domingo, 8 de noviembre de 2020

Malvinas: La guerra invisible en el continente (libro)

Marcelo Larraquy y el último secreto de Malvinas: “Si Inglaterra declaraba su invasión al continente, se acababa la guerra”

El historiador abordó en su último libro “La Guerra Invisible” la incursión de un comando británico en la Argentina continental durante el conflicto en las islas. Reveló el plan de Margaret Thatcher para atacar el continente y matar a los pilotos de los aviones caza luego de comprar el diario de un capitán anónimo por solo 1,5 USD en una tienda online
Por Milton Del Moral || Infobae


El 4 de mayo de 1982 dos Exocet lanzados desde aviones de caza Super Étendard hundieron al destructor HMS Sheffield, la primera nave perdida por Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial (AP)

Dividió su viaje a Inglaterra entre el placer y el estudio. Fue el año pasado con sus hijos y también con sus proyectos. Quería saber de qué hablaban sobre la Guerra de Malvinas. Indagó en la bibliografía británica: encontró una vasta oferta y aprendió que a los asuntos marginales del conflicto le asignan mayor gravitación editorial. Hizo búnker en una biblioteca en Bloomsbury, un barrio universitario cerca del Museo Británico. “Ojeaba los libros, veía qué contaban y qué me podría interesar”. En una publicación antigua de inteligencia británica halló la semilla de su propio libro. En forma anónima y en dos páginas hablaban de un comando que había ido a atacar el continente.

Marcelo Larraquy, frondoso historiador, periodista y profesor, había escrito doce libros en los últimos veinte años. También había contado por fuera de su obra el combate terrestre, había entrevistado a los soldados del desembarco, había visitado Pradera del Ganso, Puerto Argentino, el estrecho San Carlos, había conocido la geografía de la definición del conflicto bélico. Empezó a interesarse por la guerra aérea y la guerra electrónica: descubrió que se había desatado una guerra invisible, oculta, prohibida, negada. El enfrentamiento oficial había sido en las islas y sobre el Mar Argentino. El otro, el no declarado, se libró en el continente.

La Guerra Invisible, el último secreto de Malvinas conduce progresivamente su relato hacia la revelación. Para comprender el despliegue británico en la Argentina continental hay dos partes y catorce capítulos. “Gran Bretaña tenía que definir su superioridad aérea y naval antes del desembarco. Las tropas terrestres británicas estaban en la Isla Ascensión mientras la Fuerza de Tareas avanzaba, porque todavía no se había despejado el panorama”, narró Larraquy. El panorama que debía despejarse eran los obstáculos de la fuerza aérea argentina y de la aviación naval: los obstáculos eran los Super Étendard.

 

El décimo tercer libro de Marcelo Larraquy desde la publicación de Galimberti, en el año 2000

“Se preocuparon muchísimo por asegurarse que los misiles Exocet no funcionaran como sistema de armas de los Super Étendard. Ahí tiene que haber un diálogo electrónico que no había provisto Francia a la Argentina por el bloqueo. En cambio, Francia le había asegurado a Inglaterra que no funcionaban”. Los Exocet significaban un cambio radical en la historia de la aviación de guerra: tiraban desde 40 kilómetros cuando el resto de los aviones las descargas se realizaban sobre el blanco. Y los Super Étendard, según Larraquy el único arma de combate que emparejaba el estándar tecnológico entre ambas naciones, fue la razón que disparó la guerra invisible.

El martes 4 de mayo de 1982 a las 9:45 dos Super Étendard con misiles Exocet, piloteados por el capitán de corbeta Augusto Bedacarratz y el teniente de navío Armando Mayora, despegaron de la base de Río Grande. “Volamos muy bajo, con suma discreción. No utilizamos prácticamente el radar, no hablamos por radio y solo nos comunicamos de avión a avión por señas”, recordaría años más tarde Bedacarratz. A las 11:05 y a unas 25 millas náuticas de su posición (aproximadamente 48 kilómetros), la guerra cambió: al menos uno de los misiles impactó en el destructor HMS Sheffield.

Lo hirió de muerte. El fuego se propagó por toda la nave. La fragata HMS Arrow rescató a los sobrevivientes y remolcó al buque fuera de la zona de peligro. Murieron 20 soldados británicos. Hubo 63 heridos. El Sheffield se hundió finalmente seis días después en aguas del Atlántico Sur. Cada 4 de mayo se celebra en Argentina el Día de la Aviación Naval por la proeza de Bedacarratz, Mayora, los Exocet y los Super Étendard. “La operación Sheffield es una obra maestra de la guerra electrónica porque lograron detectar e impactar a un destructor prácticamente en las sombras. Por eso, después al Almirante Woodward (John Sandy, comandante de la Fuerza de Tareas británicas en Malvinas) le empezaron a decir maliciosamente ‘el capitán de la flota de Sudáfrica’, porque alejó la tropa hacia el continente africano”, narró Larraquy.

La principal preocupación británica durante la Guerra de Malvinas fueron los Super Étendard, y la razón de avanzada al continente

Woodward se preocupó: dudó del real poderío armamentístico de su enemigo. “Gran Bretaña pensó: ‘Si me pegan en el Hermes o en el Invencible, o en los buques donde está toda la logística del combate, no hay guerra posible’”. Descubrieron su propia vulnerabilidad y advirtieron que desconocían el potencial enemigo. “No sabían cuántos misiles tenía la Argentina y también se suponía que no funcionaban, porque Francia les había asegurado que no había forma de que sirvieran”, relató. En el libro, el autor contó que el general Jacques Mitterrand, aviador retirado, titular de la empresa estatal y hermano del presidente francés François Mitterrand, le dijo a Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido, que no había manera de que el misil funcionara.

Argentina tenía solo cinco misiles Exocet. Pero Gran Bretaña solo sabía que dos aviones que habían partido del continente habían hundido a su principal buque de defensa antiaérea. Esa incertidumbre despertó la ofensiva. Rompieron con todo el protocolo: vulnerar la zona de exclusión significaba una declaración de guerra al continente. “Por eso lo llamo ‘Guerra invisible’ -dijo Larraquy-: no podían declarar la invasión porque sino se acaba la guerra, por los conflictos diplomáticos que surgirían en las Naciones Unidas y con los Estados Unidos”. Incluso Ronald Reagan, por entonces presidente estadounidense, se entera del plan británico para penetrar tierras continentales y le avisa a Thatcher que no lo haga. No le hicieron caso.

“Nada se hace porque sí. En ese momento, el centro de gravedad de la guerra era el continente. Si Gran Bretaña no eliminaba todas las amenazas que provenían del continente no podía desembarcar en las islas”, indicó el autor. Las fuerzas británicas centraron su atención en las bases aeronavales del continente. Antes del desembarco, debía corroborar superioridad aérea y naval. Procuraron acorralar las fuerzas continentales. “Primero lo hicieron con submarinos que hacían inteligente electrónica avisando sobre aviones argentinos que salían del continente. Después intentaron un supuesto desembarco donde el destructor Piedrabuena y el destructor Bouchard, que eran los que acompañaban al Belgrano, se pusieron delante de la base aeronaval de Río Grande para protegerla. Ahí detectaron patrullas y dispararon el único tiro de los buques en toda la guerra. Esos ecos desaparecieron del radar inmediatamente”.


El capitán de corbeta Augusto Bedacarratz desciende de su Super Étendard. Junto al teniente de navío Armando Mayora en la historia de la guerra aeronaval moderna

Al día siguiente, el 21 de mayo de 1982, se gestó la Operación Sutton, el desembarco británico en el estrecho San Carlos y el primer combate terrestre de la guerra. Inglaterra eliminó la resistencia dentro de las islas, bombardeó la Base Calderón, azotó Pradera del Ganso pero su preocupación viajaba desde el continente en los Super Étendard: el centro gravitacional de la guerra. “El problema estaba en el continente, no en el Puerto Argentino”, sintetizó el autor.

Cuando Inglaterra entendió que podía perder, infringió toda convención y tratado de guerra. Asignaron un comando de ocho hombres para que emprendiera una misión imposible: infiltrarse en el continente, asaltar las bases aeronavales, destruir los Super Étendard y matar a los pilotos. Era el plan original y la represalia ante un eventual segundo hundimiento. Así razonaron los británicos, según Larraquy: “Si a nosotros nos embocan otro misil en el Hermes o en el Invencible y no hicimos nada en el continente, sería una vergüenza. Tenemos que dar todo porque así es la guerra”. Usar un comando como fusible era algo que había que hacer.

El libro rebosa de datos y de comprensiones técnicas. El autor, un obsesivo de la precisión en la información, se preocupó más en que el relato no perdiera el eje: el fondo de la historia es la guerra escondida. Lo describe como un capítulo inédito en el prontuario Malvinas: la guerra electrónica, la guerra de radares, la incursión en el continente con el propósito de reventar la base aeronaval. Lo que no se sabe de Malvinas lo encontró hurgando bibliografía británica y tesis doctorales de académicos en una biblioteca de Londres.

 

"El libro es tan británico como argentino", relató el autor. El hundimiento del destructor Sheffield motivó las operaciones comando en el continente

Es la primera vez que un libro cuenta la historia de Andrew P. Legg sin apelar a seudónimos. Los documentos británicos resguardaron su identidad. Su nombre real se conoció en marzo de 2018 cuando publicó en la casa de subastas Wolley & Wallis un lote de objetos personales y recuerdos de su carrera militar. Vendía una boina del Special Air Services (SAS), la hombrera de capitán, la insignia roja y oro del regimiento, un cinturón de tela azul con hebilla de metal, las alas azules que acreditan sus dotes de paracaidista, dos medallas, fotos de sus misiones y el mapa de la isla de Tierra del Fuego que usó para planear su ataque a la base de Río Grande.

También un escrito de un tal William Barnes que se llamaba Ultimate Acceptance (“Aceptación final”). La bajada decía: “Mayo de 1982. Basado en el verdadero relato de una operación de inteligencia al continente sudamericano”. “Lo empecé a rastrear -dijo Larraquy-. Subastaba un diario secreto con un nombre supuesto de esta operación. No lo puede decir con su propio nombre porque firmó su confidencialidad. Ese libro se vende a un dólar y medio: es una edición de autor”. El historiador intercambió mails durante dos meses con una persona cercana a Legg: comprobó que el capitán de la patrulla que entró a la Argentina continental durante la guerra no quería hablar. Una frase del libro pone en relieve el suceso: “Legg desembarcaba en tierra argentina como ya lo había hecho el ejército británico en los años 1806 y 1807”.

“Tenía 28 años, juró confidencialidad con Gran Bretaña, tuvo que renunciar al ejército, pasó 38 años en silencio y terminó trabajando como profesor de matemática”, dijo Marcelo Larraquy. Lo que hizo y no hizo Legg en el continente se dice en el libro. Pero su acción sobre la isla de Tierra del Fuego desmantela la historia oficial británica. En los archivos nacionales, las únicas operaciones que no describen son las desplegadas en el continente: se mantienen como secreto de guerra. “El profesor Lawrence Freedman, quien escribió la historia oficial británica, no cuenta lo que pasó -apuntó el historiador-. Inglaterra no puede contar su invasión al continente porque son secretos de guerra que la comprometen. Y Argentina tampoco la puede contar porque sino supondría que tendrían que haber pagado las pensiones de todos los combatientes”. Fueron cuatro operaciones en continente: Larraquy persiguió el rastro de un comando por el hallazgo casi fortuito del diario de guerra de un capitán anónimo.

