sábado, 2 de agosto de 2025

Malvinas: Operación Grifo



Operación Grifo: Cuando Argentina puso en jaque a Gran Bretaña en el Atlántico Sur

 

 

El 5 de marzo de 1988, Argentina lanzó la "Operación Grifo", un despliegue militar que, con recursos limitados pero estratégicamente utilizados, logró incomodar al poder británico en el Atlántico Sur. Un Boeing 707-387C VR-21, un Lockheed L-188PF Electra y la lancha torpedera P-85 ARA "Intrépida" fueron suficientes para exponer y contrarrestar los movimientos británicos en la región.

Sin embargo, con el paso del tiempo, estos recursos clave fueron desmantelados. En 2006, el gobierno peronista retiró de servicio el Boeing 707-387C VR-21, un avión de inteligencia electrónica con gran vida útil remanente. Por no invertir apenas 5 millones de dólares en su mantenimiento, Argentina perdió una herramienta fundamental para la defensa nacional, algo que parecía alinearse con la política del peronismo de debilitar las capacidades estratégicas del país.

El Lockheed L-188PF Electra Wave 6-P-104, perteneciente a la Armada Argentina, corrió una suerte similar. Aunque había dejado de operar en 1999, su equipo electrónico pudo haberse reutilizado en los P-3B Orion adquiridos durante la gestión Menem. No obstante, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, el avión fue definitivamente dado de baja en 2008.

Estos aviones jugaron un papel fundamental en el monitoreo de las fuerzas británicas, que ocupan ilegalmente más de 1,5 millones de km² de territorio argentino en el Atlántico Sur. Pero como la destrucción de la defensa y seguridad nacional fue parte de una agenda política que favorecía el desmantelamiento de las Fuerzas Armadas, su continuidad no tenía cabida en los planes de ciertos gobiernos.

1988: Argentina enfrenta la maniobra británica "Fire Focus"

En 1988, Gran Bretaña desplegó una operación militar de gran escala en las Islas Malvinas y el Atlántico Sur, denominada "Fire Focus". El gobierno argentino consideró esto una provocación inaceptable y el entonces canciller Dante Caputo recurrió a la ONU, solicitando la intervención de su secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, para exigir la suspensión de los ejercicios militares británicos.

El 17 de marzo de 1988, Argentina denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU la situación generada por las maniobras británicas, que incluían refuerzos defensivos en Malvinas, el despliegue de tropas y la movilización naval británica. Participaron aviones de la Royal Air Force (RAF), buques de la Royal Navy (RN) y cerca de 1.000 efectivos del ejército británico y los Royal Marines, transportados desde el Reino Unido.

Antes del inicio de las maniobras, Argentina convocó una reunión extraordinaria en la OEA, logrando una resolución favorable. Sin embargo, como ha ocurrido con muchas resoluciones internacionales contrarias a sus intereses, Gran Bretaña la ignoró y continuó con sus ejercicios militares.
Argentina Responde con la "Operación Grifo"

En uno de los pocos actos de firmeza de la administración Raúl Alfonsín, el gobierno decidió responder con una acción militar: la "Operación Grifo". Entre el 5 y el 27 de marzo de 1988, Argentina movilizó gran parte de sus recursos aeronavales disponibles:

  • Flota de Mar de la Armada Argentina
  • Comando de Aviación Naval
  • Fuerza Aérea Argentina

El papel del Boeing 707-387C VR-21 fue clave. Este avión, junto al Lockheed L-188PF Electra, permitió recolectar información electrónica vital sobre los movimientos británicos. El Electra, aunque aún no estaba modificado con el sistema de inteligencia israelí IAI SIGINT 240 (lo que ocurriría en 1990), ya operaba con un sistema provisional de Medidas de Apoyo Electrónico (MAE) en el rango de 8.000-9.000 MHz, lo que le permitió interceptar comunicaciones británicas.

La presencia argentina en la zona entorpeció todos los movimientos de la flota británica. Buques y aeronaves inglesas eran detectados de inmediato y, en varias ocasiones, Argentina lo demostró movilizando unidades para bloquear sus maniobras. Esto generó una fuerte tensión militar y diplomática, y con el tiempo se supo que los británicos quedaron sumamente molestos y frustrados por las "sigilosas" acciones argentinas.

Especialmente irritante para ellos fueron las misiones de la lancha torpedera P-85 ARA "Intrépida", que, desde la Isla de los Estados, recopiló información clave sobre la flota británica. Esta capacidad de espionaje quitó a Gran Bretaña cualquier posibilidad de operar con sorpresa en la región, un factor determinante en la Guerra de Malvinas de 1982.

