sábado, 21 de agosto de 2021

COAN: Los Grumman F9F2B Panther insertan a la aviación naval en la era del jet

La historia de los Grumman Panther en la Armada Argentina





El Grumman Panther representó para la Armada Argentina lo mismo que el Gloster Meteor para la Fuerza Aérea: el comienzo de la era del jet.

Argentina, país con gran tradición aeronáutica, dio sus primeros pasos en la naciente era del jet con la incorporación del Gloster Meteor en la Fuerza Aérea Argentina (FAA) a partir de 1947. Por su parte, la Armada de la República Argentina (ARA) estuvo atenta a la evolución tecnológica que se materializó en diversos cursos que realizaron pilotos navales en dicho aviones de la FAA y en el extranjero.
A mediados de la década del 50, la Armada comenzó las gestiones para adquirir aviones a reacción, que luego de estudiar varias propuestas, se decidió por el Grumman F9F2B Panther. La elección recayó en el único avión de segunda mano de esas características, debido principalmente a su bajo costo de adquisición y a que estaba diseñado para operaciones embarcadas, motivo no menor para la Armada Argentina que tenía la intención de incorporar un portaaviones en el corto plazo.



Hacia fines de 1957, Argentina adquirió 28 F9F-2B (posteriormente y a poco de llegar, cuatro de ellos serían utilizados como repuestos). Los primeros diez aviones arribaron a la Base Naval Puerto Belgrano a bordo del transporte de la Armada ARA “Bahía Buen Suceso” (B-6) en agosto de 1958. Inmediatamente fueron trasladados a la Base Aeronaval Comandante Espora para comenzar las inspecciones pertinentes y el repintado, ya que habían arribado con el esquema de la US Navy.
El 27 de noviembre de 1958 la Armada dio de alta formalmente su primer avión a reacción que fue asignado a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque dependiente de la Flotilla de Combate y que recibió la matrícula (DIMA) 0416 y la característica (Indicativo de llamada) 2-A-20. Siete días después realizó su primer vuelo en el país.






El resto del lote fue dado de alta el 29 de enero de 1959, recibiendo matrículas y características correlativas pertenecientes a su nueva orgánica, la Escuadra Aeronaval N° 2 por ejemplo, el 2-A-20 pasó a ser 2-A-101-entrando en servicio el 31 de julio de 1959. Para ese momento, solo había siete maquinas en condiciones de vuelo y con la entrada en servicio de estos aviones se desactivó a los doce North American NA-16 Texan de la mencionada escuadrilla.



A principios de agosto de 1960 la unidad pasó a depender de la Escuadra Aeronaval N° 3 siendo transferida a la Base Aeronaval Punta Indio. Esto motivó el cambio de característica, de 2-A-101 a 3-A-101.



El último Panther asignado fue el 0449/3-A-124 que entró en servicio el 31 de enero de 1961. Esta máquina el 2 de marzo de 1964 pasó a ser 3-A-101 debido a que el primer 3-A-101 fue destruido en tierra el 3 de abril de 1963. El cambio de característica en la Aviación Naval era una práctica muy usual, con la intención de no perder la correlatividad numérica, no así el cambio de la matrícula que era inalterable.



Debido a la falta de aviones biplazas, el período de instrucción se realizaba de manera precaria (con el instructor ubicado al costado de la cabina) que se complementó con varios cursos realizados en los Lockheed T-33A del Grupo N° 2 de la Fuerza Aérea Uruguaya con asiento en la Base Aérea N° 1 de Carrasco, Uruguay. Esto motivó también la posterior adquisición de dos Grumman F9F-8T (TF-9J desde 1962) Cougar biplaza para entrenamiento y ataque. Estas máquinas ubicaron a la Aviación Naval un paso adelante de la Fuerza Aérea Argentina, al poder desarrollar una velocidad máxima superior a la del sonido, capacidad de reabastecimiento de combustible en vuelo y posibilidad de estar equipados con misiles aire-aire. Arribaron a bordo del portaaviones ARA “Independencia” (V-1) junto con los primeros seis Grumman S-2A Tracker el 24 de mayo de 1962. Siete días después fueron dados de alta como 0516/3-A-151 y 0517/3-A-152.


 
 
 
El aumento de la cantidad de pilotos habilitados, permitió la realización de diversos ejercicios de ataque en diversos puntos de país, incluyendo a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo.
 
 
 
 


Los Panther en combate

En agosto y septiembre de 1962 en el país se produjeron graves hechos institucionales. La lucha por el poder se circunscribió a las Fuerzas Armadas comenzando los episodios conocidos como el enfrentamiento entre “Azules” y “Colorados”. El 2 de abril de 1963, luego de varios meses de tensa paz interna, resurgió el conflicto. En ese momento, la Armada se plegó al levantamiento en el bando Colorado. En plena crisis, estando prohibidos los sobrevuelos en todas las bases aeronavales por cualquier otra aeronave ajena a la institución, en la Base Aeronaval Punta Indio se colocaron todos los aviones que estaban fuera de servicio o en reparación en las áreas de estacionamiento por si sobrevolaba algún avión de reconocimiento del bando contrario. En esa oportunidad, Punta Indio estuvo a minutos de ser bombardeada por la Fuerza Aérea Argentina -bando Azul- pues semejante despliegue los había alarmado.
Esa mañana, con toda la fuerza aeronaval en alerta, se decidió una serie de vuelos de patrullaje para observar el desarrollo de los acontecimientos, en particular, el desplazamiento de las fuerzas Azules, la supuesta prometida neutralidad de las unidades de la FAA asentadas en la VII Brigada Aérea de Morón y la supuesta adhesión de las unidades de Tandil. Se envió un avión Beechcraft RC-45J a sobrevolar el Regimiento de Caballería de Tanques 8 (C-8) ubicado en Magdalena (a pocos kilómetros de la Base Aeronaval Punta Indio) para arrojar panfletos instándolos a plegarse al movimiento. Al llegar sobre el cuartel fue recibido con disparos de fuego antiaéreo que le causaron averías en un ala.
En represalia, el C-8 fue atacado por aviones Corsario F-4U5, 5N y 5NL, SNJ-5C y Panther, que lanzaron bombas y cohetes de distintos tamaños y tipo sobre el regimiento, causando serios daños y varias bajas. Los tanques M-4 Sherman Firefly -más de 60- pertenecientes a la mencionada unidad del Ejército, lograron ocultarse en unos montes cercanos, siendo alcanzados solo dos de ellos, además de un camión Reo M-35 con varios soldados, al tiempo que destruían todas las instalaciones del cuartel vacío.