El libro tiene un agradecimiento especial a Nazareno Larraquy Yaques, hijo del autor: "Lo tuve secuestrado porque su inglés es mucho mejor que el mío. En esta pandemia estuvimos cuatro meses a full. No lo podría haber hecho sin él"

Para el autor, La Guerra Invisible, el último secreto de Malvinas puede ser una gema: inspirar la revelación de nuevos últimos secretos. “Hay versiones que no pude corroborar que dicen que hubo tres helicópteros y varios comandos en el continente”, reparó y sostuvo: “En el continente se libró una guerra, una guerra electrónica pero real. Incluso hubo la caída de un helicóptero con la muerte de diez soldados que habían ido en busca de un supuesto desembarco británico el 30 de abril en Caleta Olivia. Fueron declarados muertos en combate”.

El libro y los meses de estudio le enseñaron que la Guerra de Malvinas no se jugó en las islas. Le asignó valor al conflicto oculto y comprendió el reclamo de los veteranos: “Siempre se ninguneó todo lo que sucedió en el continente y quedó como un reclamo marginal de soldados que pusieron una carpa en Plaza de Mayo. En las bases se vivió un estado de guerra permanente. Ellos también estuvieron en guerra, no estaban de paseo ahí. Gran Bretaña tenía los submarinos surcando el Mar Argentino a once millas y también comandos que pisaron el continente con la misión de atacarlos”.

Anticipo exclusivo, “La Guerra Invisible-El último secreto de Malvinas”: el plan de Thatcher para atacar el continente y matar a los pilotos

La nueva investigación de Marcelo Larraquy revela en detalle los sucesos que se produjeron en Inglaterra después del hundimiento del destructor Sheffield, alcanzado por un misil Exocet. El fin de la operación con que pensaban tomarse revancha era destruir la escuadrilla de cazas Super Étendard que tenían en jaque a la flota británica y matar a los bravos pilotos de la aviación naval


El 4 de mayo de 1982 la Escuadrilla de la Aviación Naval, con dos aviones Super Étendard provistos con misiles Exocet atacó por primera vez en combate al destructor Sheffield. Los misiles fueron lanzados desde aproximadamente 40 kilometros. Gran Bretaña suponía que los Exocet que Argentina acababa de comprarle a Francia no podían lanzarse. El presidente francés Francois Miterrand le había asegurado a la premier Margaret Thatcher que no habían cedido los coeficientes para la computadora del avión, imprescindible para hacer funcionar su sistema de armas. Sin embargo, los misiles hundieron al Sheffield. A partir de ese momento, si Argentina impactaba sobre los portaviones Hermes o Invincible, que transportaban aviones, helicópteros y material logístico para el desembarco británico, se pondría en riesgo la victoria militar británica. Entonces se decidió romper la propia zona de exclusión que había delimitado y atacar el continente con un grupo comando, para destruir los aviones, los misiles y matar a los pilotos. La operación, que se revela por primera vez, es parte del libro “La Guerra Invisible. El último secreto de Malvinas”, de Marcelo Larraquy.



Aquí, el anticipo de La Guerra Invisible.

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El 8 de mayo, en Chequers, la residencia de campo oficial de gobierno —el mismo lugar donde se había decidido el hundimiento al crucero Belgrano—, se ordenó el traslado de las tropas terrestres de la isla Ascensión hacia el Atlántico Sur y se estableció la fecha del desembarco entre el 18 y 22 de mayo. Thatcher también avaló la gestación de la opción más extrema: eliminar el poder de destrucción del enemigo, el sistema de armas del Super Étendard. Atacarlo en su punto de partida. Woodward suponía que en la base de Río Grande todavía había tres Exocet, de acuerdo a la información francesa —que ya no resultaba tan confiable—, pero seguía en la búsqueda de más misiles. Un informe de inteligencia, entregado por un enlace de la Comunidad Europea, aseguraba que la Argentina poseía diez misiles. Thatcher autorizó el ataque al continente luego de una proposición de la Marina Real.


La operación requería la participación de una fuerza especial que, en una acción de alto riesgo, eliminara los aviones, los misiles y también a los pilotos. Se estudiaron tres opciones: a) La invasión a la isla de Tierra del Fuego y, en consecuencia, a la base de Río Grande; b) el bombardeo a la base de Río Grande con aviones Hércules, y c) la toma de la base con una fuerza especial.

Cualquiera de las opciones rompía con la zona de exclusión y el derecho a la “legítima defensa”, con el que Gran Bretaña había justificado el traslado de sus naves al Atlántico Sur. Ahora ya no importaba que el ataque activara el TIAR, recibiera la condena del Consejo de Seguridad de la ONU o incomodara a Estados Unidos. Thatcher estaba decidida. Sabía qué quería, necesitaba saber cómo hacerlo. El Estado Mayor para la Defensa le ordenó al jefe del Special Air Service (SAS), brigadier Peter de la Billière, que estudiara alternativas para la operación.

(…)

De la Billière pensó la maniobra en dos etapas. En la primera, una patrulla saldría desde la Fuerza de Tareas, se aproximaría a la base de Río Grande y recogería información de los objetivos: los aviones, los misiles, los pilotos del Super Étendard. Sería una maniobra de exploración que desarrollaría un comando infiltrado. Se llamaría Operación Plum Duff. En la segunda parte, con los resultados de la inteligencia previa, dos aviones Hércules C-130 despegarían desde la isla Ascensión, se reabastecerían en el aire y aterrizarían en la pista de Río Grande: sesenta hombres armados se desplegarían sobre objetivos y los destruirían. El plan de fuga preveía retornar a los aviones y volar hacia Chile. Se denominaría Operación Mikado.

(…)

La misión Plum Duff la desarrollaría el Escuadrón B del Regimiento 22. Era un escuadrón creado en 1951, cuando el SAS había enfrentado una insurrección comunista en Malasia; luchaban por la liberación del territorio colonial británico. El nuevo escuadrón había comenzado a entrenarse en áreas selváticas, como lo hacían sus enemigos, por períodos cada vez más largos, y demostraron que podían adaptarse a esta nueva geografía. Desde entonces, sus patrullas empezaron a integrarse con tres o cuatro hombres. Tres días después del ataque al Sheffield, el Escuadrón B comenzó a movilizarse en su base de Hereford. Ese día, el 7 de mayo, Gran Bretaña había extendido la zona de exclusión total hasta 12 millas de la costa argentina. No era difícil interpretarlo como la señal de un ataque al continente. Al día siguiente se presentó el primer plan, todavía en discusión. Había que delinearlo, pero la matriz era la siguiente: se formarían dos patrullas de exploración e inteligencia, una para la base de Río Grande y otra para la de Río Gallegos. Llegarían en helicópteros. Esta sería la primera fase. La segunda fase, la Operación Mikado, consistía en el vuelo apenas por encima del nivel del mar de dos Hércules que aterrizarían en la pista de Río Grande y de los que irrumpirían comandos en vehículos con ametralladoras pesadas. Matarían a los pilotos —que suponían alojados en la base—, destruirían aviones y misiles, y luego abordarían las aeronaves para refugiarse en Chile.


Ninguno de los que habían planeado la operación formaría parte de ella, ninguno estaría en la bodega del avión al momento de llegar al continente. Este era un punto ríspido, que molestaba en el Escuadrón B. Y además: ¿cómo aterrizarían dos Hércules sin ser detectados por radares de la base? No se sabía.

La duda era una sensación que concernía a la naturaleza de las operaciones bélicas. Pero el terror a un segundo ataque argentino con Exocet trascendía las dudas. Ahora la flota británica comenzaba a tener una percepción más real de la guerra. Hasta el ataque al Sheffield, se actuaba con profesionalismo pero no se vivía la tensión que supone el peligro inminente, la vulnerabilidad constante frente al enemigo, la exposición a un riesgo mayor, la pérdida de vidas no como hipótesis sino como hecho factible, real.

(…)

La Operación Mikado entró en estado de incertidumbre. Pero se avanzó con la misión que la antecedía, la Operación Plum Duff, que era la que debía realizar la inteligencia sobre la base aeronaval. De la Billière confió la conducción al capitán Andy Legg. Era el hombre elegido. Acababa de cumplir 28 años. Después de enrolarse en el Ejército, Legg había realizado un máster en Matemática aplicada en la Universidad de Reading, aunque su propósito siempre era integrarse al Regimiento de Paracaidistas, como paso previo a su ingreso al SAS. Un oficial de enlace universitario, en cambio, le recomendó unirse al Royal Hampshire, un regimiento militar local, para perfeccionar su formación. Legg tomó en cuenta el consejo, y aplicó en el curso de un año de entrenamiento en la Real Academia Militar de Sandhurst. En su momento también lo había realizado Winston Churchill. Al finalizar, alcanzó el grado de segundo teniente, con antigüedad anticipada por su máster universitario. Pero nunca abandonó su idea de ser miembro del SAS.


En 1980, dos años más tarde de lo que había proyectado, superó las pruebas de selección y se integró al Escuadrón B del Regimiento 22. Ya había servido en una operación en Omán, en las montañas de Dhofar, y también en la selva de Belice, colonia británica en América Central, y se disponía a viajar a Canadá cuando le encomendaron la jefatura de un comando que debía infiltrarse en el continente argentino con la guerra iniciada. Legg había recibido la siguiente instrucción: “Esto será difícil, hágalo con firmeza, muévase lentamente y efectúe una buena observación de los alrededores antes de hacer algo. Realice la inteligencia a medida que avanza”, le recomendó su superior inmediato.

El capitán Legg pensaba que un acceso por Chile, con una exploración lenta hacia el objetivo, podría dar mejores resultados para elaborar un mapa de inteligencia que el ingreso por la costa a una distancia reducida del blanco. Además, desde Chile tendrían menores posibilidades de ser detectados. Pero su inquietud no encontró la atmósfera adecuada ni se abrieron posibilidades de discutir la viabilidad de la misión, como solía suceder. No había tiempo ni voluntad para generar cambios radicales en el diseño de la Operación Plum Duff.

El Escuadrón B del Regimiento 22 dirigido por Legg continuó su preparación. Era el único escuadrón que todavía no había sido enviado al Atlántico Sur. Primero entrenaron en Gales con tiros de rifles, emboscadas nocturnas y marchas forzadas. Luego se desplazaron a Wick, en el extremo norte de Escocia, para ensayar aterrizajes con el Hércules desde baja altura, a poca distancia del mar.