Desde entonces, los británicos entendieron que debían neutralizar esta capacidad argentina. Pero lo lograron no en el campo de batalla, sino a través de la política: con gobiernos argentinos que, sin justificación estratégica alguna, desmantelaron los sistemas de defensa que habían sido un problema para el Reino Unido.

Argentina: De la vigilancia al desarme total

Hoy, Argentina ha perdido completamente su capacidad de vigilancia sobre su propio territorio en el Atlántico Sur. Ya no puede detectar la presencia de buques o aeronaves británicas, salvo que el propio Reino Unido informe sus movimientos en el marco del Acuerdo de Madrid.

Esto significa que, si el Reino Unido quisiera desplegar en Malvinas una flota de guerra con dos superportaaviones y un escuadrón de combate, Argentina ni siquiera se enteraría. Dependeríamos, en el mejor de los casos, de filtraciones externas, como información de inteligencia rusa.

En contraste, en 1988, con apenas tres medios estratégicos—un Boeing 707, un Electra y una lancha torpedera—Argentina logró neutralizar la sorpresa británica y dominar el espacio aeronaval. Hoy, tras años de desmantelamiento intencional de nuestras Fuerzas Armadas, hemos pasado de tener el control a depender de la "buena fe" de un invasor que, si la tuviera, no ocuparía nuestro territorio.

Conclusión

La Operación Grifo demostró que con determinación y recursos bien utilizados, Argentina podía enfrentarse a una potencia militar y ejercer soberanía efectiva sobre el Atlántico Sur. Sin embargo, la política de desarme implementada en las décadas posteriores dejó al país en una posición de absoluta vulnerabilidad.

Hoy, más que nunca, es necesario recordar esta operación y preguntarnos: ¿cómo pasamos de desafiar a Gran Bretaña a depender de su "buena voluntad" para saber qué hace en nuestro propio territorio?






Malvinas: Las experiencias del piloto de combate VGM Roberto Janett

viernes, 1 de agosto de 2025

Malvinas: El apoyo aéreo cercano en Darwin el 28 de mayo


Apoyo Aéreo Cercano - Darwin, 28 de Mayo de 1982




Publicado por Lorenzo Borri en su blog:  su http://elmuan.blogspot.com.ar


Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque


El 28 de mayo a través de los circuitos de comunicaciones el Vicecomodoro PEDROZO solicitó a Puerto Argentino apoyo aéreo con la mayor urgencia, a fin de retardar el avance de las tropas inglesas y dar un respiro a las fuerzas propias. La coordinación de los vuelos se realizó con la intervención del Capitán ARCE, una de cuyas funciones era la de enlace entre Ejército, Fuerza Aérea y Marina para la ejecución del apoyo aéreo cercano.

Las nubes bajas ponían a nuestros aviones a cubierto de los Harrier que orbitaban sobre capa a 15 mil pies de altura. Pero eso mismo obligaba a realizar ataques a muy baja altura y a merced de la capacidad misilística (Blow Pipe) de las fuerzas terrestres enemigas.



La primera misión fue realizada por una sección de Macchi; 4-A-117 (CC MOLTENI) y 4-A-114 (TC Daniel MIGUEL); su líder el Capitán MOLTENI, luego de entrar en ligazón con el OCAA, ordenó regresar a Puerto Argentino porque la zona de Darwin estaba cubierta por niebla.El segundo apoyo lo cumplía una sección de aviones Pucará IA-58. Indicativo BAGRE. Tripulación: Capitán Ricardo GRÜNERT (A-533) y teniente Alcides RUSSO (A-532). Despegó de Puerto Argentino a las 09:30. Atacaron a tropas inglesas, entre Darwin y Goose Green, con cohetes y cañones de 20 milímetros.

En la corrida final de tiro, el 1 logró disparar toda su munición, no así el numeral, quien debió realizar un giro total de 360° para entrar nuevamente y descargar su munición. Los ingleses les tiraron con todo lo que tenían, el espacio se cubrió de manchas rojas de la munición trazante. Varias de ellas impactaron en los aviones, sobre todo cuando el 2 hizo el reempleo. El ataque se realizó aproximadamente a las 10:15. El A-533 quedó fuera de servicio con un motor inutilizado por impactos.



El tercer apoyo previo a la realización del vuelo se impartieron las instrucciones con participación del Capitán MOLTENI, líder de la sección aeronaval de aviones Macchi, para coordinar frecuencias, corredores de entrada e indicativos, y se explicó la situación táctica imperante en la zona de combate. A las 15.30 se inició la tercera incursión al mando del Capitán MOLTENI (4-A-117) cuyo numeral era el Teniente de Corbeta Daniel MIGUEL (4-A-114). Esta tarea se coordinó a través del CIC de nuestra Fuerza Aérea y de la sala de situación conjunta. En proximidades del área de operaciones (Darwin) hubo comunicación bilateral entre el líder y el Oficial Control Aéreo Adelantado (OCAA) (Vicecomodoro PEDROZO), quien asignó zona a batir y no blanco puntual. El control les informó la posición del blanco a batir, por lo que los aviones iniciaron corrida de cañones y cohetes.

