sábado, 2 de junio de 2012

ATGM: Tipo 64 (Japón)

ATM Tipo 64 

El MAT Type 64 ( 64式対戦车诱导弾 64-shiki tai-sensha yudo-dan [4] ? ) era un misil anti-tanque guiado por cable japonés que se desarrolló durante la década de 1950. El misil es un muy similar al suizo-alemán Cobra y el ruso Malyutka 9M14. Dentro de la JGSDF, también se conoce como 64MAT y KAM 3- . [5] 


 
 

Tipo misil antitanque MCLOS guiado por cable 
Lugar de origen Japón 
Historia de Servicio 
En el servicio 1964 - presente [1] 
Usado por Japón 
Historia de la producción 
Diseñador La Agencia de Defensa Técnica Instituto de Investigación y Desarrollo [2] 
Diseñado 1957 
Fabricante Kawasaki Heavy Industries 
Producido 1964 
Número construido 220 [3] 
Especificaciones 
-Peso 15,7 kg 
-Longitud 1,02 m 
-Diámetro 0,12 m 
-Equipo 3 
Alcance efectivo 350 a 1.800 m 
Ojiva Carga hueca 
Motor En dos fases del motor cohete de combustible sólido - Primera fase nominal de 130 kg de empuje estático, la segunda fase nominal de 15 kg de empuje estático. 
Velocidad 306 kmh 
Sistema de orientación sistema MCLOS 

Historia 
El desarrollo del misil comenzó en 1957, y fue adoptado como equipo estándar para los Fuerzas de Autodefensa de Tierra japonesas con la designación oficial ATM Tipo de 64 en 1964. Kawasaki Heavy Industries había sido responsable de la fabricación del Type 64. [6] 
A pesar de la MAT Type 64 había sido en gran parte eliminado y reemplazado por el Type 79 Jyu-MAT y el Tipo 87 Chu-MAT , como misiles anti-tanque de primera línea en la década de 1970 hasta la década de 1990, un pequeño número están llevando a cabo como los misiles de reserva. 

Descripción 
El misil tiene una sección transversal cruciforme con cuatro alas grandes. Está impulsado por un motor de empuje del cohete doble, lo que acelera el misil a su velocidad de crucero en 0,8 segundos. 

Uso operativo 
El misil es lanzado desde un lanzador enmarcado abierto en un ángulo de 15 grados. El operador dirige el misil utilizando una caja de control, que envía órdenes por un cable que se arrastra desde el misil. Un giroscopio en el misil compensa cabeceo y guiñada. [2] 

 
 

 
 
Jeep Mitsubishi Tipo 73 con dos vainas de misiles antitanque Tipo 64. 

El Tipo 64 es típicamente operado por una tripulación de tres hombres. También se puede implementar a partir de un tipo de 73 Mitsubishi Jeep, que puede llevar cuatro misiles. [2] 

Referencias 

1. El misil ha sido gradualmente retirado del servicio aunque se mantiene en reserva. 
2. "64式 対戦車誘導弾" (en japonés). Encontrado el 2009-11-04. 
3. "Index of Japanese Military Equipment - Index des équipements militaires japonais" (en inglés y francés). Encontrado el 2009-01-12. 
4. taisensha yuudoudan = misil antitanque guiado  
5. Andreas Parsch (2004-03-16). "Japanese Military Aircraft Designations (after 1945)".  Revisado el 2009-01-12. 
6. "Type-87 anti-tank missile". Federation of American Scientists. 1999-08-10. Revisado el 2009-01-12. 

-Kenkyusha's New Japanese-English Dictionary, Kenkyusha Limited, Tokyo 1991, ISBN 4-7674-2015-6 

 
 

Wikipedia.en 
Right Wing Sakura

Malvinas: Armas livianas de la guerra

Armas livianas de la Infantería en Malvinas
Infinidad de armas de todo tipo y calibre
 
Autor: Rolando Mendez 
Fecha de publicación: 05/10/2004 


Estoy seguro que muchos miembros de las fuerzas armadas Argentinas y Británicas, durante el conflicto que mantuvieron en 1982 han marchado al combate portando infinidad de armas de todo tipo y calibre. Generalmente estas armas son de propiedad privada de quien la porta y muchas veces se han encontrado armas en posesión de soldados heridos, tomados prisioneros o muertos que no respondían a ninguna dotación de su fuerza. 

Investigar, esto es extremadamente difícil. Nadie puede controlar lo que cada soldado de varias divisiones lleva encima aparte de su equipo básico. Solo es posible conocer algunas pocas historias si el protagonista de la misma la escribe o la cuenta. 

Esta nota no trata sobre estas armas, sino sobre el armamento liviano y de apoyo al nivel de tropa que ambos ejércitos usaron en nuestras islas hace mas de 20 años. Tratare de demostrar que no existió una diferencia tan abismal en cuanto a la tecnología en armamento disponible para ambos bandos. Que si bien hubo diferencias, en algunos casos notables, estas no se debieron a la calidad o modernidad de materiales, sino mas bien al uso mas racional y efectivo de los recursos disponibles. 

Las armas livianas de la infantería británica 
Al término de la batalla librada el 2 de Abril de 1982, las fuerzas argentinas pudieron capturar de la Naval Party 8901, la pequeña guarnición británica que defendía a las islas, armas largas con bastante antigüedad. 

En el Museo Nacional de Aeronáutica, en el sector correspondiente a las armas livianas y medianas pude encontrar un fusil Lee Enfield N°1 Mark III, se trata de un fusil de repetición por accionamiento de cerrojo en calibre .303 British. Los primeros fusiles de esta línea se conocieron con el nombre Lee Metford, que vieron la luz hacia 1888 y sirvieron en las fuerzas armadas inglesas hasta 1954, periodo durante el cual fueron sometidos a cambios y modificaciones que en esencia pueden considerarse menores. El arma en cuestión capturada corresponde a un modelo cuyo uso masivo se produjo en la Primera Guerra Mundial. 

Según tengo entendido, en el Museo de la Infantería de Marina también existe un fusil similar, que tiene grabado la leyenda FIDF, siglas que corresponden a Falkland Islands Defense Force (Fuerzas de Defensa de las Islas Falkland), la que estaba compuesta por algunos isleños organizados en una especie de milicia civil. Pude observar fotos de otros modelos de Lee Enfield capturados, sin embargo no me es posible identificarlos a todos. 

En el mismo museo ubicado en la localidad de Morón, se puede ver a una vieja ametralladora de uso general Bren con su característico cargador colocado sobre el cajón de mecanismos. Si bien no encontré algún cartel que me lo asegurara, estimo que su calibre también es el .303 British, ya que el cargador colocado no era recto. Estas armas basan su diseño en una ametralladora checa, la Zb 26. Por su calibre, este arma en particular debe ser anterior a 1954, ya que cuando las fuerzas inglesas reemplazaron al .303 como cartucho de reglamento, las nuevas Bren también experimentaron este cambio de calibre. 

Volviendo nuevamente al Museo de la Infantería de Marina, puede verse allí como material capturado el mismo 2 de Abril a una ametralladora Lewis. 

 

El diseño de este arma data de la primera década del siglo XX, en donde dos norteamericanos de apellido McLean y Lissak diseñan la base del arma. 

Al no poder producirla en masa, los planos originales llegan a manos del Coronel Lewis, quien mejora el diseño inicial e intenta interesar al ejercito de su país. Sin suerte, se dirige son sus planos hacia Europa, en donde los Belgas en primer termino, y luego los ingleses adoptan a este arma como reglamentaria. 

Las características físicas que distinguen a esta ametralladora es su cargador superior cilíndrico con capacidad para 47 cartuchos del .303 British, y la gruesa cobertura de su tubo cañón que oficia como refrigerador por aire. 

El cartucho que disparan todas estas armas fue desarrollado hacia el año 1887, y es la respuesta británica a la aparición de las pólvoras de quemado progresivo. En principio utilizo los primeros propelentes de quemado progresivo, y luego fue cargado con cordita, hasta que finalmente se utilizaron pólvoras de base simple. Son fácilmente reconocidos por poseer reborde. 

