sábado, 8 de marzo de 2014

EA: Planes encajonados

Memoria del Ejército Argentino, 1992-1999 
LA MODERNIZACIÓN

 A fines de 1991, la estructura de la Fuerza era, básicamente, la misma que había surgido a partir de la última reestructuración efectuada en 1964. En consecuencia, los modelos sobre los que se había basado, estaban desactualizados. Además, los cambios ocurridos en el mundo, más el avance tecnológico extraordinario de los años 80, imposibilitaron una respuesta acorde con las demandas que la realidad imponía. La Guerra de Malvinas demostró claramente el fracaso del entramado doctrinal y operativo vigente. Por otra parte, las políticas de reducción presupuestaria adoptadas por los sucesivos gobiernos, agudizaron los problemas estructurales existentes.

Frente a las evidencias del pasado, se debió diseñar, pues, un escenario prospectivo, que quedó definido por:
  • La existencia de una nueva situación estratégica mundial a partir de diferentes desafíos, riesgos y amenazas para la seguridad del Estado Nación.
  • La necesidad de una mayor presencia de la Fuerza en el ámbito internacional.
  • El desarrollo de procesos de integración regionales.
  • Necesidad imperiosa de una utilización racional de los recursos frente a presupuestos cada vez más reducidos.

Frente a estas imposiciones del entorno real, se debieron completar, en un plazo perentorio, los estudios que en los años anteriores se habían iniciado para encaminar la evolución y desarrollo de la Fuerza. Por ello, se fijó un objetivo de Largo Plazo, que se materializó en un amplio y ambicioso proyecto denominado "Instrumento Militar Terrestre Futuro 10" (IMT-F-10), a alcanzar en un período de 20 años (Año 2010). Dicho proyecto, con las correcciones y adaptaciones sucesivas, producto de las variaciones de la situación en un mundo de cambios vertiginosos, constituyó un sinónimo del Ejército Futuro.

Hacia ese objetivo debían concurrir, consecuentemente, en forma coherente y coordinada todos los esfuerzos. Su característica distintiva era la de no ser estático. Por el contrario, su formulación implicaba la factibilidad de materializar modificaciones según conviniere a la Defensa Nacional, pero asegurando siempre la continuidad de la evolución.

A fines de 1991, y a pesar de no contar con los fondos extrapresupuestarios para la concreción de dicho proceso evolutivo, el Jefe del Estado Mayor General del Ejército resolvió poner en ejecución las acciones correspondientes, las cuales, hasta el momento, se vienen concretando sistemáticamente.

La idea fuerza que sirvió de guía a la modernización del Ejército fue la necesidad de concretar un proceso de naturaleza cultural. De allí debía partir cualquier intento de transformación. Por ello, el eje de la modernización residía, básicamente, en el profundo cambio de las pautas culturales de sus
integrantes.

Entre dichas pautas merecen destacarse:
  • Respeto y subordinación a la Constitución y a las Leyes Nacionales.
  • Actitud de servicio hacia la comunidad, buscando la armoniosa inserción de la Fuerza en la sociedad argentina.
  • Vocación por la excelencia.
  • Nuevo estilo de mando, por objetivos compartidos.
  • Promoción de un mayor grado de responsabilidad, participación e iniciativa desde los menores niveles de comando.
  • Asignación de cargos por idoneidad.
Los elementos que se consignan a continuación, completan las ideas centrales de este proceso de reingeniería militar. Ellos definieron la concepción particular de la Fuerza para el siglo XXI:
  • Misión operativa principal y otras subsidiarias.
  • Nuevo sistema educativo.
  • Nuevo despliegue de fuerzas, racionalizado y optimizado.
  • Servicio Militar Voluntario.
  • Incremento de la participación de la mujer.
  • Integración con otros ejércitos de la región y del mundo.
  • Activa presencia internacional en Misiones de Mantenimiento de la Paz.
  • Optimización de los recursos asignados.
  • Desprendimiento de inmuebles innecesarios.
Paralelamente con el proceso de evolución, el Ejército Argentino mantuvo y sigue profundizando la importancia de los valores éticos sobre los que se apoya el ejercicio de la profesión militar.

