miércoles, 3 de abril de 2013

Malvinas: Un caso de estudio (1/3)

Malvinas: un caso de estudio 
Parte 1/3
Sigue en Parte 2 - Parte 3
Por Harry Train,
Almirante USN 


Análisis crítico del Conflicto de Malvinas. Abarca cronológicamente desde los incidentes previos hasta la finalización de la batalla por Puerto Argentino. Estratégicamente comprende los niveles de estrategia general, militar y operacional. El análisis considera los conceptos de la operación desde la óptica de cada bando. 




En el Hemisferio Sur, se lo llama Conflicto de Malvinas; en América del Norte y Europa, Conflicto del Atlántico Sur. Los británicos lo llaman "Guerra del Atlántico Sur". 

En la Universidad de Defensa Nacional de los EE.UU. donde dicto el Curso Final para generales y almirantes recientemente promovidos, nosotros enseñamos, entre otros temas, dos casos dignos de especial estudio: uno es el de la crisis de Grenada, la que estudiamos y discutimos porque, aunque los EE.UU. triunfaron y lograron sus objetivos, nuestros militares cometieron muchos errores y la operación pudo haberse realizado en forma más satisfactoria.

Muchos de mis alumnos participaron en los combates en Grenada y por eso ellos tienden a justificarse en base a razonamientos dictados por la emoción y están propensos a interpretar o racionalizar decisiones según criterios que, vistos retrospectivamente, no fueron los mejores. 

Por eso enseñamos un segundo caso de estudio, en un evento político-militar en que los EE.UU. fueron sólo observadores y no participantes. Este segundo caso es el Conflicto de Malvinas. Este conflicto rico en decisiones político-militares y lleno de errores y cálculos equivocados en ambos bandos, provee una excelente oportunidad para que nuestros generales y almirantes examinen una compleja construcción diplomática y comprueben cómo los factores políticos, algunos de los cuales aún pasan desapercibidos, causaron el fracaso del proceso diplomático dando por resultado la guerra. Es también posible examinar un período de desarrollo de un conflicto durante el cual un bando actuaba todavía según las reglas para el manejo de crisis, mientras el otro ya estaba en guerra, fenómeno político-militar éste nunca acaecido antes en la moderna historia militar. 

Este segundo caso brinda una oportunidad a los generales y almirantes norteamericanos que justamente examinan las ventajas de las organizaciones conjuntas de defensa, para observar la nueva estructura de comando conjunto argentina, que en la práctica fue conjunta sólo de nombre. En este caso hubo también lecciones para el Congreso de los EE.UU., útiles para la aprobación de la organización de defensa de nuestro país. Y el conflicto también fue una oportunidad para verificar el impacto de la suerte en el resultado de una guerra. 

-¿Hubieran sido diferentes los resultados, si la televisión británica no hubiera comunicado erróneamente la zarpada de dos de sus submarinos nucleares desde Gibraltar hacia las cercanías de las Islas Georgias del Sur el 26 de Marzo? -¿Hubieran sido diferentes los resultados, si el viento y el mar no hubieran estado en calma el 1 ° de Mayo? -¿Hubieran los resultados sido diferentes, si las 14 bombas que, penetraron en los cascos de buques de guerra británicos sin explotar, hubieran explotado? 
-¿Hubiera el resultado sido diferente si los torpedos Telefunken argentinos hubieran funcionado como debían? 
-¿Hubieran los mismos ingleses reaccionado usando su fuerza militar si no hubieran habido huelgas en las minas de carbón de Gran Bretaña? 

Y finalmente el conflicto provee la oportunidad con el beneficio de un análisis retrospectivo, para examinar el impacto de algunas decisiones como el fracaso argentino en prolongar la pista de Puerto Argentino para que pudieran operar los A4 y Mirage; el no empleo de buques de carga para transportar artillería pesada y helicópteros a las Islas entre el 2 y el 12 de Abril; la división de las fuerzas de Ejército argentino entre las Islas Soledad Gran Malvina la decisión argentina de no explotar la crítica vulnerabilidad en Fitz Roy y Bluff Cove y la decisión británica de atacar al Crucero "General Belgrano".

Analizamos el curso que la guerra terrestre pudo haber tenido si las fuerzas de Gran Malvina hubieran estado en San Carlos, forzando en consecuencia a los británicos a establecer su cabeza de playa en Gran Malvina en lugar de Soledad, porque esto es lo que ellos hubieran hecho.

Mi ventajosa ubicación durante el conflicto fue la de Comandante en Jefe de la Flota del Atlántico de los EE.UU. y Comandante Supremo de la NATO en Atlántico. En ese cargo yo no tenía rol que no fuera el de observador de un conflicto que enfrentaba a dos preciados amigos. Como mi amigo Horacio Fisher, en aquel entonces oficial de enlace argentino en mi Estado Mayor nos podrá decir, nosotros no recibíamos mucha información sobre el curso de la guerra en mi Comando de Norforlk. Nuestras apreciaciones allí previeron la victoria argentina hasta las semanas finales de la lucha, puesto que ignorábamos algunas de las decisiones cruciales, cuya adopción hiciera que nuestro pronóstico fuera erróneo.

Lo que voy a compartir con Uds. es mi personal visión del Conflicto de Malvinas, producto de meses de estudio de informes y registros y de entrevistas con los principales jefes de ambos bandos. Estos estudios, resultaron difíciles porque los informes y entrevistas reflejaban conflictivas percepciones sobre lo ocurrido antes y durante algunos eventos políticos y militares críticos. Ello, en sí mismo instructivo, ya que refleja muy correctamente el sentido de la expresión "niebla de guerra". En mis estudios, yo he tenido libre acceso a los líderes argentinos y británicos, a documentos y a análisis realizados luego del conflicto.

Mientras yo relato este doloroso episodio de la historia, ustedes mentalmente podrán ir analizando en qué medida cada contrincante adhirió a los principios militares de objetivo, ofensiva, masa, maniobra, simplicidad, seguridad, sorpresa, economía de la fuerza y unidad de comando.

Mientras el estudio completo comprende la cronología de todos los hechos, de acuerdo con los registros de ambos bandos, las primeras bases para análisis por los alumnos están constituidas por una serie de ensayos que he escrito concretando los diversos aspectos del conflicto, incluyendo: el preludio diplomático; el derrumbe de la disuasión resultante de percepciones de la política de defensa británica posterior a la Segunda Guerra Mundial; el reconocimiento del problema y la planificación inicial de ambos bandos y el incidente Davidoff.

Entendiendo el problema 

Si los sucesivos gobiernos argentinos han podido haber considerado el uso de la fuerza militar como un ingrediente o en sustitución de los medios diplomáticos para recuperar la soberanía sobre las Malvinas, esas acciones fueron desalentadas por la percepción de las capacidades militares británicas y por la decisión británica de usar esas capacidades para defender sus intereses. En ningún momento previo al envío de fuerzas militares argentinas a Puerto Argentino el 2 de Abril de 1982, la Junta pensó que los británicos iban a responder con la fuerza militar.
Ni tampoco en ningún momento previo o durante el conflicto de Malvinas, los jefes militares argentinos creyeron que la Argentina podía prevalecer en una confrontación militar con Gran Bretaña. Estas dos creencias dominaron el proceso de toma de decisiones de la conducción política y militar argentina antes y durante el conflicto.
El conflicto fue el resultado de décadas persistente determinación de la parte argentina para recuperar la soberanía sobre las Islas Malvinas y de persistente determinación de los sucesivos gobiernos británicos de respaldar la autodeterminación de los habitantes de esas Islas. Esas actitudes se mantuvieron balanceadas durante muchos años, por una confluencia personalidades, y de aptitudes políticas ambos bandos); la habilidad de la Falkland Islands Company para influir sobre las decisiones políticas en Londres y una cambiante percepción poder militar británico y del interés nacional británico, formaron la base de las decisión en ambos bandos que dieron por resultado conflicto.
Agreguemos a esto el desgaste del Partido Conservador que estaba en el poder en Gran Bretaña, el creciente descontento laboral ese país, una sensación de amenaza de muerte en el ánimo de los jefes de la marina británica y el escenario estaba preparado para el intrincado esquema de decisiones que siguió.
Aproximadamente mil vidas se perdieron en el conflicto, casi una por cada dos habitantes de las Islas. Treinta buques de combate y apoyo fueron hundidos o averiados y ciento treinta y ocho aviones destruidos o capturados. Los "intereses" de los habitantes de las islas fueron exitosamente defendidos por los británicos y los esfuerzos argentinos para recuperar soberanía sobre las islas fracasaron. La marina británica recuperó su importancia a los ojos de los dirigentes políticos de ese país y los militares argentinos fueron reemplazados por un gobierno civil.
La mayor parte de los textos y tratados relacionados con la soberanía en Malvinas, dedican cientos de páginas a los ciento cincuenta años de puja diplomática. Los argentinos dan mucha importancia a cada paso de ese proceso y profesan gran fe en la diplomacia, pero advierten un claro encadenamiento entre las capacidades militares y la misma. Están convencidos de que la capacidad militar puede dar un "pequeño empujón con el codo" a la diplomacia dentro de ciertos límites y sin cruzar el umbral de la guerra.
Los británicos son, por otra parte, los maestros mundiales del proceso diplomático y del uso de la fuerza militar en el clásico estilo clausewitziano, como una extensión de1 proceso político por otros medios, haya sido o no cruzado el umbral de la guerra.
La conducción argentina durante el conflicto , expresó el punto de vista de que la Argentina tiene demasiada historia como para no tomar decisiones. En los EE.UU. y Gran Bretaña decimos que uno comienza su historia con cada guerra. Eso hace las contabilidades y las tomas de decisiones más sencillas.
No tiene importancia sí estos puntos de vista argentinos son históricamente correctos o no. Lo que cuenta es que esos criterios tuvieron un profundo impacto en las decisiones argentinas durante el preludio del conflicto.
De particular interés para los militares profesionales es la brecha entre las premisas en que basaron sus decisiones los gobernantes británicos por un lado y las que usaron para basar las suyas los argentinos por el otro. Entre la ocupación de las islas el 2 de abril y el hundimiento del Belgrano, el 2 de Mayo, las autoridades argentinas actuaron en la convicción de que estaban envueltas en el manejo de una crisis diplomática. Los británicos lo hicieron en la convicción de que estaban en guerra.
El objetivo político argentino era "una solución diplomática para recuperar la soberanía sobre las islas". Los objetivos británicos, "defender los intereses de los residentes en las islas y castigar la agresión".
Se puede afirmar que Argentina perdió la guerra entre el 2 y 12 de Abril, cuando no aprovechó la oportunidad que tenía para emplear buques de carga en el transporte de artillería pesada y helicópteros para sus fuerzas de ocupación y equipo pesado para el movimiento de tierra que hubiera permitido al personal en la isla prolongar la pista de Puerto Argentino para que pudieran operar sus A4 y Mirage. La indecisión basada en el preconcepto argentino de que era imposible derrotar a los británicos en un conflicto armado, fue el elemento dominante en el resultado final.

