domingo, 19 de octubre de 2025

Hielos Continentales: Patrulla conjunta ítalo-argentina

Patrulla italo-argentina en los Hielos Continentales nacionales




 🇦🇷🇮🇹 En la Patagonia, en plena zona de glaciares, efectivos del @ejercitoarg realizaron la expedición “Campos de Hielo Patagónico Sur 2025” junto a los “Alpini” del @esercitoitaliano.



Durante el adiestramiento, las Tropas de Montaña llevaron a cabo marchas sobre hielo, travesías en esquí y jornadas bajo viento blanco y temperaturas extremas, consolidando sus capacidades técnicas y operativas para actuar en condiciones límite, además de su resistencia y espíritu de equipo.



Estos entrenamientos reflejan el alto nivel de profesionalismo de nuestras Fuerzas, abiertas al mundo y en permanente cooperación con países aliados, fortaleciendo la interoperabilidad y la preparación para cumplir misiones en cualquier escenario.



Guerra Antisubversiva: El intento de atentado al ARA Santiago del Estero


1971, en el submarino Tipo Guppy IA USS "Chivo" se iza por primera vez el pabellón argentino al ser bautizado como ARA "Santiago del Estero" para la Armada Argentina.

Operación Corina: El intento de hundimiento del ARA Santiago del Estero






El 4 de marzo de 1973, en un operativo clave para la seguridad nacional, la Policía de la Provincia de Buenos Aires frustró una de las conspiraciones subversivas más peligrosas de la época: la llamada “Operación Corina”. El objetivo de este grupo extremista, perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), era hundir el submarino ARA "Santiago del Estero" en la Base Naval de Mar del Plata y ejecutar ataques coordinados en diversos puntos estratégicos de la ciudad. Este atentado formaba parte de un plan más amplio para sembrar el caos en el país en vísperas de las elecciones generales del 11 de marzo de 1973. Sin embargo, una investigación meticulosa y la rápida acción policial lograron desarticular la célula terrorista antes de que pudiera llevar a cabo su cometido.


El submarino GUPPY IA S-22 ARA "Santiago del Estero" S-22, ex-USS "Chivo" SS-341, en navegación. El ARA "Santiago del Estero" se incorporó a la Armada Argentina y se desprogramó en 1981. No obstante ello dió servicio de guerra en 1982, durante el Conflicto del Atlántico Sur, al ser empleado como señuelo cuando sigilosamente se lo remolcó fuera de la Base Naval Mar del Plata y se lo ocultó, para sembrar desconcierto en el enemigo y hacerlo creer que el submarino estaba operando en alta mar.

El allanamiento que desbarató la operación tuvo lugar en un chalet ubicado en la esquina de Matías Strobel y Blas Parera, en pleno Parque Luro. Allí, efectivos de la Unidad Regional IV detuvieron a ocho miembros de las FAR, un grupo que, aunque se presentaba como defensor del proletariado, estaba compuesto en su mayoría por individuos provenientes de familias acomodadas, con formación universitaria y sin una conexión real con la clase obrera. Entre los capturados figuraban Jesús María Aguinagale, Daniel Roque Armengol, Osvaldo Alfredo Lenti, María Cristina Bonfiglio de Armengol y Beatriz Mariana Quiroga de Porfirio, entre otros. En el lugar se incautó un importante arsenal de guerra: subfusiles UZI, pistolas Browning, revólveres Rubí calibre .32, escopetas recortadas y grandes cantidades de municiones y explosivos. Muchas de estas armas habían sido robadas en asaltos previos a bancos y dependencias policiales, lo que evidenciaba el nivel de organización del grupo.

Pero lo más revelador fue la documentación hallada en el chalet. Croquis, mapas y planos detallaban con precisión los objetivos de la operación, incluyendo la Base Naval de Mar del Plata, el puerto y los depósitos de combustible de YPF. También se identificaron otros blancos secundarios, como la Comisaría 1ª de Necochea, que planeaban tomar para apoderarse del armamento policial. El plan consistía en ejecutar estos ataques de manera simultánea el 11 de marzo, coincidiendo con las elecciones nacionales, con el objetivo de generar una crisis de seguridad y socavar la estabilidad del país.



En la Argentina de hoy, los mismos terroristas que el gobierno, la Justicia y los medios han convertido en "víctimas", honrándolos con monumentos y reconocimientos oficiales, fueron los responsables del asesinato de Dora Elcira Cucco de Araya. Su único "crimen" fue estar en su puesto de diarios trabajando aquella mañana del 10 de abril de 1974 en Rosario. En esa transitada calle, se convirtió en víctima de una emboscada terrorista destinada a asesinar a dos efectivos del Ejército Argentino. Mientras a sus asesinos se les otorgaron indemnizaciones, homenajes y honores de Estado, Elcira y su familia fueron condenados al olvido, ignorados hasta el día de hoy.


El 10 de abril de 1972, en Rosario, un grupo de aproximadamente 15 extremistas de las FAR emboscó y asesinó al general de División Juan Carlos Sánchez, jefe del II Cuerpo de Ejército. Ese mismo día, la subversión también ejecutó a Oberdán Sallustro. Entre los atacantes se encontraban algunos de los militantes que, un año después, serían capturados en Mar del Plata el 4 de marzo de 1973, cuando planeaban atacar la Base Naval y hundir el submarino S-22 ARA "Santa Fe". En el atentado contra el general Sánchez, también resultó gravemente herido el suboficial del Ejército Berneche, quien conducía el vehículo oficial, y fue asesinada Dora Elcira Cucco de Araya, una civil inocente que simplemente se encontraba en el lugar equivocado.




El ataque al ARA "Santiago del Estero" era el núcleo central de la operación. El submarino, adquirido por la Armada Argentina en 1971, era un sumergible de la clase Balao, modernizado con tecnología Guppy IA para optimizar su rendimiento en combate. Su destrucción habría significado un golpe devastador para la capacidad operativa de la flota argentina en un contexto de Guerra Fría, donde las Fuerzas Armadas del país jugaban un papel clave en la estrategia hemisférica. Según la información recopilada, tres miembros del grupo habían recibido entrenamiento especializado en buceo y planeaban colocar una carga explosiva bajo el casco del submarino. Durante meses, habían realizado prácticas nocturnas en aguas cercanas, ensayando maniobras de aproximación con gomones y estudiando los movimientos de la guardia naval.