Panthers destruidos en la BAN Punta Indio

Durante todo el primer día de combate la Aviación Naval perdió un Corsario y dos Panther (0424/3-A-109 y 0422/3-A-107). Según fuentes oficiales de la Armada, el motivo de la pérdida de los Panther fue por colisión en vuelo (accidente operativo), mientras que fuentes provenientes del Ejército señalan que fueron derribados por el fuego antiaéreo de los más de 50 tanques, provistos cada uno, de una ametralladora Brownning de 12,70mm, sumado a los 18 cañones Bofors 40/60 del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 1 (GADA 1), desplegado en la zona. Cabe destacar que los ataques de los aviones navales se realizaban a muy baja altura, toda vez que el armamento utilizado eran básicamente cohetes HVAR de 5 pulgadas estándar, que se lanzan en picada, con un ángulo de 30/35 grados.
El levantamiento había fracasado al mediodía, aunque la Base Aeronaval no estaba enterada de ello. En la madrugada del día 3, aviones leales al bando Azul -compuestos por dos bombarderos Avro Lincoln, dos F-86F Sabre y dos Gloster Meteor- llevaron a cabo un ataque sobre Punta Indio destruyendo algunas instalaciones además de cuatro aviones Panther, un DC-4 y dañando algunos Corsario, dos Panther y un Tracker.



Más tarde, la Base debió rendirse a las tropas del Regimiento de Tanques 8 y del Regimiento de Caballería de Tiradores Blindados 10 que la ocuparon, pasando a utilizar las instalaciones de la Base para alojamiento de sus vehículos.
Como resultado de las acciones, la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque perdió seis máquinas y varias resultaron con daños de consideración, una de las cuales no volvería a volar, lo que provocó la reducción de la dotación a 17 aparatos.


 
 


Su historia operativa en el ARA “Independencia”

El 27 de julio de 1963 el Grumman Panther 0453/3-A-119 se convirtió en el primer avión a reacción de la Armada Argentina en aterrizar en un portaaviones argentino, cuando enganchó del cable N° 1 del ARA “Independencia”. El Capitán de Fragata Justiniano Martínez Achaval fue el responsable de este histórico enganche. Este mismo piloto fue también el que efectuó el primer aterrizaje de una aeronave Argentina a bordo del mismo portaaviones, cuando enganchó con el North American SNJ-5C 0459/2-A-301 el 9 de junio de 1959.
El aterrizaje del Panther coronó el período de prácticas de aproximación al portaaviones, que si bien la catapulta hidráulica no los podía lanzar por falta de potencia, se estudió la factibilidad de utilizar este buque para recuperar las aeronaves luego de una misión de combate en caso de necesidad táctica.
En 1967 había alrededor de ocho máquinas en servicio de los 15 remanentes. Algo para resaltar y que pocas veces se da en aviones de combate, es el hecho de que pese a haber ocurrido algunos accidentes (la mayoría leves) y haber entrado en combate, estos modelos de aviones no se cobraron la vida de ningún piloto.



Debido al estado y su antigüedad, comenzaron a analizarse alternativas para su reemplazo y como medida transitoria la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque recibió 17 North American T-28 Fennec de un total de 53 provenientes de Francia, que más tarde serían modificados doce y luego dos más (denominados T-28P) para permitir operar embarcados, encuadrados en la Segunda Escuadrilla.
Finalmente se decidió reemplazar a los Panther y Cougar por ocho Aermacchi MB-326GB, que no llegarían hasta el 30 de abril de 1968. El último vuelo de un Panther en Argentina se llevó a cabo el 3 de marzo de 1970, por lo que los tres modelos coexistieron en la misma Escuadrilla por dos años. El remanente fue dado de baja administrativamente el 9 de junio de 1971.



De los 24 Grumman F9F-2 Panther puestos en servicio en la Armada Argentina, siete se perdieron en los sucesos de abril de 1963, dos sufrieron accidentes, diez fueron desguazados al final de su carrera operativa, uno vendido a Estados Unidos y cuatro sobreviven en la actualidad en Argentina. Dos de ellos se encuentran emplazados como ornamento –uno en la Base Aeronaval Punta Indio y otro en la Base Naval Puerto Belgrano- uno se encuentra expuesto en el Museo Naval de Tigre y el restante está en el Museo de la Aviación Naval.



De los dos Grumman F9F-8T Cougar incorporados, uno fue vendido a Estados Unidos –que luego se destruyó en un accidente el 31de octubre de 1991- y el restante se encuentra expuesto en el Museo de Aviación Naval, localizado en la Base Aeronaval Comandante Espora.

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