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sábado, 7 de junio de 2025

Libro: Extracto del libro "Hermano contra hermano" (Peter J. Bush)


Hermano contra hermano

por Peter J. Bush 


Hermano contra hermano es, probablemente, una historia paralela a la ficción histórica de Sudamérica, o también un retrato de lo que pudo pasar o podría llegar a pasar.

La obra puede ser considerada un techno-thriller lleno de descripciones tecnológicas, geográficas y, lo más importante, humanas e históricas.

Los personajes son verdaderos estereotipos sacados de los lugares mismos de la acción.

El libro mantiene buen ritmo y adrenalina, y permite al lector la pausa necesaria para la meditación y la imaginación.
 

 

Usurpación aérea

Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mí es la soledad infinita.

Albert Camus

Estancia La Ventosa, Tierra del Fuego

Era ya la tercera vez en el mes que don Luciano Sarastegui, encargado y dueño de la Estancia La Ventosa, ubicada a unos setenta y cinco kilómetros al noroeste de Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, se espantaba hasta la taquicardia por el increíble ruido de los Mirage Pantera chilenos, que rompían la barrera del sonido sobre su propiedad. “Otra vez los chilotes, tus compatriotas”, dijo don Luciano al joven mensual Diego Ibáñez, trabajador oriundo de Puerto Montt, Chile. “Sí, son los milicos, que no tienen nada que hacer aquí en el sur”, contestó Diego, mientras encerraba las ovejas en un corralón para que pasaran a resguardo la fría y ventosa noche.

Saliendo de la casa principal, apuradas y a los gritos, dos mujeres alcanzaron a ver dos puntos que se alejaban velozmente hacia el oeste. “Son los chilenos otra vez”, gritó Marisol Errondo, un poco asustada y también enojada por el espantoso estruendo, que en cierta manera tapaba el silbido del viento, que era un sonido respetuoso al oído de los fueguinos. Al mismo tiempo, miró ofuscada a su novio, Diego Ibáñez, que trabajaba a pocos metros de allí, y que parecía cargar sobre sus espaldas con toda la responsabilidad del asunto.

Las pasadas rasantes de los cazas chilenos no solo asustaban a los trabajadores en suelo argentino, sino que ya varias veces habían provocado que las ovejas aplastaran a un corderito recién nacido o que incluso rompieran el remendado cerco de madera del corral principal.

Además, esos juegos aéreos representaban una clara violación del espacio aéreo argentino.

Don Luciano esa vez se propuso llevar el tema a las autoridades de Río Grande. Primeramente, hablaría por teléfono con su amigo personal, el capitán de fragata Hugo Kempel, comandante de la BIM5 [1], brigada que estaba ubicada en esa zona. Ambos habían sido compañeros en el colegio Don Bosco de la Orden Salesiana de Río Grande.

A pesar de que Kempel había optado por las Fuerzas Armadas como carrera y vocación, su carácter se había rendido a los grises de la política más que al crudo campo de batalla. Kempel había peleado en Malvinas y había perdido allí a cinco de sus mejores amigos. Por su lado, don Luciano no dio tregua a su carácter decisivo y allí, en su estancia, alejado de los grises políticos, forjó un imparable deseo de trabajar y progresar, como si hubiera sido tallado por el incansable viento polar.

Para su desconcierto, Kempel le contestó que las pasadas de los Pantera chilenos eran rutinarios, y que el hecho había sido informado a Buenos Aires meses atrás. Las autoridades argentinas habían estado siguiendo esos vuelos ilegales a través de la estación de radar en el aeropuerto de Río Grande, y más precisamente mediante el nuevo sistema chino de detección de vuelos rasantes, YLC-6 [2], comprado a China un año atrás. El sistema había sido trasladado a Tierra del Fuego por la Fuerza Aérea, ante el pedido del mismísimo Kempel. La idea era compilar pruebas suficientes para que Buenos Aires tuviera peso en su potencial pedido diplomático a Santiago. “¡Pero, che! ¿Qué están esperando entonces? ¿Que nos tiren bombas?”, dijo don Luciano a Kempel, quien, con la cabeza baja, contestó: “Perdóname, Colorado, tengo las manos atadas, aunque no lo creas”. “Muy bien, llevaré esto a la prensa yo mismo, ¡no puede ser! Estos chilotes ya me mataron dos corderitos y me rompieron un corral, ¿y todo para qué? Para que esos pendejos de la Fuerza Aérea se sientan más viriles…”, replicó don Luciano.

Pantera

A la mañana siguiente, el viento hacía saltar las dos aeronaves como si fuesen por un camino de tierra. Vistos desde arriba, el gris hacía que los Pantera se confundieran completamente con el paisaje casi incoloro de la parte norte del Tierra del Fuego. “Rojo Bravo a Rojo Charlie, iniciando vuelo rasante y mach, ¿me sigue?”, dijo el alférez Pérez a su compañero, el Chelito Yáñez, que lo seguía solo dos mil metros atrás. “Afirmativo”, confirmó Yáñez.

El viento polar soplaba del sudeste a unos ochenta kilómetros por hora, exactamente en el sentido opuesto donde se ubicaba la puerta principal del chalet de don Luciano.

Estancia La Ventosa, Tierra del Fuego

Como todas las mañanas, don Luciano abrió la puerta a las cuatro y cuarto, cargando esta vez envases de vidrio vacíos, que esperaba llevar a Río Grande esa tarde. Simplemente, no los vio venir; los dos Pantera volaban a más de Mach 1,2 y venían del noroeste. La explosión de sonido provocó que el gaucho tirara todas las botellas al piso de cemento de su galería, además de hacer reventar literalmente el vidrio principal del ventanal. Era habitual que el viento entrara y saliera apresurado como un ladrón, pero esta vez lo hacía como dueño de casa. Segundos después, los gritos de reproche de su mujer acabaron con su paciencia. Ahora sí hablaría con la prensa.

Dos días después, cuatro periodistas, dos internacionales, uno de un diario local y otro del diario Clarín, llegaron a La Ventosa en un descolorido Land Rover.

