miércoles, 19 de febrero de 2025

Argentina: Hora de reformar y actualizar las Fuerzas Armadas

Reforma de las Fuerzas Armadas: ¿estamos a tiempo?

En los últimos 40 años, desde el más alto nivel del Estado, nunca se les expresó a las FF. AA. cuál es su razón de ser en la estructura del Estado, ni para qué están.

*Escrito por el Do-Tank Tabula Rasa (Daniel Martella, Luis Soage y César Yagüe) || Infobae


Las Fuerzas Armadas (FF. AA.) han dado -y dan a diario- sobradas muestras de que cumplen las órdenes que reciben, de que están subordinadas al control civil de la defensa y, por ende, de su acabada comprensión y aceptación de este concepto. Esta última cuestión, pese a que muchos no lo crean y mal que le pese a otros, ha dejado de ser hace décadas tema de conversación en los cuarteles. Es así porque no corresponde que sea de otra manera y las FF. AA. lo han asimilado, comprendido, aprendido; lo enseñan, lo repiten y a ningún militar hoy se le ocurriría pensar de otra manera. Esto puede ser expresado con total seguridad y certeza. El que aún crea que no es así debe profundizar su conocimiento de las instituciones armadas.

Sin embargo, desde el año 1983, a las Fuerzas Armadas de la República Argentina se les ha indicado desde el más alto nivel de la conducción del Estado, de manera clara y detallada, qué es lo que no deben hacer, dónde no deben participar, cómo no deben hacer las cosas, con quiénes no pueden entablar relaciones, qué áreas están excluidas de sus procesos de reunión de información, qué armamento no deben poseer, qué temas no deben formar parte de sus planes de estudio, y qué ejercitaciones combinadas no deben realizar.

Como resultado de tantos "no", a lo largo de los años las FF. AA. han transitado un agónico camino hacia la obsolescencia.



Costumbres argentinas

En los últimos 40 años, desde el más alto nivel del Estado y en especial desde el Sillón de Rivadavia, nunca se les expresó a las FF. AA. cuál es exactamente su razón de ser en la estructura del Estado, ni se les dijo claramente para qué están.

Esto ha ocurrido pese a que la Constitución Nacional es explícita cuando se refiere a la atribuciones del Poder Ejecutivo y establece que el Presidente es el Comandante en Jefe de todas las Fuerzas Armadas de la Nación; y pese a que la Ley de Defensa Nacional prescribe taxativamente que es también al Presidente de la Nación a quien le compete en su carácter de Jefe Supremo de la misma y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, la Dirección de la Defensa Nacional y la Conducción de las Fuerzas Armadas. Tengamos en cuenta que esta atribución constitucional hacia las FF. AA. genera de manera tácita una responsabilidad directa diferenciada hacia ellas, habida cuenta de que no hay en la Constitución mayores referencias hacia otros organismos u organizaciones del Estado. Genera una relación directa del Presidente y las FF. AA. respecto de los ciudadanos que constituyen la Nación. Y esta relación no debiera ser meramente declamativa, sino que tiene que ir necesariamente acompañada de la definición explícita de para qué las quiere el Estado.

Que a las FF. AA. les asignen anualmente una partida presupuestaria determinada no significa que se las tenga en cuenta o que se las valore adecuadamente como parte integrante del Estado. Particularmente, cuando esa partida presupuestaria no responde a ninguna imposición específica proveniente de requerimientos definidos por el máximo nivel de conducción del país. Sólo significa que se les asigna una suma para que sea gastada de acuerdo con prioridades definidas, a propuesta de cada Fuerza, para cumplir con las misiones que dicha Fuerza ha definido como su prioridad. Eso sí, esta suma debe ser aprobada por el Estado; de allí puede originarse la confusión generalizada.

Para que esta situación no continúe con su ejecución consuetudinaria, desde el máximo nivel deberían fijarse prioridades para las FF. AA.y estas deberían ser conocidas y aceptadas por todos los niveles de decisión. Preste atención el lector: no estamos hablando de un incremento de la partida presupuestaria. La asignación que se otorgue, pobre o abundante, debe serlo en pos de un para qué superior; en función de un Master Plan que no solamente indique para qué las necesita el Estado, sino también que oriente su adiestramiento, doctrina, organización, equipamiento y despliegue.

Hace más de 30 años que las FF. AA., con su lógica, tratan de deducir, cual Oráculo de Delfos, lo que el Poder Ejecutivo pretende de ellas. Por ello, de los discursos de inauguración de las sesiones ordinarias del Honorable Congreso de la Nación, de los discursos de la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, de los discursos pronunciados con motivo de los aniversarios de cada componente del Instrumento Militar, e incluso de las expresiones públicas de los distintos presidentes, las Fuerzas (de manera independiente y cada una por su cuenta) extrajeron frases y concluyeron, en forma autónoma, cuál era su misión.



Y rasguña las piedras

La forma en la que, presupuestariamente, el Estado argentino se ha relacionado con su brazo armado durante más de tres décadas es haberle asignado un porcentaje (muy bajo, por lejos, el menor de toda América Latina) para que haga lo que pueda con ello. Es decir, el Estado ahogó en un sinsentido presupuestario al instrumento al que deberá recurrir cuando, acabadas las opciones diplomáticas, tenga que disponer la defensa armada ante el avasallamiento de su soberanía.

Sin una misión definida, se hace prácticamente imposible construir los argumentos que den sustento a reclamos en materia presupuestaria. Sin esa clara, precisa y expresa definición, las FF. AA. no pueden definir los medios necesarios para los fines que se les imponen. El fin orienta el desarrollo de los medios y su ausencia transforma las acciones en gestos sin sentido.

Si se hubiera seguido la secuencia indicada, nadie podría sorprenderse hoy por el alto porcentaje de dinero de la asignación presupuestaria que se destina a sueldos. Tampoco podrían sorprenderse por el grado de mantenimiento de los elementos que el Estado puso a disposición de las FF. AA. hace más de 50 años para pelear una guerra que nunca fue definida y que hoy no existe la más mínima posibilidad de que se pelee.

De esa manera el Estado y el Pueblo de la Nación no deberían sorprenderse de que sus FF. AA ."de repente" estén en una situación terminal. Sí, terminal.

Para ser justos, debemos también expresar que esta situación no es sólo responsabilidad de los distintos decisores estratégicos que ha tenido nuestro país desde hace más de 30 años, ni tampoco de sus ministros de Defensa. El desliz no ha sido solo de los civiles que han descuidado el último recurso que tiene el Estado para oponerse a una voluntad ajena a los intereses de la Nación.

Analizando con rigor científico, teniendo en cuenta los pasos para efectuar los pedidos presupuestarios anuales, los Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y del Estado Mayor Conjunto tienen su cuota de responsabilidad, en particular este último, quien tiene la función expresa de asistir y asesorar al ministro. Ellos, que son los responsables de presentar las necesidades de las organizaciones bajo su comando, debieron haber expresado su desacuerdo ante las reducciones a lo requerido. Y justificar, argumentando cuál era la situación de cada una de sus Fuerzas, las causas por las cuales la reducción efectuada dejaba indefensa a la República, aprovechando, como mínimo una vez al año, la evidente oportunidad para expresar que lo hacían sin una clara misión definida por aquél a quien le elevaban el presupuesto.



