viernes, 9 de mayo de 2025

EA: Trabajos en el Batallón de Mantenimiento de Comunicaciones 601

Mantenimiento de efectos de comunicaciones en Córdoba

Fuente: EA



El Batallón de Mantenimiento de Comunicaciones 601 ejecutó tareas de mantenimiento preventivo y correctivo de segundo y tercer nivel en sistemas electrónicos de comunicaciones y no comunicaciones, con el objetivo de optimizar la capacidad operativa de la IVta Brigada Aerotransportada, de la Agrupación de Fuerzas de Operaciones Especiales y otras unidades guarnicionales.



Esta actividad también sirvió para capacitar a los cabos recientemente egresados de la Escuela de Suboficiales del Ejército “Sargento Cabral”, que se encuentran realizando las prácticas profesionalizantes de la Tecnicatura Universitaria Militar con orientación en Electrónica.



jueves, 8 de mayo de 2025

Helicóptero utilitario: Sikorsky S-49 / R-6 Hoverfly



Sikorsky S-49 / R-6 Hoverfly





El Sikorsky R-6 es un helicóptero ligero biplaza estadounidense de la década de 1940. Al servicio de la Royal Air Force y la Royal Navy, se denominó Hoverfly II.

Desarrollo

El R-6/Hoverfly II se desarrolló para mejorar el exitoso Sikorsky R-4 . Para optimizar el rendimiento, se diseñó un fuselaje aerodinámico completamente nuevo y se alargó y enderezó el brazo que soporta el rotor de cola. Se conservaron el rotor principal y el sistema de transmisión del R-4. Sikorsky designó el Modelo 49 al nuevo diseño. Posteriormente, Doman Helicopters Inc. realizó modificaciones dinámicas para equilibrar el rotor. El nuevo avión podía alcanzar los 160 km/h (100 mph), en comparación con los 132 km/h (82 mph) del diseño anterior.



La producción inicial estuvo a cargo de Sikorsky, pero la mayoría de los ejemplares fueron construidos por Nash-Kelvinator . Algunos de los aviones posteriores fueron equipados con motores más potentes.


Un transporte Sikorsky R-6A transporta a un soldado herido desde el campo de batalla durante junio de 1945 en Luzón, Filipinas.


Historial operativo

Los primeros R-6 se entregaron a las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos (USAAF) a finales de 1944 y algunos fueron transferidos a la Armada de los Estados Unidos (USN). Inicialmente, se pretendía transferir 150 R-6 a la Real Fuerza Aérea (RAF), pero los retrasos causados ​​por el traslado de la producción de la fábrica de Sikorsky en Stratford, Connecticut , a Nash-Kelvinator en Detroit, Michigan, resultaron en que solo se entregaran 27 R-6A a la RAF, con el nombre de Hoverfly II. Quince de estos fueron transferidos a la Fuerza Aérea de la Flota (FAA) de la Armada Real.



Algunos ejemplares de la RAF fueron asignados al Escuadrón 657 de la RAF para probar el uso de helicópteros en la función de Cooperación con el Ejército, y se pudieron instalar dos camillas externas en el fuselaje. El Escuadrón 657 operó sus Hoverfly II como puestos de observación aérea, avistando unidades de artillería del Ejército. Los Hoverfly II permanecieron en servicio hasta abril de 1951, y un ejemplar del escuadrón se exhibió en el Salón Aeronáutico de Farnborough de septiembre de 1950.



La FAA utilizó sus Hoverfly II en funciones de entrenamiento y enlace. Entre las unidades navales que utilizaron este modelo se encuentran el Escuadrón 771 desde diciembre de 1945, seguido del Escuadrón 705.



La USAAF operó sus R-6 en funciones secundarias y los sobrevivientes fueron redesignados H-6A en 1948. Los ejemplares de la USN fueron designados HOS-1 y se pretendía transferir otros 64 desde la USAAF, pero esto no se llevó a cabo.



A finales de la década de 1940, se vendieron excedentes militares S-49 en el mercado civil, pero ninguno sigue en funcionamiento. Cuatro de ellos se exhiben actualmente en museos estadounidenses.


Un HOS-1 de la Marina de los EE. UU. en enero de 1947

Un R-6A Hoverfly II en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de EE. UU.

