos legales y éticos. En retrospectiva, un enfoque más centralizado y regulado podría haber mitigado los abusos, reduciendo los costos legales y diplomáticos a largo plazo.


Preliminares de la guerra antisubversiva

La Guerra Antisubversiva en Argentina fue un ejemplo de cómo un enfoque descentralizado puede ofrecer ventajas tácticas a corto plazo, pero generar graves consecuencias legales y éticas a largo plazo. Aunque se lograron los objetivos de neutralizar a los grupos insurgentes, las tácticas utilizadas dejaron profundas cicatrices en la sociedad argentina y comprometieron la legitimidad de las Fuerzas Armadas tanto dentro como fuera del país. La experiencia ofrece lecciones críticas para el diseño de estrategias antiterroristas modernas, donde el balance entre eficacia operativa y respeto por los derechos humanos es esencial.



Parte 2. Combatir la amenaza del terrorismo urbano en el Siglo XXI: ¿Cómo enfrentar el fantasma de los años 70?

Imaginemos por un momento un escenario que resucita las sombras de un pasado turbulento: grupos insurgentes operando en ciudades y zonas rurales, ataques selectivos contra objetivos civiles y militares, y una nación atrapada entre la necesidad de mantener el orden y el riesgo de caer en excesos. Los escenarios hoy se acercan más al narcoterrorismo (Rosario, Gran Buenos Aires, frontera con Paraguay y Bolivia), los grupos radicalizados araucanos en la Patagonia (alentados desde Chile), tal vez un amenaza del extremismo islámico (ya hemos tenido ataques del terrorismo islámico). Este escenario podría parecer arrancado de la Argentina de los años 70, pero ¿cómo enfrentaríamos hoy un desafío similar?

En ese entonces, la lucha contra el terrorismo y la guerrilla urbana en Argentina fue un torbellino de tácticas improvisadas, inteligencia fragmentada y acciones muchas veces llevadas al límite de la ley. Hoy, sin embargo, vivimos en un mundo donde la tecnología, las redes sociales y las fuerzas especiales han revolucionado la manera en que las naciones enfrentan las amenazas internas. Si una situación como la de los años 70 ocurriera hoy, la respuesta sería diferente: más precisa, más controlada, pero también más visible para el escrutinio público.

Del mismo modo, los 70s presentaron parte importante de la solución al desafío del terrorismo actual: Los equipos SWAT (Special Weapons and Tactics). La creación de fuerzas especiales comprimieron el tamaños de las secciones necesarias para combatir efectivamente elementos de insurgencia o terrorismo en el ámbito urbano.


La inteligencia, el nuevo campo de batalla

En los años 70, la inteligencia se basaba en agentes infiltrados, informantes y, tristemente, interrogatorios brutales. Era una lucha casi artesanal, donde la información se obtenía a través de redes humanas y operativos clandestinos. Hoy, la inteligencia ha evolucionado hasta convertirse en un arte dominado por algoritmos y análisis de datos.

Las herramientas modernas permiten a los gobiernos vigilar redes sociales, interceptar comunicaciones cifradas y rastrear movimientos con una precisión inimaginable hace décadas. Los analistas de inteligencia no solo dependen de espías y operativos, sino también de sistemas avanzados como Palantir, que cruzan millones de datos en tiempo real para detectar patrones de actividad sospechosa. Las redes sociales, que en los 70 ni siquiera existían, ahora son tanto una herramienta para los insurgentes como un arma para las fuerzas de seguridad. Plataformas como Twitter y Facebook pueden revelar reclutadores, simpatizantes y posibles objetivos con solo pulsar unas teclas.

Sin embargo, no se trata solo de observar; la guerra moderna también se libra en el ámbito psicológico. Las fuerzas de seguridad emplean estas mismas plataformas para sembrar desinformación entre los insurgentes, desacreditar sus narrativas y, en algunos casos, desactivar células antes de que actúen.

Las Fuerzas Especiales: Guerreros del Siglo XXI

En el pasado, Argentina dependía de "grupos de tareas" que, aunque efectivos a corto plazo, operaban con una descentralización que favoreció abusos y excesos. Hoy, los estándares han cambiado. La lucha contra el terrorismo urbano y rural recae principalmente en unidades especializadas altamente entrenadas y disciplinadas.

Equipos como el Grupo Halcón de la Policía Bonaerense o las unidades tácticas de la Policía Federal Argentina han evolucionado para convertirse en los escudos contra estas amenazas. Inspirados en modelos internacionales como los SWAT estadounidenses o el GIGN francés, estas fuerzas operan bajo estrictos protocolos y con una precisión quirúrgica. Cada policía provincial cuenta con un grupo de fuerzas especiales análogo.

El enfoque entonces ya no es lanzar una red amplia, sino realizar operaciones específicas, basadas en inteligencia sólida y con un claro objetivo: neutralizar amenazas con el menor daño colateral posible. En casos extremos, donde el terrorismo supera la capacidad de estas fuerzas—como cuando hay armas pesadas involucradas—la Gendarmería o incluso el Ejército pueden apoyar, pero siempre bajo un marco legal claro.

Ejemplos de grupos especiales provinciales

Como ya mencionó, el Grupo Halcón, formalmente denominado División de Seguridad Especial Halcón, es la unidad de operaciones especiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Fundado en 1986 como el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), su creación estuvo a cargo del comisario Julio César y el oficial principal Claudio Rafael Pereyra. Inicialmente, sus miembros fueron entrenados con estándares internacionales, incluyendo formación con equipos SWAT en el extranjero.

 

El grupo tuvo su bautismo de fuego en el copamiento del cuartel de La Tablada, evento que consolidó su reputación. En 1996, se renombró formalmente como División Especial de Seguridad Halcón (DESH). Con una estructura compuesta por 75 comandos divididos en equipos tácticos de 15 miembros, cada grupo incluye especialistas en francotiradores, explosivos, negociación, medicina táctica, inteligencia y comunicación, además de personal de asalto.

Reconocido como una de las fuerzas especiales de mayor nivel en América Latina, el Grupo Halcón mantiene una rigurosa selección y capacitación de su personal, reflejada en su distintivo brevet azul de comando. Esta unidad sigue siendo un referente en la resolución de situaciones de alto riesgo, como tomas de rehenes y operaciones tácticas complejas.

 

La Compañía de Tropas de Operaciones Especiales (TOE) es la unidad de élite de operaciones especiales de la Policía de la Provincia de Santa Fe, Argentina. Su origen se remonta a 1987, cuando se llevó a cabo el primer Curso de Adiestramiento Policial Especial (CAPE). Posteriormente, el 4 de mayo de 1990, se formalizó la creación de la unidad bajo la denominación de Tropas de Operaciones Especiales (TOE).

