sábado, 16 de agosto de 2025

Patagonia: La patriada de los galeses de Trevelin

El día que los colonos galeses decidieron ser argentinos y cambiar por siempre los límites de la Patagonia


A punto de ir a la guerra con Chile por un conflicto imposible de resolver, la frase de un inglés y la decisión de inmigrantes determinaron el destino del sur argentino.


Por Yasmin Ali || Canal 26
@Yas__Friends




La disputa entre Chile y Argentina por la Patagonia. Foto: Wikipedia / People's Collection Wales


Argentina y Chile protagonizaron una feroz disputa territorial, a finales del siglo XIX, que casi termina en un conflicto armado. Sucede que no se ponían de acuerdo por cómo aplicar la demarcación que hoy es el sur de Bariloche. Gran parte del atractivo turístico que hoy tenemos en la Patagonia se lo debemos a Francisco "Perito" Moreno y a una velada que quedaría para la posteridad.

Cada 30 de abril en Chubut se conmemora lo que podría llamarse una "segunda oportunidad para elegir ser argentinos" con un plebiscito en 1902 que sería histórico tanto para la provincia como para el resto del país. Cómo un puñado de pobladores tuvo en su poder el elegir ser de una nacionalidad y por qué se decidieron por Argentina.



Francisco Moreno, perito en el conflicto con Chile



"¿Chilenos o argentinos?"

El tratado de límites de 1881 no dejó contento a nadie, se intentó avanzar para demarcar la zona que aún estaba en disputa. Pero la falta de altas cumbres en el sur de Neuquén y el problema con la divisoria de aguas, con ríos cordilleranos cuya cuenca era del Pacífico, solo sumaban otro dolor de cabeza.

Con ese panorama los peritos de Chile, Diego Barros Arana, y el argentino, Francisco Pascasio Moreno, defendían cada uno su postura. El primero decía que el límite debía ser la divisoria de aguas y el segundo, se inclinaba por las altas cumbres. Con distintos intentos para acordar entre 1893 y 1898, el problema seguía latente.


Thomas Holdich y Perito Moreno en Pampa del río Senguer

La tensión había escalado tanto que la guerra parecía el único camino, pero entrado el nuevo siglo se optó por un arbitraje internacional a cargo de Inglaterra que envió una comisión a cargo de Thomas Holdich.

Moreno los convenció de ir al lugar del conflicto donde llegaron a finales de abril de 1902. Primero recorrieron El Manso Inferior para la observación de la divisoria de aguas; luego lo que es la zona de El Bolsón y Cholila hasta llegar a Alto Río Percy. Para el 29 del mes estaban en el valle 16 de Octubre donde se asentaron en la estancia de la familia Underwood.


La piedra que recuerda la visita del Cnel. Sir Thomas Holdich en el sur argentino


Los colonos ya lo sabían

La jornada del 30 de abril sería histórica. Ese día los habitantes de aquel lugar, la mayoría galeses, le hicieron entrega a las autoridades de un petitorio para que el conflicto llegue rápido a su fin y que sea "a favor de Argentina". Quienes habitaban esa tierra ya habían decidido.

La única fotografía que se conserva del plebiscito en lo que hoy es Trevelin, Chubut. La única fotografía que se conserva del plebiscito en lo que hoy es Trevelin, Chubut.

Para entonces Barros Arana había sido reemplazado por Hans Steffen, a quien el árbitro inglés debió comunicarle que ante esta proclama era prácticamente imposible que su postura pudiera concretarse.

Cuando el fallo "a favor" de Argentina estaba por formalizarse, durante un almuerzo el inglés Holdich exclamó delante de los comensales:

Según atravesó la anécdota en el tiempo, su frase generó aplausos en la escuela 18 de Río Corinto. Solo restaba hacer oficial lo que ya no era un pálpito.

El fallo inglés llegó en noviembre de 1902 y confirmó que "los 94.000 kilómetros cuadrados, 50.000 son para Chile y 44.000 para Argentina; mientras que, de un total de 12.000 kilómetros cuadrados de valles pastosos, 8.000 son para Argentina y 4.000 son para Chile".


Escuela Nacional N° 18 en la actualidad

¿Qué significó? que los argentinos tomaron el control de los valles Nuevo, Cholila, 16 de Octubre y Corcovado; mientras que Chile recibió la región de Aysén y el seno de Última Esperanza.
La Torre de San Nicolás, el último vestigio de la Iglesia colonial que quedó en pie hasta su demolición a fines de 1931. Foto: Arcón de Buenos Aires



Celebración para la posteridad

Desde aquel abril de 1902, cada 30 del mes Trevelin y comunidades aledañas festejan en la histórica Escuela N°18 un nuevo aniversario del Plebiscito.