El operativo policial permitió la detención de uno de los buzos encargados de la incursión, Alfredo Ruscio, quien confesó que la célula estaba lista para actuar y solo esperaba la orden de sus superiores. Esta declaración activó un protocolo de emergencia en Mar del Plata. Se reforzó la seguridad en la Base Naval, el puerto, las comisarías y otros puntos estratégicos, incluyendo el Mar del Plata Golf Club, señalado en los documentos incautados como un posible blanco secundario. La policía intensificó los controles en toda la ciudad, consciente de que parte del grupo aún estaba en fuga y podía intentar llevar a cabo otras acciones.


Gracias a estas medidas preventivas, el atentado fue completamente frustrado. La captura del grupo y la confiscación del material bélico impidieron que la operación siguiera adelante, evitando lo que habría sido uno de los peores ataques contra la infraestructura militar del país. Sin embargo, la historia no terminó ahí.

Apenas unos meses después, en una decisión que dejó en evidencia la fragilidad del Estado ante la amenaza terrorista, los detenidos fueron liberados por el gobierno de Héctor Cámpora. Este indulto masivo, que incluyó a cientos de militantes subversivos encarcelados, permitió que muchos de ellos volvieran a la clandestinidad y retomaran sus actividades delictivas. Varios de los implicados en la “Operación Corina” participaron en atentados posteriores, demostrando que la lucha contra el terrorismo en Argentina estaba lejos de haber terminado.


La gloriosa Policía de la Provincia de Buenos Aires, implacable contra el enemigo terrorista castroguevarista de la Nación Argentina, los políticos argentinos desde 1983 a hoy con su revanchismo ideológico la han corrompido, degenerado, desarmado, desarticulado y desautorizado hasta convertirla en una inerte agencia de seguridad apenas útil para cumplir demagogicos fines políticos. Desde ya, ¡no a la inmensa mayoría de sus integrantes!, que hoy en defensa de la Patria siguen poniendo la cara y el pecho contra la delincuencia.

El contexto en el que se gestó este plan terrorista no puede entenderse sin analizar el panorama global de la época. Durante los años 70, Argentina se convirtió en un escenario clave dentro de la Guerra Fría, con grupos revolucionarios apoyados por potencias comunistas y un Estado que, en muchos casos, oscilaba entre la represión y la permisividad. Documentos desclasificados años después confirmaron que organizaciones como las FAR y Montoneros operaban con financiamiento y entrenamiento provenientes de Cuba, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Su objetivo no era solo la lucha contra el gobierno de turno, sino la instauración de un régimen revolucionario mediante la violencia y la destrucción de las instituciones republicanas.

Operación Manuel en el servicio checoslovaco



Copia del informe de marzo de 1967 de la Inteligencia del StB (Státní bezpečnost: Seguridad del Estado) de Checoslovaquia A-00921/10-67, escrito tres años después de iniciada la "Operación Manuel", a modo de balance, por la Administración Primera, con copia al Comité Central del Partido Comunista Checoslovaco, Octavo Departamento, donde se especifica los objetivos y alcance de la misma (destruir todos los nacionalismos y democracias latinoamericanas por medio de la destrucción institucional, en especial sus Fuerzas Armadas y de Seguridad), la captación, reclutamiento, entrenamiento y equipamientos de subversivos, su comando y financiación, etc., ¡y existiendo otros 10.000 documentos similares hoy desclasificados por la República Checa!!!, que era la intermediaria operativa entre la URSS y Cuba, de donde se dirigían las operaciones terroristas que se ejecutaban en Argentina, y sin lugar a dudas prueban que eramos atacados subversivamente y genocidamente por agentes de una superpotencia mundial y varias otras naciones.

Transcripción en checo:

Zpráva 27.10.1966

Akce MANUEL – perspektiva.

V průběhu svého pobytu v Francii SVISTO hovořil v tom smyslu, že nadále bude při vysílání lidí do LA dbát především na kvalitu. Z jeho vysvětlení vyplývá, že ztráta osob, vyslaných v rámci akce MANUEL, bude klesat a navrhl, že v současné a další práci (vyladit po sřízení technické součásti) na přípravu tematické zprávy slova smyslu.

Pokud se týká akce MANUEL, chceme tuto i nadále realizovat co nejlépe v souladu s připomínkami (k časovým) k technice hlášení přechodů a ke kategorii „Mastníků akce“, která se mění na rezidenturu krátkého setonu telegramem č. …, což bylo rozváděné s kádrem jednajícím RICHARD, jenž projevil pro tyto přecházející plně pochopení. Jako pochopitelně všem těm, dočasně termíny hlášení přechodu, za níž se mají i lo. odbor, že v rámci sotva politicky dojdete. Byl v řádu byl dobré vztah ze strany rezidentury na dodržování těchto termínů alespoň u těch nejdůležitějších případů, kteří jsou z hlediska majitelůvání technické dokumentace a tím v Maďarsku poměrně komplikovanější než je normální přechod.

Souvislosti se skora uvedeným prohlášením JURA 1 v souvislosti – podobnými zprávami z rezidentury na další perspektivu hlášení přechodu, které jsme formě pochopitelně, že hlášení přechodu vůbec důležitá násobně přihlášeného počtu osob, které snad obětují několik půl roku nebo 1 roku přejdou Francii a jejich zprávy bude třeba zajistit vratné jako u jako deset.

Závěrem, bude tuto otázku při nejbližší vhodné příležitosti zjemnit, bude o tom především informován, a to hlásit hlavní závady plánů i potřeb technického zabezpečení a pak hlásit na příslušnou akci v centrále a v určitka orgánech.



Traducción al castellano:

Informe 27.10.1966

Operación MANUEL – perspectiva.