Lamentablemente, por motivos nunca absolutamente claros, prefirieron aceptar lo que les ordenaban gastar mediante el presupuesto. Ninguno de los cuatro Jefes de Estado Mayor que tiene la Nación expresó nunca a la ciudadanía, ante la cual juró defender la bandera hasta la perder la vida, que el dinero que se les otorgaba no era el suficiente o que no se le daba una misión clara para conducir la organización que comandaban. Hacerlo no habría implicado deslealtad; al contrario, es lealtad elevada a la máxima expresión.

Bajo esta mirada, la de priorizar la protección de su país y sus ciudadanos como General de la Nación y no como General del Estado de un determinado gobierno, la inmolación del general Pierre de Villiers, jefe del Ejército de Francia que en julio de 2017 dimitió por los recortes presupuestarios ordenados por el presidente Emmanuel Macron, puede ser considerada, a ojos de muchos militares argentinos, como un sincericidio y no como lo que es, un acto de hidalguía republicana motivado por la responsabilidad hacia los subalternos y al pueblo de Francia. Esto no fue siquiera imaginado como un acto de insubordinación ni muchos menos. El General tuvo la habilidad de enmarcar perfectamente su reclamo, plantearlo e irse a su casa con la admiración y el respeto de sus pares y de los ciudadanos por los cuales, llegado el momento y por una decisión política, iba a hacer entregar las vidas de sus hombres y mujeres.

Entre muchas causas por las cuales nuestros cuatro jefes de Estado Mayor no pudieron expresar su desacuerdo por los fondos asignados, se encuentra el hecho de que su misión (la misión del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea y del Estado Mayor Conjunto) fue autoimpuesta. Nunca el para qué provino de una fuente de instancia superior a quien reclamarle porque la plata no alcanzaba para lo que pretendía de las FF. AA. Y así administraron los siempre escasos recursos, para repartir la frazada que ayer cubrió los pies y hoy el pecho, pero siempre las FF. AA. pasaron frío.

¿Quién en su sano juicio puede ser el responsable de conducir una organización sin saber exactamente para qué existe realmente la misma? Por ello, y extraídas de la más pura coyuntura, se crearon misiones subsidiarias, secundarias e incluso, en el caso del Ejército Argentino, se habló de "capacidad de disuasión creíble". Si la disuasión no es creíble, no es disuasión. Un oxímoron.



Cuando pase el temblor

Nuestro Estado tiene por delante un gran desafío: crear futuro. En materia militar debe desarrollar el sistema que le permita enfrentar lo que viene, debe concentrarse en los fines y concebir medios acordes a nuestra realidad, en el marco de una visión geopolítica regional y global. Quebrar la inercia de la indiferencia es un desafío de todos como parte integrante de una única voluntad, la de construir un futuro para las generaciones venideras.

La política exterior y la de defensa deben formar parte de un único pensamiento estratégico y geopolítico. Argentina debe transitar las próximas décadas en el marco de fuertes alianzas políticas, económicas y de seguridad. Por consiguiente, conceptos renovados deben motorizar el posicionamiento de nuestro país y de la región.

No es objeto de esta nota el definir un para qué. Sin embargo, estamos convencidos de que esto debería ser expresado considerando al menos la defensa de la vida, los bienes y los recursos naturales de la República, integrándose con el mundo y la región para defender intereses comunes, accionando en forma sistémica (léase, con estructuras cívico-militares) y además teniendo aptitud para enfrentar amenazas definidas en el aire, mar, tierra, ciberespacio y espacio.

El para qué de nuestras Fuerzas Armadas es condición sine qua non para su desarrollo y este sólo puede definirse conociendo el escenario global, regional y local proyectado a 30 años. Un mundo hiperconectado en el que todo sucede en tiempo real, sumado a un tsunami científico tecnológico sin precedentes impondrá, con toda seguridad, la necesidad de crear nuevos instrumentos.

La obsolescencia del Instrumento Militar puede ser una oportunidad. Se debe avanzar en un análisis dejando de lado los paradigmas actuales y desarrollar un método en el que se determinen las amenazas y factores que conforman los escenarios (futuros posibles), se defina una visión (futuro deseado) y se conciban los recursos necesarios para su logro.

En los próximos 20 años seremos testigos de mayores cambios en ciencia y tecnología que en los últimos dos milenios y presenciaremos transformaciones sin precedentes. Lo obsolescente ya forma parte de nuestro día a día, sólo basta con observar la evolución de nuestro teléfono inteligente. Teniendo presente esto, cabe preguntarse qué sistemas debe crear el Estado y para qué. Con certeza, no son los mismos que desde el siglo XX intentan evolucionar y quedan rezagados por una realidad vertiginosa.

A las tres dimensiones espaciales que conocemos se le ha sumado el ciberespacio y, mientras tanto, la órbita espacial se consolida como un ámbito de desafío tecnológico militar. Estas son realidades y no debemos ignorar cómo se configura el escenario en que las FF. AA. deberán actuar.

El mundo transita por la dificultad de solucionar problemas globales sin contar con organizaciones supranacionales con autoridad suficiente para hacerlo. Ejemplo de ello es el cambio climático. A esto se le suma un sector privado hiperactivo que desafía lo público en la generación de ideas y soluciones concretas. La población mundial comparte información y conocimiento en tiempo real y demanda a sus gobiernos respuestas inmediatas.

Crear nuevos instrumentos es el gran desafío. Asumamos la obsolescencia de nuestras Fuerzas Armadas y comencemos a crear futuro.

La mayor certeza de lo aquí expuesto es una sola: así no debemos seguir.

Una cabeza de playa ocupada por 649 valientes y reforzada recientemente por una patrulla de 44 intrépidos marinos reclama que asumamos, de cara al futuro, un compromiso colectivo que trascienda su legado.



lunes, 17 de febrero de 2025

Ejército Argentino: ¿Qué opciones hay para reemplazar el legendario Oto Melara M56?

Obuses y cañones para reemplazar el Oto Melara M56



El cañón Oto Melara M56 de 105 mm ha sido una pieza fundamental en la artillería del Ejército Argentino durante décadas. Sin embargo, su antigüedad y limitaciones en el campo de batalla moderno hacen necesario considerar su reemplazo por un sistema de artillería más avanzado. Este artículo examina las razones estratégicas, operativas y logísticas que justifican esta necesidad.

1. Antigüedad y obsolescencia técnica

El Oto Melara M56 fue diseñado en la década de 1950 y, aunque ha demostrado ser un arma confiable, su tecnología ha quedado obsoleta. Las doctrinas de combate modernas han evolucionado hacia sistemas de artillería más avanzados, con mayor alcance, precisión y capacidad de integración con sistemas digitales de dirección de tiro.

  • Alcance limitado: Su alcance efectivo es de aproximadamente 10,600 metros, considerablemente menor que el de piezas modernas como el M777 estadounidense o los obuses autopropulsados que superan los 30 km con munición especial.
  • Falta de precisión y control digital: A diferencia de los sistemas modernos, el M56 no cuenta con integración a redes de mando y control automatizadas, lo que limita su eficacia en operaciones combinadas.

