jueves, 16 de enero de 2014

Israel: La verdad sobre su inventario nuclear, con tortas argentinas

La verdad sobre el arsenal nuclear secreto de Israel
Israel ha estado robando secretos nucleares y haciendo secretamente bombas desde 1950. Y los gobiernos occidentales, como Gran Bretaña y los EE.UU., hacen la vista gorda. Pero, ¿cómo podemos esperar que Irán frene sus ambiciones nucleares si los israelíes no quieren declarar sus propios inventarios?

Julian Borger - The Guardian


Reactor nuclear de Israel en Dimona. Foto: Getty Images

Muy por debajo de las arenas del desierto, un asediado estado de Oriente Medio ha construido una bomba nuclear encubierta, utilizando la tecnología y los materiales proporcionados por potencias amigas o robados por una red clandestina de agentes. Es el material de la pulpa de novelas de suspenso y el tipo de narrativa a menudo utilizado para caracterizar los peores temores sobre el programa nuclear iraní. En realidad, sin embargo, ni EE.UU. ni la inteligencia británica creen que Teherán haya decidido construir una bomba, y los proyectos nucleares de Irán están bajo supervisión internacional constante.

Sin embargo, el cuento exótico de la bomba escondida en el desierto es una historia real. Es sólo que se aplica a otro país. En una extraordinaria hazaña de subterfugios, Israel logró armar todo un arsenal nuclear subterráneo - actualmente se estima en 80 ojivas, a la par de la India y Pakistán - y hasta probó una bomba hace casi medio siglo, con un mínimo de protesta internacional, o incluso tanto el conocimiento público de lo que estaba haciendo.

A pesar de que el programa nuclear de Israel ha sido un secreto a voces desde que un técnico descontento, Mordechai Vanunu, hizo la denuncia sobre el mismo programa en 1986, la posición oficial de Israel ha sido todavía nunca confirmar o negar su existencia.

Cuando el ex presidente de la Knesset, Avraham Burg, rompió el tabú del mes pasado, que declaraba la posesión de Israel tanto de armas nucleares como de químicas y la descripción de la política oficial de no divulgación como "anticuada e infantil", un grupo derechista llamado formalmente una investigación policial para traición a la patria.

Mientras tanto, los gobiernos occidentales han jugado junto con la política de "opacidad" evitando toda mención de la cuestión. En 2009, cuando un veterano periodista del Washington, Helen Thomas, preguntó a Barack Obama en el primer mes de su presidencia si sabía de algún país en el Oriente Medio con armas nucleares, esquivaba la trampilla diciendo sólo que él no quería "especular".

Los gobiernos del Reino Unido han seguido generalmente el mismo camino. Preguntado en la Cámara de los Lores en noviembre sobre las armas nucleares de Israel, la baronesa Warsi respondió tangencialmente. "Israel no ha declarado un programa de armas nucleares. Tenemos conversaciones periódicas con el gobierno de Israel sobre una serie de cuestiones relacionadas con tecnologías nucleares", dijo el ministro. "El gobierno de Israel no tiene ninguna duda en cuanto a nuestros puntos de vista. Animamos a Israel a convertirse en un Estado Parte en el Tratado de No Proliferación Nuclear [TNP]."

Pero a través de las grietas de este muro de piedra, más y más detalles continúan emergiendo de cómo Israel construyó sus armas nucleares a partir de piezas de contrabando y tecnología robada.

La historia sirve como contrapunto histórico a la lucha interminable de hoy sobre las ambiciones nucleares de Irán. Los paralelos no son exactos - Israel, a diferencia de Irán, nunca firmó hasta el 1968 del TNP y no podía violarlo por eso. Pero es casi seguro que se rompió un tratado de prohibición de pruebas nucleares, así como un sinnúmero de leyes nacionales e internacionales que restringen el tráfico de materiales y tecnología nucleares.

La lista de naciones que venden en secreto a Israel el material y la experiencia para fabricar ojivas nucleares, o que hicieron la vista gorda a su robo, incluyen los activistas más acérrimos de hoy contra la proliferación: Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña e incluso Noruega.


El alcahuete Mordechai Vanunu. Foto: AP

Mientras tanto, los agentes israelíes acusados ​​de la compra de material fisible y tecnología de última generación encontraron su camino en algunos de los establecimientos industriales más sensibles del mundo. Esta red de espionaje atrevido y un éxito notable, conocido como Lakam, el acrónimo hebreo para el aparentemente inocuo Comité de Enlace Científico, han incluido figuras tales como colores Arnon Milchan, un multimillonario productor de Hollywood detrás de éxitos como Pretty Woman, LA Confidential y 12 años de un esclavo, quien finalmente admitió su participación el mes pasado.

"¿Sabes lo que se siente al ser un chico de veintitantos años de edad [y] su país le permite ser James Bond? ¡Wow! ¡Acción! Eso fue emocionante", dijo en un documental israelí.

La historia de vida de Milchan es colorida, y bastante poco probable que sea el tema de uno de los éxitos de taquilla que financia. En el documental, Robert de Niro, recuerda discutir el papel de Milchan en la compra ilícita de disparadores de ojivas nucleares. "En algún momento yo estaba preguntando algo al respecto, siendo amigos, pero no de una manera acusatoria. Sólo quería saber", dice De Niro. "Y él dijo: sí lo hice. Israel es mi país."

Milchan no era tímido sobre el uso de las conexiones de Hollywood para ayudar a su segunda carrera de sombras. En un momento, él admitió en el documental, que utilizó el señuelo de una visita a la casa del actor Richard Dreyfuss para conseguir a un alto científico nuclear de EE.UU., Arthur Biehl, de unirse a la junta directiva de una de sus empresas.

Según la biografía de Milchan, por los periodistas israelíes Meir Doron y Joseph Gelman, él fue reclutado en 1965 por el actual presidente de Israel, Shimon Peres, a quien conoció en un club nocturno de Tel Aviv (llamada Mandy, el nombre de la dueña de casa y la esposa del propietario Mandy Rice- Davies, recién conocido por su papel en el escándalo sexual Profumo). Milchan, quien entonces dirigía la empresa de fertilizantes de la familia, nunca miró hacia atrás, jugando un papel central en el programa de adquisición clandestina de Israel.

Él era responsable de conseguir tecnología vital de enriquecimiento de uranio, fotografiando planos de centrifugadoras de un ejecutivo alemán había sido sobornado para temporalmente "extravíarse" en su cocina. Los mismos planos, perteneciente al consorcio de enriquecimiento de uranio europea, Urenco, fueron robados por segunda vez por un empleado paquistaní, Abdul Qadeer Khan, quien los usó para fundar el programa de enriquecimiento de su país y creando un negocio global de contrabando nuclear, vendiendo el diseño a Libia, Corea del Norte e Irán.

Por esa razón, las centrífugadoras de Israel son casi idénticas a las de Irán, una convergencia que permite a israelí probar un gusano informático, con nombre en código de Stuxnet, en sus propias centrifugadoras antes de desatarlas en Irán en 2010.

Podría decirse que las hazañas de Lakam fueron aún más atrevidas que Khan. En 1968, organizó la desaparición de todo un carguero lleno de mineral de uranio en el centro del Mediterráneo. En lo que se conoció como el caso Plumbat, los israelíes utilizaron una red de empresas de fachada para comprar un lote de óxido de uranio, conocido como torta amarilla, en Amberes. La torta amarilla se ocultó en tambores etiquetados "plumbat", un derivado de plomo, y se cargó en un barco de carga alquilado por una compañía liberiana falsa. La venta fue camuflada como una transacción entre empresas alemanas e italianas con la ayuda de las autoridades alemanas, según informes, a cambio de una oferta israelí para ayudar a los alemanes con la tecnología de centrífugadoras.

Cuando el barco, el Scheersberg A, atracó en Rotterdam, toda la tripulación fue despedida con el pretexto de que el buque había sido vendido y un equipo israelí tomó su lugar. El barco entró en el Mediterráneo, donde, bajo la guardia naval israelí, el cargamento fue trasladado a otro buque.

Documentos estadounidenses y británicos desclasificados el año pasado también revelaron una compra previamente desconocido israelí de alrededor de 100 toneladas de torta amarilla de la Argentina en el año 1963 o 1964, sin las garantías que suelen utilizarse en las operaciones nucleares de que se evitara que el material se utilizara en la construcción de armas.

Israel tenía pocos reparos en que proliferaran conocimientos y materiales de armas nucleares, por lo que ayudó al régimen de apartheid de Sudáfrica en el desarrollo de su propia bomba en la década de 1970, a cambio de 600 toneladas de torta amarilla.