Durante su estancia en Francia, SVISTO habló en el sentido de que, en el futuro, al enviar personas a LA (Latinoamérica), se prestará especial atención a la calidad. De su explicación se desprende que la pérdida de personas enviadas en el marco de la operación MANUEL disminuirá y propuso que en el trabajo actual y futuro (después del ajuste de la parte técnica) se prepare un informe temático con este propósito.

En lo que respecta a la operación MANUEL, queremos seguir llevándola a cabo de la mejor manera posible, de acuerdo con las observaciones sobre los plazos y la técnica de informes de cruces, así como con la categoría de la "Operación Mastníků", que está siendo modificada en la residencia mediante un telegrama corto n.º …, lo cual se discutió con el agente RICHARD, quien mostró plena comprensión para estos cruces. Como es comprensible para todos los involucrados, los plazos temporales de los cruces deben ser coordinados con el departamento correspondiente, ya que dentro del marco político apenas se logrará algo. Hubo una buena relación desde la residencia en cuanto al cumplimiento de estos plazos, al menos en los casos más importantes, que desde el punto de vista de la gestión de la documentación técnica en Hungría resultan significativamente más complicados que un cruce normal.

En relación con la reciente declaración de JURA 1 y otras comunicaciones similares de la residencia sobre la perspectiva futura de los informes de cruces, se entiende claramente que la importancia de estos informes aumenta proporcionalmente con el número de personas registradas. Se estima que algunas de estas personas podrán cruzar a Francia en un período de medio año o un año, y será necesario asegurar sus informes de manera similar a los casos anteriores.

En conclusión, este asunto se aclarará en la próxima oportunidad adecuada. Se informará sobre ello principalmente para reportar los principales problemas de planificación y las necesidades de apoyo técnico, y posteriormente se reportará la acción correspondiente en la central y en los órganos pertinentes.


Operación Corina

El caso de la “Operación Corina” es solo un reflejo de la guerra no declarada que se libraba en Argentina en aquellos años. La lucha entre las fuerzas del Estado y las organizaciones armadas se intensificó con el tiempo, derivando en una espiral de violencia que dejó miles de muertos y desaparecidos. La liberación de los responsables de este atentado frustrado no solo representó un acto de impunidad, sino que también sentó un peligroso precedente que debilitó la capacidad del país para enfrentar la amenaza terrorista.

En el Dique número 2 del Arsenal Naval Puerto Belgrano, el dique más grande de todo Latinoamérica, advertimos la presencia de los submarinos tipo Guppy de la Armada Argentina ARA "Santiago del Estero" y ARA "Santa Fe", ambos en plena carena.

A medida que la década del 70 avanzaba, los ataques contra objetivos militares y civiles se volvieron cada vez más frecuentes. Secuestros, asesinatos y atentados con explosivos marcaron la agenda del país, generando un clima de inseguridad que llevó al endurecimiento de las políticas de seguridad y al enfrentamiento abierto entre el Estado y las organizaciones insurgentes. Para 1976, Argentina entraría en una nueva etapa, en la que la respuesta a la subversión pasaría a ser liderada por las Fuerzas Armadas en un conflicto que cambiaría para siempre la historia del país.

Hoy, el intento frustrado de hundir el ARA "Santiago del Estero" sigue siendo un símbolo de un tiempo en el que la nación se debatía entre el orden y el caos, entre la democracia y la violencia política. La historia de la “Operación Corina” no solo es un recordatorio del peligro que representaban estos grupos extremistas, sino también una advertencia sobre las consecuencias de la impunidad y la falta de una política clara para enfrentar el terrorismo.

El submarino "Santiago del Estero" ingresa a la Base Naval. Al fondo se advierten las instalaciones del Mar del Plata Golf Club, ambos objetivos de la genocida organización caatroguevarista FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), en marzo de 1973 (Foto del diario La Nación).

Las preguntas que quedan abiertas son muchas. ¿Hasta qué punto las decisiones políticas de aquella época contribuyeron a prolongar el conflicto? ¿Qué papel jugaron los intereses extranjeros en la radicalización de los grupos armados? ¿Ha aprendido Argentina de su pasado o sigue repitiendo los mismos errores?

Lo cierto es que, cinco décadas después, las cicatrices de aquella lucha siguen presentes en la memoria del país. La “Operación Corina” fue solo uno de los tantos episodios de una guerra interna que dejó marcas imborrables en la historia argentina, y cuyo legado aún genera debate en la actualidad.


El atentado al ARA "Santísima Trinidad"

El submarino ARA "Santiago del Estero" precedió a destructor ARA "Santìsima Trinidad" como blanco estratégico a batir por el extremismo, aunque en 1973 la Policía Bonaerense evitó que ello tenga lugar. El destructor D-2 ARA "Santísima Trinidad", contratado en 1969 por la Armada Argentina y AFNE para su construcción en Argentina, era la nave de su tipo más avanzada del mundo en esas fechas, y cuando nadie creía que Argentina pudiese dar un salto tecnológico de tal envergadura, ello tuvo lugar, y Argentina se transformó en la primer nación latinoamericana en construir una nave de combate lanzamisiles y portahelicópteros.



Construido entre 1972 y 1977, su construcción se vio demorada por un atentado terrorista castroguevarista que, mientras la nave se hallaba en armado a flote, la dañó seriamente y hundió parcialmente en 1975 (22 de agosto de 1975, terroristas montoneros intentan destruir al destructor ARA "Santísima Trinidad", no lo logran por las armas en esa oportunidad, pero sí logran destruirlo 28 años más tarde, haciéndose pasar por peronistas para alcanzar el poder político; posteriormente un oficial de la Armada Argentina afectado al proyecto, el Capitán de Fragata Bigliardi, fue asesinado por la misma organización extremista que intentaba por todos los medios que tal proyecto no se concretase nunca.



