Las Legiones Italianas en la República Argentina
José Luis Alonso y Juan Manuel Peña.
Publicado en la Revista Superior de Guerra
Número 553, Abr-Jun 2004
Las largas luchas que la Nación Argentina
enfrentó durante el siglo XIX produjeron acciones humanas que el tiempo ha ido
relegando al castigo del olvido o a una escueta citación en los libros de
historia.
El 5 de febrero de 1856, trescientos cincuenta
y dos soldados italianos bajo el mando del coronel Silvino Olivien, llegaban
por vía marítima a la actual ciudad de Bahía Blanca , al sur de Estado de
Buenos Aires. En ésa época la ciudad era un pobre caserío que rodeaba a un
viejo fuerte llamado" Argentino" que enfrentaba la inmensidad de la
pampa y el peligro de los indios.
El entusiasta recibimiento brindado por los
escasos pobladores obligó al coronel Olivien a responder con una proclama
impresa en donde "rogaba a los habitantes de Bahía Blanca que viesen en
los legionarios tan solo a hermanos que querían ayudarlos a continuar la gran
obra de la población de aquella rica y extensa parte sur del Estado de Buenos
Aires".
¿Quiénes eran estos extranjeros que así se
presentaban?. ¿De dónde venían?. ¿Quién era Silvino Olivien?.
El largo sitio de la ciudad de Montevideo,
ocurrido entre los años 1843 y 1851, había contado entre sus defensores, con
numerosos italianos de ideas liberales y masónicas. Derrotados en la guerra de
la Independencia Italiana y de la República Romana, fugitivos influenciados por
el libro de Alejandro Dumas "La Nueva Troya", que había descripto el
sitio de Montevideo como otra guerra más contra la tiranía y a favor de la
libertad, estos italianos eran en su mayoría ligures, piamonteses y saboyanos,
que al mando de Giuseppe Garibaldi habían extendido las luchas por sus ideales
hasta las orillas del Río de la Plata, constituyendo una Legión.
El tiempo compartido, los peligros corridos y
la comunidad de ideales habían creado fuertes vínculos entre estos exiliados
europeos y sus compañeros de luchas uruguayos y argentinos. Estos lazos se vieron
reforzados por la estrecha amistad que se estableció entre el general Garibaldi
y Bartolomé Mitre por entonces militar argentino y posteriormente presidente de
su país.
Finalizado el sitio y arribado muchos de ellos
a Buenos Aires, será Mitre quien no solo actuará como su mejor amigo sino
también como hermano de causas y principios, título que el mismo daba a los
mazzianos llamados así por el pensador italiano Giuseppe Mazzini) y a los
garibaldinos.
El 9:de diciembre de 1852 enfrentado el
gobierno del estado de Buenos Aires a las fuerzas que al mando del General don
Hilario Lagos y rebelados contra el mismo, ponen cerco a la ciudad. Las
autoridades emiten un decreto autorizando a los extranjeros a tomar las armas
con" el exclusivo objeto de mantener el orden público".
Los voluntarios fueron numerosos, originándose
así las legiones alemana, española y suiza, destacándose no sólo por el mayor
número las de los italianos, sino por ser los únicos que no estuvieron
satisfechos con cumplir funciones policiales, sino que solicitaron y obtuvieron
por sus antecedentes militares el privilegio de actuar activamente en las
trincheras que defendían la ciudad.
La organización de la fuerza estuvo a cargo de
dos oficiales italianos presentes en Buenos Aires. Uno era el coronel Silvino
Olivien, nacido en los Bruscios en 1820 y ex alumno de la Academia Militar de
Nápoles, "la Nunziatella". Era del arma de Ingenieros y por la
participación en la guerra por la independencia de su país, había sido
expulsado del ejército napolitano y obligado a exilarse.
El mayor Eduardo Clerici era el otro, siendo
este de origen milanés, nacido en 1826, y ex alumno de la Academia Militar de
Milán, de la cual egresó con el grado de teniente del ejército austriaco.
Intervino en el alzamiento de la ciudad contra las fuerzas de ocupación del
General Radetsky, y posteriormente con los bersaglien de Luciano Menana luchaba
en la defensa de la ciudad de Roma.
La derrota lo llevó también a Él al exilio
dirigiéndose primero a Cuba y luego a la Argentina, en busca de su amigo
Olivien.