Fotos del reactor nuclear de Dimona secreto en Israel, mostrando que la planta ha estado supuestamente camuflado. Fotografía: imágenes espaciales

El reactor nuclear de Israel también requirió óxido de deuterio, también conocido como agua pesada, para moderar la reacción fisible. Por eso, Israel volvió a Noruega y Gran Bretaña. En 1959, Israel logró comprar 20 toneladas de agua pesada que Noruega había vendido al Reino Unido, pero que excedían las necesidades para el programa nuclear británico. Ambos gobiernos sospechaban que el material podría ser utilizado para fabricar armas, pero decidieron mirar hacia otro lado. En documentos vistos por la BBC en 2005 funcionarios británicos argumentaron que sería un "exceso de celo" de imponer salvaguardias. Por su parte, Noruega lleva a cabo sólo una visita de inspección, en el año 1961.

El proyecto de armas nucleares de Israel nunca podría haber despegado, sin embargo, sin una enorme contribución de Francia. El país que tomó la línea más dura en la lucha contra la proliferación cuando se trata de Irán ayudó a sentar las bases del programa de armas nucleares de Israel, conducido por por un sentimiento de culpa por dejar a Israel en el 1956 el conflicto de Suez, la simpatía de los científicos franceses y judíos, el intercambio de inteligencia sobre Argelia y una campaña para vender la experiencia francesa en el extranjero.

"Hubo una tendencia a tratar de exportar y había un sentimiento general de apoyo a Israel," Andre Finkelstein, un ex comisionado adjunto a la francesa del Comisariado de Energía Atómica y subdirector general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, dijo Avner Cohen, un historiador nuclear israelí-americano.

El primer reactor de Francia fue fundamental ya en 1948, pero la decisión de construir armas nucleares parece haber sido tomada en 1954, después de Pierre Mendès France realizó su primer viaje a Washington como presidente del consejo de ministros de la caótica Cuarta República. En el camino de vuelta, dijo a un ayudante : "Es exactamente como una reunión de mafiosos. Todo el mundo está poniendo su pistola sobre la mesa, si no tienes el arma no eres nadie por lo tanto, debemos tener un programa nuclear..."

Mendès France dio la orden de iniciar la construcción de bombas en diciembre de 1954. Y a medida que construía su arsenal, París vendió asistencia material a otras potencias aspirantes de armas, no sólo Israel.

"[E]sta se prolongó durante muchos, muchos años, hasta que hicimos algunas exportaciones estúpidas, incluyendo Irak y la planta de reprocesamiento en Pakistán, lo cual fue una locura", Finkelstein recordó en una entrevista que ahora se puede leer en una colección de trabajos de Cohen en el centro de estudios Wilson Centre en Washington. "Hemos sido el país más irresponsable en la no-proliferación".

En Dimona, ingenieros franceses se colaron para ayudar a construir un reactor nuclear de Israel y una planta mucho más secreta de reprocesamiento capaz de separar el plutonio del combustible gastado de los reactores. Este fue el regalo real de que el programa nuclear de Israel estaba destinado a la producción de armas.

A finales de los años 50, había 2.500 ciudadanos franceses que vivían en Dimona, transformándola de un pueblo a una ciudad cosmopolita, con liceos franceses y calles llenas de Renault, y sin embargo, todo el esfuerzo se llevó a cabo bajo un espeso velo de secreto. El periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh escribió en su libro La Opción de Sansón : "Los trabajadores franceses en Dimona se les prohibió escribir directamente a sus familiares y amigos en Francia y en otros lugares, pero envíaban el correo a un apartado de correos falsos en América Latina."

Se mantuvieron a los británicos fuera de ola, diciéndoles en diferentes momentos que la enorme obra de construcción era un instituto de investigación de pastizales del desierto y una planta de procesamiento de manganeso. Los estadounidenses, también se mantuvieron en la oscuridad por Israel y Francia, volaron aviones espía U2 sobre Dimona, en un intento de averiguar lo que estaban haciendo.

Los israelíes admitieron tener un reactor pero insistieron que era para fines totalmente pacíficos. El combustible gastado se enviaba a Francia para su reprocesamiento, alegaron, incluso proporcionando material fílmico de él que es supuestamente de ser embarcados en aviones de carga franceses. A lo largo de los años 60 se negó rotundamente la existencia de la planta de reprocesamiento en Dimona hubiese estado produciendo plutonio para bombas.


Productor Arnon Milchan con Brad Pitt y Angelina Jolie en el estreno de Sr. y la Sra. Smith. Fotografía: L Cohen

Israel se negó a aprobar las visitas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), por lo que a principios de 1960 el presidente Kennedy pidió que acepten los inspectores estadounidenses. Los físicos estadounidenses fueron enviados a Dimona, pero se les dio una tour ensayado en todo desde el principio. Las visitas nunca fueron dos veces al año, como se había acordado con Kennedy y fueron objeto de sucesivos aplazamientos. Los físicos estadounidenses enviados a Dimona no se les permitió traer su propio equipo o recoger muestras. El inspector estadounidense líder, Floyd Culler, experto en extracción de plutonio, señaló en sus informes que que había paredes recientemente enlucidas y pintadas en uno de los edificios. Resultaba que antes de cada visita de los estadounidenses, los israelíes habían construido paredes falsas alrededor de la hilera de ascensores que descendieron seis niveles de la planta de reprocesamiento subterráneo.

A medida que surgió más y más pruebas del programa de armas de Israel, el papel de EE.UU. pasó de víctima involuntaria de cómplice renuente. En 1968, el director de la CIA Richard Helms dijo al presidente Johnson que Israel había logrado efectivamente para construir armas nucleares y que su fuerza aérea había realizado incursiones para practicar bombardeos nucleares.

El momento no podría haber sido peor. El TNP, destinada a evitar demasiados genios nucleares se escape de sus botellas, acababa de ser elaborado y si la noticia de que uno de los estados supuestamente no poseedores de armas había hecho en secreto su propia bomba, se habría convertido en letra muerta que muchos países, especialmente los países árabes, se negarían a firmar.

La Casa Blanca de Johnson decidió no decir nada, y la decisión se formalizó en una reunión de 1969 entre Richard Nixon y Golda Meir, en la que el presidente de EE.UU. accedió a no presionar a Israel a firmar el TNP, mientras que el primer ministro israelí acordó su país sería no ser el primero en "introducir" las armas nucleares en el Oriente Medio y no hacer nada para hacer pública su existencia.

De hecho, la participación de EE.UU. era más profunda que el mero silencio. En una reunión en 1976 que se ha convertido recientemente en el conocimiento público, el director adjunto de la CIA Carl Duckett informó a una docena de funcionarios de los EE.UU. Comisión de Regulación Nuclear de que la agencia sospecha parte del combustible fisionable en bombas de Israel fue de uranio de grado de armas robadas en las narices de Estados Unidos a partir de una planta de procesamiento en Pennsylvania.

No sólo fue una alarmante cantidad de material fisible ya faltante en la empresa, Nuclear Materials and Equipment Corporation (Numec), sino que había recibido la visita de una verdadera autoridad de la inteligencia israelí, incluyendo Rafael Eitan, descrito por la empresa como un ministro israelí de Defensa "químico", pero, de hecho, un agente del Mossad de alto nivel que pasó a dirigir Lakam.

"Fue un shock. Todos estaban con la boca abierta", recuerda Víctor Gilinsky, quien fue uno de los funcionarios nucleares de Estados Unidos que informó a Duckett. "Fue uno de los casos más flagrantes de material nuclear desviado, pero las consecuencias parecía tan terrible para las personas involucradas y de los EE.UU. que nadie realmente quería saber lo que estaba pasando. "

La investigación fue dejada de lado y no se formularon cargos.

Unos años más tarde, el 22 de septiembre de 1979, un satélite de EE.UU., el Vela 6911, detectó el doble flash típico de un ensayo de armas nucleares en la costa de Sudáfrica. Leonard Weiss, un matemático y experto en proliferación nuclear, trabajaba como asesor del Senado en el momento y después de ser informado sobre el incidente por las agencias de inteligencia de Estados Unidos y los laboratorios de armas nucleares del país, se convenció de una prueba nuclear que había tenido lugar era en contravención a la Limited Test Ban Treaty.

Fue sólo después de que tanto el Carter y luego los gobiernos de Reagan intentaron amordazar sobre el incidente y trataron de encubrir con un panel convincente de la investigación, que se dio cuenta de Weiss que fueron los israelíes, en lugar de los sudafricanos, habían llevado a cabo la detonación.

"Se me dijo que crearía un problema muy grave de la política exterior de los EE.UU., si me dijo que era una prueba. Alguien había dejado algo fuera de EE.UU. que no quería que nadie lo supiera", dice Weiss.

Fuentes israelíes dijeron a Hersh que la recogida del flash por el satélite Vela era en realidad la tercera de una serie de pruebas nucleares del Océano Índico que Israel llevó a cabo en cooperación con Sudáfrica.