Luis Trucco, periodista del medio porteño, fue el que sufrió la bienvenida patagónica. Al abrir distraídamente la puerta del vehículo y mirar a don Luciano con la intención de saludarlo, fue duramente golpeado por la puerta, que se bamboleó como si fuera de papel. “¡Cuidado con la puerta!”, dijo tardíamente don Luciano. Luis había sufrido las consecuencias de las famosas ráfagas patagónicas.

Un cordero asado a la manera local y un buen vino tinto sirvieron para contrarrestar la no muy amigable bienvenida del viento incesante. Aquella noche, los periodistas durmieron gracias al vino y al cordero, pero fueron despertados por el zumbido y los crujidos producidos por el viento, que nunca dormía en aquellas latitudes.

Como todas las noches, en un galpón lleno de fardos, semilla y herramientas de trabajo, a unos cincuenta metros de la casa principal de donde dormían los patrones y los periodistas invitados, Diego y Marisol se juntaron amorosamente a matear, mirar el cielo y a simplemente hablar de la vida en común que estaban planeando.

Medios

El documental fue grabado y editado en pocos días. Canal 9 puso por primera vez los hechos en el aire, seguido por CNN y Al Jazeera, todo esto ante la sorpresa del Gobierno argentino. Un titular de tono amarillista en Clarín decía: “Se despierta un viejo conflicto con Chile”. La noticia del diario de tirada nacional, además, publicaba la historia completa de don Luciano, e incluía fotos y un informe acabado de la modernísima base aérea de la Fuerza Aérea chilena en Punta Arenas.

La Cancillería argentina no tuvo otra opción que la de enviar un comunicado oficial a la República de Chile, que decía así: “El Gobierno argentino solicita a la hermana República de Chile que cese vuelos violatorios de la soberanía argentina sobre el espacio aéreo de la Isla de Tierra del Fuego. Nuestro pedido se basa en pruebas fehacientes, y esperamos el Gobierno chileno actúe de conformidad”.

Horas después, el Gobierno transandino contestó con celeridad informando que se tomarían “todas las medidas necesarias”.



Estancia La Ventosa, Tierra del Fuego

Dos días después, don Luciano llamó de nuevo a su amigo Kempel. “Los vuelos no han cesado, Hugo, ¿qué hacemos?”. Esta vez, dos Pantera y un F-16 habían volado rápido y más bajo que nunca.

Relaciones Exteriores

El segundo mensaje de la Cancillería argentina, con copia a las Naciones Unidas, no tardó más de cinco horas en llegar. Corto, simple y directo: “Referencia: Mirage Pantera volando sobre suelo argentino. Ante la evidencia y queja formal interpuesta días atrás al Gobierno chileno y la falta de acción de su parte, el Gobierno argentino se reserva el derecho de defender su soberanía ejerciendo los medios necesarios para ese fin”.

Estancia La Ventosa, Tierra del Fuego

Dos horas después, una vieja pero fiel camioneta Ford F 150 gasolera perteneciente a la Infantería de Marina argentina, llegó a los saltos por el intransitable camino de ripio hacia La Ventosa. El vehículo transportaba a seis infantes de marina, visores infrarrojos, equipos de comunicaciones y dos lanzadores de misiles antiaéreos portátiles de fabricación rusa (SAM -24) [3] .

En otro encuentro nocturno entre Marisol y el chileno Diego Ibáñez, la presencia de soldados argentinos había desatado una controversia de carácter hasta natural entre los dos enamorados. “¿Para qué más milicos? Pucha, ¿qué hacen estos milicos aquí?”, dijo alterado Diego. Marisol, quien se hallaba recostada junto a él sobre una manta en una parva de fardos, contestó con amor: “Chilenito, estamos en Argentina, es mejor que haya soldados argentinos y no chilenos. Hoy también te quejaste cuando viste volar a los aviones de tus compatriotas. Es solo un poco más de lo mismo”.

Un silencio interrumpido solo por el viento constante y una sonrisa de Diego pareció contestar todo. “Diego, ¿qué pasaría si hubiese una guerra? ¿Qué sería de nosotros?”, dijo Marisol. “No sé, Mari, no sé, sería terrible. Yo tengo hermanos en la base Chabunco”, contestó apesadumbrado Diego Ibáñez.

El silencio volvió y las estrellas, que anunciaban helada, terminaron de separar a los enamorados, al menos por otra noche.

Un día después, a media mañana, los infantes de marina, ya parapetados y cubiertos con una red de camuflaje, tuvieron que cortar la mateada, que los mantenía despiertos y calientes. La radio del capitán Girado abrió el juego: “Alerta. Alerta. Chino informa. Dos pájaros NO [4]. Tiempo: cinco minutos”. Girado, inmediatamente, ordenó: “Preparen fuego”.

Pantera

La soberbia e inflada confianza de los pilotos chilenos fue su peor enemigo, quizás Yáñez y su compañero habían visto y ahora estaban encarnando en sus propias fantasías la película Top Gun, donde Tom Cruise personifica a un rebelde y un poco desprolijo piloto de un caza F-14 Tomcat durante la Guerra Fría.

El Pantera 2 alcanzó a ver uno de los fogonazos provocados por el lanzamiento del pequeño misil. A pesar de ello, no estuvo seguro de su origen y causa. La verdad era que nunca se hubiera imaginado que los argentinos abrirían fuego con armas antiaéreas. Los misiles Grinch [5] no dejaban estela de humo una vez lanzados, eran muy difíciles de detectar a simple vista.

La duda de un piloto en vuelo, por mínima que fuera para un hombre en tierra firme, significaba una muerte segura en el siempre indómito reino del aire. Los tiempos de reacción para un piloto de guerra son cien veces más rápidos que los de un terrestre común.

La aeronave perseguida viró bruscamente a la izquierda, y justo cuando estaba por tirar un señuelo de calor, el misil de origen ruso explotó y envió esquirlas a su aleta de cola. El Pantera se alejó herido y dubitativo. Vibraciones, otro giro para la izquierda y un último giro para la derecha condenaron a aquel caza diseñado por Francia durante los años cincuenta. A pesar de todo, el piloto alcanzó a eyectarse en territorio chileno.