Esta fuerza depende directamente del Jefe de la Policía de la Provincia y se desarrolló a partir de un análisis exhaustivo de reglamentos y tácticas utilizadas por unidades de operaciones especiales de renombre internacional. Entre estas se encuentran la GSG-9 (Alemania), RAID (Francia), GEO y BBT (España), FBI y SWAT (Estados Unidos), SAS (Reino Unido) y BOPE (Brasil). Los miembros de la TOE han recibido una capacitación intensiva en centros internacionales destacados, como el NCIS del Reino Unido y el Yamam de Israel, así como formación especializada en múltiples países de América Latina.

El alto nivel de organización e instrucción logrado permite a la TOE ejecutar una amplia gama de operaciones, que incluyen misiones de seguridad, investigaciones científicas, resolución de situaciones con rehenes, custodia de personalidades VIP, operaciones en montes, islas y mediante transporte aéreo, además de manejo de atentados con explosivos. Su versatilidad y preparación la posicionan como una de las unidades más completas y especializadas en su ámbito.

El Equipo de Tácticas Especiales Recomendable (ETER) de la Policía de la Provincia de Córdoba, creado el 19 de febrero de 1985, es una unidad de élite destinada a garantizar la custodia y seguridad de dignatarios provinciales, así como de funcionarios y personalidades nacionales e internacionales. Su labor se extiende a la resolución de situaciones de crisis como atentados terroristas, tomas de rehenes, secuestros, tiradores activos y sujetos parapetados.

Entre sus principales funciones también se encuentran la ejecución de allanamientos de alto riesgo y misiones especiales encomendadas por la Jefatura de Policía. Su misión central es resolver situaciones críticas manteniendo el orden público y la seguridad ciudadana, con un enfoque prioritario en la protección de la vida y la integridad física de todos los involucrados.

El ETER dispone de un equipo de Negociadores especializado para abordar incidentes de crisis y cuenta con personal altamente entrenado y equipado con recursos adaptados a cada tipo de operación. Su rápida respuesta y profesionalismo lo convierten en un pilar fundamental para enfrentar emergencias que demandan intervención táctica especializada.

El Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Provincia de Misiones fue creado en 1993 por iniciativa del Ministerio del Interior Nacional y bajo disposición del Ministerio de Gobierno, con respaldo de la Jefatura de Gobierno. Su misión principal es intervenir en la provincia de Misiones cuando las fuerzas policiales regulares, como comisarías y comandos radioeléctricos, no pueden manejar situaciones de alto riesgo.


El GOE está diseñado para actuar en escenarios complejos que requieren técnicas y tácticas especializadas, como rescates de rehenes, recuperación de buses, aeronaves o instalaciones, y operaciones en entornos urbanos o selváticos. Su personal está altamente capacitado en áreas como buceo táctico, manejo de explosivos, tiro especializado, rescate en altura, andinismo y supervivencia en el monte, entre otras.

La doctrina de instrucción del GOE se basa en métodos internacionales adquiridos a través de cursos realizados en Argentina y países vecinos. Su personal ha recibido formación en fuerzas de élite como el GATE de Brasil, la FOPE de Paraguay, y el GOPE de Chile, además de un entrenamiento especializado con el equipo SWAT del Departamento de Policía de Los Ángeles, en Estados Unidos. Esta preparación internacional asegura su capacidad para enfrentar las más diversas y exigentes situaciones.

Israel: Un modelo para aprender

Pocos países han enfrentado el terrorismo con tanta intensidad como Israel. Su experiencia contra grupos como Hamas y Hezbollah ha marcado el camino para las naciones que buscan perfeccionar sus estrategias.

Israel combina la tecnología más avanzada con una táctica clásica: la anticipación. Sus drones vigilan sin descanso, sus satélites identifican movimientos sospechosos, y sus unidades especiales, como Yamam, actúan con velocidad y precisión en los entornos más desafiantes. En Gaza, por ejemplo, los ataques quirúrgicos combinan bombardeos de precisión con incursiones terrestres para minimizar el impacto en la población civil.

En el sur del Líbano, Hezbollah ha construido túneles y escondites armados con cohetes de largo alcance. Israel responde con una mezcla de inteligencia satelital y fuerzas de comando para destruir estos puntos antes de que se conviertan en una amenaza real. El éxito de esta estrategia radica en su enfoque integrado, donde cada operación está respaldada por datos, tecnología y entrenamiento superior.


¿Cómo prepararnos para el futuro?

El mundo actual nos enseña que combatir el terrorismo no se trata solo de fuerza bruta. Requiere planificación, tecnología y, sobre todo, una clara delimitación de responsabilidades. En Argentina, una estrategia moderna debe priorizar:

  1. Fortalecer unidades especializadas:

    • Expandir y equipar grupos como el Grupo Halcón y otras fuerzas especiales así como a las fuerzas tácticas de la Policía Federal.
    • Entrenar a la Gendarmería y Prefectura para manejar entornos rurales y fronterizos, donde las células terroristas podrían refugiarse. El grupo Alacrán y Albatros, respectivamente, ya tienen experiencia en tareas de golpes de mano y acciones complejas.
  2. Inversión en inteligencia:

    • Crear un centro nacional para analizar redes sociales, interceptar comunicaciones y coordinar información en tiempo real.
    • Incorporar sistemas avanzados de análisis como Inteligencia Artificial y Big Data para detectar amenazas emergentes.
  3. Rol militar limitado:

    • Reservar el uso del Ejército para escenarios excepcionales donde las fuerzas policiales sean insuficientes, como en el caso de amenazas con armamento pesado.
    • Mantener un mando centralizado y transparente para evitar los errores del pasado.
  4. Colaboración internacional:

    • Aprender de los modelos israelíes y europeos, participando en programas de entrenamiento conjunto.
    • Integrar a Argentina en redes internacionales de intercambio de inteligencia para anticiparse a posibles amenazas globales.

