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miércoles, 14 de mayo de 2025

Fuerza Aérea: La Fuerza Aérea Árabe Jamajariya de Libia

Fuerza Aérea Árabe Jamajariya de Libia


DINTEL GID (c)



La naciente Real Fuerza Aérea de Libia

Ocupado por Italia en 1912, este país fue uno de los más importantes bastiones italianos en el Norte de África durante muchos años, sin embargo, desde antes de la derrota italiana en la Segunda Guerra Mundial, los intereses británicos y franceses estaban ya presentes en la zona. En 1951, la ONU acordó la independencia de Libia, ahora bajo poder de Gran Bretaña. Una vez obtenida la independencia, el nuevo rey se apuró a firmar un tratado de alianza y amistad con Gran Bretaña, el cual tenía una duración de 25 años. Entre sus puntos importantes incluía la asistencia financiera como contrapartida a la utilización de diversas bases militares, entre ellas, las bases aéreas de Idris el Awal y El Adem. En 1954, se firma un acuerdo con EE.UU. para que la USAF pudiese utilizar las instalaciones militares de Wheelus y el polígono de tiro de Al Watiyah hasta 1970.



Uno de los primeros aparatos de la Real Fuerza Aérea Libia fue este C-47D cedido por la USAF.
(Foto: Archivo Dintel GID)

En 1959, Gran Bretaña dona dos aviones de observación AOP.5 “Auster” anteriormente utilizados por la RAF, mientras que poco tiempo después llegaron, desde Egipto, dos entrenadores Gomhouria, la versión egipcia del entrenador Bu-181 alemán, del que la fábrica egipcia de Heliopolis produjo cerca de 500 ejemplares.
Con estos cuatro aviones se crea el Arma Aérea de Libia (Libyan Air Arm), siendo basado en las instalaciones de Idris el Awal. En 1962, estos aparatos son reforzados con la llegada de dos helicópteros ligeros Bell 47J donados por la USAF. Ese mismo año, Francia dona tres helicópteros Sud SE.3131 “Alouette II”. Poco después, una comisión arqueológica de la USAF, que investigaba el destino de tripulaciones de bombarderos desaparecidos en ese país durante la Segunda Guerra Mundial, cede los dos helicópteros Bell 47J utilizados en esa función.
En 1963 se descubren las gigantescas existencias de petróleo bajo el suelo libio, de inmediato se pone manos a la obra con el objeto de expandir el Arma Aérea de Libia. Con más interés que nunca en Libia, EE.UU. se apresura a dar apoyo militar a Libia, así, de inmediato, la USAF despliega una unidad de entrenadores avanzados T-33A en la base aérea de Wheelus y ofrece entrenar en ella a pilotos libios. Finalmente, dos entrenadores T-33A y un transporte C-47 son transferidos a la nueva Real Fuerza Aérea de Libia (RFAL). Entre 1965 y 1966, la USAF suministra nuevo material a este país, en la forma de cinco C-47 y un entrenador T-33A adicionales.
Con la inminente retirada del grueso de las fuerzas norteamericanas y británicas de Libia, ambas potencias acordaron que sería necesario dotar a esa nación de un completo sistema de defensa aérea, tarea que, obviamente, fue asumida por EE.UU.



Siete monoplazas F-5A fueron entregados a la FAAL, los cuales constituyeron el principal argumento durante mucho tiempo. Otros siete aviones habían sido embargados por EE.UU. cuando la realeza fue derrocada. (Foto: Archivo Dintel GID)

En 1967 la USAF comenzó un intensivo entrenamiento de pilotos de combate y en 1968 se encargaron 14 cazas ligeros F-5A y dos biplazas F-5B para constituir el principal elemento de combate de esta fuerza. Estos aviones serían transferidos mediante el programa Military Assistance Program y en 1969 se habían entregado siete F-5A y un F-5B a la RFAL, los cuales constituyeron la primera unidad de combate de la RFAL en la base aérea de Wheelus. Para no perder tiempo, los pilotos y técnicos libios fueron entrenados en dicha base por los instructores norteamericanos.
En setiembre de 1969, un golpe de estado, liderado por el Capitán Gaddafi, derroca a la monarquía e instala un nuevo sistema político en el país. Paralelamente, la Real Fuerza Aérea Libia cambia su nombre al más nacionalista Fuerza Aérea Árabe de Libia (FAAL). Las tendencias antioccidentales del nuevo régimen hicieron que el programa de modernización de las FFAA libias cesara rápidamente. EE.UU. embarga los siete F-5A y el F-5B que restaban de ser entregados y para 1970 no quedaban asesores e instructores norteamericanos y británicos en Libia.


Un único F-5B biplaza fue entregado a la RFAL antes de que el golpe de estado hiciera que el restante aparato de este modelo fuese embargado, junto con siete monoplazas más. Aquí, este aparato luce los colores de la antigua Real Fuerza Aérea de Libia. (Foto: Archivo Dintel GID)



Desde entonces, las bases aéreas que habían sido ocupadas por la USAF fueron rebautizadas, así, El Adem recibió el nombre de Nasser, debido al apoyo del presidente egipcio a la causa libia, mientras que la base aérea de Wheelus es llamada Okba ben Nafi. Ambas ceremonias de bautizo fueron realizadas ante una comisión de entrenamiento enviada por el gobierno egipcio.

La nueva Fuerza Aérea Árabe de Libia

El nuevo gobierno comprendió la gran necesidad de reequipar completamente a la nueva Fuerza Aérea Árabe de Libia, y por ello comienza la búsqueda de algún país que suministrara el apoyo necesario para lograrlo. El primer interesado en aparecer fue Francia, quién ofreció una gran cantidad de armamento y asesoramiento para sus fuerzas.
De inmediato, el gobierno libio firmó un contrato para la adquisición de 110 cazas Mirage 5, contando entre ellos 53 cazas monoplazas Mirage 5D, 32 cazas Mirage 5DE, 15 biplazas de transición operativa Mirage 5DD y aviones de reconocimiento Mirage 5DR. También se firmó un contrato para la adquisición de nueve helicópteros pesados SA-321M “Super Frelon”, diez helicópteros ligeros SA-316B “Alouette III” y 12 entrenadores avanzados CM-170 “Magíster”, estos anteriormente empleados por las fuerzas francesas.


Los primeros aviones realmente modernos de la nueva FAAL fueron 110 Mirage 5 en diversas variantes. Aquí vemos un Mirage 5DE libio con tanques de traslado. (Foto: Archivo Dintel GID)

Para entonces, la FAAL había pasado de ser de un pequeño puñado de aviones a ser una potente fuerza de combate. Con la normalización de las relaciones con EE.UU., este país autorizó la venta de 16 aviones de transporte C-130H “Hércules”.
En 1971, Libia tenía muchos problemas para realizar el mantenimiento avanzado de sus aviones, principalmente de los de origen norteamericano, pero también de los más sofisticados Mirage franceses. Por tal motivo, la FAAL decidió contratar técnicos y pilotos pakistaníes y egipcios.
En 1973, la utilización de 38 cazas Mirage 5 durante la Guerra del Yom Kippur en contra de Israel, volando desde bases egipcias, propició un gran escándalo internacional, y para entonces EE.UU. decidió embargar nuevamente a Libia, cancelando la entrega de los ocho C-130H que quedaban por entregar. Francia también estableció un corto embargo de armas sobre Libia.


Los Mirage 5D fueron entregados con los colores nacionales incorporados después del golpe de estado de 1969, los cuales eran muy similares a los egipcios. Posteriormente, estos fueron reemplazados por las actuales escarapelas circulares en verde, junto con la nueva bandera libia, totalmente verde. (Foto: Archivo Dintel GID)



Después de la guerra, el gobierno libio comienza a tener profundos problemas con Egipto, y para entonces se produjo un grave enfriamiento en las relaciones diplomáticas entre ambos países que llevaron a la retirada de las comisiones técnicas y de asesores egipcios. Por tal motivo, los asesores pakistaníes aumentaron en cantidad, con el objeto de dar una mayor operatividad a la poderosa pero problemática FAAL.

La URSS corteja a Libia

Ya a principios de los años 70’s, la URSS había empezado a cortejar a Libia debido a los profundos sentimientos antioccidentales que alentaba el nuevo gobierno nacionalista libio. Después de la guerra del Yom Kippur y los embargos de armas decretados por Francia y EE.UU., la URSS ofrece un gran surtido de armamento a Libia, principalmente para la Fuerza Aérea y el Ejército, este último bastante atrasado.
Libia acepta la oferta soviética y hace un gran pedido de armas, sin embargo, la URSS solicita facilidades portuarias para extender su presencia en el Mediterráneo. La solicitud es rechazada de plano por Libia, quién si accede a que la URSS utilice algunas bases aéreas para sus aviones de reconocimiento marítimo y de vigilancia electrónica. Es así que, en 1974, la V – VS despliega en la base aérea de Okba ben Nafi un cierto número de bombarderos Tu-22 “Blinder” en configuración de reconocimiento. Los aviones fueron pintados con esquemas de pintura libios, en color arena tostado base y bandas marrón chocolate, así como escarapelas libias, pese a que los aviones eran exclusivamente empleados por las fuerzas soviéticas. Con la llegada de las unidades soviéticas hace acto de presencia un gran contingente de asesores de esa nacionalidad destinados a reorganizar completamente las fuerzas libias.


La llegada de los entrenadores avanzados SOKO G-2B "Galeb" permitió modernizar a la Academia de Vuelo, complementando a los MiG-15UTI solicitados a la URSS para reemplazar a los veteranos Fouga "Magister". (Foto: Archivo Dintel GID)

Ese mismo año, 1974, la FAAL emprende un programa de reequipamiento bastante extenso y solicita la transferencia de 52 cazas de ataque MiG-23BN y 14 entrenadores avanzados MiG-15UTI. Paralelamente se contratan en Yugoslavia un total de 50 aviones de entrenamiento avanzado SOKO G-2A “Galeb” destinados a reemplazar a los veteranos “Magíster”, de los que los siete sobrevivientes habían sido dados de baja.
En marzo de 1974 se crea la Academia Aérea, teniendo su base en Zawia. Esta academia tenía como principal función la de empezar a aumentar el número de pilotos libios dentro de las plantillas de la FAAL, para así reemplazar a los pilotos de origen pakistaní y de otros países árabes que volaban los cazas de la FAAL. Sin embargo, la introducción de tecnologías cada vez mayores obligó a contratar un cierto número de mercenarios británicos y franceses, así como los tradicionales asesores soviéticos, polacos, checos y alemanes orientales.
Pronto llegan nuevos materiales de origen soviético, incluyendo 40 interceptores MiG-23F “Flogger E”, unos diez biplazas de transición MiG-23UB, doce helicópteros Mi-8F “Hip C” y los primeros de un gran lote de helicópteros ligeros Mi-2B “Hooplite”.
Para entonces, la FAAL se había reorganizado considerablemente, así, alineaba un Regimiento de Interceptación, con dos Escuadrones que volaban los 32 Mirage 5D, más un Regimiento adicional con dos Escuadrones que volaban los 40 MiG-23F “Flogger E” disponibles.
Alineaba dos Regimientos de Ataque, cada uno con dos Escuadrones de cazas Mirage 5DE, más un Escuadrón de Reconocimiento agregado, que volaba los 10 cazas Mirage 5DR. Otro Regimiento de Ataque se había formado con los 52 MiG-23BN, los cuales estaban distribuidos en dos Escuadrones.


Involucrados en varios incidentes con cazas norteamericanos, los MiG-23F "Flogger E" se convirtieron en el puntal de la fuerza interceptora libia. Estos aviones disponen del radar "Jay Bird" del MiG-21 y aquí se los ve armado con misiles K-13 (AA-2 "Atoll"). (Foto: ACIG)

También se disponía de un Regimiento de Transporte, el cual disponía de dos Escuadrones, uno equipado con ocho transportes tácticos C-130H y otro con nueve transportes medios C-47. La FAAL formó unidades de helicópteros bastante independientes, así, un Escuadrón volaba doce Mi-8F “Hip C”, otro volaba con diez helicópteros ligeros Alouette 3, uno más con nueve “Super Frelon” y dos AB-206 suministrados por Italia.
La Academia Aérea alineaba los biplazas de transición operativa MiG-23UB y los Mirage 5DD, así como los entrenadores avanzados MiG-15UTI y los G-2A “Galeb”.