Cuando regresaron a Hereford (central del SAS), el 14 de mayo, De la Billière los reunió con las novedades: las dos patrullas de exploración se fusionaban y, si se daban las posibilidades, también deberían atacar la base de Río Grande en una operación de acción directa. Por esta nueva planificación, debían llevar explosivos y detonadores por tiempo y resignar ropa y comida en su mochila. La base de Río Gallegos se había descartado como blanco. El capitán Legg conduciría una patrulla única de siete hombres que llegaría a Río Grande y exploraría y destruiría la base. Ese era el nuevo objetivo. Todavía no existía una planificación final, se iría conociendo con el correr de los días. Podrían desembarcar desde una fragata, un submarino o un helicóptero. Esta última opción era la más probable. Lo único cierto era que debían volar hacia Ascensión al día siguiente para iniciar la maniobra. (…)


(…) En Ascensión, antes de cruzar el hemisferio, Legg sostuvo una comunicación satelital con De la Billière. El brigadier le dio algunos detalles del lanzamiento al océano y le informó que probablemente volarían al continente con un Sea King. La posibilidad de que la operación se cancelara y que a él lo reasignaran para unirse al resto del Escuadrón del SAS con la Fuerza de Tareas se acababa en ese momento, pensó Legg. Sintió que ya no había forma de escapar. Hubiera preferido un submarino o una lancha rápida para llegar a la costa, en todo caso. El ruido del Sea King representaría un seguro boleto de ida. Le preguntó a De la Billière qué sucedería con el helicóptero después de que los dejara en tierra. Temía que, si quedaba visible, se intensificara la búsqueda de su patrulla. “Tenemos activos que eliminarán la evidencia. No es un tema de su incumbencia”, fue la respuesta exasperada del brigadier. No hubo más preguntas. Antes de cerrar la transmisión De la Billière les deseó suerte. Esperaba verlos en su regreso a Londres, le dijo.


El 16 de mayo, siete horas después del despegue, a 17 mil pies de altura, el Hércules fue acoplado por la sonda de otro Hércules y tras dos intentos fallidos logró cargar combustible. Faltaba la mitad del viaje. El piloto les anticipó que había un poco de brisa desde el oeste. Nada de qué preocuparse. El tiempo era bueno. Seis horas después se colocaron su paracaídas y sus salvavidas y los ocho hombres saltaron desde 370 metros junto a sus armas y las mochilas. Desde el avión después les tiraron las cajas con pertrechos de guerra, que recuperaron en el mar.

La Operación Plum Duff cruzaba al hemisferio sur por primera vez. Estaban dispersados por las olas, a 60 millas al norte de Puerto Argentino, pero todavía lejos del continente. El rescate se demoró. Esperaron más de media hora la llegada del buque de auxilio Fort Austin para levantarlos del agua congelada. Legg lamentó no haber pedido trajes de neoprene para su grupo.

Desde el Fort Austin volaron en helicóptero hasta el Hermes. En el portaviones se conformaría la tripulación que los trasladaría al continente. Se les ofreció a los pilotos del Sea King postularse como voluntarios. Algunos acababan de regresar de la isla Borbón y mantenían el entusiasmo por el éxito de la operación. Pero, si para esa misión habían vuelto al Hermes, la misión Pluff Duff no tenía la posibilidad de llegar al continente y regresar. Era lo más parecido a un sacrificio humano. Y también material. El almirante Woodward ordenó que utilizaran el modelo más antiguo del Sea King. El piloto de mayor graduación del escuadrón de transporte aéreo, Bill Pollock, lo convenció de que les permitiera utilizar la versión más moderna, el Sea King 4. Legg entendía que en el vuelo al continente se sacrificaría a tres pilotos, al Escuadrón B, además del helicóptero. Pero la superioridad creía que este sacrificio no representaba un costo alto frente a la posibilidad de poner en riesgo el resultado de la batalla. Aunque el éxito de la misión fuera mínimo, el sacrificio debía realizarse.

sábado, 7 de noviembre de 2020

SGM: Filmación a color de los bombardeos sobre Tokio

Cazabombardero: Mitsubishi F-2 (Japón)


Caza de apoyo cercano y anti-navío

Mitsubishi F-2


Military Today




El Mitsubishi F-2 ilustra el compromiso de Japón de mantener su industria aeroespacial de alta tecnología



País de origen Japón
Entró en servicio 2001
Tripulación 1 hombres

Dimensiones y peso

  • Longitud 15,52 m
  • Envergadura de ala 11,13 m
  • Altura 4,69 m
  • Peso (vacío) 9.53 t
  • Peso (despegue máximo) 22,1 t

Motores y rendimiento

  • Motores 1 x Turbofan General Electric F110-GE-129
    Tracción (seco / con postcombustión) 75,62 / 131,22 kN
  • Velocidad máxima 2125 km / h
  • Radio de combate> 843 km

Armamento

  • Cañón 1 cañón de 20 mm JM61A1
  • Misiles Misiles antibuque ASM-1/2, misiles aire-aire AIM-7F / AIM-7M + Sparrow, AIM-9L o AA-3 +
  • Bombas Bombas de caída libre Mk.82 y JM117 con cabezales buscadores infrarrojos, bombas de racimo CBU-87 / B
  • Otros lanzadores de cohetes JLAU-3 / A y RL-4




En octubre de 1987, Japón seleccionó el F-16C Fighting Falcon como base para una versión muy desarrollada para reemplazar al Mitsubishi F-1, principalmente en el papel de apoyo de combate. Aunque es un programa costoso y controvertido (un F-2 cuesta al menos lo mismo que cuatro F-16C del bloque 52/52), el F-2 ilustra el compromiso de Japón de mantener su industria aeroespacial de alta tecnología.



El F-2 presenta una nueva ala de un área un 25% mayor y una construcción totalmente compuesta, curada conjuntamente, con material absorbente de radar en los bordes de ataque. Para albergar aviónica de misión adicional que incluye un sistema de guerra electrónico integrado, el fuselaje del F-2 tiene una sección delantera alargada en comparación con el F-16C. Otras características incluyen un morro más largo para acomodar un radar avanzado de matriz en fase activa, un plano de cola más grande, una rampa de freno y una capota reforzada. El Mitsubishi F-2 fue el segundo avión producido en serie en el mundo, después del MiG-31 soviético, equipado con un radar de matriz en fase.



Mitsubishi es el contratista principal responsable del ensamblaje de la estructura del avión, así como de la fabricación de la sección delantera del fuselaje, mientras que los otros ensamblajes principales son producidos por Lockheed Martin, Kawasaki y Fuji. Con los misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder montados en la punta del ala o Mitsubishi AAM-3, el F-2 todavía tiene 11 puntos de seguridad disponibles para otras tiendas, incluido el misil antibuque ASM-2 como una de las armas principales. . El programa F-2 ha sufrido largas demoras, escalada de costos y una serie de problemas estructurales que incluyen grietas en las alas y aleteo severo. Se han construido cuatro prototipos que comprenden dos XF-2A de un solo asiento y un par de XF-2B de dos asientos.



El primer XF-2A registró el vuelo inaugural del tipo el 7 de octubre de 1995. A finales de 1995, el gobierno japonés aprobó un programa para la fabricación de 130 aviones con un planificador de entrada en servicio para 1999. Los retrasos resultantes de las modificaciones para solucionar problemas estructurales retrasaron el F -2 de entrada en servicio operativo hasta 2001. El programa de producción actual requiere la producción de 83 monoplazas F-2A y 47 biplazas F-2B. Manteniendo la capacidad de combate completa, estos tienen una capacidad de combustible reducida en 685 litros. Los F-2B se utilizarán para la conversión y el entrenamiento de competencia, reemplazando a los Mitsubishi T-2.



General Electric, Kawasaki, Honeywell, Raytheon, NEC, Hazeltine y Kokusai Electric se encontraban entre los subcontratistas de componentes principales. Lockheed Martin suministró el fuselaje de popa, los listones de vanguardia, el sistema de gestión de almacenes, un gran porcentaje de cajas de alas (como parte de acuerdos de transferencia de tecnología bidireccional) y otros componentes. Kawasaki construyó la sección media del fuselaje, así como las puertas de la rueda principal y el motor, mientras que el fuselaje delantero y las alas fueron construidos por Mitsubishi. La aviónica fue suministrada por Lockheed Martin, y el sistema digital fly-by-wire fue desarrollado conjuntamente por Japan Aviation Electric y Honeywell (anteriormente Allied Signal). Los contratistas de los sistemas de comunicación y los interrogadores IFF incluyeron: Raytheon, NEC, Hazeltine y Kokusai Electric. El montaje final se realizó en Japón, por MHI en sus instalaciones de Komaki-South en Nagoya.



Las alas más grandes dan al avión una mejor carga útil y maniobrabilidad en proporción a su empuje, pero también tienden a agregar peso a la estructura del avión de varias maneras. Más peso puede tener efectos negativos en la aceleración, el ascenso, la carga útil y el alcance. Para hacer las alas más grandes más livianas, la piel, los largueros, las costillas y la tapa de las alas se hicieron con un compuesto epoxi de grafito y se curaron conjuntamente en un autoclave. Esta fue la primera aplicación de tecnología co-curada a un caza táctico de producción. Esta tecnología para las alas encontró algunos problemas iniciales, pero demostró ser un uso de vanguardia de una tecnología que brinda ahorro de peso, rango mejorado y algunos beneficios de sigilo. Esta tecnología se transfirió luego a Estados Unidos, como parte de la asociación industrial del programa.



Diferencias del F-2 respecto al F-16:

  • Un 25% más de superficie alar.
  • Uso de materiales compuestos para reducir el peso total y la firma electromagnética del radar.
  • Un morro más largo y ancho para acomodar un radar del tipo "phased-array".
  • Tren de aterrizaje más grande.
  • Estabilizador horizontal más grande.
  • Toma de aire más grande.
  • Ordenadores de a bordo, sistemas de ataque y otros elementos de aviónica desarrollados por NEC y Kokusai Electric
  • Potenciales capacidades furtivas para misiones de combate furtivo
  • Cúpula de cabina de 3 piezas.
  • Capacidad para cuatro misiles ASW, ASM-1 o ASM-2, cuatro AAMs, tanques de combustible adicionales.







viernes, 6 de noviembre de 2020

Intendencia: Ración de combate del ejército araucano



CAS sobre ambientes con altas amenazas

El mito del apoyo aéreo cercano de alta amenaza

Mike Pietrucha || War on the Rocks





El apoyo aéreo cercano (CAS) es la acción aérea de aviones de ala fija y de ala giratoria contra objetivos hostiles que están muy cerca de las fuerzas amigas y requiere una integración detallada de cada misión aérea con el fuego y el movimiento de esas fuerzas.

Publicación conjunta del Departamento de Defensa 3-09.3


El retiro (eventual) del A-10 Warthog ha sido un problema desafiante para la Fuerza Aérea. El plan original para reemplazar el A-10 por completo con F-35 se ha quedado en el camino, respaldado por la realidad de que los despliegues de combate extendidos sufridos por la fuerza de combate / ataque nunca se imaginaron cuando se tramó el plan F-35. Veinticinco años de conflicto continuo, la mayoría de ellos de naturaleza irregular, han puesto de relieve la utilidad de un avión polivalente relativamente lento y fuertemente armado. Nuestras operaciones durante las últimas décadas han sido en gran parte muy similares al tipo de demandas de contrainsurgencia que llevaron al requisito de un nuevo avión de ataque (entonces llamado A-X) en 1966.