Un futuro en guardia

Si algo nos enseñan los conflictos pasados y presentes es que la lucha contra el terrorismo nunca se detiene. Sin embargo, hoy contamos con las herramientas y el conocimiento para enfrentar estas amenazas de manera más efectiva, respetando los derechos humanos y limitando el impacto social y político. No es necesario la intervención directa de las fuerzas militares en un conflicto antiterrorista salvo que estas fuerzas ilegales adquieran equipamientos y tácticas que superen a las fuerzas especiales de las fuerzas de seguridad. Lo que sería necesario es ampliar la creación y disposición de unidades de fuerzas especiales provinciales para control local de estos conflictos.
Otro camino paralelo y necesario es la creación de unidades de combate del crimen especializadas, en áreas muy puntuales como la inteligencia (digital y de campo), equipos antisecuestro, policía científica, entre otros.
Argentina tiene la oportunidad de aprender del pasado y construir una estrategia que proteja a su población sin repetir los errores de épocas oscuras. El enemigo puede cambiar, pero la clave siempre será adelantarse a sus movimientos.



sábado, 26 de octubre de 2024

Argentina: El incidente de Lago del Desierto de 1965 (fotos exclusivas)

El incidente de Lago del Desierto de 1965


Por Esteban McLaren
Ver galería de fotos al final.





El incidente del Lago del Desierto en 1965 fue un enfrentamiento entre fuerzas argentinas y chilenas por el territorio en disputa alrededor del Lago del Desierto en los Andes patagónicos del sur. El incidente se caracteriza por intensificar la disputa fronteriza de larga data entre los dos países. Por lo observado, dado incidente anterior de río Encuentro/Alto Palena, los carabineros chilenos ahora intentan realizar un acto de hecho consumado. Es decir, tomar una posición físicamente dentro de la zona disputada y negociar desde la posesión.




Antes del incidente

Disputa histórica: El conflicto territorial surgió a raíz de un estudio aerofotogramétrico realizado en 1947 por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, el cual reveló la presencia del cordón Mariano Moreno (descubierto en 1915) y trazó un mapa siguiendo la divisoria continental de aguas. Este estudio confirmó que el área pertenecía a la vertiente atlántica, ya que las aguas fluían hacia el río de las Vueltas, que desembocaba en el lago Viedma y de ahí al océano Atlántico.

A finales de 1949, la Gendarmería Argentina notificó a los colonos chilenos que habitaban la cuenca de la laguna que debían regularizar su situación ante el Estado argentino, indicándoles que se dirigieran a Río Gallegos para ello.

En 1953, el Instituto Geográfico Militar de Chile publicó un mapa provisional que, por primera vez, ubicaba la laguna del Desierto en territorio argentino. Este cambio se basaba en el estudio estadounidense de 1947, alineando el límite con la divisoria continental de aguas. Hasta entonces, los mapas chilenos seguían los criterios del laudo arbitral previo. Sin embargo, en 1956, Chile retiró ese mapa y en 1958 emitió una nueva versión que movía ligeramente el límite más al este, respecto a la posición de 1953.

Por su parte, Argentina siguió utilizando el mapa del demarcador británico hasta 1969, sin representar la existencia de la laguna. A partir de ese año, adoptó el mapa elaborado por los estadounidenses en 1947, el cual coincidía con el límite chileno de 1953.

Aumento de las tensiones:
A principios de la década de 1960, ambos países habían aumentado su presencia en el área en disputa. Argentina estableció un puesto de Gendarmería cerca del Lago del Desierto, mientras que Chile realizó patrullas en la región.


El incidente de 1965

Versión chilena

El incidente en Laguna del Desierto en octubre de 1965 comenzó cuando un colono chileno, Domingo Sepúlveda, informó a los Carabineros de Chile sobre la presencia de gendarmes argentinos en su casa, quienes lo habían amenazado y exigido que se presentara ante las autoridades argentinas por estar en territorio disputado. Esto llevó a una respuesta por parte del Prefecto de Coyhaique, quien junto a un grupo de carabineros, se trasladó a la zona en conflicto para investigar.


Sr. Sepúlveda, chileno ilegal que inició el incidente. Sus hijos todavía habitan suelo argentino.

Pese a la cautela de las fuerzas chilenas, la situación escaló cuando la prensa argentina acusó a los carabineros de haber invadido suelo argentino, provocando una reacción patriótica en Argentina. La tensión aumentó con incidentes como la captura y tiroteo contra el teniente chileno Manríquez y la muerte de Merino Correa. En paralelo, se produjo un incidente similar en el valle de California, lo que motivó una protesta diplomática de Chile.

A pesar de las tensiones, los presidentes de Chile y Argentina, Eduardo Frei Montalva y Arturo Illia, se reunieron en Mendoza el 30 de octubre de 1965, donde acordaron continuar con la comisión mixta para resolver las disputas fronterizas en un plazo de cinco años y discutir un arbitraje internacional para el problema del Canal Beagle, aunque este último acuerdo no se concretó. (Diario de Puerto Montt)

Existen otras versiones, típicamente manipuladas por fuentes chilenas, en las que aducen como versión argentina a dichos inventados por otras fuentes también de origen chileno (por ejemplo, Wikipedia). Al final de esta nota se encuentra el video con los protagonistas de la familia Sepúlveda, que todavía no entiendo por qué los dejaron seguir habitando suelo argentino, donde comentan como testigos presenciales el número de carabineros que fueron movilizados al lugar. El primer grupo eran 18 carabineros y luego 11 fueron llamados a retirarse por sus jefes quedando 7 en el retén. La versión de testigos presenciales es la que se tomará por válida, como corresponde a cualquier proceso de recolección de información (ver video debajo).




Hechos

Patrulla Chilena: En noviembre de 1965, una patrulla de Carabineros de Chile compuesta por 18 miembros ingresó al área en disputa cerca del Lago del Desierto. Su misión era afirmar la soberanía chilena sobre la región. Al poco tiempo reciben órdenes de replegarse la mayoría y quedan siete oficiales en el puesto Punta Norte del Lago.
Respuesta argentina: Los gendarmes argentinos en un número de poco más de 30 miembros se enfrentaron a la patrulla chilena, lo que resultó en un tenso enfrentamiento. Las tropas partieron desde ciudad de Buenos Aires en vuelo directo a la región donde desembarcaron a poco más de 30 km, caminando la distancia a pie y caballo. Se acercaron sigilosamente al retén. Los que inician el fuego son los chilenos antes el grito a viva voz de que se encontraban en territorio argentino. Ambos bandos estaban fuertemente armados y no estaban dispuestos a dar marcha atrás, al principio.
Choque: La situación se intensificó cuando estallaron los disparos. Durante la escaramuza, un carabinero chileno, el teniente Hernán Merino Correa, murió y varios otros fueron capturados y detenidos por las fuerzas argentinas con uno huyendo a todo galope. Este incidente marcó el pico del conflicto y provocó importantes tensiones diplomáticas entre las dos naciones.

Relato del incidente

Los reclamos y protestas diplomáticas no se dejarían de escuchar,  presumiéndose el aprestamiento de 500 carabineros chilenos del otro lado de la frontera, mientras que se dispone el envío de efectivos de la Gendarmería Nacional hacia Río Gallegos, que culminaría con ese fatídico sábado 6 de noviembre.