Variantes

XR-6
    Prototipo propulsado por un Lycoming O-435-7 de 225 hp (168 kW) (uno)
XR-6A
    como XR-6 pero propulsado por el Franklin O-405-9 de 240 hp (180 kW) (cinco) de los cuales tres a la Marina de los EE. UU. como XHOS-1
NY 6A
    como XR-6A con pequeños cambios (26) construido por Nash-Kelvinator
R-6A
    Modelo de producción (193) construido por Nash-Kelvinator, de los cuales 36 a la Marina de los EE. UU. como HOS-1 y 27 a la RAF como Hoverfly II.
R-6B
    Variante proyectada con 225 hp (168 kW) Lycoming O-435-7, pero no se llevó a cabo
XR-7
    Desarrollo proyectado del XR-6 con un motor Franklin O-405-9 de 240 hp (180 kW), no construido.
Doman LZ-1
    Un R-6A modificado como banco de pruebas
Doman LZ-1A
    Un R-6A modificado como banco de pruebas con palas de rotor sin bisagras diseñadas por Doman y un cubo de rotor autolubricado.

Operadores

 Reino Unido
    Real Fuerza Aérea

 Estados Unidos
    Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos
        162.º Escuadrón de Enlace
    Fuerza Aérea de los Estados Unidos
        72.º Escuadrón de Enlace
    Guardia Costera de los Estados Unidos
    Marina de los Estados Unidos

 México
    Fuerza Aérea Mexicana


Especificaciones (R-6A)


Datos de Thetford, 1977

Características generales

  • Tripulación: una
  • Capacidad: un observador
  • Longitud: 47 pies 11 pulgadas (14,61 m)
  • Peso bruto: 2600 lb (1179 kg)
  • Planta motriz: 1 × Franklin O-405-9 pistón, 240 hp (180 kW)
  • Diámetro del rotor principal: 38 pies 0 pulgadas (11,58 m)


Rendimiento

  • Velocidad máxima: 100 mph (160 km/h, 87 nudos)
  • Techo de servicio: 10.000 pies (3.000 m)









EA: Ejercitaciones del Regimiento de Infantería de Monte 9

Adiestramiento operacional del Regimiento de Infantería de Monte 9

Fuente: EA



La unidad con asiento de paz en San Javier desarrolló ejercitaciones a nivel grupo en el campo de instrucción guarnicional.



Entre las actividades realizadas se destacan la aplicación de técnicas y procedimientos de combate en el ambiente geográfico particular de monte, la certificación de las capacidades adquiridas por el personal y la ejecución de ejercicios de plana mayor.



miércoles, 7 de mayo de 2025

Royal Navy: ¿Necesita realmente dos portaaviones?

¿Necesita Inglaterra dos portaaviones?





El gobierno del Reino Unido ha reafirmado la relevancia estratégica de los portaaviones para la defensa nacional, pero los próximos recortes presupuestarios, derivados de las medidas de ahorro impuestas por el Tesoro, podrían poner en entredicho el futuro operativo del HMS Queen Elizabeth y el HMS Prince of Wales.

Aunque se señala que la economía británica crece a un ritmo superior al de otros miembros del G7 (una afirmación discutida por diversos analistas), la narrativa oficial del nuevo gobierno laborista insiste en la existencia de un “agujero negro” fiscal de 22.000 millones de libras (equivalente a unos 28.500 millones de dólares). Este déficit, unido a un clima de pesimismo respecto a las perspectivas económicas, podría provocar recortes significativos en el presupuesto de defensa.

Si estos ajustes se concretan, todas las ramas de las Fuerzas Armadas buscarán recortar costos donde sea viable, lo que afectaría también a la Marina Real. La posibilidad de suspender o aplazar adquisiciones está sobre la mesa, y la flota no sería la excepción. La baja actividad operativa reciente de ambos portaaviones, junto con los problemas mecánicos que han experimentado y que requieren costosas reparaciones, aumentan la probabilidad de que uno de ellos sea relegado a un estado de “alta preparación”, lo que en la práctica equivaldría a dejarlo fuera de servicio bajo un término más diplomático.

Consultado por la oposición conservadora sobre el posible impacto de la Revisión Estratégica de Defensa en la operatividad de los portaaviones, Luke Pollard, Secretario de las Fuerzas Armadas, declaró el 24 de octubre de 2024 que “las capacidades de los portaaviones son fundamentales para la defensa nacional”. Sin embargo, también enfatizó “la importancia del poder naval en un sentido más amplio”, destacando el desempeño de la Marina Real durante la crisis de los ataques hutíes a buques mercantes en el Mar Rojo antes de 2024.