La disciplina, la honestidad, la vocación de servicio, la lealtad, la subordinación, el espíritu de sacrificio, el valor y el ejemplo personal fueron y serán siempre destacados como objetivos permanentes en la formación del soldado argentino.

El proceso de modernización


Reestructuracion - (1992/1999)

Consistió, básicamente, en la adecuación de la estructura del Ejército para alcanzar el Objetivo de Largo Plazo. Para producirla, fueron necesarias las siguientes acciones:
  1. Disoluciones.
  2. Fusiones.
  3. Inactivaciones.
  4. Concentraciones
  5. Construcciones.

Equipamiento - (1995/2010) 

Se desarrolló sobre la base de la ejecución de un Plan de Equipamiento, afín a los recursos necesarios previstos y al completamiento de la etapa anterior.

Las pautas impuestas para la reestructuración fueron:

Desarrollar un nuevo sistema educativo para: 
  • Actualizar y mejorar la formación y excelencia en los oficiales y suboficiales.
  • Lograr mayor eficiencia en el adiestramiento operativo de los conjuntos a través de ejercitaciones en el gabinete (aula) y en el terreno, dando prioridad al combate nocturno.
Elaborar una nueva doctrina. Para ello, fue necesario:
  • Redactar y actualizar el cuerpo doctrinario, respondiendo a las necesidades y posibilidades de la Institución ("Argentinización de la Doctrina").
  • Redactar y experimentar las bases doctrinarias para el empleo conjunto y combinado del Ejército del futuro.
Establecer nuevos sistemas funcionales. Para ello, fue necesario:
  • Adecuar la estructura de personal a las necesidades previstas para el Objetivo de Largo Plazo, con la consigna de suplantar cantidad por calidad.
  • Adaptar la estructura superior de la Fuerza a las necesidades de conducción del Ejército Futuro.
  • Lograr una adecuada relación de efectivos entre el cuerpo comando y el cuerpo profesional.
  • Reducir el Sistema de Inteligencia, adaptándolo, progresiva e integralmente, para la producción de Inteligencia Táctica.
  • Adecuar la estructura logística a las necesidades de apoyo del futuro, dando mayor participación a empresas civiles (tercerización), y avanzar hacia sistemas logísticos conjuntos.
  • Implementar el uso generalizado de la informática en todas las tareas de la Fuerza.
  • Instrumentar un nuevo sistema de apoyo al bienestar de todo el personal.
Realizar un nuevo ajuste orgánico y un nuevo despliegue. Para ello, fue necesario:
  • Reestructurar los elementos para optimizarlos, posibilitando un mejor empleo de los recursos disponibles, minimizando gastos.
  • Conformar las unidades acorde con nuevos cuadros de organización que respondiesen al Instrumento Militar Terrestre Futuro.
  • Adaptar la estructura operacional a la concepción de Fuerzas de Empleo Regional y Fuerzas de Empleo Variable, de acuerdo con las prioridades asignadas.
  • Concentrar los elementos para lograr un mejor aprovechamiento de sus capacidades y una mayor integración interarmas.
Optimizar el presupuesto asignado. Para ello, fue necesario:
  • Analizar sistemáticamente la asignación de las partidas funcionales, para efectuar las correcciones que fueran necesarias.
  • Asignar los recursos de acuerdo con la calidad y cantidad de los materiales a mantener, la actividad operacional y la ubicación geográfica de cada elemento.
  • Lograr la máxima centralización posible en la administración de los recursos.
  • Vender o conceder en uso los bienes inmuebles prescindibles, a fin de obtener los recursos necesarios tendientes a facilitar el proceso de reestructuración y el equipamiento.
Las pautas impuestas para el plan de equipamiento fueron las siguientes: 
  • Mantener los materiales existentes, mientras fuesen útiles y fuera rentable su mantenimiento en condiciones de servicio.
  • Repotenciar los efectos que sirviesen a mediano plazo, brindando nuevas capacidades a materiales antiguos que mantuvieran su potencialidad.
  • Completar las necesidades de los cuadros de organización básicos con material moderno e imprescindible para el adiestramiento de la Fuerza.
  • Obtener equipos y armamento nuevos que reemplazarán a los antiguos y/u obsoletos, cuyo mantenimiento resulta excesivo, inconveniente, o negativo en la ecuación costo-beneficio.
Actualmente, la tendencia persigue la potenciación de las capacidades operativas de las Unidades, incrementando la movilidad táctica y estratégica, la protección, el poder de fuego y la interoperabilidad.