“Entréguense porque están rodeados. Esto es Gendarmería Nacional y están en Territorio Argentino”
, grita con fuerza a los carabineros chilenos el alférez Luis Quijano, un correntino que había elegido la Gendarmería como carrera y modo de vida.

La respuesta fue una descarga de fusil FAL
por parte del teniente Hernán Merino Correa que motivó la inmediata reacción de los gendarmes argentinos. Miguel de los Santos Garcilazco de 77 años quien entonces era gendarme y participó del enfrentamiento, recuerda vívidamente los acontecimientos, al ser entrevistado en vivo por “Ahora Calafate”.

“Llegamos a  Río Gallegos, transbordando en forma inmediata a otro avión con destino a la Estancia San José. Atravesamos el Río de Las Vueltas en una Moto niveladora con todo el equipo hasta la Estancia La Florida y desde allí a pie hasta el Puesto Arbilla.

Todo se realizó perfectamente sincronizado. Avanzamos en tres grupos de 12 hombres y un francotirador. Uno de estos auxiliares, a 70 metros observó mediante larga vista al Teniente de Carabineros que era el único que se encontraba parado dándonos la espalda. Ellos estaban confiadísimos habiendo dispuesto un nido de ametralladora. Entonces Quijano les grita que están en territorio argentino, que se entreguen porque están rodeados”.

Merino gira disparando el FAL, que por fortuna no estaba en ametralladora sino lo cortaba en dos a Quijano. Inmediatamente como respuesta recibe de tres a cuatro impactos, dos de ellos de FAL. El golpe de las balas es fortísimo y al recibir los disparos al unísono voló de tres a cuatro metros hacia atrás.”  Este testigo contempló la reacción del teniente, los impactos recibidos y su caída con nitidez dado que observó toda la escena a través de su catalejo.

El oficial chileno muerto

“Manrique fue herido cuando corrió a tomar la ametralladora  y uno de los carabineros que se encontraba más alejado montó a caballo y escapó. Luego nos acercamos los 30 eliminando cualquier posibilidad de reacción.”

Tanto el testimonio de Garcilazco, como el del comandante principal Quijano son fundamentales a la hora de recordar lo acontecido.  También se destaca el testimonio de Néstor Alberto Baró que en ese entonces con solo dieciocho años se encontraba a cargo de las comunicaciones, relatando paso a paso la operación al comando que se encontraba expectante en la Estancia La Florida, ratificando los dichos del Alférez Quijano. Asimismo, integró el grupo de avanzada para la recuperación de toda la zona hasta el límite internacional.

Los efectivos chilenos fueron conducidos a Río Gallegos en calidad de prisioneros, junto al sargento Manríquez que se encontraba herido y el cadáver del teniente Merino Correa.  Aquí permanecieron hasta el lunes 8 de noviembre, día en que fueron entregados a las autoridades chilenas. (Ahora Calafate, Diario Castellanos)

Relato chileno (una de tantas versiones)

El 06 de Noviembre de 1965, sucumbió en defensa de nuestra soberanía el Teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, quien fue asesinado por efectivos de la Gendarmería Argentina, mientras cumplía una misión de soberanía en el sector de Laguna del Desierto, Región de Aisén. Misión que fue asignada en respuesta a una denuncia realizada por un colono chileno, quien había sido conminado por gendarmería argentina para aclarar la inscripción de su propiedad ante las autoridades trasandinas, siendo que esta se encontraba en territorio chileno. Exigencias y presiones que tenían por finalidad que nuestros colonos hicieran abandono de sus tierras, para poner término a la presencia de chilenos en el sector.

Esta fue la razón principal por la cual fue enviada a la zona una patrulla de cinco carabineros, al mando del Mayor de Carabineros Miguel Torres; quienes cumpliendo con su misión institucional de defender nuestra soberanía se hicieron presentes en el lugar, en el cual instalaron una avanzada e izaron nuestro pabellón nacional. De forma permanente la avanzada chilena fue sobrevolada por aviones argentinos, lo que mantenía en permanente atentos al personal de Carabineros.

La alerta finalmente llego, cuando dos niños –hijos de colonos- informaron a Carabineros que habían visto agazapados en el bosque a efectivos argentinos que se acercaban lentamente al lugar. La unidad argentina estaba compuesta por alrededor de 90 efectivos, lo que dejaba una proporción de 18 a 1 en desmedro de la patrulla chilena.

Ante esta alerta, el Mayor Torres se internó en el bosque y a viva voz pidió hablar con el oficial argentino a cargo, indicándoles que no tenían intención de enfrentarse con ellos, a fin de buscar una salida pacífica a la situación. Al no recibir respuesta, el Mayor Torres siguió avanzando y en ese momento se le unieron el Sargento Manriquez y Teniente Merino, quien empuñando su fusil le dijo a Torres “Yo lo apoyo mi Mayor” y se puso detrás de él.

El Sargento Manriquez le gritó a los argentinos que podían salir, a fin de conversar, ya que ellos no tenían intención de disparar. Al momento de terminar con sus palabras, se escuchó una ráfaga de fusil, que rompió con el tenso silencio, la cual dio directo en el pecho del Teniente Merino. A continuación los argentinos comenzaron a disparar en grupo, con la finalidad de dar de baja en forma definitiva al personal de Carabineros. Los tiros alcanzaron al Sargento Manriquez, quien cayó herido. Mientras tanto el Teniente Merino agonizaba y moría minutos después. (FDRA-Historia)
Las diferencias son infantiles, completamente exageradas en las cifras: disminuye el número de chilenos de 7 a 5 y aumenta el número de argentinos de 36/7 a 90 (¡otros sitios araucanos llegan a 100!). Ahora los carabineros dicen que no querían abrir fuego. Por esta versión, el muerto chileno ha sido un blanco azaroso del encuentro pese a que, según el mismo relato, iba armado con un fusil detrás de un oficial que decía que no quería abrir fuego. Asimismo, los argentinos dispararon "a todo el grupo". De haber sido así, las bajas debieron haber sido muchas más. Ya dedicaremos un artículo completo a estas incongruencias chilenas.





Aspectos técnicos del incidente

El incidente del Lago del Desierto de 1965 proporciona varias ideas sobre la preparación y disposición para el combate de la patrulla de Carabineros de Chile cuando se enfrenta a un adversario. Aquí hay un análisis basado en los detalles disponibles del incidente:

Breve análisis de la preparación y disposición para el combate de Carabineros

Organización de la patrulla y claridad de la misión

El hecho de que Carabineros de Chile estuvieran realizando una patrulla en el área en disputa indica un nivel de preparación organizacional y una misión clara para afirmar la soberanía. Esto sugiere que la patrulla era parte de un esfuerzo planificado para mantener una presencia en regiones en disputa, lo que refleja la preparación estratégica del Carabineros de Chile (CC).

