lunes, 15 de septiembre de 2025

EA: Maniobras el Grupo de Artillería de Montaña 6 en Neuquén

Ejercicios de artillería en la montaña neuquina




Las actividades, desarrolladas por el Grupo de Artillería de Montaña 6, comenzaron con el alistamiento de la Unidad y la impartición de órdenes en mesas de arena. 
Posteriormente, se ejecutó una marcha táctica hasta la zona de instrucción, donde se realizaron actividades propias del Arma bajo temperaturas inferiores a los -5 °C.
El ejercicio permitió operar integralmente los subsistemas del Sistema de Artillería de Campaña, fortaleciendo las capacidades del personal en condiciones tácticas propias del ambiente de montaña.

Caza furtivo: Proyecto ATF de Lockheed Skunk Works

Desarrollo del avión ATF en Lockheed Skunk Works

Genezis




Los estudios de diseño del avión ATF comenzaron en Lockheed Skunk Works a principios de la década de 1980. Las configuraciones iniciales eran altamente no convencionales, ya que se basaban en el éxito del F-117A, cuya existencia aún era clasificada en ese momento.


Entre las diversas configuraciones evaluadas, se consideró una variante naval con un motor único, capacidades STOVL (despegue corto y aterrizaje vertical) y alas plegables. Su característica distintiva era que el despegue corto y aterrizaje vertical se lograban mediante un ventilador de sustentación, impulsado por el motor principal a través de un eje de transmisión. Esto refuta directamente la afirmación de que un sistema similar fue desarrollado únicamente en la Unión Soviética por la OKB Yakovlev. En realidad, ambos lados del Telón de Acero llegaron a la misma solución, aunque Yakovlev la perfeccionó y creó el MFI a partir de ella.


Otro aspecto destacado fue una campaña de desinformación, que presentó un diseño con configuración canard-delta, grandes alas delta y toberas traseras, similares a los estudios iniciales del ATF de Northrop. Sin embargo, este diseño no era una propuesta seria, sino un intento de confundir a la inteligencia soviética.

Estabilización del diseño del ATF y alianza industrial

 

 

Para mediados de 1985, el diseño se había consolidado en una configuración relativamente convencional, que no solo cumplía con los requisitos de baja detectabilidad (stealth), sino que también mostraba una maniobrabilidad excepcional en un amplio rango de velocidades, con un arrastre aerodinámico optimizado para el vuelo supersónico sostenido (supercrucero). Ese mismo año, Lockheed decidió unirse a otras compañías. Se concluyó que, si bien Lockheed podía competir en solitario en la primera fase de la competencia ATF, ganar el programa completo requeriría un esfuerzo conjunto.

Después de un año de análisis y negociaciones, Lockheed, Boeing y General Dynamics firmaron un acuerdo de cooperación en junio de 1986, aunque cada una continuó compitiendo con su propio diseño.

 

El 31 de octubre de 1986, se anunciaron los resultados de la competencia. Lockheed y Northrop recibieron cada uno un contrato de 691 millones de dólares para construir y probar dos prototipos. Según el acuerdo, Lockheed asumió el liderazgo del programa, con Sherman Mullin como director general del ATF y Jack Gordon como jefe de proyecto (reemplazado por Micky Blackwell en diciembre de 1987). Randy Kent dirigió el proyecto en General Dynamics (Fort Worth), y Dick Hardy supervisó el desarrollo en Boeing Military Airplanes (Seattle).

A principios de noviembre de 1986, el consorcio finalizó los datos preliminares de diseño, dando inicio al desarrollo conjunto de la configuración definitiva. Sin embargo, esto resultó ser más complicado de lo esperado. Para julio de 1987, el consorcio concluyó que la configuración actual era insostenible, tanto desde un punto de vista técnico como competitivo. Como resultado, el 13 de julio, comenzaron a desarrollar un nuevo diseño, tarea que no se completó hasta enero de 1988.

