martes, 18 de agosto de 2015

Perros de guerra: Ovejero Alemán

Perros de Guerra 
Por el Mayor Alejandro Eduardo Agoglia 


La crianza del perro de guerra en el Ejército Argentino comenzó a fines de la década del '50, y se interrumpió en 1980. Desde fines de 1998, el Ejército retomó la cría de perros de guerra. La raza seleccionada fue el ovejero alemán (Deutscher Schäferhund – German Shepperd), el “rey” de la cinofilia. 

Si nos referimos al ovejero alemán, no podemos dejar de mencionar al Barón Max Emil Frederick von Stephanitz, un aristócrata alemán que fue oficial de caballería del ejército alemán. A la edad de 34 años y con el grado de capitán, se retiró de las filas del ejército, ocasión que fue aprovechada por von Stephanitz para dedicarse a su segunda vocación: el desarrollo de actividades de campo. 

Fue entonces cuando compró una granja, y se dedicó plenamente a su familia, sus hijos, y al desarrollo especializado de los trabajos de campo como también a la cría de perros, ya que, cuando aún revistaba en el ejército, había observado detenidamente las actitudes instintivas propias de los perros ovejeros, que los pastores utilizaban en Alemania, para cuidar las ovejas. Sin embargo, debido a su gran tamaño, estos perros no podían cumplir con excelencia esta tarea. 

En búsqueda de una solución adecuada, von Stephanitz pensó en la cruza y en la crianza de un perro de trabajo de mediano porte y de peso crucero, utilizando en esta actividad experimental a los ovejeros pequeños, debido a su comprobado y fino instinto. 

La fisonomía y las actitudes del perro que él imaginaba apto para sus requerimientos, debían mostrarse, pues, a través de su inteligencia, la nobleza de su mirada y apariencia, su velocidad y confiabilidad, pero por sobre todo, en la constante complacencia de su amo. 

Para lograr su propósito, von Stephanitz recurrió, básicamente, a sus conocimientos de genética, adquiridos mientras había prestado servicios en la Escuela de Veterinaria de Berlín. La cruza de perros de distintas razas fue una tarea que le demandó quince años de trabajo, hasta obtener el ovejero alemán. Asimismo, el 22 de abril de 1899, con la ayuda de su amigo Arthur Meyer, fundó, en la ciudad de Karlsruhe, el Club del Ovejero Alemán (Deutscher Schäferhund Verein - SV). 

El primer espécimen aceptado en el libro de registros del Club fue Hektor Linksrhein, cuyo nombre fue variado luego por el de Horand von Grafrath, propiedad de von Stephanitz. 

La normativa que debía cumplirse para el ingreso de perros a dicha institución, contaba con exigencias que, tal como lo expresamos, el animal debía demostrar; entre ellas mencionamos las siguientes: 
• Lealtad ilimitada a su amo. 
• Espíritu vigoroso. 
• Siempre alerta. 
• Nunca ocioso. 
• Obediente. 
• Valiente. 
• Resistente. 
• Tenaz. 
• Buenos modales pero no adulador. 
• Habilidad para el trabajo. 


Fig 2. 
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Los primeros ancestros -base genética del ovejero alemán- provenían de varias zonas de Alemania. Entre ellos podemos nombrar el pastor de Württemberg, el Turingia y el lanoso de Hannover (también llamado Braunschweig). Sin embargo, muchos de los perros que dieron origen a esta raza son desconocidos. 

Aunque en un principio las funciones de los perros se limitaban a las tareas de pastoreo, con el aumento de socios también se vieron ampliados los campos de actuación del animal, de tal forma que, en 1901, von Stephanitz invitó a las autoridades policiales, ofreciendo el servicio de los perros para el apoyo y protección de funcionarios. 

En 1906, se creó el título de campeón de trabajo (rastro, obediencia, protección, búsqueda de objetos, salto de empalizadas, trabajos en el agua, etc.). Como consecuencia, la lucha por la obtención de este premio creó una estrecha colaboración entre el SV y los Clubes de Perros Policía. 

El salto a la fama
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial (1914), von Stephanitz entregó al ejército alemán sus ovejeros, los cuales fueron utilizados como perros mensajeros, como ayudantes en el tendido de líneas telefónicas, como perros de guardia y escoltas de patrullas, y también en la búsqueda y rescate de heridos. 

Como era de prever, todas las habilidades y destrezas demostradas por los ovejeros alemanes durante la contienda no escaparon a la observación de los soldados británicos, franceses y estadounidenses que debieron luchar en territorio alemán. 

Incluso, una vez capturados por los aliados, estos animales eran utilizados en operaciones militares, hasta el punto que algunos perros como Tommy, llegaron a ser condecorados con la Gran Cruz de Guerra, junto con todo el regimiento en el que habían servido. 