Liderazgo y comando

La presencia de un teniente al frente de la patrulla apunta a una jerarquía de mando estructurada dentro de Carabineros. El liderazgo en operaciones de unidades tan pequeñas es crucial para mantener la disciplina y ejecutar órdenes de manera efectiva, lo que indica que la patrulla estaba bajo un mando competente.
El jefe de sección de CC parapetó a sus hombres, por lo que comenta uno de los gendarmes testigos, con una ametralladora (esto no está confirmado, puede ser simplemente un fusil de asalto apuntando al camino de ingreso de la propiedad). La respuesta de la GNA también es acorde al número de la patrulla original de 18 hombres: Se envió el doble de agentes para detener a los invasores.

Armamento y equipo

El incidente que implicó un intercambio de disparos indica que CC estaban armados y preparados para posibles enfrentamientos. Los efectivos chilenos se hallaban parapetados, confiados de que armados resistirían cualquier intento argentino de desalojarlos. Los argentinos iban en función de desalojarlos pacíficamente pero respondieron a un fuego de agresión y vencieron en la escaramuza. La capacidad de participar en un tiroteo sugiere que estaban equipados para situaciones de combate, lo cual es un aspecto clave de la preparación.


Oficial herido es llevado por los gendarmes


Respuesta a la adversidad

A pesar de ser superados en número y, en última instancia, sufrir bajas y ser capturados, la patrulla de Carabineros se enfrentó a los gendarmes argentinos, demostrando su voluntad de mantenerse firme pero sólo hasta que se respondió con efectividad al fuego iniciado por ellos mismos. Una vez el fuego cayó sobre el oficial chileno, el resto de policía militarizada fue herida y se rindió inmediatamente. De hecho, uno huyó de la escena a caballo a todo galope demostrando poca hombría ante la adversidad.

Tácticas de entrenamiento y combate

El enfrentamiento y la consiguiente muerte del teniente Merino Correa pueden reflejar el nivel de entrenamiento táctico que habían recibido los Carabineros. Participar en un tiroteo en una zona remota y accidentada requiere no sólo coraje sino también perspicacia táctica. El incidente sugiere que los Carabineros fueron entrenados hasta cierto punto en tales tácticas, aunque el resultado también apunta a áreas potenciales donde su entrenamiento podría haber sido insuficiente contra un adversario preparado.

Preparación moral y psicológica

La decisión de patrullar y confrontar en una zona en disputa implica un alto nivel de preparación moral y psicológica entre Carabineros. Sus acciones parecían indicar que estaban psicológicamente preparados para enfrentar el peligro, lo cual es crucial para cualquier unidad militar o paramilitar. Sin embargo, apenas iniciado el enfrentamiento se redujeron al pánico total, atinando sólo a insultar y rendirse.



Lecciones e implicaciones 

Mejoras en la capacitación: El incidente puede resaltar la necesidad de una mejor capacitación en tácticas de participación y reducción de conflictos, particularmente en áreas sensibles o en disputa.
Equipo y apoyo: El resultado sugiere una posible necesidad de mejores equipos y apoyo logístico para las patrullas que operan en regiones remotas y en disputa.
Planificación Estratégica: Subraya la importancia de la planificación estratégica y la inteligencia para anticipar y prepararse para posibles enfrentamientos en territorios en disputa.
Relaciones Internacionales: El incidente demuestra el impacto de tales confrontaciones en las relaciones internacionales, enfatizando la necesidad de canales diplomáticos y mecanismos de resolución de conflictos para apoyar la preparación militar y evitar una escalada.

El incidente del Lago del Desierto revela que la patrulla de Carabineros de Chile exhibió varios elementos de preparación y disposición para el combate, incluida la estructura organizacional, el liderazgo, el armamento y la resiliencia psicológica. Sin embargo, también destaca los desafíos que enfrentaron y las áreas potenciales de mejora en capacitación, equipamiento y planificación estratégica. Este incidente sirve como un estudio de caso de las complejidades de mantener la soberanía y la seguridad en regiones en disputa y la importancia de una preparación integral de las fuerzas militares y paramilitares. Es evidente que hubo una falla de planificación por parte de las fuerzas chilenas que buscaron un conflicto pensando que no se iba a realizar, y cuando se realizó no atinaron una respuesta adecuada.


Uno de los FN FAL en posesión de los carabineros

¿Debieron luchar hasta el final los carabineros?

Decidir si "luchar hasta el final" o rendirse en una situación como el incidente del Lago del Desierto depende de una variedad de factores, incluidos los objetivos de la misión, la situación táctica e implicaciones estratégicas más amplias. A continuación se presentan consideraciones para ambas opciones en el contexto del incidente de 1965

Consideraciones para "luchar hasta el final"

Objetivo de la misión
Era probable que la misión de la patrulla de Carabineros afirmara la soberanía chilena sobre el área en disputa. Continuar luchando podría demostrar un firme compromiso con este objetivo, lo que podría disuadir futuras incursiones. Las tropas invasoras chilenas tenían preparada comida (ver fotos debajo) para quedarse muchos días y convertir esta charada en un hecho consumado.

Moral y Liderazgo
Era deber del jefe de sección infundir valor y tenacidad a sus hombres. Enfrentar las adversidades y luchar hasta el final puede reforzar la moral de la unidad y demostrar un liderazgo fuerte. Puede fomentar un sentido del deber y el honor dentro de las filas, reforzando la determinación de las fuerzas involucradas. Todo eso falló en este grupo humano.

Prestigio Nacional
Demostrar la voluntad de defender el territorio nacional a toda costa puede verse como un motivo de orgullo y prestigio nacional. Puede fortalecer la unidad nacional y resolver las disputas territoriales. Nuevamente, el peso de la bandera fue muy flaco para esta sección.

Consideraciones tácticas
Si la patrulla creía que tenía la oportunidad de repeler al adversario o mantener su posición hasta que llegaran refuerzos, la lucha podría verse como una opción viable. Aparentemente, los carabineros que se retiraron del lugar días previos, en un número estimado de 11, no volvieron más. No se entiende si preveían que con 7 oficiales sería suficiente o directamente se tomó al grupo de una prueba experimental de cómo reaccionarías las tropas argentinas.

Consideraciones para la rendición

Seguridad del personal
La consideración principal a favor de la rendición es la seguridad del personal. Evitar víctimas innecesarias, especialmente en una situación en la que la ventaja táctica no está a su favor, puede preservar vidas y evitar una mayor escalada.

