sábado, 9 de agosto de 2025
viernes, 8 de agosto de 2025
Irán: La dramática historia de los Tomcat persas
La dramática historia del F-14 Tomcat en servicio en Irán
Christian Baghai || Medium

El F-14 Tomcat es actualmente el avión de combate más avanzado de la Fuerza Aérea Iraní. Para mantener sus Tomcats operativos desde 1979, Irán recurrió a una red encubierta de contrabandistas, espías y especuladores del mercado negro, algunos de los cuales operaban dentro de las fronteras estadounidenses. Pero antes de profundizar en esta red clandestina, exploremos cómo Irán, el único país además de EE. UU. que opera el Tomcat, adquirió el F-14 en primer lugar.
La adquisición del F-14 Tomcat
A principios de la década de 1970, el Sha de Irán se sintió amenazado por sus vecinos Irak y Rusia. Deseaba un avión de combate moderno para reemplazar a los F-4 Phantom en su fuerza aérea. Su aliado, el presidente Nixon, le ofreció elegir entre el F-14 Tomcat y el F-15 Eagle, tras un vuelo de prueba en la Base Aérea Andrews. El Sha encargó 80 Tomcats, junto con 714 misiles Phoenix de largo alcance y una década de apoyo de mantenimiento por parte de técnicos estadounidenses. Estados Unidos también accedió a entrenar a las tripulaciones iraníes de los Tomcat, que comenzaron su entrenamiento en la Base Aérea Nacional Miramar de San Diego en 1974.
La Revolución Iraní y la Primera Guerra del Golfo
En 1979, el Sha fue derrocado y el Ayatolá Jomeini tomó el poder, dando lugar a la República Islámica de Irán. Inicialmente, el nuevo régimen desconfiaba de sus pilotos de caza de élite, lo que impidió el vuelo de los F-14 y encarceló a muchas de las tripulaciones. Sin embargo, esto cambió en septiembre de 1980, cuando el Irak de Saddam Hussein invadió Irán. Los clérigos iraníes se dieron cuenta de que sus pilotos de combate bien entrenados eran cruciales para la defensa, en particular contra los aviones de fabricación soviética de la Fuerza Aérea Iraquí.
A pesar del entrenamiento proporcionado por Grumman, el personal de tierra iraní se enfrentó a desafíos. El fabricante había ocultado información, y técnicos estadounidenses sabotearon algunos de los misiles Phoenix al salir. No obstante, los Tomcats iraníes lograron su primera victoria en combate el 7 de septiembre de 1980, cuando un F-14 derribó un helicóptero Mi-25 iraquí. Durante la guerra, los F-14 iraníes dominaron los cielos contra los MiG-21 y MiG-23 iraquíes, a pesar del deterioro de la cadena de suministro.
Yihad de autosuficiencia y la red de contrabando
En 1982, Irán declaró una yihad de autosuficiencia, reclutando ingenieros y técnicos para producir piezas más sencillas, como discos de freno y neumáticos. Sin embargo, el radar y la aviónica avanzados del F-14 requerían componentes que superaban sus capacidades nacionales. Irónicamente, uno de los primeros proveedores fue Israel, a pesar de la ruptura de relaciones diplomáticas y la hostilidad. Corredores de armas israelíes independientes vendían piezas del F-14 obtenidas de distribuidores estadounidenses a precios elevados a clientes iraníes. Esta ruta de suministro se cerró cuando Hezbolá, patrocinado por Irán, comenzó a atacar a Israel.
Un segundo proveedor, aún más sorprendente, fue la administración Reagan, parte del escándalo Irán-Contra, que implicó la venta secreta de armas a Irán para financiar a los rebeldes de la Contra en Nicaragua. Este escándalo estalló en 1987, lo que provocó el despido del coronel Oliver North y nuevas interrupciones en la cadena de suministro iraní del F-14.
Con los canales oficiales cerrados, Irán recurrió a una red clandestina de traficantes de armas. David Panchetti, del Servicio de Investigación Criminal de Defensa, y la agente de aduanas estadounidense Wendy Dwart descubrieron el tráfico ilícito en 1998. Arrestaron a varias personas implicadas en el contrabando de piezas del F-14 a Irán, entre ellas Parvis Lobby, Saheed Humayuni y otros. Estos contrabandistas utilizaban diversos métodos para adquirir y enviar piezas, a menudo mediante complejos esquemas para ocultar el origen y el destino de los componentes.
Las operaciones de contrabando
Humayuni, por ejemplo, encargaba piezas utilizando alias y las enviaba a través de países intermediarios como Singapur. Su red involucraba a su hermano Saroosh en Londres y a varias empresas fachada. A pesar de sus esfuerzos, Humayuni y sus socios fueron finalmente capturados y encarcelados. Las investigaciones de los agentes también revelaron incompetencia burocrática, ya que las piezas de aeronaves incautadas en ocasiones se revendían al público, lo que creaba nuevas oportunidades para los contrabandistas.
Otra figura destacada fue Arif Durrani, un traficante de armas pakistaní que improvisaba transacciones de armas desde su restaurante en México. Durrani utilizaba una red de intermediarios para conseguir piezas y modificarlas según las especificaciones antes de venderlas con grandes beneficios. Finalmente fue arrestado y condenado, lo que pone de relieve la naturaleza extensa y, a menudo, caótica de la red de contrabando. El fin de la era del F-14
En 2006, la Armada estadounidense retiró sus últimos F-14, dejando a Irán como único operador. Esta mayor demanda de piezas provocó acciones más agresivas por parte de los agentes estadounidenses, incluyendo la incautación de F-14 intactos y la destrucción de aeronaves sobrantes para evitar que las piezas llegaran a Irán. El Congreso aprobó una ley que prohibía el comercio de componentes del F-14, y el presidente George W. Bush la promulgó en 2008. El Pentágono también recibió la orden de desmantelar y destruir más de 100 F-14 en la Base Aérea Davis-Monthan en Arizona para garantizar que ninguna pieza pudiera ser contrabandeado a Irán.
A pesar de estos esfuerzos, la Fuerza Aérea Iraní continuó operando el F-14, atribuyéndose el éxito en el mantenimiento e incluso la modernización de la aeronave. Imágenes de 2015 mostraron F-14 iraníes escoltando bombarderos rusos Tu-95 sobre Siria, lo que indica que los Tomcats seguían operativos.
Conclusión
La historia del F-14 Tomcat en servicio en Irán es una fascinante historia de intriga geopolítica, operaciones encubiertas e ingenio técnico. A pesar de enfrentarse a importantes desafíos, como el aislamiento y las sanciones, Irán logró mantener su flota de F-14 en vuelo mediante una combinación de esfuerzos de autosuficiencia y una extensa red de contrabando. El legado del Tomcat en Irán es un testimonio de la durabilidad de la aeronave y de los esfuerzos que las naciones están dispuestas a hacer para mantener sus activos estratégicos. Mientras la Fuerza Aérea Iraní continúe operando el F-14, el mercado negro de sus componentes persistirá, lo que planteará desafíos constantes para quienes se encargan de hacer cumplir los embargos internacionales de armas.
Malvinas: Sir Tristam amarrado y apaleado en Puerto Argentino post-conficto
Sir Tristam apaleado