Finalizado el ataque, el OCAA informó: "Tiro excelente pero muy poco" y a continuación "numeral derribado". Durante la evasión posterior al ataque, el líder de formación realizó maniobras para eludir un misil, mientras escuchaba al OCAA ordenar: "¡Escape!". Más tarde en comunicación telefónica entre el vicecomodoro PEDROZO y el Capitán MOLTENI, el primero informó que en el ataque el Teniente MIGUEL volaba algo retrasado, un poco más alto, 30 grados con respecto al líder y que al ser abatido por las armas del enemigo cayó en tonel hacia la derecha, impactando el terreno en posición casi invertida.



La siguiente la cumplió nuevamente una sección de aviones Pucará que llegó al blanco donde uno de los aviones fue derribado y el otro logró escapar luego de derribar dos helicópteros ingleses. La sección SOMBRA, integrada por el teniente GIMÉNEZ (A-537) y el teniente CÍMBARO (A-532), que eran los dos pilotos que habían quedado sin volar en la escuadrilla BAGRE. Realizaron un ataque al norte de DARWIN, derribando (CÍMBARO) a un helicóptero  Scout MK.1 del 3º CBAS /B FLIGHT de los Royal Marines con cohetes para ataque aire-tierra, y destruyendo a otro en tierra Giménez. CÍMBARO aterrizó en Puerto Argentino aproximadamente a las 12:30 hs.

El teniente Giménez entró en nubes luego del ataque, manteniendo breves comunicaciones por VHF con DARWIN, perdiéndose luego todo contacto con él. Cuatro años después, los restos del avión y su piloto fueron hallados en la ladera de un monte.

Sección IA-58. Indicativo FÉNIX. Tripulación: (A-536) primer teniente Juan MICHELOUD; (A-555) teniente Miguel CRUZADO. Misión: ataque en zona Darwin. Arribó sólo un avión a la Base Aérea Militar Malvinas, muy averiado, a las 17:20. El teniente CRUZADO debió eyectarse y fue tomado prisionero.

Al otro día, cayó PUERTO DARWIN



Fuentes consultadas

  • HISTORIA DE LA AVIACION NAVAL ARGENTINA TOMO III - Héctor A. Martini.
  • MUSEO DE LA AVIACION NAVAL ARGENTINA

Malvinas: La experiencia de pilotos de combate de la FAA

jueves, 31 de julio de 2025

Malvinas: El batallón del Infierno de Tumbledown

El Batallón del Infierno de Tumbledwon

𝑇𝑎𝑜 𝑀𝑎𝑟𝑖𝑎𝑛 (Damsellet)
@Taomichiba




La Batalla de Monte Tumbledown fue uno de los enfrentamientos más intensos y decisivos de la Guerra de las Malvinas, librada entre la noche del 13 y la madrugada del 14 de junio de 1982.
El BIM5 lideró la cabeza, La Compañía Nácar, tuvo el papel de defender Tumbledown.

La lucha comenzó cuando la 5ª Brigada de Infantería británica, principalmente el 2º Batallón de la Guardia Escocesa, lanzó un ataque nocturno contra las posiciones argentinas en Tumbledown.



Los británicos contaban con apoyo de artillería naval, aérea y terrestre, además de unidades como los Gurkhas y tanques ligeros de los Blues and Royals.



Su plan incluía un ataque en tres fases: primero tomar el extremo occidental del monte, luego avanzar hacia el centro y finalmente asegurar el lado este, combinado con una maniobra de distracción al sur.

Del lado argentino la Compañía Nácar, comandada por el Teniente de Navío Eduardo Villarraza, defendía Tumbledown, mientras otras unidades, como la Compañía Obra y la Compañía Mar, ocupaban Monte William y Sapper Hill, respectivamente.

A pesar del intenso bombardeo británico que comenzó días antes, los infantes de marina resistieron con determinación. El combate fue feroz, con enfrentamientos a corta distancia que incluyeron fuego de ametralladoras, granadas, bayonetas e incluso combates cuerpo a cuerpo.

Los soldados argentinos causaron bajas significativas a los atacantes y retrasando su avance durante horas.

Un momento destacado fue el contraataque argentino liderado por el Subteniente Augusto Vilgré La Madrid, de la Compañía B del Regimiento de Infantería Mecanizado 6, junto a ingenieros anfibios del BIM 5.

En Tumbledown, el BIM 5 enfrentó a fuerzas británicas que los superaban en una proporción aproximada de 3 a 1, soportando un bombardeo continuo de más de 44 horas antes del asalto final. Su resistencia fue tan notable que los británicos los apodaron "Batallón del Infierno".