Solo el orgullo de mármol del escuadrón, puro y blanco pero estancado, había sido tocado. El paracaídas del piloto derribado aterrizó sin problema cerca de las aguas heladas del Estrecho de Magallanes. Los vientos, indomables para cualquier soldado, sin importar su nacionalidad, habían empujado peligrosamente más de veinte kilómetros cerca de las aguas del estrecho, al joven piloto de la FACh. Yáñez, ya recuperado, cruzó la frontera rengueando y fue recuperado veinte minutos después por un helicóptero de rescate de su base de origen.

Base Chabunco, Punta Arenas

Al recibir la noticia del destino del piloto Yáñez, el comandante Raúl Miralles, jefe de la Base Aérea Chabunco, en Punta Arenas, puso a todo su destacamento en alerta máxima. El radar fue potencializado, lo que aumentó su alcance de detección al máximo, los sistemas antiaéreos fueron activados e inmediatamente unos cuatro F-16 y seis Pantera volaron como avispas alrededor de un panal, pero esta vez, siempre sobre territorio chileno.

Menos de una hora después, el comandante de la base chilena recibió una llamada directa del presidente Barros Gómez, quien le pedía explicaciones y calma. Miralles, ya en su despacho y a solas, tomándose la cabeza como queriendo agarrar su resentimiento, su orgullo y su venganza, se dijo: “Estos argentinos culeados me van a pagar hasta la última monea”.

Relaciones Exteriores

Veinticuatro horas después, un comunicado oficial chileno sentenció: “El ataque argentino a una aeronave chilena que volaba sobre territorio chileno constituyó una clara violación a las normas del Derecho Internacional”.

Cuarenta y cinco minutos después, su contraparte argentino respondió: “El hecho ocurrió sobre territorio nacional argentino y, asimismo, constituyó un acto de defensa ante las reiteradas intromisiones de la FACh en el espacio aéreo argentino. La Nación Argentina acompaña en su dolor al piloto derribado y a su familia, esperando que estos hechos no se vuelvan a repetir”. La realidad era que el Gobierno argentino desconocía el paradero del piloto.

La Cancillería argentina mandó documentos y evidencia a las Naciones Unidas y a la OEA [6]. En el mismo sentido, envío documentos, pruebas y demás evidencias a varios medios periodísticos internacionales. La SIDE [7] alcanzó incluso a subir un video en YouTube sobre los hechos, que fue publicado en varias versiones: español, inglés, árabe, chino e Hindú. Una obra maestra de inteligencia y gestión de información, en la que, en pocos minutos, la República de Chile fue pintada globalmente como un agresor indomable.

La segunda Guerra del Pacífico

Está prohibido matar, por lo tanto, todos los asesinos serán castigados, a no ser que maten muchos al son de las trompetas.

Voltaire

Entorno

Los ejércitos boliviano y peruano ya tenían estacionadas unas ocho mil tropas desde Iquique hasta la Cordillera. La coalición peruano-boliviana había creado una larga línea de defensa de trincheras desde el Pacífico hacia la Cordillera, compuestas de campos minados, pequeños pelotones antitanque y con morteros como primera línea defensiva. Tras la primera línea, se hallaban dos brigadas móviles mecanizadas, conformadas por tanques peruanos T55, blindados BRDM y tanques bolivianos Scorpion.

Arica, más al norte, mucho menos expuesta al esperado contraataque chileno, se encontraba calma y controlada por el ejército del general peruano Oribe Urdillera. Las poblaciones de ambas ciudades se hallaban en orden y bien vigiladas por las tropas extranjeras, el único problema habían sido los abusos a mujeres por parte de los ocupantes de Iquique. Esta cuestión incrementó el resentimiento del pueblo chileno y su ejército, que, a través de los medios, pedía la cabeza de los culpables. El alto mando peruano ejecutó a dos imputados, un cabo y un teniente, en la plaza principal de Iquique. Esto pareció calmar los ánimos, al menos por un tiempo.

El combate aéreo en los cielos del norte era parejo. Hasta el momento, la FACh había perdido dos F-5 y dos F-16, mientras que la FAP había perdido solo dos MIG-29 [8]. Ninguna nación había obtenido todavía el dominio total de los cielos.

La visita de la presidenta argentina a Brasil sorprendió a todos, lo mismo que su comunicado, esta vez redactado conjuntamente entre varias naciones, que una vez más fue enviado con copia a la prensa mundial, a las Naciones Unidas y a la OEA. El público conoció el contenido de la estrategia de paz, promovida principalmente por Argentina y Brasil, una vez que la presidenta Kugler aterrizó en el aeroparque metropolitano en una noche de invierno lluviosa y con mucho viento.

Los pocos periodistas que salieron a la pista se fueron totalmente sorprendidos por la declaración y, también, mojados por el terrible aguacero. Varios gobiernos americanos habían condenado el ataque peruano-boliviano a Chile, además de insistir en el cese de acciones ofensivas chilenas a la Argentina.

Los Estados Unidos y algunos países europeos, todavía muy focalizados en la potencial crisis nuclear entre Israel e Irán, volvieron su mirada al Sur, al observar la expansión del conflicto. Su accionar quedó en la nada al ver como los países latinoamericanos y otras naciones ya habían tomado las riendas del asunto.

El comunicado conjunto, firmado por la presidenta Kugler y los presidentes de Brasil, Uruguay y Paraguay, decía: “La República Argentina, la República Federativa del Brasil, la República Oriental del Uruguay y la República del Paraguay condenan el ataque peruano-boliviano a tierras chilenas. Asimismo, se insiste en que la República de Chile deje la guerra ofensiva en contra de la República Argentina. A efectos de ejercitar nuestras voluntades unidas, nuestras naciones crearán un bloqueo aéreo militar a toda aeronave militar peruana o boliviana que vuele más allá del sur del paralelo 20. Para esto, se establecerá una base aérea en la ciudad de Jujuy, donde operarán aviones brasileros y de otras naciones, con apoyo argentino desde tierra”.