"Fue una cagada," una fuente le dijo. "Hubo una tormenta y nos dimos cuenta que ella bloquearía al Vela, pero hubo un vacío en el tiempo - una ventana -. Y Vela quedó cegado por el flash."

La política de silencio de EE.UU. continúa hasta nuestros días, a pesar de que Israel parece continuar con el comercio en el mercado negro nuclear, si bien los volúmenes muy reducidos. En un documento sobre el comercio ilícito de materiales nucleares y la tecnología, publicado en octubre, el Instituto de Washington para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS), señaló: "Bajo la presión de los EE.UU. en la década de 1980 y principios de 1990, Israel... decidió parar en gran medida sus adquisiciones ilícitas  para su programa de armas nucleares de hoy, hay pruebas de que Israel pueda seguir haciendo adquisiciones ilícitas ocasionales - las operaciones de picadura de Estados Unidos y los casos legales mostrar esto ".

Avner Cohen, autor de dos libros sobre la bomba de Israel, dijo que la política de la opacidad tanto en Israel como en Washington se mantiene en su lugar ahora en gran parte por la inercia. "En el plano político, nadie quiere tratar con él por miedo a abrir la caja de Pandora. Dispone de muchas formas se convierten en una carga para los EE.UU., pero la gente en Washington, todo el camino hasta que Obama no va a tocar, porque del temor a que pueda poner en peligro la base misma de la inteligencia de Israel y Estados Unidos".

En el mundo árabe y más allá, hay una creciente impaciencia con la sesgada status quo nuclear. Egipto, en particular, ha amenazado con abandonar el TNP a menos que haya progreso hacia la creación de una zona libre de armas nucleares en el Oriente Medio. Las potencias occidentales se comprometieron a organizar una conferencia sobre la propuesta en 2012, pero fue suspendida, en gran parte a instancias de Estados Unidos, para reducir la presión sobre Israel para asistir y declarar su arsenal nuclear.

"De alguna manera el kabuki continúa", dice Weiss. "Si se admite que Israel tiene armas nucleares, al menos, se puede tener una discusión honesta. Me parece que es muy difícil obtener una resolución de la cuestión de Irán sin ser honesto acerca de eso."

Revolución Libertadora: La "noche de los templos incendiados"



Vista del Altar Mayor de San Francisco


Arden los templos


La noche del 16 al 17 de junio de 1955 turbas peronistas asaltaron e incendiaron los históricos templos de Buenos Aires en represalia por el bombardeo aéreo


La terrible violencia desatada aquel día, no se detuvo después de los combates. Recordará el lector que cerca de las cuatro y media de la tarde bandas de exaltados peronistas se precipitaron sobre la Curia Metropolitana para saquearla e incendiarla, hecho del que fue testigo el general Ernesto Fatigatti cuando pasaba por el lugar, en el fragor de la lucha.
La turba destruyó objetos de enorme valor artístico y cultural y junto a ellos, el Archivo Histórico, con sus añejos documentos de lo siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, “un tesoro único e irreemplazable”, según palabras de Isidoro Ruiz Moreno.



Una mujer llora ante la desolación en San Francisco (Gentileza Fundación Villa Manuelita)


Durante aquella caótica jornada, obras de arte, óleos, tallas, imágenes y cerámicas que formaban parte patrimonio histórico de la ciudad de Buenos Aires se perdieron para siempre.
Mientras el edificio de la Curia ardía, la chusma entraba y salía portando objetos sagrados, artísticas casullas, antiquísimos cálices, copones, custodias, patenas, hábitos y sotanas. Desde allí, centenares de personas, casi todos hombres, se encaminaron hacia los principales templos de la capital con la clara intención de destruirlos.
Una columna marchó hacia el convento de Santo Domingo y otra hacia Nuestra Señora de la Merced. En el primero, los religiosos vieron llegar camiones repletos de agitadores que al pasar frente al templo alzaban los puños y lanzaban imprecaciones contra la Iglesia.
Temiendo un ataque, frailes y seminaristas corrieron a trabar las puertas y cerrar las ventanas pero dado el cariz que tomaban los acontecimientos, abandonaron el lugar, siguiendo indicaciones de su prior, fray Luis Alberto Montes de Oca, que temía por la vida de ellos. Fray Luis, en su carácter de custodio del convento, decidió quedarse, pese a que era imposible llamar a la policía porque las líneas telefónicas habían sido cortadas.



Otro altar destrozado en San Francisco

Eran las 17.30 cuando la multitud se abalanzó sobre las verjas que cerraban el acceso al atrio, al tiempo que varios sujetos intentaban acceder por las ventanas de la calle Defensa, forzando sus barrotes. El abnegado religioso no tuvo más remedio que vestir ropas de seglar y escapar a toda prisa por una pequeña puerta del pasaje 5 de Julio, confundido entre la multitud.
El histórico templo, sepulcro del general Manuel Belgrano y de otros legendarios personajes de la historia patria[1], con los impactos de artillería de las Invasiones Inglesas en una de sus torres, resguardo de piezas de incalculable valor sacro y cultural, entre ellas los estandartes tomados a los realistas en las batallas de Salta y Tucumán y a los británicos durante las invasiones de 1806 y 1807, obras pictóricas, imágenes y objetos de culto, fue arrasado e incendiado sin piedad. De nada sirvió que fray Luis corriese hasta la Comisaría 2ª para pedir auxilio ya que los responsables de salvaguardar el orden público nada hicieron para contener la barbarie.
A dos cuadras de allí, en la esquina de Defensa y Alsina, comenzaban a arder San Francisco y la contigua capilla de San Roque, en la que los legisladores porteños habían designado gobernador de Buenos Aires al general Lavalle en 1828.
En el oratorio del convento su prior, fray Cecilio Heredia, rezaba junto a otros quince religiosos agradeciendo al Altísimo las palabras con las que Perón llamaba a la calma, cuando un griterío ensordecedor proveniente del exterior los hizo sobresaltar. Casi inmediatamente, el pavoroso estrépito de la chusma al ingresar en el recinto del templo y el de los frailes huyendo por una puerta lateral, vestidos de civil, estremeció los claustros y conmovió a los pocos testigos que se encontraban en las inmediaciones. Fray Cecilio también escapó pero se quedó cerca, contemplando con profundo pesar como el convento y su iglesia eran pasto de las llamas.
A menos de una cuadra ocurría lo mismo en la iglesia de San Ignacio, el edificio más antiguo de la ciudad, pegado al histórico Colegio Nacional (antiguo Colegio Real de San Carlos, cuna de próceres), donde la turba, armada con pesados objetos, golpeó las grandes puertas y profirió todo tipo de insulto contra los religiosos y la Iglesia en general.



Así quedaron los techos de la capilla de la Curia


El padre Alberto Lattuada, su cura párroco, se encontraba leyendo en su habitación cuando sintió el griterío. Al incorporarse y asomarse por las escaleras, vio como la muchedumbre hacía ceder los pórticos y se precipitaba en el interior, gritando y agitando garrotes. El jesuita los encaró con los brazos en alto pidiendo calma y reflexión y exhortándola a no cometer un atentado del que acabarían por arrepentirse.
El religioso intentaba contener a los vándalos cuando sintió que alguien lo tomaba de un brazo y comenzaba a arrastrarlo. Se trataba de un muchacho joven, de cabellos rubios, que comenzó a zamarrearlo violentamente y a arrojarlo a empujones hacia el exterior. Recibió golpes e insultos y la amenaza de que si permanecía en el lugar iba a ser linchado.
Una vez afuera, el padre Alberto vio a dos camiones del Ejército llenos de soldados estacionado junto a la iglesia y desesperado, corrió hacia ellos para pedir ayuda, pero se encontró con una respuesta que lo dejó paralizado. “No podemos hacer nada. Diríjase al oficial que anda por ahí”.
Tremendamente turbado, el párroco vio a la canalla sacar del templo las imágenes y los objetos sagrados y arrojarlos a la calle mientras en el interior comenzaba el incendio. Cerca de él, el teniente cura Guillermo Sáenz observaba la escena con el alma deshecha. El añejo convento, sepulcro de Juan José Castelli y sede de lo que fuera el gran “imperio jesuítico de las Misiones”, descripto por Leopoldo Lugones, comenzaba a ser arrasado.