Finalmente el buque entró en servicio operativo en el año 1977, a tiempo de participar en las operaciones navales que casi desatan una lamentable guerra con Chile en 1978. En 1982 este destructor fue la nave insignia de nuestra Armada durante la "Operación Rosario" para recuperar nuestras islas Malvinas; durante ese conflicto también fue buque escolta del portaaviones ARA "25 de Mayo" que durante los días 1 y 2 de mayo de 1982 se lanzó en persecución de la Task Force británica, que rehuyó el combate; participando el resto del conflicto en constantes patrullajes del Mar Argentino a espera de lanzar el planificado contraataque naval argentino de finales de junio o principios de julio, cuando la Flota británica impostergablemente debía retirarse sin relevo del teatro de operaciones, acción que nunca se pudo concretar debido a la caída de Puerto Argentino y el posterior derrocamiento del presidente don Leopoldo Fortunato Galtieri.



Todavía continuó operando hasta 1987, fecha en que su operatividad se vio mermada debido a su origen británico y el embargo a que Argentina se veía sometida, debiendo canibalizarse algunas partes para proveer repuestos a su gemelo ARA "Hércules". Radiado de servicio, se lo mantuvo en reserva varios años a espera de una modernización y reactivación que nunca llegó. Finalmente, y en momentos que miembros de la misma organización mafiosa terrorista castroguevarista que en los años 70s tanto esfuerzo hizo en destruir la nave, fracasando siempre, ahora formando parte del gobierno estaban a cargo del Ministerio de Defensa, y al destructor que ni la subversión al servicio de la URSS, Checoslovaquia y Cuba pudo hundirlo en guerra irregular contra Argentina, ni la Flota más experimentada y una de las más poderosas del mundo en guerra abierta tampoco pudo destruir en 1982, arteramente fue destruida por los políticos argentinos otrora miembros de tal organización terrorista que en el abandono garantizaron su pérdida.



 

sábado, 18 de octubre de 2025

Argentina: El primer accidente aéreo fatal de un cadete


Primera baja de un cadete en un accidente aéreo





El 15 de octubre de 1943 fallece en cumplimiento de un tema de vuelo el cadete dragoneante Raúl Guillermo Newton Solá. Mientras pilota un avión Ae. M. Oe. matrícula 53 colisiona con el Ae. M. Oe. matricula 45 pilotado por el cadete Napoleón Roque Brito, quien resulta ileso. Es el primer cadete muerto en un accidente de aviación en la EAM.

Producción naval: La construcción del SSN multipropósito clase Virgina Block V

Construcción de submarinos nucleares multipropósito Virginia Block V

 

Aspecto del diseño del submarino de clase Virginia


Desde finales de los noventa, empresas estadounidenses han construido submarinos nucleares multipropósito del proyecto Virginia. A medida que avanzaba la construcción, el proyecto original se revisó varias veces y nuevas versiones de los submarinos entraron en producción. Recientemente, comenzó la construcción de los primeros buques de la siguiente modificación, el Bloque V. Se espera que entren en servicio en la segunda mitad de la década actual y tengan un impacto positivo en la capacidad de ataque de la Armada.

Nueva modificación

Recordemos que el submarino nuclear líder del proyecto Virginia se puso en quilla en septiembre de 1999 y se puso en servicio en octubre de 2004. Hasta la fecha, los astilleros estadounidenses han fabricado y entregado al cliente otros 22 submarinos de este tipo.

Los submarinos Virginia se construyeron según diferentes versiones del proyecto, designadas como "bloques" con números del 1 al 4. El actual es el Bloque IV. Desde 2020 hasta la fecha, la Armada ha recibido cinco submarinos de esta serie. Se espera la entrega del sexto en los próximos meses, y en pocos años el número de submarinos de este tipo se incrementará a 10.

A principios de la década de 2010, la Armada comenzó a desarrollar una nueva versión del proyecto Virginia, denominada Bloque V. Este proyecto pretendía mejorar el diseño y las características básicas del submarino. También se pretendía mejorar el sistema de armas y aumentar el número de misiles a bordo.

La aparición de la nueva variante Virginia estuvo directamente relacionada con los planes de la Armada para otros submarinos. Así, en la década de 154, cuatro submarinos nucleares estratégicos de la clase Ohio se modernizaron, durante la cual perdieron sus misiles Trident. Se instalaron nuevos lanzadores para 15 misiles de crucero Tomahawk en los silos vacíos. A pesar de su número limitado, la modernización del Ohio afectó significativamente el potencial de ataque no nuclear de las fuerzas submarinas de la Armada.


Puesta en servicio del USS Oklahoma (SSN-803), agosto de 2023

Según los planes del Pentágono, cuatro submarinos de la clase Ohio con misiles Tomahawk serán dados de baja para finales de la década de 1920. Se propuso crear una versión mejorada del submarino de la clase Virginia con mayor capacidad de munición para reemplazarlos. Se espera que el abandono de los submarinos antiguos y el inicio de la operación de los nuevos permitan evitar una brecha significativa en la capacidad de ataque.

Planos de construcción

El trabajo de diseño del proyecto Virginia Block V se completó a mediados de 2017. Poco después, el 2 de diciembre, el Pentágono firmó dos contratos a la vez para la construcción de los primeros submarinos de la nueva modificación. Huntington Ingalls Industries Newport News Shipbuilding y General Dynamics Electric Boat iban a construir los submarinos USS Oklahoma (SSN-802) y USS Arizona (SSN-803), respectivamente.

Exactamente dos años después, se firmaron dos contratos más para los siguientes cuatro cascos. Tres de ellos serán construidos por HII Newport News: estos serán los submarinos USS Barb (SSN-804), USS Wahoo (SSN-806) y USS Silversides (SSN-807). Hasta ahora, a GDEB se le ha confiado la construcción de un solo submarino, el USS Tang (SSN-805).

Debido a la carga de trabajo de otros pedidos, así como a la pandemia y la cuarentena de 2020, los preparativos para la construcción de nuevos submarinos se retrasaron. El primer buque de la nueva serie, el Arizona, se puso en quilla en el astillero GDEB el 7 de diciembre de 2022. Unos meses después, el 2 de agosto de 2023, se puso en quilla el Oklahoma en el astillero HII de Newport News, y el 17 de agosto se inició la construcción del submarino Teng.