Desarrollo y pruebas del YF-22A

 

El primer prototipo YF-22A (N22YF), propulsado por motores General Electric YF-120, realizó su primer vuelo el 29 de septiembre de 1990 desde las instalaciones de Lockheed en Palmdale hasta la Base Aérea de Edwards, con el piloto de pruebas Dave Ferguson en los controles. Durante el vuelo, el tren de aterrizaje permaneció extendido, probablemente debido a problemas de software, los cuales impidieron su retracción hasta el quinto vuelo.

El segundo prototipo (N22YX) voló por primera vez el 30 de octubre de 1990, con Tom Morgenfeld, piloto de pruebas de Lockheed, a los mandos. El programa inicial de pruebas de vuelo concluyó tres meses después, el 28 de diciembre de 1990, tras 74 vuelos y 91,6 horas de vuelo acumuladas.

El YF-22A, con su diseño relativamente convencional, incorporó dos características clave para lograr su baja detectabilidad (stealth):

  1. Forma trapezoidal, con todos los bordes y superficies críticas alineados en un ángulo de 48 grados.
  2. Superficies con ángulos constantes, en las que todos los elementos estructurales transicionaban sin interrupciones desde la nariz hasta la cola, evitando protuberancias innecesarias.

Adicionalmente:

  • El compresor del motor estaba protegido por un conducto en forma de S simplificado.
  • El armamento se alojaba en dos compartimientos laterales y una bodega central.
  • Varias cubiertas, incluidas las de tren de aterrizaje, bodegas de armas y toberas de escape, presentaban bordes serrados para reducir la firma de radar.
  • Los motores Pratt & Whitney F-119-100 equilibraban empuje vectorial con baja firma infrarroja.
  • Las emisiones electromagnéticas se reducían mediante un radar Westinghouse LPI y una aviónica totalmente integrada.

Selección final y contratos de producción




El 31 de diciembre de 1990, Lockheed presentó su propuesta final de desarrollo y producción en la Base Aérea Wright-Patterson. Tras tres meses de evaluación, el YF-22A fue declarado ganador de la competencia ATF.


  • El prototipo con motores Pratt & Whitney permaneció en la Base Aérea de Edwards para más pruebas, pero sufrió graves daños en un accidente el 25 de abril de 1992.
  • El segundo prototipo fue trasladado a Marietta, Georgia, donde se utilizó como maqueta a escala real para el desarrollo posterior, la planificación de producción y la integración de sistemas.
  • El consorcio liderado por Lockheed firmó un contrato de 9,55 mil millones de dólares para la construcción de 11 aviones de preproducción y dos células de prueba para ensayos de fatiga y carga estática.

Pruebas y despliegue operativo del F/A-22A Raptor




El primer avión de preproducción (número de serie 4001) voló el 7 de septiembre de 1997, con Paul Metz como piloto de pruebas. Las pruebas continuaron hasta 2002, dando paso a las evaluaciones operativas del AFOTEC (Centro de Pruebas y Evaluación Operacional de la Fuerza Aérea) con el 422° Escuadrón de Pruebas y Desarrollo, 53° Ala, en la Base Aérea de Nellis, Nevada.



El 23 de octubre de 2002, la USAF recibió su primer F/A-22A Raptor de producción (número de serie 99-4010).

Desarrollo posterior y legado



No pasó mucho tiempo antes de que el primer Raptor fuera desechado tras un accidente.

El diseño base del F/A-22 Raptor también fue adaptado para el programa Interim Bomber, sirviendo como base para el desarrollo del bombardero furtivo F/B-22.


domingo, 14 de septiembre de 2025

Argentina: El Raid Aéreo Patagónico del Capitán Parodi

Primer Raid Aéreo Patagónico al mando del Capitán Parodi

Fecha exacta: 7 de diciembre de 1922





(*) Estas postales son muy raras, ya que no está editada en otros formatos. Los tipos (letras impresas) utilizados son similares, pero no encontré otras similares. Ver otra de la misma serie.
Comodoro Rivadavia es la ciudad de mayor población de la Provincia de Chubut, en la Región de la Patagonia Argentina.


