domingo, 13 de noviembre de 2022

Patagonia: La cueva de las manos pintadas

La cueva de las manos: un importante ejemplo de arte prehistórico que se cree que se creó hace entre 9000 y 13 000 años

David Gorán || The Vintage News



Ubicada en Río Pinturas en la provincia de Santa Cruz, Argentina, esta cueva contiene un excepcional conjunto de arte rupestre, realizado hace entre 13.000 y 9.500 años.

La cueva es conocida como la “Cueva de las Manos”, que literalmente significa “la Cueva de las Manos”.


Ubicado en el valle del río Pinturas en la Patagonia Argentina. Autor de la foto

 

Huellas de manos en las Cuevas de las Manos. Autor de la foto

 

La cueva fue hogar de los primeros cazadores-recolectores que habitaron el sur argentino. Autor de la foto

La región donde se encuentra la cueva ha sido un área de gran interés para la investigación arqueológica durante más de 25 años.

Los arqueólogos especulan que las pequeñas huellas de manos grabadas en las paredes de la cueva pertenecían a los antecesores de la tribu Tehuelche, un grupo de pueblos indígenas de la Patagonia con una historia de más de 14.500 años.

Varias oleadas de personas ocuparon la cueva, y las primeras obras de arte han sido datadas con carbono en ca. 9300 AP. Autor de la foto

 

Realizada por los primeros pobladores de la zona, una civilización pretehuelche. Autor de la foto

 

Representación de una escena de caza. Autor de la foto

Las escenas de caza son representaciones naturalistas de una variedad de técnicas de caza, incluido el uso de "bolas", un arma arrojadiza hecha de piedras redondeadas al final de correas de cuero crudo interconectadas, que fue diseñada para capturar animales enredando sus piernas.

 

Rhea patas entre manos humanas. Autor de la foto

Las huellas de las manos se realizaron utilizando diferentes técnicas.

Las más antiguas y famosas son imágenes negativas superpuestas, que se hacen colocando la mano sobre la superficie de la roca y creando un contorno soplando pigmentos a través de un tubo.

De las 829 huellas de manos, la mayoría son de hombres y solo 31 son diestras. Autor de la foto

Además de los contornos estarcidos a mano, también hay representaciones muy precisas de animales y siluetas humanas, y signos geométricos como círculos, estrellas, diseños curvos y espirales.

Las pinturas se hacían a partir de la vegetación (raíces, cortezas, etc.) y las tonalidades que se manejaban eran el negro, el rojo violáceo, el amarillo, el blanco, el morado y muy raramente el verde.

La cueva no es muy grande en tamaño, por lo que probablemente la gente vino aquí para relajarse después de cazar y realizar varios rituales.

Un conjunto excepcional de arte rupestre. Autor de la foto

 

Cañón del río Pinturas, vista desde las cuevas. Autor de la foto

 

Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Autor de la foto

El sitio ha sido declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) en 1999, no solo por su magnificencia artística sino como uno de los principales testimonios de los cazadores prehistóricos que ocuparon la zona.


sábado, 12 de noviembre de 2022

Malvinas: Opción 13, los planes de la RAF de bombardear Buenos Aires


"Opción 13": el plan secreto de los ingleses para bombardear Buenos Aires durante la guerra de Malvinas

La información desclasificada en los archivos británicos revela que existieron planes para lanzar las bombas de los aviones Vulcan sobre la capital. “Ataque a blancos seleccionados en el Continente”, dicen los documentos que detallan las estrategias que se iban perfeccionando o descartando según la evolución del conflicto. La "Opción 13" nunca llegó a materializarse, pero la amenaza jugó un importante papel en la guerra psicológica
Por Alejandro Amendolara || Infobae



El documento secreto del ministerio de Defensa británico con el plan de las operaciones para los aviones Vulcano,, elegidos para bombardear Buenos Aires y otros blancos del continente

Ante la inminencia de una acción militar argentina sobre las islas Malvinas, alertados por los servicios de inteligencia propios y de EE.UU., en una reunión en el Ministerio de Defensa británico en Whitehall, se asumió que nada podía hacerse en el corto plazo para impedirla. En esos momentos, la flota de desembarco argentina aún se encontraba en navegación hacia su objetivo final: la recuperación de las Islas Malvinas.

Eran las 14.00 horas del 31 de marzo de 1982, en la Sala 5301 del edificio del Ministerio de Defensa, cuando se inició el estudio de sanciones y represalias para el supuesto que se concretara la amenaza. En la minuta de esa reunión, se incluyó como posible represalia contra Argentina, que la Real Fuerza Aérea realizara ataques aéreos "sobre ciudades argentinas o a buques en el mar, que tendrían que ser lanzados desde la isla de Ascensión. Sin el apoyo de aviones cisternas, debido a la distancia involucrada en la aproximación, la aeronave tendría que aterrizar para completar la misión en el continente sudamericano, posiblemente Montevideo o Santiago. En consecuencia, en el probable supuesto de negativa en el uso de aeródromos en América del Sur, los ataques sobre blancos argentinos no son factibles".

Para entonces, el ministro de Defensa John Nott ya había ordenado la zarpada de un submarino nuclear hacia el Atlántico Sur, y el alistamiento de dos más. La Marina Real (Royal Navy) desempolvó los planes de contingencia para Malvinas y colocó en alerta a la flota, mientras que la Real Fuerza Aérea (RAF) apresuradamente preparó un plan para bombardear objetivos en Argentina.

La Operación Rosario: 2 de abril de 1982, la Argentina recupera las islas Malvinas

En la reunión de Jefes de Estado Mayor de las fuerzas armadas británicas del 2 de abril a las 15.10 horas de Londres (+3 respecto de Buenos Aires), se discutió la "posibilidad de obtener asistencia de potenciales aliados, particularmente Chile, y en menor medida Brasil", para el empleo de bases aéreas en América del Sur, y se encomendó al Foreign Office para "obtener autorización para el uso de aeródromos en Chile, si se intentara desplegar aviones de la RAF dentro del alcance operacional de las islas Malvinas".

En ese mismo momento, en el Atlántico Sur, se cumplían las etapas finales de la Operación Rosario, que culminarían con la evacuación del Gobernador Rex Hunt y la dotación de Royal Marines de las islas.

A las 9 de la mañana del 3 de abril, se realizó una nueva reunión de Jefes de Estado Mayor para evaluar los acontecimientos ocurridos desde el día anterior. En su transcurso se informó que Chile había recibido una solicitud argentina para que no reabasteciera buques y aeronaves del Reino Unido en ruta hacia las Islas Malvinas, y que Brasil no brindaría instalaciones o asistencia a las fuerzas británicas comprometidas en operaciones contra los argentinos.