2. Desventajas operativas en el campo de batalla moderno

El rol de la artillería ha cambiado significativamente en los últimos años, con un enfoque en mayor movilidad, integración con drones y sistemas de guía avanzada. El M56 presenta varias limitaciones en este contexto:

  • Vulnerabilidad al fuego de contrabatería: Su tiempo de despliegue y reubicación es lento en comparación con piezas autopropulsadas o de arrastre ligero como el M777.
  • Dificultad en terrenos modernos: El Ejército Argentino opera en diversos entornos, desde la Pampa hasta regiones montañosas y selvas. La movilidad del M56 es limitada, lo que reduce su efectividad en terrenos difíciles.
  • Baja cadencia de fuego: Mientras que las piezas modernas pueden disparar con rapidez y precisión ajustada digitalmente, el M56 depende de cálculos manuales, lo que lo hace menos eficiente en combate dinámico.

3. Problemas de logística y mantenimiento

El Ejército Argentino ha enfrentado dificultades para mantener operativo el M56 debido a la falta de repuestos y al desgaste natural de las unidades.

  • Falta de repuestos: Dado que el Oto Melara M56 ya no se fabrica, conseguir piezas de reemplazo es cada vez más difícil y costoso.
  • Mayor costo de mantenimiento: Con el paso de los años, los costos de mantener estos cañones han aumentado debido a la necesidad de fabricar piezas específicas o adaptar componentes de otros sistemas.
  • Disponibilidad de munición limitada: Aunque el calibre 105 mm sigue en uso globalmente, muchas naciones han migrado a calibres más grandes (como 155 mm), lo que puede afectar la disponibilidad de municiones compatibles en el futuro.


Aquí te ofrezco opciones para reemplazar el cañón Oto Melara M56 de 105 mm del Ejército Argentino, con detalles de características, municiones compatibles y costos aproximados:

M777A2 de 155 mm (BAE Systems)

  • Características: Es un obús remolcado liviano de 155 mm utilizado ampliamente por fuerzas de la OTAN. Fabricado en titanio, lo que reduce su peso a unos 4,200 kg, facilita su transporte por helicópteros medianos y aviones de carga. Alcance máximo de 30 km con munición estándar y 40 km con munición asistida por cohetes.
  • Municiones compatibles: Puede disparar municiones de alto explosivo (HE), municiones de precisión GPS (M982 Excalibur), municiones de humo, y de iluminación, entre otras.
  • Costo aproximado: $3.74 millones por unidad.
  • Comentarios: Es de origen británico, por lo tanto altamente probable que sea vetada su venta.


CAESAR 155 mm (Nexter)

  • Características: Obús montado en camión de 155 mm. Cuenta con un alcance de 40 km con municiones estándar y 55 km con municiones asistidas. Ofrece alta movilidad debido a su plataforma sobre ruedas y su capacidad de ser aerotransportado en aviones C-130.
  • Municiones compatibles: Incluye HE, Excalibur, fumígenas y de iluminación, con opciones de munición guiada por GPS.
  • Costo aproximado: $5 millones por unidad.



LG1 Mark II de 105 mm (Nexter)

  • Características: Remolcado, ligero (alrededor de 1,500 kg), ideal para operaciones en terrenos montañosos y aerotransportable. Rango efectivo de hasta 17 km con municiones asistidas.
  • Municiones compatibles: Municiones de 105 mm HE, munición de iluminación y humo.
  • Costo aproximado: $600,000 a $1 millón por unidad.





M119A3 de 105 mm (BAE Systems)

  • Características: Obús remolcado ligero usado en el Ejército de EE. UU., de 2,050 kg, alcance de hasta 19.5 km con munición de cohetes asistida. Ideal para despliegue rápido en diferentes terrenos.
  • Municiones compatibles: Municiones HE, fumígenas y de iluminación.
  • Costo aproximado: $400,000 a $500,000 por unidad.
  • Comentarios: Es de origen británico, por lo tanto altamente probable que sea vetada su venta. 


 

M198 de 155 mm

  • Características: Obús remolcado que puede disparar una amplia gama de municiones de 155 mm con un alcance máximo de hasta 30 km. Aunque más pesado, ofrece gran potencia de fuego y alcance extendido.
  • Municiones compatibles: HE, de fragmentación, de humo, de iluminación y municiones de precisión Excalibur.
  • Costo aproximado: $527,000 por unidad.





FH-70 de 155 mm

  • Características: El FH-70 es un obús remolcado de 155 mm con un alcance de hasta 24 km con munición convencional y hasta 30 km con munición asistida por cohetes. Aunque más pesado (alrededor de 9,500 kg), tiene un sistema de propulsión auxiliar que le permite desplazarse por sí mismo en distancias cortas, lo que facilita su posicionamiento en el campo de batalla.
  • Movilidad: Puede desplazarse hasta 20 km/h en terreno llano gracias a su motor auxiliar Volkswagen, proporcionando cierta independencia en el posicionamiento.
  • Municiones compatibles: Dispara municiones de 155 mm, incluyendo alto explosivo (HE), iluminantes, fumígenas, y municiones de precisión como el proyectil guiado M982 Excalibur.
  • Costo aproximado: Dependiendo del estado de conservación y modernización, el costo de una unidad usada ronda entre $200,000 y $500,000. Nuevas o modernizadas pueden superar el millón de dólares.
  •  Comentarios: Existe participación británica en su diseño y producción, por lo tanto podría ser probable que sea vetada su venta. 




Estas opciones ofrecen distintas capacidades y niveles de modernización, siendo útiles en configuraciones tanto móviles como de despliegue fijo. La elección depende de factores operativos específicos como movilidad, logística y compatibilidad con municiones ya disponibles en inventario.

Por las capacidades a reemplazar, el candidato sería el LG1 de Nexter dado que es de origen francés, sin veto británico, con capacidad de disparar munición compatíble con el M56.


Boran Light Towed Howitzer
(Turquía)

Es un obús ligero remolcado de calibre 105 mm, desarrollado por MKEK (Mechanical and Chemical Industry Corporation) en Turquía. Diseñado principalmente para operaciones en terrenos difíciles y zonas montañosas, el Boran es altamente móvil y está pensado para ser transportado por helicópteros o vehículos ligeros, lo que facilita su despliegue rápido en condiciones de combate difíciles.

Algunas características clave del Boran incluyen:

  • Alcance máximo: hasta 17 km con munición de alto poder explosivo.
  • Peso ligero: alrededor de 1,780 kg, que facilita su transporte y operación en terrenos difíciles.
  • Precisión mejorada: cuenta con sistemas de control de fuego digitales, que aumentan la precisión y permiten una rápida puesta en posición para disparar.

El Boran ofrece a las fuerzas armadas la capacidad de proporcionar apoyo de fuego efectivo y flexible, ideal para unidades de reacción rápida y operaciones en áreas de difícil acceso donde otros sistemas de artillería serían menos efectivos o más difíciles de desplegar.







