Peine con 5 cartuchos del 7,62x33
Después de que mi país (Argentina) comprara el lanzagranadas Instalaza de 88,9mm surgió la necesidad de entrenar y practicar con él. Como sucede con todo el armamento reglamentario, los objetivos de este entrenamiento eran aumentar la confianza de los usuarios en el arma y lograr la mayor destreza posible en su aplicación. En este sentido, el empleo de granadas de guerra no es la opción más económica y segura, por lo que estas demostraciones o prácticas se dejan en manos de personal cualificado. Ellos son quienes llevan a cabo la carga, descarga y puesta en marcha del tiro de ejercicio. Normalmente, lo hacen con granadas inertes, que sólo pueden simular la trayectoria, pero que presentan las mismas formas y dimensiones que las granadas de guerra, eso sí, sin los mismos efectos contundentes sobre los blancos.
Sin embargo, prácticamente al mismo tiempo pero en España, se estaba desarrollando una solución más económica para practicar con el Instalaza. Se trataba de un kit subcalibre capaz de simular a una granada pero que alojaba en su interior un cartucho convencional tipo fusil, para que se entienda.
Culote del subcalibre de 1973
Culote del subcalibre de 1974
Sin embargo, prácticamente al mismo tiempo pero en España, se estaba desarrollando una solución más económica para practicar con el Instalaza. Se trataba de un kit subcalibre capaz de simular a una granada pero que alojaba en su interior un cartucho convencional tipo fusil, para que se entienda.
Un semidesconocido en España
Culote del subcalibre de 1973
Culote del subcalibre de 1974
En 1967 el Coronel Gervasio González Regaña se convirtió en el primer mando que experimentó con cartuchos de nuevo diseño para el calibre 88,9mm del lanzagranadas Instalaza. El primero de estos cartuchos experimentales fue el 7,92x33, una copia española del Kurz Patronen germano. Tras culminar los ensayos con el 7,92mm, las pruebas continuaron con el calibre 7,62x33, fruto de una estrecha colaboración entre el Teniente Coronel Lanza, el Comandante Peidro y el Capitán Orea. Este calibre no llegó a utilizarse en España a pesar de que sus resultados fueron óptimos, algo que queda sobradamente demostrado con el uso que recibió en mi país.
La primera partida del 7,62x33mm que llegó a Argentina se dice que fue entregada por el Capitán Lucas, quien se encargó de ofrecer las últimas instrucciones sobre su manejo. En la década de 1970 se abandonó su producción en la planta de FM (Fabricaciones Militares) F.L.B Fray Luis Beltrán.
En el libro “Cartuchería Española" de Molina y Orea se indica que este cartucho fue diseñado por el Teniente Coronel de Infantería Regaña para el dispositivo de entrenamiento acoplado al ánima del lanzagranadas de 88,9mm Instalaza Mod. 65. Tras desarrollar toda la serie de cartuchos (hay documentados al menos 7 modelos) en colaboración con el Comandante Peidro y el Teniente Coronel Lanza, finalmente el 7,62x33 no llegó a producirse en serie debido a la falta de entendimiento entre el diseñador y la Empresa Nacional Santa Bárbara. Por el contrario, en España terminó usándose y experimentando con el 7,92x24,5mm, y desde 1973 con el 7,62x24,5mm.
En cuanto al diseño del kit subcalibre, francamente desconozco quién produjo la falsa granada para alojar el cartucho tratado y posteriormente ser disparado. En este sentido, considero que tal vez fue la propia Instalaza quien se encargó de este diseño.
Lanzagranadas Instalaza
Como sucedió con sus parientes usados en España, en Argentina el cartucho del calibre 7,62x33 se empleó para ejercitar la puntería de los soldados que eran sirvientes de un lanzagranadas Instalaza. Las características más destacables de este cartucho son su capacidad para simular el vuelo y la trayectoria de una granada propulsada; así como su bajo coste comparativo, pues cumple el efecto requerido en la práctica de puntería. Es decir, que por medio de su proyectil trazante se puede observar fácilmente la zona de llegada, dando los puntajes al tirador y los reglajes correspondientes si así fuera necesario. Como para esta práctica el efecto explosivo de la granada no es un elemento primordial, la diferencia de costes es notable.
Composición del cartucho:
-Vaina de latón
-Proyectil FMJ
-Núcleo de plomo encamisado en latón sujeto a la vaina por granetazos en su boca
-Iniciador sujeto por tres granetazos (desconozco el peso de la carga propelente y del proyectil, aunque debe rondar el estándar trazante del 7,62x51 OTAN)
El subcalibre para lanzagranadas Instalaza de 88,9mm 7,62x33mm también se conoce con otras denominaciones como 7,62x33 Spanish-Argentine for 88,9mm González-Regaña; 7,62 Mod. 68; 7,62 Regaña español; 7,62 Argentine reducer; y 7.62x33CETME experimental.
Variantes
Comparación entre 7,62x51 y 7,62x33
Para concluir esta exposición sobre el 7,62x33 me gustaría hacer referencia a dos variantes de este cartucho que conozco y que tengo en mi colección. Estos dos cartuchos se fabricaron en 1973 y 1974, respectivamente, y están marcados todos con laca roja en la punta (trazante). De los siete cartuchos que actualmente poseo, sólo uno tiene moleteado su proyectil cerca de la boca de la vaina, como los indicadores OTAN de cartucho trazante para identificarlos al tacto.
Todos los cartuchos de este calibre que conozco hasta el momento surgieron de la Fábrica Militar (FM) Fray Luis Beltrán (F.L.B), ubicada en la provincia de Santa Fe (Argentina). A finales de la década de 1970 se dejó de fabricar en la mencionada planta pasando a estar fuera de servicio y a convertirse en un ejemplar codiciado por los coleccionistas que tratamos de impedir que proyectos como éste queden en el olvido.
Armas.es
...resulta realmente interesante conocer estos pequeños episodios de la histotia que de otro modo quedarian por siempre en el olvido.
ResponderBorrarUn afectuosos saludo a todos los hermanos del otro lado del Atlantico desde España.