A principios de la década pasada, se supo que el Pentágono planeaba construir 12 submarinos nucleares de nuevo modelo. Ya se han firmado contratos para seis de ellos. Tres buques se están construyendo desde 2022-23 y estarán listos en la segunda mitad de la década actual. También están en marcha los preparativos para la construcción de los tres siguientes, cuya entrega está prevista para la década de 1930.


Diagrama de la sección del casco con lanzadores adicionales

Los seis submarinos restantes aún se encuentran en la fase de preparación del contrato. Se espera que se encarguen en los próximos años, pero la construcción no comenzará hasta finales de la década. Incluso sin problemas ni dificultades, la serie completa no estará terminada hasta mediados de los años treinta o después.

Objetivos del proyecto

El Pentágono y los contratistas ya han revelado las principales características del proyecto Virginia Bloque V. A diferencia de versiones anteriores de la modernización del Virginia, esta implica no solo la sustitución del equipo, sino también una reconstrucción significativa de toda la estructura. En general, se están rediseñando tanto el casco como su contenido.

El nuevo proyecto contempla la instalación de diversos medios y sistemas, lo que requirió un aumento del casco. Una sección adicional, ubicada en el centro del casco, aumenta su eslora de 115 a 140 m. Al mismo tiempo, el desplazamiento del buque también aumenta, de 7900 a 10400 toneladas.

Hasta donde se sabe, la planta motriz y los sistemas generales del submarino modernizado pueden mejorarse, pero no sufrirán cambios radicales. Gracias a esto, las principales características operativas y técnicas se mantendrán al mismo nivel.

La sección adicional del casco alberga cuatro lanzadores del Módulo de Carga Útil Virginia. El VPM se desarrolló basándose en la experiencia adquirida en la modernización de los submarinos de la clase Ohio. Es similar a los lanzadores Ohio y tiene características similares. El dispositivo, con un diámetro aproximado de 2,2 m, alberga siete celdas verticales para los contenedores de transporte y lanzamiento de misiles Tomahawk. Los nuevos lanzadores aumentan así la carga total de munición del submarino Virginia en 28 misiles de crucero.


Disposición del submarino Virginia Block V

Si bien incorpora una nueva sección con lanzadores, los submarinos conservan el armamento estándar de las modificaciones anteriores. La parte delantera del casco conserva un lanzador vertical para 12 misiles. También cuenta con cuatro tubos lanzatorpedos de 533 mm. Estos se utilizan para disparar diversos tipos de torpedos, así como para lanzar misiles UGM-84 Harpoon.

Potencial de impacto

La Armada planea reemplazar gradualmente los submarinos de otras clases a medida que se retiran, incluyendo el Ohio, una versión multimisión del submarino. La información disponible proporciona una idea de cómo los nuevos buques impactarán las capacidades generales de ataque de la fuerza submarina.

En primer lugar, los nuevos submarinos Virginia reemplazarán a los antiguos buques de la clase Los Ángeles. Los submarinos de estos proyectos llevan 12 misiles de crucero Tomahawk. Por consiguiente, existe la oportunidad de reemplazar los submarinos por igual y mantener el número total de armas de misiles desplegadas. Sin embargo, esta oportunidad solo se podrá materializar si cada buque dado de baja recibe un reemplazo.

Los cuatro submarinos de la clase Ohio que están a punto de retirarse llevan un total de 616 misiles Tomahawk. Los 12 nuevos submarinos Virginia Bloque V recibirán 28 misiles adicionales cada uno, para un total de 336. Esto conlleva ciertos riesgos. La Armada retirará submarinos con muchos misiles mucho antes de que estén disponibles reemplazos con menos armas.


Uso de armas de misiles

Ya se sabe que la construcción de los Virginias no se detendrá con la serie Bloque 5. Se están realizando trabajos preliminares en la siguiente versión de este proyecto. Aún se desconocen sus detalles, pero se puede suponer que el Bloque VI conservará los lanzadores VPM y una mayor carga de munición.

La construcción de 10 a 12 submarinos de este tipo permitirá que la dotación total de combate de las fuerzas submarinas vuelva a su nivel anterior. Sin embargo, el Ohio será dado de baja en los próximos años, y los Virginias de la futura sexta serie no entrarán en servicio antes de finales de la década de 1930. Esto significa que la dotación total de combate de las fuerzas submarinas se reducirá durante muchos años, y con ella, su capacidad de ataque.

Planes y realidad

Así, Estados Unidos continúa construyendo submarinos multipropósito del actual proyecto Virginia y los moderniza periódicamente para mejorar sus características técnicas y capacidad de combate. Recientemente, comenzó la construcción de los primeros buques de la nueva serie Bloque V, que entrarán en servicio en unos años.

Sin embargo, la construcción de nuevos submarinos no resolverá todos los problemas apremiantes. En un futuro próximo, la Armada estadounidense se enfrentará al problema de reducir el número de portamisiles de crucero y su munición total. Aún no está claro cómo se resolverá este problema, pero es evidente que los submarinos Virginia Bloque V desempeñarán un papel fundamental en este asunto.

viernes, 17 de octubre de 2025

EA: Ejercicios en Pigüé

Ejercicios interarmas en Pigüé




El Regimiento de Infantería Mecanizado 3, la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10 y la Compañía de Comunicaciones Mecanizada 10 realizaron ejercicios en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Las actividades incluyeron el franqueo de cursos de agua y apertura de brechas, entre otras actividades, fortaleciendo la integración y el trabajo conjunto entre los distintos elementos de la Xma Brigada Mecanizada.

Portaaviones: Díficiles de destruir, imposible de defender

Portaaviones: difícil de destruir, imposible de defender

Revista Naval




Estados Unidos fue un monstruo en el uso de armas navales. La aviación mundial desde la Segunda Guerra Mundial. Esto es inamovible; todos los demás parecen haberse quedado atrás, algunos lejos, otros para siempre. Pero el concepto mismo de un aeródromo flotante no permite a los comandantes navales de muchos países dormir tranquilos. Bueno, admitámoslo: es impresionante cuando una enorme plataforma, rodeada de pequeños buques como cruceros y destructores, se precipita sobre las olas en un lugar donde todos deberían estar huyendo aterrorizados.