Cuando se iniciaron los primeros desmanes, Perón y su entorno se hallaban reunidos en el Ministerio de Ejército, desde donde percibieron el humo y el resplandor de las primeras hogueras y la hecatombe que se estaba desencadenando en el centro de la ciudad. El líder justicialista, que se hallaba sentado en una mesa, se puso de pie y en tono indignado exclamó:

-¡Tomen medidas inmediatamente porque estas son bandas comunistas que están quemando las iglesias, y después me lo van a atribuir a mí!
El presidente no había terminado de hablar cuando Lucero llamó al general José Embrioni para indicarle que se debían adoptar medidas urgentes para proteger los templos históricos y los edificios amenazados. Embrioni se comunicó con el jefe de Policía pero aquel, recordando el llamado del ministro Borlenghi en cuanto a mantener acuartelada la fuerza en prevención de ataques de los comandos civiles revolucionarios, mantuvo su posición y no se movió. Estaba plenamente convencido que el Ejército se haría cargo de todo.
Se equivocaba Perón al atribuirle la responsabilidad a los comunistas porque quienes atacaban las iglesias eran sus propios partidarios, impulsados por la furia y el odio que él mismo había alimentando.
A las 18.30 las dotaciones de bomberos abandonaron sus cuarteles y se dirigieron a sofocar los incendios. Al llegar a Santo Domingo, el comisario de bomberos Rómulo Pérez Algaba observó que la santería y los altares ardían y que los manifestantes habían utilizado los bancos para alimentar el fuego.
Pérez Algaba notó que había un camión-tanque estacionado de culata y que la gente sacaba nafta de su interior para avivar las llamas. También observó como algunos matones estrellaban las imágenes y objetos sagrados contra el pavimento, robaban las alcancías y profanaban las urnas con las reliquias de los próceres.
Pérez Algaba intentó dialogar con sus cabecillas pero los vándalos se lo impidieron.
En esas estaba cuando cuatro individuos vestidos con impermeable se le acercaron y le advirtieron que dentro del templo se hallaban las banderas capturadas a los ingleses y los españoles y que cuatro hombres se hallaban atrapados en la biblioteca, por lo que debía apurarse para rescatarlos. Pérez Algaba fue terminante:

-Así como entraron que salgan. En cuanto a las banderas… eso es otra cosa.

El oficial, seguido por varios bomberos, se introdujo entre las ruinas iluminando el camino con una linterna. Llegaron a tiempo para rescatar los trofeos y ponerlos a resguardos ya que, afortunadamente, los vidrios que los cubrían los habían preservado manteniéndolos intactos. No tuvieron más que tomarlos y retirarse, un minuto antes de que se desplomase sobre ellos una columna que los hubiese destruido completamente.
Pérez Algaba y dos de sus hombres resultaron heridos. La posteridad le debe a esos valientes la salvaguarda de aquellas invalorables piezas de nuestra historia.
Pérez Algaba y sus asistentes fueron evacuados, no así los cuatro saqueadores que provistos de candelabros, rompieron los barrotes de las ventanas y se arrojaron al vacío desde le primer piso, en la esquina de Venezuela y Defensa.
A esa altura San Francisco ardía por los cuatro costados. Fue entonces que los bomberos debieron pelear cuerpo a cuerpo con los manifestantes para detener la destrucción. Era impresionante ver los trozos de madera desprendiéndose de la cúpula central y caer envueltos en llamas sobre la calle y las veredas.
En Nuestra Señora de la Merced, la horda atacó e incendió el costado izquierdo del templo. Las llamas llegaron a la sacristía y una densa columna de humo invadió la nave central. Nuestra Señora de la Piedad, en cambio, fue asaltada pero el kerosene derramado no alcanzó a arder, gracias a la intervención de vecinos y agentes del orden que lograron neutralizarlo. El saqueo, sin embargo, fue devastador y la cosa no pasó a mayores porque los bomberos llegaron a tiempo para sofocar el incendio que los manifestantes habían desatado en la biblioteca para ciegos del entrepiso.



Otra vista del Altar Mayor de la basílica de San Francisco


San Miguel sufrió pocos daños en la nave central pero la sacristía y la casa parroquial ardían cuando una dotación a las órdenes del comisario Severo Toranzo llegó al lugar y contuvo un segundo ataque.
San Nicolás de Bari, sobre avenida Santa Fe, también fue pasto de las llamas y botín de los saqueadores que desde los balcones del segundo piso arrojaban objetos de gran valor artístico y religioso. Los atacantes debieron huir por salidas laterales porque la nave era una gran pira y corrían el riesgo de quedar atrapados. Como se recordará, la iglesia fue fundada en 1733 por el español Domingo de Acassuso en su emplazamiento original de 9 de Julio y Av. Corrientes, el mismo lugar que hoy ocupa el obelisco[2].
Lo peor ocurrió en Nuestra Señora de las Victorias, sita en Paraguay y Libertad, donde la multitud inició un incendio de poca importancia al tiempo que robaba todo lo que tenía a su alcance.
Ardían el despacho parroquial y la sacristía cuando un miembro del movimiento parroquial de apellido Marcó Bonorino y una señora cuyo nombre no ha trascendido, intentaban apagar las llamas arrojando sobre ellas el agua de los floreros. Otro individuo llamado Cullen, advirtió a la policía que varios sujetos habían subido a las habitaciones sacerdotales y que habían volcado una estufa de kerosene para prender fuego y robar el dinero de las colectas que allí se guardaba.



Los destrozos en el Instituto Belgraniano


Cuando la violencia alcanzaba su clímax, apareció el cura párroco, RP Jacobo Wagner, intentando desesperadamente detener a los malhechores. La golpiza que recibió fue tan brutal que acabó tendido en el suelo, inconciente, hasta que pudo ser evacuado. Permanecería postrado cuarenta y cinco días al cabo de los cuales, fallecería como consecuencia de la brutal agresión.
Otros grupos peronistas atacaron San Juan Bautista, el templo ubicado en Piedras y Alsina, bajo cuyo altar mayor yace enterrado el quinto virrey del Río de la Plata, don Pedro Melo de Portugal y Villena; la misma suerte corrieron Nuestra Señora de la Piedad y Nuestra Señora del Socorro, escenario esta última del drama de Camila O’Gorman[3].
Militantes de la Unidad Básica ubicada en Av. Corrientes y Jorge Newbery intentaron incendiar la iglesia situada en Osorio y Warnes pero fueron detenidos a tiempo y conducidos a la Seccional 29, donde permanecieron encerrados en averiguación de antecedentes.
Ese día ardieron y fueron saqueadas la Curia Metropolitana, Nuestra Señora de la Merced, San Ignacio, San Francisco, San Roque, Santo Domingo, San Juan Bautista, San Nicolás de Bari, Nuestra Señora de las Victorias, San Miguel Arcángel, Nuestra Señora del Socorro y La Piedad, enrojeciendo con sus fuegos los bajos nubarrones que cubrían la noche de Buenos Aires, tal como afirma Ruiz Moreno. Pero aquellos no fueron los únicos templos atacados. Nuestra Señora de la Asunción de Vicente López, Jesús en el Huerto de los Olivos de Olivos, la Catedral de Bahía Blanca, el Sagrado Corazón y Nuestra Señora de Lourdes de la misma ciudad y varios templos de Mar del Plata, entre ellos su catedral, también fueron saqueados, sufriendo daños de distinta consideración. Por otra parte, en Córdoba y Rosario se temieron hechos similares que, felizmente, no se produjeron y eso aconteció también, en el resto del país.
Lejos de lo que muchos suponen, no solamente iglesias ardieron aquel día. También sufrieron destrozos e incendios el Instituto Belgraniano, la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, la Comisión de la Reconquista y Defensa y la Pía Unión del Beato Martín de Porres, contiguas a Santo Domingo.
Imágenes de los vándalos devastando los templos y desfilando en la noche con ropas sacerdotales y objetos robados, dieron la vuelta al mundo para escarnio del pueblo argentino y menoscabo de su tradición. En el término de unas pocas horas, el país perdió para siempre valiosos tesoros de su patrimonio artístico, histórico y religioso.
Miguel Ángel Cavallo nos ofrece una descripción de lo acaecido en Bahía Blanca la noche del 16 de junio.
A poco de anunciado el fracaso del alzamiento, grupos de trabajadores se nuclearon frente al edificio de la CGTregional para escuchar la arenga de sus jefes y encaminarse luego en columnas hacia la plaza principal, todos armados con palos, cadenas y piedras, dispuestos a atacar la Catedral.
Una vez en el templo mayor de la ciudad, forzaron sus grandes puertas para destrozar altares, imágenes y dependencias internas, tumbando la pila bautismal de mármol de Carrara e incendiando parte del interior. Al igual que en Buenos Aires, la turba se vistió con ropas clericales para cantar y danzar en las calles mientras entonaba estrofas obscenas e insultantes.