También a causa de la Primera Guerra Mundial, muchas personas sufrieron discapacidades - pérdida de la visión (debido al uso del gas mostaza), por ejemplo- por lo que el ovejero alemán resaltó una de sus capacidades: la de perro guía. Para entrenarlos en esta tarea se crearon distintos centros de adiestramiento en Alemania, Suiza, Francia, Inglaterra y EE.UU. 

Resulta anecdótica la acción del Cabo de la Fuerza Aérea norteamericana Lee Duncan, quien regresó a los EE.UU. con una pareja de cachorros de ovejeros alemanes –los había encontrado abandonados en un bunker en Francia- sin tener la más remota idea de que su acción se constituiría en puente necesario para que el resto del mundo conociera a esta raza. Uno de estos cachorros murió a su arribo a los EE.UU. Pero el otro se convirtió en estrella del cine de los años 20, e iba a constituirse en una figura ampliamente conocida y amada por chicos y grandes: Rin Tin Tin. 

Cuando Rin Tin Tin murió tenía diez años de edad. Había filmado 25 películas, la mayoría de ella mudas, y parte de una serie para la empresa cinematográfica Warner Brothers. Ganaba U$S 1000 semanales, tenía su propia unidad de producción, una limusina con chofer, una orquesta, cocinero personal y un collar de diamantes. 

Cabe destacar, al respecto, que ante la comprobación de habilidades y logros de estos perros, los soldados que regresaban del frente europeo exageraban las hazañas de estos perros. Pero, sin duda, fueron las historias de Rinty las que, en forma meteórica, llevaron a esta raza a la fama. Ciertamente, la pantalla grande lo hizo ser conocido en los más alejados rincones del planeta. Y, por supuesto, todos querían un ovejero, con las condiciones exhibidas en sus películas: 
• Corazón fuerte. 
• Bravo como Aníbal. 
• Leal como un patriota. 
• Inteligente. 
• Resbaladizo como Houdini. 

Para tener una idea aproximada del impacto que Rin Tin Tin produjo en los hogares estadounidenses, digamos que las estadísticas de los años 20 rebelan que en 1920, el American Kennel Club (AKC) tenía registrados 2.135 animales, mientras que en 1926, esa cifra ascendía a 21.596 perros ovejeros. 

El ovejero alemán fue el perro más popular de los EE.UU. Producida la muerte de Rin Tin Tin en 1932 -que fue enterrado en Francia-, el promedio de registros cayó notablemente, al punto de constatarse sólo 1.300 inscripciones anuales. 

En la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los perros tuvieron que desarrollar tareas de distinta índole: 
• Vigilancia de campos militares. 
• Vigilancia de trincheras. 
• Transporte de munición. 
• Mensajeros. 
• Socorro de heridos. 
• Guía dentro de campos minados. 
• Paracaidistas. 
• Destructores de tanques. 

A su vez, en Londres y en Berlín, los perros eran utilizados para la búsqueda de los desaparecidos, tarea que cumplían entre los escombros y las ruinas de los edificios bombardeados. 

Así, gracias a su increíble agudeza olfativa, valor y especial anatomía, se descubrió su inestimable eficacia para la búsqueda y rescate de personas, inclusive en la nieve. 

Luego de la Segunda Guerra Mundial, la cadena televisiva estadounidense ABC lanzó nuevamente a la TV, el programa “Las Aventuras de Rin Tin Tin”. Ello sucedió entre los años 1954 y 1959. Ciertamente fueron Rusty (el joven) y Rinty (el ovejero alemán), quienes definitivamente consagraron la fama de este querido y fiel amigo. 

Llegados a 1997, en los EE.UU. se registraron 75.177 nuevas inscripciones en el AKC. 

Otras cualidades del ovejero 
Del ovejero alemán se puede esperar cualquier hazaña, teniendo en cuenta sus buenos reflejos, la rapidez con que percibe las situaciones e inicia sus ataques, las misiones que ejecuta, tales como guardia y defensa, vigilancia de aduanas, detección de drogas y explosivos, y rastreo de personas desaparecidas en avalanchas y catástrofes. 

Es el perro de las fuerzas armadas y policiales por excelencia, gracias a su fortaleza, resistencia, adaptabilidad al guía, al entorno y a nuevas situaciones. Actualmente, se lo utiliza en la ayuda de personas sordas (su misión es avisar cuando suena el timbre, el teléfono, alarmas, etc) y en la detección de fugas de gas. 

El conjunto armónico de las cualidades físicas y psíquicas de este animal se ponen al servicio del hombre con un admirable espíritu de entrega, fidelidad y apego. 