En junio de 1982, durante la Guerra de las Malvinas, el RFA Sir Tristram, un buque auxiliar de la RFA (RFA), fue amarrado en Puerto Argentino, la capital de las Islas Malvinas.
El buque había jugado un papel vital en el conflicto, inicialmente sirviendo como un buque logístico de aterrizaje (LSL) para transportar tropas y suministros durante la invasión británica de las islas.
El 8 de junio de 1982, frente a la costa, el buque fue alcanzado por una bomba disparada por la Fuerza Aérea Argentina.
Después de que las fuerzas británicas aseguraron con éxito el Puerto Argentino, el Sir Tristram fue reutilizado como un cuartel y almacén flotantes para apoyar las operaciones en curso después del conflicto.
Naval Historia
jueves, 7 de agosto de 2025
Avión experimental: Leduc 021 y 022, impresionantes modelos franceses

Leduc 021 y 022: creaciones futuristas de un genio de la aviación
Vegim Krelani || Plane Historia
Los Leduc 021 y 022 fueron la creación de un genio de la aviación. Pero si tuviera que elaborar una lista de los diseñadores de aviación más conocidos, innovadores e influyentes, seguramente incluiría a personas como Reginald Mitchell de Supermarine, Kelly Johnson de Lockheed, Willy Messerschmitt de Messerschmitt y el equipo MiG de Artem Mikoyan y Mikhail Gurevich.
Por supuesto, tendrías razón: todas estas personas produjeron diseños radicales que influyeron en la historia de la aviación. Sin embargo, faltaría una persona en esa lista: el diseñador francés René Leduc.
En los años 50, Leduc creó el prototipo de un avión que utilizaba un sistema de propulsión único y que parecía tan futurista que parecía salido de las páginas de una tira cómica de Dan Dare. Sin embargo, hoy en día, René Leduc y su avión están prácticamente olvidados fuera de Francia. Esta es su historia y la del asombroso Leduc 022.