Un feligrés busca consuelo en la oración (Gentileza Fundación Villa Manuelita)


Desde allí, los manifestantes corrieron hasta la iglesia del Corazón de María y luego a la de Nuestra Señora de Lourdes, ocasionando daños similares y continuaron su raid en la redacción del diario “Democracia”, valeroso órgano opositor dirigido por Luis E. Vera, arrasando sus oficinas y destrozando su mobiliario, maquinarias e instalaciones, previo a generar un nuevo incendio.
Los vándalos finalizaron su recorrida en la sede de la Unión Cívica Radical, a la que también convirtieron en hoguera y luego se retiraron por las calles entonando estribillos favorables a su líder. Ni los bomberos ni la policía actuaron y nada se comentó al día siguiente, a nivel oficial, mucho menos que “Democracia” quedaba clausurado y su propietario, detenido e incomunicado junto a los sacerdotes de las iglesias y escuelas religiosas de la ciudad, quienes fueron trasladados en camiones hasta el cuartel del Regimiento 5 de Infantería[4].
Isidoro Ruiz Moreno ofrece una idea aproximada de las pérdidas de aquel día. Cuando el comisario Rafael Pugliese, jefe de la Seccional 2ª, se hizo presente en el convento de Santo Domingo, se encontró tirada detrás del mausoleo del General Belgrano, la urna con los restos del General Zapiola, que había sido arrancada del camarín de la Virgen del Rosario.



Congoja y desazón. Los porteños han vivido horas aciagas. Primero su ciudad bombardeada, inmediatamente después, su patrimonio histórico, cultural y religioso arrasado (Gentileza Fundación Villa Manuelita)


En el atrio, se quemaron muebles muy antiguos, algunos de los cuales habían sido prestados por el convento para la reunión del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. El altar mayor fue consumido por el fuego, lo mismo otros dos laterales en tanto varios más sufrieron serios destrozos.
Casi todas las imágenes fueron sacadas de su sitio, arrojadas al suelo o entregadas a las llamas; cristales y vitrales cayeron apedreados; fue consumido el coro con su mobiliario colonial y órgano histórico, destruida la mayólica veneciana de las bóvedas y demolido el camarín de la Virgen del Rosario donde se guardaban los estandartes arrebatados a los ingleses en 1806 y 1807 y los capturados por el general Belgrano a los españoles en las campañas del Norte. Numerosos trofeos que se exponían en las vitrinas empotradas en las paredes laterales, desaparecieron.
La sacristía también fue arrasada, sus armarios incendiados y las dos pilas bautismales de mármol de Carrara hechas pedazos. Se quemaron salones internos y una capilla menor en el sector este. Las habitaciones de los sacerdotes también fueron desvalijadas, destruido su moblaje e incendiada la habitación del prior.
En San Ignacio los altares fueron destrozados con maderas arrancadas de los mismos; se incendiaron otros y quedó hecho añicos el mobiliario. Los vándalos prendieron fuego a la biblioteca del templo como así también a la habitación y la sala de reuniones del párroco destrozando la loza, los aparadores y un gran espejo con consola.
En la capilla de San Roque los altares fueron pasto de las llamas, en tanto los revestimientos de las bóvedas y las paredes laterales, ricamente decoradas, cayeron hechos pedazos. También fueron destruidas sus principales imágenes mientras en la contigua San Francisco todo se perdió, en especial sus antiguos y artísticos altares, incluyendo el mayor. Su cúpula se derrumbó y solo su esqueleto de metal quedó en pie; sus vitrales cayeron hechos trizas y las llamas consumieron valiosísimos cuadros y mobiliario de los siglos XVIII y XIX. Se perdieron también el presbiterio, la sacristía, tallas, imágenes y objetos de culto que fueron arrojados con saña aquí y allá mientras el fuego consumía habitaciones y dependencias del convento eran robados cálices, candelabros, custodias, crucifijos y otros elementos de valor, muchos de ellos de plata y oro macizo con piedras preciosas incrustadas. Entre las ruinas destacaba especialmente el gran sagrario de 1,50 metros, que fue arrojado en medio de escombros y los restos de objetos calcinados[5].
Buenos Aires perdió en una noche, cuatro siglos de historia.


Cúpula y techos de la Catedral en ruinas

Saqueadores arremeten contra el Sagrario en la Catedral

Fieles absortos observan los destrozos en la Curia

Biblioteca y Archivo de la Curia arrasados por el fuego


La gran cúpula de San Francisco víctima de las llamas

El altar de San Francisco profanado

El pueblo de Buenos Aires observa incrédulo la profanación de sus templos, en esta caso San Francisco

Más destrozos en San Francisco


Estado en el que quedaron los cielorrasos de San Francisco

Bancos e imaginería destrozados en San Francisco

Altar lateral de San Francisco

San Francisco. Acceso al convento

Altar Mayor de San Francisco


Altar lateral de la basílica Nuestra Señora del Rosario (Convento de Santo Domingo)

Convento de Santo Domingo. Vista lateral del Altar Mayor


Ruinas y escombros en la iglesia de San Ignacio

San José decapitado en San Ignacio

La habitación de Monseñor D'Andrea en San Miguel Arcángel pasto de las llamas

San Miguel Arcángel. Otra imagen del estado en el que quedó la habitación de Monseñor D'Andrea

Ruinas en la Iglesia de San Juan Bautista, sepulcro del virrey Pedro Melo de Portugal y Villena


Notas

  1. Antonio González Balcarce, Martín de Alzaga, Juan de Lezica y Torrezuri y el general José María Zapiola.
  2. Miguel Ángel Cavallo, Puerto Belgrano, Hora 0. La Marina se subleva, Cap. III “El 16 de junio en Bahía Blanca”.
  3. Isidoro Ruiz Moreno, op. Cit., Tomo I, Tercera Parte, Cap XI, “La cruz en la hoguera”.
  4. Entre 1935 y 1936 fue trasladada a su emplazamiento actual y en ella se guarda la pila de mármol en la que fueron bautizados Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre y San Héctor Valdivielso Sáez, primer santo argentino, además de piezas de arte sacro de inestimable valor, algo que la canalla ignoraba por completo.
  5. En un nicho de esta última yacen los restos de Santa Constancia Mártir, víctima de las persecuciones de Nerón, enviados desde Roma cuando la misma fue elevada a basílica.

1955 Guerra Civil. La Revolucion Libertadora y la caída de Perón

miércoles, 15 de enero de 2014

Ases: Luu Huy Chao (Vietnam del Norte)

LUU HUY CHAO, as Norvietnamita

«Antes de mi adiestramiento como piloto nunca había subido a un avión.»



Luu Huy Chao es un hombre delicado, de baja estatura, con el pelo oscuro y de punta, de sesenta y siete años, que pilotó un MiG-17 contra los estadounidenses en los cielos de Vietnam del Norte. Tiene todo el pecho cubierto con condecoraciones, incluidas seis codiciadas medallas Ho Chi Minh, perfiles dorados de Ho sobre un fondo de campos rojos. Recibió una por cada avión americano que derribó. También tiene más de una docena de estrellas de oro y plata que cuelgan de cintas plegadas. Cuando describe con entusiasmo el curso zigzagueante de su avión en la batalla, las medallas tintinean como campanillas de viento.


El primer avión que vi de cerca fue uno francés abatido por el Viet Minh a principios de la década de 1950, cuando era adolescente. Como era muy curioso caminé más de quince kilómetros para verlo. Me asustó. Pensé que no quería terminar como aquel piloto. Debía de ser mucho más alto que yo, y aun así había muerto. Prefería ser soldado de infantería. Hacia el final de la guerra contra los franceses me enviaron a Dien Bien Phu como refuerzo, pero cuando llegué la batalla ya había terminado. Unos años después el gobierno vietnamita buscaba pilotos y yo estaba en la lista. En 1957 me aceptaron en la fuerza aérea. En 1959 fui a China para un adiestramiento de seis años.

Antes de mi adiestramiento como piloto nunca había subido a un avión. ¡Ni siquiera me había embarcado en un bote de remos! El instructor nos puso a dos en el asiento de atrás y despegó. Cuando giró el avión y todo se dio la vuelta, cabeza abajo, tuve una sensación muy extraña. No estaba asustado, sólo un poco indispuesto. Yo había terminado mis estudios de secundaria pero algunos de nuestros mejores pilotos sólo habían recibido la educación elemental. Como en toda disciplina, algunos eran muy buenos, otros medianos y otros no tan buenos. Me considero un poco por encima de la media. Lo peor de mi estancia en China fue el clima. Durante el trayecto hasta el aeropuerto cada mañana hacía muchísimo frío y la piel se me agrietaba.

Cuando volví a Vietnam en 1965 pronto comencé a participar en combates aéreos con pilotos estadounidenses. La primera vez que derribé un avión norteamericano fue en febrero de 1966 sobre los cielos de mi provincia natal, Thanh Hoa. No fue realmente un combate porque el objetivo enemigo no era más que un RC-47 [un avión de carga]. Transportaba algunos comandos del sur que debían lanzarse en paracaídas y sabotear la zona. Por lo que yo sé no había estadounidenses en aquel avión. Mi grupo estaba compuesto por cuatro MiG-17. Cuando vi el avión enemigo, el comandante del escuadrón me ordenó atacar. El piloto del C-47 era listo. Tan pronto como nos vio perdió altura y comenzó a culebrear entre las montañas. Debía de saber que un MiG-17 no puede hacer fuego de manera efectiva por debajo de los seiscientos metros. Como estaba bajo mi avión, accioné los frenos para inclinar mi armamento en el ángulo correcto. El primer disparo le pasó por delante. Disparé de nuevo y estalló. Al día siguiente encontraron once cuerpos donde se había estrellado el avión. Todos eran vietnamitas.