Consideraciones finales

Cada opción tiene sus ventajas según las necesidades operativas. Los modelos LG1 Mark III y Boran son ideales para fuerzas que buscan alta movilidad y compatibilidad con sistemas OTAN modernos. Estas opciones ofrecen distintas capacidades y niveles de modernización, siendo útiles en configuraciones tanto móviles como de despliegue fijo. La elección depende de factores operativos específicos como movilidad, logística y compatibilidad con municiones ya disponibles en inventario. Lamentablemente existen opciones muy buenas pero de producción británica.

Por las capacidades a reemplazar, el candidato sería el LG1 de Nexter dado que es de origen francés, sin veto británico, con capacidad de disparar munición compatíble con el M56. El Boran todavía es desconocido pero podría evaluarse seriamente este candidato.

Argentina: Opciones para mejorar al asalto aerotransportado

Caza cohete: Bachem Ba 349 Natter






Desarrollo - Construcción - Armamento - Motor - Perfil de la misión


En la primavera de 1944, se hizo evidente para el Alto Mando alemán que la ofensiva diurna en constante escalada contra la industria del Tercer Reich que estaba montando la U.S.A.A.F. ya no podía ser contrarrestado solo con medios ortodoxos. tan grave era la situación que había que prestar cuidadosa consideración a lo poco ortodoxo, y no faltaron planes muy ingeniosos para interceptar y destruir las formaciones de bombarderos intrusos, pero pocos resistieron más que un examen superficial de su factibilidad. Una propuesta radical que parecía ofrecer alguna posibilidad de éxito, sin embargo, fue la presentada por Dipl,-Ing. Erich Bachem sugirió un interceptor de defensa de objetivos semidesechable propulsado por cohetes de lanzamiento vertical económico.

 

Historia de desarrollo

En 1944, el RLM emitió un requisito para un interceptor de defensa de objetivos pequeño y económico. Bachem, que había mantenido un estrecho contacto con el Dr. von Braun y el desarrollo de motores de cohetes bicombustibles, presentó una propuesta que designó como BP 20 Natter (Adder).

Se presentaron numerosos proyectos al RLM para cumplir con las demandas del nuevo requisito y, en la evaluación final a principios del verano de 1944, se seleccionó una propuesta de Heinkel, el Proyecto 1077 Julia.



La propuesta de Bachem fue rechazada de plano principalmente porque requería que la aeronave fuera semidesechable y el requisito de consideración del RLM no preveía la pérdida parcial del interceptor después de cada misión. El RLM también analizó el hecho de que el diseño no había sido invitado y presentado para su consideración a través de canales anormales. Fueron pasados al RLM por preocupación con la ayuda del General de Combatientes de la Luftwaffe, Adolf Galland.

Bachem, sin embargo, estaba convencido de la viabilidad de este proyecto y solicitó y obtuvo una entrevista con nada menos que Henrich Himmler, quien dirigía las temidas SS.



Himmler mostró interés inmediato en el proyecto Natter, prometiendo su total apoyo personal. En 24 horas, se informó a Bachem que el RLM había reconsiderado su rechazo anterior y ahora otorgaba al proyecto Natter su máxima prioridad de desarrollo. Se puede decir mucho sobre el miedo y la intimidación que Himmler y las SS llevaron a cabo para lograr que el RLM reconsiderara.

El Natter definitivo difería en algunos aspectos del propuesto originalmente por Bachem. El primer diseño preveía un ataque inicial a la formación de bombarderos durante el cual el Natter gastaría su batería de cohetes, el piloto luego usaría la energía cinética restante para ganar suficiente altura para realizar un ataque de embestida en picado. Inmediatamente antes del impacto, el piloto debía salir disparado de la cabina del Natter, la activación del asiento eyector disparando un rayo explosivo que separaría el fuselaje de popa que albergaba el motor del cohete, y se desplegó automáticamente un paracaídas para bajarlo al suelo para su recuperación y reutilizar. Posteriormente se concluyó que la cabina del Natter era demasiado pequeña para permitir la instalación de un asiento eyectable efectivo. Además, su disposición sólo serviría para complicar un diseño que pretendía aportar la esencia de la sencillez, por lo que se decidió prescindir del ataque de embestida, desechando el piloto el fuselaje delantero completo con parabrisas tras descargar sus cohetes, este acción de soltar la cubierta de la carcasa del paracaídas y desplegar el paracaídas

Construcción (Ver detalle de construcción en galería de fotos)

Durante las semanas que siguieron, se prosiguió con el diseño detallado en paralelo con los senderos del túnel de viento en Braunschweig. Durante las pruebas de túnel, se simularon velocidades superiores a Mach 0,95 sin que aparecieran efectos adversos de estabilidad o compresibilidad. Todo el fuselaje era de madera, y el metal se usaba solo para controlar las varillas de empuje, las bisagras y los puntos de fijación de soporte de carga. El fuselaje era de construcción semi-monocasco con revestimiento laminado, largueros y formadores, y el ala poseía un único larguero de madera laminada que era continuo de punta a punta y pasaba entre los tanques de combustible del fuselaje. El ala no incorporaba superficies móviles, y el control de balanceo se obtenía mediante la operación diferencial de los alerones que formaban parte de las superficies horizontales de la cola. El conjunto de cola podría describirse como de diseño cruciforme asimétrico en el sentido de que el plano de cola estaba montado sobre el fuselaje y las superficies verticales se extendían por debajo del fuselaje. grande en comparación con el ala, la cola contribuyó con una proporción importante de la sustentación total, ya que tanto el ala como el plano de cola tenían un diseño rectangular sin diedro, conicidad o barrido.


Armamento (Ver detalle de armamento en galería de fotos)

Las formas alternativas de armamento consideradas durante la etapa inicial de desarrollo incluyeron una Rohrbatterie de 49 proyectiles de cohetes SG 119 de 30 mm y el Trommelgerat cilíndrico semiautomático con 40 disparos de 30 mm, pero finalmente, una disposición de tubos hexagonales Bienenwabe (panal) para 73 -mm Hs 217 Se adoptaron misiles Fohn (Storm) o tubos cuadrangulares para misiles R4M de 55 mm. Mientras que el Bienenwabe para los misiles más pequeños constaba de 33 tubos, el del misil más gigante constaba de 24 tubos, se descartó una disposición anterior de 28 tubos Fohn debido a la insuficiencia de la ventilación de gases de escape que resultó en una explosión durante la prueba de disparo. Una cubierta de plástico descartable encerraba el extremo delantero del Bienenwabe antes del disparo. El avistamiento de la batería de misiles se logró a través de un simple anillo de alambre de acero montado en la nariz. El piloto disparó los misiles todos a la vez cuando la forma del avión atacado llenó el anillo del sitio.

Se construyeron tres versiones del Natter:

 

Las tres versiones del Natter que fueron construidos:

BA-20 (V)- Modelos experimentales

Serie A: modelos de preproducción de los cuales se construyeron 36 ejemplos.

Serie B: versión de producción final del Natter. Este rediseño presentaba una aerodinámica ligeramente mejor y una cámara de crucero para una mayor resistencia (4,36 min. en comparación con 2,23 min. en la serie A). Solo se completaron tres ejemplos y de ellos, solo uno se probó antes de que terminara la guerra.