A medida que la Fuerza Aérea se ha movido hacia la posición de que es necesaria una aeronave de ataque de reemplazo (A-X2 u OA-X), sigue surgiendo un problema persistente: ¿Qué tipo de aeronave podría realizar CAS de “alta amenaza”? En un supuesto entorno donde las defensas aéreas son demasiado letales para que el A-10 sobreviva, ¿no sería el F-35 una mejor alternativa? La pregunta en sí misma destaca una tendencia persistente en el desarrollo del concepto de la Fuerza Aérea: un conjunto mítico de condiciones que es altamente improbable, fundamentalmente no creíble, basado en un malentendido de la amenaza aérea o, en este caso, las tres. No hay argumentos razonables para que una aeronave pueda sobrevivir en un entorno CAS de alta amenaza, porque no hay ningún caso creíble que demuestre que ninguna aeronave pueda sobrevivir en tal entorno. No es que no sea necesario aplicar el poderío aéreo en un entorno así. Más bien, es que tener una necesidad no equivale a entregar una capacidad. La idea de que la Fuerza Aérea puede ofrecer un CAS efectivo en un entorno altamente disputado es un mito, uno del que la Fuerza Aérea estaría bien si se desharía de él.

Un entorno desafiante

Un entorno CAS de alta amenaza implica una situación sin precedentes en la historia de la Fuerza Aérea. En este escenario, las fuerzas terrestres de EE. UU. necesitan apoyo de fuego aéreo mientras están bajo el paraguas de la defensa aérea del adversario. Las defensas aéreas son tan severas que los jets de aluminio heredados son inútiles. Solo los aviones furtivos o las municiones de combate pueden salvar el día de la asediada infantería. En este escenario se introducen varios conceptos potenciales, incluido el F-35 en un papel de CAS, el concepto de "CAS centrado en armas" y el uso omnipresente de armas de enfrentamiento para proporcionar disparos de respuesta a gran distancia. Aparte del hecho de que este tipo de apoyo de fuego se proporciona mejor con artillería de largo alcance, la idea de que el CAS pueda llevarse a cabo en un entorno así falla en dos frentes: es extremadamente improbable que tengamos fuerzas terrestres en esta condición, y el entorno postulado es demasiado letal incluso para aviones furtivos.

Durante más de una década, ha prevalecido la idea de que el análisis de amenazas "basado en capacidades" podría proporcionar una entrada válida para la planificación de la defensa. En ausencia de una estrategia definida, un planificador podría simplemente emparejar adversarios en algún lugar del mundo con capacidades, también disponibles en algún lugar, para crear una nueva amenaza contra la cual se podría desarrollar la estrategia de defensa. Un enfoque perezoso para la planificación estratégica, permite la combinación ridícula de "uno de la columna A y uno de la columna B" adversarios y capacidades. La realidad está más restringida. Solo Rusia y China tienen la estructura y el diseño de la fuerza que representan una amenaza sustancial de esta naturaleza. Las defensas aéreas de Irán no han adoptado en gran medida una doctrina de movilidad, y si Corea del Norte alguna vez se lanza a la ofensiva, sus SAM de radar se quedarán donde están.

Con esa base en la realidad, la pregunta de seguimiento permanece: ¿En qué condiciones podríamos ver una demanda de CAS? Con respecto a China, la respuesta es sencilla. No lo haremos. No hay fuerzas terrestres estadounidenses estacionadas en posiciones en las que estén en peligro de ser invadidas por el Ejército Popular de Liberación. No vamos a realizar nunca un desembarco anfibio en China continental y, si lo hicimos, ninguna cantidad de CAS salvará a esos marines de una rápida aniquilación. La idea de que podríamos empujar una fuerza de aterrizaje a través de un entorno de defensa aérea es ridícula a primera vista, y nunca se ha hecho. Cualquier expectativa de que China repita la Guerra de Corea y se una a un ataque norcoreano en el sur es igualmente improbable. Si nos enfrentamos a un entorno de CAS de alta amenaza, no será contra China.

El resurgimiento de Rusia ofrece una delgada caña a la que agarrar a los proveedores del escenario de alta amenaza. Los rusos podrían invadir uno de los equipos de combate de la brigada del ejército de los Estados Unidos estacionados permanentemente en el Báltico. Excepto que no hay ninguno. El ejército de EE. UU. En Europa está tan agotado que enumera dos divisiones estadounidenses en su página de inicio. Esto se justifica por la idea de que la 3ª y la “4ª División de Infantería es una fuerza asignada regionalmente, o fuerza basada en CONUS que cae bajo el control operativo de USAREUR cuando se despliega en el teatro europeo”. Lamentablemente, no es probable que la tercera identificación (Georgia) y la cuarta identificación (Colorado) lleguen a tiempo para salvar el día. El poder de combate terrestre en Europa se limita al 2º Regimiento de Caballería en Alemania y la 173ª Brigada Aerotransportada en Italia. Eso es un regimiento y una brigada, ninguno de los cuales tiene una ruta terrestre a los estados bálticos. Y seamos realistas: cualquier entorno lo suficientemente malo como para evitar que los jets de aluminio proporcionen CAS no permitirá que los aviones de transporte aéreo caigan infantería aerotransportada o permitir el paso del transporte marítimo empaquetado hasta la borda con vehículos blindados Stryker.

Las circunvoluciones lógicas necesarias para colocar a las fuerzas estadounidenses en una posición en la que se requiere CAS en un entorno de alta amenaza son exageradas. Requieren la presencia de fuerzas de combate desplegadas en el frente en peligro de ser atacadas por Rusia o China con poca antelación o la existencia de una entrada forzada conjunta en los dientes de las defensas avanzadas. Ninguna condición es creíble.

 

La evolución de la defensa aérea divisional

La Fuerza Aérea nunca ha hecho nada que se parezca a CAS de alta amenaza en un entorno moderno. Podría decirse que nunca ha hecho CAS dentro de un entorno de defensa aérea intacto. Ciertamente ha habido amenazas a los aviones CAS. Es una misión peligrosa que a menudo implica holgazanear sobre las fuerzas terrestres enemigas. El conjunto de datos moderno más grande se proporcionó en la Operación Tormenta del Desierto, donde las formaciones del Ejército Iraquí y la Guardia Republicana perdieron su cobertura SAM estratégica y la mayoría de sus pocos sistemas de radar, pero continuaron representando una amenaza con misiles IR y artillería antiaérea (AAA).

Cuando se diseñó el A-10, la principal amenaza AAA planteada por una división de rifles motorizados soviéticos era la ametralladora pesada de 14,5 mm, que estaba apuntada visualmente. La amenaza de 23 mm estuvo presente en pequeñas cantidades. Cada división tenía cuatro pelotones de 4 vehículos del tanque antiaéreo ZSU-23-4 Shilka, que tenía su propio radar de control de fuego acoplado con cuatro cañones automáticos de 23 mm. También se esperaba una pequeña cantidad de cañones de 57 mm con objetivo visual, junto con los misiles tierra-aire (SAM) de búsqueda de calor SA-7 y SA-9. Los SAM de radar SA-6 entraron en producción en 1967, antes de que se formalizara el concepto A-X. Como se ha demostrado ampliamente en combate, esta combinación de armas puede derribar aviones, aunque el A-10 demostró ser extraordinariamente resistente.

Pero los diseñadores soviéticos no estaban impresionados por su propio cañón de 23 mm y por los misiles Gainful del SA-6. Incluso antes de que los sistemas egipcios Shilka y SA-6 Kub devastaran aviones israelíes de vuelo bajo sobre el Sinaí en 1973, los soviéticos se estaban moviendo hacia armas más pesadas y SAM más letales. La ronda de 23 mm se abandonó en gran medida a favor del cañón de 30 mm, y el Tunguska se entregó al Ejército Rojo mientras el A-10 todavía estaba en producción. El Tunguska era todo lo que el Shilka quería llegar a ser: tenía cuatro cañones de 30 mm, un radar de adquisición para ir con el radar de control de fuego HOT SHOT y cuatro (que pronto serán ocho) misiles de radar SA-19 ​​en los lados del torreta. El sistema de mira óptica incorporó una cámara térmica. Un artillero de Tunguska tenía muchas opciones en lo que respecta a la selección de armas, y fue bendecido con una ronda que pesaba el doble que el cañón de 23 mm con la mitad de la velocidad de salida.

De manera similar, el SA-11 Buk fue una mejora sustancial sobre el SA-6, agregando más misiles con mejores capacidades y cuadruplicando el número de radares de seguimiento de objetivos en la batería. Tenía un alcance más largo, radares más elegantes, una recarga más rápida y una capacidad nocturna óptica de la que carecía el SA-6. Entró en servicio cuando el A-10 estaba a la mitad de su ciclo de producción.

La amenaza de defensa aérea planteada por los chinos y rusos solo empeoró después de la Tormenta del Desierto en 1991. Los diseñadores rusos y chinos vieron el efecto de las armas de precisión y eligieron intentar interceptarlas también. El SA-15 Tor ruso y el SA-22 Pantsyr anunciaban capacidad anti-municiones. Los chinos jugaron otro truco al tomar sistemas de armas navales diseñados para defender barcos y colocarlos en camiones. Para colmo de males, el sistema LD-2000 es un cañón Gatling de siete cañones controlado por radar derivado del portero holandés, que utiliza el mismo cañón GAU-8A incrustado en el A-10. Un cañón diseñado para destruir tanques medianos (al menos desde un costado) es un arma antiaérea excelente, y con un buen control del fuego es absolutamente capaz de atacar municiones. Estos ejemplos de sistemas no están aislados; al menos en Rusia y China, las capacidades de contra municiones se han vuelto omnipresentes entre las unidades de defensa aérea asignadas para proteger las fuerzas terrestres en movimiento.

Conceptos defectuosos

Los conceptos modernos de CAS de alta amenaza promulgados dentro de la Fuerza Aérea fallan en gran medida en el objetivo porque conceptualizan un entorno de defensa aérea que se aleja de la realidad. Si los chorros de aluminio no pueden llegar al objetivo, tampoco lo harán las armas de aluminio y acero. Incluso las cacareadas capacidades de furtividad de Estados Unidos no sirven en absoluto al alcance de las armas. La curva de rango de detección para el SA-22 en la Figura 1 demuestra rendimientos decrecientes, incluso reduciendo la sección transversal del radar al objetivo a una espectacular diezmilésima parte de un metro cuadrado (una décima parte de una langosta de alas azules) todavía permite que el SA- 22 radar para rastrear a distancias de tiro.




El problema de la furtividad del radar es en sí mismo una pista falsa. Un oficial de la Fuerza Aérea de los EE. UU. afirmó recientemente que el F-35 realizaría CAS usando métodos que le permitirían vagar por el campo de batalla a una altitud media, localizando y apuntando a los SAM "sin que la amenaza supiera que estoy allí", esencialmente afirmando que podría mezclar la supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD) y CAS juntos en un avión invisible de un solo asiento merodeando en un espacio aéreo hostil. Esto en una aeronave de tamaño mediano de color oscuro que tiene un escape lo suficientemente caliente como para derretir cubiertas de acero, y solo contra operadores SAM lo suficientemente estúpidos como para encender sus radares antes de tener un objetivo. Los SAM y los AAA guiados por radar casi siempre atacan desde una emboscada, y pueden recibir señales de otros radares, sensores ópticos o de calor, o personas con oídos y un par de globos oculares Mk 1. No todos los sistemas están guiados por radar y algunos solo pueden ser localizados por el escape del misil o el destello de la boca, momento en el cual ya han disparado.