En primera instancia se lo doto con una punta de 215 grains de peso, que con el paso del tiempo dio lugar a una de 174 grains, logrando un aumento de velocidad, energía y trayectorias mas tensas. Sus prestaciones no han sido, ni tampoco son nada espectaculares si se lo compara con otros cartuchos contemporáneos suyos, o con cartuchos mas modernos. Sin embargo este cartucho, de la mano de los súbditos británicos ha recorrido todo el globo y ha participado de toda acción bélica de importancia. 

Comencé mi descripción de las armas inglesas mas antiguas capturadas para remarcar el hecho de que antes de 1982, las Falklands para los ingleses no eran un terreno digno de importancia. Y esto esta demostrado en el hecho de que las armas secundarias provistas para defenderlas contaban en esa fecha con al menos 30 años de existencia, llegando en algunos casos a 60. 

También me baso para decir esto en que la cantidad de soldados británicos hechos prisioneros el 2 de Abril fue de 86. Este numero solo se explica en razón de que en ese momento del año se estaba produciendo el recambio del destacamento naval, y ambos contingentes se encontraban en las islas. De no ser así, el número de efectivos militares hubieran sido la mitad. 

Las armas livianas con que contaba el destacamento naval 8901 al momento de la recuperación, y la mayoría de las fuerzas británicas de tierra que componían la denominada Task Force (Fuerza de Tareas) que viajo al sur, básicamente estaban compuestas por cuatro tipos de sistemas de armas. 

En primer lugar, el Self Loading Rifle L1A1 modelo en calibre 7.62 x 51 mm NATO. Este arma no es mas que la versión inglesa del excelente Fusil Automático Liviano de origen belga, y no difería en grandes proporciones del diseño original. Las diferencias mas destacables se encontraban en un diseño de un apagallamas mas largo que el original, la palanca de apertura del cierre rebatible y la modificación en el mecanismo de disparo que no permitía el disparo a ráfagas. Los modelos mas antiguos de estas armas poseían culatas de madera, mientras que modelos posteriores utilizaban materiales sintéticos. 

Este fusil fue concebido por un proyectista de la Fabrique Nationale de Bélgica, llamado Dieudone Savie, quien en los primeros años de la década de 1950, es parte de un grupo de diseñadores de armas que intentan crear un nuevo tipo de fusil que reemplace a los diseños existentes, y que sirvieron como base en la ultima gran guerra mundial. Los ingleses adoptan esta arma en el año 1954, en reemplazo de sus Lee Enfield. 

Según criterios modernos, este arma puede considerarse como de excesivo tamaño y peso, de baja capacidad de munición comparado con armas mas modernas, y de potencia excesiva por el cartucho que utiliza. Sin embargo también se le considera un arma extremadamente robusta y capaz de operar en situaciones de maltrato y poco mantenimiento, como son la mayoría de los campos de combate. Arma y cartucho componen un sistema muy preciso. Estas dos ultimas características quizás sean la mejor cualidad que posee con respecto a nuevos diseños. Me extenderé mas sobre este arma luego. 

Para los mandos superiores o personal de logística, servicios, u otra arma que no sea la infantería (aunque muchos infantes de línea también eran sus usuarios), los británicos utilizaban a la Sub Machine Gun L2A3 Model, también conocida como Sterling, en calibre 9 mm. Parabellum. Este arma es descendiente de un diseño de la Segunda Guerra muy popular entre los ingleses debido a su confiabilidad, simplicidad de fabricación y bajo costo; la Sten. Durante la guerra se trato de mejorar a la Sten, lo que se consiguió pero estos nuevos modelos prácticamente no vieron acción ya que Alemania se había rendido. A partir de enero de 1945, un grupo de trabajo diseño mejoras en este arma. Estas dieron lugar a la Patchett Sub Machine Gun. 

Finalizada la guerra, continuo la modernización del arma, llegando a 1953, en donde la Patchett (con el nombre cambiado por el de la fabrica que las producía, la Sterling), fue adoptada por las fuerzas armadas británicas con la denominación L2A1, que cambio a L2A2 en 1955 y finalmente a L2A3 en 1956. 

En esencia, la Sterling es un subfusil que se puede considerar como de segunda generación, con un cajón de mecanismos de chapa estampada, un mecanismo de disparo que trabaja a cierre abierto y la obturación de recamara que se produce por inercia de masas. 

 

El frente del cierre no envuelve al caño, y quizás la característica mas conocida de este arma sea la posición horizontal del cargador curvo en el arma, con capacidad para 34 cartuchos, así como el sistema de elevación de los cartuchos del cargador, que es mas que excelente por la suavidad de carga y de funcionamiento. 

Por su sistema de cierre y sus aparatos de puntería, no puede considerarse como un arma muy precisa, siendo su principal virtud el alto volumen de fuego que se puede obtener con ella. 

El arma corta utilizada por los británicos, generalmente por oficiales, es la Semi Automatic Pistol N° 2 Mark 1 en calibre 9 mm Parabellum. Esta pistola no es mas que la versión inglesa de la mundialmente reconocida pistola Browning HP 35, o GP 35. Hasta 1954 los ingleses no resignaban el uso de sus robustos revólveres Webbley calibres .455 y .380 Sin embargo, se imponía la adopción de un arma de carga automática y sobre todo de mayor poder de fuego. Durante la Segunda Guerra este arma había sido utilizada tanto por británicos como alemanes y había demostrado sus cualidades en cuanto a fiabilidad, resistencia y precisión. 

Aventajaba a sus contemporáneas por su capacidad de fuego, ya que sus cargadores de 13 cartuchos superaban con creces a los mejores diseños de la época, que rondaban en el mejor de los casos las 9 unidades. El diseño básico de este arma se le debe a John Moses Browning, quien no pudo ver plasmado su diseño definitivo por morir en el año 1925. Luego de su muerte, Dieudone Savie, el mismo que diseñara el Fusil Automático Liviano, continuo con la obra del norteamericano y hacia el año 1935 comenzó la producción en masa de este excelente arma. En el transcurso de esta nota continuare con una breve descripción de este ingenio. 

Por ultimo, y entrando en el terreno de armas livianas de apoyo, los británicos habían reemplazado a sus ametralladoras pesadas fijas y fusiles de tiro sostenido por un solo sistema de armas, que denominaron como General Purpose Machine Gun (GPMG) L7A2 Model en calibre 7.62 x 51 mm NATO. Al igual que con su fusil y su pistola, los británicos partieron de un diseño Belga, creado por Ernest Vervier en 1957. 

Su diseño permite ser utilizada como arma de apoyo liviano de infantería, ya que posee un bípode, o bien como arma de tiro sostenido a media distancia, merced a la posibilidad de afirmarla sobre un afuste. Es un arma que ha demostrado estar a la altura de las mejores ametralladoras de su categoría, por su confiabilidad y prestaciones. En el capitulo dedicado a las armas de origen nacional me extenderé mas en detalle sobre esta. 

Las armas livianas de la infantería Argentina 
Muchos medios de comunicación televisivos y radiales se encargaron de hacer publico que las armas utilizadas por los soldados argentinos eran obsoletas. Esto es verdad en una porción mínima, no en la magnitud en que los medios lo reflejaron. Y lo obsoleto de estas armas no radicaba precisamente en su diseño, sino en su estado. Algunos fusiles y subfusiles entregados a combatientes contaban a la fecha del conflicto con veinticinco años de antigüedad. 

Estas armas sirvieron en manos de soldados y personal subalterno que los utilizaron durante su servicio y su instrucción durante varios periodos de servicio militar obligatorio. Muchas de ellas ya habían cumplido con su ciclo de vida útil, recibiendo malos tratos y en muchos casos falta de un mantenimiento adecuado. 

Si a esto se le suma que el clima de Malvinas es ideal para provocar oxido y deterioro de metales, que muchos soldados no contaban con una instrucción completa sobre los procedimientos de limpieza, y que en muchos casos tampoco se contaba con los elementos necesarios para un adecuado mantenimiento, los usuarios de estas viejas armas padecieron con su mal funcionamiento. 

Pero reitero, esto no ocurrió con la totalidad de las armas que las fuerzas argentinas llevaron a las islas, sino con una pequeña porción. Hecha esta aclaración, comenzare a describir brevemente las armas básicas de la infantería Argentina. 