Implicaciones estratégicas
Rendirse de manera controlada puede evitar que el incidente se convierta en un conflicto mayor. Permite una resolución diplomática y puede ser un enfoque pragmático para gestionar una situación tensa sin pérdidas significativas de vidas.

Tratamiento de prisioneros y diplomacia

La rendición puede facilitar las negociaciones y el trato humano de los prisioneros. Abre canales para el compromiso y la resolución diplomática, que pueden conducir a una solución pacífica de la disputa.

Evaluación de fuerza

Si la patrulla evaluaba que estaban significativamente superados en número o en armas, rendirse podría verse como la opción racional para evitar una resistencia inútil y una posible aniquilación. Aquí la rendición debe más bien analizarse como una situación emocional, dada las bajas producidos segundos apenas del combate (una mortal y otro herido de gravedad) que dispuso el cese total de la voluntad de lucha.

¿Puede decirnos algo de la voluntad de lucha de las tropas chilenas?
El incidente pareciera ser localmente focalizado y producto de decisiones individuales, difícilmente generalizable a toda la fuerza sin mencionar la generalización a todas las fuerzas armadas. En cualquier caso, lo directamente observado fue que un grupo pequeño pero ya asentado y parapetado con días de antelación
(standing the ground) falló en causar siquiera una baja al "enemigo" antes de rendirse completamente sufriendo bajas. Debe también destacarse que 13 años después, el general a cargo de la defensa de la región austral trasandina, un oficial de origen inglés comentó que "iría a la guerra solamente si era acompañado por los Carabineros", lo que cual ubica en frente Austral a los guardias fronterizos como mejor preparados que las tropas del ECh, probablemente siendo los primeros en recibir un embate potencial de tropas argentinas en avance.


Evaluación del Desempeño de la Gendarmería Argentina

  1. Control del Territorio: La Gendarmería Argentina (GNA), al momento del incidente, se realizó en 48 horas un enorme esfuerzo para desplegar tropas desde su asentamiento en Buenos Aires en transporte multimodal (dos tipos de aviones, camiones, caballos, a pie) sin detenciones hasta la zona de conflicto para acceder a la zona en conflicto en la zona del Lago del Desierto. Con el claro objetivo de restablecer la soberanía argentina en una región en disputa, al detectar la presencia de una patrulla de Carabineros de Chile en el área, realizó reconocimientos adecuados para realizar un acercamiento a las fuerzas invasoras completamente indetectados. Considerando que la presencia chilena violaba el control argentino sobre esa zona, se realizó una acción directa para detener este proceso. Esto muestra una disposición a mantener la presencia activa y el control del territorio por parte de la Gendarmería, incluso frente a la incertidumbre de la delimitación fronteriza.

  2. Respuesta en situación de confrontación: Durante el encuentro, se produjo un tiroteo entre ambos grupos, que resultó en la muerte de un carabinero chileno y la captura de otros. La respuesta de la Gendarmería se caracterizó por ser rápida y firme, lo cual puede ser interpretado como una muestra de determinación para enfrentar la presencia de fuerzas chilenas en lo que consideraban territorio argentino. Por otra parte, el uso de la fuerza fue en respuesta a una agresión de las fuerzas invasoras, lo que legitima aún más la conducta de GNA.

  3. Disciplina y cumplimiento de órdenes: El accionar de la Gendarmería durante el incidente fue acorde con las directrices de mantener el control y la soberanía en áreas disputadas, reflejando una actitud disciplinada ante una situación de confrontación. Los gendarmes actuaron conforme a las órdenes de patrullaje y defensa del territorio, cumpliendo su rol de primera línea en la protección de las fronteras, lo cual era especialmente relevante en una época en la que las disputas limítrofes entre Argentina y Chile estaban latentes. Es de destacar el enorme esfuerzo realizado, la gran profesionalidad de su accionar y el resultado completamente ventajoso para los intereses de Argentina.

  4. Resultado estratégico: El incidente del Lago del Desierto fue utilizado por Argentina como un argumento para reafirmar su posición sobre la soberanía de la zona, lo cual implicó un componente estratégico importante. La acción de la Gendarmería, al capturar a los carabineros y llevarlos a territorio argentino, reforzó momentáneamente la presencia argentina en la región y sirvió como una herramienta de presión en las negociaciones diplomáticas posteriores. Por otra parte, fue tomar el toro por las astas de un asunto que planteaba desarrollar una acción de hecho consumado, es decir tomar un territorio, para luego sentarse a negociar con ese territorio bajo ocupación. A largo plazo, la firmeza demostrada en el incidente fue valorada como un acto de defensa de la soberanía nacional por parte de la Argentina.

Conclusión

El desempeño de la Gendarmería Argentina en el incidente del Lago del Desierto puede ser evaluado como una actuación decidida y firme en la defensa del territorio considerado argentino. Su respuesta rápida y su disposición para enfrentar una patrulla extranjera en una zona disputada reflejaron un compromiso con las funciones de patrullaje y control fronterizo. Sin embargo, la decisión de recurrir al enfrentamiento armado implicó un riesgo de escalada diplomática, lo cual subraya las dificultades de actuar en zonas limítrofes sensibles. A pesar de las consecuencias negativas a nivel diplomático, la Gendarmería cumplió su rol de forma efectiva desde una perspectiva de control territorial y reafirmación de la soberanía.



Amarillismo en la prensa araucana

Dadas las circunstancias específicas del incidente del Lago del Desierto, rendirse puede haber sido la opción más racional. Priorizó la seguridad del personal, evitó una mayor escalada y permitió que continuaran los esfuerzos diplomáticos. Si bien luchar hasta el final puede verse como una demostración de determinación y coraje, los beneficios prácticos de rendirse en este contexto probablemente superaron el valor simbólico de una resistencia continua.



Secuelas

Consecuencias diplomáticas: La muerte del teniente Merino Correa y la captura de oficiales chilenos causaron indignación en Chile y aumentaron las tensiones entre los dos países. Ambas naciones aumentaron su presencia militar en la región y se temía una mayor escalada.
Esfuerzos diplomáticos: A pesar de las tensiones, tanto Argentina como Chile finalmente buscaron reducir la situación a través de canales diplomáticos. Se llevaron a cabo negociaciones de alto nivel y se hicieron esfuerzos para evitar nuevos enfrentamientos.
Homenaje a los héroes de Gendarmería Nacional Argentina: En Argentina, el lugar del enfrentamiento es homenajeado cada año con placas con los nombres de cada uno de los involucrados en la defensa del territorio. Es de especial interés recalcar que gracias a su conducta se evitó un hecho consumado como el que proponían los invasores chilenos. El grupo que realiza el homenaje se llama, precisamente, Grupo 6 de Noviembre, recordando la fecha en que se defendió la soberanía con fuego. Es muy emotivo y lo pueden ver debajo.
 