No obstante el intenso despliegue diplomático británico, el 4 de abril, el Foreign Office debió informar a los jefes militares que la mayoría de los países sudamericanos habían expresado su apoyo a la Argentina. Pero la embajada británica en Santiago de Chile había comunicado que "existía la posibilidad de apoyo chileno" (Telegrama N° 66 del 3 de abril 82), por lo que se decidió que debían continuar los esfuerzos para determinar la posibilidad de usar aeródromos en ese país.

La RAF echaría mano a los viejos bombarderos Avro Vulcan, cuyo retiro gradual del servicio se encontraba a medio completar cuando estalló la crisis. A pesar de tantos años asignados a operaciones para ataques con cargas nucleares a baja altura dentro de la OTAN, con su gran alcance y capacidad para llevar una importante carga de bombas convencionales, resultaba ideal para la tarea.

Desde comienzos de la década del 70, no habían ejercitado su capacidad de bombardeo convencional ni el reabastecimiento en vuelo, por lo que resultaba indispensable el entrenamiento de las tripulaciones y capacidades de las aeronaves, previo a su despliegue a la Isla de Ascensión.

Las distancias hacia objetivos en Argentina eran más de lo que podía lograr el avión, por lo que –además de sucesivos reabastecimientos en vuelo-, resultaba vital obtener permisos de sobrevuelo y eventual aterrizaje en países sudamericanos para que el bombardeo sea efectivo.

Avión Avro Vulcan B.2 utilizado por la Real Fuerza Aérea para cumplir operaciones en el Atlántico Sur. Esta aeronave, matrícula XM597, cumplió misiones sobre Malvinas con misiles antirradar “Shrike” norteamericanos

Se encomendó al Foreign Office obtener esos permisos para sobrevolar Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y así asegurar la aproximación aérea para incursionar sobre territorio argentino. Las Cancillerías de estos países negaron en forma inmediata los permisos a los británicos.

Quedaba aún abierta la opción de operar desde Chile. Las horas pasaban y la planificación comenzó a contemplar el envío de aviones Vulcan para operar desde bases trasandinas, para lo cual tendrían que trazar una ruta de vuelo desde su base en Gran Bretaña hasta Santiago/Punta Arenas. Ante las negativas de sobrevuelo sobre América del Sur, se debió delinear una ruta que implicaba cruzar el Atlántico Norte, sobrevolar Estados Unidos, y llegar a Chile desde el Pacífico.

Con estas premisas, el 8 de abril se emitió el primer borrador titulado "Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión", para utilizar estos bombarderos contra blancos en Argentina. El concepto de la operación sería el siguiente:

1. Los Vulcan a gran altura, particularmente de día, serían extremadamente vulnerables a las fuerzas de defensa conocidas. Se recomienda que las operaciones deberían ser contempladas solo de noche y a baja altura. El bombardeo sería realizado por radar, y en consecuencia, los blancos deberían ser de área más que de naturaleza puntual; poblados, aeródromos e instalaciones portuarias serían esa mejor opción.

2. La distancia extrema desde Ascensión, aún a Buenos Aires con regreso a Ascensión, requeriría el apoyo de 7 aviones cisterna Víctor para un único Vulcan cargando solo 7 bombas de 1.000 libras. Las misiones desde Ascensión hacia blancos en o alrededor de Buenos Aires y la recuperación a la base más cercana con capacidad para Vulcan en Chile, que es Santiago, sería de todos modos considerablemente más efectiva en costo. El requerimiento de cisternas sería de xx Víctor para cada Vulcan; el último reabastecimiento sería realizado apenas antes de las últimas luces a gran altura con una penetración del espacio aéreo argentino realizado en la oscuridad y a bajo nivel.

3. Una vez en Santiago, los Vulcan proveerán un blanco muy vulnerable para misiones ofensivas de apoyo. De todos modos, desde esta base podrían realizarse ataques convencionales a bajo nivel, y sin recurso de AAR (Reabastecimiento en Vuelo). Sin embargo, se requeriría un sustancial soporte terrestre en términos de hombres y equipamiento para apoyar operaciones sostenidas.

El informe concluía que "Un despliegue hacia Ascensión y una operación única por cada avión desde Ascensión, es una propuesta factible. La capacidad máxima de 56 bombas de 1.000 libras es, sin embargo, de escasa significación real, pero el rápido y despliegue abierto de los Vulcan a Ascensión con sondas de reabastecimiento visibles, Víctor cisterna aparcados a lo largo y anunciando que cada Vulcan es capaz de cargar 21 bombas de 1.000 libras, debe imponer una amenaza real y significativa a Argentina –si ellos creen que tenemos la voluntad de emplearlos".

Primer borrador del 8 de abril de 1982. “Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión”

Una consulta informal entre oficiales aeronáuticos de Gran Bretaña y Chile, dio como resultado que John Heath, embajador británico en Santiago de Chile informara, por Telegrama Secreto N°89 del 9 de abril, que "el General López, Jefe de Operaciones de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), ha pasado el mensaje vía Griffin para expresar que la FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate".

Pero, previendo una represalia argentina sobre los aeródromos chilenos, la ayuda tendría sus condiciones, por lo que el mensaje proseguía: "En razón de la debilidad de la defensa aérea en los aeródromos del sur, especialmente Punta Arenas y Balmaceda, la FACH necesita urgentemente lo siguiente, en anticipación de un posible ataque argentino: a) 4 ó 5 unidades antiaéreas móviles Bofors 40/70 (usadas); b) 2 unidades de Bloodhound".

La urgencia resultaba ser tal, que Heath aclaró en el telegrama que "la FACH estaría lista para comprarlos inmediatamente por contrato comercial y a precio normal, y enviar mañana un C-130 al Reino Unido si fuera necesario para recogerlos. Como no tienen experiencia en unidades Bloodhound en particular, la FACH estaría lista para recibir expertos británicos vestidos sin insignias para operar las unidades, lo que será normal para contratos comerciales similares para armamento nuevo".

El diplomático británico solicitó respuesta inmediata sobre estas posibilidades y requerimientos para poder contar con información para la reunión del 12 de abril, a la que lo había convocado el Comandante en Jefe de la FACH, general del aire Fernando Matthei Aubel, en la cual "seguramente se levantará el tema".

El mensaje era música para los oídos de los oficiales aeronáuticos británicos. Contarían con una base a pocos cientos de kilómetros de las bases argentinas, y la factibilidad de la opción de bombardear Buenos Aires comenzaba a tomar forma.

Pero el general Augusto Pinochet dejó en claro a sus Jefes de Estado Mayor, que no autorizaría que los británicos iniciaran operaciones militares contra Argentina desde territorio chileno, por temor a provocar a "un vecino inestable". A pesar de ello, no habría problemas en recibir en aeródromos chilenos aeronaves británicas "en emergencia".