¿Y si son dos? Bueno, hay que ser Kim Jong-un para ordenar con una sonrisa sádica: "¡Carguen! ¡Que se acerquen!". Pero, en general, estos AUG son muy desagradables. Lo único importante es de quién, porque hay países que tienen portaaviones, y hay países... otros, en general. Fingiendo tener aeródromos.


Mientras que otros países operan sus propios portaaviones —en particular China, que ha impulsado la producción de portaaviones a una escala masiva durante la última década— ningún otro país puede igualar la escala de la
flota de la Armada estadounidense. Cada uno de los 11 portaaviones de Estados Unidos es una ciudad flotante, capaz de proyectar poder militar alrededor del mundo. Cada barco de 102 metros de eslora transporta alrededor de 90 aeronaves, así como 5000 marineros y personal de ala aérea en cantidades aproximadamente iguales. Si todos los portaaviones estadounidenses zarparan a la vez, habría alrededor de 11 personas solo en esos 55 portaaviones.

Sin embargo, estas impresionantes cifras son un arma de doble filo. Incluso si un portaaviones se hundiera, sería un duro golpe para la capacidad de combate de la Armada y resultaría en una enorme pérdida de vidas. El hundimiento de un solo portaaviones de clase Ford o Nimitz con toda su tripulación (hipotéticamente) superaría el número de militares estadounidenses muertos en las guerras de Afganistán o Irak.

Y esta posibilidad no se puede descartar. Y Estados Unidos lo entiende perfectamente. En 2023, un simulador de guerra desarrollado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un centro de estudios de Washington, D.C. afiliado a la Universidad de Georgetown, predijo que Estados Unidos ganaría el conflicto sobre Taiwán, pero perdería dos portaaviones.

Entonces, ¿cuál es exactamente la mayor amenaza para los portaaviones estadounidenses? ¿Cómo planea la Armada protegerlos? ¿Existe una alternativa a lo que el servicio denomina "4,5 acres de territorio estadounidense soberano" en el mar?



Según Mark Canzian, asesor principal del CSIS y desarrollador del juego de simulación de guerra, la vulnerabilidad de Estados Unidos en alta mar se debe a que «grandes potencias como China y Rusia poseen
armas poderosas, desarrolladas específicamente para destruir portaaviones». Y lo que es más, estas armas no solo existen, sino que no se desarrollaron ayer, sino que se han mejorado y modernizado durante más de medio siglo.

El arsenal de armas que Rusia y China tienen a su disposición puede no ser tan amplio y diverso como quisiéramos, pero sí cuentan con herramientas en sus arsenales que pueden inutilizar y hundir cualquiera de los 11 portaaviones. Las analizaremos más adelante, pero por ahora, hablemos brevemente del portaaviones en sí.



El objetivo es simplemente maravilloso: enorme, no muy rápido, y la maniobrabilidad tampoco es un punto fuerte de un buque de más de 300 metros de eslora. Física, nada personal. Además, tiene una gran cantidad de vulnerabilidades. Incluso sin el objetivo de hundir un buque así, lo cual no es una tarea muy difícil, es fácil inutilizarlo y privarlo de capacidad de combate.


Basta con causar daños graves a la cubierta de vuelo con un arma pesada (por ejemplo, un FAB-3000) o desactivar el equipo electrónico de propulsión y aterrizaje, para lo cual un par de misiles impactan en una "isla", y el portaaviones deja inmediatamente de cumplir su propósito, es decir, deja de funcionar como base flotante para aviones de ataque.



De hecho, por eso los portaaviones no navegan solos. Y todos los barcos que permanecen en el mar durante una campaña son como la comitiva del rey: están obligados a proteger a su majestad de las amenazas aéreas, terrestres y submarinas.


La única pregunta es la eficacia de estos barcos

En 1942, el Langley solo recibió cinco impactos directos de bombas aéreas japonesas. El Lexington fue derribado por dos torpedos y dos bombas. El Yorktown recibió dos bombas y dos torpedos desde un avión, y como último recurso, dos torpedos desde un submarino. El Wasp recibió dos torpedos y se deshizo de su propio avión. El Hornet recibió cuatro bombas, dos torpedos y dos aviones japoneses más que se estrellaron, destruyéndolo. El Princeton, en 1944, solo necesitó tres bombas, que, sin embargo, explotaron en los compartimentos con munición de avión.



Los japoneses, cuyos barcos no eran inferiores a los estadounidenses, en principio,
tuvieron una historia similar. "Kaga": 5 impactos directos de bombas. "Hiryu": 4 bombas de 454 kg y dos torpedos propios. "Amagi": 1 impacto directo, pero numerosas explosiones de bombas cerca de los costados provocaron la divergencia de las junturas y el portaaviones se hundió.



Pero quizás el récord lo ocupe el Ark Royal, cuya tripulación no pudo salvar tras un solo torpedo.



En general, un portaaviones, incluso uno moderno, no necesita mucho para dejar de ser un buque de combate. La única duda radica en los misiles (preferiblemente hipersónicos) y los torpedos enemigos.


Si Estados Unidos decide que no puede arriesgar sus portaaviones en zonas donde estas armas pueden alcanzar, no podrá entrar ni operar allí. Esta estrategia se conoce como "denegación de acceso/área" o A2/AD.

“China cuenta con una amplia gama de sistemas terrestres que representan una seria amenaza para los buques de superficie que operan en zonas litorales, y dicha amenaza aumenta a medida que los buques se acercan”, explica Bradley Martin, investigador principal de la Corporación RAND en Santa Mónica, California. “Los misiles de crucero antibuque lanzados desde el aire, como el YJ-12, tienen alcances de 290 y 110 millas náuticas, respectivamente, pero se lanzan desde aeronaves con un alcance considerable”.
China también posee un gran arsenal de misiles balísticos y, en los últimos años, los ha modificado para atacar buques de guerra en el mar. Los misiles DF-21 y DF-26 se lanzan desde China continental a distancias de aproximadamente 930 y 1800 millas náuticas, respectivamente. Claro que, para lanzar cualquiera de estos misiles, el lanzador debe tener información sobre el objetivo, lo cual es puramente una cuestión de inteligencia y selección de blancos, pero si se les ataca en un entorno así, los grupos de ataque de portaaviones se enfrentarían a un grave problema defensivo.