El incidente Davidoff 

El incidente Davidoff es crucial para el análisis o examen del conflicto de Malvinas. El representa el arrancador de guerra o como dijo el almirante Anaya el detonador. Es importante porque las percepciones del incidente Davidoff hechas después de la guerra, en Gran Bretaña y Argentina son completamente diferentes. Esto es lo que yo creo que ocurrió:

En septiembre de 1979, Constantino Sergio Davidoff firmó contrato con una compañía escocesa por el que se le transferían el equipo e instalaciones de cuatro factorías de ballenas en Leith, islas Georgias del Sur. Este contrato le daba derecho para mover el metal de chatarra de la isla hasta marzo de 1983. Las autoridades de las Islas Malvinas fueron informadas de ese contrato en agosto de 1980.
El Convenio sobre Comunicaciones de 1971 permitía los viajes entre las Malvinas y Argentina usando solamente una tarjeta blanca, pero recordemos que en respuesta a la Resolución 1514 de las Naciones Unidas, los británicos inscribieron Georgias del Sur como una colonia separada de las Malvinas y gobernada directamente desde Gran Bretaña, administrada por el gobierno de Malvinas sólo por razones de conveniencia. Recordemos también que la Argentina rechazó la demanda de status de colonia para Georgias del Sur sosteniendo que al igual que Malvinas habían pertenecido siempre a Argentina por lo que no podían ser colonias de nadie.
El problema surgió cuando Davidoff visitó Leith por primera vez para inspeccionar las instalaciones que había adquirido y debía retirar, dado su valor como chatarra. Los británicos en Puerto Stanley sostuvieron que nadie podía desembarcar en Georgias del Sur sin antes haber obtenido permiso en la base de British Antartic Survey en Grytviken, también en Georgia del Sur, donde los pasaportes serian solicitados para su sellado. Los argentinos sostuvieron que bastaba con la "tarjeta blanca" para entrar y salir cuando quisieran de acuerdo con lo establecido en el Acuerdo de 1971.
Hay muchas preguntas sin contestación referidas al momento, autenticidad y notificación a la Argentina de que Gran Bretaña reclamaba la designación de Georgias del Sur como una colonia separada, pero alcanza con decir que los dos países vieron la situación según diferente luz. Es también curioso que Gran Bretaña eligiera para dar comienzo a rigurosos procedimientos en relación con las visitas a Georgias del Sur, justamente el momento en que ella se beneficiaba financieramente de los irrestrictos viajes permitidos por la tarjeta blanca.
El incidente comenzó formalmente cuando Davidoff dejó Buenos Aires en el rompehielos Almirante Irizar que había contratado y arribó a Leith el 20 de diciembre de 1981. Habiendo informado a la embajada británica en Buenos Aires de sus intenciones, viajó directamente a Leith sin detenerse en Grytviken para obtener permiso, probablemente ignorando el requisito de hacerlo y luego regresó a Argentina.
El Gobernador Hunt de las Islas Malvinas aparentemente se enteró de la visita por informes de que el rompehielos Almirante Irizar se encontraba en Stromness Bay y por informes de gente de Grytviken de que alguien había estado en Leith. Parece probable que la embajada británica en Buenos Aires no informara a Hunt. Hunt presionó solicitando un accionar con Davidoff por haber éste desconocido las normas, pero recibió directivas de Londres de no empezar con problemas.
El embajador británico protestó al Gobierno argentino por este incidente el 3 de febrero, advirtiendo que esto no debía repetirse. La protesta fue rechazada el 18 de febrero.
Davidoff se disculpó en la embajada británica por las dificultades que había causado y solicitó directivas detalladas sobre la manera adecuada de regresar a Georgias del Sur a desmantelar las instalaciones. La embajada preguntó al Gobernador Hunt. Este no respondió hasta después de la partida de Davidoff el 11 de marzo, luego de notificar formalmente en la embajada británica que 41 personas estaban embarcadas en el Bahía Buen Suceso, un buque argentino de aprovisionamiento antártico. Todo lo concerniente le debió haber sido informado antes del desembarco en Leith el 19 de marzo, dejando una vez más de lado a Grytviken. Los operarios izaron la bandera argentina.

Los detonadores de la guerra - El punto de vista argentino 

Las autoridades argentinas describen los sucesos del 19 de marzo de 1982 como "el detonador". Aunque esos eventos en Georgias del Sur estuvieron lejos de forzar el episodio militar clave, a partir del cual no había otra salida sino la guerra, y consecuentemente no se encuentran en la categoría de un arrancador de la guerra, el 19 de marzo fue ciertamente la piedra de toque de una serie de confrontaciones en cascada y de decisiones político-militares que crearon el escenario para que la guerra comenzara. 
La reacción británica por el incidente Davidoff motivó una modificación de la planificación argentina. El mensaje del British Antartic Survey en Georgias del Sur informando que "los argentinos han desembarcado" polarizó la reacción británica en Londres. En Buenos Aires, la Junta comenzó a estudiar la posibilidad de ocupar las Islas Malvinas y Georgias antes de que los británicos pudieran reforzarlas. El vicealmirante Lombardo recibió órdenes de preparar urgentemente la operación Malvinas. Hubo órdenes y contraórdenes. 
El HMS Endurance fue destacado a las Georgias del Sur por el gobierno británico para retirar a los trabajadores argentinos. Los británicos no estaban informados de la cancelación del plan argentino de incluir personal militar en el legítimo proyecto de Davidoff, pero sí fueron informados de la orden del Comandante de Operaciones Navales argentino de que dos fragatas interceptaran el HMS Endurance si éste evacuaba a los civiles argentinos, pero no de la cancelación de esa orden por las autoridades políticas argentinas quienes temían una confrontación militar. 
El personal argentino del Grupo Alfa, que había sido originalmente concebido para participar en el plan de explotaciones de Davidoff, fue destacado ahora a Georgias a medida que los eventos se fueran desarrollando y desembarcaron allí el 24 del ARA Bahía Paraíso. Un pequeño enfriamiento se produjo el 25 de marzo cuando Gran Bretaña tomó conocimiento de la presencia del ARA Bahía Paraíso y autorizó su permanencia hasta el 28 de marzo. Mientras esto ocurría, Davidoff entregaba una explicación de su operación a la embajada británica. 
El detonante fue el anuncio del hecho por la TV británica (que luego se probó era erróneo) de que dos submarinos nucleares habían zarpado de Gibraltar para el Atlántico Sur. Las autoridades argentinas tomaron como cierta esa información. No deseando comprometerse en un desembarco frente a una amenaza de submarinos nucleares británicos contra sus fuerzas navales, calcularon la primera fecha de arribo posible de los submarinos. Estaban convencidos de que a partir de ese momento seguirían destacados allí por varios años. Inclusive las autoridades argentinas no deben haber estado informadas ni siquiera sobre el momento en que la zarpada se hubo concretado. 
El apoyo de la opinión pública argentina para lo que había sido percibido como una válida operación comercial bajo los términos del Acuerdo de Comunicaciones de 1971 presentó un cuadro de fuerte interés nacional. argentino contra un interés británico percibido como en disminución. En un esquema mental de "ahora o nunca" la Junta dispuso la ejecución de la operación Malvinas, estableciendo como día D el 2 de abril de 1982. 

Operación Rosario 

La ocupación de Puerto Argentino el 2 de abril sin derramamiento de sangre británica fue una operación ejemplar. Bien planeada e impecablemente ejecutada. Los 700 Infantes de Marina y 100 integrantes de Fuerzas Especiales, desembarcaron, lograron sus objetivos y se reembarcaron a medida que fueron reemplazados por fuerzas de ocupación del Ejército. La Fuerza de Tarea Naval, proveyó tanto el transporte anfibio como el apoyo naval.

Yo no trato la operación Rosario en este estudio porque ella fue impecable. Los eventos que vienen a continuación y la falta de un planeamiento militar conceptual para el desarrollo posterior son de interés para mis alumnos. Dos viñetas: 

1°- En la tarde del 2 de abril, la Fuerza Aérea Argentina en Malvinas, negó autorización para aterrizar a un F28 conduciendo al comandante de la aviación naval. El avión aterrizó finalmente luego de una espera de 45 minutos. 