Las páginas de la historia de la Patagonia argentina hubiesen sido muy distintas si aquellos galeses manifestaban otro deseo al ser consultados en qué país querían vivir y formar una familia.

 

SGM: Amanecer nazi en La Haya


10 de Mayo de 1940: Paracaidistas nazis descienden sobre La Haya, Holanda, para la captura de la ciudad. Hace 84 años iniciaba el horror en los Países Bajos.

Crisis del Beagle: Helicópteros en servicio en Chile

Helicópteros en el Conflicto del Beagle de 1978

Fuente


Fuerzas Chilenas




Helicóptero Sikorsky H-34 utilizado para lucha antisubmarina

El Sikorsky H-34 Choctaw, designado S-58 por el fabricante, fue un helicóptero militar originalmente diseñado por Sikorsky Aircraft para la Armada de Estados Unidos como helicóptero de guerra antisubmarina (ASW).


Los Sikorsky de Chile

A principios de la década de los 60 llega nuevo material a la Aviación Naval Chilena en virtud de un acuerdo con los EE.UU, incorporándose dos helicópteros Sikorsky SH-34J, aeronaves de avanzado desarrollo tecnológico para la época y que contaban con capacidad de lucha antisubmarina, los primeros medios aéreos con capacidad ofensiva con que contó la Armada desde 1930. Estos helicópteros recibieron la denominación de SH-32 y las matrículas N-51 y N-52.Con la recepción de estos helicópteros antisubmarinos se creó en 1962 el primer Escuadrón Aeronaval, denominado “Escuadrón Antisubmarino”, dependiente operativamente de la Escuadra. Sin embargo, aunque se trataba de aeronaves de excelentes capacidades operativas, resultaron algo complejas para la capacidad de apoyo logístico institucional, lo que llevó a retirarlas después de breves años de operación.




Sikorsky N-52 sobrevolando una Lancha Torpedera camuflada a finales de los 70

Los Bell 206 de la Armada de Chile




Bell 206 N-31 sobre la cubierta de vuelo de la fragata clase Leander Condell en sus primeros años de servicio.

Luego del paso de los Sikorsky, a fines de la década del 60 se incorporaron cuatro helicópteros Bell 206 SH-57 Jet Ranger, siendo éste el primer material propulsado por motores a turbina, contaban con capacidad de lucha antisubmarina (ASW). Estos helicópteros habrían operado embarcados en las fragatas misileras clase Lenader Condell y Lynch, además, en algunos foros se indica que también habrían sido vistos embarcados en los destructores Clase Summer Portales y Zenteno. De haberse empleado a los Bell 206 como helicópteros de lucha antisubmarina.De: Helicópteros y aviones de ataque en la Aviación Naval de Chile.



Bell 206 N-38 de la armada de Chile

Helicóptero Bell UH-1 Iroquois de las Fuerzas Chilenas







En 1966 inicia sus servicios en Chile con la recepción del H-80, completando la primera dotación en 1970 con el H-91, inicialmente destinados al Grupo de Aviación N° 10. Posteriormente son traspasados dos UH-1D del Ejército chileno y matriculados H-80 en reemplazo del original que se había accidentado en Noviembre de 1971 y H-92.En 1971 se crea la Escuela de Helicópteros con los Iroquois en la Base Aérea de Maquehue encuadrados en el Grupo de Aviación N° 3, operando hasta su desactivación en 1980 y la redistribución de los UH en las unidades a lo largo del país, incluida la Antártida.Una de las misiones más notables fue la Búsqueda y Rescate de los deportistas uruguayos en 1972, cuando el Fairchild Hiller FH-227 FAU 571 que los transportaba a Chile, cayó en los faldeos del Volcán Tinguiririca en plena Cordillera de los Andes (viernes 13 de Octubre), generando una historia difícil de olvidar, dadas las características de comportamiento de los 16 sobrevivientes, el Jefe de Operaciones del Grupo Nº 10 que organizó el dispositivo de rescate, era Carlos García Monasterio (Piloto al mando del H-89)lo protagonistas de este hecho fueron principalmente los H-89, H-90 y H-91, asignados al Grupo de Aviación N° 10, los cuales fueron operados al límite de sus capacidades, con el objetivo de rescatar en el menor tiempo posible a la totalidad de los sobrevivientes.