Telegrama Secreto N°89 del 9 de abril de 1982 del embajador británico en Santiago de Chile. “La FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate”

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Terence Lewin, encomendó la preparación de un documento de trabajo estableciendo las opciones para la Operación Corporate. Siguiendo sus instrucciones, y tras la consulta a cada una de las fuerzas armadas, al ministerio de Defensa, y al Foreign Office, se confeccionó un listado de opciones, que se dividía entre aquellas que se encontraban en curso y las que quedarían disponibles para su futura consideración. Se pretendió formular una graduación en orden ascendente de acuerdo al impacto político-militar de cada una, en base a apreciaciones eminentemente subjetivas, que se revisarían y eventualmente se modificarían a medida que evolucionara la situación.

Entre las opciones futuras, bajo el título "Ataque a blancos seleccionados en Argentina Continental" se encontraba la "Opción 13", bajo la cual se fijaba el objetivo y las circunstancias que se consideraban operarían a favor y en contra de la iniciativa.

Entre los primeras, se señalaban la obtención de la sorpresa; la reducción de la efectividad de la Fuerza Aérea Argentina; la posibilidad de aferrar la defensa aérea argentina en forma remota al área del conflicto. Las desventajas serían las repercusiones internacionales; el cuestionamiento de la legalidad de los ataques; la justificación directa para aplicar represalias contra expatriados británicos en Argentina, entre otras.

Contando con nuevos datos y estimaciones, el 10 de abril se introdujeron modificaciones a la planificación. Se concluyó en el informe que "un despliegue hacia Ascensión, y un solo vuelo saliendo de Ascensión por cada uno de los ocho Vulcan a fin de atacar blancos en los alrededores de Buenos Aires, es una proposición factible. La capacidad de 168 bombas de 1.000 libras es significativa, a pesar de la limitada precisión de los Vulcan operando de noche en misión convencional".

Se insistía con el aspecto psicológico que la maniobra pudiera causar entre los argentinos: "el despliegue rápido y abierto de los Vulcan a Ascensión, con sondas de reabastecimiento visibles, y los Víctor cisterna aparcados a su lado, constituirá una amenaza real y significativa a Argentina –si están convencidos que tenemos la voluntad de emplearlos".

En paralelo se confeccionó un informe con los posibles blancos de carácter económico en territorio argentino, apuntando principalmente a campos y refinerías petrolíferas; yacimientos y sistemas de gasoductos, sobre nudos de las redes ferroviarias, y el sistema de carreteras, y de sus efectos para el esfuerzo militar y sobre la población.

En la reunión del Gabinete de Guerra del mediodía del viernes 16 de abril, presidida por Margaret Thatcher, se discutió la filtración a la prensa sobre el reacondicionamiento de los aviones Vulcan y su capacidad para llegar a blancos sobre territorio continental argentino

La isla de Ascensión se encontraba en medio del Océano Atlántico, y lejos de los ojos argentinos. Había que difundir los preparativos de las misiones de bombardeo, y que los mandos militares y opinión pública argentina tomaran conocimiento de ellos. Pero ¿cómo se lograría?

Cumpliendo directivas del Gabinete británico, el 11 de abril de 1982 se constituyó el Grupo de Proyectos Especiales, bajo la dirección del Coronel T.S. Sneyd, en el ámbito del Ministerio de Defensa, para la preparación y promulgación de las operaciones de decepción y propaganda. Sus planes serían implementados por el Servicio Secreto de Inteligencia y por el Foreign Office.

El arte del engaño o decepción, es tan antiguo como la guerra misma. En las operaciones militares convencionales, los comandantes no solo deben motivar a sus tropas, sino también buscar afectar la del enemigo. La propaganda, como elemento crucial de las acciones psicológicas, debe basarse en información que resulte creíble para el enemigo.

Apenas dos días después de los desembarcos argentinos en Malvinas, el 4 de abril, el periodista Jon Connell, del Sunday Times, realizó un análisis sobre las distintas opciones militares para "recapturar las Falklands", expresando que "una posibilidad, por supuesto, sería no atacar las Islas Falklands sino Argentina misma –sus bases militares y navales costeras".

Los cuadros comparativos de las fuerzas de ambos países mostraban un claro desbalance a favor de Argentina en el número de medios aéreos. La opinión pública británica comenzaba a preocuparse sobre el éxito de la fuerza de tareas.

En la reunión del Gabinete de Guerra del mediodía del viernes 16 de abril, presidida por Margaret Thatcher, se discutió la filtración a la prensa sobre el reacondicionamiento de los aviones Vulcan y su capacidad para llegar a blancos sobre territorio continental argentino.

La noticia sería publicada el próximo domingo en el Sunday Express en primera plana. A pesar que el acta de la reunión refleja la lamentación por no haber logrado detener la filtración, los asistentes concluyeron que "si bien en realidad no hay intención de atacar el continente argentino, podría existir alguna ventaja militar si los argentinos lo temieran".

Ese mismo domingo 18 de abril, la portada del Sunday Express titulaba "Los Vulcan listos para golpear Argentina". La nota, firmada por Michael Toner, relataba con detalle el alistamiento de los bombarderos y de su despliegue al Atlántico Sur, y que si bien no estarían equipados con bombas nucleares, "tendrán la capacidad para destruir cada aeródromo y puerto naval argentino", y que "si los Vulcan eran empleados adecuadamente, toda la estructura militar argentina podría ser destruida".

El periodista reconocía en su nota que la decisión de utilizar los Vulcan contra Argentina "puede ser un resultado del trabajo de 'operaciones psicológicas'" dentro del Ministerio de Defensa. "Un poco conocido grupo de expertos ha estado trabajando horas extras para desalentar y desestabilizar la opinión militar en Argentina". Tal vez, al decirlo, Toner reconocía implícitamente su participación en la acción de propaganda. Su nota contenía detalles similares a la planificación del 10 de abril, y que el Gabinete ahora había considerado oportuno que llegara a oídos argentinos.

Toner concluyó describiendo la amenaza en términos inequívocos: "No hay duda que la mera amenaza de operaciones de Vulcan aterrorizará a cualquier experto en Argentina que conozca lo que pueden hacer estos aviones. Pueden destruir cualquier blanco virtualmente a voluntad. Solo con ese hecho, se le podría prácticamente garantizar inmunidad a la flota británica en el Atlántico Sur contra ataques aéreos argentinos".

La acción psicológica ya había dado su puntapié inicial. La noticia, tomada por las agencias internacionales, fue replicada profusamente en los medios británicos y argentinos durante los días siguientes. La "diplomacia de cañoneras" hacía una nueva demostración de lo que estaba en condiciones de hacer.