2°- La Fuerza Aérea Argentina solicitó el 2 de abril que el Estado Mayor Conjunto hiciera transportar inmediatamente por mar a las islas planchas de aluminio para alargar la pista y ampliar la playa de estacionamiento para aviones en operación. 

El ARA Cabo San Antonio, que transportó a las islas LVTs y miembros del Batallón de Infantería de Marina N° 2 





Actuación de las autoridades argentinas responsables del transporte 
Y así comienza la historia de las dificultades argentinas para efectivizar la cooperación entre sus Fuerzas Armadas. El incidente de la autorización para que aterrizara el comandante de la aviación naval en Puerto Argentino, marcó el comienzo de lo que luego se convertiría un serio problema. El transporte marítimo de los elementos para la pista puso en evidencia la incapacidad para establecer adecuadas prioridades para el apoyo logístico de las islas.
La Junta Militar había desarrollado a esa altura de los acontecimientos la preocupación de que el reaprovisionamiento de Malvinas iba a representar un serio peligro para lo que ellos esperaban iba a ser una solución diplomática del problema, porque desde que los submarinos británicos llegaran a la zona, cualquier buque mercante en ruta hacia las islas podría ser un blanco. Ese blanco podría ser atacado y con el ataque vendría la confrontación armada que querían evitar. Por eso el reaprovisionamiento debía limitarse a lo posible con los pocos buques que la Argentina pudiera cargar y hacer llegar antes de la fecha estimada del arribo de los submarinos.
Era entonces de crucial importancia dar alta prioridad tanto a la provisión de artillería como a la de apoyo de movilidad en las islas, o proveyendo las planchas para construir las pistas y el equipo pesado para movimiento de tierra necesario para su posterior colocación. Las planchas solas eran inútiles.
La incapacidad para dar prioridad adecuada a las cargas y usar al máximo la capacidad disponible de esos pocos buques fue una falla fatal y tuvo profundo impacto tanto en la guerra marítima como en la terrestre. Y Uds. podrán notar que el vuelco a una participación activa de los EE.UU. en el conflicto se produce cuando ya es imposible que se efectúe la prolongación de la pista de Puerto Argentino.

Los detonadores de la guerra - El punto de vista británico 

Al ocurrir el incidente de Islas Georgias del Sur, el secretario de estado británico para la Defensa, John Nott, el jefe del estado mayor de Defensa, almirante Sir Terrance Lewin y el comandante de la flota, almirante Sir John Fieldhouse estaban en Colorado Springs, participando en la reunión del Grupo de Planeamiento Nuclear de la NATO, de la que yo también participaba.
Al profundizarse la crisis, estos jefes clave se dispersaron: el almirante Lewin se trasladó a Nueva Zelandia, el almirante Fieldhouse al Mediterráneo y John Nott a Europa. Durante los diez días de ausencia de estos jefes, el Reino Unido había aumentado la apuesta argentina.
Habían sucedido demostraciones en las calles argentinas y el hecho de que existía una extendida presencia argentina en Thule y Sandwich del Sur era de público conocimiento en Londres.
La ocupación argentina se concretó un viernes. El Gabinete Británico de Guerra con las ausencias señaladas habían fijado como objetivo: "Lograr el retiro de las fuerzas argentinas y restaurar la administración británica en las islas".
Que en Gran Bretaña existían varaduras políticas, económicas y militares, fue reconocido. El lunes el Gabinete de Guerra dispuso la partida de la Fuerza de Tareas Británica, así es que zarpó esa flota y se contrataron los buques mercantes, que fueron retirados de su actividad comercial, aunque aún se ignoraba la magnitud del esfuerzo que se iba a necesitar. El gobierno había previamente completado su concepto de la operación: "desalentar y rechazar". Esto constituyó la única base de la respuesta inicial.

La estrategia naval argentina 

En Buenos Aires, las autoridades navales establecían su estrategia:

-La interdicción con portaaviones de la zona de las líneas de comunicaciones marítimas, fue considerada y descartada.
- El uso de buques en puerto en Malvinas como baterías móviles, fue considerado y descartado también.
- En definitiva se resolvió emplear el concepto de "Flota en Potencia" y conscientes como estaban de la necesidad de conservar una capacidad naval en reserva, como defensa ante una posible agresión chilena de postguerra, la conducción argentina decidió no comprometer sus fuerzas en batallas navales frontales y llevar una guerra de desgaste lo que a la postre demostró ser la decisión más atinada.
- La mayor esperanza de la Armada Argentina era dañar la Fuerza de Desembarco británica. La idea era atacar durante los desembarcos y aferrar a los británicos mientras su libertad de maniobra estaba limitada por esas operaciones.
- Se agregaba a la preocupación argentina sobre la supervivencia, la generada por la afirmación del almirante Hayward de la Marina de los EE.UU. en el sentido de que los satélites eran aptos para mostrar en todo momento la ubicación de la flota argentina.

La estrategia naval británica 

En Londres las autoridades navales planificaron en forma conjunta una estrategia compuesta por cuatro fases, en forma de permitir un adecuado dimensionamiento de sus fuerzas:

- La Primera Fase comenzó el 12 de abril cuando, los submarinos nucleares de ataque llegaron para efectuar patrullados antisuperficie al oeste de las Islas con la Misión primaria de hacer cumplir la Zona de Exclusión.
- La Segunda Fase se inició el 22 de abril con el arribo de las unidades de superficie y duró hasta el desembarco en San Carlos el 21 de mayo. La misión era establecer superioridad aérea y en el mar en preparación para el desembarco. Esta fase se podría describir mejor llamándola de "guerra en el mar". Durante el período, las Georgias del Sur fueron retomadas y el ARA Belgrano, HMS Sheffield y B/m Isla de los Estados, hundidos.
La Tercera Fase comenzó con el desembarco el 21 de mayo y continuó hasta el 30 de ese mes, con el objetiva de establecer una cabeza de playa, apoyar a los tropas en tierra y protegerlas de ataques aéreos. Los HMS Ardent, Antelope, Coventry y el B/m Atlantic Conveyor ingleses y el B/m Río Carcarañá fueron hundidos durante esta fase.
- La Fase Final comenzó el 30 de mayo y continuó hasta e1 cese de las hostilidades. La misión para esta fase fue de apoyo a la guerra terrestre y protección de las líneas de comunicaciones marítimas. El buque de desembarco HMS Galahad fue hundido en ese período.

El hundimiento del ARA Belgrano. 

Al comando de la Flota Argentina el 1° de mayo, el vicealmirante Lombardo tenia pensado una operación que esperaba sirviera para distraer de su misión a la flota británica, la que según informes de inteligencia argentina, era el apoyo de un desembarco en Malvinas ese mismo día.
Su idea era llegar desde el norte con el Grupo de Tareas del ARA 25 de Mayo, hasta el límite de la Zona de Exclusión y con el Grupo de Tareas del ARA Belgrano desde el sur, también fuera de zona de exclusión, en un movimiento de pinzas que obligaría a la Fuerza de Tarea británica a abandonar el apoyo a la operación de desembarco.
Cuando el ARA 25 de Mayo se preparaba para el ataque contra la Fuerza de Tareas británica, los vientos se convirtieron en calma. Por motivos técnicos, el ARA 25 de Mayo tenía su velocidad reducida a 15 nudos. El pronóstico meteorológico preveía calmas durante las siguientes 24 horas, lo que forzó a descargar tres de las cuatro bombas que llevan los A4, quedando sólo una por avión.
Las dudas sobre los resultados de un ataque con tan escasa carga de bombas y el informe de que los ingleses no habían desembarcado como se esperaba, determinaron la orden de poner ambos Grupos de Tareas rumbo hacia el oeste.



El ARA Belgrano había navegado contorneando la zona de exclusión y hacia el este y luego norte entre las Islas Malvinas y Georgias del Sur, para distraer la atención de la flota británica del desembarco y el 25 de Mayo.
Mientras tanto, advirtiendo un muy real riesgo para sus fuerzas, el almirante Woodward solicitó y luego recibió autorización de Londres, para atacar el ARA Belgrano fuera de la zona marítima de exclusión para neutralizar este riesgo.
En el momento en que el HMS Conqueror atacó y hundió el ARA Belgrano, el crucero argentino llevaba catorce horas con rumbo al oeste.
Con el hundimiento del ARA Belgrano terminaron todas las esperanzas de una solución diplomática y comenzó la guerra en el mar.

Zonas de Exclusión Marítima y otras restricciones a la libre navegación 

El concepto de Zona Marítima de Exclusión como la impuesta por los británicos durante el conflicto no es nuevo ni bien entendido por todos los dirigentes militares y políticos. Los pro y contra del uso de un "cordón sanitario" han sido debatidos en la NATO por años. Esos términos y similares de "Zona Marítima de Defensa" han sido sujetos a exámenes legales y análisis por parte de militares. Y hay significativos desacuerdos entre los abogados sobre si una zona marítima de exclusión es legal, de acuerdo con el derecho internacional así como también hay desacuerdo sobre su valor táctico y estratégico.
Declaratoria en su naturaleza, como son sus primos lejanos el Bloqueo y la Cuarentena, la Zona debe ser anunciada en términos de límites geográficos, fecha de efectivización y tipo y nacionalidad de los buques y aviones a los que se aplica.
El bloqueo, un término militar más tradicional y con sólida base en el derecho internacional, se define normalmente como la acción de guerra dispuesta para evitar que buques de todas las naciones entren o dejen áreas específicas bajo control de un enemigo.
Las expresiones bloqueo pacífico y cuarentena han evolucionado de las leyes de bloqueo. La más clara distinción entre ellas y el clásico bloqueo es que ellas no han sido previstas como acto de guerra y que no se han previsto acciones militares salvo el caso en que el Estado contra el que las acciones fueran impuestas prefiera resistirse.
El término cuarentena se hizo conocer en octubre de 1962 cuando el presidente de los EE.UU., proclamó una estricta cuarentena de todo equipo militar ofensivo embarcado con destino a Cuba.

