jueves, 3 de septiembre de 2015

Ametralladora: Vladimirov KPV-14.5 (URSS/Rusia)


Ametralladora pesada de tanque KPVT-14,5


Ametralladora pesada Vladimirov KPV-14.5 (URSS/Rusia)



Ametralladora pesada Vladimirov KPV-14.5 en el montaje rodado diseñado por Kharanin, derecha; el montaje de alcance es una adición reciente y no estándar

Ametralladora pesada Vladimirov KPV-14.5 en el montaje rodado diseñado por Kharanin, lado izquierdo 

Ametralladora pesada Vladimirov KPV-14.5, vista sobre el receptor y controles

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Futuro sistema de combate: El acorazado del futuro

¿Cuál será el acorazado del futuro?
¿Habrá incluso acorazados en el futuro?
Por Kelsey D. Atherton - Popular Science
 
Concepto de Arte del Futuro Barco T2050 
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Hipótesis de conflicto: Espías británicos en el gobierno argentino



¿Gobierno nacional y popular? ¿Al servicio de la corona británica?

José Quarracino
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miércoles, 2 de septiembre de 2015

Islamismo: La psicología de la demencia terrorista

En la mente de los yihadistas
Un estudio policial concluye que el 60% de los combatientes holandeses tiene problemas psíquicos
ISABEL FERRER La Haya - El País


Un grupo de yihadistas extranjeros del Estado Islámico junto a varios rehenes antes de decapitarles, en noviembre de 2014. / AFP
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Ametralladoras: NSV (T) (URSS)

Montaje de ametralladora antiaérea UTJOS (CLIFF) NSV (T) de 12.7mm 

 
Todos los MBT rusos son tradicionalmente equipado con un montaje de AAMG de 12,7mm. 

 
Cartucho 12.7x108mm 
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USAF: Haciendo pelear al F-35 con el A-10

La Fuerza Aérea desata una batalla de los aviones de combate
¿Puede el elegante F-35 igualar la probada fiabilidad del envejecido A-10? El Pentágono planea averiguarlo.


El F-35 avión de combate y ataque conjunto se enfrentará en ensayos a la envejecida flota de A-10. Staff Sgt. Joely Santiago / Fuerza Aérea de EE.UU. / Reuters

Russell Berman - The Atlantic
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Furtividad: La furtividad en la guerra terrestre

La furtividad en el combate terrestre


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martes, 1 de septiembre de 2015

PGM: La censura militar de fotos (1926)

Portaaviones: clase Chakri Naruebet



Chakri Naruebet (Tailandia) 
Portaaviones ligero 
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Guerra del Chaco: Una anécdota de la Guerra...

Anecdotario de la Guerra del Chaco
Singular empleo de una ametralladora pesada Colt como si fuese una liviana! 
Por Rafael Mariotti

El siguiente en un relato entresacado del libro LISTO VALOIS (1982) del Cnel. (S.R.) Estéban López Martínez, que actuó durante toda la guerra en el Regimiento de Caballería Nro 1 "Valois Rivarola" con el grado de teniente y comandando un escuadrón del mismo regimiento. 

Este libro consiste en relatos de este participante de primera mano de los combates, encuadrado en el célebre regimiento de elite, que tras un desafortunado comienzo con su derrota en Platanillos (diciembre de 1932), fué convertido en una de las unidades más aguerridas del EP gracias a comandantes como el mayor Alfredo Ramos y Damaso Sosa Valdez. Llegaron a ser conocidos por el enemigo como los "diablos verdes" y siempre se los llamaba allí donde hubisen que hacer rupturas complejas. Su característica principal era su gran movilidad. 
Aquí va el relato: 

Envolvimiento enemigo en el Km 148 (Campo Herraje) 

“Supimos en esos días, en reunión de oficiales, que Comanchazo tenía intenciones de atacar Ballivián y Cañada El Carmen. La materialización de tal proyecto resultaba difícil y compleja. Como habíamos dicho, el ejército boliviano, reforzado y descansado, había comprimido su frente y había organizado una sólida posición defensiva alrededor de los fortines arriba mencionados. 

En ese momento la desigualdad de fuerzas efectivas entre ambos contendores era de 35.000 bolivianos contra 21.000 paraguayos. Empero, esta marcada desproporción de fuerzas no parecía preocuparle mucho al Gral. Estigarribia, insigne cultor del principio de la “economía de fuerzas”, y maestro consumado en el arte de ser el más fuerte en el momento oportuno y en el lugar deseado. 

El II C.E. al mando del Cnel. Rafael Franco, controlaba el eje Camacho-Garrapatal-Picuiba y penetraba hacia el Oeste por el eje Camacho-Florida, es decir, operaba en el flanco este de nuestro dispositivo general. 
El enemigo comenzó a mostrarse extraordinariamente activo. Tanto fue así que picada que hacíamos nosotros era interceptada por picada que hacían ellos. Se entrecruzaban las picadas y contrapicadas, piques y contrapiques, en los cuales se producían choques sorpresivos y violentos. La zona se convirtió en un verdadero dédalo en el cual debíamos ser muy cautos, avisados y rápidos.” 

Esto es mencionado por Zook en su libro, donde dice que luego de la derrota de Strongest, Estigarribia volvió a considerar la penetración hacia el Pilcomayo desde la zona de El Carmen, pero los bolivianos estaban extremadamente atentos, y a cada picada paraguaya le oponían una contra-picada con la que la obstruían, frustrándose los intentos de envolvimiento y avance. Esto hizo intentar a Estigarribia un nuevo esfuerzo para conquistar Ballivián, pero este punto estaba extraordinariamente fortificado. No fue extraño entonces, que el general paraguayo, con su característica flexibilidad, pensase en la incursión por Camacho-Picuiba. 

“Tal como era su costumbre el enemigo hacía un generoso derroche de municiones. Menudeaban los disparos ambulatorios de sus baterías de morteros y cañones, por supuesto, sin ninguna eficacia. Los árboles iban quedándose desnudos de ramas. 

Estuvimos en ese activo tejemaneje hasta el 19 de junio (de 1934), fecha en que elementos de nuestra infantería pasaron a hacerse cargo del sector, no recordando si fue el RI 5 “General Díaz” y el 8 “Piribebuy” o ambas Unidades. Más tranquilos por este cambio de situación, el RC 1 pasó a reagruparse más hacia el Noroeste, sobre una misteriosa picada llamada “Recta H”. En aquel laberinto, la ubicación exacta de esta ruta hasta ahora constituye un problema hasta para los mismos topógrafos y cartógrafos. Habiéndolo recorrido un trecho, paramos a descansar, pues nuestra tropa había trabajado en exceso… 

Y allí se nos armó una podrida de padre y señor nuestro. 

Los muy ladinos nos habían estado esperando!” 

Despuntaba el alba del 20 de junio de 1934, cuando el capitán Dámaso Sosa Valdez, Comandante del RC 1 “Valois Rivarola”, me hizo transmitir una orden verbal por intermedio del Oficial de Ordenes, a quien, por ser de gran talla y gozar de ración triple, le habíamos puesto el remoquete de “Chavetón” (Se trataba del Tte. Manuel Wenceslao Chávez). 



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