Prácticamente desde que el FN FAL (Fusil Automático Liviano) calibre 7.62 x 51 NATO saliera al mercado, la República Argentina lo adopto como fusil reglamentario, en reemplazo de los excelentes Mauser Modelo Argentino de 1909. Como sucedió con la mayoría de las armas adquiridas al exterior por nuestro país, en un principio se importo armas desde su origen, y con el tiempo se negocio la licencia con los fabricantes para la producción del arma en el país. 

 

La Fabrica Militar de Armas Portátiles Domingo Matheu, de Rosario fue quien emprendió la producción de este arma, y quien la continuo hasta 1996, en donde la posta fue tomada por la Fabrica Militar Fray Luis Beltrán, ubicada en las cercanías de la misma ciudad. Nuestro país copio las variantes Belgas de este arma, utilizando también la misma nomenclatura. 

En Malvinas fueron varias las versiones argentinas que prestaron servicio. Desde fusiles con culata fija de madera (los más antiguos), pasando por versiones con culata de material sintético, hasta las versiones cortas con culata rebatible y distintos largos de caño. 

Utiliza cargadores metálicos rectos, con capacidad para 20 cartuchos, exactamente los mismos que su contraparte inglesa. Quizás la diferencia mas notable entre ambas armas radica en el hecho de que los FAL nacionales pueden disparar en ráfaga, aunque es difícil establecer para mi si esa es una ventaja, ya que la velocidad de fuego y la potencia del cartucho atentan contra el dominio correcto del arma en este tipo de disparo. 

A pesar que ya pueden verse en ciertas unidades de la tres fuerzas armadas ciertas armas de origen norteamericano y de calibre menor, el Fal continua siendo el fusil reglamentario de casi todas nuestras fuerzas. 

De la misma manera que la Sterling en manos de los británicos, el personal de servicios, logística, etc, de nuestras fuerzas también utilizo subfusiles como arma de dotación. En nuestro caso, podemos decir que este personal fue armado con dos tipos de subfusil en su gran mayoría, y unos pocos utilizaron tipos mas modernos de sistema de armas. 

Gran cantidad de subfusiles Halcón ML63 calibre 9 mm Parabellum sirvieron en manos de personal de mantenimiento de aviones, o de personal de logística. Esta arma puede encuadrarse dentro de lo que se llama segunda generación de subfusiles, aunque mantiene características de la primera (sobre todo por su peso). 

 

El arma es de fabricación argentina, y fue producida por Armas Halcón SAyC de la ciudad de Avellaneda, cuyos fundadores fueron los señores Martín, Marcati y Pienovi. 

A pesar que este arma ya mostraba simplificaciones y rediseños que abarataban sus costos en relación a modelos anteriores de la misma fabrica, sus 4.38 kg de peso lo convertían en un arma difícil de manejar para la función que cumplía. Utilizaba cargadores rectos, con capacidad para 42 cartuchos y podía disparar en forma automática o tiro a tiro, merced a poseer dos colas de disparador dentro de su arco guardamontes. 

Otro sistema de armas muy utilizado en nuestra islas fueron los subfusiles PAM 2 y PAM 1 modelo 2 Reformado en calibre 9 mm. Parabellum. En esencia, este arma es una variante y modernización de un arma de origen norteamericano, que vio la luz durante la Segunda Guerra, y que se denomino oficialmente US M3A1, aunque los soldados que la utilizaron la apodaron "La Engrasadora". 

 

Hacia 1950, la Domingo Matheu" de Rosario se baso en este modelo para desarrollar una versión argentina. Se coloco un sistema de miras mas desarrollado, y se reformo el cajón de mecanismos acortándolo con lo que se lograba una cadencia de fuego mas alta. La siguiente modificación que se hizo fue la de adosar una palanca que se ubica por detrás del alojamiento del cargador, la que oficia como seguro de empuñe, ya que si esta palanca no esta apretada, el arma no dispara. 

Este arma es un claro ejemplo de la necesidad de contar con un arma barata, fácil y rápida de fabricar y con buena potencia de fuego. Es tosca, algunos mandos son difíciles de accionar (llevar atrás el cierre, por ejemplo) y por trabajar con cierre abierto y percutor fijo no se puede pretender una alta precisión. Tal ves esta sea la menos importantes de sus características, ya que el objetivo de saturar una zona con fuego lo cumple correctamente. 

Al igual que las fuerzas británicas, el arma corta de uso generalizado por parte de nuestras fuerzas es la Pistola Semiautomática Browning GP 35 calibre 9 mm Parabellum en la versión construida bajo licencia por la "Domingo Matheu" en un comienzo, y actualmente por la Fray Luis Beltrán. El arma trabaja a través de un cierre con apertura retardada mecánicamente, para lo cual utiliza dos resaltes sobre el caño ubicados delante de la recamara, que encajan sobre dos rebajes que están trabajados en la corredera. 

Al retroceder el sistema, a través de un plano inclinado que posee el armazón, el caño bascula y se produce la apertura, comenzando los procesos de extracción de vainas servidas. Como he dicho líneas atrás, este arma es un modelo de excelencia, demostrado por el hecho de que aun después de casi 70 años de su aparición sigue prestando servicio en varias fuerzas armadas y de seguridad. 

En materia de armas de apoyo para la infantería, las fuerzas nacionales utilizaron dos tipos de armas. En primer lugar se encuentra el FN 50-41 FAP (Fusil Automático Pesado) calibre 7.62 x 51 mm NATO. Este sistema es un arma de apoyo liviano para grupo de infantería. 

 

En esencia, del cajón de mecanismos para atrás, no es mas que un Fal con culata fija, diferenciándose del fusil liviano en que esta dotado de un caño de mayor sección y largo, lo que le permite soportar la mayor demanda mecánica que trae aparejado el volumen en fuego automático. 

Este posee un guardamanos de madera para permitir asir el arma sin quemarse las manos, luego del tiro. También posee un bípode retráctil que le otorga un mejor apoyo para el tiro sostenido y un sistema de miras que le permite disparar a mayor distancia con relativa precisión extra con relación al fusil estándar. 

En segundo lugar, se encuentra la ametralladora de fuego sostenido de uso general FN MAG calibre 7.62 x 51 mm NATO. De similares características que su contrapartida británica, solo difiere de esta ultima en que es levemente mas larga. Como el resto de las armas de origen belga, nuestro país importó en primera instancia unidades, para pasar a la fabricación propia bajo licencia tiempo después. 

Este arma tiene una cadencia de tiro variable entre los 600 y los 1000 disparos por minuto, a través de la regulación de su sistema de toma de gases. La alimentación se realiza a través de cintas desintegrables que se colocan por el lado derecho del arma (tomando al arma por su parte anterior). El peso del arma descargada es de casi 11 kilogramos. La expulsión de las vainas servidas se efectúa por la parte inferior del arma. 

Las armas de apoyo de la infantería Británica 
Antes de comenzar con estas descripciones, creo adecuado aclarar que no es mi intención tocar el tema de armas de apoyo desde el punto de vista de la artillería de campaña u otro tipo de apoyos que se uso en Malvinas. Por la diversidad de materiales y tipos que se utilizaron en nuestras islas, considero que merece un articulo aparte. Entonces encarare esta parte de la presente nota, desde el punto de vista de las armas de apoyo que usaron las tropas en el mismo sitio donde se produjo la batalla. 

El Ejercito y la Infantería de Marina Británica en Malvinas siempre estuvieron al ataque. Su estrategia se baso en evitar el combate frontal contra una posición bien defendida desde el mar (un asalto anfibio directamente sobre la capital de las islas), sino que eligió establecer una base en un lugar alejado del grueso de nuestras fuerzas, y desde allí movilizar a su tropa lo más rápido posible para atacar a las fuerzas propias que los esperaban en las cimas de las elevaciones que dominan Puerto Argentino. Acorde con la función ofensiva, las tropas enemigas dispusieron de armas de apoyo móviles, que complementaron el accionar de las armas pesadas fijas, navales o aéreas. 

Básicamente utilizaron cuatro sistemas de armas. De menor a mayor quiero comenzar con la ya descripta General Purpose Machine Gun (GPMG) L7A2 Model en calibre 7.62 x 51 mm NATO, de la cual no me extenderé en sus características, que ya han sido detalladas. 