En una ocasión tuve un encontronazo con cuatro F-105 sobre Nghia Lo. Estábamos en una salida rutinaria y descubrimos los F105 a seis mil metros de altitud. Le pedí permiso al número uno para atacarlos y me dijo: «Adelante, te cubro». Así que ascendimos inmediatamente y los estadounidenses nos vieron. Dos de ellos descendieron en picado y los otros dos dieron la vuelta para atacarnos por detrás. No dudé ni un momento, porque me di cuenta de que estaba en una situación muy peligrosa. Giré de inmediato y disparé contra uno de los dos F-105 que nos atacaban, dándole de lleno. El otro tipo estaba demasiado ocupado mirando a su amigo y descendió demasiado. El F105 cuenta con una especie de piloto automático que le impide caer por debajo de los mil quinientos metros, pero las montañas de esa zona son más altas y se estrelló contra ellas. Los otros dos F-105 se alejaron. Cuando volví dijeron que yo había derribado los dos aviones, pero lo negué. Cuando revelaron la película de mi avión dije: «¿Véis? Sólo he derribado uno».

Estuve con el presidente Ho Chi Minh en tres ocasiones. La más memorable fue después de derribar mi cuarto avión. Invitó a algunos pilotos a su despacho. Nos dio caramelos, vimos películas juntos y nos dedicó palabras de ánimo. Dijo: «Esta es la primera vez que hemos combatido a nuestro enemigo en el cielo». Luego nos señaló a cada uno de nosotros con el dedo. «Tú has derribado dos aviones, tú has derribado tres y tú has derribado cuatro. Está muy bien, pero no confiéis demasiado. Debéis ser extremadamente cuidadosos cuando luchéis con los estadounidenses. Vienen de un país muy avanzado y sus aviones son más rápidos y poderosos que los nuestros. Aun así, podemos enfrentarnos a ellos si mantenemos el ánimo y no perdemos los nervios.»

Lo que dijo el presidente Ho era verdad. ¡Los F-4, F-8 y F-105 volaban muy rápido! Su velocidad máxima era de 2.560 kilómetros por hora, mientras que la de los MiG-17 era sólo de 1.160 kilómetros por hora, y nunca podíamos alanzar ese máximo porque se podían romper las alas. Cuando iba demasiado rápido todo el avión temblaba. Además teníamos que reducir la velocidad para disparar. Todos nuestros MiG-17 tenían veinte años o más. Su mecanismo era muy simple: tenía tres botones delante de mí; si quería utilizar las dos ametralladoras de las alas, presionaba un botón; si quería utilizar el cañón de la parte frontal, presionaba otro. Si quería utilizar los tres a la vez, presionaba el tercer botón.

Ahora que la guerra ha acabado quiero ser completamente honesto. Sólo tenía trescientos proyectiles del calibre 47. En unos pocos segundos de combate los agotaba. Pero la mayoría de las veces, cuando los pilotos nortamericanos nos veían desaparecían al instante. Nunca alcancé a ninguno. Volábamos prácticamente todos los días, pero rara vez tuve la oportunidad de luchar. Cuando descubría aviones estadounidenses siempre iban por encima de mí y ascendía para encontrármelos, pero no podía alcanzarlos.

En una ocasión un proyectil de un F-4 alcanzó una de mis alas. Sentí una gran explosión y me desmayé al instante. Mi avión cayó entre las nubes hasta llegar a dos mil metros del suelo. Normalmente, cuando un avión estadounidense te disparaba eras hombre muerto. Por suerte recobré la conciencia y logré aterrizar. Fui directo al controlador aéreo y le dije: «¿Por qué no me has avisado que tenía un F-4 pisándome los talones?».



Sin contar el «Dien Bien Phu del cielo» [una expresión vietnamita para referirse a los «bombardeos de Navidad» de Richard Nixon sobre Hanoi y Haiphong en 1972], el período más violento de la guerra aérea fue probablemente el de abril y mayo de 1967. Por ejemplo, el 19 de mayo, cumpleaños del presidente Ho, Estados Unidos lanzó un ataque masivo sobre los cielos de Hanoi. Como respuesta enviamos más de treinta MiG. Aquel momento fue tan violento que por primera vez una de nuestras unidades antiaéreas derribó accidentalmente uno de los MiG. También hubo casos de fuego amigo entre pilotos estadounidenses. Sabemos que algunos aviones estadounidenses fueron derribados por misiles aire-aire y puesto que nuestros MiG no los tenían, tenían que provenir de aviones estadounidenses.

Después de haber derribado un F-4 no volvía tener miedo a ningún tipo de avión estadounidense. El factor psicológico es muy importante en cualquier enfrentamiento, especialmente en el aire. Los norteamericanos derribaron muchos de nuestros aviones, pero parte de mi confianza provenía del hecho de que si tenía que saltar en paracaídas aterrizaría en mi propio país. Un piloto estadounidense en la misma situación debía de sentirse muy asustado sabiendo que los vietnamitas le esperaban en tierra. Los bombardeos los enfurecían tanto que estaban dispuestos a matar al piloto con cualquier cosa que tuvieran a mano.

Muchas veces mis camaradas descendían en picado para disparar a un estadounidense que se había lanzado en paracaídas y yo les ordenaba que pararan. Les decía: «No nos atacará de nuevo, dejadlo». En una ocasión, cuando intenté que un hombre de mi escuadrón no disparara, me dijo: «¿Por qué no? Ellos nos lo hacen a nosotros». Le respondí: «Nosotros somos diferentes».


De izquierda a derecha: Luu Huy Chao, Le Hai, Mai Due Toai y Hoang Van, ases Norvietnamitas

Una vez tuve la oportunidad de hablar con un piloto estadounidense veterano y le dije: «Nosotros sólo éramos soldados, no provocamos la guerra». Los pilotos norteamericanos tenían que obedecer a sus comandantes, cierto, pero el sufrimiento que generó la guerra es inmensurable. Los muertos sólo son una parte; cada soldado que moría suponía sufrimiento para muchas otras personas: su padre, su madre, sus parientes y amigos... Fue una guerra muy trágica y generó consecuencias graves en los dos bandos, especialmente en el nuestro. Como piloto de combate no lamento haber derribado aviones estadounidenses, y los estadounidenses no deberían sentir haber derribado aviones vietnamitas. Era lo que se suponía que teníamos que hacer. Ahora mi único deseo es que no haya más guerras.


Fuentes:


-“La Guerra de Vietnam” de Christian G. Appy
-"MiG-17 and MiG-19 Units of the Vietnam War "de István Toperczer
-www.lucbat.com/

DDG: Buque multipropósito Proyecto 21956



Buque Multi-Propósito Proyecto 21956 

Del diario internacional "Asian Defence and Diplomacy», febrero de 2008, Volumen 2, Número 1

Hoy en día, las fuerzas navales de varios países plantea una serie de desafíos, tanto militar como en tiempos de paz. Tener una fuerza naval para cualquier Estado que no es sólo un problema de prestigio, sino una necesidad real. Sólo unos pocos países en el mundo tienen hoy la capacidad científica, técnica e industrial para el diseño y construcción propia de buques de guerra. La Empresa Federal Estatal Unitaria "Oficina de Diseño del Norte" SPKB estaba realizando ya con éxito soluciona a estos problemas desde hace más de 60 años.

Constantemente analizando el desarrollo y las necesidades del mercado de productos navales, pero también a través de nuevas soluciones de diseño y aplicación de tecnología avanzada, experiencia SPKB desarrolla y exporta el más popular de los proyectos de lucha contra buques de superficie: destructores, fragatas, corbetas, buques de desembarco y embarcaciones medianas.

En la clase de buques, tales como destructores, SPKB ofrece un destructor de unas 9000 toneladas del Proyecto 21.956. El barco está diseñado para combatir los buques de superficie y submarinos del enemigo, y proporcionar defensa antiaérea y antibuques durante las operaciones en las zonas oceánicas y marítimas en los grupos operativos de una armada y sus componentes.




El barco cuenta con las siguientes tareas militares:

  • la conducción de las hostilidades en el océano y las zonas marinas frente a las principales fuerzas navales del enemigo; 
  • observación de condiciones tácticas de superficie y bajo el agua y la recogida de datos para la aplicación del impacto de misiles y armas anti-submarina; 
  • apoyo automatizado para los helicópteros de la aviación militar propios, a fin de detectar las fuerzas de superficie y las fuerzas de submarinos y el uso efectivo de misiles y armas anti-submarina; 
  • destrucción de los buques de superficie y las instalaciones de desembarque del enemigo; 
  • transporte y defensa antiaérea y antibuque; 
  • análisis de la situación táctica en tiempo real; 
  • fuego de apoyo a desembarcos; 
  • patrullaje y servicio de combate, junto con otros buques.

