Los misiles de perfil “top attack”, como el Bill (foto), complicaran el problema de la supervivencia de los carros de combate. (Foto: Bofors)
Parte I/II
¿Habrá un futuro para los carros de combate pesados? Esta pregunta no es nueva, y ha sido hecha con frecuencia desde la introducción en servicio de la primera generación de CC, por ocasión de la Primera Guerra Mundial. Caben, por tanto, algunos comentarios al respecto del escenario actual y de las perspectivas futuras.
• Mário Roberto Vaz Carnero
El carro de combate (CC) surgió en la Primera Guerra Mundial, en respuesta al estancamiento representada por la guerra de trincheras. En la época y lo mismo en los años que siguieron a aquel conflicto, no fueron muchos los que vislumbraram que el empleo de los CC solamente en el acompañamiento de la infantería a pié configuraba una inmensa subutilización. Asimismo, los CC fueron evolucionando y, de una manera general, imponiéndose de forma bien exitosa a la gran mayoria de las armas anticarro (AC) de entonces.
Antes del início de la Segunda Guerra Mundial, el armamento anticarro más ampliamente empleado eran los cañones y municiones especificamente proyectados para vencer el blindaje de los vehículos. Surgieron entonces los lanzacohetes y, por un breve momento, parecia que el reinado de los CC en el campo de batalla estaba cerrado, ya que un simple infante pasaba a tener a su disposición un medio eficaz para su destrucción. En la práctica las cosas no se mostraron tan simples, pues esos y otros armamentos disponibles para el combatente individual podian ser sobrepasados por el empleo de blindajes más espesos ó mejores. En ese caso la ventaja permanecía con el proyectista de blindados, pues el limite de calibre (y consecuentemente del peso y de la eficacia) de los lanzacohetes y sus municiones seria alcanzado de forma relativamente rápida.
Otra forma de “top attack” es proporcionada por las submuniciones del tipo “self-forging munitions”. En la ilustración, la Bonus, desarrollada en Francia. (Foto: GIAT)
La posterior aparición de los misiles anticarro complicó la situación para los CC, principalmente cuando su uso fue combinado con los helicópteros de ataque. El aumento del espesor del blindaje “común” comenzó a perjudicar considerablemente las características de los vehículos, principalmente en términos de movilidad. Eso llevó al desarrollo de nuevos tipos de blindaje, (compuesta, espaciado, reactivo, etc.), que durante algún tiempo confirieron a los carros pesados (MBT, ó Main Battle Tanks) de punta un cierto grado de inmunidad contra gran parte de los misiles (por lo menos en el arco frontal del casco y en puntos vitales, como la torre).
En un primer estadio, la respuesta de los proyectistas de misiles fue aumentar el calibre de las cabezas de guerra (que luego alcanzarán el limite práctico) y, en seguida, desarrollar nuevos misiles capaces de atacar parte superior de los carros (perfil del tipo “top attack”), menos protegida que las otras. Esa parte es también el blanco prioritario del nuevo tipo de submunición AC desarrollada para uso por la artillería de campaña: las “self-forging submunitions”. Se tratam de submuniciones extremamente compactas, almacenadas en granadas (normalmente en los calibres 120 mm a 155 mm), que son eyectadas sobre el área del blanco y que descienden lentamente en paracaidas, ejecutando un patrón de busqueda en espiral. Detectado un blindado, el sistema de disparo es activado, lanzando sobre el tope del vehículo un jet de metal incandescente a velocidades y temperaturas altísimas (princípio de la “carga hueca”).
Los modernos lanzacohetes, de los cuales el Bofors AT4 es un buen ejemplo, confieren al infante un medio de contraponerse a blindajes menos sofisticadas. (Foto: Bofors)
Esos nuevos blindajes se constituyen también en una buena defensa contra las municiones (inclusive tipo “flecha”, en las cuales el proyéctil es un penetrador hecho de material muy duro y denso — uranio empobrecido, por ejemplo) disparadas por los cañones de vehículos menos sofisticados. La evolución en el proyecto y producción de munición “flecha” dificultó de sobremanera la probabilidad de supervivencia a un acierto; es decir, es difícil a un CC resistir a un impacto de “munición flecha” disparada por otro CC de la misma generación y porte. Es claro que se está hablando en tesis, ya que el resultado de un enfrentamiento va a depender de diversas variables, entre ellas los tipos de vehículos y el ángulo del impacto. Por otro lado, los MBT de una generación son prácticamente inmunes a la mayoria de los tiros de los carros de la generación anterior, y también a los tiros de los vehículos de reconocimiento de su propia generación.
Defensa
Lógicamente, el ideal para un CC seria:
- a) no ser descubierto;
- b) si es descubierto, no ser alcanzado;
- c) si es alcanzado, limitar al máximo los daños al equipamiento y a la tripulación.
El misil anticarro es una amenaza importante a los MBT, principalmente cuando es utilizado por helicópteros de ataque (en la foto, un Mokopa es lanzado a partir de un Rooivalk). Muchos misiles modernos poseen cabezas de guerra, en tandém, lo que reduce considerablemente la eficacia de las blindajes Reactivos Explosivos. (Foto: Alf Yssel/MediaMakers)
Los modernos métodos y equipamientos de camuflage pueden permitir un cierto grado de “invisibilidad” a un carro emboscado, por ejemplo. mientras tanto, una vez habiendo entrado en acción, no es fácil a un CC evitar la detección. La firma visual producida por el disparo del cañón, por ejemplo, puede ser vista a largas distancias. Siendo inevitable que el enemigo accione sus propios medios contra el CC, se torna imperativo que este disponga de suficiente protección para sobrevivir a uno ó más impactos del armamento adversario.
La primera solución fue la aplicación de blindaje adicional, pasivo ó del tipo ERA (Explosive Reactive Armor, ó Blindaje Explosivo Reativo), como ya mencionado. Israel fue el primer país en adoptar placas de ERA en gran escala, lo que garantizó que sus M48, M60 y Centurion empleados en las operaciones en el Líbano quedasen extremamente bien protegidos contra los lanzacohetes RPG-7, aparte de los misiles y proyectiles de carga hueca. Aparentemente, uno de los factores que influencian la eficiencia de las ERA son la distância a que son colocadas del cuerpo del vehículo y su inclinación — de ahí su aplicación debe ser específica para cada modelo de vehículo. Actualmente varios fabricantes, de diversos países, ofrecen kits para aplicación en blindados.
Para aumentar el nível de protección de sus CC AMX-30B2, Francia optó por el sistema de Blindaje Explosivo Reactivo Brenus, desarrollado por la GIAT. (Foto: GIAT)
Em teoria, la adopción de blindajes cada vez más gruesos podría por si solo tornar un blindado inmune al armamento enemigo. mientras tanto, en la práctica eso acabaria por inviabilizar la propia existencia de los MBT, ya que su peso y dimensiones asumirian proporciones que tornariam imposible su utilización. Existe un limite para el peso de un CC, y este es estipulado por la capacidad de carga de los puentes y rutas de la región donde el vehículo precisa operar. Lo mismo sacando de consideración aberraciones como el Maus, un CC de 185 toneladas desarrollado por los alemanes durante la guerra, es innegable que el peso de los CC subió a niveles alarmantes.
Para corroborar lo que fue dicho arriba, seria conveniente un rápido examen de seis de los principales MBTs de la actualidad: M1, Leopard 2, Leclerc, Merkava , Challenger y T-80.
Fin Parte I
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