Origen
Mucho antes de que el vuelo con objetos más pesados que el aire fuera algo más que una fantasía, a un novelista francés se le atribuye haber imaginado una forma de propulsión totalmente nueva.
El Leduc 022. El diseño del 022 era muy poco convencional. Crédito de la foto: ignis CC BY-SA 3.0.
En 1657 se publicó una novela titulada L'Autre Monde: ou Les États et Empires de la Lune ( El otro mundo: de los estados e imperios de la luna ). Esta novela cómica, escrita por Cyrano de Bergerac, puede considerarse una de las primeras novelas de ciencia ficción y, según Arthur C. Clark, fue la primera en concebir lo que luego se denominaría motor estatorreactor.
Sin embargo, tendrían que pasar más de 200 años antes de que otro francés, René Lorin, elaborara una propuesta detallada para un motor basado en el principio del athodyd (conducto aerotermodinámico).
Se trata de un tipo de motor a reacción que utiliza el movimiento hacia delante del propio motor para introducir aire en la cámara de combustión. Se lo conoció como estatorreactor, pero tenía una limitación importante si se utilizaba en un avión: solo comenzaba a producir empuje cuando el avión ya estaba moviéndose por el aire.
El Leduc 022 utilizaba dos motores, uno de ellos un estatorreactor. 
Conceptos básicos de un estatorreactor. Crédito de la foto: Konstantin Kosachev CC BY-SA 4.0.
Cuanto más rápido se desplazara el avión, más empuje se produciría (los estatorreactores funcionan mejor a velocidades superiores a Mach 1). Sin embargo, cuando Lorin publicó sus teorías en la revista “ Aérophile ” en 1913, el avión promedio de la época tenía dificultades para alcanzar los 80 km/h. Evidentemente, se trataba de una idea interesante, pero estaba tan adelantada a su tiempo que no tenía una aplicación práctica inmediata.
No fue hasta la década de 1920 cuando un ingeniero francés que trabajaba para Bréguet Aviation en su fábrica de Villacoublay, René Leduc, volvió a examinar esta idea con más detalle. Inicialmente, imaginó un motor en el que un sistema de válvulas y flaps controlaría la admisión y la salida de aire a un motor a reacción.
Este se conocería como Pulse Jet y se usaría principalmente en la bomba voladora alemana Fieseler Fi103 que se conocería como V1 o doodlebug durante la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, Leduc no estaba satisfecho con el Pulse Jet, y casi inmediatamente comenzó a trabajar en un avión más avanzado y eficiente que eliminaría la necesidad de válvulas y en su lugar utilizaría un flujo continuo de aire para proporcionar un empuje suave.
El V-1 utilizaba tecnología de pulsorreactor. Crédito de la foto: Bundesarchiv Bild CC BY-SA 3.0 de.
En 1933 obtuvo una pequeña subvención del gobierno francés para realizar experimentos y en 1936 pudo demostrar que funcionaba un prototipo de estatorreactor en la fábrica de Breguet. En 1937 se firmó un contrato para el siguiente paso, la construcción de un avión en el que se utilizaría este motor.
Sin embargo, la finalización de este avión tomó mucho más tiempo del que Leduc o cualquier otra persona podría haber imaginado debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939.
El Leduc 010
El primer prototipo que demostró el funcionamiento del motor estatorreactor, el Leduc 010, utilizaba un novedoso fuselaje circular de doble casco. El piloto (que prácticamente no tenía visibilidad hacia delante) se sentaba dentro del estrecho fuselaje interior.
El hermano menor del Leduc 022. El 010 estaba propulsado únicamente por un motor estatorreactor.
Un hueco entre este y el delgado casco exterior proporcionaba la entrada para el motor estatorreactor. Unas alas cortas, rectas y delgadas le daban al avión una envergadura de solo 10 m (30 pies). Los alerones en las alas y una cola y un timón convencionales proporcionaban el control del vuelo y se instaló un tren de aterrizaje retráctil con solo dos ruedas principales.
Como solo estaba equipado con un motor estatorreactor, el Leduc 010 no podía volar sin ser elevado por otro avión y liberado a gran altura. Luego planeaba hasta alcanzar la velocidad suficiente para encender el estatorreactor.
Nunca se pensó que fuera otra cosa que un avión experimental para demostrar el principio del estatorreactor. Los trabajos para completar este avión estaban a punto de finalizar en mayo de 1940, cuando comenzó la invasión alemana de Francia.
El Leduc 010 tendría que ser transportado por otro avión y se eligió el SE.161. Crédito de la foto: RuthAS CC BY-SA 3.0.
Las instalaciones de Breguet, incluido el Leduc 010, fueron evacuadas de Villacoublay, cerca de París, a una nueva base en Montaudran, en el sur de Francia. Sin embargo, la nueva fábrica fue bombardeada y el prototipo quedó prácticamente destruido, quizás afortunadamente porque esto impidió a los alemanes estudiar el avión.
Los trabajos del proyecto se detuvieron hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en agosto de 1945, pero incluso cuando se reanudaron, el progreso fue lento debido a la escasez de recursos y trabajadores calificados.
Cuando finalmente se completó el prototipo 010, se fijó un gran pórtico al fuselaje superior de un avión de pasajeros francés de cuatro motores, el SE.161 “ Languedoc ” .
El primer vuelo del avión compuesto tuvo lugar el 19 de noviembre de 1946 y el 21 de octubre de 1947 el Leduc 010 realizó su primer vuelo libre sin motor.
Las pruebas fueron esenciales para que el proyecto se convirtiera posteriormente en el Leduc 022. 
El 010 se montó en la parte superior del SE.161 para realizar pruebas.
El 21 de abril de 1949, el Leduc 010 encendió por primera vez su motor estatorreactor y pudo ascender y maniobrar por sus propios medios. El concepto de utilizar un estatorreactor para propulsar un avión tripulado ya estaba probado. Pero incluso mientras se realizaban los vuelos de prueba del 010, René Leduc había comenzado el diseño de un avión estatorreactor práctico que también pudiera despegar y aterrizar por sus propios medios.
Los Leduc 021 y 022
René Leduc dejó Breguet y fundó una nueva empresa para continuar el desarrollo de aviones estatorreactores. Se construyeron otros dos prototipos 010 y uno, denominado 016, estaba equipado con dos pequeños turborreactores “ Marboré ” instalados en las puntas de las alas, pero estos no proporcionaban suficiente potencia para el despegue.
Uno de ellos, el 010-02, también estaba equipado con alas en flecha, pero todos estos aviones estaban concebidos como meros bancos de pruebas voladores para el concepto de motor estatorreactor.
El 021 comparte muchas similitudes con el Leduc 022. El Leduc 021. Crédito de la foto: Alainh31 CC BY 2.5.
La siguiente versión de este avión fue el Leduc 021, que en esencia era un 010 a mayor escala, provisto de tanques de combustible en los extremos de las alas. Todavía no podía despegar por sí solo y, en todos los vuelos, era transportado en el pórtico sobre un avión de pasajeros del Languedoc .
El 021 estaba equipado con una exclusiva cabina de plexiglás con forma de “ anillo de cristal ” en la parte delantera del fuselaje interior y completaría más de 250 vuelos durante los cuales alcanzaría una velocidad de Mach 0,95.
En 1953, la Armée de l'Air (Fuerza Aérea) francesa emitió una nueva especificación para un interceptor capaz de destruir cualquier avión enemigo existente pero que también pudiera despegar desde una pista de césped de menos de 1 km de largo.
¡Seguramente no querrás intentar salir del Leduc 022 a toda prisa! La cabina parecía incómoda para entrar y salir.