El Plan de Equipamiento tiene un carácter sistémico, ya que abarca los principales componentes que hacen a la operatividad de la Fuerza, integrados coherentemente para obtener una óptima relación.

Se compone de los siguientes subplanes:

Subplan de Modernización:
Tiene como propósito principal incorporar evolución tecnológica a los sistemas de armas, de tal manera que permita al Instrumento Militar Terrestre actuar eficientemente en un escenario de variadas y múltiples amenazas y riesgos, hecho que impone desarrollar nuevas capacidades.

Subplan de Completamiento:
Consiste en la adquisición e incorporación de material para completar las dotaciones del Instrumento Militar Terrestre, que permita cubrir las organizaciones como núcleo o estructura básica en tiempo de paz. Las cantidades de armamento y material responden a una organización del 50% de lo necesario
(cuadro de organización básico) y a las prioridades asignadas a los distintos elementos de la Fuerza.

Subplan de Mantenimiento y Repotenciación:
Consiste en el conjunto de acciones a llevar a cabo sobre determinados materiales, para restituirles las condiciones de servicio y la modernización necesarias.


Instrumento Militar Terrestre Futuro (IMT-F)

La concepción orgánica del Ejército Futuro, sinónimo de Instrumento Militar Terrestre - Futuro, consiste en disponer de una Fuerza caracterizada por su agilidad, versatilidad, flexibilidad, polivalencia e interoperatividad, en la cual se maximicen la excelencia, la calidad, el liderazgo y la tecnología, y se minimicen la cantidad y los costos.

El Instrumento Militar Terrestre - Futuro, en el marco de la acción militar conjunta, deberá estar en capacidad de:
  • Actuar en un campo de batalla aeroterrestre en cualquier área del país, en operaciones autónomas caracterizadas por el aislamiento y la dispersión de los efectivos.
  • Ejecutar operaciones con gran movilidad, disponiendo de un gran volumen de información,con poco tiempo de resolución y reacción.
  • Sostener las operaciones sin recurrir a la movilización en primera instancia, conformando reservas para las fases subsiguientes de la campaña.
  • Alcanzar un nivel tecnológico adecuado en lo referente a: sistemas informáticos para comando y control, capacidad de combate nocturno, de defensa aérea, de defensa antitanque, de adquisición de blancos y de apoyo de fuego sostenido y suficiente.
  • Ejecutar Operaciones de Mantenimiento de la Paz en el marco de las Naciones Unidas o conformando Fuerzas Multinacionales, a gran distancia del propio territorio, con o sin el apoyo logístico de otros Estados u organizaciones.

En 1996, para alcanzar las características anteriormente señaladas, se estableció como objetivo del mediano plazo, desarrollar una capacidad de disuasión orgánica - operativa y tecnológica que posibilitará:

  • Ejercer el control del ámbito terrestre.
  • Negar la eventual ocupación territorial de nuestro país.
  • Participar de la gestión y el control de crisis en que se emplee el poder militar.
  • Proyectar el poder militar terrestre con adecuada movilidad, rapidez y profundidad.
  • Llevar a cabo operaciones terrestres simultáneas en más de un área estratégica.
  • Contribuir con el mandato constitucional de la defensa y el apoyo al accionar de la política exterior de la Nación, mediante la organización y despliegue de Fuerzas de Empleo Regional (FER) y Fuerzas de Empleo Variable (FEV) que asegurarán, por su versatilidad o su posicionamiento, una capacidad de respuesta adecuada a los distintos escenarios y contingencias de la estrategia nacional.