En esa operación, la Marina Real se basó principalmente en sus destructores Tipo 45, que lograron un desempeño destacado con la neutralización de múltiples drones y misiles antibuque disparados contra embarcaciones civiles. La ausencia operativa de un portaaviones de la clase Queen Elizabeth en ese contexto, pese a su cercanía geográfica y su teórica capacidad de proporcionar cobertura aérea, no pasó desapercibida.

Para 2025, el HMS Prince of Wales está programado como buque insignia del próximo despliegue del Grupo de Ataque de Portaaviones (CSG), cuyo destino es la región del Indo-Pacífico. Esta operación, aún sujeta a la confirmación de suficientes buques escolta y unidades de apoyo, se llevará consigo la mayoría de los cazas F-35B disponibles en el Reino Unido, dejando al HMS Queen Elizabeth en una situación de vulnerabilidad estratégica. Sin un ala aérea embarcada, un portaaviones se convierte básicamente en un blanco flotante de gran tamaño.

La rotación de dos buques en ciclos de desmantelamiento parcial no sería una práctica nueva para la Marina Real. La clase Albion, compuesta por el HMS Albion y el HMS Bulwark, sigue este esquema desde 2010: cada buque pasa varios años fuera de servicio, siendo reactivado gradualmente cuando llega su turno para operar. Este modelo reduce costes operativos y permite redistribuir la tripulación, un aspecto crítico dada la presión de personal que enfrenta la Marina.

En enero de 2024 se informó que el número de nuevos marineros de reemplazo había caído un 22,1% en el año hasta marzo de 2023, reflejando problemas estructurales de reclutamiento y carga laboral. Con una dotación aproximada de 700 efectivos por portaaviones, la clase Queen Elizabeth representa una parte significativa del personal naval británico. En enero de 2024, la Marina Real y los Royal Marines sumaban apenas 31.910 efectivos, cifra considerablemente menor a los niveles de hace una década.

El primer despliegue operativo del CSG británico tuvo lugar en 2021, y habrá un intervalo de cuatro años antes del siguiente despliegue previsto en 2025. Esto sugiere que uno de los portaaviones podría pasar períodos prolongados en estado de preparación reducida, alternando entre operaciones limitadas en Europa y entrenamientos bajo la OTAN.

Ante un eventual requerimiento de proyección aérea, el Reino Unido puede recurrir a sus bases soberanas en Chipre o a instalaciones aliadas en Omán y Emiratos Árabes Unidos, opciones viables para operaciones en Oriente Medio y el norte de África.

La falta de un portaaviones británico para cubrir la retirada del USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque del Mediterráneo en 2024, tras la escalada bélica entre Israel y Hamás en octubre de 2023, refuerza la percepción de que el gobierno británico opta por soluciones de bajo perfil. Esto pese a que uno de los principales argumentos para construir estos portaaviones fue precisamente su capacidad de integrarse en operaciones conjuntas con la Marina estadounidense.

Ambos buques de la clase Queen Elizabeth han enfrentado continuos problemas desde su entrada en servicio. En 2020, el HMS Prince of Wales sufrió graves inundaciones debido a una rotura en el sistema contra incendios, lo que causó daños importantes en los cuadros eléctricos. En 2022, durante una travesía hacia la costa este de EE.UU., se detectó un fallo crítico en la hélice de estribor, lo que obligó al buque a regresar para reparaciones, proceso que duró meses.

En mayo de 2023, se reveló que de los 1.251 días desde su puesta en servicio, el HMS Prince of Wales había estado solo 267 días en el mar, un rendimiento operativo muy bajo (apenas un 21,3% de su tiempo activo). En 2024, el HMS Queen Elizabeth también presentó problemas mecánicos, obligándolo a retirarse de un importante ejercicio de la OTAN.

Todo indica que se está preparando el terreno para justificar el desmantelamiento o la reducción operativa de uno de estos portaaviones. Este debate ya se planteó durante la fase de construcción, cuando se barajó cancelar la construcción del HMS Prince of Wales o convertirlo en un portahelicópteros para sustituir al HMS Ocean. Qué sucederá en 2025 está por verse.

Una modernización en profundidad podría dar una nueva vida al HMS Queen Elizabeth, pero los costes estimados son elevados, y parece poco probable que se destine una gran inversión a un buque cuya viabilidad a medio plazo está en entredicho.