Ambos militares, el primero como comandante y
el segundo como mayor reunieron unos trescientos connacionales que vivían y
trabajaban en la ciudad de Buenos Aires y los organizaron en un batallón que
recibió el nombre de Legión Italiana.
Esta fuerza compartió la suerte de los
defensores del Estado de Buenos Aires y lucharon brillantemente haciendo honor
a sus antecedentes militares. Su primera baja la sufrieron el 9 de enero de
1853 en la persona del teniente Erba que fue honrado por el gobierno de Buenos
Aires autorizando su entierro en la iglesia Catedral de la ciudad.
Durante el transcurso de la lucha la legión
italiana se destacó por sus desempeños en los combates de la plaza Lorea, y los
desarrollados en el Cementerio Inglés, (entre las calles Pasco y Pichincha),
haciéndose merecedores de elogiosas citaciones por el general en jefe del
ejército don Manuel Hornos.
El valiente desempeño militar de la Legión
Italiana la hizo acreedora de recibir una bandera del Estado de Buenos Aires,
el 21 de abril de 1853. Era de colores azul y blanco de 0.64 x 0.86 con las
armas del Escudo de la ciudad de Buenos Aires, bordados en plata y oro. Tenía
una corbata de seda azul que llevaba en letras de oro el Tema; "Con questa
bandiera vincemi" -"Buenos Aires 16 aprile 1853".
La bandera fue acompañada por una tarjeta
firmada "unas porteñas", para el jefe legionario, que decía
"ofrecemos esta bandera invicta a la Legión Italiana. Esta gloriosa
bandera es conservada como una reliquia en el Museo Histórico Nacional de la
Ciudad que ayudaron a defender.
No fue por cierto este el único reconocimiento
al valor que recibiría el cuerpo italiano, sino que además el 30 de mayo de
1853, por decreto del gobierno del Estado de Buenos Aires, se le otorga para lo
sucesivo el nombre de "Legión Valiente" y además se le da el uso de
cordones de honor a sus miembros, desde los oficiales a la tropa, según la
usanza de la época.
En julio de 1853 finalizada la fratricida
lucha, la fuerza italiana es licenciada a pedido del comandante Glivieri, quién
devolverá la bandera de la Legión, al gobierno y partirá rumbo a Italia.
En su país, este oficial intervendrá en nuevas
actividades revolucionarias siendo apresado y condenado a muerte. Las
autoridades del gobierno de Buenos Aires intervendrán exitosamente para obtener
la conmutación de fa pena y finalmente Olivien retornará a Buenos Aires el 31
de octubre de 1855, "en calidad de desterrado de por vida de los Estados
Pontificios.
El obligado retorno de Silvino Oivieri
coincidió con nuevos planes del gobierno para proteger sus fronteras internas
del peligro que los ataques indios representaban para las poblaciones del sur
de la provincia. Con este objeto planificó la creación de colonias
militarizadas que, a cambio de tierras para sus integrantes, actuarían poblando
y defendiendo los asentamientos presentes Y futuros.
Bahía Blanca, fundada en 1828 y cuyas
características ya han sido señaladas, fue el sitio elegido para experimentar
el proyecto.
El 18 de noviembre de 1855 se decretó el
establecimiento de una colonia agrícola-militar que compuesta por seiscientos
hombres sujetas a las ordenanzas del Ejército del gobierno de Buenos Aires se
establecieron en un primer momento en Bahia Blanca, pudiendo ser destinadas a cualquier
otro punto del sur.
Por sus antecedentes militares y estudios de
ingeniería el coronel Silvino Olivien fue designado como jefe de la fuerza, y
como segundo jefe lo fue el mayor Clerici. Ciento cincuenta ex combatientes de
la Legión Italiana se agruparon junto con sus antiguos oficiales.
Uno de ellos, Juan Bautista Cúneo, que también
tenía un pasado militar y de periodista, editó un diario. Este fue el primer
diario en idioma italiano editado en la Argentina que recibe el mismo nombre
que la fuerza militar creada: "La Legión Agrícola Militar" y del que
se editaron trece números.
La "Legión Agrícola Militar" adoptó
como uniforme el que usaron los suavos franceses durante la guerra de Crimea.
Llevaban como cubre cabeza un kepí a la francesa, pero que a diferencia del
azul que llevaba el ejército de Buenos Aires, era de color rojo para recordar
el origen garibaldino de sus integrantes.