 
Homenaje al Teniente Merino Correa: En Chile, el Teniente Merino Correa se convirtió en héroe nacional y anualmente se conmemora su muerte.

Resolución a largo plazo

Arbitraje: La disputa continuó hirviendo hasta que fue llevada ante un tribunal de arbitraje internacional en 1994. La decisión del tribunal favoreció a Argentina, otorgando la mayor parte del área en disputa, incluido el Lago del Desierto, a Argentina.
Aceptación y paz: Chile aceptó el fallo del tribunal y el conflicto se resolvió oficialmente. Esta resolución ayudó a mejorar las relaciones bilaterales entre Argentina y Chile, sentando un precedente para la resolución pacífica de disputas territoriales a través del arbitraje internacional.

El incidente del Lago del Desierto de 1965 es significativo porque subraya la posibilidad de que las disputas fronterizas se conviertan en confrontaciones militares, incluso en áreas remotas y escasamente pobladas. También destaca la importancia de los esfuerzos diplomáticos y el arbitraje internacional para resolver pacíficamente tales conflictos. El incidente sigue siendo un conmovedor recordatorio de los desafíos y éxitos de las relaciones argentino-chilenas.

Finalmente, los incidentes fronterizos con bajas, si bien raros, existen con cierta periodicidad entre los vecinos sudamericanos como se observa en un par de ejemplos debajo.

Otros incidentes en Sudamérica

Aquí tienes dos incidentes fronterizos en Sudamérica que involucran enfrentamientos armados entre guardias fronterizos y que resultaron en bajas:

  1. Incidente entre Perú y Ecuador (1995) – Durante la Guerra del Cenepa, un conflicto armado entre Perú y Ecuador en la región fronteriza de la Cordillera del Cóndor. Las tensiones por la delimitación de la frontera entre ambos países resultaron en varios enfrentamientos armados. Las tropas fronterizas se enfrentaron en múltiples ocasiones, lo que provocó bajas en ambos bandos. Este conflicto se resolvió oficialmente en 1998 con la firma del Acuerdo de Paz de Brasilia.

  2. Incidente entre Colombia y Venezuela (2009) – En agosto de 2009, se registró un enfrentamiento entre fuerzas armadas de Colombia y Venezuela cerca de la frontera, en la región de La Guajira. Según informes, guardias venezolanos abrieron fuego contra un puesto colombiano, lo que resultó en la muerte de al menos dos soldados venezolanos y varios heridos. Este incidente elevó las tensiones diplomáticas entre ambos países.

Estos eventos subrayan cómo las tensiones en las fronteras pueden llevar a enfrentamientos armados, incluso en tiempos de relativa paz.



Colección de fotos de la acción de los Gendarmes Argentinos, desde su partida desde El Palomar hasta la derrota de las tropas chilenas

Fuente: Radio LRRF 442 FM Educativa




Señor Arbilla: Propietario de la Estancia "La Florida" - usurpada por ciudadanos chilenos primero y tropas del mismo origen después.




El operativo se inicia apenas enterados en Buenos Aires de la presencia extranjera en esa región de la Patagonia. Las tropas del Destacamento N°1 "Buenos Aires" es despachado desde el Aeropuerto Militar de "El Palomar" en diversos DC-3 de transporte a Río Gallegos. Desde allí, aviones más pequeños los trasladaron a la Estancia "La Florida", a unos 30km del lugar del conflicto. Aquí inicia la galería fotográfica del evento.

Destacamento N°1 "Buenos Aires" - Campo de Mayo


4 de noviembre de 1965. El comandante Sr. Marcelo Durval Barquet presenta la Fuerza de Tareas al Comandante Poggio acompañado al Primer Alférez Pierre.



El Jefe del Destacamento N°1 arenga a la tropa que viajará al sur argentina en la "Operación Laguna del Desierto" en defensa del territorio nacional.


Comienza el embarque en camiones del Ejército Argentino con rumbo al Aeropuerto Militar de "El Palomar"





Noten el casco suizo de las tropas de GNA.




Yo, acompañado de un Suboficial conductor de los camiones del Ejército nos embarcamos. Bajo mi brazo: mi bandera.












01 Noviembre 1965: Continúa el embarque del primer contingente





01 Noviembre 1965: Comandante Mayor Poggio, Comandante Prefecto González y Primer Alférez Pierre. Los pilotos marchas sus aeronaves. El Coronel Tomás Sánchez de Bustamante saludó al personal embarcado.




01 Noviembre 1965: Terminó el primer embarque. El Coronel Tomás Sánchez de Bustamante, el Primer Alférez Pierre, Comandante Prefecto González y el Comandante Mayor Poggio observan el despegue del primer contingente.






Los días 2, 3 y 4 se continuó el embarque de material de guerra y víveres con destino al sur argentino.




Recorrido de los vuelos hacia la zona del conflicto


Cuando llegaron camiones del Ejército, se trasladó todo el material de guerra y víveres desde la Estancia Canigó.




Así cruzaban los camiones el Río de la Vuelta.

 

04 Noviembre 1965_ Un gendarme adelantado en avanzada regresado informando haber detectado a Carabineros dentro del territorio - Estancia La Florida



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La aparición de un baqueano fue oportuna para recorrer los primeros caminos.

 


06 Noviembre 1965. Se comienza a preparar el avance hacia la zona de operaciones








El cruce del Río de la Vuelta o Eléctrico, constituía un verdadero calvario porque zigzagueaba por todo el valle.




El avance a la zona de operaciones se hacía dificultosa.





 

Trayecto desde Río Gallegos a Estancia "La Florida"

El primer aterrizaje en la Estancia "La Florida", en una rudimentaria pista reacondicionada por Ejército. A la izquierda Alférez Quijano.



06 Noviembre 1965. Alférez Quijano, periodista Landívar de la Revista Gente y el personal que integraba la avanzada, a las afueras de la laguna "El Cóndor".


Desplazamiento desde la Estancia "La Florida" hasta la zona del conflicto.

 

El Alférez Eduardo Martín avanza en proximidades de los Carabineros




El personal toma posiciones sobre el objetivo ocupado por Carabineros de Chile.






El sargento segundo Miguel Manrique Contreras yace herido.