Basado en el artículo de Nikolai Yevtushenko || Revista Militar

ARA: Lanzamiento de un Aspide Mk.1 desde una Meko 360

martes, 6 de mayo de 2025

Malvinas: El ataque de los A-4Q del 9 de Mayo


El ataque de los A-4Q

@mauroacuatrero


El 9 de mayo de 1982, los ocho aviones A-4Q Skyhawk pertenecientes a la Escuadrilla Aeronaval de Ataque EA33 (Unidad Táctica 80.2.3) desembarcaron del portaaviones ARA "25 de Mayo" (POMA) y aterrizaron en la Base Aeronaval Comandante Espora, ubicada en las cercanías de Bahía Blanca. Esta maniobra formó parte de un proceso de reorganización y adaptación a la nueva situación operativa tras la intensificación del conflicto en el Atlántico Sur.

Posteriormente, el 14 de mayo de 1982, la unidad fue redesplegada a la Base Aeronaval Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego. Desde esta posición estratégica, los A-4Q fueron preparados para llevar a cabo operaciones ofensivas contra unidades de superficie británicas dentro del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS).

La Flotilla Aeronaval de Ataque se estructuró en dos divisiones principales: la 1ª División, al mando del Capitán de Corbeta (CC) Castro Fox, y la 2ª División, bajo la conducción del Capitán de Corbeta (CC) Philippi. Cada división estaba compuesta por dos secciones operativas de tres pilotos cada una, conformando así un esquema flexible que permitía mantener la continuidad de las operaciones aéreas. En cada rotación, seis de los ocho A-4Q se armaban con bombas de 250 kg para misiones de ataque, mientras que los dos aviones restantes permanecían en condición de reserva, listos para ser utilizados en caso de necesidad operativa o averías.

El 21 de mayo de 1982 tuvo lugar una de las acciones más destacadas. Ese día, la Sección 1 de la 2ª División, comandada por CC Philippi, despegó para ejecutar un ataque aéreo sobre la fragata británica HMS Ardent. Los aviones involucrados en la misión fueron los A-4Q con matrículas 307, 312 y 313. La operación se desarrolló bajo fuerte hostigamiento enemigo, con intensa oposición por parte de los cazas británicos Sea Harrier (SHAR).

Durante el ataque, los aviones 307 y 314 fueron derribados en combate por los Sea Harrier. En ese trágico enfrentamiento, el Teniente de Navío (TN) Márquez, piloto del A-4Q matrícula 314, perdió la vida, convirtiéndose en una figura emblemática y recordada con honor en la historia de la aviación naval argentina. Su sacrificio y valentía quedaron grabados para siempre en la memoria colectiva, marcando un capítulo imborrable en la epopeya de la Fuerza Aeronaval durante el conflicto de Malvinas.





Durante la misma operación del 21 de mayo de 1982, el Teniente de Navío (TN) Arca, piloto del A-4Q matrícula 312, logró escapar tras recibir impactos considerables por parte de la artillería de 30 mm de los Sea Harrier británicos. Aunque su avión quedó seriamente dañado, Arca consiguió mantener el control lo suficiente para regresar y eyectarse en las inmediaciones de Puerto Argentino.

La rápida intervención del helicóptero UH-1H matrícula AE-424, perteneciente al Batallón de Aviación de Combate 601 y comandado por el Capitán de Corbeta (CT) Svendsen, permitió rescatar al piloto con éxito. En tanto, el A-4Q 312, que aún continuaba en vuelo sin control tras la eyección, fue identificado como una amenaza potencial por las fuerzas propias y finalmente destruido por la artillería de defensa aérea argentina para evitar riesgos mayores.

Posteriormente, la Sección 2 de la 2ª División, al mando del TN Rótolo, realizó una segunda incursión decisiva sobre la HMS Ardent, asestándole el golpe final que provocó su hundimiento. Esta acción consolidó uno de los mayores éxitos tácticos de la aviación naval argentina durante el conflicto.

Sin embargo, estos logros también vinieron acompañados de nuevas pérdidas. El 23 de mayo de 1982, durante otro ataque llevado a cabo por la 1ª División, se produjo la pérdida del A-4Q matrícula 306 y su piloto, en un combate nuevamente caracterizado por la defensa británica.

Como consecuencia de estos enfrentamientos y las pérdidas sufridas, la Flotilla Aeronaval de Ataque quedó reducida a solo cuatro aeronaves operativas: las matrículas 301, 302, 305 y 308. A pesar de esta merma significativa en su capacidad, la unidad continuó cumpliendo su misión en condiciones extremadamente adversas, demostrando la resiliencia y compromiso de sus tripulaciones durante el conflicto.



EA33: 3era Escuadrilla de Caza y Ataque
POMA: portaaviones ARA 25 de Mayo
UT: unidad de tareas

Los ojos en el cielo del Ejército Argentino