En Desert Storm, la amenaza del radar se neutralizó de manera efectiva en 72 horas, dejando las armas y los SAM que buscan calor en funcionamiento (son efectivamente imposibles de suprimir) y capaces de impactar aviones. La gran mayoría de los aviones impactados en la Tormenta del Desierto fueron alcanzados en el área objetivo, y la mayoría de los impactos fueron en aviones que merodeaban sobre las tropas terrestres iraquíes (A-10, OV-10, AV-8 y F-18).
 


Figura 2: Aeronave perdida y dañada por fase de vuelo, Guerra del Golfo

Las aeronaves que normalmente merodeaban buscando objetivos se trataban como si estuvieran "en el área objetivo"; esto cubría todas las tareas de Interdicción aérea del campo de batalla (BAI), CAS y Control aéreo avanzado (FAC), además de las tareas de interdicción A-10, AV-8B y Marine F / A-18. Escondido en estos datos está el hecho de que la mayoría de los aviones que fueron atacados con éxito estuvieron expuestos a impactos porque realizaron repetidos ataques en un área objetivo o merodearon en el área de amenaza cerca de las tropas terrestres. Esta es la realidad de la misión CAS: merodear en las cercanías de tropas protegidas por defensas aéreas terrestres.

La ampliación del conjunto de datos para incluir todos los aviones de combate de ala fija de la OTAN para todos los conflictos desde las Malvinas revela que incluso un entorno CAS benigno no es benigno. Las salidas de CAS y BAI cuentan para más aviones impactados que las salidas de interdicción, aunque las salidas de interdicción son mucho más comunes.
 


Figura 3: Pérdidas y daños por misión, todas las naciones de la OTAN, 1982-1999.

En pocas palabras, los aviones que merodean sobre densas concentraciones de sistemas de defensa aérea serán alcanzados. Las defensas aéreas son más letales que nunca. Por lo tanto, es probable que un avión que realice CAS tradicional en un entorno de defensa aérea evolucionado sea alcanzado. Como mínimo, esto significa que vuela a casa, pero contra una amenaza moderna, es más probable que signifique que la tripulación regresa a casa. Las defensas aéreas tácticas rusas y chinas son totalmente capaces de atacar objetivos merodeadores y sus municiones, y los objetivos que sean alcanzados no podrán ignorar el daño.

Envolver

En ciertos entornos, CAS no es una opción práctica, ya sea de manera tradicional o dentro de un concepto tácticamente cuestionable en el que las armas se lanzan desde afuera. Incluso los aviones furtivos, tal como existen actualmente, no están diseñados para este entorno y se encuentran en una seria desventaja contra las defensas aéreas de corto alcance, incluso si los interceptores y SAM de largo alcance se neutralizan o suprimen. Esta condición presagia las condiciones que probablemente prevalecerán si las armas de energía dirigida salen al campo en gran número y donde simplemente volar a la vista de un arma de energía de defensa aérea puede ser imposible.

Aceptar que algunas misiones son efectivamente imposibles es un resultado aceptable, porque las condiciones bajo las cuales podría requerirse CAS de alta amenaza son poco probables. Este es uno de esos casos en los que incluso un defensor desvergonzado del poder aéreo como yo puede tener que admitir que hay casos en los que el poder aéreo no solo no es la mejor opción, sino que puede que no sea una opción práctica en absoluto. El entorno de alta amenaza puede, de hecho, ser el mejor argumento para la artillería de precisión terrestre o marítima, que vuela más rápido, se puede concentrar de manera más efectiva, está menos sujeta a intercepciones y es sustancialmente más barata que cualquier artillería convencional lanzada por aire. opción. Es absolutamente innecesario que la Fuerza Aérea busque una capacidad costosa, tecnológicamente desafiante, tácticamente imposible de ejecutar y estratégicamente inviable que duplique innecesariamente las capacidades de artillería residentes en los otros servicios. Si el Ejército o la Infantería de Marina creen que necesitan fuego de apoyo en un entorno donde es probable que incluso las armas lanzadas desde el aire sean interceptadas, entonces se les debe alentar a invertir en sus capacidades de artillería. Para la Fuerza Aérea, argumentar que el poderío aéreo puede ser eficaz en la ejecución de CAS de alta amenaza no es una historia creíble y podría generar una desviación innecesaria e improductiva de recursos escasos. Hay otros problemas que resolver con el poder aéreo.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Nagorno-Karabakh: UCAV azerí destroza Smerch armenio

Frente congelado: La actualidad del Frente Polisario vs Marruecos

Guerra congelada: el conflicto entre Marruecos y el Polisario

Por Jonathan Helton || Small Wars Journal



Resumen
Un conflicto africano que constantemente pasa desapercibido es la lucha entre Marruecos y el Frente Polisario por el territorio del Sahara Occidental. Esta lucha se remonta a la Guerra Fría y reflejó las alianzas de la Guerra Fría a lo largo de su duración. Con la caída de la Unión Soviética, el Frente Polisario encontró cada vez menos aliados. Desde principios de la década de 1990, este conflicto se ha mantenido en hielo militarmente, en parte gracias a la intervención de la ONU. A pesar de algunos estallidos, la batalla por el Sáhara Occidental se ha trasladado al ámbito de la diplomacia y el diálogo. Aún así, las negociaciones entre las dos partes hasta ahora no han logrado llegar a un acuerdo. Para agravar los fracasos se encuentran las crisis de refugiados que duran décadas y los abusos persistentes contra los derechos humanos. La preocupación entre algunos miembros del Frente Polisario podría llevar a un resurgimiento del conflicto armado, por lo que los espectadores internacionales y las partes interesadas deben revisar las soluciones a corto y largo plazo antes de que se reactive este conflicto.


Introducción

El conflicto Polisario-Marroquí es una lucha de décadas por la colonización y la autonomía que se remonta a las alianzas de la Guerra Fría. En muchos sentidos, es un remanente de las líneas de batalla de la Guerra Fría, congelado durante años. Esta disputa ha desplazado a miles, creando una crisis de refugiados casi permanente en la vecina Argelia. Marruecos ha reclamado durante mucho tiempo al Sáhara Occidental como su territorio legítimo. El Polisario, por el contrario, cree que debería gobernar el Sáhara Occidental como su propio estado. Si bien las Naciones Unidas han ofrecido varias soluciones, hasta el momento ninguna se ha materializado.

Incluso en esta guerra congelada, las tensiones siguen calientes, con ambos lados insatisfechos con el status quo. Lo que está en juego incluye los recursos naturales del Sáhara Occidental y una cuestión de la vida de miles de saharauis. A falta de una solución viable, la comunidad internacional debería esperar que este conflicto siga como está: congelado.

Historia


Antes de 1991

El Sáhara Occidental se convirtió en el punto focal de una disputa regional en la década de 1970. Marruecos presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia en 1974. Pidieron que la corte determinara que el Sáhara Occidental, una colonia española en ese momento, era una parte legal de Marruecos. En una decisión empantanada en la política de la Guerra Fría, la corte no falló a su favor, sino que encontró que había tribus locales hipotéticamente capaces de gobernarse a sí mismas. Marruecos rechazó en gran medida esta participación. En 1975, después de que miles de marroquíes desarmados ingresaran al Sáhara Occidental durante la "Marcha Verde", España llegó a un acuerdo con Marruecos y Mauritania: el territorio se dividiría entre ellos [1]. España se fue a principios de 1976. [2]

Una vez que España renunció a su control, se produjo una breve apropiación de tierras. Si bien el acuerdo otorgó a Mauritania y Marruecos poderes administrativos sobre el Sáhara Occidental, Mauritania cedió sus derechos en 1979. El joven Frente Polisario, fundado en 1973, también quería una participación. Este grupo de separatistas saharauis respaldado por Algerain declaró a Marruecos Occidental como la República Democrática Africana Saharaui (RASD) en 1976, un día después de que España retirara las últimas tropas. [3] El Polisario también recibió el respaldo de otros estados alineados con la Unión Soviética, como Cuba y la URSS. Esto se yuxtapuso a la alineación de Marruecos con las potencias occidentales de la Guerra Fría.

La guerra resultante de 16 años entre las dos partes mató a alrededor de 11.000 soldados del Polisario y marroquíes y a miles de civiles. Muchos más saharauis huyeron a Argelia como refugiados [4]. Mientras libraban la guerra sobre el terreno, ambos bandos actuaban diplomáticamente. El Polisario logró avances en la geopolítica africana. El precursor de la Unión Africana, la Organización de la Unidad Africana, admitió a la RASD como gobierno legítimo del Sáhara Occidental en 1982. Marruecos abandonó la organización dos años después. Por su parte, Marruecos comenzó a dividir el Sáhara Occidental en la década de 1980 con una berma, con minas, alambres de púas y patrullas. Los Estados Unidos prestaron apoyo técnico a Marruecos mientras completaban este proyecto. [5]La última gran ofensiva del Polisario en 1989 llevó a la ONU a intervenir. En 1991, el Consejo de Seguridad formó la MINURSO, formalmente la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sáhara Occidental. Su objetivo era proporcionar un referéndum sobre la independencia para los nativos del Sáhara Occidental. Los obstáculos logísticos han plagado a la MINURSO y aún no se ha celebrado un referéndum, aunque las fuerzas de paz de la ONU asociadas con la misión hasta ahora han visto relativamente poca violencia. [6]

Después de 1991

Hoy en día, el ejército de Marruecos cuenta con unos 300.000 alistados en servicio activo. Poseen varios cazas y helicópteros de ataque, así como alrededor de 1.400 tanques [7]. Sin duda, Estados Unidos proporcionó algunas de estas armas, ya que respaldó la campaña de Marruecos contra el Polisario durante la Guerra Fría [8]. La fuerza del Polisario asciende actualmente a varios miles. Un informe de la CIA de 2011 enumeró que el Polisario tenía alrededor de 70 tanques y varias docenas de vehículos de combate blindados en ese momento [9].

La esperanza de vida sigue siendo baja en el Sáhara Occidental y está muy por detrás de la de Marruecos: 64,5 en comparación con 73,3 [10]. La mortalidad infantil también es alta, 48 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. En general, la economía es pequeña y el PIB per cápita es igualmente bajo, alrededor de $ 2.500. [11] Estas cifras incluyen toda la masa continental y no están divididas por la entidad controladora. Sin embargo, el lado oeste de la berma se ha comportado relativamente bien, en parte gracias a la inversión marroquí en la zona. El gobierno de Marruecos inició un paquete de inversión de 609 millones de dólares en 2015. [12]

El Sáhara Occidental tiene algunos recursos naturales. Tanto sus pesquerías como sus minas de fosfato son relativamente importantes. En 2019, se exportaron del territorio $ 90 millones en fosfato. [13] Marruecos se ha enfrentado a presiones legales sobre estas exportaciones, ya que algunos cuestionan su autoridad para vender recursos del área en disputa. En el lado este de la berma, muchos residentes viven a duras penas una vida nómada, pastoreando camellos y viajando en busca de agua.