El bloqueo aéreo de la “alianza” terminó por restringir casi por completo los choques aéreos entre la FAP y la FACh. La Fuerza Aérea brasilera envió a Jujuy doce de sus recientemente adquiridos cazas Rafale y dos aviones de reabastecimiento KC-135, además de aviones de alerta temprana Embraer y unos trescientos paracaidistas. Los uruguayos enviaron ocho aviones de ataque a tierra Pucará IA58, y, finalmente, la FAA envió una brigada aerotransportada con equipo completo e instaló sistemas modernos de radares móviles y misiles Halcón 2 y SAM-11 para la defensa de la base.

Lo que aún sorprendió más a todos fue que Australia y China también enviaron apoyo aéreo, a fin de defender sus intereses mineros en el norte de Chile y de la Argentina. El aeropuerto de El Cadillal estaba atosigado de tropas y aeronaves, entre ellos seis cazas Hornet F-18 y un avión de alerta temprana Wedgetail [9] australianos y seis interceptores Shenyang J-11 chinos.

A partir de ese momento, dos aviones “radar” volaban en línea recta entre el Pacífico y el pueblo de Rinconada, en Jujuy. Cada avión de alerta temprano iba acompañado por tres interceptores de primera línea.

En el Pacífico la cuestión era totalmente distinta, como repitiendo la sangrienta Guerra del Pacífico, al final de 1800. Ambas Marinas, la chilena y la peruana, parecían guiadas a una confrontación indefectible por los héroes ya muertos, que hablaban desde los libros de historia a los tripulantes actuales de los buques de guerra.

Disfrazado de submarino

El primer buque chileno en llegar a la altura de Iquique fue el submarino tipo Scorpene, SS24 Manuel Rodríguez, que, tal como el nombre del héroe escurridizo indicaba, llevó a cabo el primer golpe salvaje a la Armada peruana.

Durante la Independencia chilena, Manuel Rodríguez fue un héroe distinto no solo por ser pujante, sino por ser activista en contra de la Corona hispánica, pero, más aún, se caracterizó por aparecer siempre en situaciones disímiles y usualmente utilizando disfraces para acrecentar el nivel de sorpresa en el enemigo. Cuenta la historia que, alguna vez, durante la época de la lucha por la Independencia, llegó incluso a presentarse disfrazado de mendigo frente su perseguidor, el mismísimo gobernador español Marcó del Pont.

 

BAP Crucero Almirante Grau

El viejo BAP Almirante Grau, buque estandarte de la marina peruana, se dirigía de vuelta a su base en El Callao, Perú, junto con una fuerte escolta compuesta por tres fragatas tipo Lupo: la BAP Montero, la BAP Carvajal y la BAP Villavicencio. Del mismo modo, aviones antisubmarinos patrullaban el área en búsqueda de navíos y sumergibles enemigos. El convoy navegaba demasiado cerca de la costa y bastante rápido, a unos veinticinco nudos. Ciertamente, cerca de la costa, el ruido de las rompientes y la menor profundidad daban menos chances para el ataque de un submarino. Además, la geografía costera también creaba imágenes falsas para los misiles antibuque disparados por los chilenos contra los buques de la BAP.

Disfrazado de submarino 2

Sin embargo, estas estrategias disuasivas no hicieron mella en el submarino chileno SS24 Manuel Rodríguez, que navegaba silenciosamente a unos quince kilómetros al oeste del convoy y a unos ciento veinte metros de profundidad.

Media hora antes, un avión CASA C-295 de la Armada chilena había detectado y comunicado la presencia del convoy peruano al submarino chileno, que se aproximaba como un depredador letal y sediento de sangre hacia sus presas.


Ya bajo el Pacífico azul, el capitán de fragata Javier Prat, descendiente directo del legendario capitán Prat, héroe de la Guerra del Pacífico, ordenó: “Profundidad de periscopio: veinte nudos. Carguen tubos uno a seis con torpedos. Preparen para disparar”. Minutos después, el sonar pasivo submarino terminó de dar una clara solución de ataque para sus cuatro blancos. Segundos después, seis torpedos Blackshark corrían apresurados a unos cincuenta metros de profundidad, a efectos de ser detectados lo más tarde posible por sonares de los buques peruanos.

Cuando los sonares de los buques peruanos detectaron a los letales torpedos, las armas chilenas aceleraron a unos cuarenta y siete nudos, lo que hizo imposible el escape. Para complicar las cosas, los buques peruanos tenían a su derecha la rocosa y traicionera costa chilena, por lo tanto, su capacidad de maniobra era muy limitada. Por desesperación, se tiraron señuelos de acústicos, que no hicieron mella en las decisiones de la fría computadora de los torpedos atacantes.

Los impactos fueron sordos y brutales.

BAP Crucero Almirante Grau

El comandante del Grau, almirante Farfán Suárez, era un enamorado del mar, de su Marina y también de su historia. Si bien era todo un sonador, conocía perfectamente la mayor debilidad de su nave estandarte: su gran tamaño y su alta silueta eran dos características que la volvían demasiado vulnerable para la guerra moderna. 

Dentro en el espacioso puente del Grau, con su uniforme impecable, el almirante barría el horizonte con un par de binoculares. Cuando su nave de comando recibió el primer impacto con una fuerza equivalente a doscientos cincuenta kilogramos de TNT, Farfán Suárez golpeó su cabeza contra una mampara y perdió el conocimiento, quizás para seguir con sus sueños de una historia que él no había podido cambiar.

El Grau y la Montero recibieron dos torpedazos cada uno, otro torpedo pegó en la popa del BAP Carvajal. El último de los seis torpedos lanzados por el SS24 Manuel Rodríguez se estrelló en la roquería, donde finalmente terminó por encallar la fragata BAP Villavicencio, que navegaba a demasiada velocidad tratando de esquivar el ataque, dada la presencia de filosos arrecifes de roca.