“Por qué deberíamos bombardear Argentina”, declaraciones de Winston Churchill (nieto), en el periódico The Sun,  el 23 de abril de 1982

Fue el vocero del Partido Conservador, el parlamentario Winston Churchill, nieto del famoso primer ministro británico, quien, en una nota publicada por el periódico The Sun el 23 de abril, bajo el título "Por qué deberíamos bombardear Argentina", justificaba las acciones sobre el continente ante la amenaza de la aviación argentina operando desde sus bases en el litoral Atlántico contra la fuerza de tareas británica.

Expresaba Churchill: "Un factor adicional evidente, que hasta ahora podría haber sido pasado por alto por la Junta, es la capacidad de la fuerza de bombarderos Vulcan de la RAF para eliminar –si fuera necesario-, todas las bases aéreas argentinas clave en el continente con un único ataque sincronizado al estilo israelí. Desde bases en el Atlántico Sur los Vulcan tienen el alcance y la capacidad para hacer cráteres en las pistas con bombas convencionales y destruir en tierra la mayor parte de la Fuerza Aérea Argentina con bombas de racimo… Eliminar a la Fuerza Aérea Argentina con un golpe rápido y devastador, garantizaría la victoria para la Fuerza de Tareas, y aseguraría un mínimo de bajas británicas".

Si bien las fuerzas argentinas estaban tomando las medidas adecuadas para la defensa del territorio argentino, de sus bases aéreas y de las instalaciones estratégicas en el territorio nacional, también comenzaron a actuar las organizaciones de Defensa Civil y las delegaciones locales de la Cruz Roja Argentina.

Pero la reacción más pintoresca fue la del Semanario Tal Cual, en su edición del 23 de abril, que esbozó una serie de interrogantes y respuestas ante "estos momentos de tensión e incertidumbre que vive el país", con recomendaciones prácticas ante un bombardeo de la ciudad de Buenos Aires.

* Si [la guerra] llega al continente ¿llegará a Buenos Aires? – Si es una guerra abierta entre los dos países, puede ser bombardeada tanto Buenos Aires como Londres o cualquier ciudad.

* Si llega a Buenos Aires ¿se construirán refugios? – Seguramente, ya que no serán suficientes los refugios naturales (sótanos especiales, subterráneos, etc.)

* ¿Hay que evacuar la ciudad? – Esta posibilidad se atenderá únicamente si existiese un ataque con invasión a Buenos Aires.

* En caso de bombardeo, ¿qué hay que hacer? – Los miembros de la Defensa Civil instruirán a la población a su debido tiempo, por todos los medios de información que están a su alcance (radio, TV, etc.).

* ¿Cuáles son los refugios para bombardeo? – Los naturales, las construcciones de hormigón armado que estén bajo la superficie. Subterráneos, garajes subterráneos, sótanos de grandes edificios (el Barolo en Avenida de Mayo al 1300, tiene sótano anti-bombardeo).

 
El 4 de mayo de 1982, el destructor HMS Sheffield fue alcanzado por uno de los dos misiles Exocet lanzado por los Super Etendard. La opción de bombardear Buenos Aires se diluía y los ingleses se concentraron en las Bases Aéreas

En Buenos Aires la guerra todavía parecía muy lejana, y se confiaba en una solución pacífica del conflicto. No había necesidad de buscar refugio o prestar atención a las prevenciones. En cambio, en las principales ciudades del sur argentino, en donde eran incesantes los movimientos de tropas y armamentos, las autoridades y la población habían tomado completa conciencia de la eventualidad de un ataque, realizando ejercicios de oscurecimiento y simulacros de evacuación a refugios y medidas de protección ante bombardeos.

En el atardecer del 30 de abril, llegó a los comandantes argentinos el aviso del despegue de aviones Vulcan y Víctor cisternas desde la Isla de Ascensión, apreciándose que tendrían como destino el litoral continental.

Los soviéticos habían desplegado un buque "científico" para que navegara en proximidades de la isla, por lo que presumiblemente fue quien dio el alerta ante semejante movimiento de aviones. Sin embargo, el rumbo tomado por los atacantes sería Malvinas.

A las 4.40 de la madrugada del 1° de mayo se efectivizaba la amenaza del Vulcan, lanzando sobre la pista del aeropuerto la cantidad de 21 bombas de 1.000 libras, de las cuales solo una impactó en forma efectiva, rápidamente reparándose los daños. Se iniciaban así las misiones denominadas "Black Buck" por los británicos.

Con el desarrollo de las operaciones militares, y el acceso a mayor información de inteligencia, la "Opción 13" continuó reformulándose. El 4 de mayo de 1982, el destructor HMS Sheffield fue alcanzado por uno de los dos misiles Exocet lanzado por un par de aviones Super Etendard que operaban desde la Base Aeronaval de Río Grande, en Tierra del Fuego.

La opción de bombardear Buenos Aires se diluía de las planificaciones, que ahora se concentraron principalmente sobre las Bases Aéreas Militares en el sur del continente. En cada oportunidad en que la flota británica recibía un golpe certero de la aviación argentina, se ajustaban las planificaciones ante la presión parlamentaria y de la opinión pública.

No obstante, la idea de bombardear Buenos Aires, que había surgido aún antes del 2 de abril y descartada a medida que evolucionaban las operaciones, recobró vigencia el 13 de mayo, pero para una nueva acción psicológica.

Recorte del periódico “Daily Express” del 19 de abril de 1982, con la especulación de los posibles blancos en territorio continental argentino.

Previo a los desembarcos británicos en San Carlos, en la isla Soledad, la aviación argentina basada en tierra era considerada como la principal amenaza para el establecimiento de una cabeza de playa segura.

El Grupo de Proyectos Especiales realizó una propuesta para "pasar el rumor por medios discretos no atribuibles que se están planificando ataques diurnos con bombarderos Vulcan contra blancos al norte en el continente, previos a cualquier desembarco principal en las Islas Malvinas". Con ello se intentaría reducir la cantidad de aviones atacantes en el área de operaciones de Malvinas, replegando algunos elementos hacia los aeródromos en el norte.

De todos modos, para que fuera efectivo, el rumor debía resultar creíble y atractivo para los mandos argentinos, el Grupo consideró que "si se difundiera que los ataques están siendo cambiados a horas diurnas, ello podría motivar a la Fuerza Aérea Argentina a buscar activamente el enfrentamiento a fin de lograr una victoria prestigiosa derribando un Vulcan. Indicando que los ataques serán realizados contra una instalación grande de combustible cerca de Buenos Aires, una opción creíble, se espera que atraiga algunos cazas al norte".