Estudio de diseño de la serie C que presentaba una configuración en "T" en lugar de la configuración en "cruz" utilizada en los diseños de las series A y B. Se preveía la versión C que podía lanzarse desde su propio remolque de transporte, capaz de albergar dos Ba-349 C's. Este remolque podría transformarse fácilmente en una rampa de 12 m con una inclinación de 80 grados (Ver abajo)


Motor (Ver detalle del motor en galería de fotos)

Los modelos BA-20 y Ba-349A de preproducción de Bachem estaban propulsados ​​por el motor de combustible líquido Walter HWK 509A. El combustible era 750 kg de peróxido de hidrógeno al 80% y una mezcla 30/70 de hidracina/metanol al 20%. El empuje fue de 1700 kg durante cinco minutos. Como era demasiado bajo para el despegue, se agregaron cuatro propulsores de combustible sólido Schmidling con un empuje total de 2000 kg. Pesaron 495 kg en total, se quemaron durante 10 segundos y luego se desecharon.

A pesar de ser lanzado desde una torre con rieles de lanzamiento, la velocidad en el despegue era demasiado baja para un control efectivo, por lo que a partir del vehículo V16, se agregó vectorización de empuje en forma de timones de acero huecos llenos de agua en el escape del cohete. El agua tardó 30 s en hervir y luego se derritió.

La última serie Ba-349B incorporó el motor de cohete de combustible líquido Walter HWK 509C-1 que poseía un empuje de 4,410 lb 93,750 lb desde la cámara principal y 660 lb desde la cámara auxiliar. Este motor proporcionó el doble de resistencia en el tiempo de vuelo.


Datos del Bachem Ba 349A

Motor motor Walther 509A c/ 4 aceleradores de combustible sólido*
Velocidad máxima
11,000 m per 60 segundo (Vert) 1000 km/h (Horiz)
Peso al despegue 2230 kg cargado con aceleradores (880 kg empty)
Envergadura 4 metros
Resistencia
130 segundos a 800 km/h a 3000 m
Alcance 20-80 km dependiendo de la altitud
Longitud 6.02 m
Armas 24 cohetes de 73 mm Fohn or 33 cohetenes de 55 mm R4M
Combustible interno 750 kg

*El Ba 349B tenía un motor Walther 509c, el cual también tenía un modo de crucero que duplicaba su resistencia.

Perfil de la misión (Ver lanzamiento y recuperación en la galería de fotos)

Para el lanzamiento, el Ba 349 debía montarse en una plataforma casi vertical de 80 pies. rampa, las puntas de las alas y la punta de la aleta inferior de la cola se fortalecieron para correr en los tres rieles de guía. La rampa en sí estaba pivotada en su base para permitir que la aeronave se cargara en posición horizontal. (Más tarde, se desarrolló una rampa simplificada que usaba un larguero de madera simple con una polea en la parte superior que permitía que el Natter se colocara en posición de disparo. Esta rampa no requería guías de riel para las puntas de las alas y proporcionaba un pórtico simple que evitaba el necesidad de un punto de lanzamiento permanente y aseguró un sistema totalmente móvil que requirió muy poco tiempo para configurar).



Se suponía que el Natter no debía ser pilotado por pilotos "reales", sino por pilotos con muy poco entrenamiento. Durante el lanzamiento, debía tener suficiente estabilidad para que no se necesitaran entradas de control. Se calculó que la aceleración inicial no superaría los 2,2 g, pero se salvaguardó la posibilidad de que el piloto se desmayara prefijando los elevones para la trayectoria de vuelo requerida mientras el Natter aún estaba en la rampa. Después de eso, el control de radio desde tierra se hizo cargo y dio órdenes a un piloto automático de tres ejes asumiendo la guía del interceptor a una altitud de 550 a 600 pies, momento en el cual los cohetes impulsores serían desechados.

A una distancia de 1 a 2 millas de la formación del objetivo, se pretendía que el piloto anulara el control del piloto automático, desechara la nariz cónica de plástico para exponer los misiles, apuntara a la parte del cielo donde los bombarderos eran más densos, disparara el dotación completa de misiles en una salva, aléjese de la formación y salga disparado. El único propósito del piloto era dirigir la aeronave durante la fase final del ataque. Esto significaba que el Natter podía emplear personal sin ningún otro entrenamiento que el que podría proporcionar un entrenador terrestre rudimentario. Después de completar su ataque, el piloto debía soltar el arnés de su asiento, desacoplar la columna de control y soltar los pestillos de seguridad y las conexiones mecánicas que sujetaban la sección de la nariz. Esto se desprendería de la aeronave, completo con el parabrisas, el panel de instrumentos, el mamparo delantero y los pedales del timón, liberando simultáneamente una carcasa de paracaídas en la parte trasera del fuselaje. El despliegue repentino del paracaídas arrojaría al piloto hacia adelante y fuera de la aeronave, y descendería en paracaídas de la manera normal. El compartimento trasero que albergaba el motor Walter, que también cayó en paracaídas, sería recuperado para otro uso.

Probablemente habría funcionado bien, ya que era un avión pequeño, rápido y blindado armado con poderosos cohetes. Los riesgos para los pilotos probablemente fueron el control de calidad durante la construcción y los muchos pasos necesarios para una misión exitosa.



2 ejemplares del Natter existen hoy. Uno está en la instalación de almacenamiento Gerber del Smithsonian Air & Space Museum y el otro en el Deusche Museum en Alemania.

Fuentes de información de:

  • "Natter" Bachem Ba 349 por Joachim Dressel Publ. por Schaffer Historia Militar 1994
  • Aviones de combate del Tercer Reich por William Green Publ. Libros Galahad 1990
  • Proyector Holman - Urban-Fredriksson 27 de junio de 1993, página de inicio de la aviación sueca











sábado, 15 de febrero de 2025

Crisis del Beagle: Ataques en el frente central (Puerto Montt, Temuco)

 

Asalto a Puerto Montt y Temuco

Esteban McLaren


La Guerra del Beagle en 1978 casi ocurrió entre Argentina y Chile debido a la disputa por las islas Picton, Lennox y Nueva. Vamos a explorar un escenario alternativo en el que la guerra efectivamente comienza el 22/23 de diciembre de 1978 con los eventos que has descrito: un asalto argentino a Punta Arenas y un desembarco en las islas disputadas, junto con una invasión desde Neuquén a través del paso Puyehue/ Cardenal Samoré hacia Puerto Montt y desde Pino Hachado hacia Temuco.

Esta operación tenía como objetivo cerrar el asedio a la capital trasandina, el cual se había iniciado desde el flanco norte en el valle del Aconcagua. No obstante, en este sector la distancia hasta la capital sería mayor, y a diferencia del flanco norte, donde la propia cordillera dificultaba el flanqueo desde el noroeste o el este (dado que las ciudades costeras se encuentran a pocos kilómetros), aquí podrían existir flancos expuestos en un arco de 180°, con poblaciones de tamaño mediano como Osorno, Talca, Concepción, Talcahuano y Valdivia. En consecuencia, el combate urbano se presentaría como una posibilidad real, lo que ralentizaría el avance. Bajo esta perspectiva, estas campañas podrían entenderse más como un esfuerzo estratégico para dividir al país en dos y dificultar sus comunicaciones, en lugar de ser un apoyo directo al ataque sobre la capital, que se hallaría a cientos de kilómetros al norte. Concentrarse en dominar el territorio implicaba imbricarse en un desgaste de tropas. Mucho más efectivo hubiese sido, tal vez, incursionar para destruir activos de combate en todos los niveles (infraestructura, depósitos, aeropuertos, aeronaves, vehículos de transporte, etc.)