Leduc respondió con lo que sería su diseño de avión final, el Leduc 022. Éste era similar al 021, pero con una serie de mejoras importantes.
La parte delantera del fuselaje, incluida la cabina, se convirtió en una cápsula de escape que podía desprenderse para descender en paracaídas en caso de emergencia. Se añadió un radar de medición de distancia al morro y se instaló un tren de aterrizaje triciclo retráctil y resistente.
Las alas estaban en flecha hacia atrás a 30˚ y, por primera vez, se instaló una unidad de doble potencia, compuesta por un estatorreactor y un turborreactor SNECMA Atar 101D-3 que proporcionaría potencia para el despegue y el aterrizaje, mientras que el estatorreactor proporcionaría empuje a alta velocidad.
El Leduc 022. Crédito de la fotografía: Dick Gilbert CC BY 2.0.
Se planeó que el armamento fuera un par de misiles aire-aire guiados por comando Nord AA.20, además de hasta 40 cohetes aire-aire no guiados.
En diciembre de 1956, el 022 realizó su primer vuelo, utilizando únicamente la potencia de su turborreactor para despegar y aterrizar. Durante el 34.º vuelo de prueba, en mayo de 1957, se encendió por primera vez el estatorreactor y en diciembre, el 022 alcanzó una velocidad máxima de Mach 1,15.
Esto era prometedor, pero poco después, tras haber completado más de 140 vuelos con éxito, el 022 se incendió mientras rodaba y quedó completamente destruido.
Se planeó que el Leduc 022 utilizara el Nord AA.20.
Los trabajos de construcción de un segundo prototipo ya habían sido cancelados y en febrero de 1958 el Ejército del Aire canceló oficialmente el proyecto Leduc. René Leduc nunca más diseñaría un avión.
Conclusión
La cancelación definitiva del proyecto estatorreactor Leduc tras completarse sólo un prototipo del 022 no se debió a fallos inherentes al diseño, sino a otros acontecimientos en Francia.
Las continuas guerras en Indochina y Argelia consumían una proporción cada vez mayor del presupuesto militar y el dinero escaseaba para la investigación y el desarrollo. El Nord 1500 Griffon , con motor turborreactor , se creó en respuesta a la misma especificación del Ejército del Aire de 1953 que dio origen a los Leduc 021 y 022 y realizó su primer vuelo en 1957.
Incluso en esta forma, equipado únicamente con un turborreactor, era más rápido que el avión Leduc, y la siguiente iteración, el Griffon II, provisto del motor turborreactor completo, alcanzó más de Mach 2. Pero al igual que el Leduc 022, el Griffon nunca pasó de la etapa de prototipo, principalmente debido a la aparición de otro nuevo avión militar francés, el Dassault Mirage.
El Nord 1500 Griffon II fue otro avión propulsado por estatorreactor que nunca llegó a fabricarse. Imagen de Pline CC BY-SA 3.0.
El Mirage voló por primera vez en 1954. Aunque estaba propulsado únicamente por un motor turborreactor con postcombustión convencional, las primeras versiones alcanzaron Mach 1,4 y la primera versión de producción, el Mirage III, era capaz de alcanzar velocidades superiores a Mach 2.
Con este tipo de rendimiento disponible con un motor convencional, es comprensible que el Ejército del Aire perdiera interés en aviones estatorreactores experimentales potencialmente costosos.
Sin embargo, el concepto de estatorreactor está lejos de desaparecer. Los estatorreactores son capaces de operar a velocidades de hasta Mach 5, donde los turborreactores dejan de funcionar de manera eficiente o no funcionan en absoluto. El vehículo orbital británico HOTOL (Horizontal Take-Off and Landing) diseñado por British Aerospace en la década de 1980 utilizaba un motor de cohete turborreactor, aunque nunca pasó de la etapa de concepto.
Se cree que en otros lugares se han realizado estudios de diseño sobre aviones de reconocimiento extremadamente avanzados y de muy alta velocidad (Mach 3+) que utilizan motores estatorreactores.
Quizás todavía veamos aviones civiles o militares propulsados por estatorreactores, pero el hombre que primero convirtió este concepto en una realidad voladora fue el olvidado genio de la aviación, René Leduc.
Especificaciones
Tripulación: 1
Longitud: 18,21 m (59 pies 9 pulgadas)
Envergadura: 9,95 m (32 pies 8 pulgadas)
Peso máximo de despegue: 8.975 kg (19.786 lb)
Capacidad de combustible: 2728 l (600 gal imp.; 721 gal EE. UU.)
Planta motriz: 1 × estatorreactor Leduc, 63,6 kN (14 300 lbf) de empuje a 1000 km/h (620 mph) al nivel del mar
Planta motriz: 1 × turborreactor SNECMA Atar 101D-3, 31,3 kN (7000 lbf) de empuje
Velocidad máxima: 1.200 km/h (750 mph, 650 kn), esta velocidad se alcanzó en pruebas, que se interrumpieron debido a la pérdida del primer prototipo.
Techo de servicio: 8.800 m (28.900 pies) (logrado)
miércoles, 6 de agosto de 2025
Guerra del Paraguay: La batalla de Tuyutí
Guerra de la Triple Alianza: 24 de mayo de 1866, en suelo paraguayo se produce la decisiva batalla de Tuyutí, la más grande librada en Sudamérica
Basado en Sea Eternos los Laureles
El 24 de mayo de 1866, en el contexto de la Guerra de la Triple Alianza, el Ejército paraguayo enfrentó con el grueso de sus tropas a las fuerzas aliadas de Argentina, Brasil y Uruguay, tendiéndoles un cerco con el objetivo de vencerlas decisivamente y poner fin al conflicto. Sin embargo, la operación fracasó debido a la inferioridad numérica de los paraguayos, la falta de coordinación entre sus columnas atacantes y la alta eficacia de la artillería brasileña.
Tras la invasión paraguaya a territorio argentino y la derrota sufrida en la Batalla Naval del Riachuelo, el 11 de junio de 1865 —que otorgó a los Aliados el control del río Paraná—, y más tarde, el 18 de septiembre del mismo año, con la rendición de la columna del teniente coronel Estigarribia en Uruguayana frente a una abrumadora superioridad enemiga, el Ejército paraguayo pasó a adoptar una postura defensiva.
El mariscal Francisco Solano López decidió entonces concentrar sus principales fuerzas en Paso Pucú, dejando al sur, en la ribera paraguaya del Paraná, la posición de Tuyutí, un terreno rodeado de pantanos que dificultaban seriamente cualquier movimiento ofensivo. Su estrategia consistía en inducir a los Aliados a ocupar ese punto durante su avance, para así poder enfrentarlos en condiciones más ventajosas y forzar una batalla decisiva que le permitiera cambiar el curso de la guerra a su favor.
•32: El
General Francisco Solano López, en una de las últimas imágenes tomadas,
sin lugar a dudas fue un patriota paraguayo, tal vez el más grande en
su historia, y debió afrontar difíciles determinaciones durante los
aciagos años de la Guerra de Triple Alianza. Sin embargo, su decisión de
atacar, invadir a la Argentina, entonces militarmente más débil que
Paraguay, era abusiva y totalmente injustificada, lo que conllevo una
demoledora respuesta argentina que, además, permitió resolver parte de
los reclamos argentinos por territorios que siempre consideró propios,
obteniendo sólo la mitad de ellos por medio del correspondiente laudo
una vez terminada la guerra.
En Estero Rojas, al norte de Tuyutí, Solano López comenzó a organizar una línea defensiva y ordenó al teniente coronel José Díaz realizar un reconocimiento ofensivo hacia el sur de Estero Bellaco, con el propósito de atraer al Ejército Aliado hacia el terreno elegido para el combate.
•38: Plan
de operaciones del Mariscal Francisco Solano López en Tuyutí: ataque
simultáneo de las columnas de infantería y de caballería sobre el
campamento de los Aliados, con apoyo de la artillería emplazada en El
Boquerón, con una acción envolvente sobre los flancos de los Cuerpos I y