El Coronel T.S. Sneyd, finaliza su informe expresando: "Se recomienda que se otorgue autorización para emplear medios discretos y no atribuibles para informar a las autoridades argentinas que aviones Vulcan van a atacar instalaciones de combustible en el área de Buenos Aires a la luz del día en el futuro cercano. Se destacará que el cambio a bombardeo en horas diurnas es a fin de lograr mayor precisión y así reducir bajas civiles".

Las consecuencias políticas de una acción británica sobre el continente condicionaron cualquier ataque de estas características. Argentina encontraba apoyo en el ámbito de la Organización de Estados Americanos, y siempre quedaba latente la posibilidad de regionalizar el conflicto. Era un riesgo que Gran Bretaña no pretendía asumir. Había justificado su reacción militar en el principio de legítima defensa del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y en la Resolución 502 del Consejo de Seguridad, por lo que un ataque abierto sobre el continente parecía innecesario, y ello pondría en peligro la legalidad de sus acciones.

Siempre existió la posibilidad de que Gran Bretaña pudiera fracasar en su objetivo militar primario en las Islas Malvinas, y que la Fuerza de Tareas fuera humillada. Fue así que, hasta el final del conflicto nunca se descartó la idea de estos ataques sobre el continente, ni se suspendieron las planificaciones.

La opción quedaría reservada para cuando las necesidades operativas militares así lo requirieran, siempre que justificara el medio empleado, y se soportara la condena internacional. La "Opción 13", de "Ataques a blancos seleccionados en Argentina Continental", siempre estuvo sobre la mesa de planificación, a la espera de obtener luz verde en el Gabinete de Guerra.

El bombardeo de la ciudad de Buenos Aires permaneció vigente en la mente de los planificadores británicos como también en el diseño de las acciones de guerra psicológica.

Cumplidos 37 años de que Charly García compusiera la canción "No bombardeen Buenos Aires", ahora sabemos que su plegaria no fue ficción.


Disparando un HK416 American Rival (POF P415)

viernes, 11 de noviembre de 2022

Caza interceptor: Fiat G.55/59 Centauro

Fiat G.55 Centauro



El Fiat G.55 Centauro, fue un caza monoplaza de la Segunda Guerra Mundial usado por la Fuerza Aérea Italiana entre 1943-1945. Fue diseñado y construido en Turín por Fiat.

Resultado de la combinación de la aptitud para el diseño italiana y la experiencia en motores alemana fue, junto con el Reggiane Re.2005 y el Macchi C.205, uno de los tres cazas italianos de la llamada “Serie 5”, construidos alrededor del potente motor alemán Daimler-Benz DB 605, fabricado en Italia bajo licencia.


Diseño y desarrollo

Para 1939, todas las grandes fábricas italianas comenzaron a desarrollar una nueva serie de cazas con motores en línea, en oposición a los motores radiales que habían propulsado hasta ese momento a los cazas de la Regia Aeronautica. Este proceso desembocó en la primera generación de cazas equipados con la versión local del motor Daimler-Benz DB 601, llamada “Series 1/2”, cuyo miembro más representativo fue el Macchi C.202 Folgore. De todas formas el proceso no se detuvo y, alrededor de 1941, los diseñadores centraron su atención en el nuevo Daimler-Benz DB 605. El diseñador de Fiat, Giuseppe Gabrielli, mientras experimentaba con una nueva versión de su Fiat G.50, equipada con un DB 601, empezó a trabajar en un nuevo diseño propulsado por el Daimler-Benz DB 605.

El primer prototipo del G.55 voló el 30 de abril de 1942, mostrando inmediatamente sus buenas características de vuelo. Estaba armado con un cañón de 20 mm Mauser MG 151/20, emplazado entre los bloques de los cilindros del motor, con 200 cartuchos y cuatro ametralladoras Breda-SAFAT de 12,7 mm instaladas en el fuselaje, dos sobre el motor y dos en los laterales de éste, con 300 cartuchos. Esta configuración del armamento demostró ser problemática, por lo que las ametralladoras inferiores fueron luego reemplazadas por un cañón Mauser en cada ala.

El prototipo voló hacia Guidonia Montecelio, donde se puso a prueba contra los otros cazas de la “Serie 5”, los Macchi C.205N Orione y Reggiane Re.2005 Sagittario. Las pruebas demostraron que el “Centauro” tenía el mejor desempeño y ganó el concurso lanzado por la Regia Aeronautica. El C.205N era bueno a bajas y medias alturas, pero su desempeño bajaba considerablemente sobre los 8.000 metros. El Re.2005 fue el más rápido a grandes alturas, pero sufría de debilidad estructural. El “Centauro” registro 620 km/h totalmente cargado, un poco menos de lo esperado, pero como compensación era el que mejor estabilidad y maniobrabilidad poseía a grandes alturas. Se puso especial cuidado en combinar adecuadamente una célula avanzada aerodinámicamente con una estructura robusta y que no presentase problemas de producción. Su configuración general incluía tren de aterrizaje completamente retráctil y una cabina elevada que ofrecía un excelente campo visual.

Producción

Con el incremento de los bombardeos aliados sobre Italia en 1943, se demostró que no existía un caza capaz de operar satisfactoriamente a grandes alturas y así lidiar con los bombarderos efectivamente. El desempeño del Macchi C.202 decrecía más allá de los 8.000 metros, altura típica de operación de los bombarderos, y su armamento, compuesto de dos ametralladoras de 12,7 mm era difícilmente el adecuado para derribar los grandes bombarderos estadounidenses. De los cazas de la “Serie 5”, el “Centauro” demostró el mejor desempeño a grandes alturas, gracias a su gran superficie alar. También su armamento pesado, sumado a su generosa capacidad de carga para municiones, todo estandarizado en la versión de producción “Serie I” era suficiente para derribar los aviones estadounidenses.

La Regia Aeronautica encargo la producción de 1.800 unidades, más tarde aumentadas a 2.400. 34 unidades de preproducción fueron solicitadas como ejemplo: estos estaban basados en el prototipo, con cambio menores para mejorar sus características de vuelo. Tenían una distribución de armas diferente, con las dos ametralladoras ligeras ubicadas en las alas. Solo fueron construidos 19 de los 34, y otros 6 fueron modificados al estándar “Serie I” en las fábricas.