Boletin del Centro Naval 748 (1987)

martes, 2 de abril de 2013

FAA: Pampas sobre Carrasco

Presencia del Pampa II en el Centenario de la Aviación Militar en Uruguay 
Fernando "Nunão" De Martini 


En el video de abajo se observa el desfile de Pampas argentinos (0:30min) y Pucarás uruguayos (0:37m)


En el pasado martes, 26 de marzo, la Fuerza Aérea Argentina emitió un comunicado sobre la visita de cuatro aviones IA-63 Pampa II a Uruguay en calidad de invitados para celebrar el "Centenario de la Aviación Militar y Día de la Fuerza Aérea Uruguaya", celebrado pero el día 15 con las festividades se extienden a través de otros días. 




Así como aeronaves de Chile, Paraguay, Bolivia y el país anfitrión, los cuatro nuevos aviones de versión del Pampa participaron en el punto culminante del desfile aéreo de las celebraciones que contó con poco más de 50 aviones en vuelo. Los aviones IA-63 Pampa II también participaron en el "Día de puertas abiertas" de la Base Aérea de Carrasco, que recibió más de 3.000 visitantes. Al final de la celebración, la delegación argentina participó en otro desfile en Montevideo, antes de regresar a su base en Argentina, El Palomar. 



De acuerdo con un comunicado publicado en el sitio web de la Fábrica Argentina Aviones (FAdeA), el cuarto entrenador jet IA-63 Pampa II fue entregado a finales del año pasado, el 12 de diciembre. Para obtener más información acerca de la aeronave y esta remotorizada nueva versión, haga clic en los enlaces de abajo. 

Fuente / FOTOS: Fuerza Aérea Argentina (Poder Aéreo traducción y edición de la original en español) 

Poder Aéreo

Operación Rosario: La planificación y ejecución



2 de Abril

El día de la recuperación

Autor: Rolando Mendez


A lo largo de la historia de nuestro país existen muchos acontecimientos, muchos hombres y muchas vicisitudes por las que han tenido que atravesar los que estuvieron antes que nosotros, y en las mas recientes, nos ha tocado a nosotros ser los que debimos sufrirlas o disfrutarlas.

La historia siempre fue una materia en todas las escuelas de nuestro país, pero tengo la sensación que siempre se estudio como un medio para conocer que paso en el pasado, y no como un medio para aprender del mismo. Así que muchas veces cometemos los mismos errores de antaño, demostrando que no hemos tenido en cuenta la historia para evitar equivocarnos nuevamente.

También existen acontecimientos que deliberadamente hemos tratado de olvidar. Ya sea por orgullo herido, por conveniencia política, por dolor, por negligencia, o tantos otros motivos.

Lamentablemente Malvinas es uno de ellos. 


Telex entre Londres y Pto. Argentino una vez consumada la recuperación 

Hoy es Primero de Abril de 2003, un día antes del vigésimo primer aniversario de la recuperación de nuestras islas y un día después del feriado que con motivos comerciales se cambian al primer día laboral de la semana para prolongar el descanso y gastar unos pesitos mas en alguna salida. Mañana, Dos de Abril, la gente ira a trabajar, los niños a la escuela, y salvo alguna mención en los noticieros o cierta emisión especial de algún programa de cable, la fecha será recordada por muy poca cantidad de argentinos. Seguramente recordaran esta fecha todos aquellos que participaron en forma directa o indirecta de este conflicto, los familiares de aquellos que no volvieron y algunos otros como yo, que sin participar ni tener familia en esta gesta, la guerra produjo cambios importantes para un adolescente en los primeros años de la década del 80.

Tratando de ordenar las ideas que daban vueltas en mi cabeza para escribir esta nota, estaba indeciso en cuanto a escribir sobre los hechos históricos que tienen que ver con la operación de recuperación del archipiélago, o en el significado emocional, nacional, o en los aciertos y errores que originaron tal actitud de nuestra parte. Al final decidí que podía hacer las dos cosas. Tratare de intercalar los hechos históricos con mis impresiones personales, las cuales son solo eso: el parecer de un ciudadano argentino común y corriente. Aquí va:

A partir de 1965, por resolución de las Naciones Unidas, nuestro país y el Reino Unido inician formales conversaciones tendientes a resolver el tema de la soberanía de las Islas Malvinas. Sin entrar en mucho detalle, la posición Argentina mantenida era la de presentar la documentación pertinente que acredita los legítimos derechos de este reclamo, mientras que la posición de Inglaterra fue siempre la de dilatar dicha cuestión, por no disponer de argumentos tan sólidos como los propios.

Esta posición anglosajona no solo era mantenida teniendo en cuenta la situación que ambos países mantienen en el concierto de naciones, sino que era respaldada por su poderío militar como disuasorio de cualquier intento argentino de obtener algún beneficio por medio de la fuerza. En términos concretos, Inglaterra era la dueña de la pelota, y el hecho de que la pelota sea robada no le importaba.

Con la asunción de la junta militar presidida por el general Galtieri y secundada por el almirante Anaya y el brigadier Lami Dozo, el país se encontraba en muy marcado deterioro económico, y la población comenzaba a revelarse contra la forma de gobernar de los últimos 6 años. No había indicios por parte de la junta de gobierno de ese momento de conocer e implementar algún tipo de plan de gobierno que revierta la situación que cada vez se acentuaba mas y más. Por otro lado, y dentro de un marco en donde los presidentes de nuestro país no eran elegidos en forma legitima por el pueblo, aquellos militares que poseían ciertas posibilidades o ambiciones de llegar a la presidencia del país debían forzosamente lograr el apoyo de sus camaradas de las diferentes fuerzas armadas.

No es desconocido que Galtieri debió hacer concesiones a los dos jefes restantes y en especial al Almirante Anaya, un duro en aquella época, para llegar a la presidencia. Una de estas concesiones era la invasión militar a Malvinas. Desconozco los motivos reales para que Galtieri se comprometiera a tan exigente pretensión, pero es un hecho por todos conocido que Galtieri fue presidente.

Paralela a la negociación diplomática que se estaba llevando a cabo en ese momento entre ambos países, la junta militar decide iniciar la programación de un operativo militar para la recuperación por medio de la fuerza de las islas, es así que para mediados del mes de enero de 1982, se le ordena al Contralmirante de Infantería de Marina Carlos Busser, el inicio de dicho programa.



Además de estudiar la factibilidad del proyecto, en caso que esto sea afirmativo, se le impusieron al contralmirante ciertas condiciones que la operación debía reunir, algunas más simples de desarrollar que otras. Estas eran:

  • Operativo realizable en un breve tiempo: esto es para evitar que los medios de prensa manejados por Gran Bretaña, así como su influencia sobre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (en la cual es miembro permanente) ejercieran tal presión que provoque el fracaso del proyecto.
  • Operativo Incruento: en primer lugar esta condición trataba de evitar el derramamiento de sangre de soldados ingleses, con las consecuencias que esto podía representar en la opinión publica mundial al ser manejada dicha información de manera adecuada por parte de los británicos. En segundo lugar, la población civil, nativa de las islas, es considerada por nuestro país como ciudadanos argentinos, por lo tanto, se debía proteger la vida de estas personas.
  • Operativo sorpresivo: Argentina no debía dar indicios de sus propósitos para evitar que por acción diplomática, se abortaran los mismos.

Es mi parecer que estas condiciones, si bien tienen su lógica en el terreno táctico, parten de un razonamiento equivocado. En primer lugar, el objetivo que se esgrime para realizar la invasión de las islas, es el de "Ocupar para negociar", sin tenerse en cuenta la tradición del pueblo Ingles, los que a lo largo de su historia no han dudado en pelear por lo que deseaban obtener, sea legitimo o no y tengan motivos validos o no para hacerlo. Por lo tanto el hecho de que el operativo sea breve, incruento y sorpresivo, no modificaría el accionar del gobierno ingles. Considero que este error de apreciación en la reacción de los ingleses parte de la dirigencia superior en ese momento en el país, La junta militar.

En las escuelas de formación de oficiales de la Infantería de Marina de nuestro país, desde siempre se ha estudiado como un ejercicio mas, los planes tendientes a la recuperación de las Islas Malvinas mediante una operación militar y, acorde a la especialidad de estas unidades de combate, el medio para hacerlo siempre fue el desembarco anfibio. Las diferencias entre los estudios habituales que se realizaban en la escuela y la programación ordenada a Busser estaba dada por las condiciones en que este último tuvo que trabajar, las cuales son consecuencia directa de la orden que recibió de sus superiores:




Una de las condiciones para la puesta en marcha de este proyecto era el secreto que debía mantenerse. Es por ello que Busser adopto la sensata decisión de utilizar la menor cantidad de hombres posible que estén en conocimiento de la orden impartida; en el grupo de trabajo que él presidía solo trabajaban dos personas mas, uno como oficial de operaciones y otro como oficial de inteligencia.