La principal función de la tropa enemiga era tomar por asalto las posiciones que rodeaban a la capital de las islas, las cuales estaban muy bien fortificadas. Por lo tanto el arma de apoyo que usaron fueron básicamente armas antitanque, solo que en este caso el objetivo eran búnkers. 

De los tres modelos de este tipo de armas, el mas liviano fue el LAW5 M72A1 de 66 mm. Este arma es de origen norteamericano y se convirtió en el sustituto del viejo Bazooka modelo M20 de 89 mm, utilizado en la Segunda Guerra. Su principal virtud radicaba en su poco peso (poco mas de dos kilos). Estaba compuesto por dos tubos, uno dentro del otro. 

El exterior era de fibra de vidrio y el interior de aluminio. Los puntos en contra de este sistema radicaba en su pobre sistema de puntería, que limitaba su alcance efectivo a los 150 metros. Para 1982 este lanzador de cohetes descartable había sido superado por los blindajes de los tanques modernos, sin embargo se mostró adecuado contra los refugios y trincheras argentinas. 

Al modelo anticarro anterior, le sigue el Middle Armored Weapon (MAW) Carl Gustav de 84 mm. Este arma de origen sueco no poseía el peso ligero y la maniobrabilidad del anterior, pero a favor contaba con una cabeza de combate de mayor peso y poder explosivo, es recargable, y su alcance efectivo es mucho mayor por poseer miras mas desarrolladas. Con todo esto el Carl Gustav podía ampliar su alcance efectivo a los 700 metros, aunque en Malvinas nunca se uso a distancias mayores que los 200 metros. Con este arma, se podía destruir refugios construidos con piedras. 

Por ultimo, el arma de apoyo portátil más pesada que utilizaron los británicos es el Misil de Infantería Liviano Anticarros (MILAN). De Origen francés, este sistema es uno de las primeras armas que unían computadoras y explosivos. Básicamente el arma se desmonta en dos partes. 

 
 
Anatomía de un misil 
1- Cabeza de guerra de carga hueca 
2- Cohete 
3- Propulsor (2 velocidades) 
4- Deriva vertical 
5- Tobera de escape 
6- Decodificador 
7- Batería térmica 
8- Encendido trazador de día 

Por un lado esta el afuste, en donde se encuentran los sistemas de puntería y computación. Sobre una base del afuste se coloca la segunda parte del sistema que esta compuesta por un tubo contenedor del misil, que a su vez sirve como plataforma de lanzamiento. El misil tiene un alcance de unos 1800 metros y recorre unos 1300 en 10 segundos. 

Hasta que impacta en el blanco el usuario debe mantener a la mira sobre el blanco apuntado. De esa manera el misil corrige su trayectoria a través de un cable que lo mantiene conectado con la plataforma. La carga explosiva tiene un peso de 1500 gramos. Este arma fue concebida para ser utilizada por un solo hombre, aunque sus 27 kg con un solo misil, mas lo abultado del sistema han hecho que en el ejercito Británico sean tres los servidores de este arma, y que su uso sea restringido a la compañía de apoyo de una unidad. 

Las armas de apoyo de la infantería Argentina 

El Ejercito y la Infantería de Marina Argentina en Malvinas siempre estuvo a la defensiva. Su estrategia consistió en establecer cuatro posiciones defensivas fijas. Estas fueron, de oeste a este, Puerto Howard, Bahía Fox, Pradera del Ganso, y Puerto Argentino. Esta ultima posición (la mas importante) a su vez estaba dividida en dos líneas que ocupaban las alturas de los cerros que rodeaban a Puerto Argentino por el norte, oeste y sur, y al aeropuerto por el este. 

Solo se movilizaron pequeñas unidades para reconocimiento o acciones ofensivas de pequeña escala. Los regimientos hicieron pie en la cumbre de los cerros y allí se atrincheraron, fortificaron posiciones, establecieron comunicaciones, planes de fuego de apoyo y esperaron. 

Comenzando desde el arma de apoyo mas liviana, nuevamente menciono a la FN MAG de la cual se pueden obtener referencias líneas arriba de este articulo. 

 

Para 1982 este sistema de armas parecía completamente obsoleto, sin embargo La Ametralladora pesada FN Browning M2 calibre 12.7 x 99 mm demostró ser un arma de apoyo excepcional. Para 1982 este arma se consideraba como obsoleta, no tanto por la potencia de su cartucho sino por su peso de 38 kg, a lo que había que sumarle su soporte, lo que la convertía en un arma fija. 

Desde 1910 que John Browning estuvo diseñando armas de fuego sostenido, no solo con mecanismos de recuperación por toma de gases, sino también mecánicos, en donde el caño y el cierre retroceden un corto tramo de manera lineal, hasta que la presión del disparo bajaba a niveles tolerables. 

Este sistema exige que el caño y el cierre cuenten con una masa importante, lo que hace que las armas sean pesadas. Pero por otro lado, el sistema trabaja con una cadencia de fuego optima, unos 450 tiros por minuto, que en el caso del calibre que utiliza es perfecto para batir al enemigo. Hacia 1918, se rediseño el caño, que paso a ser refrigerado por aire. Desde ese año para acá, este arma continua en servicio en muchísimos países casi sin cambios. Solo se han modernizado ciertos aspectos secundarios. En Malvinas se le confió el fuego de apoyo a la tropa y la cobertura antiaérea de la zona. 

Varias unidades de Morteros de 120, 106, 81 y 60 mm de origen norteamericano fueron usados tanto por unidades de artillería como por secciones de Infantería de Marina pertenecientes al BIM N° 5. Estas armas en su mayoría fueron adoptadas por las fuerzas propias a mediados de la década del 50. Eran armas fijas, que se instalaban en baterías de entre tres y seis piezas. 

Desde los 6,5 kilómetros de alcance de los sistemas de mayor calibre, a los tres kilómetros de los sistemas mas pequeños, en Malvinas fueron utilizados con un sistema de fuego preestablecido. Esto significaba que cada batería tenia asignada una zona a batir a requerimiento de las unidades del frente. 

 

Utilizaban distintos tipos de municiones, entre las cuales se destacan las fumígenas, iluminantes y rompedoras. Estas ultimas a su vez podían programarse para detonar en el aire antes de impactar o bien por impacto. 

Solo como mención, y por la poca relevancia en su uso durante el conflicto, o bien porque se improviso sobre la marcha cambiándole el rol de combate que tenían asignado, quisiera solo mencionar a armas de apoyo como los Cañones sin retroceso de 105 mm, Los cañones antiaéreos Oerlikon de 35 mm, cuya función principal es la defensa aérea, pero fueron utilizados en rol de ataque terrestre durante los combates del 28 de Mayo, y los lanzadores antitanque de 90 mm, herederos de los viejos bazookas de la segunda gran contienda. 

Breve análisis del uso de estas armas durante la batalla 
Lo que sigue no es mas que mi opinión personal. Tal ves algunos concuerden con lo que pienso, tal ves no. Siempre he afirmado que no soy el dueño de la verdad, por lo tanto todo aquel que desee intercambiar opiniones puede hacerlo a través de mi consultorio. 

Con la excepción del fuego de artillería naval, la potencia de fuego de ambos bandos en pleno combate no tuvo grandes diferencias. Por supuesto que esta es una afirmación de tipo general, y estoy seguro que en determinados casos se han dado acciones en las cuales un bando prevaleció en este ítem sobre el otro. En cuanto al apoyo que se puede brindar desde un buque, este es muy útil antes o después de la batalla, o en apoyo de la unidad que combate batiendo las zonas aledañas para evitar que los defensores reciban refuerzos. 

Pero brindar apoyo naval sobre la misma zona en donde sus tropas están asaltando no es sensato, ya que en general los que atacan están al descubierto, y los defensores atrincherados, así que no me parece que este tipo de apoyo deba tomarse en cuenta al momento del combate en la misma zona que se esta asaltando. 