 

Aviones Argentinos de los 80 y 90s

La edad de oro de la Fuerza Aérea Argentina







sábado, 13 de septiembre de 2025

EA: Maniobras del RIMec 6 en el Impenetrable


El Regimiento de Infantería Mecanizado 6 en el Ejercicio Libertador




En el marco de las maniobras de la Fuerza de Despliegue Rápido en el Impenetrable, la Unidad integró el Equipo de Combate “Viamonte”.



El despliegue se desarrolló en distintas localidades de Chaco y Formosa, y logró consolidar la preparación del personal en escenarios de alta complejidad.


Geoestrategia de Chile

Chile: Geoestrategia, conflictos potenciales y riesgos psicológicos existenciales




Introducción

Desde el desierto de Atacama hasta las bases científicas en el corazón helado de la Antártica, Chile ha tejido su destino entre el aislamiento geográfico, una historia de conflictos fronterizos, y la presión constante de fenómenos naturales extremos. Con tres vecinos complejos —Perú, Bolivia y Argentina— y un frente antártico cada vez más estratégico, el país enfrenta un tablero geopolítico desafiante.

Este informe especial explora la geoestrategia oficial y real de Chile frente a sus vecinos, las amenazas emergentes y los escenarios críticos que podrían redibujar su futuro. Desde tensiones limítrofes hasta catástrofes imprevisibles, el foco está puesto en las grietas que podrían abrirse… y en cómo se están intentando sellar.

 

1. Geoestrategia nacional: Defensa por proximidad

Chile no ha publicado una doctrina geoestratégica abiertamente ofensiva. Al contrario, la retórica oficial gira en torno a la disuasión defensiva, la diplomacia activa y el respeto al derecho internacional. El Libro de la Defensa Nacional 2017, documento base de la política de seguridad, enfatiza la protección del territorio, el resguardo de los recursos naturales, y una creciente preocupación por el flanco sur: la Antártica.

Pero el discurso técnico oculta un trasfondo más inquieto. Las Fuerzas Armadas mantienen un nivel operativo alto, con una flota aérea moderna (F-16, helicópteros Black Hawk, E-4 Sentry), capacidades navales respetadas en la región, y una doctrina táctica basada en la movilidad terrestre y la superioridad electrónica.

En la práctica, Chile ha elegido una posición de centinela estratégico: no busca expandirse, pero no tolerará presiones. Una fórmula simple: negociar todo, ceder nada. En el pasado, Chile llegó a negociar y ceder partes de su territorio en pos de no caer en una guerra que lo hubiese retornado al período pre-Guerra del Pacífico.

2. El Frente Norte: Perú y Bolivia, las heridas abiertas

2.1 Perú: Vecindad competitiva

La relación con Perú, aunque diplomáticamente estable, arrastra siglos de desconfianza mutua. El conflicto bélico de 1879 sigue influyendo en las élites militares y políticas de ambos países. El fallo de La Haya en 2014, que delimitó una nueva frontera marítima, fue aceptado formalmente… pero dejó resentimientos latentes.

Chile ve con recelo el fortalecimiento militar peruano, especialmente en capacidades navales y aéreas. Perú, por su parte, sospecha que Chile mantiene superioridad intencionada para mantener el statu quo. Sin embargo, los acuerdos con Corea del Sur para producción militar, la renovación de la flota aérea de combate y el crecimiento de la calidad del material humano peruano siempre marca el artificialmente inflado ego chileno.

En el último año, se registraron incidentes menores en el “triángulo terrestre” cerca de Tacna, una zona sin acuerdo formal. Aunque se trató de movimientos simbólicos, la prensa sensacionalista de ambos lados los amplificó, despertando viejos fantasmas.