II argentinos y de las Divisiones brasileñas.
Díaz organizó sus fuerzas en dos agrupamientos: un “grupo de ataque” compuesto por 4 batallones de infantería y 4 regimientos de caballería, y una “reserva” formada por 3 batallones y un regimiento. Con esta disposición, lanzó un ataque sorpresivo en Estero Bellaco contra los batallones de vanguardia brasileños, obligándolos a retroceder junto a los batallones uruguayos que se hallaban más atrás. Sin embargo, un contraataque de la 6ª División brasileña, junto con una maniobra envolvente del Regimiento Rosario y la rápida intervención del Batallón Corrientes —respaldados por tropas tucumanas y catamarqueñas—, logró frenar el avance paraguayo. Ante esta situación, Díaz se replegó hacia el norte, llevándose consigo cuatro piezas de artillería capturadas a los brasileños. Las bajas reportadas ascendieron a 2.500 paraguayos y 1.552 aliados, además de 300 prisioneros paraguayos.
•35: Oficiales del Exercito Brasileiro.
La ratonera de Tuyutí
Pese a haber perdido el 50% de sus fuerzas comprometidas en la acción de Estero Bellaco, los paraguayos lograron su objetivo estratégico: atraer al Ejército Aliado hacia Tuyutí. El 9 de mayo, el general Bartolomé Mitre, comandante en jefe de las fuerzas aliadas, envió a la 1ª División de Caballería correntina, bajo el mando del general Cáceres, a realizar un reconocimiento en la zona. Allí encontraron una resistencia débil por parte de las avanzadas paraguayas, lo que reforzó la idea de establecer un campamento en Tuyutí como base para planificar un ataque masivo hacia el interior del Paraguay.
•46: Bartolomé
Mitre (Buenos Aires, Argentina; 26 de junio de 1821-Ibídem; 19 de enero
de 1906) fue un político, militar, historiador, escritor, periodista y
estadista argentino. Fue dos veces presidente de la Nación Argentina
entre 1862 y 1868 (la primera vez de facto) y gobernador de la Provincia
de Buenos Aires entre 1860 y 1862. Fue uno de los líderes del Partido
Unitario, el cual proponía la hegemonía de la ciudad de Buenos Aires
sobre el resto de las provincias. Fue vencedor en la decisiva batalla de
Pavón durante las Guerras civiles argentinas. Fue fundador y líder del
Partido Nacionalista, de la Unión Cívica —con la que organizó la
Revolución del Parque— y de la Unión Cívica Nacional. En 1870 fundó el
diario La Nación, uno de los más antiguos del país, el cual continúa
activo. Sus libros de historia conformaron la llamada «historia
mitrista», considerada como «La historia oficial» de la visión
liberal-conservadora.
El 20 de mayo de 1866 se estableció finalmente el campamento. El I y II Cuerpo del Ejército argentino se ubicó en el flanco derecho y hacia el norte; la División Oriental (uruguaya) y las 6ª y 3ª Divisiones brasileñas se posicionaron a la izquierda; más atrás, formando una segunda línea al sur, se dispusieron la 1ª y 4ª División, y detrás de ellas, la 2ª y 5ª División brasileña. En total, las fuerzas aliadas reunían 32.000 hombres. Aunque contaban con escasa caballería, su artillería disponía de cañones de ánima rayada, de gran alcance y notable precisión.
•24: Infantería
del Ejército Argentino en 1864. Básicamente este fue el uniforme
empleado durante la Guerra de la Triple Alianza por la infantería
argentina, aunque había variantes entre las diversas unidades y, desde
ya, en el campo de batalla la desprolijidad era acentuada en la medida
que transcurría la campaña, llegando a vestir la tropa verdaderos
harapos muchas veces, e incluso valerse de prendas tomadas a paraguayos
abatidos, las pocas veces que los muertos del bando paraguayo tenían
alguna prenda aprovechable, pues padecían peores condiciones de
suministro que el bando aliado.
•25: Infante argentino, posiblemente del 1 de Línea.
•26: Artillería argentina durante la Guerra de Triple Alianza. 
•33: Infantería argentina en la Guerra de Triple Alianza.
Los ejércitos enemigos se encontraban desplegados a muy poca distancia entre sí, separados únicamente por terrenos pantanosos que ofrecían algunos pasos practicables. Según el plan táctico de Solano López, estos pasos serían utilizados como puntos clave para lanzar un ataque en profundidad con sus tropas.
El Ejército paraguayo estaba compuesto por un total de 24.000 hombres, de los cuales 8.500 formaban parte de los Regimientos de Caballería. La relación de fuerzas entre atacantes y defensores era de 0,75 a 1. Aunque los paraguayos contaban con una caballería numerosa, los defensores disponían de una marcada superioridad en artillería. Es claro que esta desproporción favorecía a las fuerzas defensoras, a pesar de que los atacantes contaban con el elemento sorpresa a su favor.
•28: Infantería y caballería paraguaya
•29: Infante paraguayo en Tuyutí.
•30: Infantería y caballería paraguaya en Tuyutí.
El plan del mariscal Francisco Solano López consistía en lanzar un ataque simultáneo con tres columnas dirigidas contra el centro y los flancos del campamento aliado. Las columnas de los flancos debían dividirse para envolver al enemigo por la retaguardia, encerrándolo en una especie de bolsa con el fin de aniquilarlo. Tanto las maniobras previas para ocupar las posiciones de partida como el avance sobre las fuerzas enemigas requerían una coordinación precisa, ya que cualquier retraso permitiría a los defensores reorganizarse, aferrarse al terreno y repeler el ataque.
Las fuerzas paraguayas fueron organizadas en cuatro columnas:
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Columna del Centro: integrada por 4 batallones de infantería y 2 regimientos de caballería, sumando 4.200 hombres bajo el mando del comandante Marcó. Su objetivo era atacar a las divisiones oriental y brasileña.
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Columna de la Derecha: formada por 5 batallones de infantería, 2 regimientos de caballería y 4 obuses, con un total de 5.000 hombres al mando del coronel Díaz. Su misión consistía en atacar el flanco izquierdo de la División Oriental.
-
Columna de la Extrema Derecha: compuesta por 10 batallones de infantería y 2 regimientos de caballería, con 8.700 efectivos comandados por el general Barrios. Debía atacar a las divisiones brasileñas por el flanco izquierdo y la retaguardia, desbordarlas y luego unirse a la Columna de la Izquierda.
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Columna de la Izquierda: integrada por 2 batallones de infantería y 8 regimientos de caballería, con un total de 6.300 hombres al mando del general Resquín.
La artillería paraguaya fue posicionada estratégicamente para apoyar con su fuego el avance de todas las columnas y, si fuera necesario, cubrir su retirada.
Para su estudio, la batalla de Tuyutí puede dividirse en tres fases:
▪️1ª Fase (ver diagrama foto 39). Casi simultáneamente, las columnas de la Derecha, al mando del coronel Díaz, y la de la Izquierda, bajo el mando del general Resquín, se lanzaron al combate. La columna de Díaz logró arrollar a los dos batallones orientales, y su caballería avanzó en dirección a la batería central de los Aliados. Sin embargo, fue detenida por la intervención de la 6ª División brasileña y dos batallones orientales que acudieron en apoyo.
•27: Caballería paraguaya a la carga en Tuyutí.