Luego de un estudio detallado, se llego a confeccionar un plan de acción que cumpliera con los puntos anteriormente impuestos; a grandes rasgos ellos son:

  • No sería necesario ocupar la totalidad de las islas, sino que para tener el control de las mismas, solo bastaba dominar la capital (hasta ese momento llamada Port Stanley) que era la sede política y administrativa del archipiélago. Además era la concentración humana más importante, concentrando poco mas del 50 % de la población total de la isla. 
  • La utilización de medios humanos y materiales en tal magnitud, que produzca en los defensores la sensación psicológica de derrota, disminuyendo de esa manera su voluntad de pelear. 
  • Que las fuerzas actúen con tal sorpresa sobre los defensores que no permitan la defensa organizada, lo que también ayuda a la baja en la moral y la decisión de oponer resistencia. 
  • Que se produzca el ataque desde todos lados para evitar el escape del defensor y la consecuente resistencia y prolongación del operativo. 
  • El control de la población civil, para evitar problemas difíciles de resolver por medios incruentos.

El Contralmirante Busser se encargo de seleccionar las unidades que serian las encargadas de participar en la operación; disponía de varias opciones, en especial los batallones de la Infantería de Marina números 1, 2, 3 y 5, decidiendo utilizar al BIM 2 como fuerza principal por razones logísticas y debido que parte del personal que lo asistía en la confección de los planes de invasión estaba compuesto por personal de este batallón. Además necesitaba de los vehículos adecuados para el desembarco de las fuerzas, encontrándose con el inconveniente que la unidad encargada del uso de este material, no disponía de suficiente material en condiciones operativas, ya que el plan de mantenimiento y reparación previsto de los vehículos anfibios tenia como fecha de finalización el último trimestre del año. Por lo tanto se reasigno mayor presupuesto y personal para lograr que dicho material estuviera en condiciones operativas para fin de marzo.

Al disponer esto, Busser estimo que esa orden no podría ser cumplida completamente, es por ello que estimo que el material se encontraría operativo recién para mediados de mayo. Sin embargo eso no era una preocupación mayor para él, debido a que en estudios previos sobre la factibilidad de la operación, se había tomado como la fecha mas indicada para la ocupación del archipiélago desde mediados de mayo hasta mediados de junio.

Como la idea era que el Ejercito Argentino participara de esta misión, a las fuerzas de la Infantería de Marina y grupos de elite, se sumaria una sección de infantería de Ejercito al mando del Subteniente Reyes, quien junto a tres suboficiales y veinticinco soldados desembarcarían junto a los Infantes de Marina. Esta sección era parte de la Compañía C del Regimiento 25 de Infantería, con asiento en la localidad de Sarmiento, Provincia de Chubut. Posteriormente a esta sección se les uniría como líder, el jefe de este regimiento, el Teniente Coronel Mohamed Alí Seineldín.

Según la Junta Militar, la acción de "Ocupar para negociar" significaba utilizar medios armados para lograr beneficios diplomáticos. En contraposición con toda la historia, en donde los diferendos de esta especie se resolvían por medio de la guerra directa, o por medio de la diplomacia, o bien por la guerra una vez fracasado el intento diplomático (en donde las relaciones se van deteriorando con el tiempo, hasta que se llega a un punto de confrontación), la Junta decidió patear el tablero y trato de conseguir mejores cartas para negociar. Mas allá de prever que se terminarían las relaciones diplomáticas entre ambos países, creyó firmemente o quiso creer que la batalla más importante se daría en el seno de las Naciones Unidas, sin tener en cuenta la influencia y poder que su adversario ingles tiene en dicha organización.

No previo o directamente descarto que Inglaterra opusiera fuerza contra fuerza, sino que la idea presente en los integrantes del gobierno es que el Reino Unido se contentaría con protestar por todos los medios, aplicar sanciones económicas, y dar batalla en el terreno diplomático. Pienso que siguieron sin siquiera darle un vistazo a los libros escolares de historia.

Como el plan definitivo de acción preveía la toma de puntos clave dentro de la localidad y sus alrededores, como son la planta de electricidad, de agua, de comunicaciones, etc. Busser decidió utilizar unidades de elite de la marina, las que tenían por función, dominar dichos puntos antes de que se produjeran los desembarcos del grueso de las fuerzas. En este caso el Contralmirante tenia dos opciones: Los Buzos Tácticos o Los Comandos Anfibios.

Pero ambas unidades poseen especializaciones diferentes, producto de las unidades de origen de que provienen. En el caso de los Comandos Anfibios su origen primario es la Infantería de Marina, mientras que los integrantes de Buzos Tácticos tienen su origen en el componente naval de la fuerza. Estos últimos poseían los conocimientos técnicos necesarios para poder controlar eficazmente estos puntos esenciales, y fueron los seleccionados para tomar posesión de ellas, además de servir de cierre al movimiento envolvente que preveía el plan de operaciones.

En previsión de necesitar refuerzos, se mantuvo como reserva a toda una compañía de Infantería de Marina, que seria embarcada Junto a la totalidad del BIM 2 y se previó el embarque de una batería de artillería, la que se esperaba no tendría que ser utilizada.

Restaba conformar la fuerza naval que estaría encargada de transportar todo el personal y los materiales para realizar la operación cuando sobrevino un hecho que precipito la crisis y acelero la puesta en marcha del plan ideado.

Por otro lado, no solo no se considero que Inglaterra no combatiría, sino que se evalúo que los Estados Unidos se mantendrían al margen de cualquier posición favorable a cualquiera de los bandos, ignorando la historia que une a estos dos pueblos desde poco después de la Guerra de Independencia Norteamericana, unos doscientos años atrás. No se tuvo en cuenta lo unidos que se mantuvieron ambas naciones durante los mayores conflictos bélicos del siglo XX, ni tampoco la colaboración entre los países durante las guerras regionales que ambos protagonizaron.

Frente a esto, el gobierno de nuestro país consideró que era suficiente haber realizado ciertos trabajos "sucios" en Centroamérica durante la década anterior, y en haber demostrado que la Argentina era un bastión del extremo sur del continente en la defensa del anticomunismo. No tomo en cuenta que en ese mismo momento, pesaba sobre nuestro país la prohibición para vender cualquier tipo de material bélico estadounidense, teniendo que recurrir a otros países como Francia, Israel y la misma Inglaterra para conseguirlos.

Tal vez la junta pensó que el hecho de que existiera el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) mantendría al margen del conflicto a los norteamericanos, sin tener en cuenta que en ese momento el principal enemigo del país del norte era el bloque Soviético, y que la mejor defensa que poseían los norteamericanos era la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de la cual Inglaterra es miembro.

Sin ser muy brillante de pensamiento, y poniéndome en el lugar de algún funcionario norteamericano con poder de decisión, no tendría muchas dudas sobre que posición tomar en el conflicto que se venía.

El acontecimiento que precipito la invasión a las islas esta dado por un incidente que se produjo en las Islas Georgias del Sur, que junto a las Sandwich del Sur, se encuentra bajo la administración británica con sede en Malvinas. Un grupo de obreros, empleados por el ciudadano argentino Constantino Davidoff para desguazar un establecimiento ballenero abandonado y comercializar la chatarra, iza una bandera nacional en su asentamiento, lo que provoca la reacción británica, a tal punto que el rompehielos modificado HMS Endurance, que servia como una especie de componente naval de las islas, es despachado hacia las Georgias, para solucionar el problema (llámese deportación de obreros argentinos por las buenas o las malas).

Esto provoca intercambios mas o menos duros a nivel diplomático entre ambos gobiernos, alistando la Argentina a navíos de su armada para defender la integridad de sus ciudadanos.

En este momento, 24 de Marzo, el Contralmirante Busser recibe de la superioridad la consulta sobre cual sería la fecha mas reciente para poder realizar la operación que estaba planeando, y se le solicita que la respuesta este lista para el día siguiente por la noche a mas tardar. Junto a sus colaboradores, Busser realiza un estudio breve y exhaustivo de la situación, informando a sus superiores que la fuerza podría estar en condiciones de zarpar el 28 de marzo hacia el mediodía, y que podría estar en posición de realizar la operación prevista el primero de Abril.

La orden impartida por los superiores es la de iniciar los preparativos para poner en marcha el plan trazado, para lo cual Busser aumenta el personal de su estado mayor y comienza una tarea febril de preparación, desde el alistamiento de las unidades de combate, hasta el soporte logístico que dicha operación implicaba. La orden de zarpar no incluía la consumación total del plan trazado, sino que la operación de desembarco podía ser cancelada hasta las 18 30 hs del día anterior previsto.

Creo acertado aclarar que a pesar de no estar de acuerdo con la decisión de ocupar militarmente las islas en ese momento, considero muy validas las razones por las que se llevo a cabo dicha acción. Creo fervientemente que dichas islas son nuestras, que fueron robadas de nuestro poder por Inglaterra, solo por el hecho de que en 1833 dicho país poseía mayores medios militares que los nuestros para hacerlo. Mas allá del tiempo transcurrido, el derecho de nuestro país a ejercer soberanía sobre las Malvinas no ha cambiado.

También estoy de acuerdo en que a lo largo de todo el proceso de negociaciones, el Reino unido nunca se preocupo por mantener una conversación seria, porque ese es el terreno donde se queda sin argumentos para sostener su posición. Es comprensible que, luego de un tiempo en que se intenta y no se logran avances, porque la otra parte no tiene intenciones de nada, se pierda la paciencia y se adopten medios más contundentes para lograr algo. Sin embargo me parece sensato antes de provocar una confrontación directa con el adversario, medir mis fuerzas, para evaluar si vale la pena o no ir al choque.