Rusia también cuenta con misiles de crucero y bombarderos de largo alcance, señala Martin, y Cancian coincide, señalando que Rusia ha desarrollado un misil antibuque hipersónico, el Zircon, que promete, «pero la atención se ha centrado en China».

En principio, existen pocos tipos de armas capaces de causar daños significativos a un buque como un portaaviones:
  • misiles hipersónicos;
  • misiles balísticos con guía terminal;
  • bombas planeadoras guiadas;
  • torpedos;
  • barcos kamikaze no tripulados.



Los misiles hipersónicos y sus homólogos balísticos, también hipersónicos, son los objetivos más difíciles para la protección de los portaaviones. Aunque el resto tampoco puede considerarse fácil: las bombas planeadoras son muy difíciles de rastrear durante su vuelo, ya que su pequeño tamaño y la falta de firma térmica proporcionan un buen camuflaje. Sin embargo, una bomba de este tipo requiere un portaaviones, y en este caso es más fácil de detectar, aunque no mucho.


En cuanto a los torpedos, combatirlos es una auténtica ruleta rusa, pero todos cuentan con sistemas de contramedidas bien establecidos; es cuestión de suerte. En cuanto a los USV o barcos kamikaze, como ha demostrado la práctica de la guerra en el Mar Negro, no todo es tan sencillo. Los radares de los barcos no saben cómo "mirar" hacia abajo, e incluso si pudieran, los cascos de plástico de los USV y la escasa cantidad de metal en sus estructuras dificultan la búsqueda.

La única desventaja del USV en comparación con los torpedos o misiles hipersónicos es la relativamente pequeña carga que cada dron puede lanzar al objetivo. Por lo demás, todo va bien, y si se lanzan cincuenta de estos barcos contra un grupo de buques CVN, será todo un espectáculo.

Esta desventaja de una carga pequeña se compensa con creces con el bajo coste y la disponibilidad, lo que permite incluso a países tecnológicamente atrasados ​​organizar ataques con enjambres de drones.

En general, muchos países han hecho un excelente trabajo al descubrir cómo infligir el máximo daño a un buque con el mínimo coste financiero.

Pero incluso en el otro lado del frente invisible, se esfuerzan por proteger sus buques. Si bien las capacidades de los buques modernos son mucho mayores que las de los cruceros y destructores de la Segunda Guerra Mundial, la eficacia de las armas de ataque también ha aumentado.



El portaaviones zarpa como elemento central de un grupo de ataque de portaaviones (GTA), que incluye cruceros y destructores con misiles guiados, así como sistemas de misiles antiaéreos, incluyendo las series SM-2, SM-3 y SM-6 de interceptores de misiles estándar y torpedos cohete antisubmarinos ASROC.


Seamos sinceros: el conjunto es regular. El SM-2 está francamente anticuado, y a pesar de la sustitución de los "cerebros" en la cadena de repetidas actualizaciones que condujo a la aparición del RIM-156/SM-2ER, la flota está abandonando gradualmente estos misiles, reemplazándolos por el más nuevo SM-6.

El SM-3 es otra historia. Es un misil interceptor para ojivas de misiles balísticos intercontinentales (ICBM), de tres etapas y con una ojiva cinética (es decir, no explosiva). Puede interceptar ICBM fuera de la atmósfera, pero las pruebas no han demostrado una alta eficacia, aunque fue capaz de destruir un satélite. Y el precio, con perdón, es de 18 millones de dólares por unidad. Es evidente que cientos de estos misiles no se están desplegando.

El SM-6 es un arma potente con un gran potencial. El SM-6 no ha tenido prácticamente ningún efecto contra misiles balísticos durante las pruebas, pero puede derribar fácilmente misiles de crucero y aeronaves a larga distancia. Y el precio: comparado con el SM-3, es más económico, con un coste de tan solo 2,5 millones de dólares.

Los destructores de misiles guiados clase Arleigh Burke y los pocos cruceros clase Ticonderoga restantes defenderán a los portaaviones con misiles Standard. Estos misiles están controlados por los sistemas de combate Aegis de los buques, que están interconectados para formar una red de información de combate. Estos sistemas interconectados proporcionan una visión coherente del espacio de batalla y permiten el posicionamiento y control efectivos de aeronaves y buques defensivos.

Cabe destacar que los buques también emplearán capacidades de autodefensa no cinéticas diseñadas para desviar los misiles enemigos. Los grupos de ataque de portaaviones cuentan con diversas capacidades para interrumpir la designación de objetivos, generar señuelos, distraer los misiles entrantes y dificultar su localización y puntería.

Sin embargo, existe la opinión de que en un conflicto militar moderno (cuando el ejército y la armada se enfrentan entre sí, y no contra formaciones armadas con armas pequeñas), la defensa de un portaaviones perderá ante quienes intenten penetrarlo.

Sí, blindaje, huecos, refuerzos estancos, sistemas fijos de control de daños, entrenamiento en control de daños, sistemas de control redundantes: todo esto aumenta la supervivencia de los portaaviones. Pero no lo suficiente como para estar seguros. Es más, puede que ni siquiera sea necesario hundir un portaaviones para inutilizarlo y frustrar todos los planes del AUG.

Sí, hundir un portaaviones puede ser difícil, pero destruir la cubierta de vuelo y los sistemas de combate podría ser mucho más fácil. China, por lo que sabemos sobre este impasse, posee un gran arsenal de armas de largo alcance, y un portaaviones encontrado sería muy difícil de defender y mantener operativo si el EPL se toma en serio la idea de abrirle agujeros. Los portaaviones de propulsión nuclear de la Armada estadounidense, que pueden viajar cientos de kilómetros al día, intentarán mantener la lucha moviéndose para evitar ser alcanzados.