Dada que esta Legión era la continuación de la
antigua llamada Valiente, el gobernador del Estado de Buenos Aires Dr. Pastor
Obligado y el Ministro de Guerra y Marina Bartolomé Mitre, entregaron la
antigua bandera a la nueva formación italiana el 11 de enero de 1856.
El 5 de febrero de ese año 1856 llega a Bahía
Blanca la Legión Agrícola Militar revistando en ella unos trescientos hombres,
no todos con antecedentes militares pero que habían sido elegidos por sus
conocimientos de las tareas agrícolas. En Buenos Aires queda encargado de la
organización de la fuerza restante el capitán Felipe Cavanti, quien habiendo
sido condenado, indultado y expulsado por los Estadios Pontificios, había
acompañado al comandante Olivien en su retorno a Buenos Aires.
De febrero a julio de 1856 y luego de soportar
un brote de fiebre amarilla la Legión explora el territorio y se divide en tres
armas: la infantería que tenía seis compañías y la batería de la artillería de
campaña que se encontraba al mando del capitán Juan Penna, de origen milanés,
nacido en 1830 con una prolongada actuación en las luchas italianas de 1848 y
1849 y que en la Argentina realizaría una dilatada y reconocida carrera
militar. Finalmente estaba la caballería, a cargo de un oficial de la Guardia
Real, revolucionario y también exilado: el capitán Mariano Barilan, oriundo de
Rimini.
El 1 de julio de 1856 se echan los cimientos
de la colonia Nueva Roma a 25 kms al Oeste de Bahía Blanca sobre el río Sauce
Chico, para cumplir con los objetivos para la cual había sido creada la Legión
Agrícola.
Dos hechos destacados acompañaron el
desarrollo de la colonia Nueva Roma.
El mayor Clerici debió alejarse por enfermedad
y falleció en octubre de 1856, luego de haber establecido cordiales relaciones
con el más temido y poderoso de los jefes indígenas, el cacique Calfucurá.
El 28 de septiembre del mismo año el coronel
Olivien es asesinado por algunos de sus hombres amotinados por los duros
castigos a que eran sometidos. Los sublevados desertaron y su crimen quedará
impune.
La llegada del capitán Caronti, meses después
serenará los ánimos y asegurará la continuación de la obra emprendida.
El gobierno finalmente nombrará jefe de la
Legión Agrícola al teniente coronel Antonio Susini, milanés y marino que había
navegado y combatido junto con Garibadli en los ríos de Argentina y había sido
fundador de la Legión Italiana, durante el sitio de Montevideo.
En 1853 Susini llegó a Bahía Blanca llevando
como 2do. Jefe al mayor Juan Bautista Charlone, de valiente y sacrificada
actuación en la Guerra contra el Paraguay que tendría lugar unos años después.
y a los capitanes Sagani, Zonza y Valerga junto con cuarenta soldados.
Todos esos oficiales y tropa eran veteranos en
las luchas de las legiones Italiana y Valiente. Con el objeto de transformar la
Legión Agrícola Militar en un cuerpo del Ejército, el nuevo jefe llevará a cabo
una profunda reorganización: la fuerza se llamará en el futuro Legión Militar,
dará de baja a los menos aptos y por su conducción recuperará su glorioso
prestigio.
Sus acciones contra el indio en las campañas
de Salinas Grandes y en la batalla de Pigüe, en febrero de 1859, enfrentando
las fuerzas del cacique Calfucurá merecerán los elogios del. General. Wenceslao
Paunero que estaba al comando' de la División Bahía Blanca. En mayo de 1859 la
Legión acude en defensa de Bahía Blanca atacada por dos mil quinientos indios,
a los que vence y de los que rescata parte del botín robado y libera a gran.
numero de cautivos. La actuación del teniente coronel Susini será reconocida
con su ascenso al grado de coronel .en julio de 1859 por el Estado de Buenos
Aires.
El desempeño de la Legión Militar trascendió
el plano castrense pues uno de sus oficiales, el capitán Felipe Caronti, tuvo a
su cargo el desarrollo de importantes proyectos en la región bahiense:
construyó el primer muelle del puerto, las dos primeras escuelas, la primera
iglesia, fabricó municiones y reparó armas, levantó planos topográficos y
efectuó estudios meteorológicos. Bien se puede decir que Caronti, que no pudo
terminar en Italia sus estudios de ingeniería por sus ideales políticos, vio
más que logrados sus sueños en el país que lo adoptó.