No estoy de acuerdo con lo que escuche en ciertos sectores, en donde se dice que hay que pelear aunque se conozca que se va a perder. Eso esta bien para un juego deportivo, pero en este caso lo que se pierden son vidas, medios materiales y posiciones para negociar. ¿Y frente a estas perdidas, que se obtuvo?. En este momento estamos mas lejos de obtener algún avance en nuestros reclamos que diez minutos antes de concretar la invasión.

Se perdieron mas de 640 vidas argentinas al final del conflicto, mas un número similar de casos de suicidio de ex combatientes desde dicha fecha. Se perdieron cuantiosos medios materiales, que aún no hemos podido siquiera recuperar, y por ultimo le dimos la mejor excusa a Inglaterra para cerrar todo tipo de conversaciones sobre el futuro de nuestras islas. Frente a estas perdidas me surgen ciertas preguntas:

  • ¿Es más importante el honor nacional que la vida de mas de 1000 personas? 
  • ¿Cómo se le explica a una madre que perdió a su hijo en la guerra, que con su muerte contribuyo a hacer un país más grande y prospero, pero que Las Malvinas siguen estando bajo dominio ingles hasta fecha incierta?

Sintetizando, a grandes rasgos, el plan inicial ideado para la toma de la capital de las islas, era el siguiente:

Aproximadamente tres horas antes de que se produzca la principal oleada de desembarco, un grupo de Buzos Tácticos y Comandos Anfibios debían tomar tierra en una posición a unos 5 km al sur de la capital isleña y avanzar hacia el norte, hasta un punto determinado en que este grupo se dividiría en dos; un grupo atacaría el cuartel de la guarnición de las islas en Moody Brook y la otra se dirigiría hacia la ciudad para tomar las plantas que manejaban los principales servicios públicos de la ciudad. Al mismo tiempo, otro grupo de Buzos Tácticos desembarcarían en una playa ubicada en la península donde esta instalado el aeropuerto para balizar a la misma, a la espera de la fuerza principal de desembarco. También debía tomar el faro que se encontraba en el extremo este de dicha península y proveer de cobertura sobre el istmo que une a esta península con la ruta que comunica con la ciudad.
  • La Fuerza Aérea debía hacerse cargo de controlar el aeropuerto y hacerlo operable, para permitir el arribo de los aviones de transporte que pusieran a la totalidad del Regimiento 25 en tierra. 
  • En la hora determinada, mediante vehículos anfibios, la totalidad del BIM 2 desembarcaría en la playa ya señalizada y avanzaría hacia la capital para hacer efectiva la ocupación de la misma. 
  • Se asignaba a la sección de Ejercito la toma de la casa de gobierno. 
  • Se mantenía en reserva a la compañía de infantería de Marina y a la batería de artillería, para el uso eventual en caso de necesitarse. 
  • Una vez tomado y asegurado el objetivo, la defensa del mismo quedaría a cargo del Regimiento 25, mientras que el resto de las fuerzas se replegarían hacia el continente. 
  • Una vez completada esta fase, solo se preveía el envío del personal necesario para mantener en funcionamiento los sistemas esenciales, como el aeropuerto y la logística de la fuerza de ocupación.
Como se preveía, el 28 de marzo se hace a la mar desde Puerto Belgrano la fuerza de tareas 40, compuesta por el buque de transporte Cabo San Antonio, el rompehielos Almirante Irizar, el transporte Isla De los Estados, el Destructor Hercules y Santísima Trinidad, las corbetas Drummond y Grandville y el submarino Santa Fe.

En forma simultanea a estos acontecimientos, la Fuerza Aérea efectúa vuelos hacia la capital de las islas, realizados por los Learjet 35 A del Grupo 1 Aerofotográfico, los que realizan varias pasadas de fotografía sobre la capital y alrededores. En la mayoría de estos vuelos, no se produjo aterrizaje alguno en el aeropuerto, con el pretexto de tener problemas en el tren de aterrizaje. Sin tener confirmación acerca del motivo de estos vuelos, supongo que el objetivo de estas misiones radicaba en recabar información de ultima hora sobre el terreno.

La navegación hacia el sur fue mala. La fuerza de tareas debió sortear una fuerte tormenta, que provoco daños sobre dos helicópteros, dejándolos inutilizados. Pero lo que realmente afecto la programación del ataque fue el hecho de conocer que se había perdido el factor sorpresa de las acciones, ya que se tomo conocimiento que los habitantes de las islas habían sido alertados por Londres sobre la invasión, con lo cual había que adaptar el plan inicial a esta nueva contingencia, ya que era lógico esperar mayor resistencia a la prevista.

En medio de una fuerte tormenta el Contralmirante Busser y sus subalternos son trasladados en el helicóptero del destructor Santísima Trinidad a bordo de este buque para una reunión de mandos. Luego de adaptado el plan inicial a las nuevas circunstancias, solo restaba que las diferentes unidades, pusieran a punto sus propios planes de operaciones y esperar hasta la 18.30hs del primero de Abril, hora en la cual, de no recibirse contraórdenes, se procedería con la operación.

El nombre clave de esta operación era "Azul"; sin embargo, por iniciativa del Teniente Coronel Seineldin, quien se basó en sus creencias religiosas y en un hecho histórico ocurrido durante las invasiones inglesas de 1806, sugirió al Jefe de la operación rebautizar con el nombre de "Rosario" al operativo. Luego del correspondiente pedido de autorización, la operación adopta el nuevo nombre, con el que comúnmente se la conocerá a partir de ese momento.

En todo momento y lugar de la historia humana se ha utilizado una buena causa para lograr fines egoístas e indecentes. Me parece que esto se aplica al curso de acción seguido por los integrantes de la Junta Militar. La situación social, política y económica del país se derrumbaba rápidamente, no existía un plan viable para modificar esta situación y había que dar un golpe tal, que no solo desviara la vista del pueblo de los problemas habituales a que debían enfrentarse, sino que también los borraran, por lo menos momentáneamente. Esto se logro de manera excelente. La manifestación contra el sistema de gobierno del 30 de marzo y la posterior del 2 de Abril para apoyar al mismo gobierno en el proyecto iniciado es un ejemplo cabal de ello.

También encuentro puntos positivos para destacar. Haciendo memoria sobre nuestra historia como Nación, no conozco otro momento en la vida de nuestro país en donde hayamos estado tan unidos como pueblo frente a un problema. Recuerdo a mi vieja reuniéndose con vecinas para tejer pasamontañas y enviarlos al sur. Recuerdo programas televisivos solicitando ayuda por parte del pueblo para el esfuerzo de guerra, en donde ancianas donaban los bienes mas preciados que poseían. Recuerdo que en mi escuela, muchos profesores dejaban de lado el plan de estudios y nos poníamos a hablar sobre lo que significaba los acontecimientos que estábamos viviendo.

En el ámbito regional, muchas naciones vecinas se colocaron a nuestro lado y ofrecieron su apoyo incondicional a nuestra causa. Si en algún momento hubo una posibilidad de aunar criterios y construir un futuro regional común, no dudo que ese momento fue durante esta guerra.

Y también recuerdo que, desgraciadamente, con el fin del conflicto, todos esos sentimientos se desvanecieron con una rapidez asombrosa, alentados por los medios de comunicación. Se retrocedió de manera increíble en la posibilidad de poder idear un camino en común y tirar para el mismo lado. La frustración y desengaño que sufrimos como pueblo, nos hizo esconder a las Malvinas debajo de la alfombra, y no dejarla salir de allí. A la luz de los últimos 20 años de historia Argentina, creo que Malvinas junto con lo que ello genero, todavía esta allí guardado.

Al mismo tiempo que nuestra escuadra sufría en el mar las consecuencias de la tormenta, el gobernador de las Falklands Islands, Rex Hunt, recibía de Londres los primeros informes sobre el intento argentino de recuperar el archipiélago. Entre las directivas recibidas, el mensaje le indicaba en forma implícita que los medios con los que contaba para la defensa de sus dominios eran los únicos con los que podría contar, y que actuara de acuerdo a su criterio. En síntesis: "Estás solo, Arreglate".

La fuerzas de defensa de las islas era denominada oficialmente como Naval Party 8901. Estaba compuesta habitualmente por lo que en nuestro Ejercito se denomina a una Sección de Infantería de Marina reforzada, unos 40 hombres. Su armamento estaba constituido por armas livianas y como armas de apoyo poseían algunas ametralladoras todo propósito, similar a nuestras MAG, y algunos cañones antitanque que podían operarse desde el hombro de un infante. Como defensa antiaérea, encontré menciones que hablan de misiles Blowpipe, también operados desde el hombro.

Para la fecha en que se produjo la recuperación de las islas, se estaba produciendo el recambio de la guarnición de las islas. Esto hizo que el número de efectivos de la misma este incrementado. Contando ambos contingentes armados, el estimado de efectivos ingleses para defender las islas era alrededor de 80 hombres, a los que se sumaron varios civiles de la reserva, mas estos reservistas solo cumplieron tareas de seguridad de algunos puestos importantes de la ciudad, como las plantas de servicios públicos y comunicaciones. El gobernador no podía disponer de su "componente naval", el HMS Endurance, ya que el mismo había sido despachado hacia las Georgias para resolver el tema de los chatarreros, y en ese momento se encontraba navegando a mitad de camino entre las dos islas. Solo tenia a disposición el MV Forrest, una lancha de poco mas de 25 metros de eslora, la que estaba dotada de radar.