La normalización de las relaciones con Occidente

Para 1975 las relaciones con Occidente se habían normalizado, el gobierno era capaz de mantener buenas relaciones tanto con la URSS como con Occidente. De esta manera se comienza una serie de adquisiciones a diversos países, incluyendo EE.UU., quién levanta tímidamente el embargo impuesto.
Ese año se compran en Italia un total de 230 aviones de entrenamiento SIAI SF-260W “Warrior”, los cuales se distribuyeron en la Academia Aérea, así como en diversos aeroclubes financiados por el Gobierno. Estos últimos con el objeto de generar una base elemental de pilotos a los que poder recurrir en el futuro para su entrenamiento avanzado en la Academia Aérea.


Cuando Libia normalizó sus relaciones con Occidente, EE.UU. accedió a autorizar la venta de 20 helicópteros CH-47C "Chinook" de producción italiana. (Foto: Archivo Dintel GID)

Ese mismo año, Libia solicitó 20 helicópteros de transporte pesado CH-47C “Chinook” de producción italiana. Estos fueron autorizados por el gobierno norteamericano pese a las restricciones de ventas de armamento a Libia. Los aparatos se entregaron entre 1976 y 1980, de ellos, sus numerales de estos aparatos iban del LC-001 al LC-020 y seis aparatos se destinaron a la FAAL, mientras que los restantes servirían en el Ejército.
Para 1979, el número de asesores soviéticos en Libia había aumentado hasta los 5.000, a los que había que agregarse otros norcoreanos, franceses, italianos, británicos, checos, alemanes, cubanos, yugoslavos y taiwaneses. Con 260 aviones de combate, la Academia Aérea solo había seleccionado solo 140 pilotos aptos, por lo que se deberían incrementar los esfuerzos para lograr solucionar la situación.


Uno de los Mirage F-1ED recibidos por libia a fines de los 70's. Estos fueron los primeros cazas modernos realmente polivalentes que entraron en servicio con la FAAL. (Foto: Archivo Dintel GID)


Aunque no dependía directamente del asesoramiento soviético, la URSS había logrado aumentar su presencia en Libia y había afianzado sus relaciones. Gracias a esto, la URSS destaca, en la base aérea de Okba ben Nafi, los primeros aviones de reconocimiento táctico – estratégico MiG-25RB, realizando misiones de reconocimiento sobre la 6ª Flota de la US Navy.
En 1977, después de los cortos enfrentamientos fronterizos con Egipto, la FAAL comprendió que debía mejorar sus capacidades antiaéreas, por lo que se aumentó el número de sistemas de misiles SA-2 y SA-3, los cuales poco después fueron completados por los más poderosos SA-5, aunque estos, al parecer, fueron manejados por asesores soviéticos.
Por esos años, la FAAL solicita a Francia el suministro de cazas Mirage F-1 como refuerzo a los Mirage 5 en servicio. En total son entregados 16 Mirage F-1ED, 10 Mirage F-1AD y dos biplazas de transición F-1BD, formando así un Regimiento con dos Escuadrones.
Libia también solicita a Italia un cierto número de helicópteros utilitarios AB-205, AB-206 y AB-212, aunque muchos de ellos son distribuidos en las unidades aéreas del Ejército. Estos aparatos, al ser de origen norteamericano, como los CH-47C “Chinook”, también debieron ser autorizados por el gobierno norteamericano.
En 1979, la URSS comienza el suministro de los primeros bombarderos Tu-22 “Blinder” a Libia. Estos aviones formaron un Escuadrón de Bombardeo, totalizando doce aviones, cuatro de los cuales realizan misiones de combate sobre Tanzania en apoyo al régimen ugandés de Idi Amin. Un año después se forma un segundo Escuadrón de Bombardeo, con otros doce bombarderos de largo alcance Tu-22 “Blinder”.
La adquisición de material soviético aumentó debido a las mejores relaciones con la URSS y las complicaciones de los embargos que Occidente entablaba sobre Libia.



Un Tu-22 "Blinder A" con los colores libios posteriores al golpe de estado, años más tarde cambiarían a las insignias totalmente verdes actuales. Estos aparatos fueron utilizados en combate en Tanzania y Chad. (Foto: Archivo Dintel GID)


Por tal motivo, la FAAL comenzó a recibir un mayor número de aviones soviéticos. Inicialmente llegaron 64 cazas MiG-21MF, en 1977, algunos de los cuales fueron suministrados a Uganda en 1979, mientras que otros eran operados por pilotos palestinos que, integrantes de la Fuerza 14, serían la base para la futura Fuerza Aérea Árabe de Palestina.
Asimismo, el número de cazas de geometría variable MiG-23F, MS y BN aumentó hasta alcanzar la cifra de 143 aviones, distribuidos en dos Regimientos de Caza y uno de Ataque. También se recibieron los cazas tácticos Su-22 “Fitter”, y su variante polaca Su-20 “Fitter”. Estos aviones totalizaron las 114 unidades, distribuidas en dos Regimientos.
La pobre fuerza de transporte fue reforzada por nuevas adquisiciones, así, se solicitaron a la URSS aviones de transporte logístico Il-76M. Asimismo, se solicitaron a Italia 20 aviones de transporte táctico G-222L. Estos últimos debieron ser homologados con los motores Rolls Royce Tyne, debido a que para entonces el gobierno norteamericano no autorizó la venta de motores GE T-64 para estos aviones. Checoslovaquia fue contratada para suministrar doce aviones de transporte ligero LET L-410T “Turbolet”, mientras que la URSS suministró 14 aviones de transporte táctico An-26B “Curl”. También fueron adquiridos un puñado de aviones Fokker F-27 a Holanda.
La fuerza de helicópteros había aumentado considerablemente, el número de helicópteros Mi-2B “Hooplite”, producidos en Polonia, había aumentado hasta las 82 unidades, mientras que se disponían de un importante número de helicópteros Mi-8 y Mi-17 “Hip”, así como los de ataque Mi-24 “Hind A” y Mi-25 “Hind D”, los cuales eran completados por los AB-204, AB-205 y AB-212 adquiridos a Italia.


Libia recibió un total de 10 MiG-25RB "Foxbat D" destinados a misiones de reconocimiento táctico y electrónico. La FAAL fue la primera usuaria extranjera de este modelo especializado del MiG-25. (Foto: Archivo Dintel GID)

Esta potente fuerza fue completada, en 1984, con la llegada de 60 interceptores MiG-25PD “Foxbat E”. Estos cazas, capaces de Mach 3, fueron suministrados a la FAAL para que pudiese interceptar a los aviones de reconocimiento norteamericanos U-2 y SR-71. Paralelamente, la URSS había autorizado la transferencia de un puñado de cazas de reconocimiento y ELINT MiG-25RB “Foxbat D”, convirtiéndose en el primer cliente extranjero de este sofisticado modelo. Para no dar lugar a las acusaciones de la presencia de pilotos soviéticos entre las tripulaciones de estos aviones, Gadaffi ordenó que los 160 mejores pilotos libios fueran entrenados en la URSS para volar estos aviones. Para entonces, la FAAL solo alineaba unos 500 pilotos para volar más de 500 aviones de combate, por lo que era un esfuerzo considerable que obligó a incrementar aún más la búsqueda de nuevos pilotos libios.

La guerra en Chad

Cuando Libia decidió intervenir en la guerra civil en el Chad, nunca pensó que la mayor experiencia en combate de la FAAL sería, también, su más sonora derrota.
Libia comenzó a apoyar a los diversos grupos rebeldes que operaban desde territorio libio y que trataban de anexionar el Norte de Chad a Libia. Esta región tenía grandes riquezas, tanto minerales como de petróleo. Para entonces el gobierno libio reclamaba una gran franja de su territorio como propio y estaba dispuesto a integrarlo por medio de la fuerza si era necesario.
Es así que Gaddafi ordena el despliegue de dos Brigadas Mecanizadas y una Acorazada para reforzar a las fuerzas guerrilleras. Estas fuerzas incluían tanques T-55 y T-62, así como transportes de personal BTR-60PB y BMP-1. Paralelamente, el potente elemento aéreo del Ejército despachó una unidad de helicópteros Mi-8 “Hip F”, así como un puñado de helicópteros de ataque Mi-24 “Hind A”.
Pero sin embargo las primeras acciones de combate correspondieron a la FAAL. Así, bombarderos Tu-22 “Blinder A” realizaron una incursión de bombardeo sobre la base aérea de Ndjamena, desde donde operaban los cazas Jaguar y Mirage F-1 franceses. Este ataque fue un rotundo fracaso. Paralelamente, cazas Mirage F-1AD realizaban misiones de ataque contra las fuerzas militares de Chad, incluyendo algunas unidades francesas de la Legión Extranjera allí desplegados. Estos ataques fueron un poco más eficientes, aunque no del todo. Paralelamente, cazas Mirage F-1ED y MiG-23MS realizaban largas patrullas aéreas de combate con el objeto de interceptar cualquier avión francés que penetrara en su espacio aéreo.


Los Mi-24 "Hind A" libios fueron los primeros en ser desplegados en funciones de ataque y apoyo cercano en el Chad, posteriormente fueron reforzados por Mi-25 "Hind D". (Foto: Archivo Dintel GID)

Sin embargo, los problemas de índole estratégica comenzaron a salir a la luz. El frente comenzó a extenderse hacia el Sur, adentrándose en territorio de Chad, esto motivó que los cazas libios no pudiesen brindar el apoyo aéreo necesario y las patrullas aéreas se hicieron prácticamente insostenibles. Asimismo, la total inexistencia de bases aéreas apropiadas para el empleo de reactores de combate llevó a que los pocos aeródromos regionales disponibles fueran utilizados por los SF-260W “Warrior” y los helicópteros Mi-24 “Hind A”. Este problema se agravó con la situación logística, la cual llevó a que los pocos C-130H disponibles, y los G-222L, realizaran un continuo puente aéreo para transportar vituallas al frente, desde donde los CH-47C y los Mi-8 se encargaban de llevarlas a las líneas de combate.
Todo esto sobrecargó la concentración de medios en el frente, se debió despachar el grueso de los helicópteros CH-47C para atender las demandas de apoyo logístico, en tanto que se dobló el número de Mi-8 para atender los requerimientos de transporte aéreo en primera línea. Asimismo, los pequeños aviones de transporte ligero L-410T tuvieron una gran demanda. La FAAL despachó un cierto número de aparatos Mi-2 “Hooplite” para tareas utilitarias menores, mientras que el Ejército aprovechó sus AB-206 para misiones de reconocimiento. Asimismo, hacen su aparición los primeros helicópteros Mi-25 “Hind D” suministrados por la URSS para reforzar a los vetustos “Hind A” ya desplegados en la zona.
El número de aviones SF-260W se había triplicado para poder satisfacer las demandas de apoyo cercano, aunque demostraron ser extremadamente inapropiados, más teniendo en cuenta el aumento de las defensas antiaéreas de las fuerzas en Chad, las cuales incluían misiles FIM-92 “Stinger” suministrados por EE.UU.
Para 1986, la FAAL concluye la construcción de dos bases aéreas suficientemente adecuadas como para operar con aviones de mayores prestaciones. De inmediato se despacharon 30 entrenadores armados L-39ZO, los cuales reforzaron convenientemente el dispositivo de ataque a suelo y apoyo cercano. Paralelamente, se preparaba el despliegue de ocho interceptores MiG-23F y diez aviones de ataque MiG-23BN, sin embargo, su llegada no podría mejorar la crítica situación en el frente.
En 1987 las fuerzas rebeldes apoyadas por Libia habían sido completamente derrotadas y las fuerzas de Chad, apoyadas por elementos de la Legión Extranjera francesa, comienzan a avanzar hacia el Norte en persecución de las fuerzas rebeldes restantes, amenazando las propias fronteras de Libia. Una última ofensiva hace que las fuerzas regulares libias choquen directamente contra las fuerzas de Chad. En los combates posteriores, las fuerzas libias son completamente derrotadas, las pérdidas de material son enormes, mientras que un importante número es capturado prácticamente intacto. Incluso algunos aeródromos en territorio libio caen en poder de las fuerzas de Chad, capturando un cierto número de aviones y helicópteros.
Cuando la guerra de Chad concluye, la FAAL debe lamentar la pérdida de dos bombarderos Tu-22 “Blinder A”, dos cazas de ataque MiG-23BN, un avión de reconocimiento MiG-25RB, once aviones de ataque ligero SF-260W, ocho entrenadores armados L-39ZO y nueve helicópteros Mi-24/25 “Hind”.
Chad se hace con un jugoso botín, en los aeródromos capturados se encontraron seis entrenadores SF-260W, siete entrenadores avanzados L-39ZO y un transporte An-26B, mientras que dos Mi-25 “Hind D” caen en sus manos al ser encontrados abandonados, carentes de combustible. Durante uno de los asaltos a uno de los aeródromos, un transporte An-26B, que iniciaba la evacuación del personal libio, es destruido con un misil Milan.
La FAAL había perdido 24 aviones de combate, dos de transporte y once helicópteros de ataque en una guerra de baja intensidad. Los medios, si bien al principio no eran los idóneos, eran suficientes para lograr una ventaja táctica inicial que nunca se obtuvo, lo que impidió aprovechar la llegada de material eficaz para aprovecharla. Los medios fueron empleados de muy mala forma y los planificadores militares libios demostraron ser extremadamente mediocres, principalmente en el Ejército.