Proyecto 
El casco del buque tiene la forma del casco de modo de ayudar a la furtividad. En la superficie de la estructura tiene dos rompientes: la primera consiste en el espejo de popa y desaparece en 1 / 4 la longitud del buque de la nariz, el segundo lugar en el castillo de proa, a nivel del piso superior. La popa - el espejo, el espejo de popa tiene una parte frontal amplia, lo cual hace que la silueta del buque rápido. El casco y la estructura central del buque ayuda a la mejor navegabilidad. El diseño y la fuerza del cuerpo, brazos, maquinaria, dispositivos, sistemas y el casco que no impone restricciones a la navegación segura del buque en condiciones de tormenta y los tipos de movimientos lo permitan las condiciones de navegabilidad

Para mejorar la navegabilidad, la mejora del uso de las armas y la comodidad de la tripulación del Proyecto 21.956 se ha instalado a bordo un estabilizador marina con timones de fijos. En comparación con los amortiguadores aplicado anteriormente con timones retráctil, un amortiguador nuevo es una sola unidad y es considerablemente menor volumen de los espacios del buque.

El sistema de navegación del buque dispone lo siguiente: 

  • la posibilidad de una navegación segura; 
  • capacidad de mantener el progreso a largo plazo en la reducción de las velocidades y manejable suficiente para maniobrar en el viento y las olas del mar y en todos los teatros del océano en cualquier estado de la mar y el viento; 
  • el uso de armas y equipo sin restricción durante el funcionamiento estabilizador de marinos de 5 puntos.




La bodega posee tambores de almacenamiento para misiles antiaéreos y se colocan en primer plano y termina a popa del buque en el diseño de la tolva. Los sótanos almacenan las municiones.

La ubicación óptima de radar en el palo mayor y trinquete permiten el uso de radares navales con un máximo de características tácticas y técnicas.

Para el almacenamiento y el mantenimiento del helicóptero en la parte trasera de la nave tiene un hangar y helipuerto para recibir helicópteros de hasta 12,5 t.

En la proa del buque se encuentra carenado en forma de bulbo, que alberga el sistema de sonar, lo que permite la detección de submarinos y torpedos.

La aparición de los buques a largo plazo es definida por los nuevos avances en sistemas de armas destinadas a seguir mejorando su eficacia con una tendencia a limitar el peso y características de tamaño. Esta última cifra es esencial porque permite estar dentro del rango de los buques, como se especifica de esta clase. La perspectiva del destructor puede ser visto como un vehículo polivalente, que se llevará a cabo para lograr tanto en la creación de nuevos tipos de armamento, el poder naval, las medidas para reducir la visibilidad, y una serie de otros factores.

La estructura física del buque reduce al mínimo en el primer lugar con el fin de mejorar la eficacia de la furtividad. En lo que respecta a la parte superior a la del agua del barco, podemos decir que la reducción prevista en la difusión superficial efectiva, que es proporcionada por la arquitectura original del casco y la superestructura, así como una serie de otras actividades, dando lugar a la difusión superficie efectiva se reduce en varias veces en comparación con los buques de la misma clase de la arquitectura tradicional. Esto, a su vez, reduce el rango de detección de los radares de los buques enemigos, así como mejora la eficacia de los medios activos y pasivos de contramedidas electrónicas. Las intervenciones estructurales para reducir la visibilidad con el uso de las armas electrónicas de radio y destructor antiaéreo poder de fuego aumenta significativamente la seguridad de la nave ante el ataque de misiles anti-buque.

La colocación de antenas de radio y complejos del equipo de dirección de fuego o hechos a medida con la necesidad de garantizar la mejor revista gráfica. Para garantizar la compatibilidad electromagnética de los radares y sistemas de control y sistema de artillería antiaérea, de sistemas, haz de electrones se instala para garantizar la defensa colectiva de los equipos de radio del buque.

Sistema de combate

Uno de los indicadores clave para mejorar el mando y control es la automatización de la planificación y la centralización en el manejo de las armas militares conjuntas que puedan sacar el máximo provecho de su capacidad de combate y mejorar su explotación conjunta. Para llevar a cabo estas tareas en el barco instalado sistema de gestión de información combate (UBI).

Un sistema para compartir información que permite el intercambio de información con la superficie y las compañías aéreas de las armas. La recolección y distribución de información operativa entre los receptores específicos es realiza por la UBI.

La característica principal del proyecto es utilizar una amplia red con nodos de información redundante, que proporciona un mayor grado de supervivencia en comparación con los sistemas convencionales de ordenador central.

Además de proporcionar información para las misiones de combate, el sistema es fácil de mantener y que no ocupa una gran parte del personal durante el trabajo. Este requisito quedará satisfecho con simuladores diseñados para la capacitación del personal y del sistema de control general, los sistemas de automatización, control de armas y medios eficaces de comunicación.

Viendo la situación táctica

Los objetivos aéreos y de superficie pueden ser detectados por los radares multi-tipo "Fragata" y "Reef-M", equipado con antenas de múltiples etapas. Con el fin de resolver los problemas y la emisión los datos de los objetivos de artillería del buque proporcionan un sistema unificado de de transformación de información de radar "Kromper-E".

Los objetivos de superficie pueden ser detectados por complejos de radar "Miner-ME", el helicóptero embarcado Ka-31, un radar de navegación y dos visores electro-ópticos.

Los objetivos bajo el agua puede ser detectada por el complejo hidroacústico "Zarya-ME-03" y el sonar "Vignette-ME" y helicópteros anti-submarinos Ka-28.



Armamento 

El principal de descarga de misiles del Proyecto 21956 es un sistema integrado de misiles "Club-N», diseñado para atacar objetivos de superficie grandes a gran distancia.

El sistema "Club-N» se encuentra debajo de la cubierta en 16 lanzadores de lanzamiento vertical 3C-14E y 3M-54TE y el sistema de control de fuego 3R-14N.

Características distintivas del complejo son:

  • Amplio alcance (de hasta 220 km), lo que permite combinar la capacidad táctica y operativa con la capacidad para realizar la función de la disuasión; 
  • Autonomía en el tramo final de la fase de combate aéreo, que tiene una velocidad de vuelo de no menos de 700 m/s y el enfoque de altitud fase de combate a la meta de 5-10 metros; 
  • alta probabilidad de impacto de los misiles de crucero (CD) 3M-54TE en el tramo final del vuelo, alta inmunidad al ruido GSN, y su selectividad; 
  • elección de la trayectoria en vuelo, incluido el enfoque y cambios en la orientación del blanco final; 
  • posibilidad de la planificación automatizada de empleo de combate de la CD con el cálculo de la eficacia de los indicadores básicos de fuego (probablemente de su alcance, la probabilidad de detección MC GSN, el cálculo del CD necesario para alcanzar un determinado grado de destrucción, etc.)
Para el combate de submarinos de todo tipo a bordo incluidos dos lanzadores de cohetes-torpedos, que se colocan misiles antisubmarinos 91RE1 o universal o torpedos UGST Whatta.

El uso de misiles anti-submarino 91RE1 (91RTE2) que consiste en un sistema de misiles integrados NCE amplía área de cobertura de vigilancia de submarinos, mientras que mantiene una probabilidad suficientemente alta de la derrotarlos, lo que aumenta la capacidad de combate en la solución de los problemas de los vehículos ASW protegidas (barcos).

Misiles de lanzamiento vertical 91RTE2 puede tener cabida en el lanzador unificado 3C-14E. Puede descargar misiles 3M-54TE o el lanzador 91RTE2 está determinado por las tareas de combatir también contra otras naves.

Sistema integrado de misiles "Calibre-NCE", que incluye sistema de control de tiros a bordo universal 3R-14N, le permite gestionar y descargar, y armas antisubmarinas, así como armas anti-torpedo.

Para hacer frente a los ataques del portaaviones a gran distancia con el fin de distanciar las líneas de las armas de aeronaves, aviones y misiles crucero, misiles anti buques montado complejos de misiles antiaéreos "Rif-M.

El lanzamiento se llevará a cabo lanzadores de misiles de lanzamiento vertical, que consta de seis tambores rotatorios, cada uno de ellos está diseñado para 8 misiles 48N6E2 con una zona de destrucción a 150 km o 32 misiles 9M96E con una zona de destrucción en 40 km (paquete de cuatro misiles 9M96E cargados en vez de un solo misil 48N6E2 )

Para defenderse de los misiles anti-buque a corta distancia a bordo del buque conjunto de SPAR "Kashtan-M". El alcance de este complejo es de hasta 10km.