Cada una de las fuerzas usó sus armas de acuerdo a su doctrina, y ahí es donde yo veo las diferencias que determinaron que los ingleses prevalecieran. Tratare de explicar esto: 

Los británicos poseían la capacidad de movimiento ilimitada que le permitieron nuestras tropas. Esto hacia que durante el combate ellos pudieran llevar la potencia de fuego a cualquier posición que desearan. Este tipo de movimientos durante un combate solo pueden darse con armas portátiles, como las ametralladoras y las armas antitanque. Las unidades de apoyo que operaban armas mas pesadas, aunque también portátiles (como los MILAN) eran mas lentas. 

Y si bien fueron importantes como apoyo de fuego, no lo fueron tanto como los grupos o secciones de ametralladoras y armas antitanque. De esta manera ellos podían concentrar el fuego en los lugares en donde mas lo necesitaran, para luego mover a esta a requerimiento de otro apoyo en otra zona. De esa manera, en el lugar en donde actuaban, se establecía una supremacía británica, y con el tiempo la defensa cedía. 

Los Argentinos tenia a su tropa a la defensiva. Como no se podía adivinar con precisión el eje del ataque, hubo que instalar un dispositivo defensivo que contemple la mayor cantidad de líneas de ataque. Las unidades servidoras de armas de apoyo se instalaron a retaguardia de las posiciones de la infantería a la espera de recibir la orden para utilizar sus armas. 

A diferencia de los británicos, estos apoyos provenían en su mayoría de los morteros, ya que el número de ametralladoras disponibles era mucho menor que el de los ingleses (talves aquí esta la mayor diferencia en cuanto a potencia de fuego), y a su vez las piezas que había conservaban una posición fija. Los morteros son efectivos cuando se detecta una fuerza enemiga en aproximación y se la ataca. 

Pero cuando los atacantes asaltan una posición por sorpresa y se entremezclan con los defensores, bombardear esa posición pasa a ser peligroso para la tropa propia. Solo en casos extremos puede utilizarse de esa manera, cuando no existe otra manera de desalojar al invasor de la zona por acción de la defensa en el sitio, y solo es aconsejable esto cuando los defensores pueden meterse en sus pozos y lograr con esto cierto resguardo. Pero para esto hay que contar con dos condiciones absolutamente necesarias: 

La primera es un observador que pueda determinar con precisión la necesidad de apoyo de fuego en una zona determinada. Este observador necesariamente deberá estar en una posición que le permita dominar el terreno donde se pelea. La segunda condición es un sistema de comunicaciones entre la infantería de defensa, el observador y las secciones o grupos de apoyo. En Malvinas, con la sola excepción de una unidad, la mayoría de las fuerzas argentinas adolecieron de este ultimo punto. 

Por lo tanto, en la mayoría de los casos los apoyos de fuego tiraban y tiraban, pero su efectividad era relativa. Cuando agotaban su munición o bien cuando eran atacados, su efectividad se convertía en nula. 

Quisiera citar tres ejemplos de acciones concretas que se dieron en nuestras islas en 1982 para demostrar los que expreso arriba: 

Batalla de Prado del Ganso 28-29 de Mayo: El Regimiento N° 2 de Paracaidistas se enfrenta con la Fuerza de Tareas Mercedes, compuesta por la casi totalidad del RI N° 12, y compañías del RI N° 25, el RIM N° 8, y algunas secciones menores. Esta fuerza prácticamente no poseía armas de apoyo. Los Británicos contaron con fuego de apoyo de la fragata HMS Arrow (sólo de noche, de día seria blanco de la Fuerza Aérea), tres caños de 105 mm del Regimiento 29 de Artillería Real, y dos morteros de 81 mm del propio PARA 2. 

En el transcurso de la noche el cañón de la Arrow quedo fuera de servicio, y la imposibilidad de colocar observadores adelantados de artillería hizo que los cañones de tierra y los morteros no fueran efectivos. El ataque ingles se detuvo. 

Sin embargo los británicos encontraron la manera de paliar sus carencias con los medios de que disponían. No lo lograron del todo y eso les ocasionó no sólo bajas, sino un día de batalla más de lo que tenían previsto. El método que usaron fue el de emplear la doble dotación de ametralladoras de uso general de que disponían, además de los cañones de los blindados livianos Scimitar y Scorpion como fuego defensivo, aunque sin mucha precisión. 

Pusieron a sus 56 GPMG en uso, concentrando el fuego en los lugares necesarios, para luego avanzar y concentrarlo en otro lugar. Y así fueron avanzando. 

Solo como dato anecdótico, la fuerza de tareas Mercedes contaba al momento del combate con 3 ametralladoras Mag y una Browning M2. Y para paliar la falta de potencia de fuego de apoyo se utilizo el cañón antiaéreo Oerlikon (obviamente que este se usó en tiro terrestre solo cuando los atacantes estuvieron a tiro ya que es un arma fija), se transformó a un tractor colocándole una cohetera de Pucara en su techo que se accionaba con baterías de auto, y se dispuso de un Obús Otto Melara más, merced a los oficios de un oficial del RI 25 que tuvo que bucear durante todo un día para rescatarlo de las bodegas del ARA Río Iguazú que había sido atacado por Harriers y estaba semi hundido. 

Monte Longdon 11 de Junio: Hacia la medianoche, el Regimiento N° 3 de Paracaidistas entra en combate con el RIM N° 7. La carga mas pesada de la lucha la soporta la Compañía B de esta unidad, que era la que ocupaba el lado oeste del monte y la cima. 

 
 

Un poco mas al este sobre la misma cima se hallaba una sección de ametralladoras Browning M2 servidas por Infantes de Marina pertenecientes al BIM N° 5. Las posiciones mas al oeste de la Cia. B cayeron rápidamente, pero al llegar a la cima los Paras, entraron en la línea de tiro de la sección de Marinos. 

La potencia de fuego de estas armas en conjunto detuvo en seco a los atacantes. Necesitaron frenarse, esperar a que la sección de apoyo pusiera en condición de tiro a los MILAN, y en posición a una sección de ocho GPMG. En comunicación constante entre el infante del frente y la sección de apoyos, se determino la posiciones exactas de estas armas y combinando el uso de misiles y el fuego sostenido, fueron cayendo una a una las armas pesadas propias. 

Luego de este ataque concentrado en la sección de apoyo argentina solo se mantuvo disparando la pieza n° 4, que no pudo reducirse de otra manera que mediante el asalto frontal en donde perdieron la vida varios ingleses y los soldados argentinos. Es de hacer notar que como posición de retardo, las Browning cumplieron, pero frente a la movilidad y concentración de fuego de armas relativamente livianas finalmente cedieron. 

Monte Tumbledown 12 de Junio: Los Guardias Galeses y secciones de Gurkas atacan al Batallón de Infantería de Marina N° 5. Repetidamente, y a pesar de usar la concentración de fuego de apoyo de similar forma a la usada en combates anteriores, los ingleses no podían tomar la montaña. Y yo considero que esto se debe en gran parte a los fuegos de apoyo que este Batallón desplegó. 

 

A mi criterio, esta fue la única batalla en donde el uso de morteros, ametralladoras pesadas y la artillería de campaña coordinaron y entregaron una cortina de fuego eficaz. No existían doctrinas diferentes entre infantes de Ejercito y Marina (ya que las dos fuerzas entrenan de manera conjunta). Entonces, si el uso y las tácticas son las mismas... 

¿En donde estuvo la diferencia? Yo creo firmemente que la diferencia estuvo en el sistema de comunicaciones que este batallón desplegó. Triplicaron y cuadruplicaron sus cables de conexión entre los pozos de la vanguardia y los centros de comando general y comando de fuegos. Y a pesar de esto también mantuvieron sus sistemas inalámbricos funcionando. 

Esto les permitió no solo mantener una comunicación fluida durante todo el combate entre todas las unidades, sino que durante la espera del enemigo este sistema también sirvió como un medio para mantener al batallón unido, por medio de una especie de radio improvisada que se estableció. Los marinos la llamaron "Radio Pavada". Esto no solo mantuvo la cohesión de la unidad, sino que en pleno combate permitió batir con morteros la zona en donde estaban atrincheradas la propia tropa, que ya estaban entremezclados con sus enemigos. 

De esa manera los argentinos se metieron en sus pozos y los ingleses tuvieron que soportar el fuego a descubierto. Esto, sin comunicaciones, es bastante difícil de lograr. 