Ahora el humo blanco lo cubría todo. Avalentonado y aprovechando la confusión, el SS24 Manuel Rodríguez volvió a lanzar, esta vez cinco misiles Harpoon, antes de sumergirse hacia el sudoeste a unos ciento setenta metros de profundidad.

El resultado fue de pérdida total. El colosal Grau y las tres fragatas fueron completamente destruidos. La mitad deformada del buque estandarte peruano, increíblemente, todavía salía del agua, puesto que no había alcanzado a hundirse, debido a la poca profundidad de la costa. Unos doscientos treinta y tres marineros peruanos habían muerto. A pesar de las pérdidas humanas, siempre invaluables, este número fue bajo, gracias a Dios y a que los buques peruanos se hallaban muy cerca de la costa.

SS24 Manuel Rodríguez en huida

Ahora la cabeza del SS24 Manuel Rodríguez pendía de un hilo. Aviones navales y buques peruanos habían comenzado la caza con odio e intensidad. En las siguientes dos horas, el submarino peruano BAP Huáscar [10] detectó al Manuel Rodríguez en rápida huida, e intentó un fallido ataque con torpedos filoguiados. Según los primeros informes recibidos, ambos submarinos habían disparado torpedos recíprocamente. Por suerte para todos, los torpedos del submarino peruano fueron hábilmente esquivados por el siempre aceitoso y huidizo hombre del SS24 Manuel Rodríguez. Por otro lado, como dos de los novísimos torpedos Blackshark no funcionaron, el BAP Huáscar resultó indemne.

Entorno

La suerte de los peruanos siguió todavía en picada. En un ataque clandestino y magistral, hombres del grupo de comando Lautaro atacaron y hundieron con minas al gigante buque BAP Mollendo, que se hallaba en el puerto de Iquique. Y por si esto fuera poco, Ecuador inició un ataque con tropas y helicópteros en la Cordillera del Cóndor, territorio aún en disputa con el Perú.

A raíz de estos últimos hechos, la alianza sudamericana por la paz incrementó su cantidad de miembros. En este caso, fueron Venezuela y Brasil los que crearon una zona de bloqueo aéreo sobre el área en disputa entre Perú y Ecuador. El presidente Tévez de Venezuela, siempre militarista y orgulloso de sus fuerzas armadas, envió diez modernísimos cazas SU-33, que se sumaron a los aviones brasileros y a las tropas mexicanas que fueron enviadas a la zona de conflicto.


Más al sur, a la altura de Antofagasta, el ejército chileno se preparaba para contragolpear en dos frentes, uno claramente hacia Iquique y otro hacia la cordillera norte, para cortar la llegada de tropas bolivianas.



[1] Brigada de Infantería de Marina 5 compuesta por setecientos infantes de marina, equipada con doce vehículos AML Panhard, cinco anfibios blindados SAGIAE ERC 60-20 (mortero de 60 mm y cañón de tiro rápido de 20 mm), seis tanques livianos anfibios PT71 105 mm Nutria, doce aviones de ataque Pucará IA58, dos helicópteros Huey 2, obuses livianos LG-1, SAM-24 antiaéreos y antitanques Spike.

[2] Argentina había comprado a China cuatro radares de este tipo, capaces de detectar, a ciento cincuenta kilómetros de distancia, aeronaves que volaran muy bajo.

[3] Misil portátil antiaéreo de detección infrarrojo de origen ruso, con un alcance de seis kilómetros.

[4] Noroeste.

[5] Nombre atribuido por la OTAN al sistema de misiles antiaéreos SAM-24.

[6] Organización de Estados Americanos.

[7] Secretaría de Inteligencia del Estado Argentino.

[8] La FAP operaba 32 MIG-29P Fulcrum.

[9] Avión Boeing 737 de alerta temprana y control aéreo operado por la RAAF (Royal Australian Air Force).

[10] El Huáscar era uno de los submarinos tipo Kilo operado por Perú.



Libro Hermano contra hermano - Una Guerra Evitable

Formato: 21 x 15 cm x 210 Págs.
Autor: Peter J. Bush
Reseña: ´Novela. Hermano contra hermano es, probablemente, una historia paralela a la historia real de Sudamérica, o también un retrato de lo que pasó o puede pasar. Esta obra puede ser considerada un techno-thriller lleno de descripciones tecnológicas, geográficas y, lo más importante, humanas e históricas. Los personajes son verdaderos estereotipos sacados de los lugares mismos de la acción. Odios históricos se unen con una pequeña escaramuza fronteriza que juntos, gatillan una serie de conflictos a nivel continental, que ponen en vilo a una realidad historia común: Lenguaje, religión y cultura. El libro mantiene buen ritmo y adrenalina, y permite al lector la pausa necesaria para la meditación y la imaginación. Las tensiones Peru - Chile - Bolivia - Argentina llevadas al extremo!


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miércoles, 28 de agosto de 2024

Guerra del Chaco: Alcaraz participa en el primer combate aéreo de Sudamérica

Guerra del Chaco: Primer combate aéreo de Sudamérica





El primer combate aéreo con derribo registrado en América del Sur ocurrió durante la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay. Este conflicto tuvo lugar entre 1932 y 1935 y fue el escenario del primer derribo aéreo confirmado en el continente.

El 4 de diciembre de 1932, un avión paraguayo, un Potez 25 pilotado por el teniente paraguayo Vicente Alcaraz, derribó un avión boliviano, un Curtiss-Wright Osprey. Este enfrentamiento se considera el primer combate aéreo con derribo en la historia de América del Sur.

La Guerra del Chaco fue un conflicto que implicó el uso significativo de aviones para misiones de reconocimiento, bombardeo y combate aéreo, lo que marcó un hito en la evolución de la guerra en la región.

martes, 28 de marzo de 2023

La Guerra del Chaco y sus armas

La guerra del Chaco

por Jean Huon || Small Arms Review






La historia militar es un tema fascinante, particularmente la historia de "guerras olvidadas" como la Guerra de los Bóers o la Guerra Civil Española. Veamos hoy la Guerra del Chaco.