El comando militar de esta guarnición estaba a cargo del mayor Michael Norman, quien había recibido dicho cargo de manos del mayor Gary Noot poco menos de un día antes. Luego de recibir los primeros informes de Londres, Hunt convoca a los oficiales para evaluar la situación y diseñar el plan de defensa. Estaba claro que la resistencia que los Marines podrían oponer a la fuerza argentina era muy limitada, ya que estimaban que serían superados en número en una proporción de 20 a 1, además de la superioridad en medios materiales de combate.



Por lo tanto el sistema de defensa adoptado a grandes rasgos supuso que las fuerzas argentinas efectuarían un desembarco anfibio en las playas que se encuentran al norte de la península del aeropuerto, así como también que los atacantes intentarían tomar el puerto de la ciudad.

Dispuso dividir sus fuerzas en pequeños grupos de entre dos y seis soldados, los que serían ubicados en posiciones defensivas a lo largo de la ruta que se estimaba tomarían las fuerzas argentinas. Un grupo de dos marines dotados de una ametralladora y motos fueron ubicados en las playas al norte de la península del aeropuerto; otro grupo dotado de un cañón antitanque y un bote de goma se ubico en el istmo que domina la entrada al puerto. Otro grupo con dos ametralladoras fue ubicado en la lengua de tierra que comunica al aeropuerto con el resto de las islas, y coloco dos puestos de resistencia mas sobre la ruta que une al aeropuerto con la ciudad dotados de ametralladoras y cañones antitanque.

La idea original era que cada grupo presente resistencia dentro de lo posible, para replegarse hacia la casa del gobernador, donde estaba ubicado el puesto de mando militar y político. Allí se realizaría la resistencia final hasta que se produjese una solución diplomática o bien hasta la derrota militar.

Para cubrir la zona sur de defensa, se había ordenado a un marine colocar un puesto de observación sobre la Colina del Zapador con la misión de alertar sobre posibles avances de tropas desde ese sector y replegarse hacia el puesto de comando.

El gobernador Hunt utilizo la radio para comunicar a la población los acontecimientos que se avecinaban. La mayoría de los habitantes optaron por recluirse en sus casas y tratar de superar lo que se avecinaba de la manera más segura posible. Otros se ofrecieron para efectuar diversas tareas, con las cuales esperaban contribuir a la defensa de la ciudad. Se autorizo a un canadiense a sabotear el sistema de guiado de la torre de control del aeropuerto y el faro. Otros se encargaron de obstaculizar la pista de aterrizaje. Otros se ofrecieron para arrestar a los ciudadanos argentinos que se encontraban en la ciudad por diferentes motivos, en especial a ciertos empleados de Gas del Estado que habían llegado pocos días atrás y se pensaba que entre ellos habría comandos infiltrados. Esta ultima tarea no se cumplió en su totalidad ya que la idea del gobernador era evitar darle a los argentinos la menor excusa posible para invadir.

Con las modificaciones al plan original que se creyeron pertinentes, alrededor de las 00hs del viernes 2 de Abril de 1982 se inicia la operación Rosario, cuando el grupo de Buzos Tácticos desembarca a unos 5 km al sur de Puerto Argentino y se dirigen hacia el norte, pasando al oeste de la Colina del Zapador. Aquí he encontrado algunas diferencias entre la versión británica y la argentina. Mientras que los ingleses afirman que dicho desembarco se realizo por medio de helicópteros, los argentinos indican que se trato de un desembarco anfibio por medio de botes de goma. Afirman que se utilizaron los motores de estas embarcaciones hasta cierta distancia de la costa, realizando el resto de la navegación con propulsión a remos para evitar ser descubiertos.

Lo cierto es que una vez que el grupo sobrepasó la Colina del Zapador, se dividió como estaba previsto. Uno se dirigió hacia el norte, al cuartel de los Marines en Moody Brook, mientras que el resto lo hizo hacia la casa del gobernador para comenzar el asedio de la misma.

Como no se tenía conocimiento confirmado de la posición de los Marines, el objetivo de tomar su cuartel radicaba en evitar que esta unidad opusiera resistencia a la fuerza de ocupación, o por lo menos mantenerla aferrada en esa posición para facilitar la toma de la casa de gobierno.

Es aquí donde encuentro cierta contradicción en el accionar de los Buzos Tácticos. Por un lado, la orden inicial impartida establecía que la operación debía ser incruenta en la medida de lo posible. Sin embargo, cuando lo Buzos Tácticos estuvieron en posición de tomar el cuartel de los Marines, lo hicieron desde todos los ángulos y utilizando la máxima potencia de fuego de que disponían, disparando sus armas portátiles y utilizando granadas de aturdimiento y de fósforo blanco. Estimo que este proceder se debió a los cambios de planes que se produjeron en las ultimas horas antes del inicio de las acciones. Era de esperarse que las fuerzas inglesas se encontraran en alerta y la espera de los incursores, a los que no recibirían con flores precisamente.

Afortunadamente para los ingleses, el cuartel de Moody Brook había sido evacuado unas dos o tres horas antes de ser atacado, no produciéndose bajas en ninguno de los bandos. Una vez concretada esta operación, las fuerzas atacantes se dirigieron a la casa de gobierno para reforzar a la primera avanzada que ya estaba allí.

Simultáneamente con el desembarco desde el sur, un grupo de Buzos Tácticos desembarcan desde el submarino Santa Fe y toman tierra por medio de botes de goma en una playa ubicada al norte de la península donde se encuentra el aeropuerto. Proceden a balizar dicha playa, y asegurar el aeropuerto.

Con los primeros disparos provenientes desde el cuartel de los Marines, el mayor Norman se percató que el sistema de defensa por el ideado estaba orientado en sentido opuesto al avance de los argentinos. En realidad, él había construido su dispositivo defensivo de manera correcta, porque el grueso de las fuerzas argentinas desembarcaría poco después prácticamente donde él lo había previsto, solo que el no lo sabía en ese momento y por otro lado la carencia de medios de combate (llámese marines) provocaba que los Buzos Tácticos no encontrarían resistencia hasta el objetivo principal de las islas: la casa de Gobierno. Procedió a ordenar a las dos secciones ubicadas en el extremo este de su dispositivo que se replegaran hacia la sede del gobernador, y mantuvo en su posición a los dos grupos que defendían las probables playas de desembarco y el estrecho que comunica con el puerto.

Unos 35 Infantes ingleses junto al puesto de mando se encontraban en la sede del gobierno de las islas resistiendo el asedio que el grupo de Buzos mantenía. Nuestras tropas se ubicaron en el sector sur de la construcción, uno de los pocos lugares de las islas con arbustos, árboles y coberturas vegetales. Desde allí, abrieron fuego sobre la parte superior de la construcción y utilizan granadas de aturdimiento, intimando la rendición. Aquí si creo que la potencia de fuego del dispositivo propio no se utilizo con propósitos de aniquilar a los defensores, sino que se busco la rendición del gobernador y evitar bajas entre sus filas. Esto lo creo así, en razón de que la casa de Gobierno de las Islas era uno de los edificios más bellos y con mejor vista a la bahía del puerto, pero como búnker defensivo dejaba mucho que desear. Gran parte de su estructura estaba cubierta con vidrio y no sería difícil tomarla con potencia de fuego. Claro que esto significaba la aniquilación de sus defensores.

En esta parte del operativo es que pierde la vida el Señor Capitán de Corbeta (IM) Pedro Edgardo Giachino, y resulta herido en el pecho el Teniente de Fragata Diego García Quiroga y el Cabo Segundo Enfermero Ernesto Urbina. Los dos primeros trataron de ingresar a la casa de gobierno y fueron abatidos en el intento, mientras que Urbina cayo al tratar de socorrerlos.



El gobernador Hunt mantenía por vía telefónica la comunicación con la población ya que los llamados que él realizaba estaban dirigidos a la radioemisora de las islas y desde allí se difundían a quien tuviera una radio encendida. Asediada su residencia, la posición del señor Hunt, literalmente hablando y en todos los sentidos, era pésima. Se encontraba debajo de la mesa que otrora fuera su escritorio, empuñando una pistola y dispuesto a usarla contra quien tratara de ingresar a su despacho. Desde allí podía escuchar como alguien de nuestra tropa en perfecto ingles, apelaba a su sentido común para que cese la resistencia. Tal vez pensaba que los argentinos habían dado lo máximo de sí para la toma de su puesto, y no lo lograron, por lo tanto no estaba dispuesto a rendirse. Lo que no sabía aun, era que el grueso de las tropas nacionales no se encontraba todavía en camino.

Con las primeras luces del día, el Cabo San Antonio se acerca al estrecho que comunica con el puerto, y comienza el desembarco del BIM2 y la sección de Ejercito, los que lo hicieron en vehículos anfibios a oruga Amtrack de fabricación norteamericana sin encontrar ningún tipo de resistencia. Es que el puesto de retención británico, compuesto por dos hombres y una ametralladora polivalente con un solo caño y 800 disparos se encontraba apostado en una playa mas hacia el este que la utilizada por nuestra fuerza para tocar tierra. Lo único que pudieron hacer fue observar el desembarco y tratar de escapar hacia la ciudad para no quedar encerrados. La otra sección a cargo de un arma antitanque, solicita permiso de fuego a su comando, al tiempo que informa sobre los blancos. De todas maneras, el armamento disponible no era el adecuado como para provocar réditos y por otro lado delatarían su posición, así que el cabo a cargo de la sección decide inutilizarlo y escapar hacía el interior de las islas para continuar el combate.