Otros escenarios ya se han analizado el asalto blindado a Santiago por el Norte, la especulación de una invasión chilena hasta Bahía Blanca, el asalto blindado a Punta Arenas, la batalla naval del Beagle, el ataque contra-aéreo sobre Chabunco y el asalto helitransportado a las islas del canal. En cualquier caso, todos estos escenarios así como este mismo es un trabajo en constante actualización y evolución dado que mucha información todavía no es pública y diversos puntos de análisis no han sido explorados. Versiones mejoradas se irán actualizando a futuro: empecemos entonces.

Geografía de referencia: Paso Puyehue (Cardenal Samoré) y Temuco (Norte) y Paso Pino Hachado y Puerto Montt (Sur)


Aquí corresponde una observación. Según algunas fuentes argentinas, las unidades encargadas de invadir territorio chileno a través de los pasos Puyehue y Pino Hachado (ambos en la provincia de Neuquén) estaban bajo el mando del general de división Menéndez. Sin embargo, la información recopilada por el teniente coronel Madrid Murúa indicaba que el avance por el paso Puyehue estaría a cargo del comandante del V Cuerpo de Ejército, el general de división Vaquero, y no mencionaba una invasión por el paso Pino Hachado (Soprano, 2021).

Esta discrepancia podría deberse a las fuentes de planificación a las que cada uno tuvo acceso. La fuente, un oficial de una unidad de artillería prevista para participar en el ataque a Chile a través del paso Puyehue en octubre de 1978, pudo haber conocido una versión preliminar del plan. En cambio, Madrid Murúa, al analizar los hechos con posterioridad, pudo haber accedido a otras fuentes de información o al planeamiento definitivo. En cualquier caso, ambas rutas de invasión fueron analizadas.

Fuerzas enfrentadas

La zona es central e histórica para Chile, posee regimientos tradicionales basados en la región así cómo la principal base naval del país.

1) ORBAT (Order of Battle) regional de cada fuerza:

Argentina:

  • 5ª Brigada de Infantería (Montaña): Con base en Mendoza, esta unidad tendría la responsabilidad principal en la invasión a través del paso Puyehue. Equipados con artillería ligera de montaña, morteros, y algunas unidades de apoyo blindado ligero. Compuesta por:

    • Regimiento de Infantería de Montaña 10 (RIM 10)
    • Regimiento de Infantería de Montaña 11 (RIM 11)
    • Regimiento de Caballería de Montaña 8
    • Grupo de Artillería de Montaña 8
  • VI Brigada de Infantería de Montaña: Con base en Neuquén, apoyaría el avance desde el sur, proporcionando refuerzos y cubriendo flancos. Compuesta por:

    • Regimiento de Infantería de Montaña 21 (RIM 21)
    • Regimiento de Infantería de Montaña 22 (RIM 22)
    • Grupo de Artillería de Montaña 6
  • XII Brigada de Infantería Mecanizada: Con base en Río Gallegos, tendría la responsabilidad del ataque a Punta Arenas. Compuesta por:

    • Regimiento de Infantería Mecanizado 24 (RIMec 24)
    • Regimiento de Caballería Blindado 9
    • Grupo de Artillería 3
    • Grupo de Artillería Antiaérea 11


Chile:

  • III División de Ejército: Responsable de la defensa de la región sur de Chile, con sede en Valdivia, tendría que movilizar unidades hacia la zona de Puerto Montt y Punta Arenas.
    • Brigada Acorazada "Coraceros": Con base en Puerto Varas, cerca de Puerto Montt, equipada con algunos viejos tanques Sherman sin modernización y una veintena de M-41 Walker Bulldog.
    • Brigada de Infantería N° 4 "Rancagua": Con base en Punta Arenas, con un papel crítico en la defensa de la ciudad.
    • Regimiento Reforzado N° 7 "Chacabuco": Con base en Concepción, sería movilizado hacia el sur.
    • Grupo de Artillería N° 12 "Aysén": Con artillería de campaña y antiaérea para la defensa de la región de Puerto Montt.


2) Invasión argentina a Puerto Montt:

Fase 1: Paso Puyehue/Cardenal Samoré

  • La invasión comenzaría con la 5ª Brigada de Infantería (Montaña) cruzando el paso Puyehue. Este paso es de gran altitud y difícil acceso, especialmente en invierno. La primera tarea sería asegurar el control del paso y las rutas de acceso a Chile, como Villa La Angostura y San Carlos de Bariloche, para asegurar la línea de suministro.

Fase 2: Avance hacia Osorno

  • Una vez asegurado el paso, la brigada se movería hacia Osorno, un punto estratégico por su ubicación y red de carreteras que conecta con Puerto Montt. La toma de Osorno sería crucial para cortar refuerzos chilenos que podrían venir desde Valdivia y otras partes del norte de la región.

Fase 3: Toma de Puerto Montt

  • Desde Osorno, las fuerzas argentinas se desplazarían hacia el sur, siguiendo la Ruta 5 Sur, el corredor principal hacia Puerto Montt. Los argentinos deberían tomar Río Bueno, La Unión y Llanquihue antes de llegar a las puertas de Puerto Montt. La ciudad es clave por ser un centro logístico y de transporte, así como por su puerto, que permite acceso al Pacífico.





3) Resistencia trasandina a la invasión

Defensa Inicial:

  • La Brigada Acorazada "Coraceros" sería la primera en responder, utilizando sus tanques y vehículos blindados para montar defensas móviles a lo largo de la Ruta 5 Sur, intentando retrasar el avance argentino. Además, utilizarían el terreno montañoso y los ríos para establecer líneas defensivas en profundidad.


Resistencia en Puerto Montt:

  • Las fuerzas chilenas defenderían ferozmente Puerto Montt, estableciendo defensas urbanas y utilizando artillería y fuerzas irregulares (reservistas y civiles) para reforzar la resistencia. Las fuerzas de la Brigada de Infantería N° 4 "Rancagua" en Punta Arenas podrían ser desplazadas por mar para reforzar la defensa de Puerto Montt.

Operaciones de contención y contraataque:

  • Si las fuerzas argentinas avanzaran demasiado rápido, Chile podría intentar un contraataque desde el norte con fuerzas de la III División, utilizando unidades del Regimiento Reforzado N° 7 "Chacabuco" desde Concepción y otras unidades movilizadas de Valdivia y Osorno.

Guerra de guerrillas:

  • En caso de que las fuerzas chilenas fueran superadas en la defensa convencional, podrían recurrir a una guerra de guerrillas, aprovechando el terreno accidentado y la red de ríos y lagos para hostigar las líneas de suministro argentinas.

Este escenario alternativo habría resultado en un conflicto extremadamente costoso para ambas naciones, con combates intensos en las regiones montañosas y urbanas del sur de Chile.