Para disparar contra objetivos marinos y costeros, y apoyo de fuego en el desembarco en la nave instalada la artillería AK-130 de 130 milímetros de calibre con un alcance de hasta 23 kilómetros.

Para la guerra electrónica en el buque armado proporciona un conjunto de interferencias TC-25E y un conjunto de señuelo CT-308-5.

Principal planta de energía

La planta de turbina de gas es una sola unidad, compuesta por dos propulsores y dos turbinas de postcombustión.

El trabajo es un sistema de empuje en ambos ejes a través de los ejes de marcha y conectarse a la consola de los ejes de crucero.

La capacidad total de la unidad de turbina de gas es 74 000 litros. pp. (54 420 kW), que permite a la nave para desarrollar el curso de 30 nudos. El alcance de crucero es de cerca de 5800 millas.

Instalación eléctrica 

Para el suministro de electricidad a las máquinas de los buques y los dispositivos para la propulsión y los sistemas de control de los buques y los sistemas de armas, los medios de lucha por la supervivencia, así como las necesidades internas del personal de a bordo dispone de plantas de energía eléctrica, que consta de 4 generadores diesel con una capacidad total de 5000 kW y un independiente diesel-generador de capacidad de 600 kW.

Tripulación 

El barco ofrece un alojamiento (incluidas las tripulaciones de vuelo) para dar cabida a unos 300 miembros de la tripulación. Para un determinado tamaño de la tripulación garantizar la autonomía de la nave durante 30 días. Los habitáculos ofrecen para el personal de recreación normal durante todo el período del nacimiento de un barco en el mar. Los oficiales cabinas cuentan con baño privado.

El buque también proporciona servicios médicos y sanitarios.

La perspectiva del destructor del Proyecto 21956 para las capacidades de combate que naves similares de la misma clase. Ello se logra a través de la instalación de su nuevo sistema integrado de multi-armamento, que por sus características tácticas y técnicas y tácticas propiedades para satisfacer los requerimientos modernos de armas naval.

Incorporado en los proyectos de soluciones de ingeniería y modernización de alto potencial puede ser la base para la creación de nuevas opciones, los requisitos de clientes más sensibles.


Original en ruso
Traducción: EMcL

Hospital militar: Sistema Mogos (Holanda)

Sistema MOGOS


El sistema Mogos es un conjunto de viviendas modulares fabricadas por la empresa Stork Fokker AESP, Hoogeveen. El Mogos es la resultante de un programa desarrollado a mediados de los años 90 para contar con un hospital quirúrgico móvil. El programa Mogos, que consiste de 4 módulos móviles que está en uso con el Ejército Real de los Países Bajos. 


La principal tarea de los hospitales es llevar a cabo la cirugía en sus quirófanos cercano a la zona de combate, contando ademas con unidades de cuidados intensivos para personas gravemente heridas. Es de resaltar que ademas de su función básica de estas instalaciones de alta tecnología, es el confortable clima interior con el patrón de flujo de aire que aseguran una óptima y libre ausencia de contaminación en el área de cirugía. Se lo emplea en operaciones de Mantenimiento de la Paz, en el contexto de las Naciones Unidas, en circunstancias de crisis y de asistencia vital detrás de la primera línea, en zonas inestables. 

El hospital quirúrgico móvil ha estado en operación en Afganistán e Irak, operando bajo las más extremas condiciones ambientales. El sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) proporciona un entorno agradable para los asistentes y heridos, incluso en estas condiciones ambientales extremas exteriores en el área de funcionamiento.

Stork Special Products

martes, 14 de enero de 2014

Malvinas: El TC-91 recibe una visita

Primer contacto de la FAA con el Arma Aérea de la Flota



Sapucay Malvinas

Mira: Donde pongo el ojo, ahora si pongo la bala

Video: Presentan un fusil de precisión que da en el blanco en el 100% de casos


Durante varias décadas el tiro de precisión ha sido un verdadero arte. Admirados por unos y odiados por otros, los francotiradores siguen protagonizando libros y películas.

Pero parece que su época se está acabando. El fusil 500 Series AR Smart Rifle, desarrollado a partir del famoso rifle semiautomático AR-15, utiliza un sistema de control inteligente de puntería. Este sistema podría suponer el fin de una era en la que tanto cazadores como francotiradores militares necesitaban tener puntería.


Numerosas pruebas y comparaciones muestran que la precisión que permite el sistema Precision Guided Firearms es como mínimo cinco veces superior a la de un experimentado tirador, por lo menos a distancias de unos 500 metros.

El usuario simplemente debe 'marcar' el objetivo y el arma y la munición harán el resto de modo automático. Y todo por la modesta suma de 9.950 dólares, el precio de partida de la nueva serie, según nbcnews.com.

Además, el sistema puede realizar un seguimiento del objetivo y apuntar un blanco que se mueva a una velocidad de hasta 15 kilómetros por hora.

Cabe señalar que el rifle 500 Series AR Smart Rifle es una versión modernizada de los rifles semiautomáticos AR-15, que a su vez son una versión civil del fusil de asalto M-4.

TrackingPoint, que presentó su sistema de precisión el año pasado, no solo incorpora en su rifle la tecnología de un disparo perfecto. El arma también integra otras funciones tecnológicas, como vídeo y conectividad a Wi-Fi. Estas características permiten a los usuarios -es decir, los cazadores- grabar sus expediciones de caza e incluso compartir las imágenes en plataformas sociales como Facebook y YouTube.

Actualidad RT

lunes, 13 de enero de 2014

FPS Russia: 12 Gauge Bullpup!

Super escopeta del calibre 12 en bullpup


La Kel Tec Gauge 12... monstruosa. Observen los perdigones como se expanden y alcanzan muchas partes del blanco. Mortal para cualquier CQC.


Fuerzas especiales: Operando encubiertamente en todos los continentes

Las fuerzas militares secretas de EE.UU. operan en la mitad del planeta


Flickr / USASOC News Service

Las fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. estuvieron desplegadas o cooperaron con los militares en 106 naciones alrededor del globo durante los años 2012 y 2013, según calcula el portal TomDispatch.com, basándose en fuentes abiertas.
"De hecho, el Mando de Operaciones Especiales de EE.UU. (SOCOM) ha convertido el planeta en un gigantesco campo de batalla. El Pentágono ha dividido el globo, casi cada centímetro de él, como una tarta enorme, en seis pedazos de comando: EUCOM para Europa y Rusia; PACOM para Asia; CENTCOM para Oriente Próximo y África del Norte; SOUTHCOM para América Latina; NORTHCOM; para EE.UU., Canadá y México y AFRICOM para la mayor parte de África. Pero las ambiciones del Pentágono no se limitan a la Tierra: existen, además, STRATCOM, para el comando del cosmos, y CYBERCOM, que se dedica a controlar Internet", destaca Nick Turse, el editor asociado de TomDispatch.

El presupuesto otorgado por el Estado a servir las necesidades del organismo alcanzó en 2013 los 6.900 millones de dólares. Teniendo en cuenta los fondos suplementarios, la cifra de financiación real es de 10.400 millones de dólares. SOCOM lleva a cabo misiones secretas en el extranjero, como operaciones contraterroristas, de reconocimiento especial y guerra no convencional (incluyendo la guerra propagandística). Se dedica, además, a entrenar a las tropas de sus socios foráneos, servir como consejeros y realizar maniobras militares conjuntas.

En 2001, el contingente de SOCOM era de 33.000 efectivos. En 2014 estaba presente en todos los continentes menos la Antártica y presuntamente contaba con 72.000 miembros, siendo aproximadamente la mitad de ellos personal de apoyo. Según puntualiza Turse, sus cifras son fruto del análisis de documentos oficiales gubernamentales, comunicados de prensa e informes accidentales en los medios de comunicación. Acentúa que un portavoz de SOCOM, el mayor Matthew Robert Bockholt, respondiendo a sus preguntas se limitó a comentar que hacer público en qué países exactamente están presentes sus fuerzas habría molestado a los aliados extranjeros y habría puesto en peligro la vida de los militares estadounidenses. Bockholt insistió, además, en que simplemente el hecho de revelar el total de países que colaboran con SOCOM también habría amenazado a la seguridad nacional.


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El único dato oficial disponible al respecto es que el programa de desarrollo de la entidad prevé que dentro de seis años tenga a su disposición una red de aliados y socios interagenciales "de ideas afines" que cubra no ya las naciones por separado, sino el mundo entero. "SOCOM está mejorando su red global de fuerzas de operaciones especiales para poder apoyar a nuestros socios internacionales e interagenciales. El objetivo es profundizar el conocimiento de las posibles situaciones de amenazas y oportunidades emergentes. Tal red permite la presencia pequeña y permanente en lugares críticos y facilita la participación en un conflicto, cuando sea necesario o apropiado", argumentó el año pasado el jefe del organismo, el almirante William McRaven, en un comunicado leído ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.

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