La versión de producción, denominada “Serie I”, tenía un armamento estándar compuesto de tres cañones MG 151/20 y dos ametralladoras Breda-SAFAT, más dos soportes bajo las alas para cargar dos bombas de 160 kg o dos tanques descartables de 100 litros de combustible. Para el 8 de septiembre de 1943, día del armisticio, solo 35 unidades de todas las series habían sido entregadas, incluyendo los tres prototipos. De estos solo uno voló al sur para unirse a la Aviazione Cobelligerante Italiana (un segundo ejemplar cayo en manos de los Aliados cuando un piloto desertó con un prisionero de guerra de la RAF en su regazo). Los ejemplares subsiguientes fueron a parar a manos de la Aeronáutica Nazionale Repubblicana (A.N.R.), fuerza aérea de la fascista República Social Italiana que luchó junto a los alemanes entre 1943-45. La fábrica de FIAT en Turín, continuo con la producción bajo el control alemán, hasta que fue bombardeada el 25 de abril de 1944, siendo destruidos durante el mismo 15 G.55 y siendo descontinuada la producción. Las bombas ralentizaron la producción hasta que esta fue cancelada por las autoridades alemanas en septiembre de 1944.5? Un total de 146 Centauros fueron entregados a la ANR y cuando la fábrica fue capturada, estaban listas otras 37 unidades y otras 73 estaban en la línea de producción.

Historia operacional

Luego de las pruebas iniciales, el G.55 prototipo fue enviado a la 353ª Squadriglia del XX Gruppo (escuadrón), 51ª Stormo para pruebas operacionales. En mayo la Squadriglia fue transferida a Cerdeña, como una unidad de defensa local, teniendo el G.55 su bautismo de fuego el 5 de junio de 1943, junto con los Macchi C.202 Folgore y Macchi C.205 Veltro. El mismo mes 12 aparatos fueron entregados al IV Gruppo complementare, como escuadrón de reserva asignado como apoyo, con aviones y personal de la 51ª, 52ª y 53rd Stormi y el CLXI Gruppo autónomo. Pronto esos cazas fueron enviados a la 353ª Squadriglia reasignada al “Aeropuerto Giovanni Battista Pastine” cercano a Roma para ayudar con la defensa de la capital.

Entre julio y agosto, la Squadriglia voló muchas misiones sobre Roma, uniéndose a los cazas remanentes del XX Gruppo, que fue equipado con el Centauro. En agosto el primer G.55/I (Serie I) fue entregado por Fiat a la 372ª Squadriglia. En septiembre, a la fecha del armisticio, todos los G.55 existentes fueron capturados por los alemanes y volados hacia el norte de Italia por sus tripulaciones.

El Centauro entró en servicio con la Aeronáutica Nazionale Repubblicana y se decidió producir 500 aparatos; 300 serían G.55/I y 200 G.55/II (Serie II), armados con cinco cañones MG 151/20 y sin ametralladoras. Solo 148 fueron entregados a las unidades de la ANR, las cuales, mientras el número de G.55 disponibles iba decreciendo, fueron reequipadas con el Bf 109G en varias subversiones, incluso cuando los pilotos italianos preferían el Centauro, haciendo la aeroplano alemán muy impopular luego de la cancelación de la producción italiana.

La ARN tuvo dos Gruppi Caccia terrestre (escuadrón de caza), el primero equipado inicialmente con Macchi C.205, desde noviembre de 1943 hasta mayo de 1944, siendo reemplazados entonces por los G.55/I en junio, hasta que los mismos fueron cambiados por los Bf 109G en noviembre de 1944. El 2º Gruppo fue la mayor unidad equipada con los Centauro, teniendo un total de 70 unidades entre diciembre de 1943 y agosto de 1944 antes de ser reemplazado por los Messerschmitt Bf 109.



La primera unidad de la ARN en ser dotada con los G.55 fue la Squadriglia Montefusco, en noviembre del 43, operando desde Piamonte hasta el 29 de marzo de 1944, cuando fue absorbida por el 1st Gruppo y transferida a Veneto.

El 2º Gruppo, con tres Squadriglie (4ª, Gigi Tre Osei, la 5ª, Diavoli Rossi, y la 6ª, Gamba di Ferro) operaron cerca de Milán y Varese hasta abril de 1944, cuando fueron transferidas cerca de Parma y Pavia, y luego cerca del Lago de Garda (Brescia y Verona).

Interés alemán

En diciembre de 1942, una comisión técnica de la Regia Aeronautica fue invitada por la Luftwaffe a las pruebas de varias aeronaves alemanas en el Rechlin-Lärz Airfield, Rechlin. Al mismo tiempo, alguno oficiales de la Luftwaffe visitaron Guidonia, donde se mostraron muy interesados en las capacidades que prometía la “Serie 5”.

El 9 de diciembre las diferentes impresiones de estos fueron expuestas y discutidas en una reunión de personal de la Luftwaffe y haciendo que el mismo Göring se interesara en el proyecto. En febrero de 1943 una comisión técnica alemana fue enviada a evaluar el nuevo caza italiano.6? La comisión estuvo liderada por el Oberst Petersen y formada por oficiales, pilotos y personal táctico de Alemania, entre ellos el Flugbaumeister Malz. Los alemanes llevaron con ellos varios aviones, incluyendo al Fw 190 A-5 y al Bf 109 G-4 para realizar comparaciones directas en combates simulados.

Las pruebas comenzaron el 20 de febrero de 1943. La comisión alemana tuvo una muy buena impresión de los aparatos italianos, en especial del G.55. En general, toda la “Serie 5” tenía buen desempeño a baja altura, pero el G.55 se equiparaba a sus oponentes germanos en términos de velocidad y tasa de ascenso, además de mantener su alta maniobrabilidad en grandes alturas. La evaluación definitiva de la comisión fue de “Excelente” para el G.55, “Bueno” para el Re.2005 y de “Promedio” para el C.205. Petersen definió al Centauro como “el mejor caza del Eje” e inmediatamente telegrafió sus impresiones a Göring. Luego de escuchar las recomendaciones de Petersen, Milch y Galland, Göring llamó a una asamblea que votó a favor de la producción del G.55 en Alemania.

El interés germano derivaba no solo de los buenos resultados de las pruebas, sino de las posibilidades de desarrollos posteriores que ellos eran capaces de ver en el G.55 y en el Re.2005. Particularmente en el primero, que poseía era más grande y pesado y fue considerado un buen candidato para probar el nuevo motor DB 603, que se consideraba muy largo para el fuselaje del Bf 109. Fueron organizadas otras visitas durante marzo y mayo del 43 en Rechlin y Berlín. El G.55 fue evaluado nuevamente en Rechlin ante la presencia de Milch , Gabrielli y otros miembros del personal de FIAT que fueron invitados a visitar fábricas alemanas y discutir la evolución del aeroplano.