Pero ¿dónde está el Chaco? La palabra Chaco significa caza en lengua quechua (hablada en Perú). Indica a la vez una provincia ubicada en el norte de Argentina y también un vasto territorio árido y afligido, que está en la meseta andina que limita con Bolivia al sur y Paraguay al norte. Limita al Este con Brasil y al Oeste con Argentina.


Cuando los países latinoamericanos, independientes desde hacía sólo unas pocas décadas, habían buscado afirmar su autoridad, los conflictos fronterizos no eran raros. Los estados costeros del desierto del Gran Chaco entablaron hostilidades entre 1865 y 1870: una coalición formada por Argentina, Brasil y Uruguay entró en guerra contra Paraguay, que fue derrotado por completo.

Aprovechando las circunstancias, Bolivia también afirmó su autoridad sobre la región. Pero qué es el Chaco sino un desierto hostil y deshabitado, sometido a condiciones climáticas infernales. Además, luego de la “Guerra del Salitre” con Chile en 1884, Bolivia perdió una provincia del Sur que le daba acceso al Océano Pacífico. Bolivia buscó entonces poder apropiarse tanto del Río Pilcomayo, luego del Río Paraguay, que convergen hacia el Río de Paraná para unirse al Atlántico, ¡lo cual no fue del gusto del gobierno de Asunción!



En consecuencia, los incidentes fronterizos fueron frecuentes entre los dos países. Pero una guerra civil golpeó a Paraguay en 1922. Beneficiándose de este respiro, Bolivia construyó una línea de fuertes para afirmar su presencia en el Gran Chaco, cuyos recursos seguían siendo limitados. Hasta el día en que… se anunció que podía haber petróleo en la región.

1927 y 1928 son recordados por enfrentamientos entre las tropas de los dos países, tanto que se hizo necesaria una comisión internacional; comprometiendo a varios estados en nombre de la Sociedad de Naciones, para que volviera la paz.

Pero en una región donde no hay caminos y poca agua, la vida e incluso la supervivencia son difíciles. Las hostilidades comenzaron en junio de 1932, ambos querían tener el control del lago Pitiantuta y construyeron a su vez el Fuerte Carlos Antonio López, que defiende la zona. De hecho, el fuerte consta de nada más que unas chozas de troncos reforzadas con relleno y defendidas por un foso. En consecuencia, el conflicto se intensificó y fracasó un intento de mediación internacional. Cada uno de los dos países envió fuerzas cada vez mayores. De un simple conflicto fronterizo se pasa a una verdadera guerra, utilizando infantería, artillería, tanques y aviones. Los beligerantes intentaron entonces tomar los fuertes construidos por el enemigo, en particular los de Corrales, Toledo y Boquerón, que fueron tomados por Bolivia.

Cada uno de los dos países se apoya en armamento de estados que deseaban la victoria de sus aliados, con la esperanza de sacar alguna ventaja política de ello. Así, en el momento del conflicto, se vio el despliegue de material procedente de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Suiza. Una participación verdaderamente general en el conflicto...

En septiembre de 1932, Paraguay lanzó una ofensiva y sitió Boquerón. La posición estaba firmemente defendida por Bolivia, que tenía allí una guarnición de más de 700 hombres fuertemente armados con 27 ametralladoras ligeras, 13 ametralladoras, dos cañones Schneider de 75 mm, un cañón de montaña Krupp del mismo calibre y dos cañones Oerlikon de 20 mm.

Los soldados paraguayos cavaron trincheras y sitiaron la posición. Los refuerzos bolivianos logran penetrar hasta el fuerte, pero no logran escapar. Por su parte, los paraguayos bombardearon sistemáticamente la posición desfavorable. Llevaron al suelo 24 piezas de artillería y 11 morteros. Privada de agua, alimentos y municiones, la guarnición capituló el 29 de septiembre. El Ejército de Paraguay capturó 820 prisioneros.



Animado por esta victoria, emprendió una nueva ofensiva a partir del 8 de octubre, con nuevas tropas. Aunque los bolivianos estaban mejor equipados que sus adversarios, estos últimos estaban acostumbrados a la dureza del clima y conocían mejor el terreno. Las fuerzas paraguayas continuaron su avance hacia el Noroeste, tomando fuertes, capturando muchos prisioneros y una considerable cantidad de material, que se apresuraron a volver contra sus antiguos dueños.

El Ejército boliviano intentó nuevamente ganar terreno mediante un contraataque el 5 de noviembre de 1932, pero los paraguayos prefirieron la retirada y esquivaron el enfrentamiento. En este momento los bolivianos optaron por confiar el mando de su ejército al general alemán Hans von Kundt, veterano de la guerra de Europa del Este. Por otro lado, los paraguayos tenían asesores militares franceses. En materia de material, la Standard Oil Company y los bancos norteamericanos apoyaron el envío de materiales estadounidenses, ingleses y alemanes a Bolivia; mientras que Royal Dutch Shell forma el vínculo entre las compañías de armamento británicas y francesas para ayudar a Paraguay. En Paraguay, el general José Estigarribia tomó el mando de las tropas. Llegaría a ser Mariscal y posteriormente Presidente de la República.

El nuevo jefe del Ejército boliviano lanzó varios ataques contra posiciones enemigas a partir del 26 de diciembre, pero la resistencia de sus adversarios les permitió evitar ser rodeados o derrotados. A pesar del apoyo aéreo, todas las ofensivas del general von Kundt fracasaron, pero peor aún, el frente retrocedió y los soldados paraguayos ganaron terreno.

Durante el verano de 1933, el ejército boliviano se vio obligado a retroceder varios cientos de millas; estaba desmoralizado y las deserciones eran numerosas.

A partir de septiembre, el general Estigarribia volvió a tomar la ofensiva. Rodeó las posiciones bolivianas, que de acuerdo con las órdenes no se retiraron, sino que se vieron obligadas a rendirse por falta de suministros. Dos divisiones fueron así capturadas en diciembre. Otras unidades lograron refugiarse en Argentina donde fueron enterradas.



