
Nuevo cartucho, nueva ametralladora: el ejército de EE. UU. cambia su sistema de armas livianas
El Ejército de Estados Unidos está en medio del cambio más grande en su sistema de armas livianas desde los años 60. No se trata solamente de nuevas armas, sino de complejos de fusil completos con nueva munición. Y no estamos hablando de algo especializado, como un fusil de francotirador y su respectivo cartucho, sino de una nueva arma de asalto, una ametralladora liviana y un nuevo cartucho para ambas. Pero los cambios aún no están finalizados, y ya se vienen nuevas armas y calibres.
El nuevo cartucho para ametralladora está en un duelo dimensional justo entre el .50 BMG y el 7,62 NATO, al cual básicamente reemplazará.
El programa Next Generation Squad Weapon (NGSW) finalmente se completó con la adopción de un nuevo cartucho de 6,8 mm, un fusil y una ametralladora para ese calibre. El escuadrón de fusileros será completamente reequipado con estos nuevos sistemas. Sin embargo, hay un arma que queda fuera y su estatus es incierto: se trata de la ametralladora M240, versión estadounidense de la belga FN MAG.
Paracaidistas del Regimiento 503 en las montañas de Kunar, Afganistán, en 2007 con una M240B. Fue en ese terreno donde los estadounidenses se dieron cuenta de que su evolución de la ametralladora de propósito general no iba por buen camino.
La M240 se usa para reforzar el pelotón, disparando desde bípode o trípode. Con la adopción del cartucho de 6,8 mm, el 7,62 NATO quedó prácticamente obsoleto. Menor calibre, pero mayor alcance y letalidad. Así, la vieja ametralladora pasó a ser simplemente 12 kilos de peso muerto. De hecho, la M240 pesa 12,5 kg.
Otra vez Afganistán, otra vez la M240, pero ahora el modelo “L”. Nueva culata, diseño con titanio, cañón acortado: bajó a unos 9 kg. Pero cuando tenés un cajón de mecanismos hecho de chapa gruesa y remaches… las opciones son pocas. O rediseñás desde cero, o aligerás algunas partes.
Era evidente que algo tenía que cambiar. Una posibilidad fue transformar la XM250 (ahora M250) de SIG Sauer, creada bajo el programa NGSW, en una ametralladora de propósito general. De hecho, los ingenieros de SIG originalmente pensaron en esa dirección. La XM250 tenía cañón de recambio rápido y era una ametralladora clásica. Pero el ejército no quiso un clon del PKM. La XM250 perdió el cañón intercambiable y quedó como arma exclusiva para escuadras. Una decisión extraña, considerando que el programa NGSW nació para superar al PKM.
TRUE VELOCITY RM338: esencialmente una M240 agrandada, pero con un diseño que abandona las tecnologías belgas de mediados del siglo XX y recupera el estampado. Aun con mayor tamaño, pesa lo mismo que una M240 estándar.
Lo dijimos antes: el ejército estadounidense necesitaba un fusil y una ametralladora que superaran en alcance a una escuadra enemiga armada con fusiles y ametralladoras Kaláshnikov. Querían contrarrestar emboscadas comunes en Afganistán. Y así, una situación puntual de guerra contrainsurgente se transformó en doctrina general para todo el ejército del siglo XXI.
Una decisión, como mínimo, dudosa. Tal vez por eso, agregaron a la narrativa la necesidad de penetrar blindajes personales de nueva generación rusos y chinos. De estos chalecos no hay evidencia pública. Quizá saben algo que el resto del mundo no, aunque parece poco probable. Su inteligencia técnica es buena, el resto no tanto. Tal vez fue sólo para convencer al Senado. Porque sí, en EE. UU., podés tirar miles de millones a la basura si sabés explicárselo a los políticos.
SIG SAUER SIG-MMG 338: una ametralladora de dimensiones considerables.
