sábado, 30 de abril de 2016

Biografìas: Julio Argentino Roca

Julio Argentino Roca (1843-1914) 



 

Presidente (1880-1886), (1898-1904). General al mando de la Conquista del Desierto. Estadista y líder político dominante a fines del siglo XIX. 
Nació en Tucumán, hijo de José Segundo Roca; estudió en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay; ingresó a la carrera militar (1858) mientras continuaba con sus estudios; como otros de sus compañeros de estudio, se alió a Urquiza en las Batallas de Cepeda (1859) y Pavón (1861) a las que sucedió la reorganización nacional; el joven Roca fue secretario de su tío, el doctor Marcos Paz, interventor de la provincia del norte; más tarde fue oficial de la infantería nacional y luchó contra las montoneras del Chaco y en la Guerra del Paraguay, distinguiéndose en el ataque de Curupaytí; acompañó a Paunero en la campaña contra las fuerzas de la guerrilla de Videla, Rodríguez, Sáa en Cuyo y al oeste; fue ascendido a coronel por su valiente actuación contra López Jordán en Ñaembé (1871) y participó en la segunda campaña contra el caudillo entrerriano. 

En 1872 fue nombrado comandante militar de la región de Río Cuarto y allí se casó con una dama de la aristocracia cordobesa; como comandante del ejército del Norte, obligó a Arredondo a rendirse en Santa Rosa, poniendo fin a la revolución de 1874 y obteniendo el grado de general; siempre luchó a favor del gobierno nacional; poco después se lo designó comandante general de las fronteras con los indios de San Luis y Mendoza; desde esta posición tan ventajosa, se interesó por los planes para dar una solución al problema con los indios mediante la conquista definitiva de la Patagonia y la apertura de todas sus tierras para la colonización; apoyado por el presidente Nicolás Avellaneda, de quien fue ministro de Guerra y de Marina en 1877, coronó su carrera militar con la Conquista del Desierto. 

En 1880, Julio A. Roca fue presidente de la República Argentina a la edad de treinta y siete años y fue reelecto en 1898, dominó el escenario político del país durante casi veinticinco años; político astuto, apodado El Zorro, utilizó al partido Autonomista Nacional para conservar el poder político en manos de aquellos que favorecían los intereses de los estancieros y del comercio exterior; la nación prosperó notablemente durante su presidencia; la tranquilidad política interna, la apertura de inmensas extensiones de tierras de los indios para la colonización y la explotación y el establecimiento de una base para la paz definitiva con los chilenos respecto de los límites, hicieron que el país progresara con rapidez; durante su primer período gubernamental, se enviaron nuevas expediciones a la Patagonia para completar la conquista; expediciones científicas y cartográficas exploraron todos los rincones de la República, inclusive la Antártida; durante su gobierno, comenzó el auge económico de 1882-1889 y el comercio alcanzó nuevas magnitudes; la extensión de los ferrocarriles se duplicó; la población aumentó porque ingresaron al país más de medio millón de inmigrantes para formar sus nuevos hogares; se fomentó y secularizó la educación pública; un vasto programa de obras públicas mejoró los puertos, construyó diques en los ríos y edificios públicos y embelleció Buenos Aires; también creó el territorio de Misiones con un gobierno autónomo; entregó la presidencia a Miguel Juárez Celman en 1886. 
Pasó algún tiempo viajando por Europa; regresó para ser senador nacional por la Capital Federal; continuó siendo influyente en las presidencias posteriores, después de la crisis financiera de 1890 y el desarrollo de la Unión Cívica Radical que exigía reformas sociales y políticas; fue reelecto presidente en 1898; durante su segunda presidencia, resolvió finalmente los problemas territoriales con Chile; continuó con la profesionalización y modernización del ejército (comenzadas con anterioridad) bajo el ministro de Guerra, Pablo Ricchieri; incrementó las dimensiones de la Armada y creó un ministerio separado para ella; con su ministro de Relaciones Exteriores, Luis María Drago, fortaleció la posición de la República Argentina en los asuntos internacionales; mejoró la situación del crédito nacional; afrontó la creciente disconformidad de los trabajadores, los estudiantes, los inmigrantes y otros grupos que exigían una mayor participación en el gobierno y la economía, como también una reforma en las prácticas corruptas por las cuales el grupo elitista de Roca conservaba la dominación política; se promulgó la ley de Residencia de extranjeros (1903) que permitía la expulsión de los extranjeros indeseables; Roca triunfó en asegurarse la elección de Manuel Quintana como su sucesor; se retiró de la política pero regresó a la vida pública para ir a Brasil como embajador en 1913.