A finales de diciembre de 1933, una tregua de diez días permitió la recuperación de los beligerantes. Una vez terminado el alto el fuego, las hostilidades comenzaron de nuevo. Bolivia pasó a la ofensiva y capturó a la 2ª división paraguaya y parte de la 7ª, que tuvieron la imprudencia de avanzar demasiado lejos de sus bases.

Pasaron los meses. Cada combatiente vendó sus heridas y se reequipó. El 14 de agosto de 1934, la 6ª División de Infantería de Paraguay se lanzó nuevamente al ataque, tomó la ofensiva y las guarniciones bolivianas fueron atrapadas y capitularon una tras otra. El general von Kundt fue destituido y reemplazado por el general Enrique Peñaranda. Pero el 27 de noviembre fue el presidente de Bolivia, Daniel Salamanca, quien fue depuesto por los jefes del Ejército.

Pronto, la mayor parte del Gran Chaco estuvo bajo el control de Paraguay, quien luego continuó su avance y penetró en Bolivia en enero de 1935. En el punto culminante de su avance, se encontraban a 290 millas de sus bases; pero se quedaron sin fuerza y ​​los dos países estamos agotados económicamente y las pérdidas fueron enormes. Se intervino un alto el fuego el 12 de junio de 1935.

Se iniciaron negociaciones bajo el auspicio de los países limítrofes: Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay y Estados Unidos. Se concluyó un acuerdo el 21 de julio de 1938; Paraguay anexó la mayor parte del Chaco Boreal, y a Bolivia se le otorgó un derecho de paso sobre el río Paraguay. La guerra causó más de 100.000 bajas y otras siguieron en los años siguientes a las epidemias.



El tratado de paz entre los dos países, fue finalmente firmado… en abril de 2009 por Evo Morales, presidente de Bolivia y el presidente de Paraguay Fernando Lugo, tras la mediación de la presidenta argentina Cristina Fernández-Kirchner.

Y nunca se encontró petróleo bajo el Chaco.

Fuerzas involucradas

Ejército de Bolivia: Al inicio del conflicto, el Ejército de Bolivia contaba con 12.000 hombres. El uniforme de la tropa era gris verdoso, con cinturón y cartucheras de cuero. Las tropas tenían gorra y llevaban una cubierta enrollada sobre el pecho.

El ejército constaba de siete divisiones. Cada uno generalmente tenía dos regimientos de infantería y un regimiento de caballería, a veces con un regimiento de artillería e ingenieros. Las tropas en su mayor parte eran indígenas y los oficiales eran de la clase media local. También notamos la presencia de algunos “asesores militares” chilenos y checos. Al final de la guerra, habían movilizado 250.000 hombres y las pérdidas fueron de 57.000 hombres.



Ejército Paraguayo: Al inicio de las hostilidades, Paraguay contaba con tres divisiones, cada una compuesta por dos regimientos de infantería y un regimiento de caballería. Otras unidades eran independientes, en particular la artillería y los ingenieros. El ejército sumaba 8.000 hombres.

El uniforme estaba compuesto por una chaqueta-camisa verde oliva y pantalón. Todos los soldados no recibieron zapatos y muchos iban en sandalias o descalzos. Estaban cubiertos con un sombrero de tela. El ejército repartió latas pero en cuanto al resto (tapa, bolsa, lata) cada uno de los soldados se cuidó.

Mercenarios extranjeros (rusos blancos) participaron en los enfrentamientos, mientras que los pilotos franceses pilotaron los aviones. Al final del conflicto el país movilizó 150.000 hombres, reunidos en tres cuerpos de ejército. Las pérdidas ascendieron a 43.000 hombres.

Armas de los beligerantes

El armamento de Bolivia

Armas cortas: Las tropas bolivianas estaban equipadas con diverso material, generalmente de origen europeo:

  • Pistola Parabellum (9x19);
  • Mauser C 96 (7,63x25);
  • Colt M1911 (.45 ACP);
  • Pistola Walther PP (.32 ACP);
  • Browning 1910 (.32 ACP);
  • Subfusil Bergmann MP 28 (9x19);
  • Subfusil suizo Solothurn SI 100 (9x19);
  • Subfusil Bergmann MP 35 (9x19);
  • Subfusil finlandés Suomi KP 31 (9x19);
  • fusil Mauser M1891, idéntico al modelo argentino (7,65x53), fabricado por Ludwig Loewe en Berlín;
  • Mauser M1895, fusil comprado en Argentina;
  • Mauser M1907, fusil tipo Mauser 98 fabricado en Alemania (7,65x53), proporcionado por DWM en Berlín;
  • rifle y carabina Mauser FN 1924 y 1924/30, armas fabricadas en Bélgica (7,65x53);
  • Mauser Vz 24, fusiles de origen checoslovaco (7,65x53); 39.000 fusiles adquiridos a través de la empresa inglesa Vickers. Un segundo pedido se refería a 45.000 piezas y un tercero a otras 20.000;
  • carabina Mauser Export 1933, idéntica a la K98k (7.65x53), de la fábrica Mauser en Oberndorf;
  • ametralladora ligera Lewis, (.303 británica);
  • ametralladora ligera Madsen, de Dinamarca (7,65x53), disponible en versiones de infantería y aeronave (torreta);
  • ametralladora ligera checa ZB 26, (7,65x53);
  • ametralladora ligera británica Vickers-Berthier, (7,65x53);
  • Ametralladora alemana Maxim, (7.65x53), posiblemente M1909 comercial o MG 08 con cañón reforzado;
  • Ametralladora estadounidense Colt M1914 (.303 británica);
  • Vickers Clase C, ametralladora refrigerada por agua de infantería, 350 ejemplares entre 1928 y 1934 (7,65x53);
  • Aviones ametralladoras Vickers Clase E (18 ejemplares) y 6 clase F entre 1928 y 1932 (7,65x53);
  • Ametralladoras de tanques Vickers Class C/T (7.65x53);
  • Ametralladora de infantería refrigerada por agua Browning-Colt MG 38, (7,65x53), 256 ejemplares entre 1920 y 1938;
  • Ametralladoras refrigeradas por aire de aviones Browning-Colt MG 40 (7,65x53), 207 ejemplares en 1933-1934.