La columna recibió la orden de replegarse, aunque algunos escuadrones de caballería se unieron a la columna de la Izquierda. Esta última había lanzado un ataque contra las fuerzas argentinas, logrando desorganizar a los escuadrones correntinos. Sin embargo, la caballería paraguaya, que debía continuar hacia el sur para enlazarse con la columna de la Extrema Derecha al mando del general Barrios, se desvió en una persecución que la condujo directamente al centro de las fuerzas argentinas. Allí, la infantería y la artillería aliadas lograron detener el avance y aniquilar a la caballería enemiga.
"Los Regimientos paraguayos, con ardor temerario, se consumen inútilmente en cargas sucesivas contra los cuadros de la Infantería argentina y contra sus cañones, que los aniquilan a boca de jarro. La caballería de Resquín resultó totalmente destruida en una acción estéril, y la ausencia de una dirección consciente hizo fracasar el éxito que hubiera podido tener la aparición de los Regimientos paraguayos sobre las espaldas de los aliados en circunstancias en que éstos no estaban en condiciones de contrarrestar rápidamente su acción" señala el Coronel Juan Beverina (Coronel Expedicionario al Desierto Juan Beverina; "La Guerra del Paraguay (1865-1870) Resumen Histórico"; Institución Mitre, Bs. As. 1973).
La infantería del General Resquín, mientras tanto, avanzó lentamente hasta ser detenida por la tenaz defensa de los argentinos. Cuando Resquín advirtió que su Caballería había sido aniquilada, ordena la retirada.
•39: Primera
fase: ataque de las columnas del Centro, de la Derecha y de la
Izquierda sobre las posiciones de los batallones orientales y de los
argentinos, mientras la columna de la Extrema Derecha aún se encontraba
en camino hacia el objetivo. Aniquilamiento de la caballería paraguaya
de la columna del General Resquín por el II Cuerpo de Ejército argentino.
Por su parte, la columna del Centro (Comandante Marcó) ataca con la Caballería "sable en mano" y la infantería "a la bayoneta", llegándose a pelear casi sobre los cañones de los aliados y en tres oportunidades es rechazado, decidiéndose la reorganización de las fuerzas para emprender un cuarto e infructuoso ataque.
▪️2ª Fase (ver diagrama foto 40). Reorganizada la columna de la Derecha del Coronel Díaz, inicia una nueva carga. La posición aliada había sido reforzada con infantería y artillería gracias a una rápida decisión tomada por el Mariscal Osorio y el jefe de la artillería brasileña, Coronel Emilio Luis Mallet, lo que les permite contener y rechazar el ataque del Coronel Díaz. El contraataque aliado es de gran efectividad.
•40: Segunda
fase: Reforzamiento de las posiciones aliadas del centro gracias a un
rápido movimiento de la artillería brasileña al mando del Coronel Mallet
y envío a la retaguardia de los batallones orientales. Contraataque de
los Aliados en todas las líneas del frente.
▪️3ª Fase (ver diagrama foto 41). La llegada de la columna de la Extrema Derecha del General Barrios para atacar a las fuerzas brasileñas se produce sobre el final de la batalla. Los brasileños, emplazados en tres líneas rechazan el ataque y lo obligan a retroceder. En este punto, los paraguayos se baten en retirada en toda la línea del frente sin que se cumpliera el plan del Mariscal Solano López.
•34: Infantería argentina avanza en formación de batalla.
Al término de la batalla y tras cinco horas de encarniza dos combates, los paraguayos tuvieron 14.000 bajas (7.000 muertos e igual cantidad de heridos), mientras que los aliados tuvieron 4.000 bajas (3.000 brasileños, 600 argentinos y 300 uruguayos), fue, sin dudas, la batalla más sangrienta de la historia de América Latina.
•41: Tercera
fase: Llegada de la columna de la Extremia Derecha de los paraguayos
(General Barrios), que es rechazada y diezmada por las divisiones
brasileñas. Las fuerzas del Mariscal López se baten en retirada en todo
el frente.
El mariscal Francisco Solano López cometió el grave error de comprometer la totalidad de su ejército en una batalla decisiva sin contar con tropas de reserva. Ordenó el ataque contra un enemigo numéricamente superior, atrincherado y alerta ante su proximidad.
En relación con esto, el coronel Beverina señaló que “mucho se ha criticado el plan del mariscal López de lanzar casi todo su ejército contra un enemigo superior, atrincherado en su campo y completamente prevenido por la proximidad misma de su adversario, concibiendo una maniobra tan vasta como un ataque frontal combinado con un doble envolvimiento de los flancos; una operación solo viable en condiciones muy favorables y con superioridad numérica. Además, el ataque debía ejecutarse atravesando un obstáculo serio, que algunas columnas debían franquear prácticamente bajo fuego enemigo, con el agravante de que, por la naturaleza del terreno, no era posible mantener una conexión constante ni organizar una retirada eficaz en caso de fracaso”.
•9: Cadáveres de paraguayos.
Los brasileños atribuyeron su victoria al liderazgo del mariscal Osorio, comandante de sus divisiones, y a la habilidad táctica del jefe de artillería, coronel Mallet. Por el contrario, criticaron al general Mitre por su falta de energía. La batalla de Tuyutí fue calificada como “la victoria sin cabeza”. No era la primera vez que Mitre quedaba sin claridad sobre el resultado de una batalla, como ya había sucedido en Pavón. En esta ocasión, decidió no arriesgar sus tropas persiguiendo al enemigo en retirada. Según Beverina, esta actitud respondió a la escasez de regimientos de caballería disponibles.
•21: Más imágenes de paraguayos muertos.
La batalla de Tuyutí resultó decisiva. Paraguay no solo perdió a la mayor parte de sus soldados, sino también a sus tropas mejor entrenadas. Las causas de la derrota se atribuyen a la débil planificación y a la falta de coordinación entre las unidades. Solano López moriría tiempo después, en el combate de Cerro Corá, proclamando “muero con mi patria”. La Guerra de la Triple Alianza concluiría en 1870 con la victoria de los aliados.
Las consecuencias para Paraguay fueron catastróficas. Perdió gran parte de su territorio, incluyendo zonas que Argentina ya reclamaba legítimamente desde antes del conflicto (vale destacar que Argentina no fue el país agresor). Además, sufrió un colapso demográfico: estudios recientes estiman que entre el 60% y el 80% de los varones adultos paraguayos murieron durante la guerra, lo que generó serios problemas de natalidad y crecimiento en las décadas siguientes.
Un hecho de gran valor histórico es que esta fue la primera guerra en Latinoamérica documentada fotográficamente. Para entonces, la tecnología del daguerrotipo ya estaba bastante desarrollada, y hubo quienes tuvieron la visión —y el coraje— de registrar la contienda.
El impulsor de esta iniciativa fue George Thomas Bate, un estadounidense de origen irlandés que había fundado en 1859 una tienda de fotografía en Buenos Aires, llamada Casa Bate & Cía.. En 1861, se trasladó a Montevideo, donde abrió una nueva sede.
Al estallar la guerra contra Paraguay, Bate, que había presenciado el auge de la fotografía de guerra durante la Guerra de Secesión en Estados Unidos, vio una oportunidad. En aquel país, las familias de los soldados pagaban por obtener imágenes de los campos de batalla donde combatían sus seres queridos.
En 1866, un año después del inicio de la Guerra de la Triple Alianza, Bate solicitó permiso al gobierno uruguayo para enviar un fotógrafo al frente. Contrató entonces a un uruguayo llamado Javier López, quien viajó a la zona de operaciones —una franja de unos 100 kilómetros en el sur de Paraguay, en la frontera con Argentina—.
Así fue como Javier López, en representación de Bate & Cía., se convirtió en el primer fotógrafo en registrar en tiempo real una guerra en Sudamérica.

