domingo, 15 de abril de 2012

Malvinas: Repaso a algunos activos aéreos enfrentados

Del Mirage al Harrier 
Mirage IIIEA
El País


IAI Dagger
Los aviones de las Fuerza Aérea argentina (FAA), en su mayoría adquiridos de segunda mano, eran algo anticuados, en particular por su electrónica y armamento, e incluso algunos estaban al límite de su vida operativa. Los más valiosos eran 18 Mirage IIIEA, un confiable y hermoso caza de ala en delta fabricado en Francia a partir de la primera mitad de la década de 1960, capaz de alcanzar dos veces la velocidad del sonido. El Mirage se volvió leyenda tras la Guerra de los Seis Días de 1967, en la que una versión anterior, la IIIC, cumplió un papel decisivo conducidos por pilotos israelíes. Los Mirage argentinos eran suficientemente nuevos, pero su electrónica y armamento estaban superados. 

Douglas A-4B Skyhawk
Argentina poseía también 26 cazabombarderos Dagger, de hecho un Mirage V suministrado por Israel, una versión simplificada del Mirage III, con más combustible y menos electrónica. Cumplieron un papel destacado en Malvinas. Un gallito de pelea que resultó duro y muy eficaz en la contienda fue el A-4 Skyhawk de fabricación estadounidense, ampliamente utilizado en Vietnam y la guerra de Yom Kippur (1973). Argentina poseía 60 en diversas variantes. Este cazabombardero subsónico, pequeño y resistente, fue diseñado en la década de 1950 para operar desde portaaviones portando grandes cantidades de armamento, incluso bombas atómicas. 

Otro aparato significativo por su número aunque no tanto por sus prestaciones fue el IA58 Pucará, un avión contraguerrilla, maniobrero y lento, impulsado por dos motores turbohélice fabricado en Argentina que también se suministró a Uruguay en 1981. Fue utilizado en las islas debido a su capacidad para despegar en pistas sin preparar, realizó algunos ataques sobre tropas británicas y sufrió fuertes pérdidas. 
FMA IA-58 Pucará

Los Harrier, mientras tanto, eran capaces de cambiar la dirección del flujo de sus motores, por lo que podían aterrizar y despegar en forma vertical, como un helicóptero, o, preferentemente, tras una corta carrera sobre los portaaviones o un carguero portacontenedores. También podían realizar maniobras inusitadas durante el combate aéreo. 

Hawker Siddeley Harrier GR.3 (RAF)
Los pilotos británicos poseían un entrenamiento muy superior a sus pares argentinos y muchas horas de vuelo.


Hawker Siddeley Sea Harrier FRS.1 (RN)












Y lo más importante: sus Harrier, que eran guiados por los radares de los barcos, fueron equipados a último momento con los misiles Sidewinder AIM9L suministrados por los estadounidenses, un dispositivo completamente nuevo que podía ser disparado incluso aunque el blanco estuviera al costado, arriba, debajo o detrás. 

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