El ejército decidió que necesitaba otro sistema de armas y otro cartucho. Algo más potente que el 6,8 mm, para llenar el hueco entre el nuevo M250 y el 12,7 mm. Eligieron el .338 Norma Magnum, que ya se usa en el fusil de precisión M22 PSR de Barrett. La nueva ametralladora tenía que ser multicalibre, cambiando fácilmente entre .338 y 6,8x51 mm.
OHIO ORDNANCE WORKS REAPR: probablemente el diseño más interesante entre los que se están probando para este nuevo calibre.
Pero el programa Lightweight Machine Gun-Medium (LMG-M) se estancó. Primero por el COVID, luego por problemas con la munición. El cartucho .338 NM era para francotiradores, no existía una versión para ametralladoras. Y había que producir grandes cantidades para las pruebas de tres prototipos.
En realidad, SIG Sauer concibió la XM250 como una ametralladora de propósito general con cañón intercambiable. Pero el ejército tenía otra idea…
El SOCOM (Comando de Operaciones Especiales) tenía previsto adoptar un modelo para fines de 2024… pero no llegó a nada. Las pruebas continúan. Los candidatos:
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TRUE VELOCITY RM338
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SIG SAUER SIG-MMG 338
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OHIO ORDNANCE WORKS REAPR
Los tres entran dentro del peso de una M240B (12,5 kg). Lo cual no es mucho mérito. En las montañas de Afganistán, los soldados sintieron el error de diseño. De ahí surgió la versión “L”, más liviana, más cercana al PKM. No idéntica, pero mejor.
Todos los modelos son multicalibre. El primero es básicamente una M240 agrandada. El segundo, una M250 potenciada. El REAPR, en cambio, es único: Recoil Enhanced Automatic Precision Rifle. Usa cierre semilibre con retardo por rodillo, tipo G3 alemana, pero para un cartucho más potente. Poco se sabe más allá de eso. En la web del fabricante repiten “único” decenas de veces, pero no publican especificaciones.
Así quedaría armado un pelotón si eligen la SIG SAUER en calibre .338 NM. Hasta las ametralladoras “medias” vendrían con freno de boca de fábrica.
Como ya se adoptaron el fusil y cartucho de 6,8x51 mm, sólo falta elegir qué sistema usar para el .338 NM. Pero eso no implica el fin de la M240. Al contrario: el ejército sigue comprando kits de conversión para usar cartucho de 6,8 mm en las M240 existentes.
La realidad es que el ejército tiene una enorme cantidad de M240. Más de 120.000 unidades. Y no solo se usan como armas de infantería. La M240 nació como ametralladora coaxial de tanque, y se utiliza también en afustes gemelos, en torretas, etc. Hay más M240 montadas en vehículos que en manos de infantería. Reemplazarlas sería carísimo, incluso para EE. UU. Además, en esas funciones el peso no importa tanto. En un M1 Abrams, da igual si una M240 pesa 12 o 10 kg.
El cartucho de 6,8 mm tiene mejor alcance, velocidad y energía de boca que el 7,62 NATO. Y ya se hicieron pruebas que confirmaron que la M240 lo soporta perfectamente.
M240C montada en riel circular sobre la torreta de un M1A1 Abrams. El ejército tiene muchas M240 y no va a retirarlas pronto.
Conclusión
El sistema de armas livianas del ejército estadounidense, y más específicamente de ametralladoras, se vuelve cada vez más raro. Todo parece lógico, pero a la vez aparecen nuevas municiones, viejos sistemas se mantienen, otros nuevos aparecen sin reemplazar nada.
Lo más curioso: todos estos cambios empezaron cuando el enemigo más temido del ejército era un pastor con un PKM en las montañas. Hoy, EE. UU. recuerda que hace tres años hay una guerra en Europa del Este, donde los drones dominan el campo de batalla. Y el ejército no está preparado para eso.
Muchos ya dicen que los estrategas del Pentágono estuvieron equivocados los últimos cinco años. Sea como sea, los cambios son interesantísimos, y habrá que ver en qué termina todo esto.
—Alexander Sychev