•4: Representación artística (1876-1885) de la batalla de Tuyutí, por Cándido López.
Son célebres las pinturas del argentino Cándido López (Buenos Aires, 29 de agosto de 1840 – Baradero, 31 de diciembre de 1902), quien se inició como daguerrotipista en 1858. Debido a las limitaciones técnicas de ese método —que exigía una cuidadosa composición y preparación previa—, comenzó a desarrollar esbozos y bocetos que lo llevarían, con el tiempo, a dedicarse por completo a la pintura. Fue así como se convirtió en un artista clasificado dentro del estilo naïf, reconocido mundialmente por sus representaciones históricas de la Guerra de la Triple Alianza.
Durante los años 1859 a 1863, recorrió diversas localidades de la provincia de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, realizando una gran cantidad de retratos fotográficos, entre ellos al propio Bartolomé Mitre. Estaba planeando un viaje de perfeccionamiento artístico a Europa cuando estalló la guerra con Paraguay. Como muchos argentinos, se enroló en el Ejército como teniente, incorporándose al Batallón de Infantería de San Nicolás, bajo las órdenes del coronel Juan Carlos Boerr, dentro de la división comandada por el general Wenceslao Paunero.
Participó en los combates de Paso de la Patria e Itapirú. Durante los períodos de inactividad de su regimiento, que no estuvo involucrado en operaciones ofensivas en ese momento, López aprovechó para pintar paisajes de los campamentos militares. Estas obras fueron enviadas a Buenos Aires, donde se vendieron con rapidez y generaron gran interés, ya que la ciudadanía deseaba conocer detalles del frente de batalla.
Posteriormente, participó en las batallas de Estero Bellaco, Yataytí Corá, Boquerón y Sauce. En la batalla de Curupayty, en septiembre de 1866, una granada le destrozó parte del brazo derecho, por lo que fue dado de baja como inválido de guerra. Luego de una larga convalecencia en Corrientes, regresó a San Nicolás.
Al borde de la indigencia, Cándido López comenzó a aprender a pintar con la mano izquierda. Recién en 1869 retomó plenamente su actividad artística. Desde entonces, se dedicó casi exclusivamente a plasmar en sus lienzos los campos de batalla y campamentos de la Guerra del Paraguay, obras que lo consagraron y que hoy siguen siendo mundialmente reconocidas. Su trabajo llegó incluso a competir en importancia con la fotografía, y varios de sus cuadros pueden verse en colecciones públicas y privadas.
Para los argentinos, la Guerra contra el Paraguay —como se la conoció en su momento, y posteriormente como la Guerra de la Triple Alianza— generó fuertes controversias, sobre todo por su prolongación y violencia inesperadas. Estas críticas surgieron, en parte, de las tensiones políticas internas del país. Sin embargo, desde el comienzo, el conflicto fue percibido como una cruzada patriótica, ya que Argentina había sido agredida con la invasión paraguaya a la provincia de Corrientes y con el ataque a los buques de guerra 25 de Mayo y Gualeguay. Estas acciones estuvieron acompañadas de saqueos, actos de violencia contra la población civil y destrucción de propiedades, lo que generó una ola de indignación.
En ese contexto, el presidente Bartolomé Mitre hizo un llamado enérgico a la defensa nacional, convocando a los ciudadanos con la arenga: “En veinticuatro horas a los cuarteles, en quince días en campaña, en tres meses a Asunción”. La frase, aunque entusiasta, resultó errónea: se subestimó tanto la capacidad de resistencia paraguaya como el alcance del conflicto.
El mariscal Solano López llevó adelante una resistencia prolongada desde un país mediterráneo y aislado, enfrentando a tres potencias con recursos superiores. Esta decisión terminó arrastrando a su población al desastre. En los últimos años de la guerra, la situación fue tan crítica que incluso se reclutaron niños para combatir en el frente. La tragedia fue aún mayor cuando, desde el gobierno paraguayo, se intentó responsabilizar al enemigo por las consecuencias de esa desesperada estrategia.
Con el paso del tiempo, el sentimiento patriótico que despertó en Argentina la necesidad de defenderse ante una agresión injusta fue cediendo espacio a una visión crítica y, en muchos casos, una fuerte deslegitimación del rol argentino en la Guerra de la Triple Alianza. Esta reinterpretación, en parte, surgió por la fuerte victimización del Paraguay, una postura comprensible dadas las devastadoras consecuencias humanas y materiales que el conflicto tuvo para su población. Sin embargo, por trágica y demencial que sea toda guerra, no debería dejarse de lado, al menos desde la perspectiva argentina, el contexto que dio origen al conflicto, las causas forzadas por la acción paraguaya, y el desarrollo inicial de los hechos.
Argentina no realizó ninguna provocación que justificara una invasión armada. La ocupación de la provincia de Corrientes por fuerzas paraguayas se caracterizó por actos de violencia, pillaje y maltrato hacia civiles y prisioneros. Estas acciones generaron una profunda indignación en Buenos Aires, que respondió con firmeza, aunque sin recurrir a los mismos niveles de brutalidad que marcaron la agresión inicial paraguaya. Aun cuando posteriormente la guerra se trasladó casi por completo al territorio paraguayo, las consecuencias para ese país fueron inevitables, en buena medida como resultado del curso que sus propios dirigentes decidieron tomar desde el inicio del conflicto.
Uno de los episodios que marcó un cambio en la percepción histórica del accionar argentino ocurrió durante el gobierno del entonces presidente Juan Domingo Perón. En un gesto de acercamiento hacia el régimen paraguayo liderado por el general Alfredo Stroessner, Perón no solo devolvió a Paraguay los trofeos de guerra capturados por el Ejército argentino durante el conflicto, sino que también ofreció disculpas por la participación argentina en la guerra. Si bien es posible que su intención haya sido la reconciliación y el fortalecimiento de la hermandad latinoamericana, este acto fue visto por muchos como una afrenta al sacrificio de miles de soldados argentinos que lucharon en defensa del país.
Desde entonces, sectores identificados con el peronismo más incondicional intentaron justificar esa decisión, reinterpretando los hechos históricos y, en ocasiones, deslegitimando a figuras clave del conflicto, como el general Bartolomé Mitre. En ese contexto, incluso se llegó a afirmar que Mitre nunca ganó una batalla, a pesar de que fue precisamente bajo su mando que se libró y se ganó la Primera Batalla de Tuyutí —la mayor confrontación militar en suelo latinoamericano—, una victoria decisiva de las fuerzas aliadas.
En homenaje a ese episodio histórico, una de las subunidades del Regimiento de Artillería 1 "Brigadier General Tomás de Iriarte" del Ejército Argentino lleva el nombre "Tuyutí". Esta unidad tiene como misión principal la participación en ceremoniales militares, la prestación de honores fúnebres, así como brindar seguridad y cumplir funciones protocolares vinculadas al Ministro de Defensa de la Nación.