Bell UH-1H de la FACH matricula H-80


Bell UH-1H de la FACH matricula H-81


Bell UH-1H de la FACH matricula H-82


Bell H-83 iniciando su paso en la Parada Militar 2006,abajo a la derecha, Bell 206 H-23


Bell H-85 de la Fuerza Aérea Chile, recién pintado en el esquema Naciones Unidas, ENAER, 1991.


Bell UH-1H matricula H-86 de la FACh, participó en el rescate de los cadáveres encontrados meses después del accidente de los Andes.


UH-1D de la FACH H-87, del Grupo de Helicópteros Nº 3, sobrevolando el río Imperial, en la IXª Región de la Araucanía, a fines de los 70.



Bell UH-1D de la FACH matricula H-88


UH-1H de la FACH H-89, asignado al Ala Nº 3, posado en la Base Teniente Marsh, Antártida chilena.


UH-1D de la FACH H-90 de la Fuerza Aérea de Chile


UH-1D de la FACH H-91, del Grupo Nº10 de la Fuerza Aérea de Chile

Bell Chilenos en el conflicto del Beagle 1978.



Bell de la FACH matricula H-87 artillado con lanzacohetes

En 1978 fueron dotados de armamento, adoptando una interesante gama de mimetismos para las diferentes misiones que cumplirían en un eventual conflicto con Argentina. Volando día y noche fue el encargado de trasladar las fuerzas especiales, rotar los observadores terrestres y mantener el apoyo logístico en el sector de Picton, Nueva y Lennox.


La expansión de la Aviación Naval chilena y el impacto del Alouette III SA 319B

Hasta la década de 1960, solo dos unidades de la Escuadra Naval Chilena tenían la capacidad de operar helicópteros embarcados. Sin embargo, con la modernización de la flota, para mediados de los años 70, esta cifra ascendió a seis unidades habilitadas, generando la necesidad urgente de fortalecer el ala rotatoria de la Aviación Naval.

Como respuesta, en 1977, la Armada de Chile adquirió en Francia diez helicópteros SH-9 Alouette III SA 319B, los cuales comenzaron a llegar al país en 1978. Estas aeronaves fueron integradas a la Escuadra, cumpliendo un doble propósito:

  • Exploración aeronaval, complementando la vigilancia marítima.
  • Vectores antisubmarinos (ASW), con capacidad de ataque limitado contra objetivos de superficie (ASuW).

El Alouette III SA 319B se distinguía por su radar montado en la parte frontal de la cabina, un rasgo característico que le otorgaba un perfil inconfundible. En combate, podía equiparse con:

  • Torpedos ligeros Mk-44, diseñados para la guerra antisubmarina.
  • Lanzadores de cohetes, utilizados en misiones anti-superficie.

La creación del Escuadrón HA-1 y la evolución de la fuerza de helicópteros de ataque

El 12 de mayo de 1977, mediante la Resolución C.J.A. Ord. Nº6748/10 vrs., se formalizó la creación de tres escuadrones fundamentales para la Aviación Naval Chilena:

  • Escuadrón de Helicópteros de Ataque HA-1.
  • Escuadrón de Exploración Aeromarítima VP-1.
  • Escuadrón de Propósitos Generales VC-1.

Los Alouette III fueron la columna vertebral del HA-1, convirtiéndose en su aeronave fundacional. Esta unidad sigue operativa hasta el día de hoy, aunque los Alouette III fueron reemplazados por los SH-32 Cougar, con mayores capacidades de combate y exploración.

El accidente del Alouette III N-62 en Valparaíso

Apenas unos meses después de su incorporación, la flota sufrió una tragedia. El 4 de julio de 1978, el Alouette III N-62 sufrió un grave accidente nocturno mientras despegaba desde la fragata Lynch, en la Bahía de Valparaíso. En el siniestro, perdieron la vida los pilotos Víctor Tapia y René Neumann, aunque otros dos tripulantes lograron sobrevivir.

Este incidente marcó un punto de inflexión en los protocolos de operación nocturna embarcada, destacando los riesgos que implicaban las operaciones en condiciones de baja visibilidad y sobre cubiertas reducidas.

El reemplazo del Alouette III: La llegada del MBB-BO-105 y los SH-32 Cougar

Para finales de la década de 1980, comenzó el proceso de reemplazo del Alouette III en la Armada de Chile.