Uno de los dos Mi-25 "Hind D" capturados intáctos por las fuerzas de Chad. Estos aparatos fueron ampliamente utilizados en combate, aunque muchos fueron derribados. (Foto: ACIG)

Como única defensa se podría decir que el apoyo francés y norteamericano también precipitó la derrota libia, siendo su principal artífice. Las fuerzas francesas en Chad no solo desplegaron cazas Jaguar y Mirage F-1C y F-1CR, sino que además sacaron un máximo provecho del empleo de los helicópteros y las fuerzas de infantería ligera. Asimismo, el despliegue de misiles antiaéreos FIM-92 “Stinger” entre las fuerzas ligeras, así como los “Crotale” y “Roland” en puntos estratégicos, fueron los responsables particulares de la derrota de la FAAL. Se dijo, aunque no se ha confirmado, que EE.UU. autorizó el despliegue de baterías de misiles “Hawk” en Chad, posiblemente integrados al contingente francés, o bien operados por mercenarios pagados por la CIA.
Posteriormente vendrían otras, principalmente los enfrentamientos con EE.UU. que culminaron con la incursión aérea contra Trípoli en 1986 y los diversos enfrentamientos aéreos sobre el Mediterráneo entre cazas de la US Navy y la FAAL, material que nos permitirá abocarnos a otro artículo relacionado.

La actual Fuerza Aérea Árabe Jamajariya de Libia

Después de la guerra en el Chad, Francia decretó un embargo de armas sobre Libia, el cual era tan estricto como el instaurado por EE.UU., esto obligó a comenzar a revisar los posibles proveedores de armas futuros para Libia, país que para entonces estaba realizando un análisis de las pésimas actuaciones de sus fuerzas militares durante aquella nefasta campaña.
Para entonces, la FAAL comienza a recibir nuevos equipos, esta vez una de las fuentes más confiables en Europa vuelve a ser Yugoslavia, a quien se le contratan 30 reactores de ataque ligero y apoyo cercano J-1 “Jastreb”, los cuales fueron solicitados después del rotundo fracaso de los entrenadores artillados. Paralelamente, la URSS afianza sus relaciones, para entonces suministra nueve interceptores MiG-25PD “Foxbat E” y dos aviones de reconocimiento MiG-25RB “Foxbat D” para reemplazar las bajas operativas y de combate, a la vez se aumentó el número de biplazas MiG-25PU de cuatro a ocho. También se suministró un nuevo lote de, al menos, una docena de cazas MiG-23MS para reemplazar las bajas de los MiG-23F, que sumaban para entonces unos once aparatos. Estos aviones comenzaron a llegar en 1989.
Con asistencia de asesores soviéticos, se incrementó el reclutamiento de personal idóneo para integrar la Academia Aérea, en tanto que Egipto transfirió unos pocos entrenadores avanzados L-29 “Delfín” y L-39 “Albatros”. Los frutos de las decenas de aeroclubes financiados por el gobierno permitió elevar el número de hombres con capacidad elemental de vuelo para su entrenamiento militar posterior.
En 1988 la FAAL cambia su nombre por la de Fuerza Aérea Árabe Jamajariya de Libia (FAAJL) y para entonces alineaba siete bombarderos Tu-22 “Blinder A”, 50 cazas MiG-21MF “Fishbed”, 87 interceptores MiG-23F/MS, 47 cazas de ataque MiG-23BN, 52 interceptores MiG-25PD, 10 MiG-25RB, 87 cazas tácticos Su-22M2/M3 y algunos biplazas Su-22UM2, 75 cazas Mirage 5D y 35 cazas Mirage F-1ED/AD/BD como principales elementos de combate.
Para entonces, se disponían de asesores soviéticos y polacos para apoyar el mantenimiento de los aviones de ese origen, mientras que posteriormente se contrató personal pakistaní y francés y argentino para el mantenimiento de los cazas de origen francés.


Uno de los MiG-25PD libios recibidos a principios de los 80's. La FAAL recibió 60 de estos aparatos y destinó prácticamente todos sus pilotos capaces para volarlos. Este aparato se lo ve armado con cuatro misiles R-60MK (AA-8 "Atoll"). (Foto: Archivo Dintel GID)

En 1989, las entregas de los nuevos materiales comienza a reforzar a las unidades libias, que incluso habían perdido algunos aviones en combate contra Egipto, Argelia y EE.UU., en tanto que se comienzan a elaborar los planes para adquirir 60 cazas MiG-29S “Fulcrum C”, para reemplazar a los MiG-21MF, algunos transferidos a diversos países árabes, y a los MiG-23F/MS, y 24 aviones de interdicción y ataque Su-24MK “Fencer D” para reemplazar a los bombarderos Tu-22. La URSS decide no dar paso a estas negociaciones y niega la venta de este equipamiento a ese país. Sin embargo, despacha una comisión técnica que pone en vuelo ocho bombarderos Tu-22 “Blinder A” almacenados, reforzando a los siete ya en vuelo.
En noviembre de ese año, la URSS acepta vender Su-24MK a Libia en noviembre de ese año. Seis aviones se solicitaron inicialmente, comenzando las entregas en 1990, de esta manera, la FAAJL se transforma en la primera usuaria extranjera de este modelo soviético. En 1991, la desaparición de la URSS hizo imposible la concreción de un contrato por otros doce aviones que se estaban negociando desde 1990.
Para entonces, la FAAJL comenzó un periodo extremadamente crítico, los aviones de origen occidental estaban prácticamente almacenados, en tanto que a mediados de los 90’s los aparatos de origen soviético sufrían las primeras consecuencias de la desaparición de la URSS. La falta de técnicos y asesores soviéticos puso en crisis a la FAAJL, en tanto que la Academia Aérea estaba bastante resentida al disponer de un elevado personal para pocos cadetes.
En 1997 el abandono del material de vuelo era bastante crítico y ese año los nuevos jefes de la FAAJL comenzaron a recibir el apoyo gubernamental para devolver cierto potencial a esa fuerza, que para entonces era de solo un 20%.
Con el apoyo de instructores sirios, y técnicos rusos contratados, se pusieron en línea de vuelo a todos los MiG-25PD disponibles, a la vez que se incluía una importante serie de mejoras. Paralelamente se contrataron técnicos y empresas de diversos países, dando pié a que la flota de aviones y helicópteros de origen occidental sea atendida por personal francés, italiano, argentino, norteamericano, yugoslavo, alemán y belga, lo que permitió la puesta en vuelo de todos los Mirage 5D/DE/DR/DD y Mirage F-1ED/AD/BD sobrevivientes, entre otros. Los MiG-21MF fueron directamente transferidos a los pilotos palestinos que se venían entrenando en Libia desde mediados de los 70’s, en tanto que algunos aviones pasaron a manos irakíes y ugandesas. La unidad palestina dotada de estos aviones incluye personal palestino, egipcio, irakí y sirio voluntario.
Corea del Norte y Vietnam iniciaron las mejoras del sistema de defensas aéreas, principalmente después del ataque norteamericano de 1986, y posteriormente empresas rusas y chinas fueron contratadas para mantener operativos los sistemas SAM disponibles.
En 1998 el gobierno ruso autorizó la venta de armamentos y de apoyo técnico a Libia, siendo así que se logró instalar una base de reparaciones en Libia, probablemente en Okba ben Nafi. Paralelamente, se entregó un inmenso lote de repuestos para poner en vuelo a los diversos cazas MiG-23, MiG-25, Su-22 y Su-24, se hizo en ellos una pequeña actualización de electrónica para permitir el empleo de nuevo armamento guiado, incluyendo los misiles aire - superficie Kh-29T y Kh-29L, y los antirradar Kh-31. Asimismo, se suministraron nuevos lotes de misiles R-60M y R-60MK (AA-8 “Aphid”) para reemplazar a los obsoletos K-13 (AA-2 “Atoll”), principalmente en los MiG-23F y los Su-22M2/3.
Un año antes, Rusia había suministrado dos Su-24MK, seguidos por otros dos en 1998 y dos más en 1999, elevando a doce el total de aviones de este tipo operativos. Ese mismo año, la Academia Aérea fue revitalizada cuando Rusia suministró 22 L-39ZO “Albatros” desde sus excedentes, mientras que Egipto suministró otros 15 aparatos del mismo modelo.
Las unidades de transporte se vieron revitalizadas, de esta manera, la flota de aviones Il-76 “Candid”, que se había reducido debido a un accidente y a las bajas sufridas durante el ataque norteamericano de 1986, se incrementó con la llegada de cuatro Il-76MD completamente nuevos, además de recibirse ocho An-26B, anteriormente checoslovacos y soviéticos, así como varios aviones de transporte ligero Let L-410T “Turbolet” de procedencia checa. Los G-222L fueron puestos en condiciones de vuelo, junto con los C-130H.
Sin embargo, el refuerzo más espectacular lo representó la adquisición de un gigantesco transporte An-124A “Cóndor”, capaz de transportar 150 toneladas de carga y 88 pasajeros. Si bien este avión es operado por la aerolínea estatal “Libyan Air”, ha sido empleado numerosas veces por la FAAJL, principalmente para el transporte de materiales y aviones, sobre todo de los MiG-23, MiG-25 y Su-22 revisados en Rusia y Ucrania, muchos de los cuales no fueron traídos en vuelo por diversos motivos políticos. El An-124 A ha sido empleado en multitud de oportunidades y actualmente Libia es el único usuario extranjero de este modelo fuera de Rusia y Ucrania, puesto a que los operadores occidentales de este gigante ruso – ucraniano lo alquilan. En 2001, el gobierno libio se interesó en la adquisición de un segundo aparato de este modelo, el cual comenzó a ser negociado un año después. El contrato parece haberse firmado recientemente e incluye un avión An-124-100 de nueva producción y la modernización del ya operativo a este nivel.
En el campo de los aviones de combate, el año 2001 fue el más crítico, después de que EE.UU. incluyese a Libia en el discutible “Eje del Mal”, la FAAJL hizo todo lo posible para poner sus medios a la altura de las consecuencias, mientras que presionaba a Rusia para que suministrara nuevos equipos, previstos desde fines de los 90’s dentro de la esperada modernización.


El An-124A perteneciente a la aerolínea estatal "Libyan Air" es también utilizado por la FAAJL en misiones de transporte estratégico. Se esperaba adquirir un segundo aparato en 2003, pero no hay más noticias. (Foto: www.airliners.net)

Para 2002, la FAAJL había alcanzado una tasa operativa cercana al 65% en su fuerza de aviones de combate, en tanto que se cursaban los pedidos formales para la adquisición de entre 18 y 34 cazas MiG-29S “Fulcrum C” y 18 interceptores Su-27SK. Asimismo, se mostraba interés por la adquisición de unos 40 Su-25K “Fogfoot A” para el reemplazo de los Su-20/22 “Fitter”. Este pedido incluía también la adquisición de helicópteros Mi-35 “Hind F” y casi un centenar de helicópteros de transporte Mi-17-1V “Hip”, así como el fabuloso sistema antiaéreo S-300, entre otros equipos. Aunque este pedido era extremadamente tentador para la debilitada economía rusa, puesto a que alcanzaba casi los US$ 3.500 millones, las presiones norteamericanas impidieron que se hicieran realidad.

viernes, 28 de julio de 2023

Historia militar: Uso operacional del Tu-22 Blinder (P4)


Bombardeados por Blinders - Parte 4

Contribución de Tom Cooper, Farzad Bishop y Arthur Hubers, con Brig. Gen. Ahmad Sadik (IrAF, ret.) 