El Suboficial Primero San Martín lee el cartel colocado por Carabineros. El cartel reza: "Carabineros de Chile
Retén Lago O'Higgins
Avanzada L. Desierto"





Lugar donde se guarecían los Carabinas, detrás de la casilla






Parte interior de la casilla. Alojamiento del Teniente y el Mayor.




Otro de los lugares donde dormían los Carabineros



Conforme lo acordado por los gobiernos, no habría Carabineros en la zona. En la mesa de la cocina quedaron más de 15 masas de pan. Nunca pensaron en abandonar la zona.







El Mayor Torres Fernández, abrumado, no cesaba de fumar.





Minutos después del enfrentamiento, el Mayor y el Cabo Menor, observan el movimiento de los gendarmes




El personal de Carabineros, ya abrigado, marcha a Laguna El Cóndor






Arriado el pabellón chileno con todo respeto, se preparó el traslado del Teniente fallecido, el herido y los prisioneros.





¡Victoria en Lago del Desierto!


En una camilla preparada con ramas comienza el traslado del suboficial de Carabineros herido.





El herido llegando a la Estancia La Florida.








Comandante General Justo - General Alzogaray - Comandante Mayor Abella - a su regreso a la zona de conflicto- Me presenté informando porque regresaba a la Estancia "La Florida".



¿Cómo fue afianzándose la presencia de GNA en la zona?






Primer telegrama:

ZCZC VPY241 TFQ750 016610
BAIRESF 45/41 22 1013 TF CONDICIONAL

COMANDANTE LUIS ALBERTO QUIJANO
PITAGORAS Y DA VINCI
VILLA DEL LAGO
VILLA CARLOS PAZ CBA/5156

ORGULLOSAS POR SER AMIGAS DE TAN ILUSTRE COMANDANTE QUE SUPO DEFENDER NUESTRAS FRONTERAS COMPARTIMOS TU INMENSA ALEGRIA Y AGRADECIENDOTELO RECIBE APRETADO ABRAZO DE "LAS SOLARIS"
MARIA MARTA, LULY Y ROXANA

COL VILLACARLOSPAZCBA/5156

22 OCT 1994

(Firma)

NNNN


Segundo telegrama:

64/10/22 0957
ZCZC VPY239 GGB851 347
GOYACTS 30 22 0950

COMANDANTE PPAL LUIS ALBERTO QUIJANO
PITAGORAS Y DA VINCI VILLA DEL LAGO
VILLA CARLOS PAZ CBA

COMPARTO TU EMOCIONADA ALEGRIA FELIZ FINALIZACION LITIGIO LAGUNA DESIERTO
ABRAZO GOYANO PEDRO ANTONIO CASSANI

COL

22 OCT 1994

(Firma)

NNNN



"También los saludos al Capitán Dizi, que tenga suerte y perdón por la renombradencia, solo un esto bajo otra nota.

Un abrazo al su amigo

Marcelo Solis Mezza
ALDO SOLIS MEZA
CAPITÁN - R.C. 7 CHAJARI
E. RIOS

¿? Tenemos 2 nuevos: Roxana, un 4 años y Jimena de 9 meses. ¿Y Uds.?

Abrazo para el mismo su ilustre amigo que llega hasta ti."



Chajarí, E. Dic. 15 - Nov. 65

Apreciado
D. Luis Alberto Quijano
Buenos Aires

Estimado amigo:

¿Cómo se podría imaginar siempre cuando oía o leía su aludido nombre, el ilustre nacional, unos pocos días atrás? He leído noticias de su misión, aún entre nuestros coterráneos, que han tenido poca o escasa acción en los acontecimientos. Por mi parte, lo felicito por su valiente actitud.

Nunca me imaginé que Ud. pasaría estas otras zonas, pues cuando nos separamos del 9 de Caballería, fui destinado a la frontera y siempre pensé que estaba por el Norte.

Al leer en el diario otra vez su nombre, mi inmediato pensamiento se lo notifiqué a mi señora; desde luego, ella siempre recuerda cuando fuimos vecinos en el Barrio Militar en Mercedes.

Y por mi intermedio, le hace llegar sus saludos para Ud. y su señora, y mi sincera felicitación por su digna actitud.

Aprovecho esta oportunidad para reiterarle mi inalterable amistad, haciéndole llegar...



SAN FRANCISCO, JULIO 14 DE 1.994.

AL SR. COMANDANTE PRINCIPAL
DE GENDARMERÍA NACIONAL
D. LUIS ALBERTO QUIJANO
VILLA CARLOS PAZ, CBA.

S______________, __________D

De mi mayor consideración.

Quiero en la presente expresarle de mi parte y de mis directivos el reconocimiento y gratitud a su valiosa y espontánea colaboración al conocimiento del suelo patrio y la problemática limítrofe argentino-chilena; pero especialmente deseo trasmitirle la profunda satisfacción de haber encontrado en su persona a un verdadero “soldado de la patria”.

Sr. Comandante: mi hijo Víctor Gabriel está cursando el cuarto año del Profesorado de Geografía y Ciencias Biológicas del Instituto “Inmaculada Concepción” de esta ciudad. Están muy interesados en el departamento de su asignatura en que Ud. expusiera en su colegio sobre el tema que fue objeto de su charla próxima pasada en esta localidad. Fijaron como fecha tentativa el miércoles diecisiete de agosto próximo a las dieciocho horas en el salón de actos del establecimiento.

Si Ud. está dispuesto a aceptar este “nuevo reto” en el terreno docente, esperan le confirme la fecha y le haga saber el monto estimativo para cubrir sus gastos.

Junto a esta nota le envío el importante material de apoyo que me dejara para fotocopiar.

Agradeciendo una vez más su gentil colaboración, aprovecho la oportunidad para saludarlo con la distinción que merece.

PROF. VÍCTOR J. FENOGLIO

P.D.: Rte.: PROF. FENOGLIO, Víctor José, Chubut 772, C.P. 2.400, Pcia. de Córdoba.



del último operativo.

Con paneo día y 1/2 - 80 hombres - 1/2 ración

05 Nov 65
Instalé Pto. Co. Guacho

  • Sgto. 1ro Cometí Mauricio
  • Sarg. Velázquez Luis
  • Cabo Iturita Ernesto
  • Cabo Contrera Leonardo
  • Cabo Oros Manuel
  • Cabo Fernández Julián
  • " " Fuentes José
  • " " Escoza Vicente
  • Teidón Fabián
  • Sarg. Enfermero López

06 Nov 65
Mesa raciones Pto. Co. Guacho

  • Cabo Florentín - Mj Q

Nota al pie:
"Hoja de cuaderno donde anoté la forma de repartir la escasa ración de pan y la primera instalación de un puesto de observación."