La elaboración de una nueva legislación, la ampliación de los límites nacionales y el estímulo a la recuperación económica en la Argentina fueron los logros más relevantes de los dos períodos presidenciales de Julio A. Roca.

Roca nació en Tucumán el 17 de julio de 1843, dentro de una familia acomodada. Muy joven aun, se alistó en el ejército para participar en las luchas de 1859 y 1861 entre la confederación de las provincias argentinas y Buenos Aires. Cuatro años más tarde tomó parte también en la guerra contra el Paraguay, a cuyo término en 1870, fue ascendido a teniente coronel. En 1871 logró reprimir la conspiración de los federalistas en Entre Ríos. Poco después se hizo cargo de la frontera del Río Cuarto y llevó a cabo diversos estudios topográficos de los territorio indios, que le aportarían unos conocimientos valiosísimos cuando, entre 1878 y 1879, dirigió la campaña contra los indios de la patagonia denominada Guerra del Desierto y cuyo resultado más inmediato fue la anexión al país de una enorme extensión de territorios colonizables y el establecimiento de las fronteras nacionales en el río Negro. 



Primera presidencia
El 12 de octubre de 1880 fue elegido presidente, cargo que desempeñó hasta el 12 de octubre de 1886, acompañado por Francisco Bernabé Madero como vicepresidente. De esta manera comienza el periodo que se denominará "la Generación del '80".
Con 37 años de edad, fue el segundo presidente más joven de la historia Argentina, precedido sólo por Avellaneda, con sólo unos meses menos al asumir su gobierno.
Su gobierno llevó una gran prosperidad a la nación, alimentada por una masiva inmigración europea, la construcción de ferrocarriles y el desarrollo de las exportaciones agrícolas, y sentó las bases del moderno Estado argentino. Separó efectivamente la Iglesia del Estado, sancionando las leyes de Registro Civil y de Matrimonio Civil, lo que llevó a romper relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Dio un extraordinario impulso a la educación mediante la Ley 1420 (iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento, entonces director del Consejo Nacional de Educación) que establecía la enseñanza primaria gratuita, obligatoria, mixta y laica para todos los habitantes del país.
También sancionó la ley de los Bancos Garantidos permitiendo a las provincias emitir su propio dinero y unificó a la Argentina mediante la ley de Moneda Común. La ley de Bancos Garantidos, funcionó como un método de control del presidente logrando una "unidad política" debido a que el presidente era quien determinaba a qué provincia se le brindaría el permiso para la emisión. El problema que surgió fue que la mayoría de las provincias se endeudaron con el exterior debido a que aunque en un comienzo se controlaba la emisión, luego, con el paso del tiempo los bancos comenzaron a imprimir mucho papel moneda sin tener oro para respaldarlo; esto llevo a que pidieran préstamos al exterior y al no poder devolverlos, se endeudaron. De esta manera, a los largo de estos años el premio oro comenzó a elevarse de manera espectacular.
Sin embargo, la especulación financiera, y la corrupción campearon durante su gobierno, sostenido mediante el fraude electoral (ya que el voto no era ni secreto ni obligatorio), el patronazgo estatal (el control del presupuesto nacional por parte del presidente) y las intervenciones federales (mecanismo autorizado por la constitución nacional, mediante el cual el presidente podía intervenir en una provincia si se estaba "dudando del sistema federal" o por otras causas que resultaban bastante nebulosas). Resolvió la cuestión pendiente del asiento de la capital de la república, convirtiendo a la ciudad de Buenos Aires (y los vecinos pueblos de Flores y Belgrano) en territorio federal en 1881.


 En 1879, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda, Roca se hizo cargo del Ministerio de la Guerra y, al año siguiente, fue elegido presidente de la República por un período de seis años. Durante su gobierno se preocupó de fomentar las comunicaciones ferroviarias con la ayuda de inversiones extranjeras y de impulsar la recuperación económica del país, que atravesaba una grave crisis monetaria.

En 1866 se retiró a Europa y a su regreso, en 1890, se sumó a la revolución que derrocó al presidente Miguel Juárez Celman. Durante los gobiernos de Luis Sáenz Peña (1892-1895) y José Evaristo Uriburu (1895-1898), Roca ocupó importantes cargos públicos, y en 1898 asumió por segunda vez la presidencia de la república, desde donde puso fin a importantes disputas fronterizas con Chile y llevó a cabo la elaboración de un completo sistema legislativo, que incluía, entre otros puntos capitales, la adopción de un código laboral. Este segundo régimen terminó en 1904. Julio Argentino Roca murió en Buenos Aires el 19 de octubre de 1914.