Antártida Argentina: La impresionante base Petrel

miércoles, 30 de julio de 2025

Ucrania: Los F-16 lamentablemente malgastados

Ucrania está desperdiciando sus F-16

Los arriesgados métodos de defensa aérea de Kiev le han costado cuatro F-16... y tres pilotos.

David Axe || Trench Art


 
Foto de la fuerza aérea ucraniana

Ucrania perdió otro caza Lockheed Martin F-16 el domingo, el cuarto desde que el primero de los F-16 supersónicos, donado por un consorcio belga-danés-holandés-noruego, llegó a Ucrania en agosto.

El F-16 se estrelló mientras su piloto, el teniente coronel Maksym Ustymenko, piloto de primera clase de 32 años, perseguía drones rusos durante un ataque aéreo masivo contra ciudades ucranianas la noche del sábado y la mañana del domingo.

Ustymenko derribó siete objetivos. Al parecer, la explosión del último impacto también dañó su F-16. "Maksym hizo todo lo posible para alejar el avión de una zona poblada", informó la fuerza aérea ucraniana. "No tuvo tiempo de eyectarse".

Ucrania cuenta con 37 F-16 restantes. Se espera que otros 46 lleguen al país en los próximos años. Además de realizar misiones de defensa aérea, los F-16 lanzan planeadores de precisión contra las fuerzas rusas y utilizan sus potentes inhibidores para proteger a otros aviones de guerra ucranianos.

La fuerza aérea no se quedará sin F-16, pero eso no significa que deba desperdiciar estos ágiles aviones monomotor. Y sí, es un desperdicio que Ucrania despliegue los multimillonarios F-16 multimisión para la defensa local contra los drones rusos.

Y lo más flagrante es que es un desperdicio de pilotos de F-16.

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Solo existe una defensa verdaderamente rentable contra los miles de Shaheds de 200 kilos que los rusos lanzan mensualmente contra las ciudades ucranianas: inhibidores electrónicos que pueden bloquear o falsificar las señales satelitales que los explosivos Shaheds utilizan para navegar.

El equipo de guerra electrónica Night Watch en Kiev ha desarrollado varias versiones de su inhibidor Lima y las ha desplegado para proteger ciertas ciudades, subestaciones eléctricas y sectores de la línea del frente. En las zonas donde Night Watch desplegó sus mejores Limas el año pasado, "los ataques cesaron", según el líder del equipo, "Alchemist".

En comparación, los F-16 son ineficientes para destruir drones, y las patrullas antidrones son inaceptablemente arriesgadas para sus pilotos altamente entrenados.


Foto de Vadym Voroshylov

Selfie sangriento

Si no, pregúntenle al mayor Vadym Voroshylov. El 12 de octubre de 2022, Voroshylov despegó en su caza Mikoyan MiG-29 en una misión para interceptar Shaheds. Derribó tres drones en algún lugar del sur de Ucrania y luego se dirigió hacia dos Shaheds más que sobrevolaban la provincia meridional de Vinnytsia.

Los restos del quinto dron que explotó impactaron en el MiG de Voroshylov y le causaron cortes en la mejilla y el cuello. La sangre le cubría la cara y le llenaba los ojos al accionar la palanca de eyección.

Increíblemente, Voroshylov logró sujetar su teléfono y tomarse una selfi mientras descendía bajo el paracaídas. Posteriormente, publicó la selfi en Instagram. "Lo diré brevemente", escribió en el pie de foto: "¡Nadie ni nada puede doblegarnos!".

Sin embargo, los rusos persisten en su intento. "Moscú no se detendrá mientras tenga la capacidad de lanzar ataques masivos", advirtió el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en la misma publicación donde anunció la muerte de Ustymenko. “Solo esta semana, se han desplegado más de 114 misiles, más de 1270 drones y casi 1100 planeadores”, señaló Zelenski. “Se necesita presión sobre el agresor, y también protección. Protección contra misiles balísticos y de otro tipo, contra drones y contra el terrorismo”.

Pero en lo que respecta a la protección contra drones, los F-16 son malos sustitutos de los inhibidores de interferencias. Tres de los cuatro F-16 que Ucrania ha dado de baja se perdieron durante patrullas de defensa aérea en medio de intensos ataques rusos con drones y misiles.

Incluyendo a Ustymenko, tres pilotos ucranianos de F-16 han muerto. Dado que entrenar a un piloto ucraniano de F-16 lleva alrededor de seis meses, y que ha habido problemas para encontrar candidatos cualificados, es posible que la fuerza aérea de Kiev tenga actualmente más F-16 que pilotos listos para el combate.

La muerte de Ustymenko no hace más que agravar ese problema.