Luego de cuatro años de lucha contra las
tribus del sur, el Superior Gobierno del Estado dispone el regreso de la Legión
Militar para combatir al ejército del General Urquiza en una nueva contienda
entre la ciudad de Buenos Aires y el resto del país.
Los legionarios lucharán en la batalla de
Pavón con la valentía y gallardía que le eran características y donde
continuará agigantándose el legendario prestigio y valor del en ese momento
coronel Charlone, premiado con su ascenso y una espada de honor.
El desempeño de la Legión Militar llegará a
conocimiento de Garibaldi, quién, desde Caprera, el 15 de noviembre de 1861,
hará llegar una carta a sus antiguos compañeros. La misma decía:
"Alía Legione Italiana de Buenos Aires Abete combattuto valerosamente per la libertá della Reppublicá Argentina, che é un popolo caro, honesto e generoso".
"Vi invio una parola de omaggio, cl 'affette di gratitudine, in nome della Italia intera e del vostro vecchio compagno d¨armi G. Garibaldi".
Una emotiva ceremonia tuvo lugar en la ciudad
de Rosario, en la Provincia de Santa Fe, que era el nuevo destino de la Legión
Militar. En esa ciudad, el 4 de febrero de 1864, recibieron los legionarios una
nueva bandera argentina, pues la antigua estaba CaSi totalmente destruida luego
de tantas campañas y combates.
A comienzos de 1865 la Legión retorna a Buenos
Aires donde completará sus cuadros con oficialidad y tropa argentina, para
finalmente fusionarse con el 8vo., Regimiento de Infantería de Línea en abril
de ese mismo año. Así encuadrado marchará hacia la guerra contra el Paraguay,
iniciada el 25 de mayo de 1865.
En esa fecha, el ejército del Paraguay al
mando del Mariscal Francisco Solano López ya en guerra contra el Imperio del
Brasil, invadirá sorpresivamente el territorio de la República Argentina dando
origen a la llamada Guerra de la Triple Alianza, donde los ejércitos del
Brasil, del Uruguay y de la Argentina enfrentaron al paraguayo en la más
cruenta de todas las guerras que han tenido lugar en la América del Sur.
Ingentes masas de hombres fueron sacrificadas
contra las fortalezas paraguayas defendidos con un valor sobrehumano en medio
de densas selvas.
Ambos bandos dieron pruebas de coraje
lindantes con la insanía. Baste mencionar que agotados sus hombres en
prolongadas batallas, el gobierno, paraguayo llegará a formar batallones de
niños y de mujeres, continuando la lucha hasta la destrucción de los últimos
1000 hombres del ejército de Francisco Solano López, pereciendo él mismo junto
con ellos.
En esta sangrienta y prolongada guerra, los
hombres de la Legión Militar dieron pruebas de su valentía, destacándose en
todos los combates en los que intervinieron. Así lucharon en la ciudad de
Corrientes y en las batallas de Yatay, Uruguayana y en la cruel carnicería de
Curupayti, donde junto a miles dejó su vida el coronel Charlone, tratando
infructuosamente de alcanzar las trincheras enemigas en cargas de infantería
similares a las que más tarde espantarían al mundo durante el desarrollo de la
Primera Guerra Mundial.
La pérdida de Charlone llevó a que el mando de
las fuerzas italianas esté cargo del coronel Baldomero Sotelo, oficial
argentino, con quien estuvieron presentes en las batallas de Lomas Valentinas y
Paso Hondo donde el 21 de octubre de 1869 tomaron a la bayoneta una batería de
ocho cañones.
Luego de estas acciones la Legión Militar pasó
a formar parte del Ejército de Ocupación, permaneciendo en Asunción, la capital
paraguaya, hasta enero de 1871. Durante toda la Guerra de la Triple Alianza la
Legión usó su uniforme distintivo, que obviamente fue haciéndose menos completo
con la adaptación del mismo a las necesidades y carencias de la campaña. Los
restos de la gloriosa Legión retornaron a la ciudad de Corrientes y
permanecieron como parte del 1er. Batallón del Regimiento N0. 8 de Infantería.
La Legión Militar no fue la única fuerza de
origen italiano creada para servir junto con el Ejército Argentino. Otras dos
agrupaciones italianas se agregaron a la antes mencionada.