Julio Argentino Roca y la Gran Mentira Mapuche

Este paradigma de la Nación Argentina es denostado por una campaña intencional que pretende disolver los verdaderos valores de la argentinidad. Lamentablemente la ignorancia histórica hace que muchos honestos ciudadanos se presten a colaborar con esta aviesa campaña.

El General Julio Argentino Roca
"Roca no encabezó una campaña privada en 1879. Fue como Comandante en Jefe del Ejército Nacional a cumplir la misión que Avellaneda, presidente de la Nación Argentina , elegido por el pueblo, le había asignado. Y esa campaña estuvo destinada a integrar, a incorporar de hecho a la geografía argentina, prácticamente la mitad de los territorios históricamente nuestros, y que estaban bajo el poder tiránico del malón araucano, cuyos frutos más notables eran el robo de ganado, de mujeres y la provocación de incendios.

Los araucanos, hoy denominados mapuches, llegaron a la Argentina allá por 1830, cuando la Nación Argentina era ya independiente y soberana. Por lo tanto, fueron invasores. El primer grupo de invasores los constituyeron aproximadamente unos 100 indígenas capitaneados por Yanquetruz. Se afincaron en Neuquén y desde allí se fueron extendiendo hacia el sur y el norte.

El verdadero genocidio lo cometieron los araucanos cuando aniquilaron a los Guenaken, también llamados Tehuelches, que eran lo auténticos aborígenes de la Patagonia norte.

Actualmente como argentinos tienen todos los derechos al igual que los demás argentinos, pero no a intentar falsear la historia y pretender les devuelvan tierras que nunca les pertenecieron."

1.- En 1879 las tropas de Cafulcurá eran poderosas, lo prueba el hecho de que ganaron las primeras batallas contra el Ejército Nacional.

2.- Ambos bandos contaba con fusiles Remington. Los araucanos los traían de Chile, a donde se los vendían los ingleses a cambio del ganado argentino robado en los malones. Prueba de ello es que la columna del Ejército Nacional comandada por el Gral. Villegas tenía como objetivo clausurar y controlar los pasos andinos por donde les llegaban a los araucanos los Remington.

3.- Los indígenas araucanos eran tradicionalmente muy guerreros. Recordemos que en los primeros tiempos de la conquista española asolaron varias importantes ciudades en Chile que los chilenos tardaron siglos en reconquistar.

4.- Los araucanos, en el año 1250 subieron hacia el norte y destruyeron el Imperio de Tiahuanaco. Este Imperio era mayor y mucho más civilizado que el posterior imperio de los Incas que comenzó luego en el año 1280.

5.- El uso actual del término "mapuche" y las falsas reivindicaciones de estos son maniobras disolventes y disgregantes que practican políticos con minúscula en las últimas décadas con finalidades anti-nacionales, y para beneficio propio.

Araucanos y Tehuelches
Los mapuches son sólo ORIGINARIOS de la inventiva del Foreign Office británico.

Ni Rosas o Roca los mencionan en la Campaña al Desierto, tampoco los historiadores, ni la famosa expedición a los Indios Ranqueles. Tampoco los menciona la historia oficial en las Provincias ni Museos de Historia del Neuquén Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Mendoza, ni San Juan…

¿Desde cuándo han aparecido estos mapuches en escena? Su propia bandera es similar a la nueva Sud Africana , luego del apartheid utilizaron a Mandela, y ahora desean utilizar a un pueblo que no es originario de nada, sólo Tehuelches y Araucanos lo son.

Quede en claro que la expedición de Roca, resultó la primer guerra contra Chile y no una campaña contra el indio, como muchos pretenden hacerlo notar. A las pruebas me remito cuando sostengo que por entonces el 90% de la población chilena era indígena, que no es cosa menor. En síntesis, nuestro país defendía la soberanía sobre una Patagonia que los caciques deseaban y ellos... eran chilenos.

Hoy todos los nacidos en el suelo patrio somos ARGENTINOS, y ya no caben falsas reivindicaciones indigenistas ni de pueblos originarios inexistentes. Desde comienzos del siglo XVI está presente la sangre hispana en todo el suelo argentino y los pueblos originarios de la Patagonia anteriores a esa fecha fueron las etnias TEHUELCHES.
Este tema mapuche y su propaganda instalada por algunos mal intencionados que han hecho del indigenismo una cuestión de estado, es preciso comenzar a desbaratarla de raíz. Lamentablemente no sólo los políticos venales y periodistas pagados por el sistema, sirven de difusores de una mentira infame, sino que han caído en ella y no siempre por ingenuidad.