Puntos de estancamiento potencial al avance argentino

En el contexto de una invasión argentina hacia Puerto Montt a través del paso Puyehue/Cardenal Samoré, habría varios puntos críticos donde el avance argentino podría estancarse debido a la combinación del terreno difícil, la defensa chilena, y las limitaciones logísticas. A continuación, se detallan los puntos más probables de estancamiento.

Lo más caótico y ridículo era que los medios más poderosos, los ya viejos tanques AMX-13, iban a ser empleados en la zona de Pino Hachado, en la provincia de Neuquén. Estos blindados penetrarían en un área conocida como La Horqueta, por la boca ancha de un embudo, para luego salir —en columna y desfilando— por la boca estrecha de ese embudo, a través de un desfiladero montañoso. Esta maniobra facilitaría al adversario la destrucción de nuestros blindados con fuerzas de poca magnitud, equipadas con armas antitanques. Una vez más, quienes concibieron el plan se olvidaron de los manuales y de la doctrina más elemental. (Balza, un ex-militar muy citado por los trasandinos más no por sus connacionales)
Habría que recordar que con ese criterio jamás se hubiese invadido Normandía ni San Martín hubiese cruzado los Andes. Se debe tener en cuenta que Argentina iba a operar en condiciones de superioridad aérea, por lo que las dificultades en el plano bidimensional podían ser enfrentadas desde el plano tridimensional, sin grandes amenazas de contraataque aéreo.

Más aún, Balza y otros oficiales realizaron un reconocimiento encubierto en Chile, disfrazados de turistas. Identificaron puntos clave del terreno y concluyeron que la ofensiva presentaba serios problemas logísticos y estratégicos. La unidad debía avanzar por el paso Puyehue, pero este oficial advirtió que los puentes sobre el río Gol Gol podían ser destruidos por Chile, dejando su artillería atrapada. Además, el plan contemplaba un avance de tanques por el paso Pino Hachado, un desfiladero estrecho donde podrían ser fácilmente destruidos. La improvisación era evidente, reflejando errores estratégicos que también estarían presentes en la Guerra de Malvinas cuatro años después. Ahora, este oficial fue definitivamente parte de la improvisación al no solicitar ingenieros para lanzar puentes o reparar los detonados. En vez de quejarse como cada declaración anti-militar que ha hecho desde que probó las delicias del poder político, podría haber aportado desde la propuesta de solución. Si es por cobardes como Balza, Hitler hubiese sido emperador de Europa.

1) Paso Puyehue/Cardenal Samoré

  • Terreno y clima: El paso Puyehue es una ruta de alta montaña que, especialmente en invierno, puede ser extremadamente difícil de cruzar debido a la nieve, el hielo y las condiciones climáticas adversas. Incluso en verano, el terreno montañoso y boscoso presenta serios desafíos logísticos y de movilidad. Este sería el primer punto donde el avance podría estancarse, ya que las fuerzas argentinas tendrían que asegurar el paso mientras enfrentan posibles defensas chilenas o sabotajes de las rutas.

  • Defensa chilena: Las fuerzas chilenas podrían utilizar unidades ligeras de infantería y artillería de montaña para hostigar a los invasores en el estrecho y accidentado terreno del paso. Tácticas de demolición y emboscadas podrían retrasar significativamente el avance argentino.


2) Osorno

  • Importancia estratégica: Osorno es un centro urbano clave, controlando el acceso al sur de Chile a través de la Ruta 5 Sur. La ciudad tiene una importancia estratégica debido a su red de carreteras y comunicaciones, por lo que las fuerzas chilenas seguramente establecerían una fuerte defensa aquí.

  • Defensas urbanas: Combates urbanos en Osorno podrían causar un estancamiento del avance argentino, ya que las tropas tendrían que lidiar con posiciones defensivas preparadas, posibles barricadas, francotiradores, y el uso del terreno urbano para ralentizar el avance. Las fuerzas chilenas, apoyadas por artillería y tanques ligeros de la Brigada Acorazada "Coraceros", podrían convertir a Osorno en un punto de resistencia significativo. Podría ser una opción para las fuerzas argentinas desviarse de tomar esta posición aislarla o someterla a bombardeo de artillería y aéreo.


3) Río Bueno y La Unión

  • Ríos como Obstáculos Naturales: Los ríos Bueno y Maullín, cerca de las ciudades de Río Bueno y La Unión, representan importantes obstáculos naturales. Estos ríos, con sus puentes y vados limitados, serían puntos ideales para que las fuerzas chilenas intentaran detener o retrasar el avance argentino.

  • Destrucción de Infraestructura: Chile podría destruir puentes clave y usar artillería para impedir la construcción de puentes temporales o cruces anfibios, causando un estancamiento significativo en el avance argentino.

4) Llanquihue y la Ruta 5 Sur

  • Terreno Controlado: Entre Llanquihue y Puerto Montt, la Ruta 5 Sur es un corredor clave que pasa a través de un terreno que, aunque más plano que el paso de montaña, sigue siendo ideal para la defensa en profundidad por parte de los chilenos.

  • Defensa en Profundidad: Las fuerzas chilenas podrían emplear tácticas de defensa en profundidad, con líneas defensivas sucesivas a lo largo de la Ruta 5 Sur. Los constantes ataques de artillería y posibles contraofensivas acorazadas desde Puerto Montt podrían causar un estancamiento argentino antes de llegar a la ciudad.

5) Puerto Montt

  • Defensa Urbana Intensa: Puerto Montt, al ser el objetivo principal, vería una defensa urbana intensa. El terreno costero, combinado con las infraestructuras urbanas, permitiría a los defensores chilenos organizar una defensa sólida y bien atrincherada.

  • Refuerzos Navales y Aéreos: Chile podría emplear su marina y aviación para reforzar la defensa de Puerto Montt, atacando las líneas de suministro argentinas y evitando un avance rápido. Además, el terreno costero permitiría un uso efectivo de artillería naval y ataques aéreos para hostigar a las fuerzas invasoras.

Resumen del avance en Puerto Montt

En este escenario, el avance argentino hacia Puerto Montt se estancaría probablemente en el Paso Puyehue/Cardenal Samoré, Osorno, y los ríos cercanos a Río Bueno y La Unión, antes de encontrar una defensa urbana intensa en Puerto Montt. La combinación de terreno difícil, defensas en profundidad y tácticas de guerrilla podría frenar considerablemente el avance argentino, haciendo que la campaña se prolongue y se vuelva más costosa.







Caso de Temuco

La crisis del Beagle de 1978 estuvo al borde de un conflicto armado entre Argentina y Chile, con el Plan "Soberanía" diseñado por Argentina para invadir Chile en múltiples frentes. En este escenario de historia alternativa, ahora nos enfocaremos en la hipótesis de que Argentina busca tomar Temuco, una ciudad clave en el sur de Chile, lo que implica un cruce por la cordillera de los Andes en una de sus zonas más difíciles.



Plan Argentino: La toma de Temuco

Objetivos de la ofensiva

  1. Cortar el sur de Chile: Tomar Temuco permitiría dividir el país en dos, impidiendo que Santiago refuerce la región sur.
  2. Controlar la Ruta 5 Sur: La carretera longitudinal es la principal vía de comunicación de Chile; su captura facilitaría la movilidad argentina.
  3. Debilitar la resistencia chilena en la Araucanía: La zona era menos defendida que Santiago o Valparaíso, con menos tropas y menor capacidad logística.