Sin embargo, la propulsión nuclear presenta un riesgo único, ya que no está claro cómo un buque de propulsión nuclear se recuperará de los daños en sus compartimentos técnicos. Aterrizar un misil antibuque en un compartimento de reactor es muy difícil, ya que estos compartimentos están casi completamente por debajo de la línea de flotación; tendrían que alinearse muchas estrellas para que un misil antibuque penetrara tantos mamparos en un ángulo determinado y explotara allí.

Pero es más fácil para una ojiva masiva de un misil balístico. Como bombas perforantes, que penetraban las cubiertas de los barcos con una potencia no inferior a la de los proyectiles de 406 mm y destruían todo su interior. O algún tipo de torpedo, como nuestro Shkval (los chinos aún no tienen uno), que, debido a su enorme velocidad, acumula una energía monstruosa y la libera, rompiendo todo a su paso.

Y luego vienen las preguntas para las que nadie tiene respuesta. ¿Cómo se comportaría un portaaviones nuclear en tal situación? Quizás no se hundiría, pero tendría tantas fugas que tendría que ser remolcado a algún atolón abandonado, donde necesitaría años o décadas de almacenamiento hasta que la radiactividad bajara lo suficiente como para permitir reparaciones o el desmantelamiento. Mala perspectiva. Pero es muy difícil impactar un portaaviones en la zona del reactor. Los diseñadores también estaban pensando en eso, colocando la planta de energía lo más profundo posible.





¿Es mucho más fácil penetrar la cubierta de vuelo o el costado en la zona de los depósitos de combustible y municiones del avión y disfrutar del efecto, como los japoneses presenciaron la agonía del Hornet? ¿Existe realmente el blindaje de los buques modernos?


Dados los riesgos, ¿existen alternativas a los portaaviones modernos? Estados Unidos cree que no existen.

"Los portaaviones llevan alas aéreas que proporcionan capacidades de combate que serían difíciles de reemplazar con cualquier plataforma más pequeña".
dice Martin, coautor de un informe de 2017 sobre las futuras opciones de operadores que analizó operadores más pequeños y más asequibles.

Sin embargo, plataformas aéreas más pequeñas, con capacidad para vehículos aéreos no tripulados y elementos de ala aérea, pueden ofrecer una alternativa a la dispersión en un área extensa. La dispersión de fuerzas y recursos, así como los intentos de interrumpir la selección de objetivos, serán elementos críticos de la guerra.

Esto tiene cierta lógica. Enviar 40 misiles a un solo buque grande podría ser más efectivo que 10 misiles a 4 buques. De hecho, podrían contraatacar.

Mientras tanto, Kanzian afirma que existe una alternativa a los portaaviones que no implica en absoluto buques de este tipo. Una alternativa al portaaviones, aunque no la describen como tal, es lo que llaman "operaciones distribuidas". Esto se refiere a buques y aeronaves que transportan misiles de largo alcance y que recibirían información sobre su objetivo a través de una única red de información. Los portamisiles podrían ser lanchas lanzamisiles económicas (como las rusas) o incluso embarcaciones no tripuladas.

Según Kanzian, la robótica se convertirá en una parte integral de las "operaciones distribuidas". Sí, es posible contar con pequeñas embarcaciones no tripuladas y automatizadas que transporten misiles Tomahawk de largo alcance. Es algo similar al concepto ruso del Poseidón, solo que hablamos de buques de superficie.

Sí, la Armada estadounidense está experimentando con aeronaves y buques no tripulados, pero, insisto, no como alternativa a los portaaviones. Pero lo cierto es que existen nuevas soluciones en este ámbito. Un ejemplo que no es de la realidad naval, pero sin embargo: existe un vehículo aéreo no tripulado de largo alcance, el MQ-25 Stingray, que se está desarrollando como avión cisterna, pero algunos expertos sugieren usarlo para ataques de largo alcance. Y es lógico: solo requiere equipamiento adicional del UAV, y nada más.



La búsqueda de capacidades más económicas es un tema candente, no solo en Estados Unidos. Reducir el tamaño y aumentar las capacidades: esa es la principal tarea. Diez buques lanzamisiles del tipo Buyan-M cuestan más que un crucero Ticonderoga, pero no significativamente más (1.300 millones de dólares frente a 1.100 millones). Llevan la misma cantidad de misiles. Atención, la pregunta es: ¿qué es más fácil de detectar y destruir?


Si sustituimos los barcos por LHD y creamos un portaaviones para ellos, como los extraños barcos iraníes, ¿por qué no?

La Armada de los Estados Unidos ha invertido cientos de miles de millones de dólares en su flota de portaaviones, tanto en barcos como en aeronaves. Pero, como señala Kansian, «el problema con los portaaviones radica en su extrema utilidad para responder a crisis y conflictos regionales, pero su vulnerabilidad potencial en conflictos entre grandes potencias».

Palabras de oro, y dado que la era de los conflictos regionales parece estar llegando a su fin y los conflictos entre grandes potencias van en aumento, cabe preguntarse si el portaaviones está apostando demasiado. La solución podría ser usar portaaviones más pequeños, o no usar ninguno.

Al final, los propios estadounidenses admiten que la guerra no la ganaron los portaaviones de ataque (unos 30), sino los portaaviones de escolta, mucho más pequeños (unos 120).

jueves, 16 de octubre de 2025

EA: Salidas nocturnas de la BAL Mendoza

Salida al terreno en Tupungato




La Base de Apoyo Logístico “Mendoza” desarrolló ejercicios operacionales en la zona de instrucción de la estancia Gualtallary.
La actividad comenzó una marcha de vehículos desde la ciudad capital hasta Tupungato. Allí, el personal efectuó tareas de abastecimiento de alimentos, combustible y munición, además de brindar apoyo técnico y de mantenimiento al Regimiento de Infantería de Montaña 11 y al Batallón de Ingenieros de Montaña 8, así como tiro con armamento de dotación y marchas tácticas.