Éxito cuestionable en el Chad

Mientras tanto, los Tu-22Bs de la Fuerza Aérea de la República Árabe Libia (LARAF) se vieron envueltos en otra lucha en África, esta vez en el Chad, una ex colonia francesa. En 1973, Libia se anexionó la franja de Aouzou en el norte de Chad, una zona supuestamente rica en reservas de petróleo y uranio. En 1980, estas influencias extranjeras a lo largo de otros y las rivalidades políticas entre las dos facciones - uno liderado por Hassan Habré y el otro por Goukouni Oueddei - causó el estallido de una feroz guerra civil. Después de que las últimas tropas francesas dejaron el Chad, en agosto de 1980, Habré organizó un levantamiento en contra de su ex compatriota Oueddei, obligando a pedir ayuda a Libia.

El 9 de octubre de 1980, dos Tu-22Bs libios volaron un ataque de largo alcance con éxito contra las fuerzas de Habré alrededor de la capital del Chad. A partir de entonces, el Escuadrón 1110a de la LARAF permanentemente tuvo dos Blinders en estado de alerta en la BAM Al-Jufra/Hun. El Alto Mando de Trípoli había solicitado que la unidad sea capaz de lanzar un plazo de cuatro a seis horas de ser puesto sobre aviso una misión (una orden muy demandante para el LARAF en el momento, y sobre todo una unidad equipada con el Tu-22!). Las tripulaciones soviéticas, de Alemania Oriental, de Siria y de Pakistán, con el apoyo de sus anfitriones, y las tripulaciones de los 1120a Escuadrón, trabajaron intensamente para hacer el trabajo para tal programa, y el gobernante libio Khadafi no tardó en mostrar poca moderación al usar los Blinders en el Chad.

En 1981, las tropas libias llegaron a Yamena, luchando en el lado de Oueddei. Indirectamente, esto provocó una reacción en Francia y los EE.UU. en apoyo de las "Forçes Armée du Nord" (FAN) de Habré con armas y suministros, principalmente procedentes de Occidente a través de sus bases en Sudán. A mediados de 1981, la guerra civil en el Chad había dado lugar a un caos total en el país, y es muy probable que las operaciones de la 6ta Flota de la USN en el Golfo de Sirte, en agosto de 1981 (que dieron lugar a una batalla aérea en la que dos F-14As derribaron a dos Su-22 libios) también se vieron influidos por este hecho.

Con la ayuda occidental, la FAN se convirtió en un ejército pequeño pero eficaz, bien equipado con armas ligeras, pero sin capacidad de golpes más pesado, especialmente sin SAMs. Mientras tanto las fuerzas Oueddei fueron apoyados por un fuerte contingente de la LARAF, incluyendo Mirage 5s y Su-20/-22s, así como SIAI-Marchetti SF.260WL Warriors, y Tu-22Bs del Primer Escuadrón de Bombardero, que ahora eran con frecuencia desplegados en la BAM Ma'atan Bishrah, en el sur de Libia. Desde septiembre de 1981, después de terminar el trabajo sobre la ampliación de la pista de aterrizaje cerca de Aouzou, en el noroeste de Chad, Libia también desplegó un número de aeronaves que - a veces incluían los Blinders - la posesión de Aouzou permitido a la LARAF reaccionar más rápidamente a las peticiones de los ataques aéreos contra FAN, dirigido a los lugares en el Chad, pero también en el interior de Sudán, principalmente con Tu-22Bs.

Las FAN y de defensa aérea sudanesa en el momento eran pobres, y en la mayoría de los casos los libios fueron capaces de llevar a cabo ataques por sorpresa. Sin embargo, el 16 de septiembre de 1981, los sudaneses derribaron un SF.260 de Libia de su lado de la frontera - lo que se informó inicialmente para ser un "bombardero", o incluso un "Tu-22," porque se conocía en el momento en que los Blinders de Libia había volado una serie de ataques contra objetivos en Sudán.


Restos de una SIAI-Marchetti SF.260WL Warrior de la LARAF, derribado sobre Sudán el 16 de septiembre de 1981. El avión fue inicialmente mal reclamado, ya sea como un "bombardero libio" o incluso un "Tu-22 de Libia". De interés es la cresta escuadrón, realizado en la aleta, junto con el seial LARAF "341". Libia adquirió más de 260 SF.260s en diferentes versiones, y estos vieron servicio generalizado con los militares, así como con los clubes aéreos civiles, lo que permite a decenas de nuevos pilotos ser entrenados - varios de los cuales posteriormente volaron Tu-22s. (Departamento de Defensa de EE.UU., a través de los autores)

El gobernante libio estaba tan enfurecido por la pérdida del Warrior que ordenó a los otros aviones una "proyección de poder" a llevarse a cabo por el Escuadrón 1110a. Esta vez Omdurman, la segunda ciudad más grande en el Sudán, iba a ser atacado. La misión fue llevada a finales de septiembre por un solo Tu-22B que arrojó tres bombas FAB-500. Todas las armas erraron el blanco y en su lugar atacó tres casas de civiles, matando a tres e hiriendo a otros 20 civiles en el proceso. Sin embargo, el ataque causó consternación considerable en el Sudán, Egipto, y los EE.UU.. Los egipcios rápidamente enviaron un escuadrón de F-4Es a la frontera con Sudán, mientras que los EE.UU. envió dos grupos de batalla de portaaviones en el Golfo de Sirte, así como ocho F-15Cs y un único AWACS E-3A a la BAM El Cairo Oeste, en Egipto.

Sin inmutarse, los libios continuaron enviando Tu-22Bs logrando otros objetivos en el Chad y Sudán, atacando a unos 20 objetivos adicionales en noviembre, cuando la Organización de Unidad Africana (OUA) logró negociar un alto el fuego entre FAN, Oueddei y los libios. A principios de 1982, una fuerza de mantenimiento de la paz de la OUA fue colocado en Yamena, sin embargo, la paz no duraría por mucho tiempo. En la primavera de ese mismo año, la FAN inició una ofensiva rápida y tomaron la capital del Chad, instalando a Habré como nuevo presidente y obligando a Oueddei a huir a Libia.

Por supuesto, Khadafi no le hizo gracia la nueva situación, lo que ayudó a Oueddei organizar una fuerza armada nueva y mejor equipadas, bajo los auspicios de la "Unité d'Gouvernment Nacional Tchadienne" (GUNT). En abril de 1983, el GUNT - con el apoyo de los 2.000 libios de la fuerte "Brigada Islámica" (esencialmente una unidad mecanizada tripulada por voluntarios árabes de Libia y otros) - se trasladó hacia el norte de Chad, y lanzó una ofensiva contra la FAN, con el apoyo de operaciones intensivas de LARAF. Las fuerzas de Habré fueron incapaces de detener la embestida de un enemigo mejorado en mucho, y pronto Khadafi sintió lo suficientemente fuerte para reforzar el contingente de Libia y de iniciar una invasión en toda regla del Chad.

La punta de lanza de este ataque fue de nuevo el LARAF, y sus aviones volaron cientos de misiones en las semanas siguientes. Los Tu-22Bs se utilizaron sobre todo para golpear la pista de aterrizaje y la base en Faya Largeau. La campaña de bombardeos no sólo fue intensa, sino precisa también, y en julio, Habré - después de sufrir pérdidas considerables - se vio obligado a retirar la FAN de nuevo en el sur de Chad. Cuando el GUNT y la "Brigada Islámica" libia, continuaron su avance hacia el sur, sin embargo, Zaire acudió en ayuda de la FAN, enviando 1.750 soldados y tres Mirage 5M a Yamena. Esto, y por lo menos 35 toneladas de ayuda de Francia de armas y municiones, dieron a la FAN la capacidad para hacer frente a la ofensiva, retomando Abéché y Faya antes del 31 de julio de 1983.

La lucha contra la ofensiva de Habré provocó una feroz respuesta de Libia, y en los próximos días, la LARAF - ahora operando desde Faya Largeau - enviaba decenas de Tu-22Bs, Mirage 5Ds, Mirage F.1ADs y Su-22M-2/-3Ks para atacar a varios objetivos, con éxito dispersando varias unidades de la FAN que estaban en marcha en el desierto árido y abierto. Al mismo tiempo, los Mirage F.1EDs de Libia patrullaban a lo largo del paralelo 16 para mantener los refuerzos eventuales francés o Mirage del Zaire lejos de los campos de batalla en el norte. Operando desde Aouzou y Faya, los aviones libios fueron mucho más cerca de la parte delantera y en condiciones de dar apoyo aéreo constante. Además, los transportes Ilyushin Il-76, Lockheed C-130 Hércules y Boeing-Vertol CH-47 Chinook de la LARAF fueron capaces de volar más cerca de los suministros a las unidades, mientras que helicópteros Mil Mi-8 y Mil Mi-24 fueron desplegados también en un número de tiras hacia delante más pequeñas para apoyar las tropas de tierra.

La FAN carecían de medios para contrarrestar la fuerza aérea libia - durante toda la campaña sólo un Su-22M-2K fue derribado (el 4 de agosto de 1983; el piloto fue capturado). Desde la LARAF siguieron causando grandes pérdidas a las fuerzas del FAN, Habré fue finalmente obligado a llamar a Francia a la asistencia directa, y el 5 de agosto de 1983, hasta 2.000 soldados franceses fueron desplegados en Yamena con la ayuda de transportes C-141 Starlifter de EE.UU. como parte de la "Operación Manta". A los pocos días, los refuerzos franceses fueron desplegados a lo largo del paralelo 16, bloqueando el avance de Libia.


Después de la breve guerra con Egipto, en el verano de 1977, nuevas marcas fueron introducidas por el LARAF, así también en "Blinders" de la 1110a y 1120a BS, que consiste en simples campos verdes, como se ilustra en este Tu-22B interceptado por cazas USN, a la altura sobre el mar Mediterráneo, en el verano de 1981. Durante la década de 1980 muchos aviones comenzaron a mostrar signos de su gran uso y la exposición permanente a los elementos. - el color verde con el tiempo se convirtió en "blanqueada" de chocolate (foto USN, a través de autores )

La "Guerra de las Toyotas"

La situación en el Chad se ha estabilizado a principios de 1984, y ambas partes trataron de consolidar sus posiciones. Con el norte de Chad, bajo el firme control de la GUNT y fuerzas expedicionarias de Libia, el LARAF estableció una base aérea importante en un lugar estéril llamado Wadi Doum, donde se construyó una pista de 3.800 m de largo, defendido por un sitio SAM SA-6 y numerosas baterías antiaéreas ZSU-23-4. Esta base se había convertido en apenas operativo, cuando en 1986 estalló la lucha una vez más con una ofensiva de GUNT de nuevo hacia Yamena.

Francia, cuyas fuerzas se habían retirado a la República Centroafricana, que se inició la operación "Epervier", el despliegue de un contingente más grande de la Legión Extranjera en el Chad. Esta vez, sin embargo, los franceses decidieron lograr la superioridad aérea sobre el campo de batalla por la eliminación de la amenaza de los libios que operan en la BAM Wadi Doum. En la mañana del 16 de febrero de 1986, Jaguars y Mirage F.1Cs franceses - originalmente basado en Bangui en la República Centroafricana - volaron una ataque de gran éxito en contra de este campo de aviación, causando daños considerables a la pista y también varios sistemas de defensa aérea.