Además, el ovejero alemán será siempre un miembro de su familia dispuesto permanentemente a jugar, ir de paseo, nadar o acompañarlo calladamente, mientras su dueño lee un libro o escucha música en su sillón preferido. 

Cabe destacar que el ejército de los EE.UU., luego de su experiencia en la Primera Guerra Mundial, implementó un programa de perros voluntarios para la defensa. Precisamente, fue durante la guerra de Vietnam cuando se valora la acción de los perros de guerra, ya que en ese momento se apreció, cabalmente, su inestimable aporte, teniéndose en cuenta que estos animales ayudaron a salvar entre 10.000 y 30.000 personas. Estos perros, junto con su guía, servían durante un tour of duty completo (12 meses). Un problema efectivo se suscitó en el momento del regreso. Ello sucedió cuando los perros iban a ser sacrificados. Fue entonces cuando sus guías (a pesar de que los perros no les pertenecían), los reclamaron para su tenencia. 

Fue así, como entre fines de los ’70 y principios de los ’80, el ejército y la infantería de marina de los EE.UU. iniciaron el programa del super perro. Para ello, se realizaron pruebas de todo tipo y a todo tipo de razas, las cuales ratificaron como ganador indiscutible al ovejero alemán, dado su alto estándar de calificaciones en todas las pruebas (resistencia, carácter, fuerza, rastreo, obediencia, entre otras). 

Actualmente, los ejemplares de esta raza se encuentran prestando servicios en Afganistán e Iraq. 

En nuestro país
En el año 1924, comenzaron a criarse ovejeros alemanes en nuestro país, por intermedio de Augusto König, quien conjuntamente con el Dr. Guillermo Fleck y Alfredo Wolckam, fueron los pioneros, impulsores y guías de la reproducción de estos perros en nuestro país. 

En 1934, se fundó la Asociación Pro Perros Ovejeros Alemanes en la Argentina (SVA), con la presidencia de Guillermo Fleck. 

En 1943, comenzó a funcionar la Asociación Argentina de Criadores de Perros Ovejeros Alemanes (ACOA), con la presidencia de Carlos Maria Fredenhagen. 

En 1965, el SVA y ACOA se fusionaron para dar origen al POA (Club Argentino del Perro Ovejero Alemán). 

La crianza del perro de guerra en el Ejército Argentino comenzó a fines de la década del ´50, y se interrumpió durante la década del ´70. 

A lo largo de este período, se lo empleó como: 
• Centinela o de seguridad. 
• Mensajero, estafeta o de enlace. 
• Explorador. 
• Sanidad. 
• Rastreador. 
• Antiblindado. 
• De trineo. 
• Lazarillo. 

Desde fines de 1998, el Ejército retomó la cría de perros, como centinelas o de seguridad. 

Estándar oficial de la raza ovejero alemán
Apariencia general: el ovejero alemán se muestra, a primera vista, como un animal armonioso, bien proporcionado, más largo que alto y con un perfecto equilibrio entre todas sus partes. Es un animal noble, fuerte y vivaz; sustancioso sin ser tosco, evidenciando tanto en reposo como en movimiento, una perfecta reacción muscular y agilidad, tal como un atleta en buen estado físico. 

Está dotado de una marcada personalidad con una expresión franca y desprovista de temor, pero sin llegar a ser hostil. En fin, un animal dotado de una marcada nobleza natural, seguro de sí mismo, y que por sí solo impone respeto, confianza y admiración. 

Sus caracteres sexuales secundarios son evidentes. Así, este ejemplar presenta a primera vista, la expresión propia de un macho o de una hembra. No obstante, las hembras están exentas de cualquier fragilidad estructural o debilidad de temperamento. 

Pelaje: el ovejero alemán posee un doble pelaje: pelo interior o lana y pelo exterior (sub-pelo y sobre pelo). 

La cantidad de lana varía conforme a la estación del año y a su tiempo de vida al aire libre. Sin embargo, siempre debe poseerla, a fin de que su pelaje los proteja del agua, temperaturas extremas e insectos. La ausencia de lana es considerada una deficiencia.El pelo exterior puede presentarse en tres tipos: 

Pelo duro normal: es el tipo ideal; el pelo muy denso, compuesto de filamentos rectos, duros y más bien pegados al cuerpo. La cabeza, inclusive el interior de las orejas, partes inferiores de las extremidades, patas y dedos, están provistos de pelos más cortos y menos ásperos. En el cuello, el pelo es levemente más largo y fuerte. En las extremidades delanteras y traseras, los pelos son, en sus partes anteriores levemente más cortos y bien pegados al cuerpo, alargándose y elevándose hacia sus partes posteriores. El largo promedio del pelo es de cinco centímetros. 
Pelo duro largo: los filamentos son más alargados, no siempre rectos, y sobre todo no están bien pegados al cuerpo. En la parte interior de las orejas y en sus fases posteriores, son alargados y suaves, formando a veces, mechones o tufos. En las fases posteriores de las extremidades, así como en la cola, el pelo se le alarga llegando a formar bandera, y en los muslos, densos calzones. 