Medidas en marcha:

  • Coordinación entre cancillerías y defensa.
  • Ejercicios militares conjuntos esporádicos.
  • Mecanismos de alerta temprana para evitar escaladas.

El peor escenario posible analizado puede ser un conflicto limitado por soberanía en tierra o mar, con enfrentamientos focalizados, bloqueo portuario temporal y presión internacional para un nuevo arbitraje. El riesgo está bajo control, pero no es nulo.

2.2 Bolivia: El Mar, siempre el Mar

A pesar del fallo de la CIJ en 2018 que exoneró a Chile de negociar una salida al mar con Bolivia, el tema no ha desaparecido. Al contrario, ha mutado hacia nuevas dimensiones.

La estrategia boliviana ahora gira en torno a la internacionalización del conflicto y la presión simbólica, mientras mantiene una relación económica pragmática: Bolivia depende de los puertos chilenos para sus exportaciones.

  • Puntos de fricción actuales:
  • Cruces fronterizos con presencia militar simbólica.
  • Contrabando, tráfico y migración desbordada.
  • Tensiones por el litio y el uso de recursos hídricos compartidos.


En 2024, la entrada irregular de más de 35 mil migrantes por Colchane tensó la relación bilateral y expuso la fragilidad del control fronterizo. A esto se suma la creciente presencia de actores no estatales en la frontera, incluidas bandas armadas ligadas al narcotráfico.

El escenario crítico a analizar puede ser un brote de violencia entre fuerzas de control podría desencadenar una crisis diplomática seria. En el peor de los casos: escaramuzas con pérdida de vidas y militarización del altiplano.

¿Está Chile preparado?
Sí, en términos tácticos. Pero políticamente, el conflicto con Bolivia es el más difícil de contener sin consecuencias regionales o humanitarias.


3. El Frente Sur: ¿Aliado o rival silencioso?

Argentina, entre la amistad y la desconfianza

La relación con Argentina ha sido un péndulo. De la tensión al borde de la guerra en 1978 por el Canal Beagle, a la firma del Tratado de Paz y Amistad en 1984, y más recientemente, a una cooperación estratégica sin precedentes.

Ambos países comparten ejercicios militares (la fuerza combinada "Cruz del Sur"), vínculos energéticos y coordinación antártica. Pero también compiten, especialmente por el control marítimo al sur del paralelo 60.

En 2021, Argentina presentó una ampliación de su plataforma continental, que Chile consideró una extensión sobre territorio chileno. El conflicto fue diplomático, pero encendió alarmas en círculos militares.

  • Medidas de contención:
  • Comisiones bilaterales de límites.
  • Diálogo directo entre cancillerías.
  • Acuerdos operativos en zonas de interés mutuo.

El escenario más crítico que puede pensarse es si Argentina endurece su postura sobre los Campos de Hielo Sur o presiona en la Antártica, Chile podría verse obligado a reforzar su presencia militar en el sur. El conflicto sería diplomático, pero con posibles consecuencias logísticas para rutas navales y operaciones antárticas.

4. La Antártic(d)a: El frío que calienta el conflicto

Chile reclama cerca de 1.250.000 km² en la Antártica. Su soberanía, reconocida internamente pero no internacionalmente, se superpone con territorios reclamados por Argentina y Reino Unido.

El Tratado Antártico de 1959 mantiene la paz, pero podría revisarse a partir de 2048, abriendo la puerta a nuevos conflictos por recursos minerales, agua dulce y rutas de navegación.

La preocupación es real. China, Rusia y EE.UU. ya han intensificado su presencia científica (y logística) en la región. Chile y Argentina trabajan en conjunto, pero también compiten. En los últimos cinco años, Chile ha modernizado la Base Frei y ha comenzado la construcción de una base logística marítima en Punta Arenas.