Las especificaciones para el G.55/II alemán incluían el motor DB 603, cinco cañones automáticos de 20 mm y una cabina presurizada. El efecto de las armas emplazadas en las alas limitó la cantidad a un cañón por ala, originando la que sería la configuración estándar en la Serie I, mientras que el DB 603 fue instalado exitosamente en lo que se convertiría en el prototipo G.56. Como resultado del interés alemán, la Luftwaffe adquirió tres fuselajes completos de la versión G.55/0, matriculados MM 91064-65-66 para evaluación y experimentación, entregando a cambio tres motores DB 603 y maquinaria original para las líneas de producción italianas del DB 605. Dos de estos Centauros permaneció en Turín, en la planta de Aeritalia, donde fueron usados por ingenieros alemanes e italianos para estudiar las modificaciones planeadas y posibles optimizaciones en el proceso de producción. Luego, fueron convertidos en “Serie I” y entregados a la ANR. El tercero fue transferido a Rechlin para pruebas y experimentos en Alemania. Los ingenios DB 603 fueron usados para construir los prototipos G.56.

El interés en este avión seguía siendo alto incluso después del armisticio italiano: en octubre de 1943, Kurt Tank, quien previamente había probado estos en Rechlin, estuvo en Turín para discutir la producción del mismo. De todas formas, la forma en la que se desarrollaron los hechos en la guerra y como la producción aún no estaba lo suficientemente optimizada fueron los motivos por los que el programa G.55 fue eventualmente abandonado por la Luftwaffe. Al principio la producción de cada Centauro requería 15.000 horas/hombre, aunque se estimó que podían reducirse a 9.000, mientras que las fábricas alemanas podían completar cada Bf 109 en solo 5.000 horas/hombre. El motor DB 603 fue usado en cambio en el Ta-152 C, diseñado por el propio Tank.

Torpedero

Una de las más conocidas y renombrada ramas de la Regia Aeronautica fue la de los Aerosiluranti ( torpederos ). En los primeros años de la guerra, la mayoría de los pilotos volaba los trimotores Savoia-Marchetti S.M.79 Sparviero, con los que infligieron importantes pérdidas a los buques aliados en el Mediterráneo.

Sin embargo, pronto fue claro que el obsoleto diseño del Sparviero no podía hacer mucho frente a los siempre más numerosos cazas aliados y las defensas antiaéreas; por eso en invierno de 1942, personal de la fuerza aérea concibió la idea de usar cazas para ataques con torpedos. Esto le daría a los pilotos y aeronaves la capacidad de disparar un torpedo hacia un buque a gran velocidad y evadir a los escoltas enemigos, o incluso enfrentarse a ellos una vez se deshicieran de los torpedos, teniendo una alcance operacional máximo de 300/400 km más allá de las costas italianas.

Se le pidió a FIAT que realizara estudio para una nueva versión del G.55, capaz de portar un torpedo Whitehead de 608 kg, una versión más corta y menos incomoda que la estándar usada en los SM.79. De todas formas, pronto se decidió la creación del G.57, cuyas especificaciones incluían la capacidad de portar torpedos, y llevó a la suspensión del trabajo de adaptación sobre los Centauro.

El proyecto del G.57 fue desechado, dejando a la ANR sin un reemplazo para los SM.79. Los ingenieros retomaron la tarea de adaptar al G.55 como torpedero. Un avión de producción (n.º de serie MM. 9108) fue elegido para ser transformado para transportar un torpedo Whitehead de 5,46 m de largo y un peso de 920 kg. El radiador para el líquido refrigerante del motor, colocado bajo el área de la cabina fue cortado en dos, ganando 90 cm de espacio donde dos estantes fueron montados para cargar el torpedo. El puntal del tren de aterrizaje de cola fue alargado y equipado con amortiguadores reforzados y fue añadido un cono protector delante de la rueda. Las dos ametralladoras Breda-SAFAT fueron removidas, dejando como único armamento los tres cañones de 20 mm.

Este aparato, denominado G.55 S, voló por primera vez en agosto de 1944 y fue probado con éxito en enero de 1945.5? A pesar de la incómoda carga externa, el rendimiento fue bueno y la maniobrabilidad aceptable. La ANR adquirió 10 unidades de preserie y solicitó la producción de 100 aeronaves, pero los eventos pusieron fin al proyecto. El prototipo sobrevivió a la guerra, y una vez finalizada fue reconvertido al estándar “Serie I”, siendo el primer G.55 en ser entregado a la recientemente formada Aeronautica Militare Italiana.

Fiat G.56

El Fiat G.56 era, básicamente, un G.55 con el motor alemán Daimler-Benz DB 603. Dos prototipos fueron construidos, y las pruebas de vuelo empezaron en marzo de 1944.5? Alcanzando velocidades máximas de 685 km/h, estuvo armado con tres cañones Mauser MG 151/20 de 20 mm, uno en la nariz y los otros dos en las alas.7? A pesar de que el desempeño fue excelente, superando al Bf 109K y al Fw 190D en las pruebas, la producción no fue permitida por las autoridades alemanas.5?

Postguerra

En 1946, Fiat recomenzó la producción del G.55, aprovechando la gran cantidad de fuselajes y partes que permanecían en las fábricas sin terminar. Estuvo disponible en dos versiones, el G.55A caza ligero/entrenador avanzado y el G.55B, biplaza de entrenamiento avanzado. Los prototipos volaron por primera vez el 5 de septiembre y el 12 de febrero de 1946 respectivamente.7? Estas versiones fueron principalmente para exportación, aunque también fueron utilizadas en Italia.

G.59

La producción de Centauros para su uso en Italia y Argentina hizo que el stock de los motores DB 605 fabricados bajo licencia comenzara a disminuir. Como aún existía demanda para este avión se decidió adaptarlo para poder usar el motor Rolls-Royce Merlin, más fácil de adquirir. La primera conversión tuvo lugar a principios de 1948.8? El éxito de la misma motivó a la Fuerza Aérea italiana a convertir sus G.55 para que fueran propulsados por los Merlin. Estos reentraron en servicio en la Escuela de Vuelo de Lecce en 1950, como G.59-1A y G.59-1B (versiones mono y biplaza respectivamente).9? La versión final fue la llamada G.59-4A (monoplaza) y G.59-4B (biplaza), que estaban equipadas con una carlinga en forma de burbuja para mayor visibilidad. Un total de 20 monoplazas y 10 biplazas fueron entregados a Italia.8?