  • En roles secundarios, algunos fueron sustituidos por el MBB-BO-105, una aeronave más moderna y maniobrable.
  • En su función de helicóptero de ataque, fueron completamente reemplazados a principios de los 90 con la llegada del SH-32 Cougar, que poseía mayor autonomía, capacidad de carga y potencia de fuego.

No obstante, algunos Alouette III continuaron en servicio hasta finales de la década del 90, consolidando su legado como uno de los helicópteros más versátiles y confiables de la Aviación Naval Chilena.


viernes, 15 de agosto de 2025

Malvinas: El "fly-half" de Monte Longdon

El Fly-Half de Monte Longdon





En el contexto del Monte Longdon durante la Guerra de las Malvinas (1982), "fly-half" fue utilizado como un nombre clave o denominación informal por las tropas británicas. Este tipo de apodo para una parte del terreno probablemente deriva de la terminología del rugby, ya que el "fly-half" es una posición estratégica clave en el juego, encargada de tomar decisiones importantes y coordinar ataques.

En términos tácticos, las fuerzas militares suelen asignar nombres o apodos a zonas específicas del terreno para facilitar las comunicaciones en combate. En el caso del Monte Longdon, es probable que el área denominada "fly-half" haya tenido alguna importancia táctica crucial, como un punto de observación, una posición defensiva o un lugar clave para maniobrar durante la batalla.

Dado que los soldados británicos, especialmente los paracaidistas, a menudo tienen fuertes vínculos culturales con deportes como el rugby, usar términos relacionados con el deporte puede haber sido una forma de hacer que las comunicaciones fueran más fluidas y familiares bajo presión. En Monte Longdon fue llamada "fly-half" esta pendiente, una cresta, o una posición fortificada.

jueves, 14 de agosto de 2025

La guerra híbrida en el Siglo XXI: ¿Cómo se combate a un enemigo invisible?

La guerra híbrida en el Siglo XXI: ¿Cómo se combate un enemigo invisible?

EMcL - FDRA




En el siglo XXI, el panorama de la guerra ha cambiado radicalmente. Ya no se define exclusivamente por la confrontación entre ejércitos regulares en campos de batalla físicos, sino por una serie de estrategias combinadas que utilizan medios militares, cibernéticos, económicos, informativos y diplomáticos. Este fenómeno ha sido denominado "guerra híbrida", un concepto que describe la naturaleza cambiante de los conflictos modernos. A diferencia de las guerras tradicionales, la guerra híbrida implica la fusión de tácticas convencionales e irregulares, ciberataques, campañas de desinformación y acciones encubiertas, lo que convierte al enemigo en una entidad difícil de identificar y, por tanto, de combatir.

¿Qué es la guerra híbrida?

La guerra híbrida es un enfoque de confrontación que mezcla múltiples métodos de guerra —militares, irregulares, cibernéticos, económicos y psicológicos— para lograr objetivos estratégicos sin recurrir necesariamente al uso directo de la fuerza militar. Este tipo de guerra no es totalmente nuevo; sin embargo, su sofisticación, alcance global y dependencia de la tecnología moderna la convierten en una amenaza sin precedentes.

El enemigo híbrido opera en la ambigüedad. Puede ser un Estado, un grupo terrorista, una organización criminal, o incluso una combinación de actores. Su principal ventaja es su capacidad para golpear sin dejar rastro claro, explotando las debilidades estructurales, sociales y tecnológicas del adversario. La dificultad radica en que estos ataques muchas veces no activan una respuesta militar convencional, ya que no se ajustan a las normas tradicionales de guerra reconocidas por el derecho internacional.

Ciberseguridad: un frente invisible

Una de las manifestaciones más evidentes de la guerra híbrida en el siglo XXI es la guerra cibernética. Los ataques informáticos se han convertido en armas estratégicas para influir en procesos democráticos, robar información crítica o paralizar infraestructuras clave como redes eléctricas, hospitales, sistemas financieros y redes de comunicación.

Por ejemplo, los ataques de ransomware y el hackeo de bases de datos gubernamentales no solo causan daños económicos, sino que también socavan la confianza pública en las instituciones. Casos como el ataque a la red eléctrica de Ucrania en 2015, o las interferencias en elecciones en varios países occidentales, evidencian cómo los actores híbridos pueden desestabilizar a naciones enteras sin disparar un solo tiro.