El despliegue de estas Fuerzas tenderá, pues, al progresivo agrupamiento de elementos, de modo que permita o facilite:
  • El cumplimiento de las funciones derivadas de la Misión del Ejército Argentino.
  • El accionar conjunto y combinado.
  • El aprovechamiento de las capacidades instaladas.
  • La disponibilidad de lugares aptos para la instrucción y adiestramiento, en forma integrada, de armas y servicios.
  • La posibilidad del desarrollo integral del personal de oficiales, suboficiales, soldados y su grupo familiar.
  • La economía de medios.
  • El sostén logístico apoyado en infraestructura civil y con orientación conjunta.
No obstante esa tendencia a la concentración, los amplios espacios existentes obligarán a mantener elementos aislados que respondan a la necesidad de ocupación de áreas geográficas de interés estratégico y de presencia territorial.

Este Objetivo de Mediano Plazo (año 2000) se materializó en un documento denominado PLAN 2000, cuya concreción permitirá al Ejército Argentino irrumpir con sabiduría y poder en el siglo XXI.


Organización del Instrumento Militar Terrestre Futuro (IMT-F):
En 1997, el esquema denominado "Plan 2000" (Objetivo de Mediano Plazo del Instrumento Militar Terrestre) finalizó su fase de experimentación, y se encuentra actualmente en la etapa de implementación general, esperándose concluirlo en el año 2003.

Así, el Ejército Argentino ha reorganizado sus medios, sobre la base de dos grandes agrupamientos que responden a conceptos de empleo diferenciados, los que se denominan Fuerzas de Empleo Regional (FER) y Fuerzas de Empleo Variable (FEV).


Fuerzas de Empleo Regional (FER)
Estarán organizadas, equipadas e instruidas, en relación con las regiones donde se prevea su posible empleo. Como misiones generales, cumplirán las siguientes:
  • Desarrollar, de manera independiente, operaciones en su zona de acción.
  • Rechazar, desgastar y/o debilitar un ataque enemigo, mediante el oportuno y correcto empleo de las Fuerzas Terrestres disponibles.
  • Proporcionar apoyo a la comunidad y a la preservación del medio ambiente.
Fuerzas de Empleo Variable (FEV)
Serán aquellas Fuerzas organizadas, equipadas e instruidas con diferentes grados de movilidad estratégica, para concurrir donde lo determine la Estrategia Militar. Podrán operar en variados ambientes geográficos.

Fuerzas de Empleo Variable / Operacionales 
Las Fuerzas de Empleo Variable / Operacionales serán:

Fuerzas de Despliegue Rapido (FDR)
Estarán constituidas por elementos ligeros y flexibles de rápida reacción. Sus misiones generales, serán las siguientes:
  • Operar como primera acción militar para prevenir u enfrentar situaciones de crisis (Compañía de Comandos, Batallón de Asalto Aéreo y Brigada Aerotransportada).
  • Proporcionar apoyo a la comunidad y a la preservación del medio ambiente.
Fuerzas Pesadas (FP)

Estarán constituidas por los elementos de mayor poder de combate del Instrumento Militar Terrestre. Serán empleadas para la obtención de la decisión. Sus misiones generales serán las siguientes:
  • Destruir las fuerzas enemigas debilitadas que hayan penetrado en propio territorio, demoradas por las Fuerzas de Empleo Regional.
  • Reforzar las Fuerzas de Empleo Regional.
  • Contribuir a la defensa de la integridad territorial en otras situaciones que requieran la presencia del Ejército Argentino.
  • Proporcionar apoyo a la comunidad y a la preservación del medio ambiente.

Fuerzas de Empleo Variable / Proyección Internacional
Estarán organizadas, equipadas e instruidas, según sea necesario, para ser empleadas en el marco de la política exterior de la Nación, integrando operaciones internacionales de paz y ayuda humanitaria.

PDGS

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