Resumiendo 
Resumir solo con estos ejemplos los motivos de la derrota militar no es mi intención. Hubo muchos mas factores que contribuyeron al final de la batalla como el clima, la falta de alimentos, la indebida conducción por parte del comando superior argentino, la elección de esperar al enemigo en lugar de ir a buscarlo, y muchas mas. 

A mi criterio no existieron diferencias notables en cuanto a las armas básicas del soldado que se enfrentaron en Malvinas. Si creo que hubo diferencias en cuanto al uso que se le dieron a estas. 

Las fuerzas nacionales, con algunas excepciones, se limitaron a establecer unidades separadas entre sí, las cuales cumplían un rol especifico dentro de la batalla, y que al combinarlos presentaban una resistencia organizada. En los libros, este sistema parece funcionar. Pero para ello se necesita comunicación, así el comando puede conocer los hechos que ocurren en tiempo y forma, y accionar las armas de la mejor manera para lograr un fin. Y las comunicaciones, salvo en el caso de los marinos, fueron un ítem negativo para nuestras fuerzas. 

Las fuerzas inglesas no solo mantuvieron a sus unidades de apoyo, sino que disponían dentro de la tropa de asalto de equipos que podían proveer en el lugar y momento adecuados de una potencia de fuego adecuada como para destruir una determinada posición. Y si esto no era posible, por lo menos esta fuerza podía aferrar a sus blancos a tierra en espera de mayores recursos. 

Al mismo tiempo, estos apoyos contaban con la suficiente capacidad de movimiento como para trasladarse de un lado a otro del campo de combate y prestar apoyo en el lugar que lo necesite, en un tiempo y con una precisión considerable. Naturalmente que para que esto funciones también se necesita de excelentes comunicaciones, pero parece que en el caso de los británicos, no hubo problemas serios en este aspecto. 

Estas últimas tácticas descriptas, usadas mas de 20 años atrás, podemos verlas aun presentes en los últimos conflictos del medio oriente. Están representadas en el hecho de no solo en dotar a unidades cada vez mas pequeñas (del tamaño de una sección) de mayor potencia de fuego, sino que a nivel de grupo (10-15 hombres) ya se puede observar como por lo menos dos soldados de un grupo portan ametralladoras de fuego sostenido en calibres similares a los del fusil de reglamento, permitiendo que una unidad muy pequeña cuente con dos características indispensables para una milicia. Potencia de fuego y movilidad. 


Rolando Mendez 

Full Adventure

viernes, 1 de junio de 2012

Presupuesto de defensa: El costo real de los programas americanos

El costo real de los programas militares americanos



Armas Argentinas: La modernización del TAM VC

Kit de modenización del TAM provisto por Elbit Systems


Cañón con manguito termal y alerta de iluminación por láser 
 
Equipos inducidos por la modernización 
 
Nuevos cascos (bien israelíes...) 
 
Portados por burócratas locales
 
Pantallas multifunción de (?) 12 pulgadas para consciencia situacional 
 
Lateral izquierdo de la nueva torreta 


Teoría de la guerra: La elección del enemigo

La elección del enemigo
A 27 años de su muerte, el jurista alemán Carl Schmitt sigue sin ser comprendido: su idea de “lo político”, dice el autor, no deja de ser tergiversada por las corrientes más diversas.
 

POR ANGEL FARETTA 

 
CONCEPTOS. Distinguir entre amigo y enemigo es central para Schmitt. 

Ciertos autores, una vez abandonado este valle de lágrimas, pasan a habitar una suerte de purgatorio, pero otros lo hacen en un paraíso ficticio e improvisado. Los primeros buscan, como las criaturas dantescas, salir de allí mediante el óbito de sus lectores que actúan como los orantes que rezan a sus fieles difuntos para alcanzar el definitivo paraíso de la inmortalidad. 

Pero los que son embutidos en un paraíso improvisado más que salir buscan ser reacomodados a su verdadero sendero de inmortalidad. Es que hay un elemento no crítico ni polémico sino terrorista que consiste en acusar a un autor no sólo de aquello que no es ni representa sino de todo aquello contra lo que ha luchado durante su vida. 

Pocos autores vienen gozando desde su ida de este mundo de las estrechas instalaciones del falso paraíso de la fama equívoca como el jurista alemán Carl Schmitt (1888-1985). Cierto que, y como sucede con muchos otros autores tras la Segunda Guerra Mundial, con el cordón sanitario trazado desde la izquierda, fueron ellos mismos los que buscaron si no el equívoco meditado sí una estudiada ambigüedad. ¿No fue otro de ellos, y gran amigo de Schmitt como Ernst Jünger, el que acuñara el concepto del emboscado? Schmitt fue tempranamente conocido en idioma castellano: en las primeras décadas de la posguerra por editoriales decididamente de derecha, tanto de aquellas de “la derecha civilizada” –el término es de Mircea Eliade– como de la derecha digamos un tanto atada al pasado. En España y luego en Argentina, su obra fue mediatizada por el Centro de Estudios políticos de Fraga Iribarne, una publicación todavía vigente. 

Desde hace diez años, Schmitt ha sido citado y saqueado por diversas corrientes de “la izquierda” y hasta del así llamado populismo o nacionalismo, un dueto conceptual que actúa según los tiempos tanto como dóciles hermanos gemelos como de Rómulos y Remos siempre a punto de atacarse mortalmente. 

El concepto de El concepto de lo político siempre fue codiciado botín de las más variadas tendencias de este carnaval ideológico en que se ha convertido el mundo occidental tras el “apagado” de la Guerra Fría. Decimos “apagado” recordando que el frío también quema. La que puede llamarse “izquierda deshegelianizada” y que no está dispuesta a afrontar ningún trance existencial y que tras la caída del bloque soviético se ha arrojado a la yugular de este célebre concepto que dice “la distinción propiamente política consiste en la distinción entre el amigo y el enemigo”. 

También variados anarquistas, verdes y negros, han picoteado por allí. En cuanto a la derecha, existe en buena parte encasillada con incomodidad en algo llamado “neo liberalismo” –algo así como agua de madera– y salvo grupos esotéricos y capillas esquivas a la publicidad editorial o embutidos en sus archivos nadie dice ser hoy claramente de derecha. Así que ese rol es empujado al cajón de sastre conocido oscilantemente como nacionalismo/populismo. El toque a rebato de este desplazamiento ha sido cuando, tras la debacle soviética, Cuba fue sumada por el liberalismo ya global al redil de una “dictadura fascista”. 

Aquí, desde luego, Carl Schmitt podía hacerse presente. Pero aquí también comienzan a anudarse los nuevos equívocos conceptuales y filosóficos. 

Según cierto sociologismo, el nacionalismo es siempre reaccionario en los países centrales, ricos y desarrollados, y revolucionario en los países periféricos, pobres o subdesarrollados. Hubo un tiempo en que el revolucionario psiquiatra Frantz Fanon y su Argelia en armas eran el término de ajuste comparativo. Con ese mundo ahora fraccionado entre la religiosidad del islam y las dictaduras familiares, desde este lado occidental hubo que rastrear algún tipo de pronto socorro filosófico para regar los áridos eriales de la producción filosófico-política de estas tierras. 

Cantar loas a José Martí y a Bolívar no sirve de mucho. Máxime cuando el resumen vital de este último era que había arado en el mar y que jamás seríamos felices. El indigenismo y el telurismo no sirven tampoco, salvo para fabricar los postreros artefactos del realismo mágico. Entonces, y con justicia, algunos pensaron que era hora de pasar del realismo mágico al realismo político. Allí estaba, al alcance de la mano, como un bien mostrenco el autor de Teología política. “Mostrenco” porque, como el ganado cimarrón, pastaba presto a ser enlazado por el primer recién llegado ante el abandono del corral de la derecha tradicional europea. 

Desde luego que si pensamos en términos de derecha-tradicional-europea, el nacionalismo de Schmitt era apenas una fugaz circunstancia. Un parador ideológico. Un baño turco del espíritu para desintoxicarse de las toxinas del capitalismo liberal. Y allí se anuda el primer intríngulis –cuando no aporía– de este transvasamiento schmittiano a los odres del nacional-populismo argentino. El que, encima, tiene características muy especiales y diferenciales del resto de los surgidos en algo cada vez más confusamente llamado “Latinoamérica”. 