Aunque tomado completamente por sorpresa por la feroz reacción francesa, los libios prepararon su venganza en menos de 24 horas - en la mañana siguiente, un único Tu-22B cruzó el paralelo 16 a lo largo de un corredor aéreo comercial, y descendió a niveles muy bajos mientras que continúa en un curso hacia el sur. Al acercarse a Yamena, el atacante se subió rápidamente a 5.030 metros y aceleró pasando el Mach 1. Esta vez fue a los franceses que fueron tomados por sorpresa - el único Blinder dejó caer tres bombas de gran precisión: una impactó en la calle de rodaje y otros dos golpearon la pista de aterrizaje, cerrando el aeródromo durante varias horas.

La precisión y el éxito de este ataque -, así como un reconocimiento posterior de Yamena por una carrera de un solitario MiG-25R de Libia - sorprendió a los franceses, y los obligó a desplegar un sitio SAM MIM-23B I HAWK en el sitio a la capital del Chad - con la ayuda de transportes C-5A Galaxy de la USAF.

Esta acumulación de fuerzas francesas marzo 1986 coincidió con una disminución en la fuerza LARAF, en parte causada por las muy intensas operaciones, y en parte porque en el momento más "asesores" paquistaníes había abandonado el país. Contrario a algunos reportes, no hubo escasez de recambios - de hecho, una de las razones que Libia comprar muchos aviones de combate en la década de 1970 fue que Gaddafi se sorprendió por las enormes pérdidas de las fuerzas aéreas árabes durante la guerra contra Israel en 1973. Se obsesionó con la idea de comprar de aviones no sólo más que los que la LARAF pudiese necesitar, operar o mantener, sino también en cantidades de almacenamiento superiores para obtener de ellos piezas de repuesto (tantos que la LARAF nunca sería capaz de usar a todos ellos).

Sin embargo, las operaciones de Libia con sus Tu-22 fueron tan intensas que en 1986 el Segundo Escuadrón Bombardero abruptamente dejó de volar, cuando su personal y la mayor parte de la aeronave fueron trasladados al Escuadrón Bombardero Primero para ayudar a disminuir la carga de mantenimiento ocasionados por el estado de alerta permanente y las frecuentes operaciones de combate. Tensión adicional se añadió en la LARAF, cuando una unidad de cada uno de los MiG-23MS, Mirage 5Ds, F.1ADs Mirage, Su-20/-22s, y por lo menos un par de Tu-22Bs estaban estacionados permanentemente en el Chad, causando que las líneas de suministro desde el norte de Libia hasta el límite.

De marzo a abril de 1986, el libios se dedicaban también en una serie de enfrentamientos con las fuerzas de EE.UU. en el Golfo de Sirte, que culminaron con la ataque combinado USN-USAF contra Trípoli y Bengasi, el 15 de abril. La situación en el Chad se calmó, sobre todo después de Oueddei fue herido en un tiroteo en la capital libia, y detenido por la policía de Gadafi.

A finales de 1986, reforzado por las entregas de MANPADS y misiles guiados antitanque, y promovido por la ausencia de la LARAF, Habré sentía lo suficientemente fuerte como para comenzar una ofensiva que finalmente expulsaría a más de 10.000 tropas libias desplegadas en el país. El 2 de enero de 1987, presentaron elementos de la FAN invadido posiciones Libia sur y avanzaron hacia el norte, causando fuertes pérdidas, mientras que el sufrimiento sólo pocas bajas. Una vez más, el LARAF reaccionó con una serie de ataques aéreos de aviones que, principalmente por Tu-22Bs, Su-22 y MiG-23BN, sin embargo, el Ejército del Aire francés estaban ahora activos en el frente, y sus Mirage F.1Cs impidieron a la LARAF de seguir siendo tan efectivos como antes por lo que era demasiado arriesgado para las Blinders atacar concentraciones de tropas de la FAN y sus bases de suministro. En cambio, el 19 de marzo de 1987, la FAN aplastó dos potentes contra-ataques libios en el centro y el este de Chad, y los obligó a huir hacia Wadi Doum. Esta base se redujo a las tropas FAN dos días más tarde, después de la catastrófica pérdida de Libia.

En Chad, los franceses, y los americanos estaban encantados de encontrar las tiendas de equipos de fabricación soviética que los libios habían dejado atrás, entre ellos dos Tu-22B Blinders, tres helicópteros Mi-24 Hind, once entrenadores L-39ZO y dos SF.260s, todos los cuales fueron capturados intactos, junto con todo el equipo de por lo menos un sitio SAM SA-6 y un SA-8, además de una gran cantidad de equipos de comunicaciones y municiones.

En la mañana del 23 de marzo, la LARAF respondió mediante el envío de dos Tu-22Bs que bombardearon Wadi Doum, tratando de destruir los equipos capturados. Blinders adicionales y otros combatientes de Libia a continuación, también bombardearon Faya Largeau y varias otras ciudades capturadas por la FAN. Estos ataques continuaron durante los meses siguientes. Sin embargo, en ese momento la FAN estaba equipado con Estados Unidos y suministraron MANPADS Redeye y SA-7 egipcios, que se cobraron varias aeronaves libias. Además, los chadianos se precipitaron uno de los SA-6 - capturado de los libios - en servicio también. El 8 de agosto de 1987, dos Tu-22Bs intentaron un ataque contra el aeródromo de Abéché y un Blinder fue golpeado por uno de los dos SA-6 disparados: la tripulación murió en el acto.


 
Vehículo ZRK RUV lanzador de SA-6 de Libia, capturado por la FAN durante los combates cerca de Wadi Doum, e inspeccionados por las tropas del Chad en 1987. Más tarde ese año, este tipo de misil se volvió contra su antiguo propietario, y se utilizó para derribar un Tu-22.
(Departamento de Defensa de EE.UU., a través de los autores)

El mal estado del raid del Blinder fue demasiado para Habré - a finales de agosto de 1987, se reunieron clandestinamente 2.000 combatientes en el norte de Chad. En la noche del 4 de septiembre de 1987, traspasaron la frontera y a 300 kilómetros de profundidad a la base aérea principal de Libia en Ma'atan Bishrah. Al llegar a la mitad de la noche, la FAN capturó a los libios en ropa interior - en dos horas el aeropuerto y la base adyacentes fueron destruidas por completo, y los libios sufrieron pérdidas catastróficas, incluyendo 26 Su-22, MiG-21s, MiG-23s , Mirages, y dos Mi-24s (ambos derribados al intentar despegar). Antes del amanecer, las tropas de FAN se retiraron de nuevo en el Chad.

Una vez más, Khadafi se indignó, y muchos de sus militares pagaron con sus cabezas de esta catástrofe. Sin embargo, el líder libio estaba decidido a mostrar su poder, y ordenó un ataque más se llevará a cabo por los Tu-22Bs del Escuadrón 1110a.

En la madrugada del 7 de septiembre de 1987, cuatro Blinders penetraron el espacio aéreo del Chad, dos cercanos a Abéché y dos en Yamena. Esta vez, sin embargo, los franceses estaban listos. Su control en tierra en Yamena detectó la proximidad de las Blinders y vectoreó una pareja de Mirage F.1Cs franceses de la Fuerza Aérea para interceptarlos. Consciente de que no se podría tomar el TU-22 a tiempo, sin embargo, se ordenó a los Mirages que se mantengan alejados y se le entregó la interceptación a una batería del Regimiento de 402o de Defensa Aérea, del Ejército francés, que defendía el aeródromo de la capital de Chad, en su lugar. Este disparó uno o dos SAM MIM-23B I-HAWK, anotando un golpe que causó que uno de los Blinders estallara en varios pedazos grandes - que fueron atacados después por Crotale SAM de una base local de la batería de la Fuerza Aérea francesa. Finalmente, los franceses recuperaron gran parte de los restos, incluyendo el tren de aterrizaje que está ahora en exhibición en la puerta de entrada del regimiento de artillería que obtuvo el derribo. Ellos también se recuperaron los restos de la cabina - con los cuerpos de la tripulación. Estos resultaron haber sido los europeos, más tarde identificados como alemanes del este.

Tanto en este, y en el caso del Blinder derribado por el SA-6 de Chad, el 8 de agosto, los libios iniciaron operaciones intensivas de SAR para los supervivientes, y prometieron una recompensa considerable para la recuperación de los vivos, pero que no parece uno solo de los seis miembros de la tripulación sobrevivieron al derribo de sus atacantes. Interesantemente, el controlador que inició la intersección habría posteriormente de informar al comandante del destacamento de la Fuerza Aérea francesa en Yamena, y se atribuyó - en frente de todos los pilotos - para privar a la Armée del'Air de su primer derribo de avión de combate desde el final de la Segunda Guerra Mundial!

El otro Tu-22 en el camino para atacar Yamena abortaron y desaparecieron sin dejar caer ninguna bomba. La segunda parte no tuvo mucho más éxito tampoco, y aunque se las arregló para soltar sus 24 bombas equivocaron el objetivo y casas afectadas, cerca del aeropuerto de Abéché, matando a varios civiles.

Aunque después los libios acumularon varias brigadas en la frontera del Chad, la guerra era en realidad había terminado, y el 11 de septiembre de 1987, un cese al fuego fue firmado por todas las partes implicadas y - con la excepción de unos ataques aéreos más de la LARAF, volados a principios de octubre, durante el cual la FAN derribó un Su-22M-3K y un MiG-23MS utilizando los recientemente adquirido FIM-92A Stinger - se observó en gran parte por ambos lados. A principios de 1988, los MiG-25Rs de la LARAF también dejaron de volar misiones de reconocimiento sobre Chad.

Final de la línea en Irak y Libia

En 1989, las flotas de Tu-22s tanto en Iraq y la Jamahiriya estaban en la misma condición y habían pasado más de diez años así, excepto que había un número mucho menor de ellos y que la mayoría estaban fuera de su vida fuselaje anticipada o sin posibilidad de reparación. Sólo cinco Tu-22Bs y Tu 22Us-se mantuvieron intactos en Irak, pero no sirvieron para nada. Cuando la II Guerra del Golfo estalló en la madrugada del 17 de enero de 1991, todos estaban estacionados - aún con el 7º Escuadrón Bombardero - en la BAM Al-Taqqadum. Esta unidad se ha añadido ahora a todos los restantes seis Tu-16 y H-6DS de la 8ª Escuadrón Bombardero (por lo menos uno de ellos estaba equipado con los pods UPAZ Sakhalin-1 suministrados por los soviéticos y actuaban como un avión cisterna), que a su vez de nuevo recualificaron en Sukhoi Su-24MKs.

Parece que a pesar de todos los Tu-22Bs supervivientes fueron reformadas en la URSS en 1989 y 1990, los iraquíes estaban en realidad previstos a ser completamente reemplazarlos con los Su-24. En consecuencia, cuando en la primera noche de la operación "Tormenta del Desierto" los F-117As de la USAF aparecieron sin ser detectados por al-Taqaddum, los bombarderos iraquíes fueron capturados aún dentro de sus bunkers y reducidos a montones de chatarra por el impacto directo de bombas guiadas por láser. El único B-6D sobreviviente fue recuperado y puesto en funcionamiento sólo en el año 2002, los pilotos de EE.UU. y el Reino Unido los detectaron en el aire varias veces tan tarde como en marzo de 2003 - ocasionalmente acompañados por el único Su-24MK iraquí sobreviviente. Este bombardero debería haber sido destruida por los ataques aéreos de EE.UU. en el mes siguiente. Cuando al-Taqaddum fue capturado por las unidades de la SAS australiana en mayo de 2003, los restos de la otrora orgullosa ex flota de bombarderos de la IrAF se seguía ocultando en sus refugios: todos se les dio a dos comerciantes de chatarra procedente de Bagdad, y se convirtieron en lingotes de aluminio. A través de análisis de imágenes satelitales y a nivel del suelo, se puede concluir que hubo un total de 8 pecios de Tu-22 presentes en al-Taqaddum antes de ser fundidos.