Una vez desembarcada la fuerza principal, se le asigna a la sección de Ejercito dar seguridad y poner en operaciones a la pista de aterrizaje, a la espera de los aviones de transporte que llevarían al resto del Regimiento 25 a las islas. Esto era una tarea imposible para los 30 hombres del ejercito, ya que se habían estacionado sobre el asfalto de la pista unos 30 vehículos y diversos bultos de todo tipo, que debían ser quitados. El contralmirante Busser ordena al jefe del BIM 2 que ponga al mando del Teniente Coronel Seineldín una compañía completa junto a sus vehículos de transporte, los que desalojan la pista de obstáculos y mantienen a la misma a la espera de los aviones de transporte.

El resto de la fuerza desplegada en formación de combate inicia el avance hacia la capital, sin encontrar resistencia hasta que llegan a las afueras de la ciudad. En un pequeño grupo de casas denominado Ciudad Blanca, donde se encontraba una sección de Marines con armas antitanque y cohetes, los que abren fuego contra el carro que iba a la vanguardia del convoy, impactándolo en dos oportunidades. Se produce un intercambio de fuego breve, y la sección inglesa se retira hacia el interior de la ciudad, en busca de la casa de gobierno. Busser ordena alistar a la compañía de infantería de marina en reserva manteniéndola en el aeropuerto y también ordena que se aliste la batería de artillería para el uso inmediato de ser necesario.

Como el objetivo de ambos bandos era evitar la pelea dentro de la ciudad (pero ninguno de ellos conocía la intención del otro) el jefe de la fuerza argentina ordena al grupo principal de ataque que suba a los vehículos anfibios, (unos 20) y pone rumbo hacia la casa del gobernador a toda velocidad.

Rex Hunt mantenía su posición debajo del escritorio. También se mantenía firme en su posición de no negociar con los invasores. A través de la radio de las islas, que seguían transmitiendo los acontecimientos, el gobernador escucha a dos habitantes de Ciudad Blanca, Alistair Grieves y Tom Davis, describir el ataque de la sección inglesa y la respuesta nacional. Mientras Grieves informaba lo poco que podía escuchar desde el suelo del interior de su casa, Davis relataba como una explosión había provocado un inmenso agujero en su casa.

Al consultar con los oficiales al mando de sus fuerzas sobre la potencia de fuego que podían proporcionar estos carros de combate, el gobernador se entera que los mismos podrían ubicarse fuera del alcance de las armas de los defensores y reducir la casa de gobierno a cascotes. Es en ese momento, en que decide parlamentar.

Para ello utilizo dos medios: El primero fue el radial, ya que pensó que seguramente nuestras fuerzas estarían sintonizando Radio Falklands y escuchando, como ellos lo hacían. Telefoneo a la radio y le pidió al locutor que enviara un mensaje en donde solicitaba parlamentar con algún representante argentino.

El otro medio que uso fue el de contactar a el ex encargado de Líneas Aéreas del Estado (LADE) en las islas. Si bien dicho puesto estaba a cargo de Roberto Gamen, Hunt quería contactar al Vicecomodoro Hector Gilobert, quien fuera hasta dos días antes el responsable de la aerolínea estatal argentina. Supongo que por una cuestión de mayor conocimiento entre ambos motivo esta elección.

De todas maneras, el motivo por el que Gilobert se encontraba en las islas al momento de la invasión no es muy claro. Por lo menos en la bibliografía de fuente inglesa que consulte, se afirma que Gilobert fue el encargado de informar a Buenos Aires el 31 de marzo, sobre el conocimiento que tenían los ingleses del plan de ocupación argentino. Sin embargo, no he encontrado mención alguna sobre esto en fuentes argentinas.

El gobernador ingles le pidió a su secretario de gobierno que contactara a Gilobert para que este sirva de nexo entre ambos bandos. No sin cierto temor de recibir fuego por equivocación, ya que la situación no era clara para ninguna de las dos partes, la comitiva argentino-inglesa, contacta al Contraalmirante Busser, quien junto a sus superiores y personal de su estado mayor, se dirigen desarmados a conversar con Hunt.

Caminando por el medio de una calle desierta de la ciudad, cuando todavía no era totalmente de día, las tropas argentinas que se topaban con sus jefes y su contrapartida inglesa iban uniéndose al grupo cantando y vivando a nuestro país, hasta que se produjo un peligroso encuentro con algunos miembros de nuestra fuerza que hicieron unos disparos contra la delegación, los cuales cesaron de inmediato cuando Busser, con un tremendo vozarrón, se identifico y ordeno el inmediato alto el fuego.

El gobernador Hunt, que ya había salido de abajo de su escritorio y trato de componer un tanto su imagen, recibió a Busser sentado en su despacho. El Contralmirante extendió su mano para saludar a Hunt pero este se negó a darla, aduciendo que no podía estrechar la mano de quien estaba invadiendo su territorio, y exigió el inmediato retiro de todas las tropas argentinas de las islas. Busser le informo que la República Argentina solo estaba recuperando lo que por derecho nos pertenece y que poseía fuerzas tales que podrían acabar con toda la resistencia. Intento convencer al gobernador que de continuar los combates se ponía en riesgo a la población civil de las islas, y que no tenia sentido resistir, ya que solo redundaría en perdidas inútiles de vidas.

Frente a estos argumentos, el Gobernador Rex Hunt, a las 9 horas 25 minutos del 2 de abril de 1982, ordenó al mayor Norman que entregara sus armas a las fuerzas argentinas de ocupación.

Mientras el Mayor Norman ordenaba a sus tropas la rendición de sus fuerzas a nuestras tropas, el Mayor Noot, custodiado por elementos argentinos, comenzó a recorrer la localidad para reunir a los efectivos de sus fuerzas que se encontraban dispersos. Dos días después, se entregaría la sección que originalmente estaba a cargo de cubrir la entrada al puerto.

Una vez asegurado el control de los ingleses, se inicio un pequeño acto en el cual se izó la bandera nacional y se cantó nuestro Himno Nacional. Como anécdota, desconozco si por sabotaje o por casualidad, en el momento en que era izado el pabellón propio, la driza del mástil se rompe, así que el Subteniente Reyes a cargo de la sección de Ejercito se subió trepando por el mástil, y reparo la driza para que nuestra bandera pueda llegar a lo más alto.

Se cumplió tal como estaba programado, el retiro de todas las tropas de Marina, y con el arribo del resto del Regimiento 25 por medios aéreos y la asunción del Teniente Coronel Seineldín como jefe militar de las islas, solo restaba esperar el arribo del General Mario Benjamin Menendez para que asuma la gobernación política de las islas. La Fuerza Aérea se haría cargo del aeropuerto, así como también del control aéreo y de la defensa de las islas (obviamente, dentro de su especialidad).

Mas allá que en términos militares, la operación de recuperación de las islas, no representaba algo difícil de concretar, se necesitaba de la planificación y organización necesaria para que una importante fuerza armada trabajara armoniosamente. Se hizo lo adecuado para que las diferentes unidades operaran en forma individual de tal manera que, en conjunto lograran un objetivo concreto. Es de destacar que los últimos tramos del plan ideado debieron trazarse contra reloj, porque la operación manejaba otros tiempos para su puesta en marcha. Esto demuestra que con gente capaz, se puede programar exhaustivamente y al mismo tiempo se puede improvisar acertadamente.

En contraste con todo lo anterior, la organización posterior, cuando se tuvo conocimiento de la reacción británica, estuvo plagado de fallas de concepto, privando la improvisación sobre la programación. Se trato de suplir una adecuada y necesaria organización con temple y capacidad de resistencia de los principales protagonistas de la defensa: los combatientes de las islas. Estos dieron todo lo que tenían y más para cumplir con la misión que les impusieron. Elevaron su resistencia a limites nunca imaginados, soportaron no solo la agresión del enemigo, sino también la desorganización imperante en las altas esferas de sus propias fuerzas.

Cuando escribo esto, pienso en un soldado acostumbrado al clima templado, o directamente cálido, que debe estar durante 30 o 40 días metido en un pozo que hace agua todo el tiempo, mal alimentado, con temperaturas por debajo de los cero grados, sintiendo que desde la retaguardia no tiene apoyo, y que sus superiores no los guían, sino que los arrastran. Solo puedo expresar mi gratitud hacia ellos, porque aún con todo en contra, presentaron resistencia al enemigo inglés.

La gran mayoría de los que tenían la responsabilidad de conducir personal a nivel medio, generalizando hablo de los jefes de regimientos de línea hacia abajo, estuvo a la altura de las circunstancias, y también hicieron mas de lo que sus posibilidades le permitían. Se jugaron por sus subordinados y los condujeron correctamente en batalla. Ellos también debieron actuar e improvisar para poder cumplir con la orden que se les impartió. Ellos también estaban dentro de la gran improvisación que partía de los altos mandos.

Final

Habrá gente que este de acuerdo con lo aquí escrito y otra que no. Los hechos que se describen fueron corroborados por mi, con todo el material que pude reunir, y en muchos casos es difícil seguir una línea del relato porque las versiones son muy dispares e imposibles de conciliar.

En cuanto a mi opinión personal sobre todos estos acontecimientos históricos, lo hago, en principio, desde el mas absoluto respeto y gratitud hacia aquellos que dieron lo mejor que tenían para llevar adelante la campaña.

También creo que saber esto puede ayudarnos a ser mejores. Si estas líneas pueden hacer que alguien no solo conozca la historia, sino que aprenda de ella, es suficiente.


Rolando Mendez

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