Obispos y Curas que fieles a sus posturas tercermundistas, impulsan como verdad de Perogrullo, dando así por sentadas todas y cada una de esas falacias.

Se llegó al extremo inconcebible de engañar al Santo Padre Juan Pablo II y ahora al Papa Benedicto XVI cuando les hicieron decir que el gran santo Ceferino era Mapuche y no Tehuelche. Es difícil creer en la inocencia por desconocimiento de los Obispos patagónicos en esta maniobra vil, porque es dable suponer que si han llegado a esas instancias de la jerarquía, deben poseer una cultura general histórica de su patria compatible con su rango." 



Entre dos gobiernos


Óleo de Juan Manuel Blanes que representa la inauguración del período legislativo del año 1886.

Fue sucedido por su concuñado, Miguel Juárez Celman, aunque los resortes de la política nacional siguieron en buena medida en manos de Roca y su Partido Autonomista, a punto tal que Juárez Celman dirá, en su mensaje al Congreso de 1889: "No existe otro partido que el Partido Autonomista Nacional al cual pertenecen las mayorías parlamentarias y todos los gobiernos de la nación y sus estados".
Con una revolución en medio de su mandato, Juárez Celman acabaría renunciando en 1890, en medio, además, de una grave crisis económica y financiera; Carlos Pellegrini, quien completa el mandato y conduce hábilmente la salida de la crisis, se perfila como la figura opositora a Roca. Si bien animado por la misma concepción de "progreso" (creación de infraestructura, fomento de la inmigración, definición de un perfil agroexportador) que Roca, Pellegrini y otros políticos del autonomismo como Roque Sáenz Peña se plantean la necesidad de abandonar el caudillismo en la política y el fraude electoral como mecanismo de acceso al poder. Mediante esta postura desean abrir aunque sea un poco los canales de participación y aumentar el número de votantes.
Al mismo tiempo, la Unión Cívica de Leandro N. Alem se plantea como la alternativa revolucionaria y con ella se identifican los sectores medios urbanos. La Unión Cívica había encabezado sublevaciones en 1890, 1892 y 1893, aplastadas finalmente por el ejército nacional comandado por Roca y el general Ignacio Fotheringham.
Marginada la oposición de la Unión Cívica tras la derrota de sus intentonas revolucionarias, Roca maniobra hábilmente para deshacerse de la oposición dentro de su partido. A la potencial candidatura de Roque Sáenz Peña opone la del padre de este, Luis Sáenz Peña, que resulta elegido para el período 1892-98. Pero privado del apoyo de Roca y en medio de problemas de control de la autoridad nacional, Sáenz Peña renuncia en enero de 1895 y es sucedido por su vicepresidente, José Evaristo Uriburu, mucho más obediente a las instrucciones del "Zorro". Roca brinda cierto soporte a Uriburu, ya que ve en él posibilidades de su propia reelección.

Segunda presidencia


Monumento a Julio A. Roca sobre la avenida que lleva su nombre, en Buenos Aires (estatua ecuestre de José Luis Zorrilla de San Martín).

Roca elimina las posibilidades de todos sus potenciales opositores, y finalmente es elegido para un nuevo período presidencial asumiendo el 12 de octubre de 1898 y finalizando su período el 12 de octubre de 1904 en medio de una tensa situación internacional con Chile.
Finalmente, Roca logrará la paz con Chile y la solución casi definitiva de todos los diferendos de límites con ese país mediante la firma del tratado de 1902.

El crecimiento económico continuó, se normalizaron los pagos de la deuda pública, y se emprendieron obras públicas de importancia. De su gabinete de ministros se destacaron especialmente Joaquín V. González (en Interior), que impulsó un Código del Trabajo que no llegó a obtener sanción parlamentaria y una reforma electoral; los generales Luis María Campos, que estableció la Escuela Superior de Guerra, y su sucesor en el Ministerio de Guerra, Pablo Ricchieri, que impuso el servicio militar por conscripción en reemplazo de la leva; Luis María Drago en Relaciones Exteriores, que estableció la doctrina de derecho internacional público que lleva su nombre; Osvaldo Magnasco y luego Juan R. Fernández en Instrucción Pública, que incrementaron el número y la especialidad de los colegios nacionales y dieron impulso a la formación de profesores de enseñanza secundaria; y Emilio Civit en Obras Públicas.
Al mismo tiempo, creció la protesta social y la representatividad de la Federación Obrera Argentina (F.O.A.), y surgieron las primeras huelgas violentas de trabajadores, con enfrentamientos armados con policías y rompehuelgas, que se produjeron en noviembre de 1902 en la ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.

Wikipedia


La Historia Paralela

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