El destino de los Tu-22 de la Jamahiriya fue diferente - de los fuselajes que sobrevivieron el desgaste, la guerra en el Chad, y docenas de misiones de combate volando contra objetivos en Sudán, sólo cinco Tu-22Bs y un solo Tu-22U se mantuvieron operativos en 1992: el último vuelo de un Blinder libio se registró el 7 de septiembre de ese año. Al igual que en Irak, fueron sustituidos en el servicio por los Su-24MKs. Con la llegada relativamente reciente de las imágenes de satélite disponibles al público, puede ser confirmado definitivamente que el 7 Blinders, en aparente buen estado, se almacenan en la BAM Jufra/Hun, mientras que otro está abandonado en la BAM Mitiga. Cuatro se perdieron en el Chad - dos derribados y dos abandonados en Wadi Doum - y un ejemplar se perdió en un accidente en la década de 1980, mientras intentaba aterrizar en Brach. El destino de las otras tres células de aeronaves de un total de 16 entregados se desconoce, pero es probable que se hayan perdidos en accidentes a lo largo de los años.


  
Desde el comienzo de su servicio con estas dos fuerzas aéreas árabes, los "Blinders" de Irak y Libia usaron diferentes colores de camuflaje, a pesar de aplicarse en el mismo patrón de amplias rayas de color verde oscuro sobre marrón (en el caso de los ejemplos Libia) o verde oliva (en los ejemplos de Iraq) en los lados superior del fuselaje y las alas, mientras que superficies más bajas fueron de color gris pálido. Por desgracia, en el caso los Tu-22s de Libia no se conocen publicaciones seriadas, que no sean visibles en cualquiera de las fotos disponibles.
(Obras de arte por Tom Cooper) 
Tu-22B de la Fuerza Aérea iraquí serie 1113, que muestra el camuflage típico camouflage of the Iraqi Blinders. Parece que los Tu-22Bs fueron serializados 1101 a 1114.
(arte de Tom Cooper)

Servicio silencioso en Afganistán

Las salidas de combate volada por los últimos Blinders de Libia en 1987, y ejemplares iraquíes en 1988, no iban a ser las misiones finales voladas por el Tu-22. Las salidas de combate volado por última vez el tipo se llevaron a cabo por medio de ejemplares en el servicio con su usuario original, la Aviación de Largo Alcance soviética, durante las etapas finales de la guerra de Afganistán.

A finales de 1980, la participación soviética en Afganistán estaba perdiendo el apoyo político y popular, y el costo del conflicto en curso se hizo insoportable por la económicamente precaria URSS. El gobierno de Gorbachov decidió que era hora de poner fin a la presencia militar en Afganistán, y completó la retirada de los contingentes soviéticos en febrero de 1989.

Para cubrir la retirada de un uso masivo poder de fuego se ha considerado necesario, para evitar el rebasamiento de los muyahidin afganos de todas las posiciones abandonadas por los soviéticos. Aunque los bombarderos Tu-16 Badger, así como los Tu-22M2 Backfire y el Tu-22M3 se habían utilizado en Afganistán antes, durante la retirada de los bombarderos de la Aviación de largo alcance tuvieron que asumir el papel de salidas de unidades de aviación frontal y retrasar a los muyahidin.

En octubre de 1988, dos escuadrones de bombarderos Tu-22M3 Backfire de Poltava 185. TBAP fueron desplegados a la BAM Mary-2 en la República Soviética de Turkmenistán. Durante sus misiones de bombardeo sobre Afganistán, que se redujeron principalmente a bombas de gran tamaño FAB-1500 y FAB-3000, que fueron utilizadas contra objetivos conocidos, y también como armas negación área con espoletas de retraso que detonar las bombas hasta seis días después de haber caído.

Ya que muchos de los objetivos de los Badgers y Backfire se encontraban en la región de Khost, cerca de la frontera con Pakistán, siempre había una amenaza potencial de que interceptores F-16A Fighting Falcons de la Fuerza Aérea de Pakistán (PAF), que ya habían derribado numerosos aviones soviéticos y afganoa en esa zona. Como resultado, los Backfires necesitaban ECM para cubrir con perturbación a los radares de alerta temprana de la FAP. En consecuencia, el Tu-22PDs del DBAP 314, por lo general con base en Ozernoye, se desplegó también a la BAM Mary-2. Durante las misiones en Afganistán, las capacidades de bloqueo del Blinder-E dieron buenos resultados, y ningún interceptor FAP fue encontrado, aunque algunos otros aviones soviéticos y afganos - incluyendo el Su-25 volado por Alexander Rutskoy, que más tarde se convirtió en vicepresidente de Rusia y más tarde en el gobernador de Kursk-fueron interceptados y derribados por los F-16 de la FAP durante el mismo plazo.

En diciembre de 1989, los Tu-22M-3 de Poltava fueron reemplazados por aeronaves similares de la BAM Orsha-Balbasovo, y en enero del año siguiente los Blinders de perturbación fueron reemplazados con cuatro Tu-22PDs de la DBAP 203, normalmente estacionados en la BAM Baranovichi. Sin embargo, se retiraron después de sólo varias semanas, dejando a Mary-2 en febrero, tan pronto como las últimas tropas soviéticas habían sido retiradas de Afganistán. Hay informes de que el Tu-22PD Blinder-E del DBAP 203 entró varias veces el espacio aéreo de los paquistaníes totalmente desapercibida por las defensas aéreas de la PAF, pero estos rumores nunca fueron confirmados. Este despliegue última breve combate de Tu-22 terminó con tres Tu-22RDs Blinders de 199 ODRAP de la BAM Nezhin, estacionada en Mozdok AB, el 3 de noviembre de 1989, para tareas de reconocimiento fotográfico sobre Afganistán. Su única misión fue cancelada, sin embargo, y el avión regresó a Nezhin en una semana.

El posterior colapso de la URSS con el tiempo selló el destino de las Blinders restantes. Aunque nominalmente todavía en la fuerza con la Fuerza Aérea de Ucrania hasta bien entrada la década de 1990, su última misión había sido volado varios años antes.

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En resumen, los Tu-22s fueron utilizados siempre contra enemigos y sobre las áreas que no se tenían planeado volar. En lugar de ser desplegado en las formaciones de tamaño regimiento contra grandes bases de la OTAN en el oeste de Europa, o contra las portaaviones de la USN en el Mar Mediterráneo, en la mayoría de los casos los Blinders de Irak y Libia volaron uno, dos o tres aeronaves en misiones anti-buque, corriendo a alta velocidades superiores hacia los objetivos en sus países vecinos, a fin de permanecer fuera del alcance de las defensas terrestres o interceptores. Si bien se las arreglaron para evadir la mayor parte de los cazas enemigos enviados contra ellos, los resultados de sus ataques de bombardeo son mixtos. Esto se debía sobre todo por la necesidad habitual para desarrollar adecuadas técnicas de bombardeo para el uso en combinación con un sistema de puntería de armas extraordinariamente difícil, un avión tendiente al mal funcionamiento, la falta de información adecuada selección de blancos, así como tácticas pobres.

En total, nunca el Tu-22 resultó del todo satisfactoria, e incluso los soviéticos culpando a las "mal entrenadas" tripulaciones árabes por la falta de éxito no puede evitar el hecho de que la precisión de cada ataque realizado por el tipo no sólo en función de la capacitación del operador de armas o sus habilidades y experiencia, sino también - debido a la fiabilidad técnica - en gran medida también de una buena cantidad de suerte. El Tu-22B, sus bombas, el sistema de puntería, y la mayoría de sus armas - con excepción de la bombas FAB-500 - eran demasiado propensas al mal funcionamiento para permitir mejores resultados bombardeo - independientemente del funcionamiento del avión a altas velocidades y altitudes, o de niveles bajos. Lo mismo hay que llegó a la conclusión sobre el Tu-22K: el Kh-22 era un arma muy poco fiable, y los informes disponibles sobre su despliegue en Irak, en el período comprendido entre 1981 y 1986, indican que sólo uno de cada 12 misiles funcionó como lo publicitaba el fabricante, y lo que se esperaba de las tripulaciones. Incluso este resultado sólo se logró por los esfuerzos intensos de las las tripulaciones de tierra y de vuelo iraquíes, que eran los únicos que implementar periódicamente este de armas propulsadas por ácido en combate. Los pilotos soviéticos y de Alemania del Este y los operadores de sistema de armas no pudieron mejorar la situación: como una cuestión de hecho, hasta los Tu-22M-2/-3s desplegados en Afganistán siguieron sufriendo problemas similares.

Las incursiones de los solitarios Tu-22Bs de Libia contra el campo de aviación en Yamena en 1986, así como el ataque contra Khark, en 1988, siguen siendo la mejor de dos conocidos ejemplos perfectos de muy pocos de lo que se podría haber logrado con este aviones - si hubiese sido mejor desarrollado en el primer lugar.



 

viernes, 28 de agosto de 2020

Guerra del Chad: La pobre efectividad libia

Efectividad militar libia en Chad

Weapons and Warfare



Tanques libios abandonados en Chad



Aunque la fortuna militar de Libia en Chad aumentó y disminuyó dramáticamente durante los nueve años de su participación allí, el desempeño de las fuerzas militares libias se mantuvo notablemente consistente. Las fuerzas tácticas libias se desempeñaron extremadamente mal de principio a fin. Los generales de Libia demostraron ser un grupo variado pero en su mayoría adecuado: sus cualidades como estrategas iban desde bastante impresionantes hasta medianas, y sus cualidades como líderes de hombres iban desde poco inspiradores hasta razonablemente efectivos. Por otro lado, las operaciones logísticas de Libia fueron consistentemente excelentes, a veces sobresalientes, durante el transcurso de sus guerras en Chad.

Las causas principales de las variadas fortunas de Trípoli en Chad no fueron el desempeño de las armas libias en absoluto, sino las alineaciones políticas cambiantes en ambos lados y el eventual desarrollo de las fuerzas militares chadianas que pudieron explotar las limitaciones de las fuerzas tácticas libias. En última instancia, el desempeño de las fuerzas libias se parecía mucho al de los otros ejércitos árabes, aunque cayó en el peor extremo de ese espectro. Al principio ganaron porque su adversario era aún más débil que ellos, pero finalmente perdieron porque su oponente mejoró dramáticamente y no pudieron.

Rendimiento estratégico Los generales de Libia rara vez fueron espectaculares y deben cargar con parte de la culpa de ciertas derrotas libias, pero no fueron terribles y merecen crédito por muchas de las victorias de Libia. En general, difícilmente pueden considerarse un elemento principal del eventual fracaso de Libia.

En general, las diversas invasiones libias de Chad fueron bien dirigidas, aunque simples. La estrategia de Libia en cada ofensiva era moverse de un centro de población al siguiente en las mejores rutas desde el sur de Libia hasta Yamena: ozianga kebir y luego Faya Largeau a Kouba Olongo, o Fada a Abeche. Estas rutas estaban determinadas en gran medida por consideraciones logísticas: la necesidad de asegurar cada centro de población (y sus suministros de agua, suministros de energía, cruces de carreteras y aeródromos) antes de pasar al siguiente. Además, la franqueza y la previsibilidad de estas rutas demostraron ser una ventaja para los libios en la medida en que el principal objetivo operativo de Libia era llevar al ejército chadiano a la batalla en terreno abierto fuera de Yamena, donde podría ser aplastado por la potencia de fuego libia. Por lo tanto, el hecho de que los chadianos pudieran anticipar la ruta de avance libia y con frecuencia enviaran a su ejército principal para tratar de detener la invasión libia con frecuencia significaba que el FANT estaba justo donde los libios los querían.

Durante la mayor parte de su participación, este enfoque estratégico funcionó bien. Al asegurar cuidadosamente cada centro de población antes de pasar al siguiente, los libios aseguraron sus líneas logísticas y de comunicación y con frecuencia pudieron extraer formaciones chadianas considerables para luchar contra ellos a la intemperie, donde la armadura y el poder aéreo de Libia generalmente resultaron decisivos. En 1980-1981, las fuerzas libias conquistaron con éxito Chad, y solo el mal manejo de Gadafi de los arreglos políticos posteriores al alto el fuego obligó a los libios a salir nuevamente. Del mismo modo, en 1978 y 1983 hay muchas razones para creer que los libios también habrían invadido el país si no hubiera sido por las intervenciones francesas. En 1984-1986, los libios resolvieron ese problema engañando a los franceses para que se retiraran y luego se movieron lentamente con una fuerza mínima para no darles a los franceses suficiente provocación para regresar.