Variantes

  • G.55/0 : preproducción (16)
  • G.55/1 : producción inicial (15)
  • G.55 Serie I: primera versión de producción, armada con tres cañones MG 151/20 y dos ametralladoras Breda-SAFAT
  • G.55 Serie II: armados con cinco cañones MG 151/20
  • G.55A: caza o entrenador avanzado monoplaza, cuyo prototipo voló por primera vez el 5 de septiembre de 1946; difería del G.55 solo en detalles de instrumentación y armamento, el cual podía comprender o bien dos ametralladoras de 12,7 mm en los planos y otras dos en el fuselaje, o dos cañones alares Hispano-Suiza de 20 mm y dos ametralladoras de 12,7 mm en el fuselaje; la Aeronautica Militare incorporó en sus filas diecinueve G.55A, mientras que otros 30 fueron suministrados a Argentina
  • G.55B: variante biplaza de entrenamiento avanzado cuyo prototipo voló por primera vez el 12 de febrero de 1946; diez ejemplares fueron empleados por la Aeronautica Militare y otros 15 fueron vendidos a Argentina en 1948.
  • G.55M: desarrollo con motor Rolls-Royce Merlin 500/20, que dio lugar al Fiat G.59.
  • G.56: desarrollo del G.55/I adaptado para incorporar el motor Daimler-Benz DB 603A más potente; fueron construidos dos prototipos en la primavera de 1944 con cambios estructurales menores.

Operadores

Fiat G.55 Sirio
Bandera de Alemania nazi Alemania
Bandera de Italia Italia
Bandera de Italia Italia
Bandera de Italia Italia
Bandera de Argentina Argentina
  • Fuerza Aérea Argentina. La Fuerza Aérea Argentina adquirió 15 G.55B y 30 G.55A. Además obtuvo un ejemplar del G.59-2A para evaluación, pero no se solicitó comprar más del mismo.
Bandera de Egipto Egipto
Bandera de Siria Siria
  • Fuerza Aérea Siria. Siria se hizo con 30 G.59, siendo 26 monoplazas (G.59-2A) y el resto biplaza (G.59-2B).

Especificaciones

Referencia datos: Datos de "Centauro - The Final Fling"11?

Características generales

  • Tripulación: 1 piloto
  • Longitud: 9,37 m
  • Envergadura: 11,85 m
  • Altura: 3,13 m (sin el mástil de la antena).
  • Superficie alar: 21,11 m²
  • Peso vacío: 2.630 kg
  • Peso cargado: 3.520 kg
  • Peso máximo al despegue: 3.718 kg
  • Planta motriz: 1× Fiat 1050 RC.58I (versión licenciada del Daimler-Benz DB 605 V12 enfriado por líquido A-1), o Rolls-Royce Merlin (posguerra) V12 enfriado por agua.
    • Potencia: 1.085 kW


Rendimiento

  • Velocidad máxima operativa (Vno): 623 km/h a 7000 m.
  • Alcance: 1.200 km
  • Alcance en ferry: 1.650 km con 2 tanques externos de 100 litros cada uno.
  • Techo de vuelo: 12.750 m
  • Régimen de ascenso: 5 minutos y 50 segundos a 6.000 m
  • Carga alar: 154 kg/m²


Armamento

Serie 0

    • 1 x cañón Mauser MG 151/20 de 20 mm en el morro (250 balas).
    • 4 x ametralladoras Breda-SAFAT de 12,7 mm en las alas (300 balas).

Serie I

    • 3 x cañón Mauser MG 151/20 de 20 mm (uno en el morro y dos en las alas).
    • 2 x ametralladoras Breda-SAFAT de 12,7 mm en las alas.
    • 2 x bombas de 160 kg bajo las alas.

Las versiones egipcias y sirias reemplazan las ametralladoras, por cañones bajo las alas.










Guerra de la Independencia: La hazaña de los tres sargentos

La hazaña de los tres sargentos en la "Acción de Tambo Nuevo"






El 24 de octubre de 1813 se produce la "Acción de Tambo Nuevo". La Sorpresa de Tambo Nuevo, conocida como "Hazaña de los Tres Sargentos" fue una exitosa acción de caballería llevada a cabo por una partida de Dragones del Ejército del Norte entre el 23 y el 25 de octubre de 1813, en el curso de la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú durante la guerra de la Independencia Argentina. Los jinetes incursionaron en primer lugar el cuartel general del coronel realista Saturnino Castro en Yocalla, para luego atacar el puesto avanzado de Tambo Nuevo. Mientras reorganizaba sus fuerzas en Macha, Belgrano ordenó a sus mejores oficiales diversas tareas de reconocimiento del campamento realista. En la noche del 23 al 24, La Madrid y sus hombres escalaron una cuesta detrás de la posta de Tambo Nuevo. A la cabeza iban tres soldados como exploración avanzada. Ellos fueron los primeros en llegar a la posición realista. Allí se toparon con un rancho de adobe donde pastaban 50 caballos, mientras que otro rancho estaba custodiado por un centinela. Entre los tres dominaron al custodio y penetraron en el edificio, donde sorprendieron a otros diez hombres durmiendo. Los once fueron tomados prisioneros, aunque más tarde uno de ellos -un sargento- logró escabullirse y dar la alarma. El resto de la sorprendida compañía, pensando que estaban siendo atacados por fuerzas superiores, permanecieron dentro de su refugio, a la vez que intercambiaban disparos con los atacantes. Al amanecer, La Madrid inició el regreso a Macha con los 10 prisioneros y las armas capturadas. Los tres soldados fueron ascendidos a sargentos por Belgrano, con el título honorífico de Sargentos de Tambo Nuevo. Como consecuencia de esta acción, los soldados Gómez, Albarracín y Salazar fueron ascendidos a sargentos, conociéndoselos en adelante como “los sargentos de Tambo Nuevo”. También el general Belgrano les obsequió con los mejores caballos que tenía, especialmente a Gómez, a quien le regaló un hermosísimo caballo blanco.

Poco tiempo después, el sargento Mariano Gómez ofreció al general Belgrano, “traerle los mejores caballos o mulas del ejército enemigo”. La Madrid relata también este episodio en sus Memorias: “La noche los favoreció porque se puso muy nebulosa, pues al rayar el siguiente día se presentó Gómez al general con sus dos compañeros (los sargentos de Tambo Nuevo, Albarracín y Salazar) y le entregó once hermosas mulas de jefes y oficiales que logró sacar del campamento enemigo, cortando con sus cuchillos los lazos en que estaban amarradas a las estacas de las tiendas, mientras sus compañeros velaban montados y teniéndole su caballo; para comprobante de esa verdad traían atadas todas ellas al pescuezo pedazos de lazos. Al salir con ellas fueron sentidos por un centinela y perseguidos, sufriendo una descarga al pasar descendiendo la cuesta por cerca de la guardia, y cuyos tiros se sintieron en nuestro campo; pero ellos se salvaron con su presa y el general les regaló once onzas de oro”. El Sargento Gómez, tucumano, murió fusilado por los realistas en Humahuaca en 1814; el Sargento Salazar murió en combate ese mismo año y el Sargento Albarracín murió en 1840, con el grado de Comandante de milicias, ambos eran cordobeses . Una calle de Buenos Aires los recuerda con el nombre de Tres Sargentos.