La berma, iniciada en 1981, ha dividido el Sáhara Occidental desde 1987. Esta barrera de arena de 1.700 millas bifurca la gobernanza del territorio; Marruecos ahora controla más de dos tercios del Sahara Occidental y sus ciudades más grandes, mientras que el Polisario gobierna el árido remanente. Marruecos también posee la ciudad más grande y antigua capital del Sáhara Occidental, El Aaiún. [14]



Figura 1: La berma
Fuente: Cornell Journal of Law and Public Policy

La berma está rodeada de artefactos explosivos sin detonar (MUSE) de la guerra. Es el campo minado más largo que existe. [15] Todavía hay 9 millones de municiones sin detonar, minas terrestres y restos explosivos de guerra (REG) en el área alrededor de la berma. [16] Action on Armed Violence (AOAV) ha eliminado miles de ordenanzas del lado Polisario de la berma. También capacitaron al Centro Saharaui de Coordinación de Acción contra las Minas del grupo Polisario en técnicas de remoción de ordenanzas, y el grupo ha tomado la iniciativa en la limpieza de la zona de municiones sin detonar. Además de sus esfuerzos de remoción, AOAV estableció cooperativas para los heridos o muertos por las minas terrestres, proporcionando micro-donaciones a los sobrevivientes [17]. El Servicio de Acción contra las Minas de la ONU también ha capacitado a la población local, ha retirado explosivos y ha prestado asistencia a los sobrevivientes [18].

Desde el alto el fuego, nadie ha muerto en un enfrentamiento militar [19]. Sin embargo, las tensiones entre las dos partes no siempre han sido estables. Un incidente de 2001 vio a miles de combatientes del Polisario tomar posiciones cerca de la berma, gracias a un disparo de un soldado marroquí y una carrera anual, el rally París-Dakar [20]. En 2010, la seguridad marroquí mató al menos a 11 manifestantes saharauis, mientras que las fuerzas de seguridad sufrieron al menos 8 bajas. Este incidente ocurrió después de que los agentes de seguridad derribaran una ciudad de tiendas de campaña al sur de El Aaiún [21].

Otro incidente en 2016 casi se volvió letal. Después de la muerte del líder del Polisario, Mohamed Abdelaziz, en mayo de 2016, el nuevo líder, Brahim Ghali, mostró su inclinación por la confrontación. Ese agosto, Marruecos desplegó tropas en Guerguerat, una región cercana a la berma, para vigilar la construcción de una carretera allí. Como la región de Guerguerat es una zona neutral, Ghali consideró que se trataba de una violación del acuerdo de alto el fuego y envió combatientes del Polisario a la zona [22]. Siguió un enfrentamiento. Hoy, este enfrentamiento de Guergeerat aún no se ha resuelto, y la ONU vacila en intervenir. [23] No se han producido víctimas debido a estas hostilidades, pero las escaramuzas amenazan con reavivar la violencia.

Si bien el conflicto se ha mantenido en el hielo militarmente, ambas partes son políticamente activas y utilizan la diplomacia como herramienta. Desde su salida de la Organización de la Unidad Africana, [24] Marruecos ha encontrado varias potencias continentales, como sus rivales a largo plazo Argelia, Sudáfrica y Nigeria, oponiéndose a su política del Sáhara Occidental. [25] Recientemente, sin embargo, Marruecos ha empleado una amplia diplomacia. El rey Mohammed VI se embarcó en una gira por África en 2014. Esta misión diplomática continuó intermitentemente durante los próximos años. El rey Mohammed completó docenas de acuerdos comerciales, agrícolas y religiosos con varios países durante la gira. Terminó un mes antes de la readmisión de Marruecos en la Unión Africana en enero de 2017 [26]. Marruecos ahora ha obtenido el apoyo de 28 países de la UA para solicitar la eliminación de la RASD del foro. Incluso países no africanos como El Salvador y Barbados retiraron su apoyo a la RASD. [27]

Por su parte, el Polisario ha visto cómo su posición internacional se vuelve cada vez más frágil. A pesar de recibir el respaldo de Rusia, Cuba y otros estados comunistas durante la Guerra Fría, [28] ahora se encuentra con escasos aliados. Argelia, su patrocinador desde hace mucho tiempo, sigue siendo fiel, proporcionando campamentos para refugiados saharauis, mientras que Sudáfrica se apoderó de un barco marroquí que transportaba fosfatos del Sáhara Occidental frente a sus costas en 2017 [29]. La RASD sigue siendo miembro de la Unión Africana, pero tiene poca influencia a nivel organizativo. Los estados africanos individuales continúan apoyando a la RASD, prolongando la división continental sobre el tema. [30] El hecho de que Marruecos haya recibido respaldo para la expulsión de la RASD dice mucho de la influencia cada vez menor del Polisario.

Sin embargo, los asuntos internacionales no han sido una victoria absoluta para Marruecos. En 2016, por ejemplo, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas rechazó el argumento de que un acuerdo comercial UE-Marruecos se aplicaba a los productos del Sáhara Occidental. En cambio, el TJCE respaldó una sentencia similar de 2015 sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental. Ambos fallos sostuvieron que el Sáhara Occidental no era territorio marroquí y, por tanto, ninguno de sus productos podía fluir a través de acuerdos comerciales marroquíes. [31] Estos fallos se produjeron cuando Marruecos tuvo una disputa con la ONU, expulsando a varios miembros del personal después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, calificara al gobierno marroquí de "una ocupación". El portavoz de Moon se disculpó más tarde. [32]

Refugiados, desvío de ayuda y derechos humanos

Dos cuestiones que complican la resolución de la disputa son la situación de los refugiados en Tinduf y el frecuente desprecio de Marruecos por los derechos humanos. Si bien el desacuerdo ideológico entre Marruecos y el Polisario debe eventualmente superarse, la resolución de estos dos problemas podría hacer que las negociaciones entre los grupos tengan más probabilidades de llegar a un acuerdo.

La situación de los refugiados en Argelia ha hecho metástasis en los últimos años. Quizás haya 40.000 refugiados viviendo en campamentos en Argelia [33], aunque algunos creen que el número podría llegar a 125.000. [34] Entre el 20 y el 50 por ciento de estos son saharauis, mientras que el resto son refugiados de Mauritania, Mali, Chad y otros países cercanos. Argelia ha bloqueado persistentemente el acceso a los campamentos, por lo que el personal de mantenimiento de la paz de la ONU y otros observadores externos no pueden obtener fácilmente estimaciones fiables [35]. En 2018, sin embargo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados obtuvo una estimación de 173.600 refugiados saharauis [36].

Muchos de estos refugiados se concentran en la región de Tinduf, que se encuentra al noreste del Sahara Occidental y es el lugar de la "Guerra de la Arena" de 1963. Esta serie de batallas entre Marruecos y la Argelia poscolonial resultó en un empate, con Argelia reteniendo Tinduf y el área circundante. [37] Hoy, Tinduf es el hogar de miles de refugiados saharauis, muchos de los cuales han vivido allí desde antes del alto el fuego de 1991. Algunos niños nacidos de refugiados han vivido su vida en el limbo de los campamentos, donde el desempleo es alto y la comida escasea. El desierto circundante hace casi imposible ganarse la vida de la tierra. En el Sáhara Occidental, la situación es un poco mejor, donde los residentes no califican para recibir ayuda y deben vivir como nómadas [38]. "No hay esperanza", dijo un joven de Tinduf a Deutsche Welle. [39]

La ayuda humanitaria agrava la escasez de los campamentos. Si bien la ayuda debería ser un lado positivo, a menudo se apropia indebidamente. Se sabe que Argelia grava la ayuda que llega para los refugiados, mientras que el Polisario ha sido acusado de robar ayuda y usarla para comprar armas. Se ha descubierto ayuda alimentaria en los mercados de los países vecinos, hecho que han confirmado los ex dirigentes del Polisario. [40] La beligerancia de Argelia es una de las razones por las que a menudo se roba la ayuda. Sin embargo, como el país se niega a permitir un censo independiente, el número de refugiados aumenta a menudo, lo que lleva a los donantes a "alimentar fantasmas". [41] La ayuda adicional se desvía con fines nefastos. Una resolución de la UE propuesta recientemente habría auditado el sistema de entrega de ayuda en Argelia. [42]

El abuso de los derechos humanos es el segundo problema que complica la reforma. Marruecos tiene un historial manchado en lo que respecta al tema. Se ha documentado que sus agentes de seguridad golpearon a activistas saharauis en múltiples ocasiones [43]. Marruecos también ha atacado a periodistas, activistas y otros por expresar opiniones que "ofenden a funcionarios o instituciones públicas". Amnistía Internacional pidió la liberación de varias decenas de presos detenidos injustamente en medio del brote de COVID-19. El rey Mohammed ya ha indultado a varios miles de personas en un intento por limpiar un sistema carcelario superpoblado. [44] En una señal de cierto progreso, Marruecos permitió que un grupo de derechos saharauis se registrara con el gobierno por primera vez en 2015 [45].

Mientras tanto, el otro lado de la berma tiene un historial igualmente desagradable. Aparte de la extorsión de ayuda, la seguridad argelina también ha sido acusada de ejecuciones extrajudiciales [46]. Los operativos del Polisario tampoco son inocentes. El Polisario mantuvo prisioneros de guerra durante 14 años mientras negaba su existencia, [47] y Marruecos ha acusado a Hezbollah de contrabando de armas a combatientes del Polisario (aunque esta afirmación puede ser cuestionable) [48]. Ambas partes se acusan mutuamente de tráfico de drogas [49].

Los jóvenes del Polisario son cada vez más escépticos sobre las operaciones de la MINURSO. "Si esperamos que el Consejo de Seguridad de la ONU realice el referéndum y la libertad de regresar a nuestra tierra, estaremos aquí durante 300 años", dijo un líder juvenil. Algunos quieren volver a tomar las armas contra Marruecos [50]. Algunos se han unido a grupos yihadistas en otras partes de África. [51] La mayoría de los saharauis, sin embargo, no están de acuerdo con los extremistas regionales. “No nos perdonarán por ser un movimiento democrático. No nos perdonarán por tener igualdad para hombres y mujeres ”, dijo a PBS el presidente del Polisario, Mohamed Abdelaziz, en 2013 [52].



Varias organizaciones han ordenado a la ONU imponer un mandato de derechos humanos a la misión de la MINURSO. La mayoría de las demás fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU operan con un orden similar. Estados Unidos ha presentado una propuesta de este tipo antes en vano, ya que otros miembros del Consejo de Seguridad se han mostrado reticentes a imponer tal mandato. [53] Tanto Francia como Rusia se opusieron en varias ocasiones a este cambio. [54]

Propuestas de reforma

La misión original de la MINURSO, organizar un referéndum en el Sáhara Occidental, es ahora una reliquia, ya que Marruecos siempre ha bloqueado cualquier intento de referéndum. La alternativa de Marruecos, la autonomía, obtuvo la aprobación del Consejo de Seguridad en 2007 [55]. Este plan convertiría el Sáhara Occidental en una provincia autónoma de Marruecos. Por su parte, el Polisario no ha estado dispuesto a apoyar este compromiso.