Lo nacional en Schmitt es un detalle, un casillero histórico. Complicado como en tantos alemanes por el desbarajuste teratológico del nazismo del cual –como tantos otros– quedó aprisionado. Como un Benito Cereno, tal cual gustaba compararse en su correspondencia con Jünger, mientras éste trataba de complotar con otros para eliminar a Hitler en forma concreta. 

El pensamiento de Schmitt deviene límpidamente de la derecha tradicional europea. Que no quiere decir reaccionaria o que no es siempre reaccionaria. Sí que reacciona contra los embates del iluminismo y luego del liberalismo. El propio pensador ha trazado su genealogía filosófica que incluye a Donoso Cortés, Thomas Hobbes y el olvidado –no por Schmitt– Alberico Gentile. Antes que todos está siempre Maquiavelo. 

Es un pensamiento que nace de su disputa contra “las guerras de religión” producidas por los teólogos que de un lado y del otro fogoneaban a sus príncipes para que por minucias cada vez más intangibles guerrearan incesantemente entre sí. Sumiendo sobre todo a Alemania en el atraso y la miseria. 

Aquí sí Schmitt actúa en alemán nacionalista al lamentar la afrenta sufrida por las guerras de religión a su suelo natal. Por lo demás es un europeo, antes que tuviera que arrastrarse ortopédicamente este término en “europeísta”. Claro que para Schmitt ser europeo es ser romano. O romano germánico como el Sacro Imperio sucesor de Roma durante siglos. A veces sólo nominalmente, pero el Imperio es –como para Dante– una idea, un universal fantástico como lo llamara Vico, y no un pacto ni nada parecido. Aquí lo nacional/ista de Schmitt se diluye en el aire. 

Schmitt cree, como afirmara T. S. Eliot, que Europa está en guerra civil desde hace cinco siglos, es decir desde la “reforma”. Lo cual no quiere decir que la segunda guerra mundial, “civil mundial” según Jünger, no encontrara a Eliot y a Schmitt en bandos territoriales enfrentados. Este es el momento o trance nacional de ambos. Pero lo nacional es circunstancial también en ambos. 

Del mismo modo finca su concepto del enemigo que ha sido vulgarizado primero por sus tempranos críticos, entre ellos el filósofo Leo Strauss que después lo empleara a su manera, y ahora también por sus sedicentes seguidores. El enemigo no es mi enemigo personal, ni partidario, ni menos ocasional. Por ejemplo, puedo detestar, no reconciliarme jamás con alguien o con un medio que haya realizado una mala crítica a uno de mis libros y tenerlo por lo peor en mi mente. Pero no puedo declarar ni a la persona singular ni menos al medio periodístico mi enemigo político. Éste me es dado por mi historia, genealogía, y por mi pertenencia anímico-espiritual. Debo renunciar a volver cualquier enemistad particular en una enemistad general-política. 

La teoría del amigo-enemigo, debe recordarse siempre, fue concebida por un pensador católico. Y nace de otro católico como Maquiavelo. Se sostiene allí que debe renunciarse y sacrificarse toda afrenta, venganza personal o enemistad particular y privada en bien de una enemistad superior, histórica y hasta suprahistórica. Pero no puedo declarar enemigo a un diario o a un canal de televisión travistiéndolo de enemigo político, histórico, geográfico. 

Cuando se busca un enemigo privado y se lo alza hasta las cimas de la enemistad histórica se pierden de vista las enemistades geográficas y territoriales y se rodea al suelo natal de toda serie de acechanzas mientras se pierde el tiempo en ajustar las cuentas con un pequeño incidente doméstico y de puertas para adentro. Que así deben considerarse todas aquellas enemistades que no se resuelven o enlazan con la enemistad histórico-espiritual de larga data. Se debe definir al enemigo histórico y hasta necesario según las coordenadas anímico-genealógicas en las que me reconozco como partícipe también necesario. Las razones genealógicas extensas no pueden ni deben jamás confundirse con las relaciones locales intensas. 

Revista Ñ

Malvinas: El Rapier en San Carlos

Desempeño del misil Rapier 

 

La batería T recibió sus primeras órdenes de despliegue aproximadamente una semana antes del establecimiento de la cabeza de playa, para la que se eligió la caleta de San Carlos en la isla Soledad. Comprensiblemente se descartó todo reconocimiento detallado, ya fuera por tierra o por helicóptero, por parte del personal de la batería, y las posiciones de los lanzadores fueron elegidas inicialmente mediante reconocimiento en un simple mapa y ratificada por la información computada proveniente de Royal Signals and Research Establishment, que proporcionó un panorama mas preciso sobre las dificultades del terreno y la factibilidad de su cobertura. Considerando las serias limitaciones operativas en las áreas de despliegue y las características desfavorables inherentes al terreno, los emplazamientos elegidos fueron los mejores para el cumplimiento de la misión, según se verificó posteriormente. El cable impar del teléfono fue el único no instalado en donde se había previsto. 
A medida que cambiaba la situación, el comandante de la Brigada 3 reconsideraba su evaluación de la amenaza, otorgando a sus elementos de defensa aérea (que incluían los Blowpipe lanzados desde el hombro) la misma prioridad de desembarco que a los cañones de apoyo cercano. El desembarco de asalto comenzó antes del amanecer del 21 de mayo, pero los Rapier no pudieron ser desembarcados y llevados a tierra antes del mediodía. Para entonces, los ataques argentinos habían comenzado y los pilotos de los helicópteros se vieron obligados a continuar con la descarga bajo el fuego de los ataques. En esas circunstancias hubo que atajar, arrojar, arrastrar, se produjeron caídas de materiales; se doblaron algunos rieles de lanzadores; hubo generadores fuera de lugar, seguidores ópticos no sincronizados; se dejaron caer varias plataformas con misiles y se rompieron algunos contenedores. 
Un vehículo y un seguidor óptico se estrellaron contra unas rocas, quedando inutilizados. Cuatro unidades de tiro fueron emplazadas fuera de los sitios designados, lo que produjo una reducción en la cobertura. A pesar de todo, la primera unidad de tiro informó estar lista 25 minutos después de haber recibido su última carga (a las 15:00 hs), conforme a los tiempos empleados en los adiestramientos en las épocas de paz. Los tiempos equivalentes de las otras unidades de tiro fueron todas menores a los 30 minutos, aunque de hecho, solo diez de los doce sistemas pudieron ser transportados a la costa antes de que la caída de la noche interrumpiera los vuelos. La pérdida anterior de un generador implicaba que uno de ellos no sería operativo hasta el día siguiente. 
En un principio, las diez unidades fueron instaladas en un semicírculo rodeando el brazo izquierdo de la caleta de San Carlos para proteger a las tropas que llegaban a tierra o que estaban atrincheradas en ambas márgenes a la entrada de la caleta. Cuatro de las unidades de tiro estaban emplazadas cerca de la cabeza de este brazo de la caleta (Bahía Bonners) mientras que las otras habían sido posicionadas en las montañas que lo rodeaban, las Sussex hacia el Oeste y las Verde hacia el Este. 
En el Norte, el acceso marítimo hacia el estrecho de San Carlos, estaba protegido por una línea de cañones formada por buque de la RN. Es evidente que las unidades de tiro de la Bahía Bonners debían ocuparse de aquellos aviones que lograban penetrar en los estrechos límites de la caleta San Carlos, cuya medida transversal es de 2,5 km en la zona de la cabeza de playa, con campos de tiro muy restringidos y difíciles de despejar desde el punto de vista de los defensores. Los emplazamientos en las montañas proporcionaron una amplia cobertura, pero debido a la forma convexa de las laderas, estas unidades de tiro no tenían línea visual hacia la costa o hacia los buques que se encontraban amarrados directamente debajo de ellas, y solo veían las márgenes opuestas ocupadas por tropas británicas, lo que constituía otro factor restrictivo. Igualmente irritante era el hecho de que los buques de guerra ubicados en el Estrecho de San Carlos al oeste del Mte Sussex , si bien estaban dentro del radio de acción de los Rapier, no se encontraban a cubierto de ninguno de los emplazamientos de la montaña, ni podían estarlo a menos que las unidades de tiro fueran trasladadas fuera del perímetro de defensa local (debieron transcurrir varios días hasta que se confirmó que el área estaba libre de tropas argentinas), y en ese caso se hubiera restado efectividad a la cobertura en San Carlos. 
En el Día Dos, dos de las unidades de tiro de la Bahía Bonners, junto con las unidades 11 y 12 del LSL, fueron desplegadas nuevamente hacia el norte rodeando puerto San Carlos. Este lugar se convirtió en lugar de operaciones de Harrier. El Día Cuatro se desplegó una única unidad de tiro para apoyo directo de los buques de la Marina que se encontraban bajo inmensa presión en la línea de cañones, mas accesible a los aviones argentinos que sobrevolaban las aguas mas amplias del estrecho de San Carlos. El sitio elegido fue Wreck Point , en el extremo norte de los montes Sussex, brindaba cobertura ilimitada en un ángulo muy amplio, del tipo de la aplicadas en el noroeste de Europa. 
El número de unidades de tiro en San Carlos se elevó a 20 con la llegada de los ocho Rapiers Blindfire del escuadrón 63 el día 27 de mayo. Al día siguiente, se transportó por vía aérea un destacamento de la Batería T hasta la ensenada Teal, centro de operaciones de la Brigada 3 recientemente instalado, a unos 45 km hacia el este. Unos días mas tarde, un segundo grupo fue transportado de los LSL Sir Tristam y Sir Galahad (dos unidades de tiro en cada buque) a Puerto Agradable (identificado erróneamente como Bluff Cove por los medios informativos), cerca del nuevo centro de operaciones de la Brigada 5 en Fitzroy, en la costa sur de la isla. Las cuatro unidades de tiro fueron levantadas el 8 de junio para establecer una defensa aérea del área, cubriendo la base logística y el centro de operaciones de la brigada en Fitzroy. Esta disposición defensiva no ofrecía una cobertura eficaz a los buques fondeados en Puerto Agradable. Algunos expertos propusieron frecuentemente en el pasado una versión naval del Rapier, y es interesante comprobar que en esta ocasión los usuarios aconsejaron dejar una unidad de tiro en cada una de las plataformas de popa del LSL y las otras dos en la playa para proporcionar cierta protección en dirección al mar hasta que se completara el desembarco de todos los suministros. No obstante, la idea fue rechazada porque se dijo que no había la suficiente capacidad de helitransporte para que los Rapier fueran trasladados mas de una vez. Ambos buques fueron alcanzados por el primero de los tres ataques aéreos argentinos y se incendiaron muy poco tiempo después de que la ultima unidad de tiro Rapier fuera dejada en tierra. De las tres unidades de tiro que estaban en servicio en ese momento, solo una pudo percatarse del primer ataque debido al efecto de pantalla producido por el terreno, pero lamentablemente sufrió un desperfecto. Las olas subsiguientes fueron llevadas a cabo bajo cobertura y recibieron el ataque de dos misiles, de los cuales uno, habría dado en el blanco. Informes no confirmados sugieren que algunos de los aviones enemigos que participaron en el ataque aterrizaron en Puerto Argentino para reabastecerse y que el “probable” impacto contra un Skyhawk logrado por las tropas estacionadas en la ensenada Teal correspondería a uno de estos aviones en su vuelo de regreso al continente. 
Por lo que el autor a podido constatar, no hubo nuevos despliegues de ninguna de las unidades de tiro Rapier “permanentes” (el plan para defensa de la pista aérea de Goose Green con cuatro unidades de tiro e la Fuerza Aérea británica nunca fue llevado a cabo), aunque el relevo de la batería T (batería 9, también del Regimiento 12) comenzó su despliegue inicial cerca de la capital de Malvinas, aproximadamente en el momento en que fue decretado el cese del fuego. 