Los Estados están invirtiendo significativamente en capacidades cibernéticas defensivas y ofensivas. Muchos han creado comandos de ciberdefensa especializados y han establecido alianzas internacionales para compartir inteligencia y coordinar respuestas. No obstante, la velocidad a la que evolucionan las amenazas cibernéticas supera, en muchos casos, la capacidad de respuesta de los Estados, dejando a gobiernos y ciudadanos en situación de vulnerabilidad constante.


Desinformación: el arma silenciosa

La guerra híbrida también se libra en el dominio de la información. Las campañas de desinformación buscan manipular la percepción pública, sembrar discordia interna, erosionar la cohesión social y debilitar la confianza en las autoridades democráticas. Plataformas como redes sociales son utilizadas para propagar noticias falsas, teorías conspirativas y narrativas polarizantes, con el objetivo de desestabilizar sociedades desde dentro.

Los actores híbridos identifican fracturas sociales —ya sean ideológicas, raciales, económicas o culturales— y las explotan amplificando el conflicto mediante información manipulada. Este tipo de ataque es particularmente difícil de combatir, ya que actúa sobre la opinión pública y se disfraza de libertad de expresión.

Como respuesta, los gobiernos han comenzado a tomar medidas para regular la actividad en redes sociales, exigir transparencia en los contenidos patrocinados y fortalecer la alfabetización mediática de la población. Sin embargo, el equilibrio entre seguridad informativa y libertad de expresión sigue siendo una línea delicada que plantea complejos desafíos éticos y legales.

Conflictos asimétricos: la dimensión militar de lo híbrido

Aunque la guerra híbrida no depende exclusivamente de la fuerza militar, no la descarta. En muchos casos, se recurre a tácticas militares irregulares y asimétricas: milicias apoyadas encubiertamente por Estados, mercenarios, insurgencias armadas y grupos terroristas. Estas fuerzas suelen operar sin identificar claramente su filiación estatal, lo que permite a los actores detrás de ellas negar responsabilidad directa.

Un ejemplo destacado es la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. En ese conflicto se utilizaron tropas sin insignias, propaganda intensiva, apoyo a milicias locales y ciberataques, todo orquestado simultáneamente. Esta operación marcó un punto de inflexión en el entendimiento moderno de la guerra, al demostrar cómo un Estado podía lograr objetivos estratégicos mediante tácticas híbridas, sin declararse en guerra formal.



En respuesta, las fuerzas armadas de muchas naciones han comenzado a adaptarse al nuevo entorno híbrido. Se ha promovido la interoperabilidad entre cuerpos militares, de inteligencia, policiales y civiles, y se ha puesto énfasis en la guerra irregular, el análisis de datos en tiempo real y la inteligencia artificial como herramientas de anticipación.

Preparación y resiliencia: la respuesta estatal

Combatir la guerra híbrida requiere una estrategia integral, que trascienda la dimensión militar. Los Estados están reconfigurando su concepto de seguridad nacional para incluir elementos como la ciberseguridad, la protección de infraestructuras críticas, la gestión de la información y la cohesión social. La defensa frente a un enemigo invisible no puede depender únicamente del ejército; implica a todos los sectores: público, privado y sociedad civil.

Entre las acciones adoptadas destacan la inversión en tecnologías de detección de amenazas, la cooperación internacional en ciberinteligencia, la creación de organismos multidisciplinarios de seguridad y la promoción de una ciudadanía más crítica e informada. Países como Estonia, Israel y Finlandia han sido pioneros en la implementación de modelos de defensa nacional integrados, combinando educación, innovación tecnológica y cultura de seguridad colectiva.

Asimismo, organizaciones internacionales como la OTAN y la Unión Europea han incorporado la guerra híbrida en sus estrategias de seguridad, reconociendo que la defensa del territorio ya no es solo física, sino también digital y psicológica.

Guerra híbrida hoy

La guerra híbrida representa uno de los mayores retos para la seguridad global en el siglo XXI. Su naturaleza difusa, adaptable y multidimensional dificulta su detección y neutralización. Ante esta amenaza, los Estados deben desarrollar una resiliencia estratégica que combine tecnología, inteligencia, cooperación internacional y fortalecimiento de la cohesión interna. Combatir a un enemigo invisible exige más que fuerza militar: requiere visión, preparación y una comprensión profunda del entorno en el que operamos.

En última instancia, la defensa frente a la guerra híbrida no solo depende de los gobiernos, sino también de una ciudadanía informada, crítica y resistente a la manipulación. En un mundo donde la verdad puede ser distorsionada y las amenazas se esconden tras pantallas, la mayor fortaleza de una sociedad puede residir en su capacidad para discernir, resistir y adaptarse.



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