En 2001, Estados Unidos apoyó una panacea similar al plan de autonomía de Marruecos. El primer Plan de Paz de Baker, producto de las administraciones de Clinton y Bush, buscó crear un Sahara Occidental autónomo. El Polisario lo rechazó [56]. En 2003, un segundo plan Baker propuso un referéndum saharaui después de un período de transición durante el cual el Sáhara Occidental sería una región autónoma de Marruecos. El referéndum habría permitido al Sáhara Occidental seguir siendo autónomo, lograr la independencia o integrarse con Marruecos para formar un estado. El Consejo de Seguridad de la ONU respaldó este plan, pero Marruecos lo rechazó e insistió en retener parte de la soberanía sobre el Sáhara Occidental. El apoyo internacional al plan finalmente se debilitó. [57] 

A mediados de 2019, el enviado de la ONU al Sáhara Occidental y el ex presidente alemán Horst Köhler renunciaron a su cargo, alegando problemas de salud. [58] Hasta ahora, esto ha paralizado los esfuerzos de negociación de la ONU, ya que aún no ha sido reemplazado. La ONU deberá contratar a un sustituto calificado para que las negociaciones lleguen a buen término. Köhler logró mantener conversaciones de paz de la ONU entre Marruecos y el Polisario dos veces, una en diciembre de 2018 y otra en abril del año siguiente. En su período de cinco años como enviado especial, fue notable que dirigió dos reuniones; las partes no se habían reunido desde 2012. [59] El sustituto de Köhler deberá seguir presionando para que se entablen conversaciones de paz.

Recientemente, la disputa alcanzó un grado renovado de atención estadounidense. John Bolton, quien trabajó con Baker para lograr una resolución, jugó un papel fundamental en lograr que ambas partes se sentaran a la mesa para las negociaciones durante el período de Köhler como enviado. Bolton ha criticado a Marruecos por ralentizar un acuerdo final. Están “esperando que el control de facto se transforme en control de jure con el tiempo”, escribió en 2007. [60] Su salida de la administración a fines de 2019 terminó con cualquier esperanza de que su influencia impulsara más conversaciones.

Algunas sugerencias provisionales para organizaciones internacionales y países interesados:

  1. Las agencias de ayuda deben monitorear cuidadosamente los desembolsos. No deben tolerarse las violaciones habituales de Argelia. Sin embargo, a la luz de esto, las agencias de ayuda también deberían considerar el envío de ayuda adicional a los saharauis. Durante y después de COVID-19, las raciones son escasas ya que incluso su tibia economía declina. Oxfam documentó esta necesidad y solicitó fondos y suministros médicos adicionales. [61]
  2. Si las violaciones de derechos continúan con poca rendición de cuentas, empañarán el proceso de negociación. Con temores de abuso en ambos frentes, hay menos incentivos para la integración. La integración sin reforma podría provocar violencia e incluso reavivar el conflicto. Por su parte, Marruecos debería mejorar su vigilancia de los derechos humanos a través de su Consejo Nacional de erechos Humanos, la creación de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en 2011 [62].
  3. Otras partes interesadas (grupos de defensa locales e internacionales, organizaciones comunitarias y comentaristas) deberían desempeñar un papel más activo en el apoyo a la paz. Esta “diplomacia de la vía dos” puede ser difícil de implementar con protecciones inadecuadas para ciertos grupos, pero aquellos que ya operan en la región pueden ayudar a difundir cualquier conflicto potencial [63].


Las soluciones a largo plazo parecen poco probables, pero un plan de autonomía como el que mostró el exsecretario Baker parece ser una opción preferible. A pesar del historial heterogéneo de Marruecos en materia de abusos, al lado este de la berma le ha ido considerablemente mejor que al lado del Polisario. La autonomía podría liberar a los refugiados de Tinduf de su exigua existencia, permitiéndoles acceder a mayores oportunidades económicas. Una especie de "gran trato" podría crear un Sáhara Occidental autónomo al tiempo que impondría una supervisión internacional estricta sobre los abusos de los derechos en Marruecos.

Una segunda mejor opción es que el statu quo permanezca congelado. Un regreso del Polisario a las armas desestabilizaría aún más el área, aunque es poco probable que el Polisario prevalezca por sí solo. Aunque probablemente sea insostenible en esta coyuntura, este compromiso podría beneficiar a ambas partes y retirar uno de los últimos conflictos restantes de la Guerra Fría.

 
[1] Michael Rubin, “Why the Western Sahara matters,” American Enterprise Institute, July 27, 2015, https://www.aei.org/research-products/journal-publication/why-the-western-sahara-matters/

[2] Rahman Fakhry and Nicol Konstantaropoulou, “The Question of: The status of Western Sahara as a non-self-governing territory,” Leiden Model United Nations, 2018, pg. 5, https://www.lemun.org/wp-content/uploads/2018/09/The-status-of-the-Western-Sahara-as-a-non-self-governing-territory.pdf

[3] Rahman Fakhry and Nicol Konstantaropoulou, pg. 5, 6.

[4] Michael Rubin, “Why the Western Sahara Matters.”

[5] Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?”

[6] Michael Rubin, “Why the Western Sahara Matters.”

[7] “Morocco Military Strength (2020),” Global Firepower, https://www.globalfirepower.com/country-military-strength-detail.asp?country_id=morocco

[8] Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?” The New Yorker, December 29, 2018, https://www.newyorker.com/news/news-desk/is-one-of-africas-oldest-conflicts-finally-nearing-its-end

[9] “The Polisario Front: Status and Prospects,” Central Intelligence Agency, 2011, pg. 4, https://www.cia.gov/library/readingroom/docs/CIA-RDP84S00556R000100150003-7.pdf

[10] “Life Expectancy At Birth,” CIA World Factbook, https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/fields/355rank.html#WI

[11] “Western Sahara,” CIA World Factbook, updated June 8, 2020, https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/wi.html.

[12] “Western Sahara.” CIA World Factbook.

[13] Dominic Dudley, “Morocco Suffers Sharp Fall In Phosphate Sales From Disputed Territory Of Western Sahara, As North American Orders Dry Up,” Forbes, February 23, 2020, https://www.forbes.com/sites/dominicdudley/2020/02/23/morocco-phosphate-exports-western-sahara/#9a7234c7761d

[14] Mitch Swenson, “The world's longest minefield isn't where you think it is,” War is Boring, July 8, 2014, https://medium.com/war-is-boring/the-longest-minefield-in-the-world-isnt-where-you-think-it-is-9abd521cd770

[15] Mitch Swenson, “The world's longest minefield isn't where you think it is.”

[16] Adil Khan, “A Forgotten Conflict in a Forgotten Region: Western Sahara and its 9 Million Landmines,” Global South Development Magazine, https://www.gsdmagazine.org/forgotten-conflict-forgotten-region-western-sahara-9-million-landmines/

[17] “Western Sahara,” Action on Armed Violence, https://aoav.org.uk/on-the-ground/western-sahara/

[18] “Territory of Western Sahara,” United Nations Mine Action Service, January 2020, https://www.unmas.org/en/programmes/westernsahara

[19] Flora Pidoux, “Morocco and Western Sahara: a decades-long war of attrition,” The Conversation, September 19, 2019, https://theconversation.com/morocco-and-western-sahara-a-decades-long-war-of-attrition-122084

[20] Leah Glade Miller, “The Polisario Front and the World: Leveraging International Support for Sahrawi Self-Determination,” Report presented to the Faculty of the Graduate School of the University of Texas at Austin in partial fulfillment of the requirements for the degree of Master of Arts, May 2014, pg. 1, https://repositories.lib.utexas.edu/bitstream/handle/2152/26431/MILLER-MASTERSREPORT2014.pdf?sequence=1

[21] Tom Stevenson, “Inside disputed Western Sahara,” Al Jazeera, January 10, 2013, https://www.aljazeera.com/indepth/features/2012/12/201212247936401443.html

[22] Hannah Armstrong, “The Youth Movement in Sahrawi Refugee Camps,” International Crisis Group, April 25, 2018, https://www.refworld.org/docid/5af0038a4.html

[23] Ali Haidar, “Sahara: Brief Incursion of Polisario Militias in Guerguerat Border zone,” Sahara News, April 16, 2020, https://sahara-news.org/2430-sahara-brief-incursion-of-polisario-militias-in-guerguerat-border-zone.html

[24] Nizar Visram, “The world’s last colony: Morocco continues occupation of Western Sahara, in defiance of UN,” Open Democracy, April 13, 2017, https://www.opendemocracy.net/en/north-africa-west-asia/world-s-last-colony-morocco-continues-occupation-of-western-sahara-in-de/

[25] Frank Mattheis, “Why Western Sahara remains one of Africa’s most divisive political issues,” The Conversation, March 27, 2019

https://theconversation.com/why-western-sahara-remains-one-of-africas-most-divisive-political-issues-114373; “Nigeria reiterates support to Western Sahara people's just cause,” Sahara Press Service, February 23, 2020, https://www.spsrasd.info/news/en/articles/2020/02/23/24719.html

[26] Nizar Visram, “The world’s last colony: Morocco continues occupation of Western Sahara, in defiance of UN.”
[27]  Flora Pidoux, “Morocco and Western Sahara: a decades-long war of attrition.”

[28] Gary Cartwright, “Embezzlement of European Humanitarian Aid continues in Tindouf camps in Algeria,” EU Today, June 30, 2020, https://eutoday.net/news/politics/2020/tindouf-camps-in-algeria

[29] Hannah Armstrong, “The Youth Movement in Sahrawi Refugee Camps.”

[30] Frank Mattheis, “Why Western Sahara remains one of Africa’s most divisive political issues.”

[31] Dominic Dudley, “European Court Dismisses Morocco's Claim To Western Sahara, Throwing EU Trade Deal Into Doubt,” Forbes, December 21, 2016, https://www.forbes.com/sites/dominicdudley/2016/12/21/european-court-dismisses-moroccos-claim-to-western-sahara-throwing-eu-trade-deal-into-doubt/#2627a0b74493

[32] Michelle Nichols, “U.N. chief regrets Morocco 'misunderstanding' over Western Sahara remark,” Reuters, March 28, 2016, https://www.reuters.com/article/us-morocco-westernsahara-un-idUSKCN0WU1N9

[33] Michael Rubin, “Why the Western Sahara matters.”

[34] Flora Pidoux, “Morocco and Western Sahara: a decades-long war of attrition.”

[35] Ali Haidar, “Polisario: Shocking Revelations from Dissident about the Size and Origins of Inhabitants in Tindouf camps,” Sahara News, June 15, 2020, https://sahara-news.org/2489-polisario-shocking-revelations-from-dissident-about-the-size-origins-of-inhabitants-in-tindouf-camps.html; and Michael Rubin, “Why the Western Sahara matters.”