Legión 1ra. de Voluntarios o Voluntarios de la
Libertad: Esta fuerza fue organizada por el comandante ]osé Giribone, nacido en
1823 en la ciudad-de Génova y también emigrado por razones políticas. Arribo a
Montevideo en el año 1843, luchando en forma destacada junto a Giuseppe
Garibaldi y Francisco Anzani en el sitio de la capital uruguaya.. Con una gran
capacidad musical y con su ejemplo de valentía y sacrificio, demostrada en el
combate de El Tala, dejó al Ejército Argentino una marcha militar: "La
marcha del Tala" .
Cnel. Antonio Sussini |
El 10 de agosto de 1861 se lo nombraba comandante de una fuerza que debía organizar y que llevaría el nombre de Voluntarios de la Libertad.
Fue destinada a proteger la ciudad de Rosario,
Argentina, pero a los pocos meses fue disuelta para que con sus efectivos se
organizara una llamada Legión Extranjera, a la que se sumaron voluntarios de
diferentes nacionalidades pero siendo siempre mayoría los italianos.
Esta fuerza se comprometió a servir bajo
contrato por el términos de tres años y fue destinada a reforzar el Tercer
Regimiento de Infantería de línea que protegía a la población de Azul, en el
sur de la Provincia de Buenos Aires, de los ataques de los indios.
Su nombre es modificado por el de Primera
Legión de Voluntarios y bajo esta denominación combatió en la Guerra de la
Triple Alianza, formando parte del Ejército de Operaciones aliado.
El 17 de febrero de 1868, el comandante
Gribone caería víctima de dieciocho heridas, "todas de frente", como
refiere el parte militar de ese momento, al enfrentarse a fuerzas superiores. Desaparecía
con él la segunda figura heroica de los italianos en esta guerra.
2da. Legión de Voluntarios:
El antes mencionado coronel Antonio Sussini,
reorganizador de la Legión Agrícola Militar había delegado el mando de esta
fuerza al entonces teniente coronel Charlone, por haber sido designado Jefe de
la Escuadra del Gobierno del Estado de Buenos Aires, en el año 1857.
Pero Sussini no podía estar ajeno a la lucha
que tenia lugar en el Paraguay por lo que retomo el servicio en tierra y
organizó otro cuerpo que recibió el nombre de 2 da. Legión de Voluntarios, con
la que marchó con el Ejército de Operaciones haciendo toda la campaña.
Juan Bautista Charlone |
Desde el primer momento Antonio Sussini fue
designado al mando de una brigada de la que formaba parte su Legión y finalmente
ocupó el elevado cargo de Comandante del 1er. Cuerpo del Ejército Argentino.
Al dar fin la guerra contra el Paraguay,
restos de las fuerzas italianas intervinieron en algunas acciones de nuevas
guerras civiles en la Argentina, para ser luego licenciados luego de sus
extensas campañas.
Ya no habría más Legiones italianas en el
Ejército Argentino, pero muchos de sus hombres, tanto soldados como oficiales,
solicitaron y fueron incorporados al Ejército nacional y llegaron a desempeñar
altos e importantes cargos, colaborando en las luchas finales contra el indio y
en la organización definitiva. de un ejército al cual habían pertenecido desde
siempre por el derecho que da la sangre derramada.
Bibliografía:
* Álbum de la Guerra del Paraguay. Imprenta
Jacobo Peuser, Buenos Aires, Argentina, 1893-1894.
* De Marco, Miguel Angel - La Guerra del
Paraguay. Editorial Planeta, Buenos Aires, Argentina, 1995
* Granienigo, Gaio Italiano entre Rosas y
Mitre. Ediciones. Sediliba, Buenos Aires, Argentina, 1987.
* Comando en Jefe del Ejército - Reseña
histórica y orgánica del Ejército Argentino. Ediciones-Círculo Militar, Buenos
Aires, Argentina, 1972.
* Best Félix - Historia de las Guerras
Argentinas. Torno II. Editorial Peuser, Buenos Aires, Argentina 1960
* Caronti, C. Luis -. Legiones Italianas.
Buenos Aires, Argentina, 1907.
* Ferracutti, Enrique - Las expediciones
militares en los orígenes de Bahía Blanca. Ediciones Círculo Militar, Buenos
Aires, Argentina 1962
* Walther, Juan Carlos, La conquista del
Desierto Ediciones Círculo Militar, Buenos Aires, Argentina, 1964.
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