 


Fuerzas Argentinas para la operación

Para esta ofensiva, el Ejército Argentino habría empleado unidades de montaña y blindadas, con apoyo aéreo y fuerzas especiales.

  • V Cuerpo de Ejército (con base en Bahía Blanca)
    • VI Brigada de Infantería de Montaña (con efectivos entrenados en combate en la cordillera).
    • Brigada Blindada III (para explotar avances en terreno más abierto).
    • Elementos de la IV Brigada Aerotransportada (para posibles infiltraciones).
    • Grupo de Artillería de Montaña 6 (con obuses para apoyo de fuego).
    • Escuadrones de Fuerzas Especiales (para sabotajes y reconocimiento).

Apoyo de la Fuerza Aérea Argentina (FAA):

  • Escuadrón de aviones A-4 Skyhawk y Mirage III para ataques aéreos.
  • Helicópteros Puma para transporte rápido de tropas.



Ejes de avance

Para llegar a Temuco desde Argentina, los principales pasos cordilleranos utilizables en una ofensiva serían:

  1. Paso Cardenal Samoré (Bariloche - Osorno - Ruta 5 Sur - Temuco)

    • Ruta con buena infraestructura, apta para vehículos pesados.
    • Desventaja: Expone la ofensiva a ataques desde Valdivia y Puerto Montt.
  2. Paso Pino Hachado (Zapala - Lonquimay - Temuco)

    • Opción viable para una fuerza de montaña con blindados ligeros.
    • Más difícil en términos logísticos y de movilidad.

Plan de avance:

  1. Operación Relámpago: Se envían comandos aerotransportados a cortar puentes y rutas de escape.
  2. Ataques simultáneos desde Cardenal Samoré y Pino Hachado con apoyo aéreo y artillería.
  3. Rápida penetración hacia Temuco con fuerzas blindadas explotando cualquier brecha en la defensa chilena.
  4. Toma del aeropuerto Maquehue para recibir refuerzos aerotransportados.
  5. Fortificación de la ciudad y preparación para una contraofensiva chilena.

Tácticas argentinas

  • Blitzkrieg Andina: Se combinan ataques aéreos, movilidad blindada y fuerzas aerotransportadas para avanzar rápidamente.
  • Fintas y engaños: Pequeños ataques en otros pasos cordilleranos para dispersar las fuerzas chilenas.
  • Guerra psicológica: Difusión de mensajes sobre una supuesta victoria rápida para desmoralizar al enemigo.


Defensa chilena: Resistencia en Temuco

Fuerzas disponibles en el Sur

En 1978, el Ejército Chileno tenía menos efectivos y material pesado que Argentina, pero contaba con experiencia en guerra de montaña y un profundo sentido de defensa territorial.

Unidades en la zona de Temuco:

  • Regimiento de Infantería N° 8 "Tucapel" (con base en Temuco).
  • Regimiento Reforzado N° 3 "Yungay" (Valdivia, disponible para reforzar).
  • Destacamento de Montaña en Lonquimay (vital para retardar el avance argentino).
  • Brigada de Aviación del Ejército (BAVE) con helicópteros UH-1H para movilidad táctica.

Apoyo de la Fuerza Aérea de Chile (FACh):

  • Escuadrón de Hawker Hunter (cazas-bombarderos). Dudosa disponibilidad dado que se hallaban resguardados en Cerro Moreno, Antofagasta.
  • Escuadrón de A-37 Dragonfly (ataques a unidades blindadas). Más factible de operar en la zona.

Tácticas de defensa chilena

  1. Defensa en profundidad: En vez de enfrentar de inmediato a los argentinos, las tropas chilenas se habrían retirado lentamente, desgastando al enemigo con emboscadas y ataques puntuales.
  2. Destrucción de infraestructura clave: Puentes volados y caminos bloqueados para ralentizar el avance argentino.
  3. Uso del terreno: La densa vegetación y el relieve montañoso favorecen la guerra de guerrillas.
  4. Defensa del aeropuerto Maquehue: Impedir su uso por los argentinos sería clave para evitar refuerzos aerotransportados. El aeropuerto sería blanco de la Fuerza Aérea Argentina.
  5. Contraataques con fuerzas aeromóviles: Equipos de asalto en helicópteros atacarían las columnas argentinas vulnerables. Se desconoce el estado operativo de la flota de helicópteros chilenos pero tranquilamente podía tener un estado de muy baja operatividad debido a las restricciones de la Enmienda Kennedy.
  6. Coordinación con la Armada: Posible desembarco de tropas en la costa para cortar el avance argentino por la retaguardia. También altamente improbable debido a que la ACh se encontraba enfrascada en la campaña del Beagle.


Escenario final: ¿Quién habría ganado?

La captura de Temuco no habría sido una tarea sencilla para Argentina debido a la combinación de obstáculos geográficos, la resistencia chilena y la logística extendida de las fuerzas invasoras.

📌 Posibles desenlaces:

  1. Argentina logra tomar Temuco: Una vez tomada la ciudad, es muy probable que hubiese sido usada como base para el avance al Norte hacia Santiago o como cuartel general de toda la región para ocupación del territorio. Asimismo, si se prolongaba la guerra, una contraofensiva chilena desde Concepción y Valdivia podría haber rodeado a las tropas argentinas, forzándolas a retirarse si es que no capitulaba Santiago.
  2. Chile logra contener la invasión: Mediante defensa en profundidad y ataques puntuales de infantería, las fuerzas chilenas pueden frenar el avance antes de que Temuco caiga.
  3. Guerra prolongada y estancada: Sin un avance rápido, la guerra se estanca en la cordillera, con enfrentamientos prolongados en la región.

Conclusión

Si bien Argentina tenía superioridad numérica y material, Chile poseía la ventaja defensiva del terreno y un mando cohesionado con tropas más numerosas. La toma de Temuco habría requerido una operación relámpago extremadamente bien ejecutada, y cualquier retraso habría dado tiempo a los chilenos para reorganizarse y contraatacar.

En este escenario alternativo, el destino de la batalla habría dependido de la velocidad argentina y la capacidad chilena de resistir y desgastar al enemigo. En cualquier caso, el objetivo principal de estas dos campañas (Puerto Montt y Temuco) debería haber sido destruir la mayor cantidad de activos militares chilenos para deshabilitar su uso con el fin de interrumpir el avance hacia Santiago por el Paso Puyehue desde el Sur. Dentro de esta dinámica, no se debiera retener terreno por mucho tiempo debido a la enorme probabilidad de ser rodeados por la misma ubicación geográfica de los objetivos en el centro del dispositivo enemigo.


Fuentes

  • Soprano, Germán (2021), "Conflicto de límites con Chile y operaciones militares de las Fuerzas Armadas argentinas en 1978. Experiencias de la artillería de campaña en el «Operativo Soberanía»", incluido en Soprano Manzo, Germán Flavio (editores), Fuerzas Armadas, fronteras y territorios en Sudamérica en el siglo XX: Perspectivas y experiencias desde Argentina y Brasil,   Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (ISBN 978-950-34-2005-8)

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