lunes, 6 de octubre de 2025

Guerra Irán-Israel: El historial operativo del Batallón de Artillería 161 (Eitam)



Este es el batallón de artillería “Éitam” (611):

Estos son los artilleros que lograron neutralizar un enjambre de drones iraníes – sin disparar un solo proyectil

Entre los cañones autopropulsados y lanzadores de cohetes de la Brigada 282, se esconde un batallón que ayuda a frenar amenazas aéreas – usando ondas. El batallón “Éitam” (611) emplea una tecnología especial de radar que convierte los lanzamientos enemigos en un simple "bip" en el radar, revelando la ubicación exacta de sus cohetes. Después de preguntarnos cómo lo hacen sin cargar ni un proyectil, también nos llevamos una historia sobre un enjambre de drones hostiles de Irán que fue neutralizado.

Lia Epstein y Gal Mai Tal, redacción de ET”Z
IDF



El batallón de artillería “Éitam” (611), que forma parte de la Brigada de Fuego 282, no tiene ni un solo cañón. Tampoco un lanzador. Y no, no es una falla operativa. A diferencia de sus compañeros artilleros, su único objetivo es la localización: es decir, determinar la posición de un objeto en el espacio. O mejor dicho, identificar amenazas que vienen hacia nuestro territorio. Pero, ¿cómo lo hacen?

Vamos a romper la ilusión: no es magia, sino una herramienta que reemplaza al cañón – el radar (detector de dirección y distancia). Es un sistema que puede rastrear objetos mediante ondas, y se llama R”Z. “Las siglas significan ‘multi-fuerza’, porque estamos desplegados por todo el país y damos soporte a todos los comandos, divisiones y ramas”, explica el comandante del batallón, teniente coronel A.

El batallón tiene dos compañías, una en el sur y otra en el norte, y cada una cumple cinco tareas principales. “La primera es el ajuste y control de fuego, o dicho de otra forma, hacer que la artillería sea precisa”, empieza a detallar. “Así como en el polígono se calibra un arma y se mide el punto promedio de impacto, nosotros hacemos lo mismo – pero con proyectiles”.

“Nuestro sistema permite ver exactamente dónde cayeron los proyectiles, y así los soldados y soldadas pueden ajustar el fuego para dar en el blanco”, aclara el comandante.

La segunda tarea es detectar lanzamientos enemigos: “Con el radar podemos ubicar los lugares desde donde el enemigo dispara, y además identificar qué tipo de armamento está usando”.

De ahí se desprende la tercera función que cumple Éitam: emitir alertas a las fuerzas en la retaguardia. “Una vez que localizamos el punto de lanzamiento, el R”Z calcula el área donde podría impactar el cohete o misil”, revela. “Así podemos avisar tanto al Comando de Defensa Civil como a las fuerzas que están maniobrando en el terreno, para que se preparen”.

Aunque todavía no llegamos al final, la cuarta función del batallón es el cierre del círculo – en términos operativos: “Como identificamos el punto exacto del disparo, pasamos las coordenadas precisas a las unidades encargadas del ataque en los centros de fuego del comando, la división o la brigada correspondiente. Después de eso, el paso siguiente ya les corresponde a ellos. Nosotros les damos el blanco”.

La quinta y última tarea es participar en la misión más amplia de defensa aérea. “Una de las capacidades de nuestro radar es detectar amenazas desde el aire, lo que nos permite ayudar a la unidad de control aéreo y a la Fuerza Aérea en distintas zonas”, señala el comandante. Durante la operación “Con el corazón de león”, esta misión fue especialmente importante.

“Uno de nuestros equipos se posicionó en una zona donde se detectó un enjambre de drones hostiles que se dirigían al país”, recuerda. “Rápidamente, y en coordinación con la Fuerza Aérea, los ayudamos a ubicar el punto exacto desde donde venía la amenaza, lo que permitió interrumpir su operación y evitar que cruzaran la frontera”.

Y aunque dijimos que eran cinco tareas, durante la guerra se sumó una sexta – no menos importante – en un frente en el que el batallón nunca había actuado antes: el internacional. “Algunos organismos acusaron que habíamos atacado un hospital o zonas sensibles. Pero gracias a que podemos rastrear cada disparo de trayectoria parabólica hacia o desde Israel, pudimos demostrar que en realidad se trataba de un lanzamiento fallido del enemigo”. Estas pruebas fueron usadas por el ejército en múltiples informes y como base de legitimación ante la opinión pública y los medios.

Y para cerrar este análisis a fondo, en el que entendimos cómo el Batallón 611 se integra a los distintos sistemas y frentes – sin disparar un solo proyectil – el comandante comparte una última novedad: “Estamos por renovarnos. En 2026, el batallón va a incorporar nuevos sistemas de radar, además de los que ya tenemos. Eso va a mejorar la detección, la precisión, y va a transformar la forma en que entendemos la localización y la defensa – de todas nuestras fuerzas”.


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