En última instancia, la limitación clave en las operaciones libias no fue una generalización deficiente, sino la incompetencia de las formaciones tácticas de Trípoli. Las unidades libias tenían una efectividad tan limitada en el combate que solo en circunstancias perfectas podría tener éxito este enfoque estratégico. Específicamente, solo cuando las fuerzas libias fueron llamadas a proporcionar casi nada más que apoyo de fuego, ataques aéreos y la carga ocasional del tanque podrían prevalecer sobre sus adversarios chadianos. Por lo tanto, solo cuando los libios tenían un número suficiente de Toubous de Goukouni para servir como infantería de reconocimiento y asalto, solo cuando la Fuerza Aérea francesa no derribó a la Fuerza Aérea de Libia, y solo cuando las fuerzas de Chad tenían una movilidad táctica limitada y sin antitanques o antitanques Las armas de los aviones podrían los libios prevalecer en enfrentamientos tácticos. Cada vez que alguna de estas condiciones no se cumplía, los libios perdían. Mal.

En consecuencia, es difícil culpar a los generales de Libia, al menos por la incapacidad de Libia para asegurar sus objetivos hasta 1986. Durante ese período de tiempo, era razonable que los comandantes estratégicos de Tripoli creyeran que podían crear las condiciones adecuadas bajo las cuales sus fuerzas podrían derrotar a los chadianos en la batalla, y de hecho con frecuencia se demostró que eran correctos.

Después de 1986 es más difícil defender el liderazgo estratégico de Libia. Específicamente, el alto mando libio debe asumir al menos parte de la culpa de la incapacidad de las fuerzas armadas libias de reconocer o adaptarse al cambio en el equilibrio de poder en el campo de batalla. Hasta cierto punto, la incapacidad de los generales de Libia para reaccionar adecuadamente a la mejora dramática en las capacidades de FANT se puede atribuir a la sorpresa. Más allá de eso, el alto mando libio al menos parece culpable de arrogancia y / o inercia: casi con certeza se habían vuelto tan despreciativos de las capacidades de FANT o tan acostumbrados a las limitaciones de FANT que no podían aceptar que los chadianos los estaban golpeando.

Del mismo modo, es difícil imaginar lo que los generales de Libia podrían haber hecho de otra manera si hubieran sido menos tercos y más dispuestos a adaptarse. Al igual que los iraquíes en la Guerra del Golfo, la respuesta militar "correcta" al problema creado por las nuevas capacidades del FANT probablemente fue haber evacuado el norte de Chad, pero esta fue una decisión política que Gadafi casi seguramente habría prohibido incluso si sus generales hubieran recomendado eso. Una vez que sus nuevas armas y transporte motorizado permitieron al FANT regresar a sus tácticas de enjambre tradicionales, las fuerzas libias simplemente fueron incapaces de derrotarlos. Nuevamente, como los iraquíes en 1991, los libios no pudieron haber adoptado una defensa móvil e intentaron igualar las técnicas de guerra de maniobra chadianas porque las formaciones tácticas de Trípoli simplemente no podían ejecutarlas. En consecuencia, la única estrategia practicable para los libios era excavar profundamente en los centros de población clave para obligar a los chadianos a atacar posiciones fuertemente fortificadas defendidas con un tremendo poder de fuego y con la esperanza de desangrar al blanco FANT. Finalmente, las fuerzas tácticas libias demostraron ser incapaces de lograr incluso esto, y los libios fueron derrotados.

Aún así, los generales de Libia deben ser criticados por las numerosas contraofensivas que llevaron a cabo durante 1987, lo que claramente va en contra de la lógica que hizo de la postura defensiva estática una opción razonable. La defensa estática era la estrategia apropiada para los libios después de 1986 porque carecían de la capacidad de derrotar a los chadianos en enfrentamientos y maniobras, y por lo tanto tenía sentido tratar de desgastar al FANT obligándolo a asaltar repetidamente las posiciones fuertemente fortificadas defendidas con gran potencia de fuego. Esta lógica debería haber descartado operaciones de contraofensiva a gran escala, como las que los libios llevaron a cabo en 1987 en B’ir Kora, Tibesti y Oumchi. El envío de grandes fuerzas fuera de sus bases fortificadas para tratar de asaltar las posiciones de Chad los expuso al riesgo de emboscada y masacre de las unidades FANT en el camino, que por supuesto es exactamente lo que sucedió.

Rendimiento táctico. Las fuerzas tácticas libias se desempeñaron extremadamente mal en Chad durante toda la participación de Trípoli allí. La incompetencia táctica libia fue el talón de Aquiles del esfuerzo de guerra libio, la vulnerabilidad clave que el FANT fue capaz de explotar para derrotarlos. Las fuerzas tácticas libias eran tan limitadas en sus capacidades que desaprovecharon las oportunidades ofrecidas por los magníficos esfuerzos logísticos de Trípoli y restringieron severamente las opciones estratégicas disponibles para los generales libios.

Sin duda, el mayor fracaso de las fuerzas tácticas libias fue su rigidez. Las unidades libias repitieron las tácticas soviéticas de la manera más estereotipada y sin aprovechar ni siquiera la flexibilidad limitada inherente a la doctrina soviética. Por ejemplo, la infantería mecanizada libia siempre luchó montada, independientemente del terreno, la misión u otras condiciones. Como resultado, la infantería mecanizada libia por lo general no cavaba en defensa ni desmontaba para despejar a los atrincherados equipos de infantería o antitanques chadianos. Cualquier número de APC libios fueron incinerados por los chadianos con escuadrones de infantería completos dentro de ellos (54 de tales APC se encontraron en Wadi Doum). Los tanques libios rara vez maniobraban o intentaban flanquear a un enemigo: cuando defendían, se sentaban inmóviles en posiciones preparadas, y al atacar simplemente rodaban hacia adelante, en ambos casos disparando casi indiscriminadamente hasta que el enemigo se escapó o fueron destruidos. La artillería libia demostró ser experta en la realización de bombardeos prerregistrados y planificados previamente, pero eso fue todo. Entonces, si el bombardeo inicial de Libia no destruyó la defensa chadiana, la artillería libia podría contribuir poco más, y la batalla tuvo que ser entregada a la armadura para lanzar una carga, o bien a la infantería GUNT (cuando esté disponible) para avanzar y desalojar a los defensores de FANT. En defensa, especialmente en 1986-1987, cuando la nueva movilidad del FANT les permitió atacar repentinamente desde cualquier punto, la artillería libia resultó en gran medida inútil ya que no podía mover con precisión el fuego alrededor del campo de batalla.

Además de las fallas individuales de cada una de las armas de combate de Libia, sus oficiales menores no podían integrar estas fuerzas en operaciones de armas combinadas y concertadas. En todos los casos, la infantería, la artillería, la armadura, los ingenieros, etc., tuvieron que luchar en batallas separadas. Lo mejor que hicieron fue coordinar los disparos de tanques, artillería y lanzacohetes con ataques aéreos en bombardeos indiscriminados de objetivos fijos. No podían proporcionar apoyo de fuego para maniobrar activamente las fuerzas. De hecho, las unidades de apoyo de fuego de Libia realmente ni siquiera podían conducir bombardeos rodantes en apoyo de la armadura o los avances de infantería GUNT; o bombardearon o atacaron, pero no ambos simultáneamente.

Como esto sugiere, la mayoría de los problemas libios pueden atribuirse a un liderazgo táctico ineficaz. Los suboficiales libios demostraron ser inflexibles y poco agresivos, y por lo tanto tenían poca capacidad para hacer frente a las maniobras rápidas de las unidades FANT al final de la participación libia, o incluso a las tácticas de infantería más lentas y pesadas de las fuerzas de Habré antes de 1986. En contraste con el Un liderazgo bastante agresivo desplegado por los niveles superiores de la estructura de mando libia, que insistieron en contraatacar durante todo 1987 a pesar de la considerable evidencia de que tales operaciones no podían tener éxito, las fuerzas tácticas libias casi nunca contraatacan, excepto cuando lo ordena una autoridad superior.

De manera similar, los defensores libios rara vez desplazaron sus fuerzas para bloquear avances, apuntalar sectores bajo presión o enfrentar un ataque de flanco. En esos pocos casos en que los comandantes locales libios hicieron tal esfuerzo, sus fuerzas lo hicieron demasiado lenta y rígidamente para que la acción valiera la pena. Tampoco las unidades libias intentaron maniobrar por una posición ventajosa en la batalla. Los libios realmente trataron de no moverse en absoluto, prefiriendo noquear a las unidades chadianas de sus posiciones con poder de fuego. En aquellas ocasiones en que las fuerzas libias finalmente recurrieron a un asalto (y cuando carecían de infantería GUNT para conducirlo por ellos), lanzaron ataques frontales lentos y rígidamente prescritos directamente en las principales posiciones de Chad. Finalmente, cuando los libios tuvieron éxito, raramente persiguieron unidades FANT derrotadas, con el resultado de que nunca obtuvieron el mayor éxito táctico posible y nunca exterminaron a las fuerzas de Habré, lo que les permitió reagruparse y luchar de nuevo otro día.

Los libios también experimentaron problemas debilitantes para administrar la información en toda su estructura de comando, pero nuevamente, estas fallas fueron mayores en los niveles tácticos. Los comandantes superiores de Libia rara vez proporcionaban información adecuada sobre las operaciones libias o el despliegue y las capacidades del enemigo a sus subordinados. Sin embargo, generalmente reconocieron la necesidad de evaluaciones precisas de las fuerzas de Chad y, por lo tanto, emplearon exploradores GUNT o aviones de reconocimiento LAF para recopilar dicha información. Los libios no fueron muy minuciosos incluso cuando hicieron el esfuerzo de averiguar dónde estaban las fuerzas chadianas y qué estaban haciendo. La inteligencia estratégica libia a menudo dejó brechas significativas en su cobertura y rara vez se mantuvo al tanto de los desarrollos en la política y los asuntos militares chadianos. Los suboficiales de Trípoli ni siquiera se desempeñaron hasta este nivel.

Las unidades tácticas libias simplemente no realizaron reconocimientos. El ejemplo más obvio de esto fue en B’ir Kora, donde ni el comandante de la columna libia se molestó en explorar su ruta de avance o desplegar fuerzas para proteger sus flancos. Sin embargo, esta fue una constante de las operaciones libias en Chad. Las fuerzas libias eran famosas por no mantener siquiera una vigilancia alerta alrededor de sus bases fortificadas y campamentos de campo. Para empeorar las cosas, los comandantes tácticos libios engañaban regularmente a sus superiores por temor a avergonzarse a sí mismos, a sus hombres, sus colegas o sus superiores; exageraron la escala de victorias, no informaron las derrotas y exageraron el tamaño de las fuerzas enemigas. Como resultado, los comandantes estratégicos libios frecuentemente tenían poca idea de lo que realmente estaba sucediendo en el campo de batalla.

Unidad de cohesión. La cohesión de las formaciones libias en Chad y el grado de compromiso y valentía de los soldados libios fluctuaron considerablemente en el transcurso de la intervención libia, correlacionando en cierta medida con los altibajos de la moral libia. Cuando la moral de Libia era alta, la cohesión de la unidad era más fuerte, y más soldados libios estaban dispuestos a arriesgar sus vidas por sus camaradas y sus misiones. Por otro lado, cuando estaban desanimados, las unidades se rompieron bajo menos presión y menos tropas estaban dispuestas a sacrificarse por su misión o entre sí.

Sin embargo, había otros patrones de cohesión unitaria y compromiso individual que no se ajustaban a las oscilaciones en la moral libia. Por ejemplo, las fuerzas libias siempre muestran una mejor cohesión de la unidad al defender posiciones fijas que en cualquier operación ofensiva o enfrentamiento. Cuando los libios tuvieron la oportunidad de excavar y permitir que sus hombres pelearan desde líneas fortificadas, las unidades libias desde el escuadrón hasta el nivel de batallón se unieron, lucharon duro y se aferraron a sus líneas de trinchera. Esto fue igualmente cierto en el caso de las fuerzas libias que luchaban en N'djamena cuando subían a la cima de su avance victorioso en 1980, como lo fue cuando intentaban desesperadamente aferrarse al Tibesti incluso después de las aplastantes derrotas de 1986 y principios de 1987. Además, fue generalmente una rareza cuando las unidades regulares libias simplemente colapsaron en la batalla; Aunque la milicia y los legionarios panafricanos islámicos podrían correr a la primera señal de batalla, las formaciones de línea libias generalmente tenían que ser golpeadas antes de que se agrietaran.