•48 al 53: La Batalla de Tuyutí hoy da nombre a una de las subunidades del Regimiento de Artillería 1 "Brigadier General Tomás de Iriarte" del Ejército Argentino, cuya misión principal es la de cumplir con el ceremonial militar, participar de todas las formaciones y encargada de efectuar la rendición de honores fúnebres, y que también brinda seguridad y el ceremonial pertinente al Ministro de Defensa argentino.
Imágenes

•1: Batería de artillería aliada en acción en Tuyutí. La rápida maniobra de la artillería al mando del Coronel Mallet y sus fuegos de gran precisión fue definitorio en la batalla. Por las dificultades de sacar las fotos, esta imagen es la única de un campo de batalla en acción (Foto: Esteban García, Bate & Cía, col BNU: Blibioteca Nacional de Uruguay).

•2: Carros de municiones de la artillería brasileña en el campamento de Tuyutí (E. García, Bate & Cía, col BNU)
•3: Campamento argentino en Tuyutí, antes del ataque del Ejército Paraguayo (E. García, Bate & Cía, col BNU)
•5: Soldados uruguayos en una trinchera durante la Guerra de Triple Alianza.


•7: Niños soldados paraguayos junto a un militar. Así fueron forzados a luchar por la dirigencia paraguaya.

•8: Hospital paraguayo.

•10: Soldados argentinos mateando.

•11: Soldados argentinos en un momento de descanso, que aprovecharon para retratarse.

•12: Gauchos integrados en el Ejército Argentino.

•13: Tropas, presumiblemente argentinas, en uno de los insalubres campamentos de campaña, responsables de más bajas que el fuego enemigo.

•14: Niño soldado, Tambor del Ejército Argentino.


•15 y 16: Niños paraguayos víctimas de la guerra. La imagen de estos niños aun hoy conmueve al mundo, sin embargo fueron los propios mandos paraguayos quienes los enviaron al combate, y en el caso de los niños no combatientes que fueron víctimas, hay que resaltar que en principio fueron víctimas de los paraguayos los niños argentinos, pero debido a que no fueron retratados y las tornas de la guerra pronto se volvieron contra Paraguay (los daguerrotipistas comenzaron a llegar al frente mucho después, ya más avanzado el conflicto), la mayoría de la lucha se dió en territorio paraguayo, y por ello hubo muchos más civiles, incluidos niños y niños soldados paraguayos víctimas de la guerra, pero como se evidencia hubo niños soldado en ambos bandos ya que era bastante habitual en aquellas épocas, aunque no tan expuestos al enemigo ni en tanta cantidad por lo menos en el bando argentino.

•17: Javier López viajó dos veces al campo de batalla en 1866. En uno de sus viajes capturó esta imagen del general Mitre, líder de Argentina, y su Estado mayor (Javier López, Bate & Cía, col BNU).

•18: Algunos de los prisioneros paraguayos capturados por Uruguay. Más de la mitad de la población paraguaya falleció en esta guerra (Javier López, Bate & Cía, col BNU).

•19: Iglesia empleada como improvisado hospital militar (Javier López, Bate & Cía, col BNU).

•20: Procesión en un campamento brasileño.

•22: Tropas, presumiblemente argentinas, aunque también podrían ser brasileñas, operando piezas de artillería.

•23: Prisioneros paraguayos tomados por Venancio Flores, militar y político uruguayo, presidente de la República en los períodos de 1853-1855 y 1865-1868. Asumió la jefatura del Estado uruguayo con el título de «gobernador provisorio» durante casi cuatro años. Se involucró, conjuntamente con el Imperio de Brasil y los unitarios de Buenos Aires, en la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay (Javier López, Bate & Cía, col BNU).

•31: En la desesperación del conflicto, los niños paraguayos fueron utilizados como carne de cañón por los mandos paraguayos durante la Guerra de Triple Alianza, siendo el Presidente paraguayo, General Francisco Solano López el mayor responsable de este abuso.

•36: Prisioneros paraguayos en manos de tropa brasileña a la izquierda, y de tropa argentina a la derecha.

•37: Fotografía tomada en 1866 y publicada por la Biblioteca Nacional de Uruguay que representa a un grupo de sodados del 26 Corpo de Voluntarios da Patria brasileño de Ceará, durante un simulacro en Paraguay durante la Guerra de la Triple Alianza 1864-70 (Javier López, Bate & Cía, col BNU).

•42: Soldados argentinos del Batallón San Nicolás durante la Campaña del Paraguay.

•43: La brutalidad del conflicto se dio en ambos bandos, aunque la historia suele apuntar sólo contra el bando aliado, en especial el brasileño; los paraguayos fueron bestiales en el trato a prisioneros y contra la población civil en los territorios que ocupaban, pero como la suerte de la guerra muy rápidamente se tornó en su contra y casi toda la guerra se luchó luego en suelo paraguayo, terminaron llevando la peor parte por obvias razones y consecuencia de la brutalidad con que se condujeron desde un principio. Su incursión en Argentina, al invadir Corrientes, fue bestial, dedicándose las tropas paraguayas al pillaje, la violación y el asesinato, lo que despertó la ira en Buenos Aires y la famosa, y trágica, frase de Bartolomé Mitre “En veinticuatro horas a los cuarteles, en quince días en campaña, en tres meses a la Asunción”. En la imagen advertimos a un sacerdote brasileño (adelante, a la izquierda, parado) con refugiados de la ciudad de San Pedro, Paraguay, en su mayoría mujeres y niños, en 1869 o 1870. El grupo de personas atrás a la derecha pertenece al bando Aliado.

•44: Décadas más tarde de terminada la Guerra con Paraguay, luego conocida como Guerra de la Triple Alianza, vemos a veteranos de guerra argentinos, Jefes y Oficiales de la Campaña del Paraguay con el Presidente Carlos Pellegrini de Argentina.

•45: Durán, veterano de la Guerra de la Triple Alianza, uno de los primeros en llegar al entierro del General Bartolomé Mitre, en 1906 (AGN_DDF/ Caja 544, inv: 25886).

•47: Medallas de la Guerra de la Triple Alianza.