Tanques y vehículos blindados

  • Tanque ligero Vickers de 6 toneladas, Tipo A (16,000 lbs) propulsado por un motor Puma de 95 hp. Tenía torres gemelas; cada uno armado con una ametralladora Vickers refrigerada por agua de 7,65 mm. Bolivia utilizó un solo ejemplar y fue capturado por Paraguay, que lo exhibió en un monumento en Asunción. Fue devuelto a Bolivia en 1994 y ahora se exhibe en el Museo de la Academia Militar de La Paz;
  • Vickers 6 ton, Standard B. Similar al Tipo A, estaba equipado con una torre armada con un cañón de 47 mm y una ametralladora Vickers. Se usaron dos ejemplos.
  • Renault FT 17. Un tanque Renault fue entregado a Bolivia en 1931, pero no podemos afirmar que haya sido utilizado en combate;
  • Portador universal Carden Loyd Mark IV. Vehículo británico de 1,5 toneladas, también fabricado por Vickers. Propulsado por un motor Ford de 40 hp, podía remolcar un remolque con orugas o un arma con ruedas. Estaba armado con una ametralladora Vickers de 7,65 mm. Bolivia recibió entre dos y cinco de estas máquinas.
  • Portadores universales Ansaldo L3/33 o 35. Vehículo oruga italiano de 3,2 toneladas propulsado por un motor FIAT de 43 cv. Estaba armado con dos ametralladoras. Catorce portaaviones Ansaldo fueron entregados a Bolivia.





Artillería
  • Ametralladora Maxim-Nordenfelt de 1";
  • Cañón automática Oerlikon de 20 mm;
  • Cañón automática Becker de 2 mm;
  • Cañón de 47 mm;
  • Cañón de montaña Krupp de 60 mm;
  • Cañón Vickers Mk E de 65 mm;
  • Cañón  Schneider de 75 mm;
  • Cañón de montaña Krupp L13 de 75 mm;
  • Cañón Vickers Mk KK de 75 mm;
  • mortero Brandt-Stokes de 81 mm;
  • Obús de montaña Vickers Mk B de 105 mm;
  • Obús Vickers Mk C de 105 mm.



Aviación
  • Curtiss Halcón II;
  • Curtiss Halcón;
  • Vickers tipo 143;
  • 1 Junker 52, utilizado principalmente como avión ambulancia;
  • Trimotor Ford.

El armamento de Paraguay

Armas ligeras: al adoptar los rifles modernos, tanto Bolivia como Paraguay eligen rifles de pequeño calibre que disparan el mismo cartucho: el Mauser de 7,65 mm, que fue extremadamente conveniente cuando los dos países se enfrentaron en hostilidades, porque cada uno de los protagonistas podía usar material capturado de su adversario:
  • Pistola Browning belga M 1903 (Browning de 9 mm de largo);
  • Pistola austriaca Mannlicher M1905, similar al modelo argentino (Mannlicher 7,65 mm);
  • Subfusil finlandés Suomi KP 31 (9x19);
  • Fusil Mauser M1907 y carabina. Similar al alemán Mauser Gewehr 98, construido por Mauser (7.75x53). El rifle tiene cerrojo recto y mira trasera de tobogán graduada hasta 2.000 m, monta bayoneta. La carabina está provista de una palanca de cerrojo doblada, una mira trasera tangencial graduada hasta 1.400 m, con un guardamanos. El antebrazo se prolonga hasta la boca del cañón. El arma no recibe una bayoneta;
  • Fusil corto M1909. Producida por Haënel en 7x57 con cerrojo tipo G88, cargador Mauser y culata con empuñadura semi-pistola y guardamanos;
  • Fusil Mauser M1927 y carabina. Fabricado en España por la Fábrica de Armas Ligeras de Oviedo (7,75x53), con cerrojo recto, alza tangencial graduada hasta 2.000 my guardamanos;
  • Belga Mauser FN 24/30 (7.75x53).
  • Checa Mauser Vz 12/33 (7.75x53).
  • Carabina y mosquetón M 1922 Mauser 1933, armas alemanas fabricadas por Mauser (7,75x53);
  • ametralladora ligera danesa Madsen (7,75x53);
  • ametralladora ligera Vickers-Berthier (7,75x53);
  • Ametralladora alemana Maxim refrigerada por agua (7.75x53).
  • Ametralladora británica Vickers refrigerada por agua (7,75x53).
  • Ametralladora americana Colt-Browning MG38 refrigerada por agua (7,75x53), 144 ejemplares entre 1928 y 1934.







Artillería


Algunos cañones antiguos de diversa procedencia, complementados con nuevos cañones Vickers y material sustraído al enemigo.

Vehículos


Paraguay utiliza camionetas Chevrolet, Ford e Internacional. Algunos coches estaban equipados con ametralladoras. Italia proporcionó orugas Ansaldo L 3/33.

Aviación


La Fuerza Aérea Paraguaya contaba al inicio del conflicto con 21 aeronaves, de las cuales:
  • 7 Potez 25, biplano, avión francés biplaza, utilizado para reconocimiento y bombardeo;
  • 7 Wibault 73 C, caza monoplaza monoplaza de construcción enteramente metálica, con ala de parasol aerofoil;
  • Breguet francés 19;
  • 5 Fiat CR 20;
  • unos Junker 50.


La Guerra del Chaco recibió poca publicidad fuera de América del Sur. En Europa poca gente oyó hablar de él, ya que era una época en la que no existía la televisión, ni el aparato de radio móvil, ni el I-phone; sólo unos pocos artículos se imprimieron en los periódicos.

Sin ser como la Guerra Civil Española: un vasto campo de experimentación de nuevos materiales, fue el primer gran conflicto entre las Guerras Mundiales donde se utilizaron pistolas ametralladoras. También hay que señalar a la compañía británica Vickers, que sin ningún remordimiento, vendió armamento a ambos beligerantes... siempre que pudieran pagar.