¿Qué pasa si el tratado colapsa?
Un escenario caótico podría incluir:

  • Reclamaciones territoriales abiertas.
  • Militarización de las bases científicas.
  • Intervención de potencias globales.

Chile se vería obligado a desarrollar una fuerza antártica de proyección, establecer nuevas alianzas multilaterales y reforzar el control de sus rutas australes.



5. Catástrofes naturales: La guerra contra Dios

El megaterremoto que puede llegar mañana

La gran amenaza no es humana. Es tectónica. Chile está en el “Anillo de Fuego del Pacífico”. En promedio, experimenta un terremoto grado 8+ cada 25 años. El del 2010 (8,8) fue devastador. Pero el fantasma es otro: uno sobre 9,0 en la zona central, con epicentro marino, seguido de un tsunami con olas de más de 15 metros.

Impacto estimado:

  • Colapso portuario (Valparaíso, San Antonio).
  • Interrupción total de exportaciones de cobre.
  • Daño masivo a infraestructura eléctrica, hídrica y hospitalaria.
  • Más de 1 millón de desplazados.


Chile cuenta con el SENAPRED, redes sísmicas y simulacros, pero los sistemas no serían suficientes ante un evento de esta magnitud. La cooperación internacional es clave.

Medidas que se están implementando:

  • Red de telecomunicaciones de emergencia (satélites nacionales).
  • Refuerzo de bases militares como nodos de respuesta civil.
  • Alianzas con Japón, EE.UU. y Nueva Zelanda en logística post-desastre.


En este escenario, Chile se enfrenta no solo a la reconstrucción… sino también a un momento de extrema vulnerabilidad geopolítica.

6. Conclusión: Paz armadas, conflictos dormidos y riesgos despiertos

Chile vive en una geografía tensa. Su estrategia es firme pero prudente. El país apuesta por la disuasión, no por la provocación. Pero los escenarios posibles —conflictos limitados, disputas antárticas, o una mega-catástrofe natural— obligan a repensar la defensa como un sistema integral que combine diplomacia, logística, preparación cívica y proyección regional.

Antes de irnos ¿Qué rol juego su alianza con Gran Bretaña? Sin dudas es el socio tonto en la geoestrategia del Atlántico Sur. El rol de esta alianza, objetivo común de acción conjunta, es molestar y debilitar a Argentina, cuidar que no se expanda, en el caso chileno más particularmente, cuidar celosa e histéricamente que Perú y Argentina no se alíen, porque esa alianza irremediablemente está asociado a una interacción contra la propia existencia de los territorios que Chile robó a sus vecinos. En el medio, armarse como si fuese a ir a una guerra y malgastar los recursos públicos en defensa en vez de invertirlo en educación, tecnología o salud pública que todavía acechan el bienestar de su gente. Recordemos los reclamos salvajes entre octubre de 2019 y marzo de 2020 que tomaron al país por asalto que se asentaron en reclamos de ítems muy particulares de la vida socioeconómica chilena que todavía no han podido ser solucionados.  

Los peores escenarios no son ficción. Son probables.
Y si algo enseña la historia de Chile, es que la resiliencia no se improvisa.

Fuentes

  1. Ministerio de Defensa Nacional – Libro de la Defensa Nacional 2017
  2. Corte Internacional de Justicia – Fallo Perú vs. Chile 2014
  3. Corte Internacional de Justicia – Fallo Bolivia vs. Chile 2018
  4. Diario La Tercera – Conflictos en la frontera norte, edición 2024
  5. Revista de Marina – Chile y la Antártica, 2023
  6. Infodefensa – Capacidades estratégicas sudamericanas
  7. SENAPRED – Plan de gestión de riesgos 2025
  8. Entrevistas exclusivas con analistas de Defensa y Política Exterior.  
  9. Sistema del Tratado Antártico – https://www.ats.aq/ 

Esteban McLaren - FDRA

Imágenes de OpenIA