Por supuesto, debe tenerse en cuenta que la cohesión de la unidad libia, incluso en su mejor momento, tuvo poco impacto en el éxito de las fuerzas libias en el combate. Aunque la pobre cohesión de la unidad a menudo contribuyó a los reveses libios, nunca fue una causa singular de derrota. Tampoco fue el caso que la buena cohesión de la unidad por sí sola condujo a una victoria libia. Las limitaciones de los oficiales subalternos libios dejaron sus formaciones tácticas tan inútiles que esto eclipsó otras consideraciones, como la cohesión de la unidad. Al atacar, lo único que importaba era la potencia de fuego que los libios podían ejercer y si los chadianos se sentaban y la tomaban. Porque si los chadianos podían limitar la potencia de fuego libia o maniobrar contra ellos, los libios estaban condenados a la derrota. Del mismo modo, al defender, lo único que importaba era si los chadianos se veían obligados a realizar un asalto frontal de movimiento lento o si podían realizar maniobras rápidas de flanqueo. Porque si los chadianos pudieran maniobrar, los libios iban a perder. Solo cuando los libios estaban llevando a cabo operaciones de defensa estáticas contra un asalto frontal chadiano, se hizo relevante si las unidades libias resistirían, lucharían, se romperían o huirían.

Servicio de combate de apoyo. Los libios tenían un historial extrañamente mixto en términos de apoyo a sus fuerzas en Chad. Por un lado, el mantenimiento de Libia fue horrible. Los soldados libios y los oficiales menores parecían no comprender la necesidad de un mantenimiento preventivo regular en los principales sistemas de armas, ni tenían el deseo o las habilidades para realizar reparaciones en equipos rotos. Trípoli trató de compensar mediante la importación de un gran número de técnicos cubanos y de Europa del Este que fueron asignados a grandes talleres centralizados que se desplegaron con las fuerzas de combate libias en Chad. En Wadi Doum, un número de cubanos, norcoreanos y alemanes orientales fueron capturados por los chadianos. Este personal había sido asignado a las tripulaciones de mantenimiento de la base aérea y a las principales instalaciones de reparación que los libios habían establecido allí para vehículos blindados. Sin embargo, debido a que los libios nunca tuvieron suficientes técnicos del Pacto de Varsovia para unirlos a cada formación de campo hasta el batallón o el nivel de la compañía, y porque las cuadrillas de vehículos libios no estaban dispuestos y no podían realizar el mantenimiento básico, las tasas de preparación operativa (O / R) libias se mantuvieron pobre. Por ejemplo, aunque más de la mitad de los aviones de combate de Libia se mantuvieron almacenados porque tenían un número inadecuado de pilotos entrenados para volarlos, los escuadrones de línea libios todavía rara vez podían alcanzar tasas de preparación superiores al 50 por ciento.

Por otro lado, la logística libia fue de primer nivel a lo largo de la historia de su intervención en Chad. En cada campaña libia, las fuerzas de Trípoli se mantuvieron bien abastecidas. Nunca fueron derrotados, ni siquiera obstaculizados, por la escasez de municiones, alimentos, combustible, agua u otros consumibles de combate. En cambio, las fuerzas libias generalmente tenían un amplio suministro de todo lo que necesitaban para procesar las operaciones de combate, sin importar cuán difíciles fueran las condiciones. De hecho, los problemas de mantenimiento de Libia no pueden atribuirse a las deficiencias logísticas; En 1987, cuando las fuerzas de Chad invadieron las principales bases de Libia en el oasis de Faya-Largeau, Wadi Doum y Aouzou, descubrieron vastos depósitos llenos de repuestos, herramientas de reparación, manuales de reparación y equipos de reemplazo. Del mismo modo, la baja moral de las fuerzas libias no puede atribuirse a la negligencia o al aprovisionamiento inadecuado, porque los intendentes de Gadafi se encargaron de las fuerzas de combate, prodigando todo tipo de comodidades. Por ejemplo, en 1980, la guarnición libia en Abeche recibió música entubada, instalaciones deportivas, aire acondicionado, un campo de trigo regado e incluso una vaca Guernsey para la leche del comandante.

Las fuerzas libias que se desplegaban hacia el sur hacia Chad se movieron rápida y eficientemente, llegando a donde debían hacerlo cuando debían hacerlo. En varias ocasiones, la Fuerza Aérea de Libia demostró la extraordinaria habilidad de transportar enormes fuerzas mecanizadas libias a Chad al comienzo de una ofensiva. Los mejores ejemplos de esto fueron en 1980 y 1983, cuando Gadafi comenzó sus invasiones transportando por aire a miles de tropas completas con tanques, APC, piezas de artillería y LMR en la Franja de Aouzou. En ambas ocasiones, estas operaciones se llevaron a cabo rápida y hábilmente y permitieron a los libios robar una marcha sobre Habré.

Los logros logísticos de Libia parecen aún más impresionantes cuando se tienen en cuenta las circunstancias. Son más de 1.100 kilómetros desde Yamena hasta el oasis de Aouzou en la frontera con Libia. Además, hay más de 1,000 kilómetros desde el oasis de Aouzou hasta las principales bases militares libias a lo largo de la costa mediterránea. Por lo tanto, las campañas más exitosas de Libia se libraron a más de 2,000 kilómetros de los principales depósitos libios. Además, aunque el terreno chadiano es ideal para la armadura táctica y las operaciones aéreas, constituye un entorno logístico estratégico extremadamente prohibitivo. Gran parte de los dos tercios del norte del país son desiertos, matorrales o sabanas secas con poca agua, tierras cultivadas o población. La infraestructura chadiana era primitiva. Había pocas carreteras o aeródromos, y esencialmente no había líneas de ferrocarril para el movimiento de grandes fuerzas militares.

Los libios superaron todos estos obstáculos para cumplir con los requisitos inmediatos a corto plazo y hacer que su presencia en Chad sea sostenible a largo plazo. Los ingenieros y logísticos libios construyeron carreteras, aeródromos y todo tipo de bases logísticas, desarrollando lentamente una red de transporte considerable desde la costa mediterránea hacia el sur hasta el centro-norte de Chad. Cuando los libios finalmente fueron desalojados de Chad, no fue porque carecían de la capacidad de suministrar sus fuerzas allí. Aunque es cierto que las formaciones de combate libias no avanzaron a un ritmo particularmente tórrido, no obstante es notable que sus elementos de apoyo del servicio de combate pudieron llevar a cabo estas operaciones de manera tan suave y rápida como lo hicieron, mostrando una habilidad en capacidades de mantenimiento que la mayoría de los terceros Los ejércitos mundiales (de hecho, que muchos ejércitos del primer mundo) carecen.

Rendimiento de la Fuerza Aérea de Libia. Durante aproximadamente siete años, la Fuerza Aérea de Libia fue probablemente la flecha más importante en el carcaj de Trípoli en Chad. Cuando era libre de participar en operaciones de combate, los aviones libios a menudo demostraban ser el elemento decisivo en cualquier batalla. Sin embargo, el desempeño real de combate de la LAF fue tan pésimo como el del ejército libio.

Los ataques aéreos libios, sin importar cuán pesado o prolongado sea, raramente causaron algún daño físico al objetivo. Las tropas de FAN o FANT sufrieron pocas bajas por los ataques aéreos libios, ni perdieron muchos equipos. En particular, en 1986-1987, el LAF no pudo destruir ni impedir la flota de Toyotas que fueron fundamentales para la victoria chadiana. La única excepción a esta regla fueron los ataques aéreos libios en las aldeas chadianas, que causaron un gran número de víctimas civiles pero fueron contraproducentes porque incitaron a grandes elementos de la población chadiana contra Trípoli. Los ataques aéreos libios rara vez causaron daños físicos porque pocos pilotos libios realmente entendieron sus aviones y municiones lo suficientemente bien como para colocar las municiones con precisión en el objetivo.

De hecho, la incompetencia de los pilotos libios fue el mayor problema de la Fuerza Aérea Libia en Chad. Debido a que los chadianos no tenían fuerza aérea, y los franceses nunca enviaron más de un par de escuadrones de jaguares para oponerse a ellos, mientras que los libios regularmente cometían entre 5 y 10 escuadrones de espejismos, Su-22, MiG-23 y MiG-21. LAF invariablemente tenía la ventaja en términos de números, potencia de fuego y equipamiento. Pero sus pilotos desperdiciaron estas ventajas, incluso sin oposición en el aire. En palabras de Anthony Cordesman, los libios tenían "una grave escasez de pilotos incluso mediocres". Un experto del gobierno de los EE. UU. En el ejército libio estimó que no más del 10 por ciento de los pilotos libios habrían sido considerados incluso viajeros adecuados según los estándares occidentales.

Como fue el caso de las fuerzas terrestres de Libia, el único punto brillante en el desempeño de la Fuerza Aérea de Libia fue en el campo logístico. Los intendentes de Trípoli y los técnicos del bloque del este por lo general pudieron mantener una tasa de salida razonable para los bombarderos de combate libios. En batallas clave, esto significaba que los aviones libios estaban sobre el campo de batalla durante largos períodos de tiempo y las tropas chadianas estaban bajo algún tipo de ataque aéreo casi continuamente.

Finalmente, el comando y control de las operaciones de la Fuerza Aérea de Libia se caracterizaron por un tremendo grado de amateurismo. Los libios tenían muchos aviones, que usaban con frecuencia, pero tenían poca apreciación de cómo emplearlos de manera sistemática para lograr el máximo impacto. En la mayoría de los casos, el LAF no se molestó en volar misiones de reconocimiento sobre un objetivo antes de golpearlo. La LAF descuidó la planificación aérea adecuada, a menudo enviando misiones de ataque con información mínima sobre el objetivo a ser golpeado, su ubicación o defensas aéreas. Los libios enviaban regularmente cantidades inadecuadas de aviones a objetivos, y a menudo les proporcionaban municiones inapropiadas para la misión. Al asignar los activos de ataque, los libios no tuvieron en cuenta las malas habilidades de sus pilotos, ni los ataques libios fueron acompañados de medidas apropiadas para suprimir las defensas aéreas enemigas (con consecuencias más graves después de 1986). Finalmente, los libios rara vez realizaron un reconocimiento posterior al ataque para evaluar si se requerían ataques adicionales para destruir un objetivo. En general, los pilotos libios informaron que el objetivo fue destruido, y la cadena de mando aceptó su palabra.


Efectividad militar chadiana y efectividad militar árabe

En 1986-1987, los chadianos eran más pobres y más atrasados ​​que los árabes en cualquier momento durante la posguerra, pero las fuerzas chadianas lucharon mejor que los ejércitos árabes. Hubo algunas similitudes importantes en el desempeño de los chadianos y libios: ninguno de los ejércitos podía manejar o mantener su armamento muy bien. Pero ahí es donde terminó. En cambio, los chadianos eran efectivamente lo contrario de los libios, y de los árabes en general. El único punto brillante en el esfuerzo de guerra de Libia fue la logística, que los chadianos no compartieron. Allí, una y otra vez, los libios demostraron ser notablemente buenos, completamente opuestos a las expectativas de la explicación del subdesarrollo. Por el contrario, mientras que las fuerzas libias demostraron sus mayores fortalezas en la cohesión de la unidad, ofensivas de conjunto y defensas estáticas, estos fueron los aspectos de las operaciones militares en las que los chadianos eran más débiles.



Las mayores fortalezas de los chadianos fueron la flexibilidad, iniciativa, creatividad e independencia de sus comandantes tácticos y la rapidez y maniobrabilidad que esto trajo a sus unidades en la batalla. Los chadianos demostraron ser excelentes en la guerra de maniobras y la gestión de la información, y sus oficiales subalternos superaron con creces las habilidades de sus homólogos libios. La ausencia de estos mismos rasgos fue la mayor debilidad de los ejércitos árabes durante la era de la posguerra. Finalmente, los libios fueron derrotados principalmente porque las fuerzas de Chad se adaptaban perfectamente a la explotación de las debilidades árabes comunes que los libios manifestaron al extremo.