 
Un lanzador superficie aire Rapier FSB1 del British Army en White Rincon defendiendo a los barcos de la Task Force británica amarrados en las aguas de San Carlos. 
 
Esta es una fotografía de un lanzador de misiles Rapier denominado Alpha 32. Un sargento del BA está comprobando el radar, que sólo puede ver la `A` para Alpha en la cúpula de la izquierda. Este destacamento derribó 3 aviones argentinos durante la guerra. La batería en su conjunto derribó 14 derribos confirmados de aviones enemigos con seis probables.

Algunas enseñanzas prácticas 
A través de conversaciones mantenidas con aquellos que estuvieron presentes en la cabeza de puente de San Carlos y en despliegues posteriores se obtuvo una comprensión detallada de la realidad de los ataques de los Rapier en Malvinas. 
Se asignaron lanzamientos a todas menos a una de las doce unidades de tiro y el número máximo de impactos logrados por una unidad de tiro individual fue de cuatro, lanzados desde el emplazamiento de puerto San Carlos. Se estima que unos 16 operadores atacaron a los aviones argentinos. La tendencia natural era que el comandante del destacamento designara a un operador con antecedentes de seguimiento comprobados, aunque, de hecho, nadie logró atribuirse mas de dos impactos. 
Por el contrario, uno de los elegidos fue un operador principiante que no había disparados misiles reales durante su adiestramiento ni había hecho seguimientos antes de embarcarse y sin embargo se destacó derribando un Mirage con su primer disparo. 
Es muy probable que la combinación de demoras en el desembarco, equipos dañados o mal ajustados, nervios de los operadores, terreno y condiciones limitadas de las operaciones, hayan impedido que se registraran impactos de los destacamentos Rapier en el Día Uno de los desembarcos, si bien los argentinos dedicaron gran parte de sus esfuerzos a atacar los buques de la línea de cañones perdieron 17 aviones por la acción de otros medios. 
Se advirtió que cuando algunos operadores lanzaban misiles, el seguimiento inicial era llevado con efectividad, pero, debido posiblemente a un exceso de adrenalina o de nerviosismo, se enviaban al misil órdenes de seguimiento innecesarias. El primer día se efectuó el seguimiento de varios aviones, aunque no se los atacó por razones de seguridad ya que los misiles podían estar apuntando hacia tropas británicas. Los emplazamientos en las montañas se abstuvieron de disparar contra el fondeadero de San Carlos, pero todas las restricciones fueron levantadas a partir del Día Tres (el Día Dos la poca visibilidad impidió los lanzamientos). Posteriormente 11 misiles debieron ser desviados de sus blancos después del lanzamiento para evitar que hicieran impacto sobre propias tropas, buques o helicópteros, uno de los blancos propios conocidos fue el mástil de un buque. 
En verdad, el primer impacto logrado por un operador podía ser una experiencia muy perturbadora para él, ya que con muy pocas excepciones ese hecho disipaba cualquier ilusión de que el piloto hubiera podido eyectarse con vida. Un testigo observo que los Mirages alcanzados por un Rapier se disolvían en una bola de fuego, mientras que los Skyhawk tendían a desintegrarse sin encenderse (quizá como tributo a su resistencia; también se observó que otros se alejaban averiados y humeantes después de soportar ataques de armas no especificadas). 
El Radar individual de cada unidad de tiro, tenía un alcance nominal de unos 12 km. En San Carlos, el terreno y la visibilidad permitían que casi todos los blancos descubiertos estuvieran dentro del alcance visual y el radar no prestaba gran utilidad. Otros datos sugieren que hubo casos de interferencia mutua con los radares embarcados. Y en consecuencia los radares de los lanzadores eran casi siempre desconectados y los ataque se llevaban a cabo en forma óptica. La única excepción fue la unidad de tiro de Wreck Point, detectándose el blanco al máximo alcance y derribándolo a 5,6 km. Sin radar de vigilancia, las unidades de tiro tenían mayor dependencia de la red de alerta local de la batería basada en la radio portátil Clansman PRC 351 VHF. (misión similar al ROA argentino). 
Naturalmente, los pilotos argentinos trataron de aprovechar el terreno al máximo para protegerse y frecuentemente solo eran descubiertos de 3 ó 4 km, volando a 400 nudos a menos de 50 pies del suelo y manteniéndose bajo cobertura por un lapso inferior a 25 segundos. 
A pesar de los muchos inconvenientes sufridos se llevaron a cabo ataques exitosos. 

Extraccion de "El Rapier al desnudo" de Rupert Pengelley