Pelo largo: es bastante más largo que el precedente, más sedoso y ondulado, partiéndose en dos a lo largo de la línea del dorso. A este tipo de perro le falta la lana interior. Generalmente, estos animales tienen pechos más estrechos y una forma de hocico más afilada. Este tipo de ovejero no es el que se prefiere, y no debe usárselo como reproductor. 
Color: exceptuando el blanco, todos los colores son permitidos en el perro ovejero alemán: negro, gris ferroso, gris ceniza unicolor con partes marrón, amarillo (oro), marrón claro y ceniza claro, pero con manto negro en todas sus variaciones. 

Estatura/altura: el ovejero alemán es un perro de utilidad, trotador por excelencia, y como tal, su estructura fue creada para atender las exigencias de su trabajo, bajo las más diversas condiciones. 
Es un animal levemente por encima del tamaño medio. Su altura, medida por una perpendicular desde la punta de la cruz, oprimiendo el pelo hacia el suelo a nivel y tocando el codo, debe ser: para los machos, de 60 a 65 cm; para las hembras, de 55 a 60 cm. 

Las variaciones que se produzcan a partir de estos datos, en mayor o menor medida disminuyen su valor como perro de utilidad. 
Proporción: el ovejero es más largo que alto. 

“Los hombres han olvidado esta verdad –dijo el zorro-, pero tu no debes olvidarla. Cada uno es responsable para siempre de aquello que ha domesticado”. 
“El Principito” – ANTOINE de SAINT EXUPERY. 

Ojos y dientes: de tamaño medio, son ojos almendrados, que están colocados oblicuamente y nunca sobresalen. Su color debe ser lo más oscuro posible y armonizarse con la coloración general del perro. Su expresión será vivaz, serena e inteligente. 
La dentadura definitiva estará fuertemente desarrollada y deberá ser blanca, con una perfecta implantación. La mordedura es en tijera. Posee 42 dientes (20 superiores y 22 inferiores). 

Lomo: visto desde arriba, deberá ser ancho y fuerte, uniéndose suavemente al dorso y observado desde un costado, no deberá presentar un gran espacio entre la última costilla y el muslo. 
Cola: será gruesa, peluda, y su inserción estará disimulada en la grupa. En reposo, descenderá suavemente en forma de sable. Colas en gancho, son indeseables. 

Pecho: profundo y de buena capacidad, ofrecerá espacio suficiente para los pulmones y corazón. Cuando se lo observé desde un costado, deberá estar bien proyectado hacia delante, con la punta del esternón sobresaliendo hacia delante. 

Movimiento y locomoción: es desembarazada, armónica, amplia y elástica; pareciendo ser realizada sin esfuerzo, fluida y rítmica. Trotador por excelencia, su andar se produce de la manera más sencilla en dos tiempos; esto es en diagonal al impulsar con el trasero izquierdo, avanza paralelamente el delantero derecho a la vez y viceversa, a ras del suelo. 
Carácter y temperamento: presenta un temperamento fuerte, carácter incorruptible, firmeza de nervios, atención, fidelidad, coraje y alto espíritu de lucha: éstas son las características sobresalientes de esta raza. 

Aunque no apto para amistades inmediatas e indiscriminadas, cuando esté en compañía de su guía, deberá permitir la aproximación pacífica de extraños, denotando confianza y perfecto control nervioso. Pero de acuerdo con las exigencias, deberá mostrarse ardiente y alerta, capaz y deseoso de servir con todo la fuerza de su carácter y temperamento. 

Bibliografía consultada: 
• Domingo R. Passarini – El perro ovejero alemán. 
• Dogs Magazine – Edición Noviembre de 1998 – Canadá. 
• Pets Magazine – Edición Octubre de 1998 – Gran Bretaña. 
• Perros y compañía – Edición Febrero de 1997 - Editorial I. G. Pantone – España. 
• Baden K-9 – Centro de Adiestramiento Canino – EE. UU 
• Internet: www.badenk9.com, www.SCHAFERHUND.com (criadero de perros ovejeros alemanes), www.infodog.com (página de información general de perro de todas las razas) y www.wilhendorf.com (criadero de perros ovejeros alemanes – EE.UU.)
 
 

Damos las gracias a Dn Víctor LESSLER, Director Ejecutivo de la Revista del Suboficial por la autorización otorgada.


Revista del Suboficial (enlace descontinuado por las autoridades de MinDef)




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