[36] “Sahrawi Refugees in Tindouf, Algeria: Total In‐Camp Population,” U.N. High Commissioner for Refugees, March 2018, pg. 4, https://www.usc.gal/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descargas/UNHCR_Tindouf-Total-In-Camp-Population_March-2018.pdf

[37] “50 Years Ago, a Largely Forgotten War: The 1963 Morrocan-Algerian ‘Sand War,’” Middle East Institute, Editor’s Blog, October 18, 2013, http://mideasti.blogspot.com/2013/10/50-years-ago-largely-forgotten-war-1963.html

[38] Habib Mohaed, “The other side of the Moroccan Wall,” Deutsche Welle, July 10, 2015, https://www.dw.com/en/the-other-side-of-the-moroccan-wall/a-18753807

[39] Hugo Flotat-Talon, “The forgotten refugees of Western Sahara,” Deutsche Welle, March 23, 2019, https://www.dw.com/en/the-forgotten-refugees-of-western-sahara/a-48023892

[40] Gary Cartwright, “Embezzlement of European Humanitarian Aid continues in Tindouf camps in Algeria”; and Michael Rubin, “Why the Western Sahara matters.”

[41] Michael Rubin, “Why the Western Sahara matters.”

[42] Ali Haidar, “European Parliament Resolution Denouncing Diversion of Humanitarian Aid by Algeria and Polisario,” Sahara News, July 9, 2020, https://sahara-news.org/2501-european-parliament-resolution-denouncing-diversion-of-humanitarian-aid-by-algeria-and-polisario.html

[43] Habib Mohaed, “The other side of the Moroccan Wall”; “Western Sahara,” Security Council Report; and Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?”

[44] “Morocco/Western Sahara: Detained journalists, peaceful protesters at risk of Covid-19, must be urgently released,” Amnesty International, April 7, 2020, https://www.amnesty.org/en/latest/news/2020/04/morocco-western-sahara-detained-journalists-peaceful-protesters-at-risk-of-covid-19-must-be-urgently-released/

[45] Habib Mohaed, “The other side of the Moroccan Wall.”

[46] Ali Haidar, “European Commission Questioned on Extrajudicial Executions in Tindouf Camps,” Sahara News, July 9, 2020, https://sahara-news.org/2504-european-commission-questioned-on-extrajudicial-executions-in-tindouf-camps.html

[47] Michael Rubin, “Why the Western Sahara matters.”

[48] Jacques Roussellier, “A Role for Russia in the Western Sahara?” Carnegie Endowment for International Peace, June 5, 2018, https://carnegieendowment.org/sada/76532; Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?”

[49] Ali Haidar, “Sahara-Drug: Polisario elements active in drug trafficking south of Dakhla,” Sahara News, May 23, 2019, https://sahara-news.org/2033-sahara-drug-polisario-elements-active-in-drug-trafficking-south-of-dakhla.html; and “Polisario asks Security Council to hold Morocco accountable for human trafficking and drug smuggling in the region,” Sahara Press Service, March 3, 2020, https://www.spsrasd.info/news/en/articles/2020/03/03/24946.html

[50] Hannah Armstrong, “The Youth Movement in Sahrawi Refugee Camps.”

[51] Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?”

[52] Larisa Epatko, “The 37-year-old refugee situation you know nothing about,” PBS, October 25, 2013, https://www.pbs.org/newshour/world/the-37-year-old-refugee-situation-you-know-nothing-about

[53] Louis Charbonneau, “France won't block U.S. proposal on Western Sahara: envoys,” Reuters, April 18, 2013,

https://www.reuters.com/article/us-westernsahara-un/france-wont-block-u-s-proposal-on-western-sahara-envoys-idUSBRE93H0XR20130418

[54] Philippe Bolopion, “Western Sahara: France against Human Rights,” Human Rights Watch, December 22, 2010, https://www.hrw.org/news/2010/12/22/western-sahara-france-against-human-rights#

[55] Flora Pidoux, “Morocco and Western Sahara: a decades-long war of attrition.”

[56] Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?”

[57] Anna Theofilopoulou, “A Response by Anna Theofilopoulou,” Response to an article published with the Carnegie Endowment for International Peace, 2009, https://carnegieendowment.org/files/Theofilopoulou_Response.pdf

[58] Juliet O’Brien, “Western Sahara: Problems in the U.S. Push for Peace?” United States Institute of Peace, June 11, 2019, https://www.usip.org/publications/2019/06/western-sahara-problems-us-push-peace

[59] “Western Sahara,” Security Council Report, May 4, 2020,

https://www.securitycouncilreport.org/chronology/western-sahara.php; and Daniel Samet, “The Western Sahara Dispute Drags On after 27 Years in Limbo,” Freedom House, January 9, 2019, https://freedomhouse.org/article/western-sahara-dispute-drags-after-27-years-limbo

[60] Nicolas Niarchos, “Is One of Africa’s Oldest Conflicts Finally Nearing Its End?”

[61] “COVID-19: New cases confirmed near Sahrawi camps, 173,000 refugees at risk,” Oxfam, May 8, 2020, https://www.oxfam.org/en/press-releases/covid-19-new-cases-confirmed-near-sahrawi-camps-173000-refugees-risk

[62] Sarah Leah Whitson and Philippe Bolopion, “Letter to UN Security Council on Western Sahara,” Human Right Watch, April 17, 2013, https://www.hrw.org/news/2013/04/17/letter-un-security-council-western-sahara

[63] Juliet O’Brien, “Western Sahara: Problems in the U.S. Push for Peace?”

 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Guerra irregular: China y Rusia ya están aquí

Guerra irregular con China, Rusia: listo o no, se acerca, si no está ya aquí

Por Sean McFate, colaborador de opinión
The Hill

La semana pasada, en medio del bullicio del debate presidencial, las revelaciones sobre los impuestos del presidente Trump, la "Guerra de SCOTUS" y la Casa Blanca plagada de COVID, sucedió algo importante que casi todos pasaron por alto. El Departamento de Defensa publicó el resumen sin clasificar del Anexo de Guerra Irregular de la Estrategia de Defensa Nacional 2018.

La estrategia le dice a nuestras fuerzas armadas cómo prepararse y ganar la próxima guerra, que casi con certeza será una pelea de “guerra irregular”. El ejército usa términos como "irregular", "no convencional", "asimétrico", "híbrido" y "zona gris" para describir cualquier estilo de combate que no se parezca a la Batalla de las Ardenas (también conocida como guerra "regular").

¿Qué hace que la guerra sea "regular"? Nadie sabe. Sin embargo, sí sabemos lo que parece: un conflicto armado entre estados, en el que los militares son como gladiadores que luchan por el destino del mundo. Se espera que los combatientes usen uniformes, tengan celo patriota y respeten los tratados de paz. Es lo que imaginó el famoso teórico militar Carl von Clausewitz y lo que las "Leyes de la Guerra" buscan regular.

Solo hay un problema: ya nadie pelea de esta manera, excepto nosotros. No es de extrañar que Afganistán sea la guerra más larga de la historia de Estados Unidos. Desde 1945, la abrumadora mayoría de los conflictos armados han sido irregulares: insurgencias que buscan derrocar gobiernos, narcoguerras que dieciséis países - “narco-estados” - como botín, genocidios librados entre grupos étnicos y terroristas que desean quemar el país. mundo.

Irónicamente, no hay nada más irregular hoy que la "guerra regular". De los cientos de conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial, probablemente podría contar el número de guerras regulares en dos manos: la Guerra de Corea, las guerras árabe-israelíes, la Guerra Indo-Pakistaní, las Malvinas, etc. Incursiones como la invasión estadounidense de Granada no cuentan, y la Primera Guerra del Golfo de seis meses fue simplemente un preludio de los atolladeros que siguieron.

Lo que hizo que la Estrategia de Defensa Nacional de 2018 fuera sísmica es esto: alejó a nuestras fuerzas armadas de golpear a los terroristas y las dirigió hacia estados-nación amenazadores (léase: China y Rusia). En el Pentágono, la forma abreviada de esta perspectiva se llama "Competencia de grandes poderes".

Aquí está el problema, y ​​no es culpa de los portalápices que redactaron la estrategia de 2018. La mayoría de los expertos imaginan que una guerra entre Estados Unidos y China y / o Rusia será una pelea convencional. No lo hará. La guerra convencional es obsoleta, como la carga del caballo napoleónico, el muro de escudos vikingos y la falange griega. Sin embargo, muchos en la comunidad de seguridad nacional asumen que la próxima guerra se verá como la Segunda Guerra Mundial con mejor tecnología. Es un caso de "los generales siempre pelean la última guerra, especialmente si la ganaron".
Cualquiera que piense que la “Competencia entre grandes potencias” será una guerra convencional está engañado. Nuestros adversarios no son suicidas, y saben que luchar frontalmente contra nuestras fuerzas armadas en una guerra convencional sería un seppuku organizado. Pero también saben que Estados Unidos lucha en guerras irregulares, como lo demuestran Vietnam, Irak y Afganistán.

Debido a esto, deberíamos esperar que China y Rusia nos persigan con estrategias de guerra irregular, evitando una lucha convencional. Rusia ya domina esta forma de guerra. Por primera vez desde la Guerra Fría, han lanzado operaciones expedicionarias en Oriente Medio y África, y lo han hecho exclusivamente a través de estrategias de guerra irregular. Lo mismo con Ucrania: allí, Rusia libró una guerra en la sombra con las fuerzas especiales de Spetsnaz, mercenarios como el Grupo Wagner, los "Hombrecitos Verdes" y los grupos "separatistas" pro-rusos dominados por el astro, todos guerreros irregulares. Las unidades militares regulares, como tanques y destructores, llegaron solo después de la toma de Crimea.

China tiene más matices. Su ejército es convencional, pero no es así como conquista. La Iniciativa Belt and Road es una estrategia de poder económico que gana a través de la diplomacia de la trampa de la deuda. En 2015, por ejemplo, Beijing “Tony Sopranoed” Sri Lanka desde su puerto de premios, Hambantota.

China también utiliza una influencia maligna para debilitar la resolución de los adversarios de enfrentarla. La mayoría de la gente piensa en Rusia como el oscuro maestro de la desinformación, pero no está sola. Beijing lo llama la "Estrategia de las Tres Guerras". También libra una guerra legal o "guerra legal". Su objetivo es doblar, o reescribir, las reglas del orden internacional a favor de China. Este no es el estado de derecho, sino su subversión.

China y Rusia conquistan mediante estrategias de guerra irregular. Eso funciona porque disfrazan la guerra de paz, hasta que es demasiado tarde. Es un enfoque de “hervir las ranas lentamente”. Pregúntele a los habitantes de Crimea o de Sri Lanka. La guerra irregular fabrica la niebla de la guerra para la victoria, algo que hace explotar la cabeza del guerrero convencional.

Incluso se podría preguntar: ¿ya estamos en guerra con Rusia y / o China y no lo sabemos? Como dijo T. E. Lawrence: "La guerra irregular [es] mucho más intelectual que una carga de bayoneta".

La guerra irregular es el conflicto armado de nuestra vida, y la estrategia del Pentágono para enfrentarla es necesaria desde hace mucho tiempo.